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Enero 17 Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe durante la instalación del Consejo Comunitario de Gobierno sobre el Sector Salud

Con el Himno Nacional, el Presidente Álvaro Uribe instaló el consejo comunal sobre salud, este sábado 17 de enero, en la sede principal del Sena en Bogotá. Entre los temas analizados se destacan salud pública, aseguramiento, cobertura, calidad, financiación, inspección, investigación, vigilancia y control. Foto: Felipe Pinzón - SP

 

Bogotá, 17 ene (SP). “Habíamos tenido que aplazar este Consejo el año pasado porque otros temas en el momento nos exigieron darle prioridad.

Yo no voy a hacer unos comentarios, creo que los debemos hacer a medida que vaya avanzando el Consejo. Ustedes saben que hay cosas buenas y hay cosas difíciles.

Creo que hemos tenido un gran avance en cobertura. Hemos pasado en estos años de Gobierno de 10 millones 600 mil colombianos afiliados al régimen subsidiado de salud, y terminamos 2008 con aproximadamente 23 millones de cupos.

Hemos pasado de tener 13 millones y medio de colombianos afiliados al

sistema contributivo, beneficiarios del sistema contributivo, y hoy estamos alrededor de 18 millones de colombianos beneficiarios del sistema contributivo.

Yo diría que vamos avanzando a lo que sería la primera meta de cobertura universal. ¿Por qué hablo de la primera metas de cobertura universal? Porque uno de los retos que tenemos es la nivelación del plan obligatorio del régimen subsidiado con el plan obligatorio del régimen contributivo.

Lo concibió así la Constitución del 91 y lo concibe la Ley 100 del 1993. En ambos textos se definió que simplemente habría un avance gradual, gradualidad que se ha aplazado bastante en Colombia, diría yo que por razones presupuestales y de diversa índole.

Yo creo, pues, que así aparecen hasta el momento dos grandes retos: concluir la universalización de la primera etapa de cobertura, en lo que hemos avanzado bastante; y empezar esa nivelación del plan obligatorio de servicios del régimen subsidiado de salud con el plan del régimen contributivo, y en un momento bastante difícil de la economía nacional, con inmensos riesgos para el presupuesto.

Diría yo que la situación de calidad hay que revisarla todos los días, pero si el termómetro fuera lo que vemos semanalmente en los Consejos Comunitarios en las regiones, y en muchas regiones con los compatriotas que se suceden de diálogo, dos a tres a la semana, tendría que decir uno que hay muchísimas menores dificultades de calidad y de atención hoy, que las que encontramos.

Yo recuerdo en el en el primer año y medio, los primeros dos años los consejos comunitarios era la gran queja en todas las regiones colombianas sobre la atención.

Ustedes saben fenómenos de corrupción, entidades ARS, Administradoras de Régimen Subsidiado, en unas partes del país penetradas por la guerrilla, en otras partes del país penetradas por los paramilitares; problemas de atención muy graves. Yo creo que eso se ha venido superando.

Diría yo que no podemos cantar victoria, pero hay algún mejoramiento de acuerdo con lo que expresan los colombianos en materia de atención y en materia de calidad.

Por supuesto, hay diferenciales regionales todavía muy pronunciados que nos obligan a trabajar más en el tema.

Se han dado unos pasos en reformas bien importantes. Diría yo que la reestructuración de muchísimos hospitales colombianos ha sido un paso muy afortunado.

Yo creo que nos salimos de la costumbre de que simplemente se dejaban quebrar los hospitales y se acudía a exigirle una acción de salvamento presupuestal al Gobierno Nacional.

Algo bien importante destacar. En este Gobierno no ha habido cierre de hospitales. En este Gobierno ha habido, mejor reapertura de hospitales que se habían cerrado. Y yo creo que en el debate social y doctrinario del país eso es bien importante destacarlo.

La administración nuestra no le hemos dado la espalda a los hospitales en problemas para dejarlos quebrar.

Ahora, hemos reestructurado muchísimos hospitales, pero yo tengo que expresar esta preocupación: hay que garantizar que la nueva administración de esos hospitales sean sostenibles, dentro de parámetros de eficiencia, de eficacia.

Por supuesto, la eficiencia es un concepto que tiene que incluir los valores sociales. La eficiencia no quiere decir que todos los hospitales tengan que ser autosuficientes. Hay regiones colombianas donde esa autosuficiencia es bien difícil y se puede lograr el mayor nivel de eficiencia.

