Marzo 28

   

Intervención del Presidente Álvaro Uribe Vélez, previa a la instalación de la Asamblea del Partido de La U

Bogotá, 28 mar (SP). “Un saludo lleno de afecto. Agradezco inmensamente que antes de empezar sus deliberaciones en materia de decisiones políticas, hayan abierto este espacio que me permite dirigir a los colombianos, a través de ustedes, unas palabras en este difícil momento de la economía.

Primero, mi gratitud por su patriótico esfuerzo. La tarea de alimentar la democracia todos los días, es la más noble y la más difícil de las tareas. A cada uno de ustedes, a sus esposas, a sus esposos, a sus hijos, a sus padres, a sus hermanos, nuestra gratitud.

La vida pública exige una gran entrega. Para cumplir bien los deberes de la vida pública, no hay horarios. No se puede escatimar esfuerzos. Se requiere que todos entiendan, en el núcleo familiar, la dimensión de ese compromiso. Por eso a ustedes y a sus familias, gratitud, por esta dedicación a ese bello oficio: la artesanía de alimentar la democracia en todos los días.

Estamos en un mal momento de la economía. Nosotros tenemos que buscar cómo lo superamos y cómo la angustia no nos lleva a renunciar a nuestros fundamentos.

Los pueblos requieren visiones elementales que también sean profundas, que se aniden en el corazón del pueblo, que se perciban de manera elemental, pero que su significado sea profundo.

Por eso nosotros insistimos en construir confianza en Colombia. Confianza para vivir en Colombia, para trabajar en Colombia, para emprender en Colombia, para que las nuevas generaciones puedan disfrutar su existencia en el suelo de la patria.

Persistimos en tres pilares para generación de confianza: la seguridad con valores democráticos, la inversión, el emprendimiento con responsabilidad social, y la cohesión social.

Tienen una relación transitiva. La seguridad y la confianza, la inversión y el emprendimiento, son los únicos elementos que, en un largo plazo, vienen a crear una prosperidad estable, con la cual se puede avanzar en la cohesión social. El fin es la cohesión social. Los medios son seguridad y emprendimiento. Y cuando se da cohesión social, se les da legitimidad a la seguridad y a la inversión.

Firmeza en la derrota de los terroristas y búsqueda de consensos con las distintas tendencias políticas

El terrorismo trata todos los días de afectar la política de Seguridad Democrática. Pero el heroísmo de los soldados y policías de la patria sigue avanzando.

Es importante saber que es un tema que no está ganado. Vamos ganando pero no hemos ganado todavía. El terrorismo no se resigna. Pero si ustedes miran lo que ha ocurrido en España, en Afganistán y en otras partes del mundo, verán que es un tema muy difícil, frente al cual no se puede aflojar.

A mí me sorprende, todos los días, que aquellos que fueron elegidos en otras partes del mundo, con una idea que se agitaba, de que serían los blanditos frente al terrorismo, a medida que conocen el terrorismo se fortalecen más y más.

Eso es un buen espejo para nosotros. No dejarnos atraer por el discurso del facilismo frente al terrorismo. Se necesita enfrentarlo con todas las horas. Mantener la política. Ajustarla y mejorarla en cada momento.

Esta semana ha sido particularmente difícil. El cobarde terrorismo no enfrenta a nuestros soldados y policías, sino que planta minas antipersonal, como los explosivos que plantaron ayer en Campamento, Antioquia, en las cercanías de una escuela y en un camino de tránsito permanente de niños.

Por eso nuestra persistencia: persistir en Colombia y que el mundo nos comprenda y nos acompañe.

¿Qué diálogo puede haber con estos bandidos que se lucen poniendo explosivos en la vecindad de las escuelas y en el camino de los niños?

El diálogo es con la democracia. El diálogo no es con los terroristas. Diría que tenemos hoy que pensar un horizonte de dos líneas. Una línea: firmeza en la derrota de los terroristas. Y una segunda línea: buscar más diálogo con los colombianos de todas las tendencias políticas, para tratar de avanzar en la construcción de consensos nacionales sobre aspectos fundamentales.

Quiero expresar a los colombianos, a través de este mensaje al Partido de Unidad Nacional Social, que el propósito del Gobierno es: firmeza frente a los terroristas, y disposición de avanzar en un diálogo de construcción de consensos con diferentes sectores del pensamiento de la vida nacional.

No aceptamos violaciones a los derechos humanos, pero tampoco falsas acusaciones para desacreditar la Seguridad Democrática

Quiero recordar que para nosotros la política de Seguridad Democrática es sostenible, en un Estado de Opinión, en la misma medida en que esa política tenga credibilidad. Y la credibilidad tiene dos pilares: la eficacia y la transparencia.

Por eso, dentro de nuestro apoyo que es total a los soldados y policías de Colombia, nunca vacilamos en impulsar la sanción administrativa o presentar la denuncia penal, cuando alguien cometa un delito.

A este Gobierno jamás le ha temblado ni le temblará la mano para exigir transparencia. Lo que no podemos pretender, lo que no podemos aceptar es que muchas personas que están en contra de la Seguridad Democrática, pero que por hipocresía política no se presentan ante el pueblo como enemigos de la Seguridad Democrática, quieren deteriorar la Seguridad Democrática simplemente desacreditando a las Fuerzas Armadas.

Por eso el Gobierno reitera ante los colombianos y ante el mundo que no aceptamos violaciones a los derechos humanos, pero tampoco aceptamos que la política malintencionada de falsas acusaciones se utilice para afectar la Seguridad Democrática, para desacreditarla.

El Gobierno es el primero en investigar, en impulsar la investigación sobre cada denuncia de falta de transparencia. Pero tiene que ser el primero también en denunciar ese truco de los enemigos de la Seguridad Democrática, de hacer falsas acusaciones por centenares con el propósito de desacreditar la política de Seguridad Democrática.

Al mundo le hemos dicho: hemos avanzado pero reconocemos todo lo que falta. Por eso hay que hacer esfuerzos en toda nueva hora.

Colombia ha recuperado el monopolio del Estado para combatir a los violentos

No quiero referirme a los resultados que se cuantifican de Seguridad Democrática: que tantos menos secuestros, que tantos menos homicidios, que este año un 17 por ciento menos en el conjunto de todos los delitos.

Permítanme referir a intangibles. A aquello que es de suma importancia para el Estado de Derecho, pero no cuantificable.

Colombia ha recuperado el monopolio del Estado para combatir a los violentos. Ese paso es bien importante. Aquellos que han reincidido, que se habían desmovilizado como paramilitares, están dedicados al narcotráfico y a la extorsión. Son socios de la guerrilla en muchas partes del país en esas actividades.

