Barranquilla, 3 jul (SP). “He consultado una cifra con muchas personas, para poderla expresar con alguna aproximación sin un mayor error.
Cuando empezó este Gobierno el país producía ocho millones de litros (de leche) al día, hoy produce cerca de 17 y medio millones de litros, hay días de más de 18 millones de litros, un crecimiento de 2002 a la fecha, enorme. Más que se ha duplicado la producción de leche.
Algunos dicen: ‘bueno es que en 2002 llegamos a tener picos de 12 millones (de litros de leche). Aún en el evento que esa sea la base, un salto de 12 millones a 17 - 18 millones de litros por día en el curso de siete años es un salto enorme, mínimo es un crecimiento en producción de litros del 55 - 60 por ciento.
¿Qué me preocupa? No hemos tenido un crecimiento proporcional de la industrialización. Yo creo que nosotros tenemos capacidad hoy para industrializar 8 millones de litros y estamos produciendo 17 - 18. Los esfuerzos que uno ve que hacen algunas empresas para industrializar, son todavía insuficientes.
Algo en lo que cree el Gobierno es que el momento de confianza de la inversión doméstica internacional en Colombia lo tiene que aprovechar el sector lácteo. Ustedes son supremamente receptivos, tienen una visión cosmopolita para enfrentar sus problemas.
La apertura mental del Caribe colombiano es encomiable. Yo creo que nuestras cooperativas del Caribe, con el apoyo del Gobierno, deberían buscar socios domésticos y especialmente socios internacionales que aporten sus recursos para poder expandir la instalación de capacidad industrial en Colombia. Sin renunciar a la figura cooperativa.
Alguien me decía en Antioquia: ‘Presidente ¿pero cómo pretende usted que por la vía de hacer unas alianzas estratégicas para expandir la industrialización, se derogue la figura cooperativa?’.
No tiene que ser, la figura cooperativa sigue intacta, lo que hace la cooperativa es convertirse en aportante o en socia de una vinculada económica suya.
La cooperativa dice: ‘yo como cooperativa voy a participar como promotora y socio de una nueva empresa industrial, yo como cooperativa no alcanzo a atender todos los requerimientos de industrialización, entonces me voy a aliar con un capital doméstico, con un capital internacional, para crear unas empresas diferentes, de las cuales la cooperativa o las cooperativas sean socias, a fin de poder aumentar la capacidad de industrialización’.
Y están dados todos los estímulos. Los estímulos tributarios que ha introducido el país son bien importantes, ayudan muchísimo.
Crédito agropecuario
A ver, yo reviso la política agropecuaria en sus diferentes ítems. Por ejemplo, crédito: hemos hecho el esfuerzo de lograr el mayor crecimiento en la asignación de recursos de crédito al más largo plazo, y en las menores tasas de interés.
Si ustedes examinan la evolución de la cartera entre 2002 y la fecha, verán enormes crecimientos, todavía este año.
Si el Banco Agrario, Finagro, nos dicen cómo está creciendo la asignación de cartera este año, no en comparación con 2002, simplemente en comparación con 2008, ahí se ve un enorme crecimiento.
Se introdujo bajo la conducción del Ministro (Andrés Felipe) Arias la Ley Agro Ingreso Seguro (AIS).
Nosotros estábamos sin recursos presupuestales para el Incentivo de Capitalización Rural (ICR). Ambas cosas, el incentivo y la Ley Agro Ingreso Seguro, vienen garantizando unos recursos bien importantes para el sector agropecuario año tras año.
Sí, falta mucho en infraestructura, pero ahí se viene avanzando. Por ejemplo los dos distritos de riego: el de Ranchería y el del sur del Tolima valen 800 mil millones. Están en plena ejecución ambos.
Hace pocos días, en una reunión acá en Barranquilla, muchas personas expresaban su júbilo por la recuperación que se ha hecho de algunos de los distritos de riego del departamento del Atlántico. Por supuesto, hay que avanzar mucho más.
Y nos preocupa mucho el tema ambiental del conjunto cenagoso del departamento, que es un gran recurso nacional.
Entonces, el Gobierno está dispuesto a seguir revisando la política en sus diferentes componentes: el componente de crédito, tasas de interés, plazos de los créditos, garantías, asignación a los pequeños, etcétera.
Mercadeo y consumo de leche
Me preocupa muchísimo el tema del mercadeo y del consumo per cápita. Las cifras en Colombia no son fáciles de recaudar, porque de los 18 millones de litros de leche tenemos 10 millones comercializados de manera informal. La verdad es que eso causa una enorme dificultad para poder darle toda la credibilidad a las cifras.
