Usted (Ricardo Ávila, Director de Portafolio) ha tratado muchos temas. Conste que le llegué un poquito temprano, lo encontré en el pasillo con el doctor Roberto Pombo y le dije: ‘De pronto nos queda bien difícil un discurso; uno no sabe cómo se vuelve; usted me ha venido pidiendo una entrevista; hágamela esta noche, doctor Ricardo. Yo lo anoté aquí. Muchas gracias por la comprensión con la política internacional, sus comentarios sobre la crisis económica mundial, la situación de Colombia; su preocupación porque –quisiera tener la oportunidad de referirme a ese tema–, que en las épocas de auge no hubo austeridad, y que eso nos frenó detener política anticíclica.
El sector minero; su relación con los sectores intensivos en mano de obra, el tema de la regla fiscal, el tema de los subsidios, la salud, Agro Ingreso Seguro, el empleo, la estructura tributaria, la infraestructura. Temas específicos como la Ruta del Sol y el tema de la estabilidad política. Esa fue la lista que le hice. No quedó faltando sino un punto. Todos los demás se los anoté. Y bien importante la afirmación que nos ha hecho el doctor Luis Carlos Sarmiento sobre la necesidad del país de crear empleo.
La crisis económica
La crisis. No creo que en el país se pueda predicar que no se preparó con austeridad en época de auge, para poder tener más espacio anticíclico para una crisis. Tampoco creo que del país se pueda predicar que hubo improvisaciones. La verdad es que nosotros vinimos en crisis hace muchos años. Al final quiero hacer una anotación de la crisis de la violencia en dos siglos, que nos ha producido.
Nosotros en septiembre de 2002 no teníamos con que pagarles a los soldados. Hubo que hacer un esfuerzo enorme por parte de los colombianos para pagar en aquella primera ocasión el impuesto al patrimonio. Nosotros hemos vivido todos estos años de Gobierno en crisis. Y sin embargo, creo que hubo ahorros muy importantes, que nos han permitido en alguna forma sortear la llegada de la nueva crisis, que es la crisis internacional.
En el tema, por ejemplo, del déficit fiscal: el consolidado en agosto de 2002 era de 4,2. Y llegamos a una situación casi de equilibrio: 0,5. Confiemos que no se suba por encima del 2 y medio, del 2,7 ó 3.
En el Gobierno Nacional central, si uno suma al déficit aquel nuevo elemento que empezó a darse en 2003: la necesidad de transferirle dinero para pagar pensiones desde el presupuesto nacional al Seguro Social, que eso ha tenido años de 7 billones, puede llegar a 9 billones de pesos, ese déficit era del 6 y medio; bajó al 2,34. El endeudamiento del 48; bajó al 22.
Seguramente este año el déficit del Gobierno Nacional central se situará en 4 ó 4,2. Y el año entrante vamos seguir con dificultades. El endeudamiento, 26. Pero creo que ahí hay muestras del enorme esfuerzo que ha hecho el país, a pesar de que ha estado permanentemente en crisis.
Y ahorros bien significativos. Este Gobierno ha reformado 427 empresas del Estado, entre ellas muchas de la salud, con enormes dificultades políticas. Una cosa es hablar de la reforma del Seguro Social; otra cosa es hacerla contra la oposición política. Una cosa es decir que hay que quitar esos excesos sindicales y esa apropiación clientelista en las clínicas del Seguro Social; otra cosa es hacerlas.
Con las reformas de Ecopetrol: si a mí me hubieran preguntado a principios del Gobierno: ¿el Gobierno que empieza hará la reforma laboral, la reforma pensional de Ecopetrol?, habría dicho: ‘Tenemos que hacerla, sino la compañía es inviable’.
Si me hubieran preguntado: ‘¿Ustedes son capaces de avanzar para que los particulares participen en la estructural accionaria de Ecopetrol en un porcentaje?’, habría dicho: ‘No’. Por las dificultades políticas que históricamente han enfrentado este tipo de reformas. Entonces creo que hay hemos hecho una política de mucho ahorro.
Una cosa es ver las finanzas públicas, y otra cosa es preguntar: ¿qué sería de las finanzas públicas, si la refinería de Ecopetrol en Cartagena hubiera que hacerla contra el presupuesto? ¿Qué sería de las finanzas públicas, si la inversión en Barrancabermeja hubiera que hacerla contra el presupuesto.
¿Qué sería de las finanzas públicas, si la inversión en Barrancabermeja hubiera que hacerla contra el presupuesto? ¿Qué sería de las finanzas públicas, si tuviéramos que pagar hoy las pensiones, por ejemplo, que se están pagando con el patrimonio de la reforma de Telecom?
Y en el otro lado, uno ve unos ahorros bien importantes. Creo que el sector financiero llegó a la crisis sólido y sigue sólido.
Para esta reunión veía hoy algunas cifras. En los últimos tres meses se estabilizó el deterioro de cartera. En los últimos tres meses, en lugar de haberse deteriorado el tema de las coberturas, ha mejorado. Habíamos caído a 1,09. Hemos estado oscilando entre 1,11 y 1,13.