Pero recordemos que la palabra ‘paramilitar’ surgió en Colombia para denominar a las bandas privadas criminales cuyo objetivo era combatir a la guerrilla. Eso está superado. Colombia ha recuperado el monopolio del Estado para combatir a todos los criminales.

Tenemos las bandas emergentes del narcotráfico y las guerrillas, juntas en la acción delincuencial, y las fuerzas institucionales para combatirlos.

Hemos recuperado el monopolio estatal de la justicia

Hemos recuperado el monopolio estatal de la justicia. En muchas partes del país, la justicia había sido usurpada por guerrilla o por paramilitares o por ambos. En esas regiones los jueces no dirimían las querellas entre vecinos, las fricciones entre miembros de familia. Todos esos pleitos eran dirimidos por los comandantes del terrorismo guerrillero o paramilitar. Se ha recuperado la justicia del Estado.

Los colombianos temían denunciar. No buscaban apelar a las fuerzas institucionales en busca de la protección, de la provisión del servicio público de seguridad. Hoy los colombianos denuncian.

Creo que se ha superado la tendencia de los ciudadanos que se aislaban, no se entendían parte del colectivo, no acudían a denunciar, o querían resolver los problemas de seguridad por su propia cuenta.

De las víctimas se hablaba en cocteles, en los duelos, en los entierros, en las velaciones. Pero no se reclamaba por las víctimas, porque se consideraba ineficaz o había temor. Hoy el tema de reparación de las víctimas está en el primer punto de la agenda nacional.

Este año el Gobierno invertirá más de 200 mil millones en reparación de víctimas. Y sabemos que en los años que vienen Colombia tendrá que hacer un esfuerzo de más de 14 mil millones de dólares para poder reparar a s víctimas.

Reparación total no hay, apreciados compatriotas. Pero les esfuerzos de reparación ayudan a que haya reconciliación. Los esfuerzos de reparación anulan la venganza, eliminan los gérmenes de odio.

La política de Seguridad Democrática se ha adelantado con legislación ordinaria

En los intangibles hay algo bien importante. Esta política de Seguridad Democrática, que ha enfrentado el terrorismo más peligroso y más rico del mundo, es una política que se ha adelantado con una legislación ordinaria. ¿Quién iba a imaginar que podíamos adelantar la política de Seguridad Democrática con legislación ordinaria, sin apelación a la ley marcial, a la implantación del Estado de Sitio?

Esto sobresale ante la comunidad internacional y en la historia del país. Esfuerzos que se hicieron en otros lugares del continente, se adelantaron con legislación marcial. Nuestro país tuvo la vigencia del Estado de Sitio durante muchos años. Esta tarea de Seguridad Democrática la hemos adelantado con legislación ordinaria.

Y por supuesto, la manera como los colombianos disfrutan las libertades efectivas, todos los días se convierte en un honor para Colombia y en una carta de presentación y de legitimidad para la Seguridad Democrática.

En otros países, en nombre de la seguridad, la aplicación de la ley marcial censuró la prensa, eliminó el pluralismo, afectó el disenso. Aquí la Seguridad Democrática todos los días avanza en garantías efectivas para todos los colombianos.
Política anticíclica para afrontar la crisis de la economía

Estamos en un momento difícil para la economía. Cuando hay crisis se trastocan todos los valores, se cuestionan todos los paradigmas. Hay que reexaminar mucho de lo que ha sido el conjunto de creencias.

Sin embargo, creemos que la angustia de la crisis no nos puede llevar a revaluar el concepto de Seguridad Democrática. Al contrario, hay que afirmarlo. Tenemos que afirmar nuestro compromiso con la inversión y el emprendimiento, sometidos a la responsabilidad social, y con la cohesión social.

Tenemos cinco capítulos que integran una política anticíclica, dirigida a enfrentar los problemas de la economía: el capítulo de infraestructura, el de protección social, el del buen cuidado de la confianza inversionista, el capítulo de la financiación del Estado, de los empleadores, y el capítulo de los estímulos fiscales.

Infraestructura

Colombia invertirá este año alrededor de 55 billones en infraestructura: 32 billones provenientes de concesionarios y de contratistas vinculados al Estado, y 23 billones de recursos públicos.

Concesionarios: que de vías, que de aeropuertos, que de puertos. Contratistas vinculados al Estado. Son aquellas empresas independientes, públicas o privadas, domésticas o internacionales, que tienen unos contratos serios con el Estado y que deben honrar.

Por ejemplo, aquellos a quienes se les ha asignado el desarrollo de las nuevas plantas de generación de energía, para citar un ejemplo, en Sogamoso, en Santander. Aquellos que tienen los compromisos para la exploración, la producción, la refinación de energéticos. Y así sucesivamente.

En ese capítulo de infraestructura está el tema de energía, el tema de aeropuertos, el tema de puertos, el tema de ferrocarriles, el tema de carreteras, concesiones viejas, concesiones nuevas. La culminación del Plan 2.500.

Los corredores de competitividad, que benefician a casi todas las regiones de Colombia, que deben estar adjudicados en mayo, que deben empezar a ejecutarse entre junio y julio, que se van a construir en concreto rígido, para generar más empleo y para garantizar un periodo más extenso, sin necesidad de presupuestos de mantenimiento, dadas las dificultades históricas del país en el mantenimiento de vías.

Solamente uno de esos corredores: el de Caquetá, de San José de Fragua en el sur, parte de la Vía de la Selva y del Llano (con la que soñara el Presidente Virgilio Barco), de San José de Fragua, en el sur, a Florencia, continuando al norte a Pueblo Rico y a San Vicente del Caguán, solamente ese corredor se hará en asfalto. Los otros en concreto rígido.
Nos puede costar más, pero vamos a generar más empleo y a garantizar más duración, menos exigencias en el corto plazo, de mantenimiento. Tenemos esperanza en ello.

Hemos superado todos los pleitos en que se encontraban sumidas todas nuestras concesiones. Las viejas concesiones están trabajando. Las nuevas concesiones están trabajando. Y ahora adjudicamos nuevas concesiones.

Tenemos este año el sueño de la concesión Bogotá – Santa Marta. Ya está en licitación. Un paso formidable, después de tantos años de frustración por el pleito de Commsa.

Este país es un país con muchos méritos, apreciados compatriotas. Al cual, además de querer, tenemos que admirar.

En la última semana, en Bolivia se celebraba el Día del Mar. Y empecé a medir en el mapa de Suramérica la distancia de La Paz al Pacífico. Es más corta, en un país que hoy no tiene costa, que la distancia de Bogotá a Santa Marta. Esta es la capital latinoamericana más distante del mar. Este es el país con polos de desarrollo distantes del mar.

Unos retos tremendos, pero también grandes oportunidades.

Nosotros estamos construyendo todo ese corredor de doble calzada de Bogotá a Buenaventura, con el Túnel. Faltan 14 kilómetros por contratar, que se encuentran justamente la licitación abierta de los corredores de competitividad.