Uno no sabe, incluso esa informalidad, al no poder decir cómo, dónde se destina esa leche, esa informalidad en qué grado nos distorsione el consumo per cápita, cuando ya ese consumo se segmenta por estratos de la población, de acuerdo con el nivel de ingresos.
Yo, si ustedes me dijeran ‘bueno ¿hoy qué hacer?, ¿buscar un dinero para promover exportaciones o fortalecer consumo doméstico?’. Yo diría que el país en mayor grado tiene que hacer un mayor esfuerzo para fortalecer consumo doméstico.
Un país con 46 millones de habitantes, todavía con niveles bien altos de pobreza, tiene que asignarle toda la prioridad al consumo doméstico, sin perjuicio de mantener caminos para explorar los mercados de exportación.
Pero cuando a mí me dicen, por ejemplo el año pasado, que necesitaban unos me decían 10 mil millones, otros 12 mil, otros 24 mil, otros 6 mil, para subsidiar unas exportaciones a Rusia, yo decía: si tuviéramos el dinero, cuánto mejor subsidiar el consumo doméstico, en un país con este nivel de pobreza.
Habrá que ir buscando cómo se exploran esos mercados, y creo que el paso que se ha dado ahora, que lo venía buscando el país desde mucho antes, desde cuando el doctor Jorge Visbal empezaba su presidencia en Fedegán, el paso que se ha dado ahora, de lograr que al país se le declare un país libre de aftosa, yo creo que es la mejor luz verde para los mercados internacionales, pero todavía tenemos un problema de costos y de precios bien complicado.
Programas sociales
Entonces uno dice: bueno, vamos a hacer un gran esfuerzo para subsidiar el consumo interno. En alguna forma la política social lo está haciendo. Nosotros estamos entregando 14 millones 156 mil porciones alimentarias al día en (el Instituto Colombiano de) Bienestar Familiar.
Cuando empezó el Gobierno no eran siete millones de porciones, hoy son 14 millones 156 mil. Se entregaban durante 122 días, este año las vamos a entregar durante 156, o sea que hemos más que duplicado el número de porciones alimentarias y estamos aumentando el número de días de 122 a 156, la meta es llegar a 180 (días).
Uno de los programas que introdujimos fue el programa del vaso de leche vitaminizado, con la galleta integral, programa que empezó con nuestra política de Seguridad Democrática en 2002. Empezamos con 38 mil porciones. Solamente en ese programa hoy tenemos un millón 150 mil porciones.
El Ministerio de Agricultura hizo un gran esfuerzo y exprimió recursos para subsidiar este año, durante un buen lapso, otras 300 mil porciones, que no las hemos incluido en la suma de las 14 millones 156 mil porciones.
El país está haciendo un gran esfuerzo con Familias en Acción. Es un subsidio a los sectores más pobres, para que los sectores más pobres puedan garantizar la asistencia escolar de los hijos.
Le estamos llegando a dos millones 700 mil familias, es el resultado del último pago.
Eso es un subsidio a la demanda condicionado: ‘Familias, ustedes reciben el pago si acreditan que los hijos están asistiendo al colegio, y si los hijos se someten a una revisiones médicas que garanticen que está avanzando correctamente lo de nutrición y la salud’.
En país tenía en un programa experimental 220 mil Familias en Acción, hoy tenemos, en el último pago, dos millones 700 mil.
Yo oía en los Estados Unidos, el lunes y martes, algo bien importante, apreciados compatriotas. Decían: miren, lo que está sucediendo en Colombia es una solución integral, balanceada, del problema, porque Colombia está luchando por restablecer la seguridad, y al mismo tiempo porque haya inversión, y al mismo tiempo avanzando en política social.
Creo que es una solución bien balanceada.
Y las personas que no conocen eso, que simplemente oyen hablar de Colombia por los actos de violencia, y oyen hablar del Gobierno por su compromiso frente a la seguridad, se admiran cuando saben lo que está haciendo Colombia en política social.
De pronto nosotros no nos damos cuenta porque los problemas no nos dejan mirar eso, apreciados compatriotas.
Nosotros tenemos hoy 41 millones de ciudadanos con seguro de salud. El país, cuando empezó el Gobierno, tenía 10 millones 700 mil con Régimen Subsidiado y tenía 13 millones, 12 millones y medio con Régimen Contributivo.