Esto es, la mayor eficacia con el mejor uso de los recursos; y sin embargo, el resultado ser que el hospital no es autosuficiente.

Entonces, en muchos hospitales reestructurados yo creo que se ha hecho la buena tarea de arrebatárselos a esa mezcla tan dañina que conforman la politiquería y los excesos sindicales.

Pero a mí me preocupa que muchos de los reestructurados se han ido al extremo de sustituir la vinculación laboral por excesos de maltrato o de inestabilidad, a través de cooperativas.

Lo que he empezado a ver en el país es que el cooperativismo de trabajo asociado se ha corregido bastante. La ley del año pasado ayudo a corregirlo muchísimo.

Lo que vimos con las clínicas del Seguro Social en diciembre, aquí en Bogotá, el diálogo que tuvimos allí, tema al que me voy a referir más adelante, nos demostró que puede haber con ese cooperativismo solidaridad, fraternidad en las relaciones laborales y estabilidad. Pero, necesitamos que eso sea la regla en todo el país.

Si a mí me dicen que este hospital está hoy administrado, los servicios se prestan a través de una cooperativa, que es real cooperativa, que todos son verdaderos integrantes de esa cooperativa, que se garantizan unos ingresos razonables, y que también hay garantía de estabilidad, eso está bien.

Pero si se utiliza la cooperativa para deprimir ingresos, para generar inestabilidad, para evadir prestaciones, para evadir obligaciones con la seguridad social, hacemos inmenso daño.

Yo invitaría a que hagamos una revisión este año en todos los hospitales donde hay cooperativas, para que tengan que trabajar de acuerdo con aquellos que podríamos destacar como puntos de referencia.

El informe que tuvimos en diciembre, pero allá de viva voz, reunidos con la familia laboral de las clínicas del Seguro Social en Bogotá, un informe que nos permite decir que allí hay un buen punto de referencia.

Yo pediría que hagamos una revisión este año hospital por hospital.

Pienso que tenemos que descartar en Colombia en el manejo hospitalario dos extremos que hacen mucho daño: el extremo de la mezcla de politiquería y excesos sindicales, y los abusos en algunas cooperativas de trabajo asociado y la presencia de intermediarios.

La ley laboral del año pasado dice muy claramente que el cooperativismo de trabajo asociado no puede ser intermediario laboral. Y todos sabemos que la legislación es clara para distinguir entre lo que es una intermediación laboral y una auténtica prestación de servicios. Ese es un tema.

También me preocupa de los hospitales reestructurados que vuelvan a caer en los viejos vicios, que se descuiden y simplemente digan que no, vendrá otro Gobierno que nos rescatará.

Por eso creemos que con los hospitales reestructurados hay que hacer un gran esfuerzo para dar el paso, a fin de que tengan operadores independientes que los protejan de todos estos riesgos.

Nosotros hemos visto hospitales reestructurados con operadores independientes que son un lujo, y hospitales reestructurados que no tienen operadores independientes que van bien, pero otros que van mal. Con la amenaza de recaer en la enfermedad que se les curó.

Entonces yo sugeriría, respetuosamente, que se considere para este año que en aquellos hospitales que podamos seguir reestructurando, aunque tenemos serias dificultades presupuestales, y en los hospitales ya reestructurados el avance hacia operadores independientes, que los hay y muy buenos en Colombia, y con toda la responsabilidad social y con todo el sentido de la fraternidad laboral.

Tenemos, yo diría que unas reformas bien importantes en el Seguro Social. Si yo viera al país como lo veía desde el Senado de la República, cuando tramitábamos entre el año 86 y el año 90 la Ley 50, y entre el 86 y el año 1993 la ley 100, yo habría dicho que esa reforma del Seguro Social era imposible por los radicalismos ideológicos que se oponían a ella.

Creo que es una reforma muy buena que el país oportunamente valorara, que parecía desde el punto político imposible. En nuestros primeros cuatro años nos tuvimos que gastar todo ese tiempo para poder hacer la base de esa reforma, que fue separar las clínicas del sector central del Seguro Social, sin esa separación habría sido imposible llevar adelante esas reformas, ese paso fue muy afortunado.

Y miren, habríamos tenido la opción, porque este Gobierno es un Gobierno firme pero no fundamentalista, los fundamentalismos neoliberales o social burocráticos le han hecho mucho daño a nuestros países, en esos extremos.

