Santa Marta, 23 jul (SP). “Quiero agradecer inmensamente la nueva realización de este encuentro. Siempre nos ha ayudado muchísimo.
Quiero agradecer a mis compañeros de Acción Social, a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia, a todas las agencias del Estado, por esta integración que ha sido tan importante.
Y agradecer inmensamente el apoyo y la integración con los Estados Unidos, el apoyo de otros países. Agradecemos enormemente todo el esfuerzo que hace el Gobierno de Holanda. Es muy diciente la presencia de la señora Embajadora Marion Van De Coppello, en este acto, se lo agradecemos muchísimo, señora Embajadora.
Hemos tenido unos avances –no hay duda- pero tenemos muchos retos y tenemos también que superar obstáculos y dificultades.
Decía el señor Embajador (de Estados Unidos) William Brownfield: ‘hoy se puede caminar por muchos lugares de Colombia, por los cuales antes no podíamos hacerlo’.
Este departamento es prueba de ello. Hemos avanzado en seguridad, todas las cifras lo indican, a pesar de todo lo que falta.
Y algo bueno que ha ocurrido en Colombia, yo lo decía el lunes ante el Congreso de la República, no ha sido una política de seguridad a expensas de la política social, de ninguna manera. Al tiempo que hemos avanzado en esta política de seguridad, el país ha avanzado en la promoción de inversiones y ha avanzado en la política social.
Yo creo que allí hay un esquema muy balanceado, muy balanceado, que evita cualquier interpretación, cualquier apología extremista. Porque bien pudiera decirse: ‘solamente nos dedicamos a la seguridad y lo otro vendrá por generación espontánea’. Una equivocación.
O pudiera tenerse una aproximación desde el otro extremo: ‘vamos a resolver lo social, que eso resuelve lo de seguridad’. Una equivocación.
El país vivió muchos años en eso y no se resolvía ni lo uno ni lo otro, porque no había los recursos, no había manera de financiar las políticas para poder avanzar en lo social, no llegaban las inversiones y avanzaba, en lugar de resolverse lo de seguridad, todos los días era mayor el desafío de la inseguridad.
Yo creo que la experiencia de haber manejado integralmente la seguridad, la promoción de inversiones y al mismo tiempo la política social, es una experiencia bien importante para Colombia.
Lo expongo en esa hipótesis. Qué tal que hoy pudiera decirse que hemos avanzado en seguridad a expensas de la política social.
Yo llego a creer que avanzar en seguridad sin un acompañamiento integral, como el objeto que nos reúne hoy, sería no darle garantías a la sostenibilidad de la seguridad. Yo creo que este acompañamiento integral es una garantía excelente para poder mantener el país en una senda de continuación, en una senda de seguridad continua.
Cuando era yo Gobernador de Antioquia, sentía dos o tres clamores. Me voy a referir a un clamor comunitario y me voy a referir a un clamor de las Fuerzas Armadas, y después les voy a referir a una lección que aprendí en la Sierra Nevada (de Santa Marta).
Llegábamos a un municipio, para buscar avanzar en seguridad, y los ciudadanos me decían: ‘Gobernador nosotros no podemos creer. Porque aquí llegan las Fuerzas Armadas y no se quedan, simplemente pasan por aquí, están una semana. Entonces nos dicen, colaboren con nosotros, pero ellos se van. Y después vive la guerrilla y nos dice: ah ustedes colaboraron con el Ejército, los mato. Se va la guerrilla, se repliega en un monte, en alguna parte, y llegan los paramilitares y dicen: ah ustedes colaboraron con la guerrilla, camine y los asesino’.
Entonces la demanda era: necesitamos seguridad, pero permanente, permanente. Eso hemos tratado de hacer, que la seguridad no sea flor de un día, sino que sea una seguridad permanente en todos los sitios del territorio.
Y el clamor de las Fuerzas Armadas. En esa época me decían: ‘Gobernador, para nosotros es muy difícil llegar a una región solos, sin elementos de política social’. He ahí un clamor que durante muchos años se escuchó en las Fuerzas Armadas.