Hoy, si sumamos ambos, tenemos 41 millones. El país ha dado un gran salto en eso.
Esta tarde, en compañía del señor Gobernador, de mis compañeros del Gobierno Nacional, de la señora Viceministra de Agua (Leyla Rojas), estábamos en la playa de Santa Verónica.
Estaban entregando allí la parte sustancial de ese acueducto costero del departamento del Atlántico, que fue la inspiración a nuestro Plan Departamental de Aguas, en el cual se ha hecho un gran esfuerzo por la visión de dos muy buenos gobernadores de este departamento: nuestro actual Embajador en Madrid, por quien sentimos todo el aprecio, el doctor Carlos Rodado; y el doctor Eduardo Verano. Los dos han sumado una visión bien importante.
Y el Gobierno Nacional ha contribuido allí con todo lo que ha podido: en aporte de recursos, créditos, subsidio a la tasa de interés, etcétera.
Y veíamos el avance en todo el Atlántico del Régimen Subsidiado de Salud, de Familias en Acción. Solamente en Juan de Acosta hoy tenemos mil 800 Familias Acción, tenemos ya un 91 por ciento de cobertura en Régimen Subsidiado de Salud.
Pero yo reconozco: falta mucho.
Visión de largo plazo
En estos días, que hemos venido aclimatando unos ajustes tributarios, que hay que hacerlos, les he dicho a mis compatriotas lo que le quiero repetir a ustedes: los gobiernos tienen que tener una visión, no salirse de ella, estarla ajustando, clara, y todos los días cimentar esa visión en el corazón de los compatriotas.
A mí me regaña una tía en Medellín, y me dice: ‘es que eres muy repetitivo, ya cuando te voy a oír apago el televisor los sábados, porque dices lo mismo. Tu dices que confianza en Colombia es la guía del Gobierno, que hay que trabajar por la seguridad con valores democráticos, por la confianza inversionista con responsabilidad social y por la política social’.
Yo le digo: Tía, ese es el todo bien balanceado, integrado”. Y los colombianos tenemos que tener claridad en eso, y el Gobierno tiene que hacer el esfuerzo a través de una pedagogía elemental y repetitiva, para sembrar eso en el corazón de los colombianos y tenerlo como una visión de largo plazo.
La visión hay que tenerla, fortalecerla.
Por supuesto, no cabe el extremo del estancamiento, tampoco cabe el extremo de dar bandazos. Y lo mejor que puede hacer el Gobierno en política es estar difundiendo, avanzando con estas tesis, y tratando de de cimentarlas, de avalarlas con los hechos.
Ni bandazos, ni estancamiento, ajustes permanentes, siempre y cuando esos ajustes nos aproximen a la visión, a que esa visión, como punto ideal, todos los días nos permita que nos vayamos acercando, que estemos más cerca de esa visión.
Tema tributario
Yo decía: mire, nosotros hemos introducido una cosa muy buena para Colombia, los incentivos tributarios. Aquí en Barranquilla sí que se notan, aquí en Barranquilla sí que se notan.
Cuando yo veo esa cantidad de zonas francas que están prosperando aquí, y que en medio de esta crisis de desempleo muestran en Barranquilla una de las ciudades con el menor índice de desempleo, en medio de este desempleo tan alto. ¿Qué tal que no hubiéramos introducido el incentivo de las zonas francas?
O cuando veo que el país está construyendo 14 mil habitaciones hoteleras. ¿Qué tal que no hubiéramos introducido el incentivo a los hoteles?
O cuando veo que el país, que no producía biocombustibles, hoy produce un millón, millón 50 mil litros de etanol al día. Y creo que con las plantas que están en prueba –me corregirá el doctor Carlos Murgas (Exministro de Estado)- se ajusta la capacidad para producir un millón 800 mil litros de biodiesel al día.
¿Qué tal que no hubiéramos introducido el incentivo a los cultivos de tardío rendimiento?, que tiene el incentivo tributario, el incentivo financiero, el incentivo de las zonas francas a las plantas, etcétera.
Yo creo que el país tiene hoy un régimen de incentivos, que no de privilegios.
En estos días habrá que hacer mucha pedagogía, para establecer la diferencia entre lo que es un incentivo a la inversión y lo que es un privilegio a la riqueza.
Aquí no hay un privilegio a la riqueza, aquí no se le dijo a los ricos “paguen menos impuestos”. Aquí se le ha dicho al que quiere invertir a favor de Colombia –y la inversión es lo único que finalmente crea empleo de buena calidad- “aquí tiene unos incentivos”.
