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Marzo 6   Versión imprimible
Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en el acto de firma de la Agenda por la Igualdad Laboral

Bogotá, 6 mar (SP). Felicitaciones a todas las mujeres colombianas. En una Patria llena de dificultades, el entusiasmo, la actitud siempre positiva, la sonrisa de la mujer colombiana, su compromiso de todas las horas, tonifica el espíritu en el momento de las mayores dificultades.

Consejera (Presidencial para la Equidad de la Mujer, Martha Lucia Vásquez Zawadzky) la felicito por su tarea tan seria, tan perseverante, tan eficaz. No quiero ponderar todo lo que usted ha hecho: un día la vemos avanzar en microcrédito para la mujer; es la defensa de la mujer víctima, es la defensa de la mujer desplazada.

Y quiero agradecerle, en nombre de todos los colombianos, a usted y a los gremios, este acuerdo. El acuerdo para la definitiva reivindicación laboral de la mujer colombiana.

Hay unas contradicciones apreciados compatriotas. Yo soy uno que en el diálogo privado tiendo a decir que en Colombia no hay cultura de discriminación femenina.

Cuando habla con los colombianos, cuando percibe su actitud, pensaría que este es un país que respeta totalmente a la mujer, que no tiene ningún sesgo frente a ella, que en la actitud de los colombianos no hay intención de discriminar a la mujer.

Y nos jactamos de eso y nos sentimos orgullosos de un proceso legislativo, que empezó por allá en los comienzos de la anterior centuria, para reivindicar a la mujer.

Sin embargo, aparece un ‘pero’. Miramos las cifras laborales y eso se contradice.

Entonces, uno dice: bueno, el problema es que todavía abusan de la mujer en los salarios de los oficios básicos. Y eso es cierto, pero no es suficiente.

A mí me parece bien preocupante que todavía en los más altos cargos haya discriminación contra la mujer. Y en los cargos altos e intermedios. Y lo que es más grave es que todavía haya diferencia salarial, en un mismo cargo, con un mismo perfile, con unos mismos requerimientos, hay diferencias salariales.

Por eso, nada más oportuno que este pacto. El seguimiento que le podamos hacer para mostrarle al país, con un termómetro de opinión, con un pulso permanente que tomen los signatarios, los gremios -a cuyos integrantes les agradecemos de corazón este esfuerzo-, la Consejería, podamos examinar cómo evoluciona el tema.

Y las cifras son agridulces. Porque también hay unas cifras muy buenas. Por ejemplo, yo miro algunos temas en educación:

El Icetex (Instituto Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior), que en este Gobierno ha pasado de 60 mil créditos, este año debe tener más de 300 mil estudiantes con crédito. Ese es un salto enorme. Y el 55 por ciento son mujeres.

En la matrícula universitaria hoy el mayor porcentaje es de mujeres.

Cuando empezó el Gobierno nosotros teníamos 980 mil estudiantes universitarios. Este año debemos tener un millón 600. O sea que es un gran crecimiento. Lo que pasa es que también ha habido un gran crecimiento de los bachilleres.

Cuando empezó el Gobierno Colombia graduaba 420 mil bachilleres. El año pasado graduó 630 mil.

Entonces, por eso ese enorme esfuerzo en el Icetex, en la universidad, parece que se quedara pequeño. Lo que empezamos a ver es que en la matrícula universitaria, en el Icetex –y estamos por comprobarlo en los bachilleres graduandos- la mayoría es de mujeres.

Ahora, no se trata de que la mayoría sea de mujeres. Se trata de que no haya la más mínima discriminación en contra de la mujer.

Por ejemplo, en el Sena, cuando empezó el Gobierno teníamos que por el Sena pasaban al año un millón 100 mil colombianos. Ahora están pasando durante el año por el Sena 6 millones y medio de colombianos y el 54 por ciento son mujeres.

Ahí se observa, de manera inobjetable, incontrovertible, esa gran participación de la mujer en la formación técnica, tecnológica, y también en la formación vocacional.

Con tres elementos:

Primero, el Sena ha venido creciendo muchísimo en programas de grado, programas formales, programas titulados, técnicos y tecnólogos. Este año debemos acercarnos a 260 mil matriculados en tecnología y en programas técnicos.

Y eso se integra con educación superior. Porque una de las reformas del sector educativo, introducidas en este Gobierno, es que aquellos que se gradúen como técnicos o tecnólogos en el Sena, o en las instituciones acreditadas, puedan, en cualquier momento posterior, ingresar a la universidad, completar los créditos y acceder al grado de educación superior.

Y también ahora estamos buscando la integración del Sena hacia abajo, hacia la educación básica.

Anoche lo veíamos en un colegio en Sincelejo. El ideal es que todos los colegios de bachillerato de Colombia tengan una integración con formación vocacional, para que los jóvenes que se gradúen como bachilleres tengan por lo menos una iniciación en competencias laborales.

Entonces, entusiasma mucho saber que de ese gran crecimiento, la participación de la mujer es del 54 por ciento.

En un programa que es de ciclo corto, una combinación de estudio y de práctica, la participación de la mujer es del 53.7.