Debe quedar contratado todo el corredor de Bogotá a Santa Marta. Un poco más de 200 kilómetros del corredor Bogotá – Tunja – Duitama – Sogamoso. Llevamos más de 100 kilómetros en doble calzada. Y en los corredores de competitividad está la licitación para avanzar con una calzada, pero de muy buenas especificaciones, de Sogamoso a Yopal.

En los corredores de competitividad está la doble calzada de Bucaramanga – Pamplona. Y debemos adicionar los recursos a la concesión Simón Bolívar, del área metropolitana de Cúcuta, para la doble calzada de Cúcuta a Pamplona.

En el Caribe colombiano está avanzando la concesión Córdoba – Sucre, adjudicada por este Gobierno. La concesión de la vía de la Cordialidad, adjudicada por este Gobierno. La concesión de la Vía del Mar, entre Cartagena y Barranquilla, potenciada por este Gobierno. La concesión de La Guajira, potenciada por este Gobierno. La concesión de Santa Marta, adjudicada por este Gobierno, y con aportes del presupuesto nacional de 60 mil millones.

Estas concesiones no alcanzan a pagar sus obras con peajes. Todas tienen grandes esfuerzos del presupuesto de la Nación. Y hemos procurado que estas obras avancen en todo el país.

Ya se ven avances, por ejemplo, de la concesión adjudicada por este Gobierno entre Ipiales, la ciudad de Pasto (que incluye el Túnel de Daza) y que llega al aeropuerto Antonio Nariño, de Chachagüí.

Confiamos en que en los próximos meses avancemos en lo que es la Transversal de las Américas, para unificar todas las concesiones del Caribe en una concesión que construya una gran vía, entre Palo de Letras, en la frontera con Panamá, y Paraguachón, en la frontera con Venezuela.

Con Antioquia estamos haciendo un esfuerzo para hacer un gran ensayo. Interconexión Eléctrica S.A. tiene mucho prestigio entre los colombianos. Es una de las empresas más importantes del país y del continente. Vamos a contratar las dobles calzadas que unan al Gran Caldas, Antioquia y el Mar, con Interconexión Eléctrica. Un contrato piloto que puede dar luces para el futuro. Un contrato de confianza.

Interconexión Eléctrica no corre riesgos. Maneja esa obra por costos y comisiones, con libros abiertos, y se paga con peajes y aportes del departamento, de la ciudad de Medellín y del Gobierno Nacional.

Confiamos en que todos estos reclamos justos de los colombianos por vías, se puedan ir atendiendo, en un país con bastantes dificultades de topografía, de lluvias, de recursos.

Confiamos en que no solamente completemos la rectificación y pavimentación de la carretera que por Risaralda va al centro del Chocó, sino que podamos avanzar en algunos tramos fundamentales en la rectificación y pavimentación de la carretera que por Antioquia va al centro del Chocó.

Ya, por lo menos, después de tres años de lucha, las comunidades de compatriotas afrocolombianos, afrodescendientes, en el departamento del Chocó, han aceptado lograr acuerdos, ya se han obtenido, para poder construir la carretera que falta para llegar al puerto, al Pacífico chocoano, al Golfo de Tribugá, donde está Nuquí.

Carretera que tiene 135 mil millones del presupuesto, que puede ser la tercera carretera de comunicación del interior del país con el Pacífico y la gran unión entre el centro de Chocó y el Pacífico, y la que cree las condiciones para que el país también construya el puerto de Tribugá.

Confiamos en que este año sea un año de avance en los Planes Departamentales de Agua. Que sea un año de avance en vivienda. En lugar de entendernos con cada municipio, lo cual no es bueno para la descentralización, porque cuando la descentralización pretende unir a la nación de manera independiente con cada uno de los 1.102 municipios, la descentralización se vuelve caprichosa, atiende a unos y desatiende a otros.

El Plan Departamental de Agua busca que la nación se entienda con los departamentos. Y que cada departamento aglutine la totalidad de los municipios, como tiene que ser. Y con eso también vamos fortaleciendo los niveles intermedios de Gobierno, que se requieren para la buena operatividad de la descentralización.

Apreciados compatriotas: Colombia tiene muchas dificultades que le crean complicaciones comparativas en infraestructura. Pero eso tiene que ser también una oportunidad. Chile tiene un problema: un Transmilenio. Nosotros estamos construyendo nueve Transmilenios. Comprendo el reclamo de mis compatriotas por estos temas.

Red de Protección Social

Segundo capítulo: la Red de Protección Social. Los pobres no tienen la culpa de la crisis. En época de crisis, la mayor responsabilidad es la protección de los sectores vulnerables.

Por eso nuestro primer esfuerzo es financiar que tengamos tres millones de Familias en Acción, 14 millones de porciones alimenticias al día (con el liderazgo de Bienestar Familiar y el apoyo de departamentos y de municipios), millón y medio de créditos de Banca de Oportunidades y 250 mil nuevos cupos de técnicos y tecnólogos en el Sena.

Nosotros tomamos estas metas con todo el entusiasmo. Sentimos una inmensa responsabilidad ante el país para cumplirlas. Y para eso tiene que haber recursos. Para que Colombia en esta crisis pueda hacer lo que no pudo en las crisis del pasado: apoyar prioritariamente a los sectores pobres y vulnerables.

Alguien dice: ‘Es que esa política es paternalista, remedial, asistencialista, no estructural’.

Pues veamos: los sociólogos aceptan que una política social estructural es aquella que, en el mediano y largo plazo, produce impactos para mejorar la equidad en la distribución del ingreso. Los sociólogos señalan que una política social asistencialista es aquella que simplemente hace gasto, entrega apoyos remediales, pero no incide en la superación de la pobreza ni en la mejoría de la distribución del ingreso.

Veamos Familias en Acción: el propósito es que tres millones de familias, las familias más pobres de Colombia, puedan tener un apoyo del Estado para garantizar la educación de los hijos durante todo el ciclo escolar.

Está probado que aquello que finalmente mejora la distribución del ingreso es una permanente revolución educativa. Si Colombia cumple con programas como Familias en Acción, los hijos de los pobres no van a estar condenados a ser pobres, como pobres fueron sus papás. Se cumple aquel ideal de la democracia, que es abrir los caminos de la movilidad social. Por eso la insistencia en programas de esta naturaleza.

Y a eso se suma lo que aprobó el Congreso. El año pasado por primera vez se giraron 137 mil millones a las regiones para gratuidad educativa. Este año se repite: 30 mil pesos por niño de los niveles 1 y 2. Con esfuerzos que se hagan en las regiones, eso puede ayudar a evitar deserción escolar, que es uno de los riesgos en épocas de crisis.

