gracias a Luis Guillermo Echeverri, delegado de Colombia ante el BID. Muchas gracias a Mateo Restrepo, Gerente de esta reunión anual. A todos muchísimas gracias.
Intangibles de la Seguridad Democrática
Trabajamos en Colombia, en este Gobierno, guiados por una palabra: confianza. La soportamos en tres pilares: seguridad con valores democráticos, inversión con responsabilidad social y cohesión social con libertades. La seguridad y la inversión crean un marco de prosperidad, el único que hace posible la cohesión social, que a su vez valida la seguridad, valida la inversión.
Podría fatigarlos a ustedes con cifras sobre nuestros progresos en seguridad. Hemos avanzado, pero reconocemos todo lo que falta. Permítanme compartir algunos intangibles, resultados positivos no cuantificables. Colombia ha recuperado el monopolio del Estado para combatir a las organizaciones criminales. La palabra ‘paramilitar’ se utilizó en Colombia para denominar bandas privadas criminales cuyo objetivo era combatir a la guerrilla.
Hoy tenemos narcotráfico y guerrilla mezclados, pero el Estado ha recuperado el monopolio para combatir a cualquier organización criminal. En muchas partes del país, la justicia institucional había sido usurpada por los grupos terroristas. Paramilitares y/o guerrilleros atendían, como usurpadores, los conflictos de familia, los conflictos entre vecinos y muchos temas de la justicia. Se ha recuperado la justicia democrática del Estado en todo el territorio.
Los colombianos no acudían a las instituciones oficiales, democráticas, en busca del servicio público de seguridad. Muchos eran indiferentes, otros no veían que se pudieran obtener resultados. Y era creciente el número de los que querían resolver el problema por sus propios medios. Hoy acuden a las instituciones democráticas en busca del servicio de seguridad.
Las víctimas solamente se mencionaban en los funerales, temían reclamar o lo encontraban inocuo. Ahora un primer punto de la agenda nacional es la reparación de las víctimas. Puede ser que no haya reparación total. Pero los esfuerzos de reparación crean condiciones de reconciliación, anulan gérmenes de venganza.
Reconocemos lo que hace falta en seguridad. La practicamos como un valor democrático, como una fuente de recursos. Difícil encontrar un país que haya enfrentado un terrorismo más rico, por el negocio del narcotráfico, y con unas estadísticas criminales tan abultadas. Y difícil encontrar un país que haya enfrentado, que esté enfrentando ese terrorismo, exitosamente, sin limitar las libertades democráticas.
Ruego que guarden en sus mentes, muy distinguidos asistentes, un punto: esta política de seguridad la hemos adelantado sin legislación marcial, sin legislación de Estado de Sitio. La hemos adelantado con la plenitud de las libertades democráticas consagradas en nuestra Constitución, en nuestra legislación ordinaria. Eso honra al pueblo colombiano.
Política anticíclica
Enfrentamos un difícil momento de la economía. Colombia sufre hoy también los rigores de esta crisis económica internacional. Pero Colombia ha venido trabajando contra la crisis desde hace muchos años. Si ustedes miran, por ejemplo, qué vivíamos en el año 2002, encontrarán todo el cuadro clínico de la crisis. Para nosotros la crisis no es nueva.
Estamos trabajando cinco capítulos que conforman nuestra política para enfrentar la fase negativa del ciclo económico: infraestructura, red de protección social, el buen cuidado de la confianza de los inversionistas, la financiación del Estado y de los empleadores, y los estímulos fiscales.
El tamaño de nuestra economía es de 220 billones de dólares. La inversión en infraestructura este año es de 25 billones de dólares. En el tema de infraestructura hay inversiones previsivas del futuro y hay inversiones para producir impacto inmediato.
Hay unas inversiones muy importantes en el sector de hidrocarburos y de energía. Muchos colombianos me dicen: ‘Presidente, ¿por qué adelantarlas en este momento delicado de la economía, cuando lo que necesitamos es aquello que genere masivamente empleo y de inmediato?’.
Nuestra respuesta es: si las angustias de la economía, por sus crisis, llevan al mundo a descuidar la búsqueda de energéticos, de alternativas limpias de energía, cuando empiece la economía a recuperarse, la limitación de los energéticos puede ser un nuevo obstáculo.
Creemos que tenemos que enfrentar la actual crisis y precaver otras crisis. Tenemos unos presupuestos bastante considerables para acueductos en las regiones, para vivienda. Concesiones en generación de energía, aeropuertos, puertos y en vías de comunicación.