Uno ve una gran inclinación de la mujer a prepararse y a prepararse en actividades que tengan una inserción inmediata en el mercado laboral.

Diría yo que por eso no puede seguir esa contradicción que mientras pensamos los colombianos que no hay discriminación contra la mujer, que mientras vemos un gran avance de la mujer por prepararse, por tener la mayor competencia para su exitosa iniciación en el mercado laboral, continúe la discriminación, por ejemplo, en materia de salarios.

Y en los programas de formación virtual en los cuales el Gobierno tiene registro en Colombia –y en el Sena este año debemos tener un millón de estudiantes en formación virtual; está creciendo enormemente la formación virtual- encontramos que el 50.6 de los matriculados en formación virtual son mujeres.

Llama la atención esto:

Hay un programa de seguridad alimentaria que ha venido manejando la Consejería Presidencial para la Acción Social. Ese programa genera mucho entusiasmo en los municipios, en los departamentos. Se llama el programa Resa (Red de Seguridad Alimentaria).

Este año es uno de los programas de la política anticíclica. Es promover que el parcelero, el campesino, pueda tener alcance a unas semillas, a unas herramientas, a una maquinaria, a una tecnología que le permita avanzar muchísimo en productividad, en la garantía de la seguridad alimentaria.

Llama la atención que el 48.56 de los participantes del programa Resa son mujeres.

Sobre este tema de la educación en la inserción en el mercado del trabajo, permítanme decir lo siguiente, apreciados compatriotas:

Nosotros creemos que el mejor camino para la distribución del ingreso y para la racionalización del tamaño de la familia es el camino de la educación y de la formación de la mujer.

¿Por qué? Porque la mujer tiene una tendencia mucho más comprometida con la educación de los hijos. Y en la medida en que la mujer estudie, esa tendencia se acentúa.

La mujer tiende a no dejar los hijos sin educación. Y la mujer educada tiene mayor tendencia a que sus hijos no queden sin educación.

Entonces, todos los esfuerzos que se hagan en esa materia son esfuerzos muy exitosos para garantizar la educación, que finalmente es lo único que va a mejorar la distribución del ingreso en Colombia; lo único que va abrir las puertas de la movilidad social.

Y uno escucha a todos los científicos; las discusiones científicas, las discusiones éticas, las discusiones morales sobre la planificación del tamaño de la familia. Y en medio de unos temas tan controvertidos acerca del cómo, el consenso que se encuentra es que el camino más eficaz y menos controversial es el camino de la educación de la mujer.

La mujer educada es la herramienta más eficaz, menos controversial, para la planificación, para la definición del tamaño de la familia.

Y la mujer que se va preparando, por ejemplo, en estos temas de formación vocacional, de Resa, de política de microcrédito, tiene un enorme éxito en esas actividades.

Y, además, permítanme decir esto: cuando nosotros analizamos las carteras de microcrédito de Banca de Oportunidades, el mayor esfuerzo para el pago cumplido de los créditos se da en las mujeres.

Uno puede decir esto: la mujer es cumplidísima para pagar esos créditos. Yo creo que si uno pudiera entregarles toda la cartera de Colombia a las mujeres, no habría cartera morosa.

Yo quisiera que la señora ex ministra Maria Mercedes Cuéllar, en Asobancaria, lo mirara, y Carlos Moya (Director de la Banca de las Oportunidades). Y nos dijeran por qué. Pero es increíble. Asombra gratamente ver la puntualidad de las mujeres deudoras en los pagos.

Por eso, el gran esfuerzo de Banca de Oportunidades tiene que ser, todos los días, más orientado hacia la mujer.

Uno de los programas más importantes que tiene el Gobierno, el país, es el programa de Familias en Acción, cuyo crecimiento, este año, hace parte de las políticas anticíclicas para evitar el más grave deterioro de la economía, en este momento de tantos retos y de tantas dificultades.

Ese programa lo trajo el Presidente (Andrés) Pastrana. Un programa que trajeron, experimental, en esa época, sumamente bueno. Nosotros encontramos 220 mil familias. Hoy hay millón 700, pero en junio debemos tener tres millones de Familias en Acción.

¿Por qué cree el Gobierno que es un programa muy bueno?

Porque es un programa que les da un apoyo económico a las familias, con la condición de que acrediten que los hijos están asistiendo al colegio y que se están sometiendo a los exámenes médicos.

Eso nos ayuda mucho a evitar la deserción escolar. Ustedes saben como es de propensa una sociedad con pobreza como la nuestra, a que se aumente la deserción escolar y universitaria en época de crisis.

Una de nuestras grandes preocupaciones con la crisis de la economía es evitar tasas de deserción escolar, evitar tasas de deserción universitaria.

Y este programa de Familias en Acción además nos tiene que ayudar por el lado del consumo, que tanto se ha deteriorado.

El año pasado, la combinación de inflación de alimentos, altas tasas de interés, elevación de precios de insumos agropecuarios, produjo un deterioro en la capacidad de consumo de los colombianos -que ojalá la empecemos a recuperar-, con muchas dificultades.

