-Uribe Uribe fue hombre de armas, de leyes y de letras, miembro de una pléyade de grandes de Antioquia.
-El nombre del ilustre antioqueño figura en numerosos lugares de la República. En Bogotá, una placa instalada a un lado del Capitolio Nacional, recuerda el lugar en el que fue sacrificado por oscuros criminales.
-Apóstol, paladín y mártir, se lee en el monumento al ilustre hombre público que preside el Parque Nacional en Bogotá.
-Gabriel García Márquez reconoce haberse inspirado en Uribe Uribe para crear su personaje Aureliano Buendía en Cien años de soledad.
Por Guillermo Tovar
El general Rafael Uribe Uribe, de cuyo nacimiento se conmemoran 150 años en 2009, fue una figura de la historia nacional en cuya personalidad se combinaron de forma inusual las virtudes del político, la ciencia del abogado, la pluma del escritor, la estrategia del militar, el verbo del orador, las ideas sociales avanzadas y la visión del agricultor, pionero de cultivos como el café.
Rafael Víctor Zenón Uribe Uribe nació un 12 de abril en la hacienda El Palmar, situada entonces en la población antioqueña de Caramanta y que ahora pertenece al municipio de Valparaíso.
La genealogía de Uribe se remonta a don Martín de Uribe Echavarría, nacido en 1656 en Guipúzcoa (España) y quien viajó a la Nueva Granada con sus hermanos Juan y Vicente. Don Martín se quedó en la Villa de la Candelaria —la capital de Antioquia— en tanto que su hermano Juan se fue a El Socorro (Santander) y Vicente a Chile.
Hijo de Tomás y María Luisa, y tercero de diez hermanos, Rafael aprendió las primeras letras de su madre y cuando cumplió ocho años, la familia se trasladó a Medellín en busca de una mejor educación para los hijos.
En la capital de Antioquia, Rafael Uribe entró a estudiar en 1871 en Colegio del Estado, como se conocía entonces la que más tarde sería la Universidad de Antioquia.
Soldado precoz
Pero la familia de Tomás Uribe pasó dificultades materiales y se trasladó al entonces Cauca grande, fijando residencia en Buga, donde Rafael reanudó los estudios. Allí le sorprendió, cuando solo contaba con 17 años, la que sería su primera guerra y en 1876 se alistó en las filas liberales del Estado Soberano del Cauca, presidido por Cesar Conto, que se enfrentó al Ejército Conservador de Antioquia.
Sería también la primera vez que resultaría herido, esa vez en la batalla de Los Chancos.
Tras firmarse la paz, Uribe Uribe se trasladó a Bogotá, donde estudió Jurisprudencia en el Colegio Mayor del Rosario, merced a una beca otorgada por el Estado de Antioquia.
En ese claustro, donde lo llamaban ‘El paisa Uribe’, se graduó en 1880 el hombre de leyes, que un año más tarde regresó a su natal Antioquia para ser profesor de Derecho Constitucional y Economía Política, así como de Educación Física, porque siempre cultivó esa disciplina.
Hombre de leyes, del idioma y del periodismo
Uribe Uribe fue procurador de su región y combatió durante la insurrección liberal de 1885, en la que escaló hasta el grado de coronel.
También fue un reputado hombre de leyes, como lo atestigua la primera edición de El Espectador, fundado el 22 de marzo de 1887 por Fidel Cano en Medellín. En la primera página del periódico apareció un pequeño aviso clasificado que rezaba: ‘Rafael Uribe Uribe, abogado. Especialista en el foro criminal. Calle de Cundinamarca, una cuadra arriba de San Juan de Dios’.
Y por si fuera poco, fue hombre de letras. A propósito de El Espectador, en esa misma edición, otro inserto le hace publicidad al Diccionario Abreviado de Correcciones del Lenguaje, cuya copia en rústica costaba 2,00 pesos y a media pasta 2,50, y cuyo autor no era otro que Rafael Uribe Uribe.
Y es que Rafael Uribe Uribe, amigo entrañable de don Fidel Cano, tomó las banderas de El Espectador cuando el gobierno de entonces cerró el periódico por un semestre.
Los estudiosos de la historia de la Antioquia de entonces lo sitúan por igual entre los grandes de esa tierra en el cambio de siglo junto al general Uribe Uribe, don Fidel Cano, Juan de Dios ‘El Indio’ Uribe, Marceliano Vélez y también Carlos E. Restrepo y Marco Fidel Suárez, futuros presidentes de Colombia.
La primera edición de ese Diccionario fue publicada por la Imprenta del Departamento de Antioquia, en 1887, luego de que Uribe Uribe la escribiera en prisión durante un año.
En el prólogo el autor abogaba porque esa semilla del idioma se sembrara con las primeras letras para que las nuevas generaciones se superaran numerosos defectos de lenguaje y se aproximaran a la perfección del castellano.
