Quito, Ecuador, 10 ago (SP). “Deseo hacer unas referencias respetuosas a los Señores Presidentes. Quiero, en primer término, hacer referencia a la frase del Libertador Simón Bolívar que está inscrita en piedra a la entrada del Palacio de San Carlos, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia: “Cada Estado debe darse el régimen que quiera y el resto de los estados respetar esa condición”.
En este momento hay profundas diferencias al interior de nuestra región, pero dentro de esa diversidad tiene que primar el respeto y, por consiguiente, debemos trabajar en lo que estamos de acuerdo y no, en lo que nos divide. El verdadero logro de Unasur es que todas las visiones tengan cabida. Nuestra verdadera labor es lograr la unidad en la diversidad y en el pluralismo ideológico.
Señores presidentes: quiero hacer unas precisiones, reiterando lo planteado por el Presidente Uribe a los mandatarios que visitó recientemente: No ha habido, ni habrá bases militares extranjeras en Colombia. Ni las hemos pedido, ni los Estados Unidos piensan instalarlas.
Las bases son colombianas, enteramente bajo jurisdicción colombiana. Se permitirá un uso y acceso limitado a ciertas bases para realizar actividades acordadas contra el narcotráfico y el terrorismo, acatando el Derecho Internacional y con respeto a la soberanía de los estados, sin afectar a terceros estados y en desarrollo de las convenciones multilaterales de lucha contra las drogas, contra la delincuencia transnacional organizada y contra el terrorismo, de las cuales somos parte todos los estados miembros de Unasur.
Colombia no acepta la propuesta de Bolivia en los términos que está concebida, por las razones anteriormente expuestas, como tampoco permite que desde Unasur se pretenda excluir en forma selectiva la cooperación que, en el marco del Derecho y las obligaciones internacionales, brinden estados democráticos a países de la región.
Sin embargo, estamos de acuerdo en que se convoque a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa para que, en un espíritu de diálogo respetuoso, se analicen los acuerdos de cooperación militar suscritos en la región, en virtud de la autonomía que tienen los estados de diseñar sus políticas de seguridad y defensa, y las situaciones de tensión que se originan en el tráfico ilícito de ramas, la actividad de grupos armados ilegales, y el armamentismo.
Si aprovechamos este espacio con transparencia, eficiencia y respeto, podremos generar una atmósfera de confianza que contribuya a aliviar las indeseables tensiones que vivimos”.
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