Fue el primer año del Gobierno en el cual no pudimos aumentar el salario mínimo por encima de la inflación. En todos los años anteriores lo habíamos aumentado por encima de la inflación. En esta ocasión no pudimos, por las circunstancias tan difíciles de la economía. Nos parecía contraproducente hacerlo. Decíamos: bueno, nos ganamos un aplauso y después el país se va a dar cuenta que por un inmediatismo cometimos un grave error.

Pues bien, esos pagos que se dan en Familias en Acción van directamente a unos consumos que necesita la economía.

Por ejemplo, anoche me decían: en Sincelejo que hay 14 mil familias, en Quibdo todavía el peso específico es más, porque hay 15 mil, el día que pagan allí se siente en la economía, porque esas familias se gastan esa platica en calzado, en vestuario, en alimentación.

Y el gran objetivo es la permanencia de los hijos en el colegio para poder abrir los canales de movilidad social que son de la esencia de la democracia.

¿Por qué relaciono esto con la mujer? Porque por el deber nuestro de promover todo lo que es la inclinación de la mujer a que estudien los hijos.

¿Saben quién recibe ese dinero? Las mujeres. Y hay que ver cómo lo pelean y cómo lo gastan de bien.

Por ejemplo, la queja que recibí en Sincelejo ayer es que estábamos atrasados en unos pagos. Me decía Acción Social: ‘No, lo que pasa es que hemos venido pagando allí donde no hay bancos; en las ciudades que tienen bancos pagamos el 16 de marzo. Y en cada pago, pagamos dos periodos anteriores, porque tenemos que ir pagando con algún retraso, porque nos toma mucho tiempo verificar que se esté cumpliendo con el requisito de la asistencia escolar y con la asistencia a los chequeos médicos, a los chequeos de nutrición, de salud, etc.

Y lo que observa uno en todo el país es un gran cumplimiento de las mujeres en eso.

Lo que yo observo es que ese programa tan grande tiene muy pequeños problemas y que la mayoría de las quejas son porque alguna familia no presentó un certificado.

Y diría yo: un programa tan grande es un programa riesgoso porque es un programa de subsidio monetario. ¿Y por qué tiene tan poquitas quejas? Más que porque lo maneja un buen equipo, porque el dinero les llega a las madres de familia.

Y eso lo convence a uno de que todo eso que se pone en las manos de las mujeres funciona muy bien, opera muy bien en Colombia.

Nosotros hemos venido estudiando otros temas, el del desplazamiento.

Hemos disminuido el desplazamiento, pero no lo hemos frenado. Y el Gobierno tiene que reconocer eso. Allí donde entramos con las acciones de orden público y empezamos a enfrentar todos estos grupos de bandas criminales, Farc, residuos de Eln, etcétera, ellos lo primero que hacen es provocar desplazamiento de los ciudadanos.

O sea que ha venido disminuyendo el desplazamiento año tras año, pero no lo hemos frenado del todo. Nuestro objetivo es que lo frenemos del todo.

También hay otro problema con el desplazamiento: el aumento de beneficios ha incrementado el desplazamiento. Y tenemos hoy mucho desplazamiento ficticio y mucho desplazamiento que se alega por causas de violencia que no es por causas de violencia.

¿Cuál ha sido el aumento de los beneficios? ¿En qué vamos bien y en qué vamos mal en esa materia, tan sensible a la mujer colombiana?

Hemos pasado el presupuesto para desplazados de 40 millones de dólares a 400 millones de dólares al año. Eso es un enorme esfuerzo en un país con tantas dificultades.

Yo diría que en desplazados vamos bien y en Familias en Acción, en el seguro de salud, régimen subsidiando.

Vamos bien en educación, vamos muy mal en vivienda. Y ahí vamos a tener que hacer un esfuerzo: diría yo que aumentar el subsidio al desplazado, así las circunstancias presupuestales nos obliguen a ir más lentamente, y decirle a la Corte Constitucional: de pronto es mejor ir más lentamente, pero más eficazmente.

Nada nos ganamos con entregar 60 mil subsidios, sino hacen efectivos sino 30 mil. Si de pronto no entregáramos 60 mil subsidios, sino con el mismo dinero 45 mil, pero los 45 mil se hicieran efectivos, sería mejor para el país.

Y este programa sí que es importante para la mujer. En el tema de desplazados, el 55,8 de los reclamantes, de quienes reclaman directamente esos apoyos, son mujeres.

En VIS (Vivienda de Interés Social) Rural me preocupa. Apenas tenemos un 33.22 por ciento.

En el Sistema General de Pensiones, un 41,52 por ciento. Y allí tenemos grandes problemas. Porque no obstante que hemos venido aumentado año tras año la afiliación al Sistema de Seguridad Social, ha aumentado mucho más seguridad industrial, que se asegura por la vía de afiliación a las empresas de riesgos profesionales; salud, por la vía de afiliación a las EPS. Pero en pensiones se ha presentado la menor afiliación y nos preocupa porque allí todavía vemos muy discriminada a la mujer.