El año pasado, por primera vez, giramos el recurso para infraestructura de escolarización de primera infancia, para avanzar más rápidamente en hogares múltiples, para avanzar más rápidamente en la construcción de jardines infantiles. Eso lo definió el Congreso en la última reforma sobre transferencias a las regiones.

Un paréntesis: recuérdenle al país, apreciados congresistas, que ustedes salvaron a los departamentos y a los municipios. No se hizo la promesa de regresar a la Constitución del 91, porque era impagable. Pero el avance fue mucho. Las regiones invierten más del 51 por ciento de lo que invierte el Estado colombiano.

Y hagan esta cuenta: la economía apenas creció un 2,5 el año pasado. Sin embargo, en virtud del acto legislativo, la transferencia a las regiones es de inflación más cuatro, de inflación más cuatro y medio. Ganan las regiones. El riesgo lo está corriendo el Gobierno Central. Y se presentan unas ganancias netas muy importantes para las regiones. Ahora lo que se requiere es que avancen en la ejecución de esos recursos.

Y es oportuno decirlo, porque ustedes, con estoicismo democrático, aprobaron esa reforma, a pesar de que miles de colombianos, desde la Plaza de Bolívar, arengaban para que esa reforma no se aprobara. Y esa reforma ha resultado totalmente benéfica para las regiones.

Tenemos que seguir los avances en educación. Teníamos 420 mil bachilleres. Ahora graduamos 630 mil.

Teníamos 980 mil estudiantes universitarios. Confiamos llegar este año a millón 600.

Teníamos una cobertura en educación básica del 78. Y ya hay ciudades con el ciento por ciento.

El Icetex les prestaba a 60 mil estudiantes. Este año se va a acercar a 400 mil.

El Sena les llegaba a un millón 100 mil colombianos al año, y este año les llegará más de 6 millones.

El Sena tenía 43 mil colombianos matriculados en técnicas y tecnologías, y este año tiene ya 398 mil.

Y como parte de la política anticíclica, en mayo empieza gradualmente a incorporar de manera gratuita a otros 250 mil colombianos en programas técnicos y tecnológicos, y en oficios novedosos, en oficios que agregan valor: manejar el riego por goteo, manejar la agricultura bajo techo, poder hacer investigaciones sobre plagas, hacer el desarrollo de biocombustibles de diferentes fuentes.
Y nos animamos a hacer eso dentro de la política anticíclica, por lo siguiente: la crisis de la economía no es solamente una crisis que se supera inyectando recursos. Si no hay innovación, si no hay compromisos con las nuevas necesidades, si no hay liderazgo para investigar, esta crisis puede ser recurrente.

Nosotros tenemos que superarla, mitigar sus efectos, pero también pensarla de manera estructural. Porque nada ganaríamos en Colombia ni en el mundo, si se hace una fuerte inyección de dinero para superar la crisis, y no se resuelven los problemas estructurales, y la enfermedad de la crisis se vuelve recurrente, con periodicidad.

Ustedes saben, compatriotas, que cuando hablamos de los logros, primero reconocemos lo que falta. Y nos falta. Y mucho.

Hemos aumentado mucho la cobertura escolar, pero salvo algunas ciudades como Bogotá y Medellín, hay una gran deficiencia en instalaciones escolares en Colombia. Muchas de nuestras escuelas dan vergüenza. Por eso el compromiso de avanzar con recursos de Ley 21, y anticipar los años 2010 y 2011.

Hemos avanzado mucho en nutrición infantil. Fue el Presidente Carlos Lleras quien creó Bienestar Familiar. El Presidente Virgilio Barco quien creó el programa de Hogares Comunitarios.

Ustedes nos han ayudado. Y hoy las madres comunitarias tienen una beca sustancialmente mayor a la que tenían hace unos años. Pero tampoco podemos laborizar la relación. Si por hacer política hoy, se define que hay que laboralizar las relaciones entre el Instituto Colombiano y las madres comunitarias, quebramos al Instituto. Y las madres comunitarias, agradecidas con ustedes y con el Gobierno, por el aumento de la beca, las puertas que se abrieron en el Fondo Nacional del Ahorro, y la preocupación para que entren al programa de tercera edad, con subsidios de retiro, son conscientes de que de laboralizar la relación, le haríamos el grave daño al país de cerrar a Bienestar Familiar.

Ha habido avances en nutrición, pero hay un gran atraso en escolaridad de primera infancia. Este año solamente llegaremos a 300 mil niñitos escolarizados en primera infancia.

Anoche, en la Asamblea del Banco Interamericano, nos daban cuenta de que la ciudad de Medellín está llegando a un ciento por ciento de escuelas con conectividad. El país ha avanzado, pero con desequilibrios regionales. Hay muchas regiones todavía con enormes atrasos en conectividad, para nuestro sector educativo.

Confianza inversionista

El tercer capítulo: la confianza inversionista. Muchos colombianos me dicen: ‘Presidente, ¿por qué se preocupa por la confianza inversionista, por qué se preocupa por la confianza en el emprendimiento? Eso para nada sirve. En esta crisis no habrá inversión en los países en los cuales han destruido la confianza, pero tampoco tendremos nosotros inversión donde hemos construido confianza’.

En este diálogo con mis compatriotas, en los últimos días, les he respondido de la siguiente manera: a pesar de la crisis, seguimos teniendo inversión. Nosotros hemos estado mirando, y el único programa de inversión con el cual hemos tenido problema este año es con el de Glencor, en la Refinería de Cartagena. Pero se resolvió porque se hizo una transacción con ellos y Ecopetrol ha garantizado que la Refinería no solamente mantenga un ritmo de construcción sino que se acelere.

Con la vieja legislación, el país completó 11 zonas francas. Con la nueva legislación, en enero teníamos 41. Meta para este año de crisis: 25 nuevas zonas francas. Ya hemos aprobado seis, de estas 25. Nos faltan 19.

Y para los departamentos del sur del país: que Nariño, que Putumayo, que el Cauca, que el Caquetá, que el sur del Huila, aprobamos una legislación de zonas francas todavía mucho más fácil, que tendrá vigencia durante un año, a ver cómo nacen allí proyectos productivos.

Recuerdo esto, apreciados compatriotas: las zonas francas exigen empleo con contratos a término indefinido, empleos sin intermediarios, empleo con afiliación a la seguridad social.

Ahí vamos viendo la relación entre la inversión y la calidad del empleo. Ahí empieza a probarse la tesis de que el único camino para el empleo de buena calidad es el camino de la inversión y del emprendimiento, con exigencias de responsabilidad social.

En este diálogo con mis compatriotas, también les he dicho a mis casuales interlocutores: en aquel evento de que la crisis sea tan profunda y tan extensa, que se paralice totalmente la inversión, Colombia no puede renunciar a la confianza. Porque en el momento en que empieza a recuperarse la economía, propios y extraños emprenderán donde haya confianza.

