Bogotá, 10 ago (SP). “Muchísimas gracias por darle a Colombia la oportunidad de albergar esta nueva reunión de la Conferencia Estadística de las Américas.
Nos ha dicho usted, doctora Laura (Laura López, Secretaria de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, Cepal), que es la primera vez que la Conferencia sale a un país distinto de la sede. Esto honra muchísimo a Colombia.
Muchísimas gracias por el mensaje que hemos recibido de la señora Directora de la Cepal.
Ustedes, apreciados visitantes, llegan a un país profundamente respetuoso del rigor científico de la estadística, de la veracidad, de la objetividad y de la independencia de la información.
Esto ha sido una tradición que se constituye en un sello de la democracia colombiana; un factor fundamental de nuestra democracia.
La seriedad de nuestra institución ha sido una constante histórica, el respeto de los colombianos por ella, la calidad de sus directores.
Creo que las palabras avaladas en los hechos, que hemos escuchado al Director del Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), el doctor Héctor Maldonado, y el amable video que nos muestra, de manera tan ágil, cómo trabaja la entidad, me relevan de abundar en razones para destacar ante ustedes, muy apreciados visitantes, el rigor de la institución colombiana, que ha ganado tanto respeto en nuestra democracia y tanto respeto para nuestra democracia.
Llegan ustedes a un país en una lucha de todas las horas para ser una democracia mejor, que caracterizamos por el avance en seguridad, el respeto a las libertades, la lucha por la cohesión social, una formación de Estado de instituciones independientes, y la búsqueda de la transparencia, a lo cual contribuye profundamente la información, la estadística, como factor de confianza, aglutinante de todos los ciudadanos alrededor de los principios democráticos.
El país ha avanzado bastante en seguridad. La ha practicado con total criterio democrático. Seguridad para todos los ciudadanos.
Hemos logrado avances significativos en la reducción del crimen, en el combate del terrorismo, no obstante que reconocemos todo lo que falta.
Y hay unos intangibles de gran significado:
Este país ha recuperado unos monopolios que nunca debió perder el Estado: El monopolio del Estado para combatir a los violentos y para ejercer Justicia. Colombia ha desmontado el paramilitarismo. Los ciudadanos colombianos entienden hoy que el único camino para obtener el servicio público de seguridad es el Estado.
Colombia ha avanzado muchísimo en ese factor del capital colectivo, del capital social, que es el reconocimiento de los ciudadanos a la circunstancia de que no se pueden buscar caminos por fuera de la Ley.
Encuentran ustedes que en un país que en muchas regiones vio perdido el monopolio estatal de la Justicia, desplazado y reemplazado por grupos terroristas, estimulados todos por el narcotráfico, bien fuera de origen guerrillero o de origen paramilitar, eso se ha superado.
Hoy la Justicia colombiana ha recuperado el monopolio que le corresponde en todo el territorio. Este es un gran intangible.
Colombia tiene hoy entre sus políticas públicas, asignada gran relevancia a la atención de las víctimas.
En el pasado, las víctimas no contaban, no se expresaban por temor, no reclamaban porque lo encontraban inútil.
Hoy hay más de 220 mil víctimas registradas. El país ha empezado un proceso bien importante de reparación de las mismas.
Sabemos que reparación total no hay, pero también entendemos que todo esfuerzo de reparación anula semillas de odio, elimina gérmenes de venganza.
Hemos enfrentado este desafío terrorista, de un terrorismo rico por el narcotráfico, de un terrorismo de muchas décadas, lo hemos enfrentado sin legislación marcial, sin recorte de libertades. Lo hemos enfrentado con una legislación civilista.
Yo creo que esto honra la democracia colombiana.
En otros países, para desafíos menores se impuso la legislación del recorte de libertades. Aquí ha ocurrido todo lo contrario: a medida que se avanza en la lucha contra el terrorismo, el país respira más hondamente el aire de sus libertades.
Adelantar esta lucha con pleno respeto a las libertades, a la legislación ordinaria, característica de la civilidad, es algo que quiero destacar ante ustedes, apreciados visitantes.
Este elemento de la lucha de la seguridad está acompañado por el respeto a las libertades. Es un país donde se disfruta plenamente de las libertades. De todas las libertades: las libertades civiles, de las libertades políticas. Ustedes así lo pueden apreciar en cualquiera de las manifestaciones de la vida cotidiana de Colombia.
Y luchamos por la cohesión social, por un país que prospere, que pueda superar la pobreza y construir equidad.
