Bogotá, 23 ene (SP). “Muchísimas gracias reverendísimo Nuncio, por sus generosas palabras. Muchísimas gracias apreciados Embajadores, señoras, directores de misiones, directores de organismos internaciones acreditados en nuestro país, por poder reunirnos nuevamente, ahora para unir todos los esfuerzos a fin de que este año sea un año venturoso para nuestras naciones.
Un momento muy difícil, signado por esta angustia de la economía mundial, lo que puede ser un efecto profundamente negativo en el tejido social de nuestros pueblos.
Colombia entra a esta crisis de la economía mundial con mejores condiciones que en el pasado, pero también con preocupaciones y con riesgos. Nuestras reservas internacionales han pasado en los últimos años de 10 mil 700 a 23 mil 700 millones de dólares. El sistema financiero superó una terrible crisis. Las coberturas han pasado de 39 centavos por cada peso de deuda en mora, a 1 (peso) con 10 (centavos). Ha habido una notable mejoría.
El endeudamiento de la Nación era del 50 por ciento del PIB, termina 2008 entre el 22 y el 25 (del PIB). La deuda pública del Estado Colombiano en un 70 por ciento estaba en moneda extranjera, hoy en un 27 por ciento, lo cual nos hace menos vulnerables al mercado financiero internacional, pero también nos obliga a proceder con más cuidado frente al mercado financiero interno, para no crear dificultades en la financiación del sector privado.
Nuestra empresa privada en 1997 debía más en moneda extranjera que lo que hoy debe, no obstante que en el periodo 1997 – 2009 ha más que duplicado su tamaño.
El país ha hecho un enorme esfuerzo en precio interno de combustibles. Yo creo que fue saludable, a lo largo de estos años, desmontar el subsidio, si no lo hubiéramos hecho, las circunstancias de la economía hoy nos obligarían a hacerlo, porque sería irresistible para el fisco pagarlo.
Siempre fue mejor haberlo desmontado gradualmente a lo largo de estos años, que la otra opción que hoy tendríamos que enfrentar, que sería desmontar el subsidio bruscamente en grandes saltos o en un gran salto.
Tenemos una serie de aspectos positivos, pero también grandes preocupaciones. Nuestro comercio internacional pasó de exportar 10 mil 500 millones de dólares, hace seis años, a exportar 39 mil millones de dólares el año pasado. Ahora tenemos la preocupación por lo que pueda ser la caída del comercio internacional este año, su impacto sobre el empleo.
Hemos crecido muchísimo el ingreso del Estado, pero tenemos la preocupación que este año vamos a tener un faltante considerable de recaudo tributario, frente a las metas que nos hemos propuesto.
Nuestro elemento de fortaleza es que Colombia es un país que goza hoy de confianza inversionista. Ustedes saben que nosotros proponemos en Colombia que haya confianza en nuestro país, y la soportamos en la Seguridad Democrática, en todas las medidas de confianza a la inversión, con la exigencia de responsabilidad social, y en la política de cohesión social.
Algunos me dicen: ‘Presidente, puede ser que este año no se note la confianza inversionista, porque muchas inversiones que estaban proyectadas para Colombia, seguramente van a tener dificultades, porque no van a encontrar las fuentes de financiación’.
Nosotros confiamos que podamos mantener un buen flujo de inversión en nuestro país.
Y también le he dicho a mis compatriotas: hay que preservar la confianza. No podemos permitir que la crisis de la economía nos lleve a tomar medidas de desespero que afecten la confianza, porque en el negativo escenario de corto plazo, de que se nos afecten las inversiones por falta de financiación, también tendríamos que pensar que si se da ese negativo escenario en el corto plazo, pero mantenemos la confianza, tan pronto se reanuden inversiones en el mundo, cuando se den las primeras señales de recuperación de la economía, esas inversiones se van a orientar a países que hayan construido esquemas de confianza.
Por eso, nuestro país tiene que persistir en el esquema de confianza, muy distinguidos integrantes de nuestras misiones diplomáticas.