Un país extenso, con una geografía difícil, con 45 millones de habitantes. Esta ciudad es una indicación del prodigio colombiano. Sumamente distante de nuestros mares y con una topografía bien difícil. Pero esas dificultades de la infraestructura también constituyen oportunidades para avanzar en este momento de crisis en unos proyectos que se han venido preparando y financiando de tiempo atrás.
Red de Protección Social
En la red de protección social. Los pobres no son los culpables de esta crisis. La credibilidad en los principios democráticos obliga a hacer un gran esfuerzo en la protección de los sectores más pobres para defenderlos de los rigores de esta crisis. Nosotros hemos venido impulsando la política de cohesión social con el mismo ahínco que la política de seguridad.
Algunas de las metas: nos preocupa enormemente el impacto de la crisis en la deserción de escolares, de universitarios. Nuestro gran esfuerzo es la revolución educativa, porque creemos que es lo que finalmente va a conducir a Colombia a superar la pobreza y a construir equidad.
Este año llegaremos a tres millones de Familias en Acción, programa que produce un impacto en 12 millones de ciudadanos, que entrega un subsidio a las familias más pobres para garantizar la educación y la nutrición de sus hijos.
Colombia registra un gran salto de formación vocacional. Formábamos un millón 100 colombianos por año. Este año más de seis millones. Hemos integrado la formación vocacional, la técnica y la tecnológica hacia abajo con los bachilleres y hacia arriba con la universidad.
Teníamos matrículas en la entidad estatal para 43 mil técnicos y tecnólogos. Ahora tenemos 298 mil matriculados. Y como parte de la política anticíclica, adicionaremos 250 mil cupos en oficios nuevos, porque creemos que la crisis obliga a innovar, que la crisis obliga a hacer reestructuraciones profundas. De lo contrario, un estímulo a la demanda puede ayudar a superar transitoriamente la crisis. Pero sin innovación, como esta que se requiere en el empleo, la crisis puede ser recurrente.
Nosotros queremos contribuir a esta superación con la búsqueda de las nuevas posibilidades de los empleos en los nuevos sectores de la economía.
Colombia es un país con gran vocación emprendedora. Cuando nosotros hablamos de confianza inversionista, lo hacemos pensando en todos los estratos sociales.
Uno de los programas que más nos entusiasma es el programa de Banca de las Oportunidades. Participa el sector público y privado, las Ong’s. El microcrédito representaba en Colombia el 1,5 por ciento de la cartera total. Hoy representa el 5,5 por ciento.
Esta Asamblea ha sido acompañada en las 32 capitales colombianas por una gran Feria de Banca de las Oportunidades. Este año aspiramos asignar millón y medio de microcréditos, como parte de la política anticíclica.
Imaginen esto: es difícil que la comunidad internacional entienda que de los 45 millones de colombianos, este año tendrán seguro de salud 41 millones. Un avance con grandes velocidades: 23 millones de los sectores más pobres, un seguro totalmente subsidiado por el Estado. Y 18 millones de beneficiarios del sistema de afiliación formal a la seguridad social en su capítulo de salud.
Por supuesto, tenemos muchas deficiencias. Nos reclaman que los seguros para los sectores más pobres tienen que incluir más eventos. En algunas regiones la calidad todavía es deficiente, pero estamos avanzando con celeridad.
Confianza inversionista
Otro capítulo en esta política anticíclica es la confianza a la inversión. A pesar de la crisis, la inversión continúa en Colombia. Nuestro nuevo programa de zonas francas en diciembre había aprobado 41 zonas francas. La meta para este año es aprobar 25. Ya hemos aprobado seis.
En nuestro diálogo diario con los colombianos, algunos compatriotas me dicen: ‘Presidente, ¿para qué usted habla de confianza inversionista si en esa crisis no habrá inversión en los países que han perdido la confianza, pero tampoco habrá inversión en los países que han ganado en la confianza?’.
Les comento en ese diálogo diario a mis compatriotas que a pesar de la crisis seguimos con inversión y que si la crisis llegare a ser tan prolongada y tan severa, que se paralice totalmente la inversión, Colombia no puede perder el sendero de confianza, porque en el momento en que empecemos a superar la crisis, en ese mismo momento los emprendedores domésticos e internacionales en todos los países buscarán allí donde hay confianza.
La confianza es nuestro gran activo para superar la crisis, para mitigar sus efectos y para recuperarnos cuando empiece la crisis a desaparecer.
Financiación
Otro capítulo es la financiación de lo público y la financiación de los empleadores. Todos mis antecesores hicieron un formidable trabajo por el buen nombre de Colombia.
Colombia ha sido un excelente pagador. Nunca ha incurrido en aquello que los anglicistas llaman el ‘default’. Colombia tiene un bien merecido prestigio en la comunidad financiera internacional.
