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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez al recibir el Doctorado Honoris Causa en Administración Turística y Hotelera

El Presidente Álvaro Uribe Vélez dedicó a los soldados y policías de Colombia el Doctorado Honoris Causa en Administración Turística y Hotelera que le otorgó este miércoles la Universidad Autónoma de Bucaramanga. “Ellos han devuelto a los colombianos la libertad de locomoción y le han devuelto a la comunidad internacional confianza para visitar a nuestro país”, dijo el Mandatario. Foto: Felipe Pinzón - SP.

 

Bucaramanga, 18 nov (SP). “Me abruma esta distinción de la Universidad. Cuando me la anuncian me cruza una ráfaga de respeto por esta Universidad y una reflexión sobre la Patria.

Respeto por esta Universidad porque, como lo diremos más tarde, tiene dos orígenes: un origen en el nivel de bachillerato, en nombre de la libertad de pensamiento, y un origen en el nivel universitario, en nombre de la libertad de cátedra, que es el fundamento de la ciencia.

Rindo un homenaje a sus fundadores: al doctor Alfonso Gómez Gómez, a don Armando Puyana, al doctor Alejandro Galvis, a quienes han sido sus directivos, a su actual Rector, el doctor Alberto Montoya; a todo el equipo que le ha dado esta luz tan importante a las ciencias en Colombia.


Y una reflexión sobre la Patria: el turismo, que da tantas oportunidades, Colombia se lo debe solamente, exclusivamente, al heroísmo de las Fuerzas Militares y de Policía.

La verdad es que la Universidad me honra en exceso con este diploma, que quiero hacérselo llegar a cada uno de los soldados y policías de Colombia, que les han devuelto a los colombianos la libertad de locomoción y que le han devuelto a la comunidad internacional confianza para visitar a nuestro país.

Recuerdo aquellos puentes del 12 de octubre, del 2 de noviembre del año 2002, cuando la Fuerza Pública se volcó a las carreteras de Colombia y los compatriotas también lo hacían. Y uno podría decir que eso parecía la liberación de un secuestro colectivo de millones de ciudadanos.

Y empezó el país a reencontrarse con sus bellezas, con sus atributos, con su diversidad, con sus posibilidades. Escucho muchas narraciones a mis compatriotas sobre esa experiencia. Y muchos de ellos dicen: ‘Estuve en San Gil, hice deporte en el río Fonce, fui a Barichara, a Charalá’.

Narran sus recorridos por este departamento tan bello, tan promisorio, que en las nuevas tendencias del turismo mundial tiene todas las oportunidades, que ha indicado que en esta nueva oportunidad la universidad sea una, sino la que más importancia académica le asigna al turismo.

Este año el turismo mundial ha decrecido un 12 por ciento, pero el turismo colombiano ha crecido en un 9 por ciento, solamente en visitantes internacionales. Sin sumar el tema de los buques, de cruceros del Caribe, que prácticamente habían desaparecido de nuestro país por la violencia.

El año pasado tuvimos cerca de 300 mil visitantes, especialmente en la ciudad de Cartagena, algunos en Santa Marta y otros menos en San Andrés, y este año nos aproximamos a 400 mil. La meta es que por esa vía, en pocos años, Colombia tenga un millón de visitantes.

Pero el turismo empieza a tener unos horizontes de gran importancia. Creo que esta lucha del planeta contra el calentamiento, lo que se aproxima ahora con la reunión de Copenhague, el nuevo acuerdo mundial para hacer más severas las disposiciones adoptadas por Kioto, y con la responsabilidad de que ingresen los países desarrollados que le dieron en alguna forma la espalda a Kioto, creo que eso va a tener una relación bien importante con la promoción del turismo ambiental.

Si hay un lugar de Colombia, del mundo, con todas las posibilidades para el turismo ambiental, es Santander. Creo que allí tiene la Universidad una veta, una veta para explotar.

Por supuesto el doctor Alfonso Gómez Gómez se refería al problema de la infraestructura. Es bastante difícil en todo el país. No obstante que hemos avanzado en competitividad, ahí tenemos un retraso, pero haremos todos los esfuerzos, todos los esfuerzos para que el país se desatrase en infraestructura.

Cuando llegaba al aeropuerto Palonegro encontré al Director de Aerocivil, que estaba hoy aquí en Bucaramanga promoviendo la concesión del aeropuerto, que la vamos a dedicar exclusivamente a la parte del terminal, para que los recursos del concesionario no se tengan que diluir entre pista, plataformas y terminal, sino que dediquen exclusivamente a la modernización del terminal. Y con los recursos de Aeronáutica y el Gobierno Nacional se atienden plataformas y pistas, para hacer un gran mejoramiento del terminal, todo lo cual tiene que ayudar en el turismo.

Tengo confianza en las grandes vías de competitividad del departamento. Confío en que en la primera semana de diciembre tengamos la aprobación del plan de manejo ambiental, para que ya empiece en la práctica en ejecución material ese contrato para avanzar en la doble calzada a Pamplona.

Tengo confianza en la vía del Carare. Ya tengo noticias buenas de que por lo menos han restablecido la transitabilidad, y dentro de poco empezarán a aplicar placas de concreto.Tenemos confianza en la Vía Central del Norte. Tenemos confianza en el gran plan emprendido por la Gobernación.

Todo en el Estado es difícil. Demoramos muchos meses, con toda la voluntad de ayudarle al Gobernador (Horacio Serpa), para que pudiera obtener los recursos de Findeter y financiar ese plan de vías tan ambicioso, tan importante.