Si aquí hubiera privilegios a la riqueza, entonces, en lugar de incentivos, lo que habríamos hecho habría sido sacrificar la política social, para financiar la política de Seguridad Democrática.
Si algo bueno y defensable tiene la política de Seguridad Democrática, es que la hemos financiado no a expensas de la política social, sino acompañada de política social.
Avanzamos en Seguridad Democrática, pero tenemos 41 millones afiliados al Régimen de Salud; avanzamos en Seguridad Democrática, pero tenemos dos millones 700 mil Familias en Acción; avanzamos en Seguridad Democrática, pero avanzamos en microcrédito; avanzamos en Seguridad Democrática, pero ya no tenemos lo que teníamos antes: menos de millón de estudiantes universitarios, sino ahora un millón 700 mil estudiantes universitarios.
Eso hay que llevarlo balanceado. Y yo creo que el país lo ha llevado balanceado.
Yo le he dicho a mis compatriotas: “Miren, hay que hacer un esfuerzo tributario ahora, yo creo a la democracia colombiana la ha honrado que los sectores más pudientes han financiado la Seguridad Democrática, para que podamos decir que la Seguridad Democrática no se ha financiado al costo de sacrificar la política social, que a medida que hemos avanzado en Seguridad Democrática, hemos aumentado la financiación de la política social”
Y con eso vamos a hacer ese ajuste ahora: pidiéndole a los sectores más pudientes que hagan otro esfuerzo de unos años para sostener la financiación de la Seguridad Democrática, y que al mismo tiempo pueda seguir la financiación de los programas sociales.
Nosotros cuando empezó el Gobierno introdujimos un estímulo tributario a la reinversión de utilidades. Una reforma de 2003 aprobó que de cada peso que se invierta en Colombia, se pudieran deducir de la renta líquida gravable 30 centavos. Creíamos que era suficiente, eso venía bien, pero el Congreso en 2006 lo elevó al 40.
Vamos a proponer que eso se vuelva a poner en el 30, para que nos ayude en los años que viene en el tema fiscal.
Los incentivos son muy buenos para el tema fiscal en el largo plazo, porque todo lo que se invierte hoy, así sea con incentivo, en el largo plazo se convierte en base de pago de impuestos, en base gravable, y eso revierte al Estado muy favorablemente, en recaudo de impuestos. Pero en el corto plazo hay que hacer unos esfuerzos.
Y entonces por eso vamos a proponerle al Congreso estos ajustes. ¿Por qué ajustes? Porque son ajustes que acreditan que no estamos en el estancamiento, pero ajustes que no cambian la política de promoción de la inversión; ajustes que nos permiten decir que no estamos en el estancamiento, pero que tampoco nos vamos a dejar que al país lo seduzcan hacia los bandazos.
Porque además la gente en el mundo es seria. Mucha gente pensaba en Colombia mal o no pensaba en Colombia, y ahora están tomando decisiones de invertir en Colombia, y eso no se da de la noche a la mañana.
Una decisión de invertir toma mucho tiempo, aún para los connacionales que habían sacado sus capitales.
Y entonces si nosotros damos un bandazo nos dicen: “pero miren, introdujeron unos incentivos y ni siquiera permitieron que maduraran, ya los derogaron, no se puede creer en la seriedad de Colombia”.
Entonces vamos a hacer ajustes manteniendo la seriedad del país, respetando esa política que hemos discutido tanto con nuestros compatriotas, de tener unos incentivos a la inversión.
Así mismo hay que estarle haciendo ajustes a la política agropecuaria.
Yo creo Ministro (Andrés Fernández, de Agricultura) que tienen que sentarse a ver qué ajustes vamos a introducir.
Yo no quiero fatigarlos con las cifras de este año, ustedes las conocen.
Saben cuánto han crecido los desembolsos de Finagro, del Banco Agrario. Saben cómo el Gobierno viene cumpliendo transparentemente con la Ley Agro Ingreso Seguro.
Yo creo que hoy hay un problema mayor, que es lo que los economistas llaman el choque externo, las dificultades que tenemos en los mercados de afuera. Que hay una posibilidad, que es la posibilidad social, es la de aumentar los consumos internos, aún en mayor grado que lo que se ha logrado con la política social.