La cartera hipotecaria ha mejorado de cantidad y sin deterioros. La cartera hipotecaria, a principio de año, estaba en 9 billones, ahora en 15, ya representa nuevamente el 12 por ciento de la cartera total. Pienso que ha habido ahorros muy importantes.
Cuando empezó el Gobierno, Fogafín tenía para el seguro de depósito 400 millones de dólares, hoy más de 3 mil. El Gobierno Nacional en estos años ha tenido que pagarle a Fogafín, año tras año, un billón, billón 100, que se causaron en la crisis anterior. Y hemos honrado esas obligaciones; ya están representadas en ese seguro de depósito; el país en eso ha hecho un enorme, enorme esfuerzo.
La política de seguridad ha estado acompañada de la política social
Ahora: hay algo bien importante. Nosotros hemos avanzado en política de seguridad, en promoción de inversiones y también en política social, que es capítulo aparte: el tema de los subsidios. Mirar si son estructurales o simplemente paternalistas, asistenciales, es la gran discusión que hay que dar.
Algo que honra a Colombia, apreciados compatriotas, es haber acompañado la política de seguridad, de política social.
Uno no puede llegar a las regiones colombianas solamente con los soldados. A todas esas regiones hemos llegado que con Familias en Acción, que con régimen subsidiado de salud, que con el Sena, que con Bienestar Familiar, que con Banca de Oportunidades, etcétera. Ahí ha habido un gasto. Pero uno empieza a ver indicadores de que ha sido un gasto social bien hecho. Y por fortuna. Y ese si que garantiza estabilidad política a futuro.
Hablando de algún país de la región, no hace mucho nos hacíamos esta reflexión: tiene estos magníficos indicadores macroeconómicos, pero tiene una situación social explosiva. Eso no le garantiza estabilidad política.
Creo que la circunstancia de haber manejado esta combinación de política de seguridad, política de promoción de inversiones y política social, ha logrado que Colombia sea un país que hoy tiene mucho debate político y menos conflicto social.
Y con este Presidente, y con todas las calificaciones políticas contra este Presidente, este debería ser el Gobierno de paro de maestros todos los días. Y ha sido el Gobierno con menos paros de maestros.
Después de la reforma de Ecopetrol, y cómo logramos nosotros hoy lo que hemos avanzado con el sindicato de Ecopetrol, se ha firmado una convención a cinco años.
Creo que es bien importante eso: empezar a dividir lo que es el debate político del conflicto social. Que no estamos en un paraíso, pero hay unas tendencias. Y eso es lo que definitivamente va creando las condiciones de estabilidad.
Colombia se ha defendido en la crisis
El país se ha defendido en la crisis. Habría muchos temas que hablar: el tema tributario, el tema del empleo, etcétera. Prefiero que llevemos la agenda y sus preguntas.
Pero, por ejemplo, de aquí se habían ido los japoneses. Han regresado. Ustedes saben lo exitosa que fue la colocación de bonos en el Japón la semana pasada. México no ha podido colocar unos bonos allí en las condiciones que los colocó Colombia.
Veía hoy los ‘spreads’ de deuda. Brasil tiene grado de inversión y el ‘spread’ nuestro está mejor que el del Brasil. Nosotros tenemos ‘spreads’ de país de grado de inversión. Nos dan los mercados un tratamiento que no se compadece con la circunstancia de que todavía no nos han reconocido el grado de inversión.
Creo que el país ha venido sorteando estas dificultades. Comparto: dificultades enormes, enormes. Cuando analiza uno lo de la inflación este año, dice: Bueno, siquiera vamos a compensar lo que nos pasó el año pasado en inflación de alimentos.
El año pasado nos vimos en unas circunstancias muy difíciles: una inflación de alimentos del 12 – 14 (por ciento). Y las circunstancias no nos permitían un incremento salarial más allá de la inflación promedio.
Entonces los sectores populares perdieron en capacidad adquisitiva de alimentos. Y eso nos deterioró una línea bien importante que traíamos de reducción de la miseria. Tengo fe que se recupere este año. ¿Por qué? Por lo que ha pasado en inflación y porque, no obstante que se frenó la caída del desempleo que traíamos, el país no ha destruido empleo.
Cuando uno ve las cifras de los últimos doce meses, encuentra lo siguiente: sigue en aumento la afiliación a las cajas de compensación, al Sena, a Bienestar Familiar, a las organizaciones de seguridad social. Y el país, de septiembre del año pasado a septiembre de este año, tuvo un adicional de casi 900 mil empleos.
Entonces uno hace esa reflexión: por un lado, se está recuperando capacidad adquisitiva en materia de alimentos, que es lo que más golpea a los sectores populares, y por el otro lado no habido destrucción de empleo. Uno tiene que esperar a que hayamos retomado la senda de reducción de la miseria.
Nosotros teníamos mucho temor de que eso se acentuara profundamente en esta crisis. Como uno de los temores grandes al principio del año por la crisis: la deserción escolar y universitaria. Y no se ha presentado. Inclusive se ha seguido reduciendo la deserción escolar. La revolución educativa nuestra es bien importante, tema del que poca veces se habla.
Nosotros teníamos el año pasado, habíamos bajado varios puntos la deserción y la teníamos en el 6. Dijimos: este año con esta crisis vamos a llegar otra vez al 8 ó 9. La bajamos al 5.
