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Palabras del Presidente Álvaro Uribe al clausurar el ‘Congreso Latinoamericano de Acceso a Servicios Financieros’

El país está de moda como destino de inversión, reiteró este viernes el Presidente Álvaro Uribe Vélez al intervenir en la clausura de Primer Congreso Latinoamericano de Acceso a Servicios Financieros, en Cartagena. Foto: Felipe Pinzón - SP.

 

Cartagena, 21 ago (SP). “Primero, quiero felicitarlos por este oportuno esfuerzo que ustedes hacen para darle luces a Colombia sobre cómo avanzar en esta tarea de bancarización. Nosotros hemos procurado, a lo largo de estos años, tener un equilibrio entre tres políticas: la política de seguridad, la política de promoción de inversiones y la política social.

Era muy fácil pensar que un gobierno que empezó después de que los colombianos avalaron una propuesta de seguridad, iría a dedicar todos los esfuerzos exclusivamente a seguridad, en desmedro de la política social. Diría que hoy podemos mostrar un avance de seguridad, no obstante lo que falta, con un avance bien significativo en política social.

El tema del acceso a los servicios

financieros institucionales es un imperativo para superar factores de exclusión. Nosotros reconocemos que la falta de bancarización en Colombia, explica también por qué tantísimos colombianos tienen que acudir al mercado negro de la usura. Casualmente estábamos ahora en un congreso de mujeres convocado por la Consejería Presidencial de la Mujer, para el tema de acceso a lo que se llama Banca de Oportunidades, al crédito de emprendimiento.

Y las compatriotas son muy claras al decir: yo no he podido conseguir crédito, el único camino que me ha quedado es el mercado negro de la usura, lo que en algunas partes llaman el ‘gota gota’, en otras partes el ‘paga diario’, etcétera.

Con el profesor Yunus, al presentarle a él este programa en Colombia, él encontraba correcto lo que se viene haciendo. Diría que el esquema que se ha sido acordado con ustedes es un esquema correcto, hay que entrar a introducirle permanentes ajustes a ver cómo lo aceleramos más.

Primero, es un esquema al que llamamos Banca de Oportunidades, donde todo el mundo participa. Participa banca pública, banca privada, banca de primer piso, banca de segundo piso. El Estado aporta con fondos de garantías, que lo hay en lo nacional y lo hay en las entidades territoriales. Por supuesto, ha flexibilizado algunas reglamentaciones para poder avanzar en esto, como el tema de los corresponsales no bancarios.

Y también en banco de segundo piso, para muchas entidades especialmente para los Ong’s que están dedicadas al tema del microcrédito.

¿Qué hemos obtenido? La bancarización en Colombia sigue siendo baja, pero en este gobierno ha crecido unos 20 puntos. Ha pasado más o menos de un 37 a un 57 por ciento, cifras que derivan de la información que Asobancaria publica y que coinciden plenamente con la información de la Superintendencia.

Cuando nosotros empezamos, el total de la cartera para los microempresarios colombianos valía 732 mil millones de pesos, y hoy supera los 7 billones. Es un crecimiento enorme de 2002 a la fecha.
El total de la cartera, medido en función de la cartera del sector financiero y el total de la cartera, implica entidades públicas vigiladas y no vigiladas. Cuando ustedes miran el total de la cartera en la Superintendencia, eso tiene un desfase con lo que les estoy diciendo. Porque la Superintendencia cuantifica la cartera que tiene como sujeto activo a las entidades vigiladas. Nosotros tenemos que sumar todo, porque nosotros trabajamos con todas.

Y aquellas entidades que se benefician de los recursos de Bancoldex, que es el banco de segundo piso en esta materia, generalmente son las no vigiladas. Entonces si sumamos cartera que está administrada por entidades vigiladas y no vigiladas, y sacamos su proporción frente a la cartera total del sector vigilado, cuando empezó nuestro gobierno era el 1,5 y hoy es el 5,5. O sea que hay un buen crecimiento.