Inversión en infraestructura
Estamos haciendo un gran esfuerzo en inversión y en política social. Todos los países del mundo están hablando hoy, de lo que es la necesidad de implementar una política para enfrentar la fase negativa del ciclo de la economía. Esa política nuestra tiene tres pilares: la confianza inversionista, la mayor inversión en infraestructura y la mayor inversión en política social.
En infraestructura nos proponemos invertir este año 55 billones de pesos. Esa inversión medida en dólares es una inversión significativa, es una inversión de cerca de 25 mil millones de dólares, para una economía cuyo producto vale algo más de 200 billones de dólares.
Las comparaciones internacionales que he visto en estos días, con países del mismo nivel, me indican que si podemos ejecutar esa inversión este año, es una inversión de un monto que está por encima de los montos promedios que se han anunciado en el mundo.
En esa inversión hay una gran participación del sector privado en concesiones, en la instalación de proyectos de energía ya adjudicados, en telecomunicaciones. Esa inversión del sector privado puede ser una inversión de 32 billones de pesos, la del sector público de 23 billones.
En lo que cuantificamos del sector privado no está incluida la inversión del sector privado en actividades productivas, extractivas, de servicios en nuestro país. En esos 32 billones solo sumamos los proyectos asignados en hidrocarburos, en energía, en concesiones de infraestructura, etcétera.
Confiamos que la inversión del sector privado, por ejemplo en zonas francas, continúe. La nueva legislación de zonas francas nos ha permitido la aprobación de 41 zonas francas en nuestro país, y hay otras zonas 5 zonas francas que están en trámite de aprobación.
Muchos ciudadanos preguntan: ‘¿y cuánto más significa este crecimiento de inversión?’. Y hacen una segunda pregunta: ‘¿si está financiado?’. Y hacen una tercera pregunta: ‘si se va a ejecutar, ¿cuánto más significa?’ La inversión pública crece en más de un 50 por ciento, la inversión privada en obra pública en más de un 8 por ciento.
Ahora, lo que pasa es que no es fácil en un país que ha venido haciendo esfuerzos para poder superar los obstáculos fiscales, los conflictos con inversionistas –que se han superado casi en su totalidad- para poder ponerse al día en los estudios para adelantar los nuevos proyectos de infraestructura, cambiar de proyectos.
Ahora vamos a ejecutar una serie de proyectos que veníamos estudiando de tiempo atrás y que su fase de ejecución coincide, por fortuna, con este momento negativo del ciclo de la economía.
Nosotros, al anunciar estos 55 billones de pesos de inversión, es porque esa inversión la vemos asegurada, tanto la financiación por parte del Estado, como la financiación por parte del sector privado.
Confiamos que algunos puntos que nos preocupan, como el caso de la Refinería de Cartagena, no tenga obstáculos.
Le hemos dicho a los inversionistas que Colombia tuvo una gran confianza en ellos, porque aceptó que el sector privado participara en el 51 por ciento de esa Refinería, la desmembró de la matriz de Ecopetrol y de la instalación de esa Refinería está dependiendo la creación, la instalación de un gran número de empresas del sector petroquímico, en nuestra ciudad de Cartagena.
Inversión social
El otro gran componente es el de la inversión en política social. Este año vamos a seguir creciendo las coberturas de educación, en básica estamos llegando al ciento por ciento; nuestra gran preocupación es educación para niños menores de cinco años. El año pasado dimos el primer paso, este año debemos tener una cobertura de 300 mil niñitos para llegar el año entrante a 400 mil.
Hemos crecido muchísimo en nutrición infantil, pero ahora necesitamos complementar esta nutrición infantil con la cobertura escolar para niñitos menores de cinco años.
Vamos a seguir nuestro proceso de crecimiento en el Sena, nuestro proceso de crecimiento en las universidades, en Icetex.
Cuando el Gobierno empezó, Colombia tenía 980 mil estudiantes universitarios, ahora tenemos millón y medio; teníamos 60 mil estudiantes con crédito del Icetex, ahora tenemos 235 mil, y confiamos terminar este año con 300 mil estudiantes con crédito del Icetex.
Cuando nuestro Gobierno empezó, Colombia tenía un 22 por ciento de cobertura en educación universitaria, ahora tenemos un 34, aspiramos superar el 35 por ciento.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) atendía un poco más de 3 millones de niños, hoy atiende más de 6 millones de niños.