Entonces, un fundamentalismo le dice a uno, no todo tiene que ser estatal y el otro fundamentalismo le dice a uno, no acabe entonces lo estatal y déjenle eso al sector privado. Yo pienso que lo que hemos hecho con los hospitales es bien equilibrado, resiste todo el análisis social y lo que se ha hecho con el Seguro Social.

Aprovechamos la existencia de una institucionalidad social bien particular de Colombia, bien sui generis de Colombia, que son las Cajas de Compensación Familiar. Yo no veo hoy en el continente una institucionalidad social comparable, manejadas por empleadores, por trabajadores, con marco jurídico de empresa privada pero con unos objetivos totalmente de política social.

Pienso que la sociedad que ha hecho el Estado con las Cajas de Compensación para las nuevas EPS es un gran paso, y se garantiza una EPS social; en las palabras del Ministro eso nos ha permitido hacer el transito del desgreño estatal a la esperanza de eficiencia social, y no quedan cerradas las puertas la clientelismo. Yo creo que eso es bien importante.

Las puertas para que este Gobierno o cualquier Gobierno haga clientelismo con la EPS del Seguro Social. Yo creo que ese es un gran producto de toda la reforma administrativa nuestra, que a la fecha nuestra lleva 411 entidades del Estado. Toda entidad que reformamos se le cierra la puerta al clientelismo.

Y pienso que la concepción de esta nueva EPS tiene otro punto muy afortunado, que es una EPS que no va a tener ni el más mínimo porcentaje de integración vertical.

Allí hay un experimento para observar porque esa discusión lleva muchos años. Cuando empezamos la discusión de la ley 100, yo recuerdo que en año 1.986, me estrenaba yo en el Senado de la República y presentamos un proyecto para darle a las Cajas de Compensación y a las Cooperativas la atribución de afiliar en las mismas condiciones del Seguro Social, y un gran colombiano Raúl Orejuela Bueno, ex ministro de Salud, que en paz descanse, mi compañero en la comisión séptima del Senado, presentó una proposición para archivar eso, y se archivó con la tesis de que acabábamos el monopolio de Seguridad Social para el Estado, que venia de toda la legislación alemana de principios del siglo XX y de la segunda mitad del siglo XIX.

Y Pasaron todos esos años del 1.986 al 1.993 para sacar la ley 100, que en esta parte de salud tuvo ese gran entusiasmo, esa gran experiencia, esa gran preparación del entonces Ministro Juan Luis Londoño, y algunos colombianos que participaron ampliamente en esa discusión aquí está la doctora María Teresa Forero, el doctor Esguerra recuerdan un punto que discutimos durante todos esos años fue sí la nueva institucionalidad podía tener integración o no.

Y hubo argumentos para todo. Como se dieron hace dos años frente a la nueva Ley. Entonces en la nueva Ley, después de ya tanta experiencia se llegó a la conclusión que, porque uno se reunía con los hospitales y decían que no puede haber nada de integración vertical. Eso permite unas posiciones dominantes, unos abusos, mala calidad de servicios; y se reunía uno con las EPS y decían todo lo contrario, que para ser eficientes, para ser competitivos, para poder dar las mejores tarifas necesitamos trabajar con nuestras propias clínicas. Una discusión muy difícil, muy difícil.

Yo creo que el Ministro y el Congreso de la República pusieron eso en un punto de equilibrio, en el punto de equilibrio de limitar esa integración vertical hasta un porcentaje.

El documento que entregó la Sociedad Colombiana de Hospitales en diciembre hay la queja de que eso no se ha cumplido, es uno de los temas para mirar hoy porque esa ha sido una discusión muy difícil, y yo creo que, por lo menos, el cumplimiento de ese porcentaje de integración vertical techo que se fijó en la Ley de hace dos años, es una obligación del Gobierno, exigir que se dé ese cumplimiento.

Yo diría que la nueva EPS nos va a dar luces sobre ese escenario. EPS trabajando con cero integración vertical y contratándolo todo. Nos va a dar luces, yo creo que ahí tenemos una buena oportunidad para observar ese desarrollo, y ahí se ha hecho una gran reforma.

Y tengo todo el entusiasmo con las reforma que se viene haciendo en las clínicas del Seguro Social, uno visita la clínica de Cartagena, la clínica de Santa Martha, las clínicas de Medellín, las de aquí de Bogotá y es otra cosa.