Diría que el camino por el cual nos llevaba el terrorismo era un camino para mantenernos condenados permanentemente a la pobreza y, de pronto, a adoptar aquel camino del que algunos finalmente renegaron en Europa, que se llamaba ‘el de la mala distribución de la pobreza’.
Aquí estábamos pasando de la mala distribución de la riqueza a la mala distribución de la pobreza, porque nos estaban dejando sin esperanza para poder superar la pobreza, y todos los días era más lejana la posibilidad de construir equidad.
Nosotros creemos que además de la seguridad para construir esa cohesión social se necesita un gran esfuerzo en materia de promoción de inversión, de emprendimiento, y en materia de responsabilidad social del emprendimiento.
El país ha tomado una serie de medidas en reformas estructurales, constitucionales, legales, tributarias, para estimular la inversión, pero también tiene la condición de la responsabilidad social.
Entendemos por responsabilidad social la transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado: transparencia en la tributación, en la asignación de contratos, en la solución de disputas.
Entendemos por responsabilidad social la solidaridad real, eficaz, del emprendimiento con las comunidades, más allá de los mínimos legales. Por ejemplo, en temas ambientales.
Entendemos por responsabilidad social unas relaciones laborales regidas por la fraternidad, no antagonizadas por el odio de clases o por el capitalismo salvaje.
Creemos que el capital tiene que ser un factor de construcción de riqueza social, no un factor de especulación. Y que esta crisis de la economía mundial tiene que llamar la atención, no para anular la iniciativa privada, como algunos han querido, sino para reorientar la noción del capital y entenderlo exclusivamente como un factor de construcción de riqueza social.
Encuentran ustedes un país que está avanzando en confianza inversionista. Hemos pasado la tasa de inversión del 12 al 25 por ciento.
Aquí la inversión extranjera directa era de 500, 700 millones de dólares; escasos picos de mil 500, dos mil.
En los últimos años, esa inversión se ha situado en diez mil 500; en ocho mil 500; seis mil 500; nueve mil 28; el año pasado, 10 mil 564 millones de dólares.
Este año, no obstante las dificultades, las cuentas entregadas por el Banco Central para los primeros días de julio nos mostraba que el país ya se estaba aproximando a cuatro mil 500 millones de dólares.
Por supuesto, una caída importante frente al año pasado, pero un gran aumento frente a periodos anteriores.
Y la tasa doméstica de inversión ha crecido sustancialmente. Nuestro esfuerzo es que la tasa general de inversión no se caiga por debajo del 25 por ciento.
Creemos que mantenida, con toda la decisión, esa tasa, y con la aplicación del concepto de responsabilidad social, el país puede ir superando los niveles de pobreza y de inequidad que tanto lo han maltratado.
Nosotros tenemos un Estado de instituciones independientes: la primera de ellas es la descentralización. Este país elige 32 gobernadores, 1.102 alcaldes por elección popular directa, de los más diversos orígenes políticos. Y el Estatuto de Descentralización se respeta en Colombia, sin sujetarlo a resultados políticos.
Diría yo que es una de las más importantes instituciones de nuestra estructura democrática.
La Justicia es independiente y autónoma. Los son los organismos de control y, por supuesto, el organismo de estadística y de información tiene una larga respetada tradición de independencia.
Creemos profundamente que esto ayuda a construir esa confianza que se requiere para la credibilidad, la sostenibilidad democrática.
Y le asignamos toda la importancia al rigor científico de la estadística, a la veracidad y objetividad de la información.
Diría yo, apreciados asistentes, que en Colombia no solamente los gobiernos se han abstenido de intentar siquiera manipular la información, sino que de pronto nos hemos ido al otro extremo: por el rigor científico de la estadística, casi que ha habido una especie de inhibición en sus científicos, que los lleva a que les dé mucha dificultad publicar alguna cifra que le conviene al Gobierno de turno.
Cuando nosotros lo reclamamos, finalmente decimos: ‘Bueno, malo para el corriente Gobierno, pero finalmente bueno para la democracia’.
Les deseo todos los éxitos en estas deliberaciones. Colombia los acoge con todo el respeto, con toda la fraternidad, y que puedan disfrutar esta ciudad de Bogotá.
Al doctor Héctor Maldonado, Director del Dane, Presidente de esta Conferencia, nuestra felicitación y nuestra gratitud.
A usted, doctora Laura, y a la señora Directora de la Cepal, nuestra gratitud.
A todos, muchas gracias”. |