Temo que esta crisis de la economía, que la causó la especulación financiera, si su solución no se maneja bien, puede llevarnos a otras crisis. A una crisis de falta de energéticos, porque ahora, por temor a la crisis, se deja de buscar petróleo, se deja de generar energía hidroeléctrica, se deja de producir carbón. Colombia no puede correr ese riesgo.

Si esto no se maneja bien, puede haber otra crisis: una crisis de exceso de deuda. Por eso el endeudamiento también tiene que ser lo necesario para superar la crisis, pero sin pasar la barrera que nos lleve a la imprudencia.

¿Qué tal que esta crisis se suceda con una nueva crisis de deuda, como aquellas crisis que afectaron al mundo, en América Latina, la crisis que se llamo del Tequila, o la crisis de la deuda en el Cono Sur?
El concepto del capital no puede ser de capital especulativo

Y puede haber la crisis de confianza para invertir. Nosotros creemos que esta crisis nos obliga a replantear el concepto de capital. El concepto del capital no puede ser de capital especulativo. La especulación condujo al mundo a este problema. El concepto del capital tiene que ser un concepto de elemento que cree riqueza social, remedio para la cohesión social.

Replantear la definición del capital, asociar el capital con la riqueza social, disociarlo totalmente de la especulación, tiene que ser un trabajo doctrinario nuestro, para incorporar ese elemento a los otros tres de la responsabilidad social, que son la transparencia en la relación entre los inversionistas y el Estado, el compromiso de los inversionistas de responderle a la comunidad más allá de los mínimos legales (por ejemplo, en los temas ambientales relacionados con la explotación de petróleo), y la legislación laboral y las relaciones laborales.

Nosotros no queremos relaciones laborales de odio de clases. Tienen que ser relaciones laborales de fraternidad, que es fundamental en todo el país.

Cuidemos la confianza inversionista. Es un activo de Colombia, y eso puede hacer la diferencia en el mediano y en el largo plazo.

El capítulo de la financiación

El capítulo de la financiación del Estado y de la financiación de los generadores de empleo.

Colombia siempre ha tenido prestigio. Los anteriores gobiernos han sido cuidadosos, fueron, para que Colombia nunca incurriera en negación de deuda.

Colombia ganó un justo prestigio en la comunidad financiera. Eso ayuda a que Colombia se pueda financiar en la crisis. Y también ayuda el progreso de este Gobierno.

Con la ayuda de ustedes, hemos pasado de un endeudamiento del 48 por ciento del PIB, a un endeudamiento del 22.

De un déficit que consolidado era del 4,2 en agosto de 2002, al 0,1 en diciembre de 2008.

En el Gobierno Nacional era del 6 por ciento, y ahora en diciembre cerró con el 2,4, a esar de que este Gobierno es el que le ha pagado grandes transferencias al Seguro Social, para que éste les cumpla a los pensionados.

En su diálogo con colombianos, apreciados compatriotas, en el diálogo con nuestros compatriotas, cuenten esto: este Gobierno le ha transferido al Seguro Social, un año 3 billones, otro año 5, otro año 6 billones, otro año 9, para que el Seguro Social les cumpla a los pensionados.
En otros países de América Latina, y que se llamaban de izquierda, dejaron arruinar a los pensionados. Aquí no. Aquí hemos estado cuidando permanentemente a los pensionados. Y no fácil ni barato. Miren esta transferencia al Instituto de los Seguros Sociales, que la recibe del presupuesto de la Nación.

La política social es una política de obras. No de buenas razones. Creo que nosotros con estas circunstancias no hemos tenido problemas para financiar el Estado en el 2009, a pesar de las restricciones.

Capitalización del BID

En la Asamblea del BID ha quedado esto claro. En agosto del año pasado, la mayoría de los países estaban sobrados, y con sobradez. No miraban al BID, ni al Banco Mundial, ni a la CAF, porque no los necesitaban. Cómo se cambió el Cristo, después de octubre. Vino esta crisis, que nadie anticipó. Menos en esta dimensión. Y hoy todo el mundo solicita los recursos de estos bancos.

El BID prestaba 8 mil millones. Este año tiene que prestar 17 mil. Y para que seguir contribuyendo a que se supere la crisis, para poder prestar el año entrante otros 17 ó 18 mil, necesita capitalizarse.

Por fortuna, el buen nombre de Colombia ha permitido que el país se financie. Pero miren el pero: hay que poner mucho cuidado. Porque si nos excedemos, puede ocurrir esto: que los años 2011 y 2012 sean más difíciles en financiación, de perdurar la crisis.

Y así como el Gobierno tiene que estar trabajando en todas las horas, el Gobierno tiene un deber de ética política, que es advertir sobre todos los riesgos.

Y ha ocurrido una cosa buena, pero que también tiene su pero: cuando el Gobierno empezó, de la deuda pública, el 70 por ciento era en moneda extranjera. Hoy es el 25 por ciento.

Somos menos vulnerables en el mercado financiero internacional. Pero tenemos que ser cuidadosos en los créditos locales. Porque si el Estado monopoliza la oferta de crédito, entonces el Estado les crea un problema muy serio a los particulares y afecta la financiación de los privados. Tenemos que ser muy cuidadosos en eso.

Financiación del Estado, una prioridad para esta crisis. Y financiación de los particulares. Díganles a los amigos de ustedes, generadores de empleo, que el Estado quiere trabaja para que no se les seque la caja. Lo primero que hay que hacer en una crisis es procurar que no se seque la caja, para poder defender el empleo.

Nosotros hemos hecho lo siguiente: Bancoldex. Estas cifras son importantes. El resumen es que Bancoldex, Findeter y Finagro, en lo corrido de este año, se han duplicado en créditos, frente al mismo periodo del año pasado. Y eso hace parte de nuestra política anticíclica, de no dejar secar la caja de los generadores de empleo.

Bancoldex: en enero – febrero de 2008, prestó 372 mil millones. En el mismo periodo de 2009: 540 mil millones. Hubo un crecimiento del 61 por ciento para pequeña y mediana empresa.

Bancoldex: en el 2002, prestó un billón 900 mil millones. El año pasado 3,9. Este año debe prestar cinco billones. Una meta: especialmente dirigidos a pequeña y mediana empresa, para defender el empleo.

Findeter, enero – marzo de 2008: 350 mil millones. Este año 500 mil. 2008: un billón 430 mil. Meta este año: un billón 800 mil.

Finagro, enero – febrero de 2008: 370 mil millones. 2009: 680 mil millones. 2002: prestó Finagro 1,2. Este año debe prestar 3,8 billones.

Haremos todos los esfuerzos para defender el empleo, para defender ese empleo que se genera especialmente en la pequeña y mediana empresa, en este momento de tantas, de tantas dificultades.