Y yo diría que la realidad superó los fundamentalismos ideológicos, los fundamentalismos ideológicos impedían reformar esas clínicas, y entonces uno veía clínicas, me ha gustado hablar del tema sobre mi ciudad para tener alguna autoridad moral y cuando uno critica lo propio es menos difícil que cuando critica lo ajeno.

En Medellín uno visitaba unas clínicas de excelente, a nivel de las mejores del mundo, y las del Seguro Social los pacientes arrumados en los pasillos, un desastre, quebradas, y todas esas clínicas esperando 500 mil millones, un millón de subsidio del presupuesto nacional al año para sobrevivir, eso si fundamentalismos ideológicos impedían que se reformara.

Había un discurso ideológico radical para defender un Estado de prestación de servicios para defender un estado de prestación de servicios pésimo.

Yo creo que si en algo se ha avanzado en este Gobierno fue haber derrotado ese fundamentalismo ideológico y haber logrado esas reformas que nos falta todavía en muchas clínicas.

Uno visita la Campo Serrano de Santa Marta, otra cosa administrada hoy por la Fundación Cardio Vascular de Bucaramanga; visita la Enrique de la Vega de Cartagena, otra cosa, administrada hoy por la Fundación Hermanos de Sanjuán de Dios, las que vi en diciembre en Bogotá, otra cosa.

Y empezando por las primeras impresiones. Entra uno y las encuentra ya limpias y pintadas, y la gente de buena disposición, pero encontrar uno, llegar uno y encontrar una clínica de esas, llena de basura en el parqueadero, la malla del parqueadero caída, en seguida todo despintado, los escritorios atravesados y en seguida un poquito más adelante los pacientes tirados en el suelo, en seguida en el primer mostrador de atención todo el mundo haciendo mala cara y arrugando la cara, eso un desastre.

Ahora entra uno, las que yo ví en esta reforma, lo primero pues lo que entra por los ojos y el primer contacto humano dejan muy buena impresión, y todo el mundo contento.

Yo iba, y a mi siempre me ha tocado torear fundamentalismos ideológicos en esta Patria, entonces iba con el Ministro (de Protección Social) Diego Palacio, a la de Cartagena, allá me van a tirar tomates, yo iba prevenido, con miedo y encontré a todo el mundo contento, las enfermeras, los médicos, los pacientes, el personal administrativo; hay que garantizar la sostenibilidad de eso y nos toca llevar el esquema este año a las clínicas del Seguro Social, que aún faltan por reformar, y también quedan curadas del clientelismo con esas reforma, yo diría que ese es un paso muy bueno.

Temas difíciles. Llevamos uno, cómo vamos a lograr el mismo Plan Obligatorio de Salud en el régimen subsidiado que en el régimen contributivo.

Dos, cómo vamos a avanzar más en calidad.

Tres, cómo vamos a hacer cumplir el porcentaje de integración vertical máximo permitido en la nueva Ley.

Cuatro, cómo vamos a llevar a la base de datos que tiene que ser pública. Todos los colombianos beneficiarios del régimen subsidiado y del régimen contributivo.

Si. Yo creo que hemos pasado de… cuando llegamos al Gobierno la base de datos, había 10 millones 600 mil afiliados, ¿cuántos había en la base de datos?”

Ministro de Protección Social, Diego Palacio: “Presidente, había 10 millones 600 pero se manejaban base de datos municipales y territoriales, no había una base de datos nacional. Hoy tenemos una base de datos nacional, cerramos el viernes pasado con 18 millones 600 mil personas. Recordemos que hace un año estábamos en cerca de 12 millones y en régimen contributivo tenemos cerca de 18 millones 500 en la base de datos”.

Presidente Álvaro Uribe Vélez: “Hay que tener esas bases de datos con un ciento por ciento muy rápidamente. Miren el problema, si en el 2002 al revisar esas bases de datos regionales en 10 millones 600 mil, encontramos 700 mil con doble afiliación, yo pienso que hoy cuando nos faltan todavía, nos faltan 5 millones de colombianos de régimen subsidiado para estar en la base de datos, puede haber también un porcentaje muy grande de doble afiliación.

Y temo esto Ministro, este año por la situación presupuestal, necesitamos detectar y liberar todos los casos de doble afiliación para poder extender cobertura. No somos capaces de cumplir toda la cobertura simplemente con un crecimiento proporcional del presupuesto.