Y ha seguido creciendo la población universitaria. La época de crisis es la época de mayor deserción universitaria. Este año ha seguido creciendo la población universitaria en Colombia, gracias a múltiples esfuerzos.
La situación ha sido muy difícil. Nosotros haber perdido esa senda de crecimiento, disminución del desempleo, la miseria, etcétera. Pero creo que el país se ha defendido.
Pregunta: ¿Presidente cómo ve el próximo año?
Presidente Álvaro Uribe: La verdad es esta. Nosotros en pocos años pasamos de unas exportaciones de 11 mil millones de dólares a 37 mil y tenemos unas dificultades de exportación graves. Yo no creo que se vaya a recuperar lo de Estados Unidos, lo de Europa también es muy lento, la incertidumbre con lo de Venezuela, vamos a ver qué pasa en la economía ecuatoriana.
Nosotros estamos haciendo un inmenso esfuerzo para que una patria como la nuestra, que tenía acceso a cinco mercados, dos tratados: la Comunidad Andina y el Tratado con México, en agosto del año entrante tenga acceso a 47 mercados.
Pero todo toma tiempo.
El proceso de negociación con China del Acuerdo de Protección a Inversiones empezó en 2003 y lo pudimos firmar el año pasado en Lima (Perú). Los japoneses han regresado, han mostrado toda la buena voluntad, por ejemplo, para sacar el tratado de Asociación Económica, pero con ellos eso tiene sus tiempos.
Aquí estos tratados tienen que pasar por el Congreso y llegar a buscar el exequato de la Corte Constitucional, demoran para entrar en vigencia. Yo creo que el país se va a favorecer inmensamente.
Si ustedes me preguntaran dos necesidades que este Gobierno observa de la economía. (Diría que) mantener una alta tasa de inversión y buscar acceso a mercados.
Nosotros estamos aceleradamente buscando acceso a mercados. Ahora vamos, dentro de la estrategia global de insertarnos al Asia, además de lo que se ha hecho con China y con India, ahora viene la negociación de los tratados de libre comercio con Corea y con Singapur.
Pero todo eso va a tomar tiempo.
O sea que para el año entrante uno no observa que podamos tener una recuperación de las exportaciones que se han disminuido este año. Sin embargo, también hay cosas buenas.
Uno empieza a ver en muchos mercados donde nuestras exportaciones eran insignificantes, crecimientos importantes.
En el Brasil nosotros hemos pasado de 120 millones de dólares y este año puede ser un año de 600 millones de dólares al Brasil.
Esta mañana, a raíz de que en Bogotá se reúne, con un gran liderazgo del Ministro (de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo) Plata, el encuentro de empresarios chinos y latinoamericanos, también observábamos que las exportaciones nuestras a China valían 80 millones de dólares y este año valen más de 600 millones de dólares, algunos hablan de que se van a ubicar alrededor de 700 millones de dólares.
Yo creo que vamos bien, pero los resultados no se alcanzan a ver el año entrante. Entonces nosotros en la parte de comercio exterior seguimos con dificultades para el año entrante.
Creo que aunque es un año en el que se repetirá también un déficit, no tan alto como era, pero no tan bajo como lo habíamos logrado al reducirlo, el país sí tiene despejadas, tiene despejados los caminos del financiamiento.
Tengo fe en el tema de las obras públicas, que ha dado mucha dificultad en arrancar y yo creo que el año entrante se va a ver su impacto ya en la economía.
Y en proyectos anticíclicos, mire, el país hizo un ahorro muy grande. El ahorro del fondo de estabilidad y cartera hipotecaria este Gobierno no lo tocó, lo vino a tocar ahora para política anticíclica, que nos va a permitir subsidiarle tasas de interés a 90 - 100 mil créditos de viviendas de valor hasta 170 millones. Ya hay entre desembolsados y aprobados 50 mil de esos créditos.
Pero el proceso de un proyecto toma tiempo. Yo creo que eso se va a sentir en el empleo y en la economía el año entrante.
Sería como algunos anticipos muy generales de lo que empieza a ver el Gobierno para el año entrante.
Ahora, insistí sí en la tasa de inversión. Nosotros tenemos dos cosas buenas a destacar en la tasa de inversión.
En esta crisis la Inversión Extranjera Directa (IED) en el mundo se cayó un 44 por ciento, en Colombia se ha caído un 11 por ciento, pero de dónde venimos, del pico más alto.
El país en Inversión Extranjera Directa puede dividirse en dos periodos: un periodo anterior que tuvo Inversión Extranjera Directa entre 400 y 2 mil millones de dólares; en los últimos años hemos tenido 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 28, 10 mil 574; este año vamos para 8 - 8 mil 500, o sea que vamos a estar en el rango alto; vamos a tener una Inversión Extranjera Directa muy parecida a 2007, que yo creo que es bueno.
La tasa de inversión, que se ha caído enormemente en el mundo entero, en Colombia en el primer semestre estuvo en el 25.9 (por ciento).
Yo pienso que nosotros tenemos más afán, más prioridad de crecer ahora las inversiones, que de esperar unos resultados en el corto plazo más exitoso en materia de exportaciones.