En Familias en Acción atendíamos 400 mil niñitos, terminamos el año pasado atendiendo 3 millones 400 mil, lo que corresponde a millón 700 mil Familias en Acción, este año será 3 millones de Familias en Acción, para proteger a los sectores pobres, ellos no tiene la culpa de esta crisis de la economía mundial, entonces hay que protegerlos, no se les puede pasar la factura de esta crisis de la economía mundial. Por eso vamos a hacer el esfuerzo de llegar a 3 millones de Familias en Acción.
Ayuda mucho frente a la crisis, ayuda mucho en el mediano y largo plazo, ayuda mucho a mejorar la distribución del ingreso, y contribuye a reactivar la demanda de la economía.
Esas familias reciben un subsidio que las obliga a acreditar que sus hijos están estudiando, en la medida que sus hijos puedan estudiar, sus hijos no van a estar condenados a ser pobres como sus padres.
En la medida que se persista en estos programas, el mundo ha comprobado que la educación es el camino efectivo para mejorar la distribución del ingreso.
Y en el corto plazo los dineros que reciben estas familias, al gastarlos ellos en calzado, en vestuario, en alimentación, contribuyen enormemente a la dinámica de la economía, a evitar que caiga demasiado la economía en este momento de crisis. Vamos a avanzar, pues, con esos tres componentes, a ver cómo defendemos esta economía en este momento tan difícil de la economía mundial.
Y esto trae otras reflexiones. Cuando nosotros hablamos de confianza inversionista, hablamos de confianza inversionista con responsabilidad social, y vemos la responsabilidad social reflejada en varios elementos: primero, transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado; segundo, compromiso de los inversionistas con las comunidades, solidaridad con las comunidades, especialmente en temas como el medio ambiente; tercero, fraternidad en las relaciones laborales. No podemos tener relaciones laborales de odio de clases, tampoco de capitalismo salvaje.
Y un cuarto elemento: el mundo se ha equivocado, al asignarle al capital una función especulativa. Necesitamos eliminar del capital la función especulativa, tenemos que entender el capital exclusivamente como un factor de producción y de creación de riqueza social, no podemos permitir que el capital siga siendo un factor de especulación, que tanto ha incidido en esta crisis profunda de la economía mundial.
Biocombustibles
El tema energético: en el pasado cuando, después de un período de alzas en el petróleo se regresaba a precios bajos o a precios normales, todo el mundo se olvidaba de las energías alternativas, ahora no lo podemos hacer, porque la diferencia entre este momento en el cual se ha reducido el precio del petróleo, después de muchos meses de elevadísima cotización, con el pasado, es que en el pasado, cuando se reducía el precio del petróleo, nadie pensaba que el petróleo se podía agotar, o que por razones ambientales el petróleo tenía que entrar en desuso, ahora el mundo es consciente que el petróleo se va a agotar, o que por razones ambientales tiene que entrar en desuso.
Por lo tanto, la reducción del precio después de haber alcanzado niveles de 146 dólares, la reducción del precio no nos puede llevar a descuidarnos sobre la búsqueda de energías alternativas. Colombia lo viene haciendo y vamos a insistir en el tema.
Nuestro país ya está produciendo un millón de litros diarios de etanol. En los próximos días entran, pero ya en semanas, otras dos plantas de biodiesel. Completaremos la capacidad de producir un millón 300 mil litros de biodiesel al día.
Ustedes saben la enorme producción de etanol en el Brasil. Colombia, con un millón de litros, se convierte en el segundo de la región. Pero Colombia, con millón 300 mil litros de biodiesel a partir de aceite de palma africana, se convierte en el primer productor de biodiesel de la región.
Quiero reiterar ante el cuerpo diplomático, el gran representante de la comunidad internacional en nuestro país, que nuestra inclinación por los combustibles biológicos es una inclinación reglada con toda la responsabilidad, que tiene dos compromisos: no destruir selva y no destruir seguridad alimentaria.
Reiteramos hoy nuestro compromiso con la selva. Nuestra mejor contribución en la política contra el calentamiento global es preservar 578 mil kilómetros de selva que tiene Colombia.