Entonces de ahí surgen dos decisiones: el país necesita una política sostenida de seguridad con cobertura en todo el territorio, y esa política tiene que tener un acompañamiento integral. Esto que se llama la acción social integral.
Cuando empezó el Gobierno, que se decretaron unas zonas especiales de seguridad, lo primero que se hizo en medio de enormes dificultades fiscales fue implementar un programa de Bienestar Familiar, para que en esas dos zonas especiales de seguridad, empezara cuanto antes ese programa para alimentación de niñitos menores de cinco años.
Yo creo que en la práctica, ese es el origen de esta acción integral. Aquel principio en esas dos zonas de seguridad, todavía a finales de 2002.
Lo que hemos buscado entonces es, que la ciudadanía sienta que la seguridad es permanente, que no los abandona en ningún momento y que las Fuerzas Armadas sientan que están siendo acompañadas por la política social.
Son dos necesidades enormes.
Confianza entre la Fuerza Pública y la comunidad
Tal vez en mi primera o segunda visita, a la parte alta de la Sierra, en Nabusímake, en el Cesar, un mamo me dijo: ‘Presidente, nosotros no podemos creer ni tener confianza, porque aquí llegan un día hombres de uniforme y nos dicen que son guerrilleros; al otro día llegan hombres de uniforme y nos dicen que son paramilitares; y ayer por la mañana, con motivo de que usted venía hoy, llegó el Ejército con el mismo uniforme. ¿Qué hacemos?’.
Ese día dijimos: nosotros estamos ante el imperativo de crear todos los vínculos de confianza entre las Fuerzas Armadas y la comunidad. Fundamental, sería el tercer elemento, vínculos de confianza.
Ese día se definió que un Coronel del Ejército estaría permanentemente en esa área de la Sierra, construyendo confianza entre las Fuerzas Armadas y la comunidad indígena, y a fe que eso ha resultado bien.
Hay cuatro, cinco elementos para construir esa confianza. Hay que estar permanentemente oyendo a las comunidades, orientando a las comunidades, una labor de pedagogía con toda la sinceridad, con todo el alma.
Cada soldado de Colombia, cada policía de Colombia tiene que ser un pedagogo. Hoy quiero resaltarlo de nuevo: cada integrante de nuestras Fuerzas Armadas tiene que ser un pedagogo.
Hay que proceder con toda transparencia. La transparencia es un gran factor de generación de confianza en las comunidades. Hay que demostrarles a las comunidades que uno está allí para protegerlos, no simplemente para cumplir un mandato de los superiores del Batallón o de la Brigada, que uno está para protegerlos. Y hay que acompañar esto de programas sociales.
Yo quiero rendir también mi homenaje muy sentido a Luis Alfonso Hoyos. Cuando lo posesionamos como Embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) me dijeron: ‘¿Presidente por qué lo mandó para allá?’. Dije: porque él se mandó, yo no fui el que lo mandé, él fue el que se mandó.
Creo que esa es una persona excepcional. No nacen todos los días personas de las condiciones de Luis Alfonso Hoyos.
Yo quiero agradecerle a todo el equipo doméstico que le ha ayudado y toda la colaboración internacional que ustedes le han prestado. Todos los aquí presentes y los integrantes de los organismos aquí representados.
Resalto este punto de la Sierra Nevada. Cuando se plantearon los pueblos indígenas, yo personalmente no creí que fuéramos capaces de tener en tan poquito tiempo tantos pueblos indígenas. Me parece que es un gran logro tener hoy, de los nueve programados, siete, y operando bien.
Y en cada oportunidad que tenemos de hablar con las comunidades de la Sierra, ellos muy generosamente hacen un recuento de todo lo logrado, también piden más y con toda la razón.
En un país con tantas necesidades como Colombia, uno no les puede decir a los ciudadanos que ya estuvo, que ya está. No, aquí hay muchas necesidades, y lo que uno logra hacer es poco frente a lo que realmente las comunidades sienten.