Entonces nosotros tenemos confianza en que el país, que ha logrado mantener esa Inversión Extranjera Directa, esa tasa de inversión en la crisis, el país puede salir bien de la crisis y en estos años que vienen, a pesar de que vamos a tener mucha lentitud en la recuperación de la dinámica del crecimiento y de la generación de empleo, yo creo que no nos va a ir tan mal como nos podría haber ido de no hacer ese gran esfuerzo para que el país sea un país con mucha confianza inversionista.
Ningún Gobierno de Colombia fue hostil a la inversión, pero yo creo que este Gobierno sí se destaca por haberla estimulado y eso está dando sus frutos.
Pregunta: ¿Presidente coincide usted con la apreciación de que viene la revolución minera o que ya se ven señales de que eso es así?
Presidente Álvaro Uribe: Se necesita, pero usted puso bien la disyuntiva. Usted nos puso dos países en un lado y dos países en el otro y sabemos cuál camino tenemos que escoger, se necesita.
Si usted observa doctor Ricardo (Ávila, Director de Portafolio) las economías que se han beneficiado o que más rápidamente se están recuperando de la crisis en América Latina y que más rápidamente se han beneficiado de la reanudación de un crecimiento más elevado en India y en China, son las economías exportadoras de minerales. Les ha ayudado muchísimo. Nosotros no.
Que mientras unos tienen grandes cantidades de cobre y níquel para venderle a China, nosotros tenemos un poquito de cobre y un poquito de chatarra, y tenemos que competir en confecciones con la confección china.
Entonces nosotros somos conscientes de que el país necesita esa gran revolución minera, que tiene dos limitantes.
Un limitante: este es un país bien importante en materia ambiental; empiece porque es un país que ha sustraído el comercio del 40 por ciento del territorio, un país que le está haciendo una enorme contribución al planeta en materia ambiental, ahí tenemos que tener una precaución.
Y la segunda: se requieren esos sistemas como la regla fiscal, porque el avance y la revolución minera en Colombia no puede ser a expensas de una economía que ha tenido la virtud de ser bastante diversificada y con muchas posibilidades de generación de empleo.
Por eso el camino –usted mencionó, no mencionemos el lado de Nigeria y un acompañante de Nigeria, en el otro equipo mencionó a Chile y ¿A cuál otro? A Noruega- bueno ese es el camino.
Pregunta: Presidente, precisamente parte de si los precios de los productos básicos vuelven a los niveles en que estaban a mediados del año pasado o antes de que comenzara la crisis y si las proyecciones de producción de petróleo en Colombia se cumplen, de un millón de barriles diarios y de exportaciones de toneladas de carbón hacia mediados de la próxima década de 110 millones, estamos mirando tan sólo en esos dos renglones unos volúmenes de exportación muy altos.
Pero también, efectivamente al país no le ha ido bien o a regiones específicas del país no le ha ido bien con esas bonanzas. Miremos el caso de Arauca, Casanare, La Guajira o municipios específicos del Cesar.
Más allá del tema de la regla fiscal ¿Cómo evitar efectivamente que esa especie de lotería se despilfarre o se vaya en corrupción o en obras suntuarias?
Presidente Álvaro Uribe: El Gobierno ha hecho un enorme esfuerzo. Por ejemplo hoy las veedurías de las regalías territoriales son veedurías visibles. Bajo la dirección de Planeación Nacional tienen que estar dando un informe permanente a los órganos de control y a la ciudadanía.
Yo creo que todas las herramientas adoptadas por este Gobierno empiezan a producir buenos resultados en el manejo de esas regalías.
Hemos obligado a estos departamentos –y en eso nos han ayudado mucho La Guajira, el Cesar, el Magdalena, todavía no Arauca ni Casanare, los otros sí nos han ayudado mucho- a comprometer esas regalías en la revolución del agua, con lo que llamamos los planes departamentales de agua.
El país tiene hoy 30 planes departamentales de agua. El trabajo para mejorar la infraestructura del agua era muy desorganizado en el país y se perdió gran cantidad de recursos, que eran recursos que se asignaban a través de las participaciones.
Le hemos dado realce al ente intermedio del Gobierno que son los departamentos y hemos puesto a todos los municipios a girar alrededor de los departamentos con los planes departamentales de agua. Allí se exige un gran ahorro de las regalías para poder pagar las obligaciones que se derivan de los planes departamentales de agua.
¿En qué hemos fracasado? No nos ha sido posible que el Congreso de la República apruebe varios proyectos que nosotros hemos presentado para ahorro de regalías en las entidades territoriales.
¿Qué pensamos de la regla fiscal? La regla fiscal o los mecanismos de ahorro –que eso no es nuevo en el país, yo recuerdo cuando era Ministro de Hacienda el doctor Abdón Espinosa Valderrama, que también para evitar momentos en los cuales entraba un gran flujo de divisas al país se crearon mecanismos de congelación y de ahorro, lo de la regla fiscal tiene en Colombia antecedentes importantes- la idea del Gobierno es que la regla fiscal, como mecanismo de ahorro ante esas eventualidades, no solamente sea para el presupuesto nacional sino para los presupuestos territoriales donde llegan esas regalías territoriales
Pregunta: Presidente, pasando al tema de los subsidios, hablemos primero sobre la salud. Usted anunció hace pocos días la declaratoria del estado de conmoción en lo social o la palabra técnica es la emergencia social.