Cualquiera de las dos cosas cuesta. O darles unos apoyos a los exportadores para que puedan colocar estos productos a precios competitivos en el mercado internacional o subsidiar el consumo interno. Cualquiera de las dos cosas cuesta, y mucho, apreciados compatriotas, especialmente en un momento difícil del fisco.
Este país ha sido manejado con credibilidad en su manejo económico, no hay duda.
Y cuando yo me posesioné, alguien en el Banco Mundial me dijo: ‘Presidente, cuidado que por primera vez Colombia está perdiendo la viabilidad financiera’. Le dije ¿por qué? Me dijo: ‘porque pasaron en muy poco tiempo de un endeudamiento del 12 (por ciento) y tienen uno del 48 (por ciento). Porque cuando terminó Barco (Virgilio, ex presidente de la República) el país estaba en equilibrio fiscal y, ahora a agosto de 2002, Presidente cuando usted asume, usted va a presentar este año un déficit del 4,2 y en el Gobierno Nacional Central del 6,5 (por cierto)’.
Y empezamos a trabajar con todas las reformas y se redujo ese endeudamiento del 48 al 22 (por ciento). Seguramente este año se sitúa en el 25. Ese déficit del Gobierno Nacional Central se redujo del 6,5, el año pasado fue de 2,34 (por ciento). Seguramente este año nos sube al 3,5 - 3,7. Me preocupa el año entrante.
Entonces, el Gobierno no tiene hoy todas las facilidades para decir: bueno, ajustemos la política agropecuaria, definamos unos subsidios. Vamos a subsidiar más consumo doméstico. Nosotros necesitamos analizar con ustedes una fuente de recursos.
Miren, se discutió mucho que en las semanas anteriores, y el Gobierno finalmente, dije: bueno, vamos a oír esta crítica.
Otros temas del sector
¿Cuál era el interés de los 25 pesos? El interés de los 25 pesos era decirles a los industriales: con esos 25 pesos de menos se compra leche para que ustedes disminuyan los inventarios, siempre y cuando ustedes se comprometan a comprarle toda la producción a los productores y a dejar esas prácticas: que el domingo no les recogemos la leche, que si usted está entregando una cantina de 40 litros, ya no le vamos a recibir sino 20 (litros), etcétera. Y pasó un mes y esas prácticas no se corregían.
Entonces, yo le dije al Ministro (de Agricultura, Andrés Fernández): Mire, démonos la pela. El Presidente (Darío) Echandía decía que en la dialéctica de los gobiernos está aquello de acometer y rectificar. Esta medida fue de muy buena fe, pero hay mucha crítica y no ha producido los resultados. Mientras no haya resultados es indefensable. Échela para atrás Ministro’.
Y así se hizo con el apoyo de Fedegán, que primero, muy solidariamente apoyó la medida y, después, con humildad republicana aceptó y nos acompañó a echarla para atrás. Ese era el sentido de la medida.
Yo creo que esta discusión requeriría dos puntos, apreciados compatriotas: primer punto, una definición clara de impulsar el consumo doméstico.
En este país donde unas cifras, a pesar de que admiten correcciones -porque ahí hay mucha informalidad- muestran todavía unos subconsumos en los estratos populares, este país le tiene que dar prioridad a aumentar el consumo doméstico.
Yo creo que desde el punto de vista económico, y lo digo delante de doctores en economía como el ex ministro (de Agricultura, Andrés) Arias, eso resuelve problemas sociales y le agrega mucha capacidad a la demanda, especialmente en el corto plazo.
Pero la segunda discusión es el recurso. ¿A qué recurso vamos a apelar en un momento de tantas dificultades fiscales del Gobierno? Yo les pido que nos ayuden con eso.
Ahora, pregunto: ¿El Fondo Nacional de Ganado y Carne alcanza? ¿Hay manera de redistribuir asignación de recursos en el Fondo Nacional de Ganado y Carne? ¿Qué ajustes se le pueden hacer? ¿Habrá que discutir en el Congreso o en la junta del Fondo, elevar las tasas? ¿En qué condiciones se podrá vincular a todos los cooperados?
La verdad es que si yo no propusiera este tema así, crudamente, me sentiría engañándolos a ustedes, porque ustedes me dicen –y escuchamos a nuestro noble amigo, el doctor Ricardo Rosales y al doctor Alfredo Saade describir el problema y buscando esta solución- sí yo creo, impulsemos, sin perder la vista en los mercados, y ahí estamos bregando a resolver el problema con el mercado mexicano, el Ministro (de Agricultura) vuelve la semana entrante a Venezuela.