Esta tarde me contaba el señor Alcalde de Bucaramanga (Fernando Vargas Mendoza) que, además de la ilusión de poder inaugurar Metrolínea en el mes de diciembre, Bucaramanga empieza unas obras trascendentes.

Unas obras, por ejemplo, de pasos a desnivel, con los recursos de la Telefónica, que en buena hora fue un patrimonio que se rescató, y un patrimonio que se manejó finalmente bien para el éxito de la ciudad. Y también con los recursos de crédito que hemos logrado canalizar para los departamentos y para las ciudades capitales, con unos porcentajes significativos de subsidio de tasa de interés que paga el presupuesto nacional para adelantar este tipo de obras.

Lo que pasa es que hemos crecido a mucha distancia del mar. Muchas ciudades colombianas: Bucaramanga, mi ciudad de Medellín, siempre me hacen pensar con admiración en mis compatriotas, con asombro, con gran admiración, por lo que han hecho mis compatriotas.

Me pregunto cómo han logrado desarrollar estas civilizaciones a tanta distancia del mar, con tantos obstáculos de infraestructura. A medida en que nos vamos remontando, vamos a ir contribuyendo a este tema del turismo.

Esta Patria nuestra tiene 46 millones de habitantes, tiene un potencial de turismo interno bien importante. Y confío que todos sus atractivos, su diversidad, 1.600 kilómetros de playa en el Caribe, 1.300 kilómetros de playa en al Pacífico, la Amazonía la Orinoquía, esta región Andina, los valles interandinos, los tesoros arqueológicos del país, los tesoros verdes, los deportes de aventura, vayan convirtiendo a nuestro país en un gran centro de atracción de turismo.

Vale la pena hacer una reflexión: para nosotros el turismo es un aspecto muy importante, pero no es el motor de desarrollo de la economía.

Cuatro elementos del motor de la economía

Si ustedes me preguntaran qué piensa el Gobierno sobre cuál es el motor de desarrollo de la economía, les diría que ese motor reposa en cuatro elementos: la búsqueda de una alta tasa sostenida de inversión, la búsqueda de mercados, la búsqueda de política social con énfasis en educación y la seguridad.

Creo que si combinamos esos cuatro elementos, ellos irán definiendo los motores de la economía. Si algo bueno tiene Colombia, es una economía que se prospecta a no tener que depender de un solo sector. Cada sector le va ayudando a los demás, pero hay una competencia de sectores, que le muestran a Colombia un panorama promisorio si el país logra consolidar una gran confianza de inversión y una gran competitividad, a partir de una política social que repose en la educación.

Y el turismo sí juega un papel muy importante. Uno no podría aspirar a que Colombia sea un país que se especialice en turistas, que llegue a tener 40 millones de turistas al año, tenemos todavía distancia, dificultades de infraestructura, pero sí nos ayuda mucho el turismo.

En el momento en que este país pueda decir que tiene tres millones de turistas que están llegando en avión y un millón de turistas que están llegando en los cruceros del Caribe, y que de los 46 millones de habitantes el mejoramiento del nivel de ingresos le permita a un mínimo de 30 millones de colombianos hacer turismo interno, eso tiene que ayudar mucho.

Además desde el punto de vista sicológico, creo que es bien interesante, porque cuando uno lee a los historiadores hace cuentas y llega a la conclusión que en dos siglos esta Patria nuestra no ha tenido sino 47 años de paz.

No es mas agresiva porque aquí, que hemos tenido tanta violencia, hemos tenido un talante individual y colectivo de ciudadanía alegre, espontánea, sin resentimiento. Uno no se explica cómo ha funcionado esa actitud positiva de los colombianos en medio de tanta violencia.

Y si nosotros impulsamos el turismo –ahí tenemos una industria que algunos llaman de la chimenea, creo que es la industria de la alegría; en el turismo nadie se ve bravo, en el turismo no hay agresividad, en el turismo todo el mundo esta contento–, creo que es una gran catarsis para la sicología colectiva de una Patria seriamente afectada por dos siglos de violencia, en los cuales hemos tenido escasos 47 años de paz.

Y Santander tiene todas las ventajas. Si uno llega a Zapatoca no quisiera devolverse. Ve esos techos tan hermosos del Socorro, y quisiera quedarse viviendo allá, entre las reflexiones de la historia, la nostalgia y el pensamiento de lo que puede ocurrir.

Ve el Río Fonce, y quisiera tener unos años menos y más libertad para no salir de los charcos ni de las embarcaciones del río Fonce.

Es muy bello, muy bello, este departamento. Qué bueno que este departamento tenga una facultad en una Universidad del prestigio de la Universidad Autónoma de Bucaramanga dedicada al turismo.

Este título Honoris Causa que me entregan es por pura generosidad de ustedes. He procurado, con afecto a Colombia, en medio de limitaciones, cumplir el deber.

Si alguien merece en Colombia un título de ustedes en esta materia, tan importante para la tranquilidad nacional, para el empleo nacional, para la catarsis colectiva, son los soldados y policías de Colombia.

Al agradecerle inmensamente a la Universidad por su conducto, doctor Alfonso Gómez Gómez; por su conducto, doctor Alberto Montoya Puyana, dedico este título a los soldados y policías de mi Patria, que nos han recuperado la libertad de locomoción y la confianza para que la comunidad internacional vea en Colombia un gran destino turístico.

Muchas gracias”.

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