La impresión de quienes, usted que estuvo en el diseño de la Ley 100, es que un poco se ha cambiado el panorama que se vislumbraba en esa época en la cual la mayoría de las personas iba a contribuir al régimen de salud y una minoría de los colombianos iba a tener acceso o iba a ser beneficiado por el régimen subsidiado y hoy tenemos un escenario a la inversa. Y si bien esa emergencia está, según entiendo, destinada a arreglar unos problemas puntuales, la impresión que se tiene es que no se está, si me permite la expresión, agarrando todo el toro por los cuernos ¿Qué nos quisiera decir sobre eso?
Presidente Álvaro Uribe: Yo recuerdo una profesora mía que nos entregaba las calificaciones en un cuadernillo, y aquí en el anverso nos ponía lo positivo y después uno pasaba el reverso y encontraba lo negativo. A usted le faltó ponernos lo positivo, doctor Ricardo, antes de decirnos todo lo negativo que le ve a la salud.
Yo le voy a contar lo positivo y le voy a reconocer lo negativo.
Lo positivo: Un país que hasta hace poco tenía mil 840 dólares de ingreso per cápita, con una población de 46 millones de habitantes, tiene hoy 41 millones con seguro de salud.
El salto ha sido enorme y me da pena decirlo, de 2002 a la fecha hemos pasado de 23 millones de asegurados a 41 millones de asegurados.
Lo positivo: La reforma del Seguro Social es extraordinaria y qué difícil, qué dificultades políticas para adelantarla. Una cosa es ver a la oposición en los recintos sociales y otra cosa en los recintos políticos, donde se toman las decisiones. Eso sí que es difícil pasar esas reformas allá.
El país tenía unos fundamentalismos ideológicos que impedían esas reformas. Uno decía: ‘No es que la EPS (Entidad Promotora de Salud) del Seguro es una tragedia’. Vaya refórmela: privatizador, neoliberal etcétera. La reformamos, pasamos del desgreño estatal a la eficiencia social.
Las clínicas: En nuestro primer Gobierno desprendimos las clínicas de la parte central del Seguro, porque para reformar el Seguro teníamos que enfrentar unos sindicatos asociados con la politiquería, que sumaban 37 mil personas
Y en el segundo Gobierno hemos hecho la reforma profunda de las clínicas. Usted va a las clínicas del Seguro Social en Bogotá. Antes los pacientes estaban arrumados en los pasillos, eso era una tragedia. Hicimos toda esa reforma. Hoy están a cargo de la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios, la Universidad del Rosario, la Caja de Compensación Compensar.
La Clínica Enrique de La Vega, de Cartagena, a cargo de la Fundación Hermanos de San Juan de Dios; la Clínica Campo Serrano, de Santa Marta, y todas hoy excelencia, a cargo de la Fundación Cardiovascular de Santa Marta.
Están reformadas las clínicas del Seguro Social, hemos sido capaces de pagar esos pasivos, hemos reformado 220 hospitales. Sigue la reforma de los hospitales, hospitales departamentales y municipales quebrados, que siempre se llegaba por un cheque al presupuesto nacional, nosotros les hemos dicho: Cheque contra reforma, en la medida que haya reforma.
Lo de Cajanal (Caja Nacional de Previsión Social) que era un desastre, resolvimos lo de salud y estamos en la víspera de resolver lo de pensiones al entrar a Colpensiones (Colombiana de Pensiones).
¿Qué problemas entonces le reconozco a la salud? Primero hay un problema porque el Plan Obligatorio de Salud del régimen contributivo, es un plan que incluye muchos más eventos que el plan del régimen subsidiado y la Corte Constitucional ha dicho en sus sentencias que hay que nivelarlos.
Si simplemente hiciéramos una agregación matemática de eventos y una multiplicación por costos, tendríamos que incorporar seis billones de la noche a la mañana. No estamos en condiciones, estamos buscando la manera de lograr esa nivelación que la pueda absorber el presupuesto. Ahí tenemos un problema.
Usted ha anotado otro problema: Colombia tiene 21 millones de ciudadanos de los 41 millones asegurados hoy en el régimen subsidiado.
Pero usted se remonta al año1993, cuando después de siete años aprobamos la Ley 100. Esa ley tuvo siete años de discusión en el Congreso. A mí me tocó presentar en el año 1986 el primer proyecto, que era muy simple, era permitirle a las cooperativas y a las cajas de compensación que compitieran con el Seguro Social. Y el senador Raúl Orejuela Bueno, ilustre médico vallecaucano, ex ministro, propuso que ese proyecto había que rechazarlo totalmente porque eliminaba el monopolio estatal en la prestación del servicio.
Después, con la determinación de la administración Gaviria, pudimos sacar esa ley en el Congreso de la Republica.
Lo que le pasó al país en materia de violencia y pobreza fue muy grave.
El pronostico que se hizo para que apenas una minoría de colombianos estuviera en el régimen subsidiado y la gran mayoría en el régimen contributivo no se pudo cumplir, pero no por Gobiernos manirrotos que incrementaran el régimen subsidiado, sino por lo que le pasó al país en crecimiento de desempleo y pobreza en los años subsiguientes.