Algo hemos agregado nosotros. Durante nuestro Gobierno el endeudamiento ha pasado del 48 al 22 del PIB y el déficit consolidado del 4,2 al 0,1. El déficit del Gobierno Nacional Central es más crítico por cuanto la caja del Gobierno Nacional Central es la responsable del pago de pensiones. Ha pasado de más del 6 al 2,34.
Nosotros creemos que todo ello tiene que contribuir a que Colombia pueda seguir financiando sus necesidades de crédito. Hemos ya financiado 2009 y estamos adelantando el trabajo para adelantarnos y poder financiar 2010.
Por supuesto, nosotros tenemos gran preocupación por la prolongación de la crisis, porque la mayor duración de la crisis, podría afectar las posibilidades de financiamiento, aun en los países que han tenido despejado el camino del financiamiento.
La financiación de los empleadores. Para proteger el empleo, para proteger el grave impacto de esta crisis en el empleo, para nosotros es prioritario la financiación de los empleadores en Colombia. Estamos haciendo todos los esfuerzos para lograrlo.
Tres bancos estatales, manejados con toda responsabilidad, de segundo piso: uno para exportaciones en pequeña y mediana empresa: Bancoldex; otro para el sector agropecuario: Finagro, y otro para las entidades territoriales: Findeter, han más que duplicado sus colocaciones en lo acumulado del año, en relación con el mismo periodo del año anterior. Nosotros haremos todo el esfuerzo para evitar que se seque la caja de los generadores de empleo.
Incentivos y reformas
El tema de los incentivos. Muchos países están apresuradamente, por la llegada de la crisis, introduciendo incentivos a la inversión. Nosotros, dado que hemos vivido un proceso largo de crisis que ha tenido superaciones pero no bonanzas, hemos adelantado una serie de reformas estructurales durante estos años de Gobierno.
Reforma estructural de pensiones, laborales, de transferencias a las regiones, reforma administrativa. Hemos reformado 424 entidades del Estado. Seguiremos haciéndolo.
Esta ciudad de Medellín es un buen punto para decir lo siguiente: el horizonte fiscal en crisis es menos complicado cuando se hacen reformas estructurales como la administrativa. De no haber adelantado nosotros, y lo cito a manera de ejemplo, la reforma a las clínicas del Seguro Social, nuestro Ministro de Hacienda tendría que incluir en las previsiones de déficit 400 millones de dólares adicionales para pagar el subsidio a las clínicas del Seguro Social.
De no haber adelantado la reforma de Telecom, tendría que incluir 200 millones de dólares adicionales para pagar las pensiones de Telecom. De no haber adelantado la reforma de Ecopetrol, el país no podría asegurar una gran inversión por parte de esta empresa, que este año es de 6 mil millones de dólares. Antes de la reforma su capacidad de inversión era de 700 millones de dólares.
Seguiremos con reformas estructurales hasta el último día de Gobierno. Ahora penden en el Congreso algunas muy importantes. Si bien Colombia ha ocupado un destacadísimo nivel en el doing business del Banco Mundial en los últimos años, los canales de competitividad están todavía atrasados.
Una de las causas de esa calificación es que en nuestra justicia, que es independiente, democrática, autónoma, hay congestión y retrasos. Una de las reformas estructurales es la descongestión de la justicia.
Otra es aquella que le introduce más flexibilidad a los fondos de pensiones, sin afectar su seguridad, sin afectar su solvencia, sin afectar su liquidez.
Y hemos hecho reformas estructurales tributarias. Nuestra idea no ha sido la de tener una tarifa plana reducida para todo el mundo. Hemos mantenido la progresividad y nuestro concepto fundamental ha sido estimular la inversión.
Nada ganamos con reducirle las tarifas a todo el mundo y correr el albur de que eso no se traduzca en una expansión de la economía y de las oportunidades sociales.
Hemos introducido unos estímulos tributarios de gran importancia, que justamente veníamos trabajando desde principio del Gobierno, y que ahora en la crisis deben ayudar a mitigar la caída de la inversión y del empleo en nuestro país.
Riesgos y fortalezas
Estamos corriendo riesgos y dificultades, tenemos fortalezas, y nuestra mayor preocupación es el empleo.
Fortalezas. En los últimos años las reservas internacionales pasaron de 10.600 a 23.600 millones de dólares. Este año, para defender nuestra moneda, el Banco Central no ha tenido que gastar más de 400 millones de dólares. Creo que ahí Colombia está dando una indicación bien importante.
Nuestro Gobierno ha hecho un gran ahorro en seguro de depósito. El seguro de depósito en estos años ha pasado de 400 a 3 mil millones de dólares.
Se han aumentado las coberturas frente al crédito moroso: estaban en 0,39 y ahora en 1,11.