Y en el tema de apoyos a la tercera edad que no ha tenido ninguna afiliación, el Gobierno ha hecho un gran esfuerzo, pero insuficiente.

Colombia apoyaba 60 mil ancianos cuando nosotros llegamos. Hoy apoyamos 857 mil ancianos. Pero deberíamos llegarle a dos millones.

Y allí hay un gran problema con la mujer de la tercera edad en condiciones de extrema pobreza que necesita atención.

Hemos dado un salto, pero reconocemos todo lo que falta y tengo que hablarles a ustedes con toda la sinceridad.

Para poder crecer Familias en Acción este año, no podemos crecer el programa de atención de ancianos. Las circunstancias presupuestales no lo permiten.

Y entonces, va apareciendo otro problema. Por ejemplo, las madres comunitarias de Bienestar Familiar.

El Congreso y el Gobierno han tomado decisiones para aumentarles sustancialmente la beca. Se le está pagando una beca que equivale hoy al 70 por ciento del salario mínimo y ya la mayoría están afiliadas al Fondo Nacional del Ahorro, donde se ha venido haciendo una revolución silenciosa: en la medida en que abrimos el Fondo Nacional de Ahorro al ahorro de los sectores informales de Colombia, tenemos hoy casi medio millón de nuevos ahorradores que han ahorrado en el último año y medio 230 mil millones. Y al año de estar ahorrando allí tienen derecho a un crédito. Allí están ya casi todas las madres comunitarias y por esa vía van a tener un crédito.

¿Qué nos preocupa?

Que el programa que visionariamente empezó la administración del Presidente (Virgilio) Barco, ya hay muchas madres comunitarias ancianas y no hemos visto la manera presupuestal de resolverles el problema de que tengan una asistencia del Estado.

Allí tenemos, Marta Lucía (Vásquez, Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer) un gran reto.

Al hacer la evaluación desordenada de estos temas, esta madrugada decía yo: bueno, yo tengo que contarles a las mujeres colombianas en qué vamos bien y en qué vamos mal. Ahí tenemos un problema.

Pero también hay otro problema: en esta época electoral, hay un sector del Congreso que quiere hacer agitación ‘banderiza’, con un proyecto de ley para laborizar la relación de las madres comunitarias; exigir que con ellas no haya una relación de servicios sino un contrato laboral y que ese contrato esté sometido a todo el régimen salarial y prestacional.

Sí, eso podría crear un gran entusiasmo electoral en un sector, pero quiebra Bienestar Familiar.

Este es un momento muy delicado en materia de discusión de esos temas.

Yo quiero, desde aquí, hacerles llegar a este grupo de compatriotas, las madres comunitarias, esta reflexión:

Hemos avanzado con afecto, con solidaridad, con patriotismo en el porcentaje de su beca, en su afiliación al Fondo Nacional de Ahorro.

Reconocemos que nos queda pendiente la necesidad de buscar cómo van a tener una asistencia de retiro. Ahí el Gobierno tiene un deber que cumplir, hay un vacío. Pero el Gobierno teme y se opone y les llama la atención a los colombianos, que si se da el paso, que algunos estimulan en el Congreso, de laborizar esta relación con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, lo quebraríamos. Ese día lo debemos cerrar.

Y ustedes saben la enorme discusión que hay sobre el tema del empleo.

A mí me preguntan: ‘Presidente, ¿la Reforma Laboral de 2002 si sirvió?

Digo: ‘Claro que sí. Aquí está el ex ministro Jaime Alberto Cabal. Yo creo que esa Reforma Laboral ha sido uno de los componentes más importantes y, por supuesto, les toca, en otra parte, al doctor Guillermo Botero, para que este país esté construyendo, usted nos decía en la última reunión, ya no 11 sino más de 14 mil habitaciones hoteleras; para que este país haya hecho un crecimiento enorme en estos últimos años de los almacenes de cadena, de los restaurantes, del sector servicios.

¿Qué tal que no hubiéramos hecho esa Reforma Laboral? Cuánto le ha ayudado al Sena.

Entonces, hay un sector del Congreso que la quiere derogar. Qué daño haríamos, y en este momento.

Pero también hay otra discusión. Dicen: bueno, no estamos creando suficiente empleo, entonces eliminemos los parafiscales. Y es una discusión que conviene darla en este momento.

Yo he creído, apreciados compatriotas, que no es el momento para proponerles más carga a los empresarios, por ejemplo, si se derogara la Reforma Laboral de 2002. Le haríamos un daño más grave al empleo.

Y es el momento para pensar que este país tiene unos compromisos sociales en superación de pobreza, en mejoramiento de equidad, que van más allá de un desespero coyuntural por los parafiscales.

Cuando a mí me dicen: bueno, quitemos esos 9 puntos que se le pagan al Sena, a Bienestar Familiar, a las cajas, yo los ubico en el contexto histórico: quienes proponen eso deben pensar de dónde viene el país en materia de legislación laboral. El examen histórico del tema no se puede omitir. Deben pensar qué hicimos en la Reforma Laboral del año 1990. Bien difícil. A mí me tocó en el Congreso y después sufrirla con los grupos violentos.