Queremos que ustedes sean este año nuestros socios muy activos, para buscar que todo el mundo nos ayude en la política de Familias Guardabosques. Una política propuesta y desarrollada en Colombia, que puede ser útil en el planeta, para preservar lo que al planeta le queda de selva.
Nosotros tenemos 42 millones de hectáreas de sabana. Hasta hoy solamente ocupamos en agricultura 3 millones 800 mil hectáreas, y tenemos 25 millones de cabezas de ganado vacuno. Con 42 - 43 hectáreas de sabana es posible crecer muchísimo la agricultura para asegurar la seguridad alimentaria, y al mismo tiempo seguir creciendo la producción de biocombustibles.
Queremos avanzar en el desarrollo de otras energías alternativas. Nuestra reforma tributaria de 2002 le dio una exención de renta a la energía eólica. Apenas se instaló un parque de energía eólica en La Guajira, Jepirachi, de 20 mil kilovatios, pero La Guajira tiene un potencial para producir energía eólica en cantidad superior a cuatro millones de kilovatios.
Queremos impulsar todas las energías alternativas, para lo cual hemos puesto, en estos años anteriores de nuestro Gobierno, todos los estímulos legales.
Control de opinión
Por supuesto, al hablar de Seguridad Democrática, debemos recordar hoy que nuestro compromiso es con una seguridad acompañada de valores democráticos, una seguridad en una democracia de opinión, una seguridad que tiene que ser creíble para ser sostenible.
La única manera que un proyecto de seguridad puede ser sostenible en una democracia de opinión, es si ese proyecto tiene credibilidad. Y la credibilidad se sustenta en la eficacia y en la transparencia. Y la transparencia es un tema de derechos humanos.
Seguiremos haciendo todos los esfuerzos para que llegue un momento en el cual se pueda decir que en Colombia hay cero violación de Derechos Humanos.
Creemos mucho en los controles de opinión.
En el proceso de gestación del Estado de Derecho, que empezara en Inglaterra con ‘Juan sin Tierra’, y que ha sido un proceso paulatino de cesión de soberanía de las autocracias de toda estirpe, al pueblo, se han venido implementando controles: el control disciplinario a cargo de las procuradurías, el control fiscal a cargo de las contralorías, el control político a cargo de los órganos colegiados.
Permítanme decir que el más importante de los controles es el control de opinión.
Por eso nuestra visión de Estado Comunitario, nuestra predisposición al diálogo permanente con el pueblo colombiano compromete más al Gobierno, da más información al pueblo, obliga más al Gobierno, permite que el pueblo tenga mejores herramientas para demandar y exigir, pero también le permite establecer de manera más acertada las prioridades y conocer de mejor manera las limitaciones.
Creemos mucho en el control de opinión. Nuestra nueva legislación contractual exige que todos los contratos tengan adjudicarse en audiencia pública.
Desconocen cómo, recientemente, un contrato tan importante como aquel para construir ya el túnel de vehículos en la Cordillera Central, el Túnel de La Línea, que queremos que los colombianos se refieran a él como el Túnel del Segundo Centenario, se adjudicó en un gran proceso deliberativo en audiencia pública.
Creemos mucho en el control de opinión, por eso persistiremos este año –y los invitamos a ustedes a que nos acompañen, frecuentemente los lunes- en las audiencias públicas televisadas para examinar todas las quejas de Derechos Humanos.
Eso compromete al Gobierno, todavía más, en los Derechos Humanos. Eso estimula el honor de las Fuerzas Armadas de Colombia. Su eficacia, acompañada por una actitud total de Derechos Humanos, convierte a nuestras Fuerzas Armadas en unas Fuerzas Armadas de primer nivel en la respetabilidad internacional.
Y ese control de opinión también filtra las acusaciones, evita la acusación temeraria y lleva las acusaciones aquellas que tienen sustento en la realidad.
Queremos que ustedes tengan una participación activa en estas audiencias, y que nos ayuden a transmitirlas ante la opinión de sus respectivos países.
Mensajes particulares
Quisiéramos saludar casos particulares de muchos de nuestros países amigos, y referirnos a muchas situaciones.