Entonces, yo pediría que con urgencia, con urgencia, pero tiene que ser no en cuestión de un año, sino de pocas semanas, llevemos a la base de datos los 5 millones del régimen subsidiado que aún están por fuera, para poder liberar todos aquellos casos doble afiliación, y utilizarlos en la meta de ampliación de cobertura este año.

(…)

Crisis de la economía

Tenemos que trabajar este año con mucho juicio pero con mucho optimismo y con mucha dedicación, si uno en las crisis se pone a llorar, la crisis puede con uno, si uno la enfrenta con todo el entusiasmo uno puede con la crisis.

En Colombia hay con quién poder con esta crisis, por eso mi invitación a los compatriotas a reconocer esta crisis, pero a no dejarnos abatir de esta crisis, a que trabajemos con más entusiasmo. Tenemos cosas buenas, muy buenas que quisieran tener otros países: nuestro nivel de reserva, la fortaleza del sistema financiero, las coberturas del sistema financiero, la manera como se perfiló en los últimos años el endeudamiento, etcétera.

Tenemos riesgos. Riesgo de disminución preocupante del comercio exterior, un riesgo de disminución de recaudo bastante preocupante, un riesgo de que muchos programas de inversión en Colombia se puedan aplazar porque los inversionistas no encuentren la financiación que se requiere.

De todas maneras tenemos a nuestro favor un gran capital que es la confianza que hoy hay en Colombia.

Algunos me dicen, bueno Presidente pero si este año no se avanza en los proyectos de inversión, los críticos van a decirse, ¿qué nos ganamos con que haya confianza en Colombia, si la crisis le ha dado igualmente duro a los países que tienen confianza, que aquellos que no la tienen?

Si así fuera hay que continuar en la construcción de confianza, porque en el momento en que se supere la crisis, las inversiones van a llegar a aquellos países que han construido confianza, y no a aquellos países que han destruido la confianza.

Yo de todas maneras tengo un moderado optimismo que en medio de la crisis la confianza nos va a ayudar, que el bien para Colombia no está por esperarse todo para después de la crisis, sino que nos pueda ayudar.

Y ya hemos tenido indicativos. Nosotros en agosto del año pasado empezamos a considerar que se podía dar una gran caída en la inversión extranjera directa en el país de agosto a diciembre, y no se dio.

La semana pasada tuvimos, hasta iniciado diciembre la cuenta de inversión por la balanza cambiaria. Si a eso le suma lo que le suma la otra que maneja el Banco de la República, podemos garantizar ya que en 2008 Colombia recibió inversión extranjera directa por encima de 10 mil millones de dólares. El país era un país de 500 millones de inversión extranjera, de 700, a lo sumo picos de 2.000.

En los últimos años, en el año que entró Bavaria que entró la cervecera internacional 10.500, el siguiente 6.500; 2007, 9.028, y ya podemos asegurar que 2008 fue una inversión superior a los 10 mil millones de dólares.

Tenemos 41 zonas francas aprobadas. El país en toda la vida había aprobado 11, ahora con la nueva reglamentación solamente 41. Esos compromisos de inversión de 4 mil millones de dólares.

Esperamos que esos compromisos de inversión los cumplan todos.

Seguramente muchos van a tener dificultades porque los bancos extranjeros les van a decir, hay que aplazar, no les podemos prestar tanto, no les podemos prestar por ahora, pero ahí tenemos que estar en la jugada buscando que todos superen esas dificultades.

Ustedes saben lo que pasó la semana anterior. Salimos al mercado por mil millones de dólares y nos ofrecieron 2.700. Eso sorprendió a todo el mundo, eso muestra la confianza en Colombia.

Alguien me decía, Presidente, pero es que eso no es gracia, porque eso lo compraron, esos bonos del Estado los compraron los fondos y los bancos colombianos, no es así, compraron 40 millones de los mil millones. Lo otro lo compraron europeos y norteamericanos. Eso demuestra la confianza en nuestro país.

Llevamos ya varias semanas con una gran recuperación de los TES, día a día se ha venido recuperando el valor de los TES. Yo confío que los balances de los fondos de pensiones que nos tenían tan preocupados, en los meses que vienen sean mucho mejores, dado que se han venido recuperando esos portafolios.

Vamos a hacer todo el esfuerzo con la política de infraestructura.

Casi que vamos a trasladar el Ministerio y sus entidades a la Presidencia de la República este año. A mañana, mediodía y tarde, acoso, acoso y acoso, a ver cómo el país ve acelerar el tema de infraestructura, en el cual hay unas cosas logradas muy importantes, en puertos, ferrocarriles, en concesiones aeroportuarias, el Plan 2500, pleitos de concesiones superados, nuevas concesiones adjudicadas, en plena ejecución pero falta mucho, eso hay que acosarlo con toda la celeridad, y avanzar en política social.