Nos propusimos en el primer gobierno entregar un millón 800 mil microcréditos, lo cumplimos. En el segundo gobierno, haciendo este esfuerzo de todos, entregar 5 millones de microcréditos. Hoy vamos por encima de 4 millones.

Debimos acelerar metas como parte de la política anticíclica para poder enfrentar este año estas dificultades de la economía. Y a este año, en el periodo enero diciembre, le asignamos millón y medio de micro créditos, confiamos que lo vamos a cumplir.

Haciendo el examen de lo que ha pasado con el microcrédito en el país, y esta la parte buena de la noticia, reconociendo que falta mucho, uno se hace esta reflexión, cuando se ve un decrecimiento del empleo en la industria y en el comercio y no hay decrecimiento en el empleo en general, hemos logrado mantener sin deterioro el gran avance que se presento en los últimos años en Colombia en acceso a la seguridad social. Hemos sido muy temerosos, desde octubre del año pasado, de que el gran avance que habíamos logrado se nos empezara a deteriorar a consecuencia de la crisis. Hasta ahora no se nos ha deteriorado.

¿Entonces qué explica cuando hay un decrecimiento del empleo en la industria reportado ante los grandes gremios, del comercio reportado ante los grandes gremios, y eso no se corresponde con una fortaleza que sigue mostrando la afiliación a la seguridad social, y no se corresponde con las cifras generales del desempleo? Inclusive este año hay mas filiados a las cajas de compensación. Nosotros pensábamos que no solamente íbamos a perder el ritmo de avance de la afiliación a las cajas de compensación, sino que se nos iba a devolver.

En el periodo junio 2008 a junio 2009, hay un enorme crecimiento de la población ocupada en Colombia. Hay problemas, por ejemplo, la ciudad de Pereira, la ciudad de Ibagué, en alguna forma la ciudad de Medellín, la ciudad de Manizales. Pero más o menos lo que indican cifras generales del país son estas a las que muy someramente me acabo de referir.

Creo que el microcrédito está jugando un papel muy positivo en estos resultados.

De los más de 4 millones de créditos entregados en nuestro segundo gobierno, un millón 200 mil corresponden a personas que por primera vez han accedido a un crédito institucional. A eso se le hacemos seguimiento todos los días.

Esto tiene que ser una cosa de insistencia. Les decía ahora en una buseta: miren, este problema no lo resuelve ni un gobierno socialista ni un gobierno capitalista, lo resuelve un gobierno con entrega, con devoción. Tramitarle un crédito, un servicio financiero, a una persona jurídica o natural organizada, de un aceptable nivel de recursos, es muy fácil.

Por ejemplo, hoy había unas señoras de El Salado; en el Carmen de Bolívar, unas señoras de San Jacinto del Cauca, en La Mojana; de Montecristo, Montes de María, Sur de Bolívar, cara occidental de la Serranía de San Lucas, vendedoras ambulantes de Cartagena… Tramitarles un crédito a estas compatriotas es difícil y necesita una gran perseverancia.

Y el gran problema que hemos observado hoy no es la falta de fondos. Recursos para el microcrédito hay. Seguimos con un problema grave, que es el proyecto, la situación de aquellos que apenas están empezando con un proyecto. Y más importante que la garantía es el acompañamiento. Más importante que la garantía formal de un avalista, de un fiador, de una prenda, una garantía real, es la garantía operativa del acompañamiento. Lo que hemos detectado es que lo que más requiere esto es un buen acompañamiento, en la preparación del proyecto, en la presentación de la solicitud y en el periodo durante el cual se es deudor.

Entonces estamos haciendo ahí una tarea con el Sena, con Ong’s dedicadas al tema, en fin, con la institucionalidad pública y privada, doméstica e internacional.