En primer lugar, reiteramos toda nuestra solidaridad con el señor General (Martín) Balza, Embajador de la hermana República de Argentina, quien con tanta dignidad y fraternidad nos ha acompañado en estos años, y hoy acude a esta ceremonia sin la presencia física de sus señora, quien lo acompaña desde el cielo.
Queremos hacer nuestros votos por la paz en el Medio Oriente. Ustedes comprenderán la prudencia que tiene que mantener siempre Colombia. Un país que ha sufrido tanto la violencia, no quiere que en otro país del mundo se sufra la violencia.
Queremos elevar nuestro votos por la salud del Presidente (de Cuba) Fidel Castro.
Recibimos al nuevo Gobierno de Estados Unidos del Presidente Obama, con la más positiva expectativa, con todas las ilusiones. Admiramos muchísimo esa gran dinámica de la democracia de los Estados Unidos, a la cual se refiriera el ex presidente Alberto Lleras Camargo como la gran democracia del norte.
Tenemos toda la disposición para mantener esa gran alianza, orientarla siempre por el camino correcto, con los Estados Unidos, y para ayudar con prudencia y eficacia para que todos los días haya un mejor entendimiento entre los Estados Unidos y nuestra región.
Ojala podamos reconstruir las relaciones con el Gobierno de Ecuador. Nosotros tenemos todo el afecto por el pueblo ecuatoriano, el respeto por sus instituciones democráticas y por su Gobierno. No guardamos odios. Los odios simplemente obstruyen la imaginación, los odios simplemente anulan el futuro. Queremos que primen los sentimientos de afecto entre nuestros pueblos y la hermandad histórica.
Reiteramos hoy ante el cuerpo diplomático, ante la comunidad internacional, nuestra decisión de contribuir con afecto al pueblo ecuatoriano, con respeto a su Gobierno, a que se reestablezcan las relaciones.
Nuestra decisión ha sido la derrota del terrorismo, nunca la afrenta a nuestros pueblos hermanos.
Ninguna ocasión mejor que ésta, para hacer llegar este mensaje, con toda la prudencia pero de la manera más constructiva, al hermano pueblo ecuatoriano, al gobierno del Ecuador. Qué bueno que pudieran darse pasos para reconstruir esas relaciones.
Muchos países hermanos han sufrido lo que nosotros hemos sufrido: las tragedias de la naturaleza.
El año pasado tragedias enormes en Cuba, en Haití, en República Dominicana, en Ecuador, en alguna parte de Bolivia, en alguna parte del Brasil, y ustedes conocieron cómo todo el año tuvimos esas dificultades. Ojalá solidariamente todos las podamos superar.
Cuando uno vive en carne propia la profundidad de estas dificultades, comprende lo que sienten los países hermanos cuando estas dificultades los afectan.
En nombre de todos los colombianos, de mis compañeros de Gobierno, de Lina (Moreno de Uribe), deseo a todos ustedes, a sus familias, a sus pueblos, a sus gobiernos, un buen año de 2009, que salgamos adelante en medio de las dificultades.
El Libertador (Simón Bolívar), cuando sucedió el terremoto de Caracas de 1812, dijo: “si hay que derrotar a la naturaleza, derrotamos a la naturaleza”. Más adelante, en la madurez intelectual de su existencia dijo: “cada dificultad es una trinchera de lucha y una fuente de victoria”.
Estos momentos difíciles no nos pueden llevar al cinismo de desconocer las dificultades, tampoco al escepticismo de dejar de buscar las soluciones.
Realismo para reconocer las dificultades; optimismo y capacidad ejecutiva para vencerlas; solidaridad entre los pueblos, entre todos nuestros pueblos, porque todos unidos superamos con menos dificultades esta crisis, esta crisis que ahora nos afecta.
Muchas gracias por sus generosas palabras, reverendísimo Nuncio. Muchas gracias por la presencia de ustedes en nuestro país. En cada una de sus delegaciones lo único que recibimos nosotros son muestras de amistad. Ustedes son los embajadores de la comunidad internacional, de los países amigos, y Colombia lo único que ha recibido de ustedes es permanente muestra de amistad y de solidaridad.
Feliz 2009 para todos y muchas gracias”. |