Yo confío que fuera de lo de toda esta área, este año sea otro año en avance de nutrición de niños, en escolaridad de niños menores de cinco años, en Familias en Acción. Este país tenía 220 mil Familias en Acción, hoy tiene millón 700 mil, y con ayuda de Dios, en este año, nos ponemos por encima de tres millones.

Ustedes me dicen, Presidente pero es que eso le va a aumentar el déficit, hombre sí, el presupuestal pero nos disminuye el déficit social.

Y los sectores pobres no son los culpables de la crisis, por qué les vamos a pasar la factura de las crisis. Cuanto se le ayuda a la vida social del país con tres millones 200 mil Familias en Acción este año. Además de todo lo que se está haciendo en política social educativa.

Y esa plata que ellos reciben, ellos no se gastan esa plata, no se la llevan para pirámides de Nueva York, ni para las otras, esa plata, esa plata las familias pobres la gastan en la educación de sus hijos, en vestuario, en calzado, en alimentación, o sea que eso entra a dinamizar inmediatamente la economía, ayudar para que la caída de la economía sea menor. Confiamos poder acelerar eso, cumplir eso, que eso nos ayude este año.

Creo que después de que el país tenía un déficit del Gobierno Nacional Central de siete y medio, óigase bien, creo que nosotros terminamos 2008 con un déficit del Gobierno Nacional central alrededor de 2.6, donde hay un gran avance y seguramente este año lo tenemos que crecer, por las dificultades de la economía, para poder cumplir con la tarea de infraestructura, con la política de social.

Pero yo creo que es muy distinto un país que estaba con un déficit del siete y medio, a un país que pudo terminar 2008 con un déficit alrededor del 2.6, un país que tenía un endeudamiento cercano al 50 por ciento, a un país con un endeudamiento de 25 por ciento.

Estamos con un problema delicado de la economía, no lo podemos subestimar, pero lo tenemos que enfrentar con todo optimismo, esto no se va a quebrar en nuestras manos, en el país hay con quien.

Orden Público

Ayer me mostraba unas cifras el general Óscar Naranjo (Director de la Policía). El país tuvo el año pasado los mejores resultados en unos delitos en los últimos 22 y en otros delitos en los últimos 30 años. Pero nosotros no podemos estar conformes mientras secuestren a un solo colombiano o asesinen a un solo colombiano. O sea que hay que seguir en ese tema. Creo que hay que hacer una pedagogía este año a todos los compatriotas para que no nos dejemos desorientar.

Estos bandidos de las Farc le calientan el oído a la prensa internacional hablando de derechos humanos, y enseguida secuestran a los campesinos del Meta. Hablan de acuerdo humanitario y enseguida estallan un carro bomba en una plaza de mercado popular en Neiva. Ellos, cuando se acerca un periodo electoral para que les aflojen la cincha y buscando que el país haga un cambio pendular, empiezan a hablar de paz y a estimular el discurso de la flojera a favor de la paz, que siempre la han utilizado ellos simplemente para fortalecer su capacidad terrorista. Por eso no podemos caer en esta trampa.

El año pasado se desmovilizaron 3.500 integrantes de las Farc, y el Gobierno les ha cumplido a todos, los ha tratado con toda la generosidad. Creo que esa es una gran política de paz. Lo que no puede ser política de paz es que estos bandidos estén a toda hora desorientando. Le dan una entrevista a la revista Cambio 16 de España sugiriendo un diálogo para hablar de derechos humanos, y a la semana le ponen un carro bomba a una plaza popular de Neiva. No. Nosotros no les vamos a creer ese cuentico. Si quieren la paz, que cesen todas sus actividades de violencia y que devuelvan a todos los secuestrados.

Nos iban a engatusar en diciembre buscando otra vez crearles dificultades a las relaciones internacionales del país, llamando a países amigos a participar en un acuerdo humanitario, con los riesgos que eso tiene para las relaciones internacionales del país. ¿Y cuánto les duró el buen manejo? Entonces toda esa es una actitud farsante, una actitud hipócrita. Por eso no podemos aflojar. Tenemos que estar este año muy atentos en ese programa de Seguridad Democrática, que es fundamental para nuestro país”.