Esa transferencia se va a demorar. Hoy tenemos trampas. A uno le cuentan en muchos departamentos de Colombia: ‘Mire, aquí en tales regiones los empleadores no afilian a los trabajadores al régimen contributivo, la Alcaldía les da carnet de régimen subsidiado’.
Estamos en el proceso de corregir esas trampas. En la medida en que tengamos informática, que podamos seguir haciendo cruces y la Pila (Planilla Única de Liquidación de Aportes) ha ayudado enormemente, vamos a poder eliminar esas trampas. Ahí tenemos un reto.
También ha dicho la Corte Constitucional que el Plan Obligatorio de Salud no puede ser limitado, que cuando haya un evento no incluido en el Plan Obligatorio de Salud que amenace un derecho fundamental de la persona, ese evento hay que atenderlo. Y no es un tema de ley estatutaria, de ley ordinaria, para limitar los planes, es un tema de la Constitución de 1991 que tenemos que respetar.
Entonces este año, en interpretación de esa sentencia, los departamentos han tenido que hacer unos pagos enormes que exceden sus capacidades. Nosotros hemos venido insistiendo desde hace cuatro años en el Congreso, de una Ley de juegos de suerte y de azar para apoyar a los departamentos, creo que ahora vamos a tener aprobado finalmente el proyecto. Eso ayuda inmensamente.
Estamos buscando –y dentro de poco saldrán- unas guías para orientar la prestación del servicio y a fin de enfrentar el exceso de tutelas, instalar en cada departamento un tribunal científico que sea como una especie de primera instancia en la tutela, en la seguridad de que un tribunal científico pueda ser bastante acatado por la Corte Constitucional.
Entonces un tribunal científico dijo no, si dijo sí se evita la tutela y si dijo no es muy probable que no prospere la tutela. Estamos trabajando en esto, pero esos recursos adicionales los requerimos y vamos a buscarlos de la cerveza, de los licores, de unos licores con bajo grado alcoholimetrito que no pagan impuesto, vamos a buscar lo de los cigarrillos y a tono con la Honorable Corte Constitucional vamos a buscar dictar esos decretos de emergencia de acuerdo con esa sentencia y pedirle –de acuerdo con el proceso constitucional- al Congreso el año entrante que los discuta y que ojala los convierta en legislación permanente .
Pregunta: Presidente, pasando a otros subsidios, como es el caso de Familias en Acción, en la literatura académica han venido apareciendo recientemente artículos que dicen que la permanencia de ese tipo de esquemas en el tiempo, pierden efectividad al cabo de unos años y que adicionalmente se corre el riesgo de parasitismo, de alguna manera que la gente comienza a depender de la dádiva publica.
Algún académico incluso decía que es volver a los ciudadanos clientes del Estado.
Usted en un escenario de mayor plazo y reconociendo las ventajas del programa, que sin duda ha ayudado a paliar la pobreza y la miseria sobretodo en las zonas rurales, en un escenario más amplio ¿usted cómo lo ve evolucionando?
Presidente Álvaro Uribe: Primero déjeme dividir los subsidios entre subsidios estructurales y subsidios asistenciales. Los estructurales son aquellos que finalmente inciden en el mejoramiento de la productividad, la competitividad y la equidad en la distribución del ingreso; los asistenciales son aquellos que no tiene ninguna incidencia en ese esquema social.
Yo diría que de los subsidios de este Gobierno el único asistencial es el de los ancianos. Este país atendía 60 mil ancianos cuando nuestro Gobierno empezó. Hoy atiende 860 mil pero tenemos dos millones de ancianos pobres y el país tiene que prepararse para esto:
Si ustedes me preguntaran: ¿Cuál debe ser el mayor reto social del Gobierno en los próximos años? Yo diría: Nueve millones de colombianos de la población ocupada que no tienen expectativa de pensión. Eso lo va a tener que atender el país. Y estos 860 mil son como una cuota inicial.
Por eso, en una reforma muy importante que nosotros hicimos, que fue también con muchas dificultades políticas, la reforma para ponerle piso a las pensiones y para quitar los regímenes privilegiados, también introdujimos un artículo que dice que el Gobierno es competente para apoyar ahorros que hagan los colombianos sin expectativa de pensión, para un beneficio de retiro.
Y eso se acaba de desarrollar legalmente en el Estatuto Financiero y ese esfuerzo habrá que hacerlo en el futuro.
Yo creo que Familias en Acción es un subsidio estructural. Si no fuera por Familias en Acción este año, con esta crisis habríamos tenido una deserción escolar nuevamente en niveles del 8, 9, 10, 11 (por ciento). Nosotros hemos avanzado en Familias en Acción, en la gratuidad de la educación, en Bienestar Familiar. Todo eso ha ayudado a revolución educativa, que es bien importante.
La semana pasada asistimos en Bucaramanga a un experimento que estamos haciendo siete ciudades colombianas, es darle un estímulo a los muchachos de Familias en Acción que pasan del grado 9 al grado 10 y otro estímulo a los que se gradúan como bachilleres.
