Bogotá, 23 ene (SP). Los logros y metas de los municipios del Eje Cafetero afectados por el terremoto que hace 10 años sacudió a esa zona del país, serán analizados este domingo 25 de enero, desde la 1:00 de la tarde, por el Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.

En la Plaza de Bolívar de la ciudad de Armenia, Quindío, las autoridades locales y nacionales, con un minuto de silencio, rendirán un sentido homenaje a los más de mil 100 compatriotas fallecidos en el movimiento telúrico del 25 de enero de 1999.

Cifras de las autoridades regionales muestran que el sismo registrado hace una década afectó 116 mil viviendas, 645 establecimientos educativos y 49 entidades de salud.

Durante la conmemoración de la primera década de la reconstrucción del Eje Cafetero, se han programado conferencias sobre los “10 años de desarrollo territorial en Armenia”.

De igual forma, se realizará un desfile de los organismos de socorro e instituciones gubernamentales, y se les hará un reconocimiento por la labor que permitió salvar a miles de colombianos del Eje Cafetero.

El gobernador del Quindío, Julio César López, y la alcaldesa de Armenia, Ana María Arango de Londoño, invitarán a colombianos y extranjeros a visitar y continuar invirtiendo en esta región del país, con el fin de afianzar el crecimiento económico y social del Eje Cafetero.

Con el fin de contrarrestar los afectos generados por el movimiento telúrico de hace 10 años, los habitantes y empresarios del Eje Cafetero y las autoridades nacionales y locales vienen impulsando el sector forestal.

Una de las metas de Risaralda es que en el año 2017 este departamento sea el segundo productor y exportador de flores tropicales y follajes de Colombia, incrementando las exportaciones a 10 millones de dólares anuales.

Para ese mismo año, el departamento busca convertirse en el cuarto productor nacional y el primero del Eje Cafetero en producción de cafés especiales. El objetivo es que las exportaciones pasen de 12 mil sacos en 2004 a 60 mil sacos de café excelso en 2017.

Risaralda le apostó además al establecimiento de plantaciones forestales industriales de pinos y eucaliptos, que serán aprovechadas para la producción de pulpa y de madera aserrada.