Pero esa buena voluntad, eso de mostrar avances, eso de haber ido convirtiendo el proyecto de los pueblos en una realidad, es un gran factor de construcción de confianza. El acompañamiento integral es construcción de confianza.
Entonces cuando uno logra instalar un pueblo indígena, cuando uno logra cumplir con un programa de Familias Guardabosques, cuando se logra una ampliación de régimen subsidiado de salud, cuando llega la presencia estatal a través de la registraduría, o cuando llega a través del Igac (Instituto Geográfico Agustín Codazzi) o cuando se instala Familias en Acción o cuando llega el Incoder a tratar de resolver problemas de titulación de tierras, todo eso es un factor de construcción de confianza.
Y yo diría que finalmente el arma más efectiva para derrotar a los criminales, es tener la confianza de la comunidad, de la comunidad que vive en las zonas donde actúan los criminales. Por eso destaco muchísimo este programa del Centro de Acción de Acompañamiento Integral. Es el centro de construcción de confianza en estas políticas, la garantía de transparencia.
El acompañamiento integral se convierte en un factor que obliga a la eficacia y a la transparencia.
Hay problemas. La ciudad de Santa Marta había tenido casi 60 homicidios menos, este año van 16 más.
Rechazo al asesinato del Subintendente
Nosotros tenemos las guerrillas reducidas, pero con capacidad de hacer daño. Miren: el Eln, que posa ante la comunidad internacional como una guerrilla idealista, ideológica, es una guerrilla terrorista y narcotraficante como las Farc.
Cómo nos asesinan ayer al Subintendente de la Policía que estaba en esa tarea pedagógica, histórica, tan necesaria en estos momentos del bicentenario de la independencia, cumpliendo esa bellísima misión de representar la Ruta de los Libertadores.
Cuánto nos duele eso. Yo he pensado en la imagen a los niños, que han estado esperando que la televisión les muestre cómo va el recorrido de la Ruta Libertadora, han estado esperando escuchar y leer los textos de todo lo que es la remembranza de la Ruta Libertadora, que han estado con curiosidad, llenos de ganas de conocer esa geografía de la Patria, y que ayer toda esa ilusión se les empañe porque un explosivo terrorista del Eln asesinó al Subintendente de la Policía que estaba en esa gesta de representación de la campaña libertadora.
He pensado en su familia. La tristeza por su partida y cómo se truncó esa ilusión en ese dolor.
El lunes, cuando asistíamos a Tame (Arauca) en horas de la mañana, y se daba la largada, no había sino felicidad. Ciento cincuenta integrantes del Ejército y 150 de la Policía, y un número muy crecido de ciudadanos a hacer el recorrido, que los vamos a encontrar, Dios mediante, pasado mañana sábado en Pisba (Boyacá) en la cordillera. Y los vamos a esperar el 7 de agosto en el Puente de Boyacá.
Toda esa ilusión con la cual se partió el lunes, y ayer miércoles tener este motivo de dolor. Eso nos hace ver que tenemos dificultades. Cómo siguen estas guerrillas haciendo daño, y estas bandas criminales.
Yo le he pedido a las Fuerzas Armadas, al General (Freddy) Padilla, Ministro encargado de Defensa, a los altos comandantes, que por favor arreciemos. Hay que derrotar todos estos bandidos.
Esos bandidos de las bandas criminales no dan frente, y casi que en lo mismo está la guerrilla.
Al Subintendente ayer lo asesinaron acechándolo con un explosivo. Esos bandidos de las bandas criminales van, producen un asesinato y se esconden; hacen un embarque un embarque de drogas, se esconden.
A ellos no los vamos a derrotar buscando entrar en combate con ellos, no dan combate. Nos toca, General, hacer todo el esfuerzo con toda la cooperación que podamos obtener, para identificarlos, judicializarlos y meterlos a la cárcel, uno por uno. Pero esto tiene que ser una tarea con toda la velocidad, con toda la aceleración.