Yo creo que fue una Reforma Laboral que salvó a los trabajadores y a las empresas. Porque a los trabajadores los engañaban con ese aumento que les mostraban en el papel de la acumulación de las cesantías no consolidadas y se quebraban muchas empresas y no les pagaban esos créditos a los trabajadores. Y las empresas se veían sin futuro porque no podían predecir esos costos. Y se había afectado muchísimo la relación empresa-trabajadores, porque las empresas, por temor a esos costos, no permitían ninguna estabilidad de los trabajadores. Esa Reforma fue muy dura, muy difícil.

Y no menos difícil fue la Reforma de Pensiones y de Salud del año 1993. Y bastante difícil fue la Reforma Laboral de 2002, al inicio de este Gobierno.

A mí me ha tocado vivir las tres intensamente, apreciados compatriotas, y por eso creo que el tema de la discusión de los parafiscales no se puede dar por fuera de ese contexto histórico.

Me pregunto yo: ¿después de esas reformas, la solución al empleo es seguir afectando derechos de trabajadores? Temo que no lo sea.

Entonces, alguien me dice: bueno, pero ese que no se ha hecho nada en favor del empleo. ¿Cómo que no? Todo lo que se ha hecho en seguridad, en confianza inversionista, en capacitación, Fondo Emprender, Banca de Oportunidades, eso es en favor del empleo y más que del empleo, del emprendimiento.

Este país es un país que tiene más vocación de emprendimiento que de subalternidad laboral.

Y yo quiero proponer esta reflexión: en este Gobierno se han creado unos grandes estímulos a la inversión.

Primero, cuando nosotros llegamos la tasa de renta estaba en el 35. Por circunstancias muy difíciles de coyuntura la subimos al 38 y medio. Pero después empezó una reducción gradual. Este año se liquida al 33.

Segundo, el impuesto de timbre se baja a la mitad.

Tercero, se eliminó el impuesto de remesas.

Cuarto, en nuestra primera reforma tributaria dijimos: el 20 por ciento del pago de algunos de los impuestos municipales no es descontable en la renta nacional. Después se corrigió y volvimos a la tesis de la deducción del ciento por ciento. Pero viene lo más importante: dijimos, no, el tema no es rebajarle tarifas a todo el mundo. El tema es estimular la inversión. Y entonces vinieron incentivos que se han introducido en este Gobierno: sectoriales y generales.

Sectoriales: que al turismo, que al software, que a los cultivos de tardío rendimiento, que a los biocombustibles.

Generales: zonas francas. Ahora me decían los señores de Siemens: lo invitamos en mayo a inaugurar la nueva planta de Siemens. ¿Cuánto empleo va a generar? 1.200 nuevos. ¿Se puede comprometer a que 650 sean mujeres?

Ahí empieza la agenda laboral. Zona franca de Siemens, en junio, de los 1.200 trabajadores 870 mujeres.

Queda ese compromiso.

Ya hay 45 zonas francas nuevas, aprobadas como esta, en la nueva legislación. Y hay otros cinco proyectos que están en curso. El Gobierno está haciendo todos los esfuerzos para que cumplan los programas de inversión acordados en este momento tan difícil de la economía.

De toda inversión que se hace hoy en Colombia, se puede deducir el 40 por ciento.

Entonces, yo les he dicho a los economistas esto: por qué no piensan que el mejor estímulo al empleo, en una economía que no puede tener empleos de baja calidad, sino que tiene que mejorar la calidad del empleo no solamente por la calidad de vida de los trabajadores, sino por el grado de competitividad del país, finalmente el único estimulo al empleo es el estímulo a la inversión.

Entonces, algunos me dicen: no, habría sido mejor no crear zonas francas y quitar los parafiscales.

Nada hubiéramos ganado. Porque es que con las zonas francas no estamos perdiendo. Son inversiones con las cuales no contábamos. En cambio, si quitamos los parafiscales nos tenemos que preguntar de dónde reponemos 5 billones 300, 5 billones y medio que pagan los colombianos a los parafiscales.

Si eso fuera posible, yo diría esto: si uno fuerza a la economía a crear más empleos, de aquellos que realmente son competitivos, la fuerza a crear empleos de mala calidad. Y una economía que tiende a ser abierta es una economía que todos los días tiene que crear empleos de la más alta calidad, que son los empleos de mayor competitividad.

Pero es muy bueno que se dé la discusión. Porque alguien dice: bueno, pero es que no hay que acabar el Sena, no hay que acabar las cajas, no hay que acabar a Bienestar.

Es que yo recuerdo cuando yo era candidato presidencial, que decían: ‘No vote por Uribe que es paramilitar. No voten por Uribe que acaba el Sena, que acaba el Bienestar y que acaba las cajas’. A los primeros los acabamos, pero a estas tres instituciones las hemos crecido enormemente.

Entonces dicen estos compatriotas: busquemos otra renta. Hay que pensar cómo nos conseguimos, si acabáramos los parafiscales, 5 billones y medio.