Nuevas líneas de crédito

Y quiero referirme en este capítulo a nuevas líneas de crédito.

Compatriotas de las regiones de frontera: basados en la experiencia de Cúcuta, de hace algunos años, ahora estamos dirigiendo 168 mil millones al crédito para pequeñas empresas de frontera. Confiamos que esos créditos lleguen a Norte de Santander y a La Guajira y Arauca y al Amazonas y a Nariño.

Tenemos preocupación por la industria de automotores. Las restricciones en la hermana República de Venezuela y la sobretasa en la hermana República de Ecuador, prácticamente nos han dejado sin exportar vehículos a esos dos países.

Y la preocupación por la industria de automotores tiene un sentido: Colombia ha desarrollado mucho la industria de autopartes. La industria de autopartes es generadora de empleo con tecnología, de empleo de muy buena calidad.

Entonces vamos a procurar, ya lo estamos haciendo, financiar que los colombianos puedan comprar un vehículo popular, con 60 meses de plazo y una tasa de interés relativamente cómoda, para defender el empleo, especialmente en las autopartes, en este momento tan difícil.

Electrodomésticos, gasodomésticos. Colombia tiene 12 fábricas. Veníamos con mucho dinamismo, pero en los últimos meses se ha frenado ese dinamismo.

Entonces estamos también financiando para que a los colombianos les puedan financiar electrodomésticos, gasodomésticos, con plazos de 24 – 48 meses, con una tasa razonable.

Decisiones de crédito en vivienda

Vivienda. Además de que este año hay un avance en vivienda rural, en vivienda urbana, de los macroproyectos que han tenido como escenarios experimentales Cartagena y Barranquilla, en los cuales el Gobierno, además de poner los subsidios, aporta en el caso de Barranquilla 10 mil millones, en el de Cartagena 20 mil millones, para desarrollar toda la infraestructura.

Además de estos programas, de los 10 mil subsidios de mejoramiento, se han tomado dos decisiones, que publicaremos en la Asamblea del BID, y con las cuales empezaremos a trabajar el lunes. Ayúdenme a difundirlas en las regiones.

Primera decisión: crédito para mejoramiento o compra de vivienda a los sectores populares de la Nación. Monto: hasta 30 millones. Entidad ejecutora: Banco Agrario. Pero como el Banco Agrario no puede ir y entregarle el crédito que a Bernardo Elías, que a Berne, que al doctor Carlos Celis, que a Germán, que a la doctora Adriana, que a Luis Carlos, entonces está buscando operadores. ¿Cuáles operadores? Cajas de Compensación y otras entidades.

El primer acuerdo lo haremos el lunes con la Alcaldía de Medellín, que va a ser operadora. El Banco Agrario le entrega una suma importante y el operador va entregando el crédito a estratos 1, 2 y 3 de nuestra población.

El problema de garantías, lo hemos resuelto. La administración del Presidente Pastrana creó un Fondo. Creo que es bueno, para la unidad de la patria, reconocer todo lo que han hecho los diferentes gobiernos. Y en el caso nuestro, reconocer todo lo que falta.

Porque la vida pública diría que es un ritmo en el cual en cada nueva hora hay que hacer mil esfuerzos y solo se obtiene un pequeño resultado. Lo importante es llegar a la nueva hora con amor intenso por la patria para hacer otros mil esfuerzos, así se obtenga apenas un nuevo resultado.

Se había creado ese Fondo de Garantías a la Cartera Hipotecaria. Este Gobierno no lo tocó. Lo dejó que creciera. Y la alcancía creció. Tiene 600 mil millones el marranito. Entonces ahora vamos a empezar a gastar.

Nos vamos a gastar 50 mil millones de ese Fondo. Y ya está el decreto que vamos a expedir entre hoy y el lunes, para darles garantías a los compatriotas pobres que obtengan ese crédito de vivienda que acabo de anunciar. Cincuenta mil millones para dar esa garantía a los compatriotas pobres. Estamos discutiendo el monto de la garantía.

Pero viene una preocupación: la clase media colombiana. Ese crédito tiene mucha razón de ser, antes de pasar al segundo crédito. Ustedes sobrevuelan cualquier ciudad colombiana y ven que en los sectores populares hay mucha terraza, donde se puede desarrollar el segundo piso de la casa. O se pueden mejorar los materiales de la casa. O se puede construir un baño. O mejorar un baño. O cambiar la taza sanitaria por taza de economía de agua. O cambiar todas las luminarias por luminarias económicas. En fin.

Le decía anoche al Viceministro de Vivienda y a la Directora de Presupuesto: esto hay que tomarlo con entusiasmo. Nosotros tenemos que reconocer la crisis, pero no nos puede dar moridera. En la crisis es que nos tenemos que crecer. La crisis es un desafío para que madruguemos más y trasnochemos más y trabajemos más. Y lo hagamos con entusiasmo por la patria. Entonces esto hay que hacerlo con ganas, con entusiasmo.

Y el segundo crédito: la clase media colombiana. Diría que el problema es hoy un problema de vivienda por razones económicas, pero que todavía no ha producido riesgos hipotecarios. Colombia en los últimos años tuvo una medida de prudencia: los proyectos no se empezaron a construir hasta que estuvieron financiados. Una medida de prudencia que crea menos riesgos hipotecarios.

Hoy hay mucho proyecto aprobado para vivienda de clase media en todo el país. ¿Cuál es nuestra decisión? Entregar unos créditos que le rebajen a la gente entre 3 y 5 puntos de la tasa de interés, para créditos de vivienda entre 60 y 170 y 180 millones de pesos. Y promoverlos. También con garantía.

Alguien puede decir: pero si ponen a la gente a deber ahora, la gente no va a poder pagar. Por eso va la garantía. Por eso va la disminución de la tasa de interés. Por eso nos vamos a gastar unos recursos del Fondo. Porque nosotros, que hemos saneado el sistema financiero, vamos a hacer todos los esfuerzos para que no se deteriore.

Díganles esto, compatriotas, a todos sus conciudadanos: Colombia tenía 10 mil 600 millones de reserva, hoy tiene 23 mil 600. Por cada peso de cartera en mora, teníamos una cobertura de 0,39, y hoy es de 1,11. El seguro de depósito valía 400 millones de dólares, y hoy vale 3 mil: 2 mil 600 ahorrados en este Gobierno.

Ustedes saben que oportunamente saneamos y vendimos Granahorrar, el Banco del Café, otras de estas entidades, Finamérica, no recuerdo otras, creo que lo hicimos en tiempo oportuno, de manera providente. Si nos hubiéramos demorado, ¿qué nos pasaría hoy, con esta crisis financiera internacional?