El Gobierno tiene que estar todos los días mirando dónde hay problemas, para buscar cómo se resuelven. En un país con tantas necesidades como Colombia, uno no se puede estancar.
Apreciados asistentes: este tema no lo resolvemos solos, se necesita toda la cooperación internacional. Yo la agradezco enormemente. Y quiero expresarles toda la gratitud por la cooperación internacional, y que la fortalezcamos.
Acuerdo de seguridad con EE.UU.
Ahora, por ejemplo, se plantea este acuerdo de seguridad con los Estados Unidos. Yo creo que es un paso muy bueno. Y además de los comentarios que hice el lunes en el Congreso (de la República) quiero agregar otros.
Ese acuerdo es una garantía de continuidad en el tiempo del Plan Colombia mejorado. Mejorado por toda la experiencia adquirida en estos años.
Vamos en ocho años de aplicación del Plan Colombia. Estos ocho años dejan unas experiencias, dejan unas enseñanzas. Eso nos conduce a mejorar, a proyectar una senda del Plan Colombia mejorado. Diría yo que esa es la razón de ser de este acuerdo de seguridad con los Estados Unidos.
Yo creo que los Estados Unidos, con el Plan Colombia, con este acuerdo, entienden y responden a la exigencia de la corresponsabilidad. La corresponsabilidad no se puede quedar como tema de discurso en los foros, la corresponsabilidad hay que trasladarla de los foros a la acción práctica.
Y la acción práctica, para poder demostrar que sí se acepta la corresponsabilidad, se da en temas como la implementación del Plan Colombia, o esta nueva fase del Plan Colombia mejorado, que es el acuerdo de seguridad con los Estados Unidos.
El acuerdo de seguridad es un reconocimiento a la necesidad de la corresponsabilidad eficaz, para combatir este flagelo que tantas muertes causa. Es el segundo comentario que quiero introducir en el día de hoy.
‘Acuerdos de seguridad no son para agredir terceros países’
Tercero, estos acuerdos nunca tienen por objeto crear condiciones de agredir a terceros estados. Eso está excluido en el texto, en los acuerdos que los enmarcan y en la práctica colombiana.
Colombia es un país históricamente agredido por el terrorismo, por el narcotráfico, que en los últimos años ha combatido contra el terrorismo y contra el narcotráfico y que jamás ha sido un país agresor de la comunidad internacional.
Nosotros combatimos a los terroristas, nosotros no agredimos a los gobiernos ni a los pueblos. Nosotros combatimos a los terroristas que todos los días agreden a Colombia.
Ahora, le pregunto para una reflexión, a la comunidad internacional, propongo esta reflexión: creo que es mucho mejor para la comunidad internacional que Colombia derrote el narcotráfico, a que en Colombia el narcotráfico tenga posibilidades de volver a prosperar.
Yo veo que la comunidad internacional muchas veces sufre es porque el narcotráfico de Colombia se proyecta en otras partes, estimula que surja el narcotráfico en otras partes, provee con la producción de cocaína el narcotráfico de otras partes.
Hay que preguntarse: ¿qué es lo que hace daño? El acuerdo de seguridad nunca. Lo que hace daño es que en Colombia prospere el narcotráfico y prospere el terrorismo, porque eso es lo que se multiplica y trata de replicarse en otros países.
Todo lo que Colombia avance en la lucha contra el narcotráfico, en la lucha contra el terrorismo, le evita esos riesgos a la comunidad internacional, evita esos riesgos de contagio. Creemos que es bien importante.
Por eso nosotros invitamos a todos los países a que nos ayuden, a que nos ayuden en esta lucha. Y por eso agradecemos vinculaciones en esta lucha, prácticas, como la de los Estados Unidos en el Plan Colombia, y ahora con el nuevo acuerdo de seguridad.
Quería hacer estos comentarios, agradecer todo el esfuerzo de ustedes con una reunión en Santa Marta y recoger algunas preguntas que algunos de ustedes quisieran formular”. |