Revisábamos estas cifras: Cuanto este Gobierno empezó Colombia graduó 414 mil bachilleres, este año gradúa 737 mil. Allá hay un salto muy positivo para el país. Y uno ve todos esos muchachos de Familias en Acción no empeñados en que les den un subsidio para un ratico, sino en completar la totalidad del ciclo escolar.
La democracia tiene costos, si la democracia no abre avenidas de movilidad social, la democracia se gasta, la democracia se vuelve insostenible.
Si nosotros no damos todas las oportunidades para que las familias pobres puedan estudiar y condenamos a los hijos de las familias pobres a seguir siendo pobres, esta democracia tendrá mayores riesgos, mayores dificultades.
Estonces un subsidio condicionado que está buscando que completen el ciclo escolar, no es de un ratico.
Usted me preguntará: ¿Por cuánto tiempo? Yo diría: por todo el tiempo que se requiera para garantizar nosotros coberturas en básica y en media, del ciento por ciento. Lo tendrá que ir apreciando cada Gobierno.
En básica hemos pasado en este Gobierno de una cobertura del 78 casi al ciento por ciento; en media, a pesar de ese gran crecimiento en graduados de bachillerato, la cobertura ha pasado apenas del 57 al 80 (por ciento). Todavía tenemos problemas de deserción.
Entonces yo diría que uno no puede decir dos, tres años, uno tiene que decir que se vaya observando qué le ocurre al país en materia de coberturas y de calidad en básica y en media.
Pregunta: Presidente, en el tema del empleo una investigación del profesor Hugo López, el Gerente del Banco de la República en Medellín, que es gran especialista en asuntos de pobreza, mostró que por ejemplo en los últimos 10 años en Colombia el empleo de los profesionales, formal, ha aumentado, pero el empleo de los no profesionales se ha mantenido estancado.
Es evidente que tenemos un problema serio en ese frente y quisiera su reacción ante la afirmación de que hay una especie de sesgo antiempleo en la estructura del régimen parafiscal, que un poco hace que la gente, o que sea tan costoso crear empleo formal y que incluso muchas personas prefieran quedarse en la informalidad, por temas incluso tributarios.
Presidente Álvaro Uribe: Entonces empecemos con lo del profesor Hugo López. Veamos el tema de los parafiscales y el empleo, y finalmente el tema tributario y el empleo. Porque el tema de los parafiscales, de la seguridad social, hay que verlo en conjunto, con todo lo que es la tributación.
Lo del profesor Hugo López. Yo diría algo adicional a lo que afirma el profesor Hugo López, a lo que concluye en su estudio.
Incluso mejor que a los profesionales le ha ido ha a los tecnólogos. Este Gobierno ha hecho un enorme esfuerzo en esa materia.
Cuando nosotros empezamos, el país tenía menos de un millón de estudiantes universitarios, hoy está llegado a un millón 700 mil. Y la tasa era el 22 por ciento, ahora está llegando al 36 por ciento.
El Icetex, otra de las entidades reformadas. Usted para un crédito en el Icetex hoy no necesita una tarjeta de un político, lo consigue a través de Internet. Gracias a la reforma del Icetex y a la relación con las universidades. Atendía 60 mil estudiantes universitarios, hoy va de 250 para 300 mil.
Colfuturo, que aquí tiene a su más entusiasta patrocinador, el doctor Luis Carlos Sarmiento ¿Cuántos despachaban al año? ¿Cuántos acabamos de despachar?
Mire otro conflicto social que se la ha venido disminuyendo al país para bien de la democracia: el conflicto entre universidad pública y universidad privada, porque a la universidad pública le ha ido bien en este Gobierno, ha crecido enormemente.
Entonces, en eso yo creo que estamos respondiendo a la directriz que uno va viendo en estudios como el del doctor Hugo López.
Pero en tecnología. Los compatriotas le tenían aversión a las tecnologías, porque lo veían como una posibilidad muy mala y de estancamiento. En la revolución educativa nuestra hemos introducido el principio de educación por ciclos. Un muchacho que se gradúa hoy de tecnólogo, en cualquier momento posterior puede acceder a una universidad, completar los créditos y acceder al grado de educación superior.
El Sena tenía 41 mil jóvenes matriculados en técnicas y tecnologías, hoy tiene 295 mil. Y ya va adelante en una nueva meta: otros 250 mil cupos en técnicas y tecnologías, pero relacionados con los sectores de talla mundial que dirige el Ministro (Luis Guillermo) Plata, para aportarle a la competitividad del país, que ha sido parte de nuestra Política Anticíclica, porque todo el mundo acepta que los viejos empleos que se han perdido en la crisis no se van a recuperar, hay que buscar los nuevos caminos de emprendimiento.
Y entonces la tributación, el sesgo que usted dice por los parafiscales.
Primero uno no puede tomar la fotografía, uno tiene que ver la película. Este país ha hecho unas reformas laborales profundas y difíciles. Los mayores aquí recordamos la reforma del 90 ¿Qué sería de la empresa privada y del empleo de este país, si no hubiéramos cambiado la retroactividad de las cesantías por la liquidación anual y los fondos de cesantías?
A uno le dicen los trabajadores colombianos: ‘Nosotros no tenemos todas las garantías de estabilidad’. Y los empleadores le dicen: ‘Es muy costoso despedir’.