Vamos a cuidar el buen estado financiero en Colombia, pero también vamos a exigir esto: como nos vamos a gastar unos recursos de ese Fondo de Garantías Hipotecarias, para darle crédito más barato a la clase media y crédito mejor a los sectores populares, garantizados, en un alto porcentaje, estamos estudiando alimentar ese Fondo, el que nos vamos gastando, irlo alimentando, trasladando parte de la remuneración que reciben los bancos del Banco de la República, por el encaje, a ese Fondo.

Diría que un pequeño esfuerzo del sector financiero, para ayudarnos a mantener ese Fondo, que gastará recursos en favor de sectores populares y de clase media.

Concebir esto es difícil, convencer a todas las entidades del Estado es difícil y ejecutarlo es difícil, pero nos vamos a poner con todo el entusiasmo a ejecutarlo, apreciados compatriotas.

Muchos países hoy están diciendo: ‘Bueno, ¿qué hacemos en esta crisis? ¿Qué programas sociales nos inventamos? ¿Qué estímulos tributarios introducimos?

Miren: a Colombia la crisis no la tomó impreparada. Los proyectos de infraestructura que veníamos preparando, son los que vamos a ejecutar en la crisis. El programa social que veníamos preparando, es el que ejecutamos en la crisis.

Ustedes, honorables congresistas, nos comprendieron. Y aprobaron a tiempo las reformas estructurales: que la de pensiones, que la laboral, que la de transferencias.

Y hemos reformado 424 entidades del Estado. Sería más difícil la crisis si no lo hubiéramos hecho.

¿Cómo les parece? ¿Sumarle a esta crisis que las Clínicas del Seguro Social llegaran hoy: Ministro de Hacienda, páseme un billón al año, subsídieme? Esas reformas de las clínicas, que nos ha permitido pasar del desgreño del Estado a la eficiencia social, ayuda mucho a manejar la crisis fiscal.

Que hoy llegara el Presidente de Telecom: Ministro de Hacienda, mis 500 mil millones para pagar pensionados.

Y así lo vamos a decir en la Asamblea del BID: todas estas reformas ayudan a tener un horizonte más manejable.

Hay unos países hoy que están introduciendo estímulos tributarios. Ustedes los introdujeron. Colombia está construyendo 14 mil habitaciones hoteleras, con la Seguridad Democrática y los estímulos tributarios de ustedes.

Colombia ha aprobado 47 zonas francas, por los estímulos tributarios de ustedes. Colombia ha rebajado la tasa de renta. Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Y eso me lleva al tema del empleo, sobre el cual quiero hacer unas últimas reflexiones.

Pero antes del tema del empleo, sigamos con las reformas estructurales. Invito al Congreso a aprobar ahora, con la celeridad que se pueda, la reforma para descongestionar la justicia, la reforma de los fondos de pensiones.

Sigamos con las reformas estructurales todos los días. Es bien importante no pensar que hemos terminado la tarea. En un país con tantos problemas, el que piense que ha concluido el trabajo está muy desorientado. Aquí todos los días necesitamos hacer nuevas tareas. Sigamos en las reformas estructurales.

Empleo

Debemos entender el empleo no como un capítulo independiente, sino como una variable consecuencia de todas las decisiones en materia económica y social.

¿Entonces qué ha pasado en el empleo? Habíamos pasado de un desempleo entre 18, 17, 20 por ciento, a un desempleo entre 10,5 y 12. Se nos ha vuelto a subir. Y ahí tenemos una enorme preocupación: desempleo alrededor del 14,2.

No hemos destruido empleo aún. Lo que pasa es que el ritmo de creación de empleo se ha desacelerado. Entonces estamos creando menos empleo del que se necesita. Eso es hoy nuestro principal reto. Por eso toda esta política para enfrentar la crisis.

Pero vienen algunas discusiones. Algunos dicen: ‘Eliminemos beneficios de los trabajadores’. Y otros dicen: ‘Eliminemos las reformas laborales’. Yo diría: ‘Ni lo uno ni lo otro’.

La reforma laboral de 2002 ha ayudado enormemente a que en Colombia se construyan 14 mil habitaciones hoteleras, a que mejore sustancialmente el sector servicios, a lo que ha sido ese gran crecimiento de los almacenes de cadena en Colombia. Solamente Carrefour en este período ha pasado de cinco tiendas a más de 60. Y en todas hay empleo de buena calidad. Pongamos mucho cuidado en eso.

Tampoco laboralicemos los hogares comunitarios, porque quebramos a Bienestar Familiar. Pero tampoco eliminemos beneficios de los trabajadores.

Algunos dicen: es tan grave la crisis del empleo, que debemos eliminar los parafiscales al Sena, a Bienestar Familiar y a las Cajas de Compensación. No lo hagamos. Colombia tiene mucha pobreza, mucha inequidad. Allí hay una inversión social de gran importancia.

Si no tuviéramos el Bienestar Familiar, ¿cómo responderíamos hoy, llegando a 14 millones de raciones alimenticias al día? Ya me he referido a lo del Sena.

Las Cajas de Compensación tienen un espacio de reforma. Yo creo que son muchas. Deben ser menos. Ahorrar. Uno no entiende que en una ciudad con la complejidad laboral de Ibagué, haya cuatro cajas de compensación. Se han eliminado 18 en el Gobierno. Pero hay que eliminar muchas más, para que sean más eficientes.

Algunos me dicen: ‘Presidente, pero es que esos costos son muy altos para la pequeña empresa’. Yo tengo esta respuesta: si la pequeña empresa es cumplida con las Cajas, con el Sena y Bienestar, los trabajadores están más a gusto, y hay menos presiones salariales.

El pequeño empresario les puede decir a los trabajadores: ‘Hombre, ustedes tienen el beneficio de las cajas de compensación, la cuota monetaria por los hijos. Ustedes tienen el beneficio del Sena, el beneficio de Bienestar Familiar, estoy haciendo un gran esfuerzo para cumplirles a esas entidades, no me presionen más por salarios’.

Y la que más utiliza esas entidades es la pequeña empresa, por el rango salarial de sus trabajadores.

Otra cosa que se me dice es: ‘Presidente, es que no hay que eliminar a las Cajas, ni a Bienestar, ni al Sena. Simplemente que los empleadores no paguen eso y que lo paguemos con IVA. Hay estudios también muy importantes que dicen que si Colombia quita esos pagos, se crean 150 mil empleos por una vez’.

Creo que no se justifica quitar ese ingreso social, por 150 mil empleos por una vez.

Y entonces la posibilidad de lo que algunos dicen: ‘Presidente, no acabemos al Sena, ni a las cajas, ni a Bienestar, simplemente paguemos eso con el IVA’.

Muy difícil. Ustedes saben que Colombia le cobra IVA al 54 por ciento de bienes y servicios, un 16 por ciento.

Cada punto de IVA vale un billón. Tendríamos que aumentar el IVA en cinco, seis puntos. No creo que haya condiciones para eso.