Alguien dice: hagámoslo vía IVA. Estudiemos eso, pero miren las dificultades:

Un país produce bienes y servicios y sobre ese total de bienes y servicios, cuando el Gobierno empezó, se derramaba IVA sobre el 37. Nosotros fuimos ampliando, fuimos ingresando bienes y servicios, a los cuales no se les derramaba IVA, a los gravables con IVA. Y hemos pasado del 37 al 54.

En nuestra primera reforma tributaria quedó esta norma: aquellos no gravados por IVA que paguen un pequeño impuesto del 2 por ciento. Mirábamos con mucho entusiasmo eso, decíamos: eso va a formalizar la economía colombiana.

¿Qué ocurrió? Lo declaró inexequible la Corte.

Entonces, después intentamos nuevamente ampliar la base y para uno pasar más allá del 57 por ciento en el gravamen de IVA, ¿a qué le tiene que incorporar IVA? Miren lo que sigue: matriculas universitarias, estudiantiles en general, IVA a alimentos de primera necesidad, a servicios públicos, a tarifas de energía eléctrica. ¿Está el pueblo colombiano en condiciones de pagar eso?

Miren lo difícil que es el tema. Por eso es bien importante que se discuta.

La otra opción es: bueno, no aumentemos la base, no expandamos la base de bienes y servicios grabados con IVA, aumentemos la tarifa. Un punto de IVA nos da 900 mil millones, un billón. Tendríamos que aumentar en 4 ó 5 puntos la tarifa de IVA del 16. Que el Gobierno con el programa Muisca viene haciendo un gran esfuerzo para controlar evasión.

Está bien que se dé esa discusión. El Gobierno presenta esta preocupación. Y las tesis se dividen. Hay quien dice: si se alivian los parafiscales, sí hay una respuesta favorable al empleo. Y hay quien dice: no.

Lo peor que puede hacer un Gobierno, especialmente en época de crisis, es ser sordo. Muchas veces hay que lanzar iniciativas para buscar caminos. El Gobierno no puede ser un Gobierno demagógico diciendo ‘sí, sí’. Ni un ‘doctor no’, diciendo ‘no, no’. El Gobierno tiene que estar procurando ser creativo; buscar opciones.

Hace unos días nos reunimos con el Consejo Nacional de Competitividad y nos dijo: hay una Ley, la 590 de 2000, reglaméntenla. La reglamentamos. ¿Qué autoriza? Decreto de la semana pasada. Guarden esto en su mente, apreciados compatriotas:

Una nueva empresa, media o pequeña que se cree ahora, en el primer año no paga sino el 25 por ciento de los parafiscales; en el segundo año paga el 50 por ciento; en el tercer año, el 75, y solamente en el cuarto año paga el ciento por ciento. O sea, una transición de cuatro años, desde el nacimiento de la empresa hasta el cuarto año, en el cual paga la totalidad de los parafiscales.

Ya se produjo ese decreto. Vamos a ver qué sigue.

Y viene otra discusión: es que los parafiscales son un obstáculo a la pequeña empresa y no le sirven.

Que cuestan, sí. Pero digo: ¿por qué no sirven? Me dicen: porque es que la pequeña empresa casi no paga renta. Entonces, los beneficios que ha introducido el Gobierno para las zonas francas, la deducción del 40 por ciento, poco le sirven a la pequeña empresa.

Yo creo que sí le van a servir. Es que la pequeña empresa no va a ser zona franca uniempresarial, pero sí se puede ubicar en las zonas francas, etcétera.

Pero veamos del lado de los trabajadores:

Si uno dice que en la pequeña empresa se concentra la mayoría de los trabajadores de salario mínimo, esos trabajadores son los grandes beneficiarios de los parafiscales. Porque esos trabajadores son los que reciben el subsidio monetario de las cajas; esos trabajadores son aquellos cuyos hijos están con la alimentación de Bienestar Familiar. En este Gobierno nosotros hemos pasado, óigase bien, de tres millones 300 mil raciones alimenticias, este año son 13 millones de raciones alimenticias, 13 millones, entre Bienestar Familiar y una ayuda de departamentos y municipios.

Esos trabajadores son los que más se benefician del Sena. Y el pequeño empresario le puede decir a sus trabajadores: mire, yo no puedo atender ese requerimiento salarial tan alto; no olviden que ustedes tienen unos beneficios del Sena, de las cajas, de Bienestar Familiar. Eso ayuda también en la discusión al interior de la empresa sobre el nivel de los salarios.

Entonces, yo creo que no se puede decir paladinamente que los parafiscales obstaculizan a la pequeña empresa y que no les sirven.

Pero el Gobierno tiene que estar debatiendo a su interior y en el análisis con la comunidad.

Yo he venido pensando en esto y se los sugerí ayer a mis compañeros de Gobierno y por primera vez me refiero al tema en público:

Hagamos otro esfuerzo. Digamos: para los nuevos puestos de trabajo que se creen, nuevos puestos de trabajo que se creen, siempre y cuando se mantengan los anteriores, demos unos plazos cómodos para pagar parafiscales, pensando en el margen que nos da la Ley. Porque cualquier variación de la tarifa parafiscal tendría que ir al Congreso.

Esto lo intentaría el Gobierno.