Nuestro Gobierno tiene la filosofía de que las reglamentaciones financieras no se rebajen pero tampoco estrangulen. La solvencia en nuestro sector financiero es del 14,5.
Nosotros pensamos que llegamos a esta crisis con esas ventajas.
Estamos, por ejemplo, lanzando programas que hacen parte de esta política anticíclica, como el programa de crédito para que los sectores populares mejoren su vivienda, que se inicia aquí en esta ciudad de Medellín. Una ciudad bastante afecta por la crisis, como quiera que es una ciudad con un gran componente de manufactura y de edificaciones.
Pues bien, lanzamos también otro programa para financiar vivienda, con una reducción de la tasa de interés entre 3 y 5 puntos a los sectores medios de la población.
Algunos compatriotas dicen: ¿qué van a hacer los colombianos que se endeuden para poder pagar su deuda con esta crisis? Por eso nuestra política anticíclica busca ofrecerles más crédito a los colombianos, pero al mismo tiempo más oportunidades para pagar sus obligaciones. Buscamos ese equilibrio.
Empleo
Nos preocupa muchísimo el empleo. Colombia, cuando empezó nuestro Gobierno, tenía un empleo que oscilaba entre el 17 el 19. Lo habíamos reducido a un rango entre el 10,5 y el 12,6. Se nos ha vuelto a crecer por encima del 14.
Todavía nuestra economía no está destruyendo empleo, pero hemos perdido la dinámica de creación de empleo.
Veníamos mejorando muchísimo en la calidad del empleo. En los últimos años nuestra afiliación a la seguridad social, régimen contributivo de salud, pensiones, riesgos profesionales, pagos a las cajas de compensación, Bienestar Familiar, Servicio Nacional de Empleo, todo ello había registrado aumentos entre el 42 y el 56 por ciento.
Cuando empezó nuestro Gobierno, 2 millones 200 mil colombianos estaban inscritos en los fondos de cesantías. Ahora el 16 de febrero quedaron inscritos 5,5 millones de colombianos: 450 mil más que en 2007.
Nuestra gran preocupación es lo que viene. Hay un gran debate en el país. Mi reflexión inicial es: la angustia de la crisis de la economía no nos puede llevar a comprometernos con el empleo masivo, al costo de perder la calidad del empleo. En un país con pobreza y con inequidad, es bien importante la calidad del empleo.
Nosotros creemos que en una economía que se incorpora de manera creciente a la economía internacional, finalmente el mejor estímulo al empleo es el estímulo a la inversión.
En una economía abierta no parece posible producir efectos cuando se crean estímulos al empleo que no sean estímulos a la expansión de la inversión.
Seguiremos haciendo todo el esfuerzo para defender el empleo en esta crisis de la economía, pero el empleo de buena calidad, el empleo con afiliación social.
Esta ciudad, que los ha recibido con alborozo, tiene muchos merecimientos para que generosamente el Banco Interamericano de Desarrollo, su Presidente, la hayan escogido como sede de esta reunión anual.
Durante los 50 años de BID, Empresas Públicas de Medellín ha sido uno de los usuarios de crédito más importantes, cumplidos, con seriedad, en todas las horas. La historia del BID es también la historia del progreso de esta ciudad.
Capitalización del BID
En la financiación creemos que es la hora de fortalecer a todas las instituciones multilaterales.
Cómo cambian las cosas: en julio del año pasado les sobraba dinero a las instituciones multilaterales. Y muchos de mis colegas gobernantes de la región estimaban que no necesitaban acudir a las instituciones multilaterales. Ahora las instituciones multilaterales están sobredemandadas.
Ustedes saben cuál es el crecimiento de la cartera del BID. Nosotros celebramos que la reunión de Gobernadores de hoy vaya por buen curso para garantizar su capitalización.
Resueltos, como parecen estar, las financiaciones de las multilaterales para 2009, ahora tenemos que despejar el camino de 2010 y 2011. Ninguna agenda mejor para la integración de todo el hemisferio, que garantizarnos la financiación durante la crisis.
Esperamos que este buen camino para capitalizar al BID se concrete rápidamente en la formalización de las decisiones que todos estamos buscando.
Muchas gracias de nuevo por venir, por estar en Medellín. En las caras de mis coterráneos he observado la alegría por la presencia de ustedes.
Nosotros hemos sido deudores cumplidos del BID. Los hemos recibido con todo el cariño a ustedes. Simplemente les pedimos que asuman, que contraigan una deuda con Medellín y con Colombia: regresar.
Que cada uno de ustedes sea un embajador de nuestra ciudad, de nuestro país. Un gran promotor de la confianza en esta tierra que los quiere mucho. Muchas gracias”. |