La otra opción sería: entonces no le cobre IVA solamente al 54 de los bienes y servicios, cóbrele a lo que no paga IVA.

¿Qué es lo que no paga IVA? En Colombia no pagan IVA los alimentos básicos, tampoco los servicios públicos, tampoco pagan IVA las matrículas ni la educación, no paga IVA la salud.

Creo que eso se debe mantener sin IVA.

No creo que sea bueno para el país decir que los empleadores no le paguen al Sena, a las Cajas y a Bienestar, y que eso lo paguemos con un IVA a lo que hoy no paga IVA.

Pero es que eso también nos da razón para lo siguiente: algunos dicen: ‘Presidente, mire, para enfrentar esta crisis de la economía, baje el IVA’.

No creo que se pueda.

Primero, a los más pobres no los favorece bajar el IVA, porque es que lo básico en Colombia no paga IVA.

Dicen: ‘Pero puede favorecer a los empleadores’.

Sí. Pero es que los hemos favorecido. La tasa de renta era del 35, y hoy es del 33. En ese debate hay que tener en cuenta lo que ha hecho el Congreso.

Y alguien dice: ‘Bueno, pero es que es un estímulo a la renta, no al empleo’.

Es muy importante entender esto: hoy lo único que genera empleo es el estímulo a la inversión. Me parece que en la economía moderna, es muy difícil encontrar estímulos al empleo que no sean estímulos a la inversión.

Yo sí prefiero lo siguiente: dado que en Colombia no se les cobra IVA a los productos que tienen la mayor porción de la canasta popular, en lugar de rebajar el IVA, prefiero gastar en Familias en Acción.

Si uno rebaja el IVA no tiene la seguridad de llegarles a los pobres. Con Familias en Acción sí les llega a los pobres.

En el pasado se rebajó el IVA, pero no había Familias en Acción. Y eso para nada sirvió.

Empleo con calidad

El debate que se quiere proponer tiene un elemento implícito. Es el debate entre el empleo masivo y el empleo con calidad. Creo que la angustia por falta de empleo masivo, no nos puede llevar a tomar decisiones para rechazar el empleo con calidad.

Nos preocupa mucho el empleo, pero el empleo con calidad, con afiliación a la seguridad social.

Las coberturas en pensiones, riesgos profesionales, régimen contributivo, venían creciendo enormemente. Ojalá eso no se nos frene.

Tengan en cuenta esto en cesantías: en 2002, 16 de febrero, los Fondos de Cesantías tenían dos millones 200 mil trabajadores. Ahora tienen cinco millones y medio, 450 mil más que el año pasado.

Se ha hecho un gran esfuerzo en creación de empleo con calidad.

Vamos a hacer todo el esfuerzo a ver si recuperamos la dinámica de creación de empleo, pero empleo con calidad. Nada hacemos, en nombre de la flexibilización, con quitarles beneficios hoy a los trabajadores.

Pero es que Colombia también ha hecho la tarea. Esto no se puede mirar a la luz de la angustia de la coyuntura. Ustedes han hecho todas esas reformas: la laboral, la pensional. En el año 1990, hicimos una reforma laboral profunda.

Entonces creo que allí se ha avanzado, hasta donde se ha podido. Creo que es la hora de lograr una gran estabilidad en esa materia.

Y sé que el Congreso va a ser tan responsable para no quitarles beneficios a los trabajadores, pero tampoco crearle nuevos obstáculos al empleo.

Tema de la gasolina

El tema de la gasolina es otro tema de debate. El año pasado el petróleo se rebajó pero en el último trimestre. Así y todo, ¿saben ustedes cuánto tuvo que pagar el Gobierno por subsidios a la gasolina el año pasado? Cuatro billones 896 mil millones, que se están pagando este año. Ya le pagamos más de 700 mil a la Refinería de Cartagena.

Entonces alguien me dice: ‘Presidente, baje el precio de la gasolina, bájelo más, de ahí depende un ingreso muy importante de departamentos y municipios: la sobretasa’.

Tengo la siguiente duda: ¿qué tal que lo bajemos hoy y lo tengamos que volver a subir en un mes?

Y los riesgos de volverlo a subir no están descartados. Porque el petróleo estuvo a 34 dólares, 37, pero va para arriba. Ahora está a 53, 54.

Y uno no sabe si los pronósticos se van a cumplir o no, pero hay pronósticos muy serios que dicen que va a llegar a 62.

A mí no me parecería responsable bajar hoy el precio de la gasolina, para tenerlo que subir en un mes. Lo baja uno, y no baja la inflación.

Es como cuando sube el ganado, sube la carne. Cuando baja el ganado, no bajan la carne.

Sube la gasolina, sube la inflación. Cuando baja la gasolina, no baja la inflación.

Entonces nos dicen que bajaría la inflación, que habría más ingreso disponible.

Puede que haya transitoriamente ingreso disponible para un padre de familia que se vaya en un carro ahora en Semana Santa con los hijos. Pero para el transporte masivo, no.

Uno baja la gasolina, pero no le bajan la tarifa del taxi, ni le bajan la tarifa del bus, ni le bajan la tarifa de la tonelada de carga.

En enero y febrero nos hemos ahorrado 340 mil millones. Pero esa plata no se la gastado el Gobierno. Todavía no sabemos marzo. Esa plata la tenemos para gastarla para cuando se dé el momento en que vuelva a subir el petróleo. Entonces nosotros estamos haciendo un buen manejo de eso.

Siempre creo que es preferible que, en lugar de bajar la gasolina, que ya vimos todos los riesgos y dificultades, nos gastemos tres billones en tres millones de Familias en Acción. Y hagamos toda la política social focalizándola hacia los sectores más pobres y vulnerables de la población.

Ayuda para construir más consenso

Compatriotas: la patria, como decía el pensador inglés, es un bello pacto que todos los días se renueva entre los viejos, las generaciones presentes y los que habrán de venir.

Agradezco inmensamente este esfuerzo de ustedes. Ayúdenme a que construyamos más consenso con más colombianos. El debate intenso no puede generar odios. Yo quisiera en mi alma no tener una sola razón de odio y poderles transmitir un sentimiento de afecto a los colombianos todos, aun a aquellos que son mis más acérrimos críticos.

Ampliemos la coalición plural por la Seguridad Democrática, por la inversión y el emprendimiento con responsabilidad social, y por la cohesión social.

Muchas gracias por el esfuerzo de ustedes. De todo se puede hacer y todo puede ayudar. Pero lo único que finalmente contribuye de manera eficaz a sacar a Colombia adelante, es que garanticemos la felicidad de las nuevas generaciones de colombianos. Y eso lo garantizamos si las generaciones presentes trabajamos con amor, con infinito amor por Colombia.

Muchas gracias a todos ustedes. Y que viva Colombia”.
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