Incentivos a la inversión

Quisiera referirme a algunos de los temas que nos ha dicho la doctora María Mercedes. Nosotros, en términos generales, hemos adoptado una legislación tributaria no simple. No estructural en la acepción que algunos le dan.

Cuando pregunto qué es una legislación tributaria estructural, me dicen: es una legislación de tarifa plana, baja, universal.

¿Qué problema le vemos nosotros? Nosotros creemos que en esta fase de la vida colombiana, en un país con tanta necesidad de capital físico y de capital humano, es necesario que la legislación tributaria le dé un tratamiento más benéfico a quien invierte, que a quien no invierte. Por eso nuestra legislación tributaria está caracterizada hoy por incentivos a la inversión.

Estamos haciendo algunos ajustes, pero creemos que un país que apenas adoptó esos incentivos hace muy poco, no puede ser objeto de un bandazo.

Hace pocos días me decía un señor dueño de la fábrica de confites más grande de China, me decía esto: ‘Yo en el pasado nunca me interesé en Colombia, porque lo que oía de Colombia eran malas noticias, y nunca me detuve en Colombia. Hoy, sí. Y como tengo que poner una fábrica distinta a la de China y estoy buscando el continente americano, ya estoy considerando Colombia’.

Y el país ha venido en los últimos años aumentando y sosteniendo elevadas tasas de inversión: extranjeras, domésticas y la tasa de general. Este año, a pesar de la crisis, en el primer trimestre –información de que disponemos- la tasa de inversión se sostuvo en el 25 por ciento.

Y al último día de julio, la inversión extranjera directa en el país sumó 4 mil 675 millones de dólares. Un 11 por ciento menos que el año pasado, pero mucho más que en periodos anteriores: periodos anteriores de 500; 700; picos de mil 500; 2 mil millones de dólares, excepcionales.

El país está bastante de moda en el tema de destino de inversión. Creemos que la mejor defensa para poder superar en Colombia pobreza y construir equidad, es mantener una lata tasa de inversión, sostenida en el largo plazo, con responsabilidad social.

Por eso el Gobierno quiere ser muy cuidadoso en no desmontar un régimen de incentivos y de garantías que se ha adoptado para estimular las inversiones.

Otra cosa es introducirle ajustes. Por ejemplo: nosotros tenemos que derramar nuevamente el impuesto al patrimonio.

Y creo que la discusión no se puede circunscribir a lo puramente técnico, tributario. Eso tiene un gran significado social, eso ha construido gobernabilidad social.

Y eso ha permitido decir algo que es consistente con la práctica, con lo que ha sido la vida de Colombia estos años: cuando los sectores más pudientes, con el impuesto al patrimonio han financiado la seguridad, han hecho posible que con el avance en la seguridad avancen también las coberturas sociales.

Lo peor, desde el punto de vista social, habría sido para este país que hubiéramos avanzado en seguridad y que no hubiéramos avanzado en cobertura social. Cartagena está llegando hoy a 60 mil Familias en Acción.

El país tiene 41 millones de ciudadanos afiliados al régimen de salud, no obstante, correctivos que todavía nos faltan allí, etcétera.

Y Bienestar Familiar está entregando 14 millones y medio de porciones alimentarias al día. Tenía cinco millones de beneficiarios, hoy tiene 12 millones. Y uno puede ver un gran avance en las coberturas sociales. Eso se ha hecho posible, en buena parte, porque la Seguridad Democrática se ha financiado con ese impuesto al patrimonio.

De ahí la importancia, desde el punto de vista social, para continuar en eso.

Este país es un país, diría, con más debate político que conflicto social, y creo que eso también es bien importante como garantía de estabilidad al futuro.

Porque nada ganamos con tener hoy en un país cualquiera unas excelentes cifras macroeconómicas, y una gran duda sobre el futuro político. O sea que estas normas están llamadas también a construirle al país predecibilidad a cerca de su futuro político, que es fundamental para mantener unas altas tasas de inversión. Por eso la idea nuestra de apenas hacerle ajustes a esta legislación tributaria.