Yo creo un nuevo empleo hoy, y sigo pagando cumplidamente los parafiscales, con la nómina anterior sin disminuirla, por ese nuevo empleo me deben dar unos plazos amplios para pagar los parafiscales. Y eso se debe repetir cada vez que yo cree un nuevo empleo: me den unos plazos amplios para pagar esos parafiscales que se vayan causando.

Y puede ser que no se acumulen sino cada ciertos meses, cada cierto número de meses. Y que lo único que se cobre por efectos fiscales sea un ajuste con inflación. Eso podría ayudar en la caja de las empresas. Podría dar un gran alivio.

Quiénes deberían ser excluidos de ese beneficio. De ese beneficio deberían ser excluidos sector financiero, sector petrolero, hidrocarburos, zonas francas.

Con las zonas francas hay este reglamento. Las zonas francas tienen que cumplir unos requerimientos laborales de creación del empleo; tiene que ser empleo formal, contratos laborales a término indefinido

Y deberían ser excluidas también las empresas que se beneficien con el decreto de la semana pasada, que van a tener una transición de cuatro años para el pago de parafiscales.

Yo quiero proponer en discusión esto: la posibilidad de darle a la creación de empleo ese estímulo.

Hemos estado mirando muchas opciones. No es fácil el tema.

Ahora, esto no sería un estímulo de eliminación de disminución de parafiscales, sino de plazo para pagarlos, amplios, sin que se constituya en una carga financiera onerosa para la empresa; con la condición de que la nómina actual de trabajadores se mantenga.

Algunos me dicen: ‘Presidente, ¿y por qué no les quita puntos a las cajas de compensación?’

Yo quiero recordar esto:

Las cajas de compensación tienen dos actividades: unas actividades obligadas por la Ley y otras voluntarias.

En las voluntarias hoy pagan impuestos como cualquier contribuyente. Si les va mal tienen que desmontar esas actividades. Por ejemplo, los supermercados. Y ya muchas se han desecho y otras están haciendo alianzas estratégicas con sus supermercados.

Pero tienen unas inversiones obligatorias que es muy difícil afectar. No voy a referir sino a dos o tres de ellas: el subsidio monetario, la inversión en salud, la inversión en vivienda.

Ahora, lo que yo sí creo que tienen que hacer las cajas de compensación, de inmediato, es agruparse.

A mí me parece que no hay derecho que una ciudad que muestra un contraste, porque muestra un gran dinamismo y al mismo tiempo una alta cifra de desempleo, que es Ibagué. Uno conversa con los ciudadanos de Ibagué y observa un gran dinamismo y un gran entusiasmo. Y enseguida ve las cifras del Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas) y un alto desempleo. No hay derecho que allí haya cuatro cajas de compensación.

Entonces, un Gobierno que ha defendido estos parafiscales y estas cajas tiene la autoridad moral de decirles: por Dios, agrúpense. No podemos mantener unas burocracias bien pagadas, sobre todo en un momento de tanta crisis.

Son algunas sugerencias sobre este tema. El Gobierno quiere seguir la discusión, pero sabemos lo difícil que es.

Yo confío en que en unas dos semanas podamos expedir una norma para la cual sea competente el Gobierno, en virtud de la potestad reglamentaria, que dé algún alivio de caja en materia de parafiscales para nuevos empleos.

Anuncios sobre sector automotriz y electrodomésticos

Nos habíamos comprometido con los colombianos a lanzar anoche el programa de apoyo a los automóviles y a los electrodomésticos. Un regreso de Sincelejo muy tarde no permitió hacerlo, pero lo vamos a hacer más adelante.

Hemos encontrado un gran deterioro en la industria automotriz, autopartes y en la venta de electrodomésticos. Pero, además, este punto de referencia es muy alto, porque tuvimos unos crecimientos enormes hasta el primer trimestre del año pasado, unos crecimientos enormes.

Entonces, esos nos deja un punto muy alto; compararnos frente a ese punto siempre es muy difícil.

¿Qué vamos a anunciar ahora?

Vamos a anunciar más tarde lo siguiente:

Un crédito de Bancoldex cuyo objetivo es que los colombianos puedan tener más plazo para comprar un vehículo de fabricación nacional.

Y se ha afectado mucho la industria. A mí no me preocupa tanto por el carro individual, porque este país lo que tiene que hacer, en mí concepto, es más transporte colectivo. Me preocupa es por todo lo que es la posibilidad de competitividad de la industria, su cadena, las autopartes, el agregado nacional, etcétera.

Entonces, Venezuela tomó, en el año 2007, una decisión de reducción de cuotas. Nos ha afectado. Este año la sobretasa cambiaria ecuatoriana nos afecta, hasta el punto de que hasta la semana pasada no se había exportado un vehículo al Ecuador.

Entonces, vamos a buscar ayudar a los productores de carros nacionales y a los colombianos que necesitan un vehículo. Ayudar con unos recursos de Bancoldex, sin que Bancoldex pierda plata; sin que cambie su ortodoxia de proceder a través de las entidades vigiladas, para que los colombianos puedan tener 5 años de plazo para pagar un vehículo, de aquellos que se llaman populares, de producción nacional, a ver cómo ayudamos en eso.

