Bogotá, 21 jul (SP). El amanecer llanero recibió a los jinetes y sus caballos con un muy lluvioso despertar. El intenso aguacero que empezó a caer desde las cuatro de la mañana despertó a los integrantes de la ‘Ruta Libertadora’ para iniciar su segundo día de marcha.
Desde antes de las seis de la mañana comenzó el movimiento en los campamentos del Ejército y la Policía Nacional. Recoger el equipaje, alimentar a los animales, proveer el desayuno a la tropa, alistar y montar las sillas a los caballos, recoger carpas, entre otras muchas actividades, que les permitirían a estos binomios (jinete y caballo), continuar su recorrido esta vez hacia la población casanareña de Nunchía.
La lluvia fue un factor determinante en el recorrido. Las trochas, el paso por los ríos y cañadas, ascensos por la cordillera oriental enmarcaron la marcha de 32 kilómetros hecha por los carabineros de la policía y militares del arma de caballería del Ejército. Este tramo fue alargado 17 kilómetros por el aumento del caudal del río Pore. Esto obligó a los comandantes de las compañías a tomar una ruta más larga a seguir.
Después de 9 horas de recorrido, cientos de pobladores del municipio de Nunchía recibieron como héroes a los más de 300 jinetes que cruzaron un tramo más de la Ruta Libertadora en los campos del departamento del Casanare. |