Otro: en el 2002 se tomó la decisión de una deducción a las inversiones del 30 por ciento; en el 2006 el Congreso Nacional la subió al 40. Los estímulos nos han demostrado su bondad.

Dice: ‘Sí, el año pasado costaron más de 4 billones, casi cinco; pero directamente relacionados con los estímulos hay 26, 28 billones de inversión’.

Y los analistas más pesimistas reconocen que por lo menos eso se anticipó.

Nosotros creemos que lo que se vio en el periodo 2002 – 2006 indica que es suficiente con la deducción del 30 por ciento.

En 2002 la legislación dijo que el resultado impositivo de la deducción habría que cobrarlo en el momento en que el contribuyente repartiera utilidades. Eso se eliminó en el 2006. La norma del 2006 dijo: eso queda estable, ya no se vuelve irreversible. Y creemos entonces que lo que deberíamos hoy es tener una combinación del porcentaje de deducción del 2002, que es el 30 por ciento, y la norma de 2006, que dice: no obstante que el contribuyente favorecido por la deducción haga un reparto posterior de utilidades, la deducción, desde el momento que se reconoce, queda en firme. Creemos que eso conviene. Es lo que nos indica la experiencia de estos años.

Zonas francas

Creemos que no se debe acumular unos incentivos; por ejemplo, el incentivo de zona franca, y esta ciudad sí que se ha beneficiado con zonas francas; hay que ver el proceso de construcción de nuevas actividades productivas en Mamonal.

Un estímulo de zona franca no debe ser un estímulo que se sume, en cabeza del mismo contribuyente, a la deducción del 30 por ciento.

Acuerdos de estabilidad

Creemos que los acuerdos de estabilidad, que se han constituido en un gran paso para generar confianza en Colombia, porque los inversionistas dicen: hoy me dan este estímulo, ¿y si mañana me lo quitan? Yo hago esta inversión, la proyecto a 20 ó 30 años, gracias a este estímulo, y resulta que mañana me la desconocen.

He ahí la importancia de los acuerdos de estabilidad a 20 años. Lo que estamos proponiendo es que le Gobierno sustraiga de los acuerdos de estabilidad, la posibilidad de que en algún momento tenga que, por una circunstancia extraordinaria, hacer un derrame, por ejemplo, de una tarifa transitoria del patrimonio.

No se puede decirles a los contribuyentes: ustedes no van a ser sujetos, en le momento en que se necesite derramar esa contribución. Entonces algunos ajustes.

Tema del 4 por 1.000

Veo que la doctora María Mercedes (Cuéllar, Presidente de Asobancaria) nos propone nuevamente el tema del Cuatro por Mil, relacionado con esta estabilidad.

Yo no entro en la discusión técnica del Cuatro por Mil. La dificultad es hoy su reemplazo en Colombia. Creo que una cosa es tener una economía con déficit, pero con confianza inversionista; todo lo contrario es tenerla con el mismo déficit, pero sin confianza inversionista.

Pienso que hoy la ventaja frente al déficit y al endeudamiento, es que Colombia es un país con confianza inversionista, y el propósito debe ser todos los días consolidarla.

El Gobierno piensa que llega un momento en que vamos a recuperar la dinámica del crecimiento y la dinámica del recaudo de tributos, y que eso hará posible avanzar en el desmonte del Cuatro Por mil. Hoy es muy difícil su reemplazo.

Ahora, se han hecho alivios: hoy se deduce uno de los cuatro puntos a los contribuyentes; y en los sectores populares se adoptó, o se adoptó para todos los colombianos, que beneficia a los sectores populares, la norma de que cada ciudadano puede tener una cuenta, cuyos movimientos –creo que hoy es hasta 8 millones al mes-, no pagan cuatro por mil.