Mantengamos ese horizonte exportador, pero démosle ahora un énfasis al consumo. ¿Con qué lo financiamos?
Ayúdennos a discutir eso, porque finalmente todas las declaraciones de estas políticas tropiezan con un tema, que es recursos.
Yo quisiera interrumpir aquí, ofrecerle la palabra a ustedes, y sería muy bueno que no termináramos la sesión se esta noche sin definir un mecanismo de discusión, para buscar con todo el sector agropecuario nacional un consenso para promover el consumo interno y para buscar nuevos recursos.
Es que esto es difícil. Hace un año no encontrábamos arroz en la comunidad internacional. Oigan cómo cambia esto. Y ustedes saben la inflación de alimentos que tuvimos y cómo contribuyó a ella el arroz.
Esta mañana una de las llamadas que yo contestaba en Bogotá es de Presidente de los arroceros, el doctor Rafael Hernández. Y me decía: ‘va a salir una cosecha de arroz sin antecedentes, y nos han inundando del extranjero. Presidente, por favor, enfrente el contrabando’.
Le dije al Ministro: Ministro reúnase con la Fuerza Pública, a ver qué vamos a hacer con el contrabando. Creo que es una medida donde hay que pedirle a la Fuerza Pública ayudarnos a controlar esa frontera.
Y enseguida me decía el doctor Hernández, oigan esto, es que esto cuesta: ‘Mire Presidente se va a recoger esta cosecha nacional en un momento en que está abastecido el mercado, están llenos los molinos, están abarrotados de arroz los molinos. Entonces esta cosecha la tenemos que guardar, y guardarla equivale a pagarle un financiamiento. Mientras uno la tiene guardada, esa especie de lucro cesante lo tiene que subsidiar el Gobierno.
El Gobierno tiene 11 mil millones para lo que se llama el incentivo de almacenamiento de arroz. Mientras lo tienen guardadito el Gobierno les paga 11 mil millones para que no lo saquen todo en el momento, sino que lo vayan sacando dosificadamente, a ver si nos los golpea mucho el precio; 11 mil millones.
El doctor Hernández me decía esta mañana que las cuentas que han hecho ellos, implican que el Gobierno tiene que pagar este año un incentivo de almacenamiento de arroz de 25 mil millones. O sea que el tema es de 11 a 25.
Miremos a ver qué hacemos. Yo quisiera unas opiniones de ustedes sobre cómo vamos a encontrar los recursos para este tema tan difícil y tan necesario. Ahora, creo que ustedes tienen una visión empresarial, abierta al mundo.
Yo admiro la vanguardia en el pensamiento colombiano que ha tenido el Caribe.
Yo lo decía mucha veces de joven: cuando este país parecía, por los leguleyos, un pajarito atolondrado al amanecer, entregado al desorden, surgió una figura iluminante de la Costa: (Rafael) Núñez.
Su campaña para la Presidencia del Estado de Bolívar fue la lucha contra el desorden. Cuando este país vivía en medio de una miopía que no le permitía ver más allá de unos kilómetros a partir de los centros de poder, los únicos que advertían sobre el riesgo de Panamá, eran los caribeños de Colombia: ‘Por Dios, hagan esfuerzos, no dejen que se vaya Panamá’.
Cuando este país creía que la economía no podía vivir sino de fronteras hacia adentro, los barranquilleros en 1915 eran grandes exportadores de textiles, industria que se quebró por las guerras mundiales, pero ya los barranquilleros estaban integrados al mercado mundial.
Aquí ha habido una mente muy abierta, una mente bastante conectada con el mundo. Por eso yo creo que las cooperativas del Caribe pueden ser las que tengan el gran liderazgo para invitar capital internacional a construir con ellas nuevas plantas de industrialización de leche, para citar un ejemplo.
Si no lo hacen ustedes, no hay quien tome la iniciativa en Colombia. Y no tienen que poner a riesgo sus cooperativas. Simplemente sus cooperativas van a seguir como tales, consolidándose, y van a ser socias de nuevas plantas para esta industrialización de la leche, lo que les irá permitiendo integrar la producción con la industrialización y el mercadeo.
Son los dos temas que yo les quiero proponer: cómo se busca ese caminito de que ustedes atraigan capital internacional, para participar con ustedes en estos desarrollos, y cómo buscamos unos recursos para poder subsidiar el consumo interno.
Ayúdennos a pensar en esto y les ofrezco la palabra”. |