En la parábola vital de Rafael Uribe Uribe no faltaron las incursiones por el periodismo por medio de sus periódicos, el primero de ellos El Trabajo, que fundó en 1884 en Medellín. Antes había escrito en La Consigna y La Unión. Dirigió también El Republicano y colaboró en El Relator.
En 1886, cuando dirigía La Disciplina, fue encarcelado y desterrado. Y en 1898 fue uno de los fundadores de El Autonomista en Bogotá. Por último, en 1911 fundó el diario El Liberal, órgano de su partido.
Entretanto, alternaba su vida política con las faenas de agricultor y fue pionero del cultivo del café en algunas regiones. En 1892, durante un regreso temporal a Antioquia, fundó la hacienda Gualanday, en Fredonia.
Pero en 1893 volvió a Bogotá, para dedicarse a su partido, sin descuidar su pasión por el agro que trasladó a los cafetales de Viotá (Cundinamarca), también precursores de la gran caficultura nacional.
El congresista, el orador y el guerrero
Dos años después, en 1895, se fue a las armas en una rápida guerra civil en la que fue derrotado en la batalla de La Tribuna por el general Rafael Reyes. Esa contienda le valió a Uribe la prisión, que cumplió en la cárcel de San Diego, situada en el recinto amurallado de Cartagena, luego de ser capturado en Mompós.
Sin embargo, Uribe fue indultado y salió elegido miembro de la Cámara de Representantes, donde fustigó los que consideraba excesos de la Regeneración de Rafael Núñez y también los de sus propios copartidarios liberales.
Se dio entonces la particularidad de que Uribe Uribe era el único diputado de su partido frente a sesenta contradictores en la corporación legislativa.
Fue allí donde Uribe se reveló como orador combativo y fogoso y se perfiló como figura máxima del liberalismo, cuya convención lo escogió en 1897 para viajar a Centroamérica en busca de apoyo económico para ir a la guerra.
El antioqueño tuvo bajo su mando las tropas que combatían en Santander en 1899 y 1900 y alcanzó a tener grandes victorias, como la Batalla de Peralonso, donde Uribe Uribe puso en desbandada a las fuerzas gobiernistas. Este acto heroico la valió el título de "el héroe de Peralonso".
Pero esa victoria fue opacada en mayo de 1900 cuando la llamada División Uribe Uribe fue doblegada en la Batalla de Palonegro por las fuerzas que comandaba el general conservador Próspero Pinzón.
Uribe Uribe viajó a Venezuela en busca de armas, sin conseguir el objetivo, y después a Nueva York e intentó entrar de nuevo al territorio nacional con 2 mil hombres desde la república vecina, repitiendo la ruta libertadora, pero fracasó en el intento en momentos en que la Nación se desangraba.
En esa Guerra de los Mil Días, Rafael Uribe Uribe tuvo un papel protagónico, tanto en la contienda como en la solución del conflicto, para convertirse en apóstol de la paz.
El hombre de paz
Fue así como el ya general Uribe Uribe, que comandaba las fuerzas de la Costa Atlántica, firmó el 24 de octubre de 1902 el tratado de paz en la Hacienda de Neerlandia con el general gobiernista Florentino Manjarrés.
“Despidámonos como soldados y preparémonos a saludarnos como ciudadanos”, manifestó el general Uribe Uribe y desde entonces, el hombre de armas empuñó con el mismo ahínco la pluma del escritor.
La voz de Uribe Uribe se alzó en esos primeros años del siglo XX para advertir que se cernía sobre el país el peligro de perder a Panamá, como en efecto ocurrió en 1903, pero no fue atendida.
En 1905 el gobernante general Rafael Reyes pese a estar en bandos opuestos, lo designó ministro plenipotenciario ante los gobiernos de Argentina, Chile y Brasil, encargos que cumplió hasta 1907.
En 1909 salió elegido a la Asamblea de Antioquia y dos años después fue senador por Antioquia y por Caldas.
Desde entonces predicó un liberalismo de izquierda y preconizó el socialismo de Estado. Un convencido de que la suerte del país estaba en la tierra, fue también pionero en el planteamiento de la reforma agraria.
En 1917, cuando se constituía como la esperanza del liberalismo del siglo XX, Uribe Uribe, que tenía 55 años, fue asesinado a un costado del Capitolio Nacional y a golpes de hacha por Leovigildo Galarza y Jesús Carvajal, dos artesanos alentados por sectores extremistas, que les hicieron creer que los problemas económicos que afligían a la Nación eran culpa del caudillo liberal.
Ese crimen perpetrado el 15 de octubre de 1914 llenó de dolor a la República. En palabras del poeta piedracielista Rafael Maya, “su sangre, al salpicar las piedras del Capitolio Nacional, había caído simbólicamente sobre toda la Nación".
La figura mítica de Uribe Uribe le sirvió de inspiración a Gabriel García Márquez para crear el personaje de Aureliano Buendía, uno de los protagonistas de Cien años de soledad, que lucha contra las fuerzas conservadoras. |