Mis compañeros de Gobierno y yo nos encontramos por lo menos dos veces a la semana con sectores populares en temas de crédito. Una religiosamente los sábados, y otra en los Consejos de Empleo, en reuniones como la de esta tarde en Cartagena, etcétera. Desde que empezamos a difundir esa norma, el tema del Cuatro por Mil, en los sectores populares ya no se percibe como obstáculo a que ellos quieran acceder a los servicios institucionales de crédito y a los servicios financieros.

Quería proponerles esa reflexión a ustedes.

Familias en Acción

A ver, ustedes, si los entiendo, dice lo siguiente la doctora María Mercedes: está muy bien procurar bancarizar Familias en Acción.

Yo creo que va a ser un gran salto que esas 2 millones 740 mil Familias en Acción que están recibiendo un subsidio, contra la garantía de que sus hijos estén estudiando, y que es un gran paso social en Colombia, las tasas de deserción se han disminuido mucho.

Este año teníamos nosotros enorme temor de que se nos aumentara la deserción por cuenta de la crisis de la economía, y hoy veíamos con las universidades en Manizales cómo en el país la tasa de deserción universitaria ha seguido cayendo.

Nos mostraban cómo ya hay universidades con deserciones que no superan año tras año el seis por ciento, en un país que ha pasado, nosotros teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, y ahora estamos llegando a más de un millón 700 mil.

Y hemos pasado de una cobertura del 78 por ciento en educación básica, estamos llegando al ciento por ciento, y las tasas de deserción se han disminuido sustancialmente, y la tendencia de disminución no se ha revertido, no obstante la crisis.

Creemos que programas como Familias en Acción, las Becas Acces, los créditos del Icetex, todo eso ha ayudado muchísimo.

Está bien, tenemos que dar el paso de aprovechar todo esto para que la gente se bancarice. El ideal es que el pago a las dos millones 740 mil Familias en Acción, se les deposite en una cuenta. Yo creo que rápidamente vamos a tener 800 mil familias en eso.

La preocupación de ustedes: que eso se ha hecho solamente con el Banco Agrario.

Alguna razón me dio a mí Acción Social sobre el tema. El Gobierno no tiene ahí ningún sesgo ideológico, ni mucho menos. Nosotros lo que necesitamos es que prosperen todas las actividades institucionales en Colombia.

Yo les decía esta tarde a estas compatriotas que, por ejemplo, en crédito, en Banca de las Oportunidades, nosotros los necesitamos a todos. La banca pública, la privada.

La función social exige que concurra lo público, lo solidario y lo privado.

Yo no recuerdo exactamente por qué la decisión de Acción Social de haber contratado eso exclusivamente con el Banco Agrario, pero el Gobierno no tiene sesgo.

Sigamos mirando el tema. Creo que se puede agotar una etapa, ver qué ha pasado y mirar cómo se proyecta de ahí en adelante.

Otros temas

Lo de la retención en la fuente. Yo no sé si podamos hacer ahora más alivios.

El tema de la telefonía móvil, de esos servicios. Esas tarifas han venido reduciéndose. El país ha pasado en 7 años de 4 millones de aparaticos celulares, creo que hoy hay 41 millones de aparaticos celulares en el país. Lo que yo no sé es qué tan lejos estamos de la posibilidad de que todo el mundo los pueda utilizar para el acceso a los servicios financieros.

El Gobierno está procurando tener una tasa de crecimiento del 30 por ciento en el mejoramiento de la conectividad en el país, año tras año. Este año se nos ha caído, pero sigue todavía muy alta.

Nosotros aspiramos que el año entrante el 76 por ciento de la matrícula oficial educativa tenga acceso a una red de buena banda, de una buena banda ancha.

Yo preguntaría: Qué puede hacer el Gobierno hoy para felicitar que se llegue más rápido al acceso a los servicios financieros a través de la red móvil, y de manera universal, que podamos llegar a los sectores, que en las palabras de Prahalad son los sectores base de la pirámide”.

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