Mayo 14

   

CRÓNICA
“¿Le puedo tomar una foto?”, preguntó Juan Sebastián a Doña Lina, al cumplir su sueño en la Casa de Nariño

Por: Yesid Bernal D.

Bogotá, 14 may (SP). Juan Sebastián llegó a la Casa de Nariño a las 9:45 de la mañana de este jueves, para cumplir, seguramente, la cita más importante e inolvidable de su vida. Como ningún ministro, general o político, su ingreso se robó la atención de los transeúntes sobre la carrera octava.

“¿Quién es ese niño?”, preguntó uno de ellos. No era para menos. Su pequeño cuerpo estaba protegido por un uniforme de vuelo de la Fuerza Aérea, su padre lo llevaba en brazos y un oficial, también de la Fuerza Aérea, le servía de edecán. Era el mayor Velosa, el mismo edecán de la señora Lina Moreno de Uribe.

Su visita se inició por los jardines del palacio presidencial. En medio de una mezcla de sorpresa y alegría, no dudó en decir: “Tomémonos una foto”. Así su sueño más grande se había hecho realidad. Su padre lo seguía llevando en sus brazos.

“Tomémonos una foto. ¿A quién más le tomo? Vengan”, decía a todas las personas que iban apareciendo en su camino.

Un ángel

Calles de Cali. Unos meses atrás. Yesica Fernanda Chavarra, una joven estudiante de quinto semestre de fisioterápica, salía como cualquier tarde de la Escuela Nacional del Deporte. Esperando el bus que la llevaría a casa, le llamó la atención ver a un hombre de poco menos de 40 años de edad, con un niño en sus brazos. No resistió y le preguntó cuál era la razón para llevar al niño a terapias.

Sin reserva alguna, Juan Carlos Rodríguez le relató a la joven que su hijo padecía de distrofia muscular de dechenne, una enfermedad degenerativa del sistema muscular, que para el caso de Juan Sebastián sólo le regalaba unos cuatro años más de vida.

Sin darse cuenta, Yesica, como caída del cielo, ya era parte de los sueños de este niño de tan sólo ocho años, a quien esta enfermedad terminal ya no le permite estar de pie.

El único sueño de Juan Sebastian: conocer la Casa de Nariño. Por lo que Yesica escribió una carta al despacho de la señora Lina Moreno, contando la historia y pidiendo le ayudara a hacer del sueño una realidad.

Fue el mayor Velosa el encargado de esta misión. Coordinó el transporte de ellos desde la Escuela Militar de Aviación de Cali, donde le obsequiaron el pequeño uniforme de piloto, los alojaron en Catam (Bogotá), y el jueves muy temprano fue por ellos para trasladarlos hasta la sede presidencial.

Tour

Ya dentro de Palacio, el primer sitio en visitar fue el despacho de la señora Lina, quien lo esperaba con un oso de peluche y una silla de ruedas, esta última de gran utilidad, porque ahora su padre lo podrá trasladar a las terapias con más facilidad.

“¿Le puedo tomar una foto?”, preguntó Juan Sebastián a la señora Lina, sin siquiera saludarla. Estaba emocionado. Ese era el momento con el que más había soñado. Ella le respondió con una sonrisa y una tierna mirada.

Ya sobre ruedas, Juan Sebastián recorrió la alfombra roja del Palacio, para ir a cada uno de los salones. En el salón del Consejo de Ministros, pidió que lo dejaran sentar en la silla del Presidente. En el salón de Conferencias, lugar de las ruedas de prensa, y desde el atril presidencial, preguntó: “¿Dónde está la cámara que muestra en televisión al Presidente?”.

Faltaba una sorpresa. En la puerta de la Casa de Nariño, que da a la Plaza de Armas, el niño se encontró, sin esperarlo, con el Comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla de León, quien llegaba para entrevistarse con el Presidente Álvaro Uribe.

—Hola, chico.
—Hola, mi general.
—¿Cómo te fue en el vuelo? Me alegra verte por aquí.

Así, por cada pasillo y cada salón de la Casa de Nariño, transcurrió el sueño de Juan Sebastián. “Un sueño espectacular” que, dice su padre, “seguirá disfrutando, porque sabe que con la ayuda de Dios estará muchos más años junto a él”. Y un sueño para Yesica, quien se ha propuesto seguir junto al niño hasta el final.
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