El otro tema es el de los electrodomésticos. Hacer lo propio.

Hasta el momento hemos detectado 12 fábricas de electrodomésticos. La idea es que con estos recursos, apoyar esas 12 fábricas de electrodomésticos, electrodomésticos de producción nacional, económicos en consumo de energía, para que ese beneficio se lo trasladen a los consumidores y los colombianos puedan tener más oportunidades de comprar más electrodomésticos, a más plazo.

Alguien me decía: ‘¿Van a bajar la tasa de interés?’

Decía, yo no puedo poner, sería un irresponsable si pusiera a Bancoldex, que es una gran palanca del Estado, a perder dinero en este momento. Y yo creo que la tasa de interés va reduciéndose. Y confiamos que los vecinos del Banco Central sean más agresivos.

Yo les pregunté anoche a algunos de ellos -con mucho cuidado, porque yo ya al Banco de la República y a las Cortes les hablo con temblor, para que no me digan que estoy proponiendo conflictos institucionales-, yo le preguntaba antenoche, gagueando y muerto de miedo a un Codirector del Banco de la República qué va a pasar con tasa de inflación. Me decía que esperaban el uno en febrero ó el 0.84. No solo mucho menor que el año pasado, sino mucho menor que la expectativa de este año.

Entonces, quisiéramos que bajaran más rápidamente la tasa de interés. Por eso he dicho: la tasa de interés debería tener un curso natural de reducción, que implique que no le hagamos al fisco hoy, le recarguemos al fisco la obligación adicional, en un momento de tanta estrechez en la disponibilidad de recursos, para que el fisco tenga que subsidiar tasa de interés o crearle esas dificultades a Bancoldex.

Pero sí ayudar con el fondeo de Bancoldex para que los colombianos puedan comprar electrodomésticos de producción nacional, con ahorro de energía, con plazos más cómodos. Ojalá esos plazos no fueran menores de 3 años. Porque en algunas partes se consiguen los 3 años, pero muchos que hace 2 años ofrecían 3 años de plazo lo han recortado a 12 meses.

Entonces, que mínimo los colombianos puedan tener oportunidades para comprar el electrodoméstico de producción nacional, con ahorro de energía, de 3 años y el ideal sería que les dieran 5 años de plazo, que es lo que sí estamos buscando, los 5 años, en el vehículo de producción nacional.

El momento de la economía es muy difícil.

El Gobierno no puede desconocer las dificultades, pero tampoco se puede decir: ‘No, esto nos va a moler. Encerrémonos. Aquí no hay nada que hacer’. No, hay que estar todos los días sin desespero pero con entusiasmo buscando soluciones.

Tenemos 4 capítulos de esta política anticíclica. 55 billones en infraestructura. La red de protección social, donde hay que entregar millón y medio de microcréditos, Banca de Oportunidades, 13 millones de raciones de alimentación familiar al día para niños, tres millones de Familias Acción.

Tercer capítulo: proteger la inversión privada, a ver si se dan todos esos programas de zonas francas, etcétera.

Cuarto capítulo: la financiación del Estado y del sector privado, donde cabe estas medidas que estamos anunciando.

Entonces, hoy anunciaremos la medida de los vehículos y de los electrodomésticos.

Invito a los gremios a que nos ayuden a pensar la medida de los parafiscales. ¡Qué tema tan difícil! A ver si en 15 días pudiéramos por lo menos anunciarle al país un alivio de caja, que no es improvisar.

Miren, yo me envejecí pensando en el tema. El tema es muy difícil. Y por dónde uno lo toque es complicado. Entonces, pido las luces de todos.

¿Por qué? Porque uno le pregunta hoy a la madre de familia colombiana: ¿Cómo ves eso? Y dice: Presidente, ha mejorado en seguridad, pero no afloje. Todavía hay unas niñas por allí, que las ponen cerca de la frontera, por allá en el Catatumbo, a cargar insumos de droga. Presidente no aflojen en eso que hay que eliminar esa permisividad con la dosis personal.

Y enseguida le dice uno a las madres de familias de Colombia: ¿Y qué más ven? Y dicen: Lo de educación ha mejorado, pero las escuelas están muy malas. ¿Qué más ven? Dicen: Desempleo, Presidente.

Entonces, vamos a seguir haciendo estos esfuerzos.

Sí, un problema de la economía mundial, pero el Gobierno no puede decir: ‘No, como es un problema de la economía mundial, no tenemos nada que hacer’.

Todo lo que podamos hacer lo vamos a hacer. El Gobierno nunca puede amanecer cansado. Al Gobierno no se le pueden pegar las cobijas el domingo. El Gobierno no puede levantarse tarde ni hacerse llevar el desayuno a la cama ni los lunes festivos.

Hay que trabajar con entusiasmo a todas las horas y con amor por Colombia, a ver cómo sacamos esto adelante en medio de tantas dificultades.

Muchas gracias.

Marta Lucía, felicitaciones, y gracias a los gremios por este esfuerzo”.