Pero recordemos qué era la legislación laboral anterior al 90. Nadie llegaba a los 10 años porque había una norma que decía que un trabajador con más de 10 años tenía que ser reintegrado.
Y el país hizo al principio de este Gobierno otra reforma laboral muy profunda, que todavía se controvierte, hasta hace un año estuvo judicializada, logramos que saliera adelante con una sentencia de exequibilidad. Qué difícil.
Y somos todos los días atajando proyectos de ley en el Congreso. Y entonces hemos tenido que decir lo siguiente: ‘Mire, al país lo que le conviene en el momento, después de todos estos esfuerzos es estabilidad en las normas laborales’.
Y el Gobierno se la ha jugando tanto pidiéndole al Congreso que no apruebe reformas que de pronto le serian muy taquilleras en época preelectoral, como aquella de derogar la reforma laboral del 2002, como también le hemos dicho al Congreso: No aprobemos el desmonte de los parafiscales.
Entonces le dicen a uno: ‘Es que las causantes del desempleo son los parafiscales. Hay también estudios que dicen que si se desmontan los parafiscales en Colombia se generan 200 mil empleos por una vez ¿Y qué sigue de ahí en adelante?
Hay otras experiencias de la humanidad que dicen que si esos esfuerzos sociales se eliminan, no se producen los resultados sociales compensatorios sino que se le da un beneficio al sector empleador que no va a producir efectos en más generación del empleo y en más calidad del empleo, sino en más utilidad para el sector empleador.
Nosotros no tenemos manera fiscal de sustituir esos aportes del presupuesto nacional.
Creo que la evaluación de estas entidades: Sena, Bienestar (Familiar) y cajas de compensación, donde todavía estamos en el proceso de reformas, es un evaluación bastante importante para el país.
La pequeña empresa: Nosotros este año dictamos el reglamento de la Ley 590. Una pequeña empresa que se crea, el primer año no paga sino el 25 por ciento de los parafiscales, el segundo el 50, el tercero el 75 y el cuarto año paga el 100 por ciento.
Hemos dictado también decretos aclaratorios de la manera como se deben liquidar las contribuciones parafiscales de los trabajadores de tiempo parcial. Hay una norma que dice muy claramente: simplemente sumen su nomina cuanto le pagó a ese trabajador por el tiempo parcial, y eso es lo que le dice, aplicándole la tarifa, cuánto tiene que pagar. El Gobierno no ha sido indiferente al tema.
Pero sí quiero referir a esto: Nosotros le hemos dado a la inversión grandes estímulos tributarios. Yo no puedo estar de acuerdo con la propuesta de algunos, que me pareció que usted la repitió esta noche doctor Ricardo, de una tarifa baja y plana para todo el mundo, por dos razones:
Porque eso acaba la progresividad necesaria en una comunidad con tanta inequidad, como la comunidad colombiana; y eso acaba con la necesidad de darle un tratamiento preferencial a los que invierten frente a los que no invierten.
Puede que en el futuro la situación social de formación, de construcción de capital físico y de capital humano indique que Colombia les debe dar el mismo tratamiento tributario a todos. Por ahora yo creo que hay que preferir la inversión.
Por eso lo que ha hecho este Gobierno es no hacer grandes reducciones a las tarifas contributivas, sino estimular la inversión. Que la deducción, que las zonas francas, que algunas exenciones al sector turístico, a la reforestación.
Nosotros deberíamos tener 3 millones de hectáreas reforestadas, teníamos 120 mil, ahora esta creciendo ¿Pero qué pasó con eso? Las reformas tributarias y la violencia eliminaron todos los incentivos y el país paró la reforestación.
Nosotros hemos hecho una introducción de incentivos a la inversión muy pensada, muy discutida, y lo que se está haciendo ahora en el Congreso es eliminar excesos para poder consolidarlos. Cuando apenas Colombia empieza a ser un gran destino de inversión, quitar esos incentivos es hacer un daño.
Hace poco tiempo yo me encontraba con un empresario chino y me dijo: “Tengo la fabrica de confites mas grande de China y quiero poner una en America y estoy pensando en Colombia. Hace unos años yo sabía de Colombia por violencia, ahora todo lo que me han hablado de Colombia me hacen pensar en Colombia como el país para instalar esa fabrica”.
Entonces cuando el mundo está empezando a pensar en Colombia como destino de inversión, cuando sabemos que hay que darle mucho tiempo a los estímulos para que maduren, para que generen los proyectos, cuando sabemos que los empresarios no toman decisiones de inversión de la noche a la mañana, ¿vamos a quitar los estímulos? Yo creo que sería un error, yo creo que sería un error, apreciados compatriotas.
Por eso he creído que además de reelegir la Seguridad Democrática hay que reelegir la confianza inversionista, a ver si entre ambas este país puede resolver el problema de pobreza y de inequidad.
Y uno no puede mirar los parafiscales separadamente. Uno los tiene que mirar con el impuesto de renta, uno los tiene que mirar con los incentivos.
Nosotros tuvimos que subir el impuesto de renta al 38 y medio (por ciento) pero lo hemos bajado al 33. Queda eliminado timbre, queda eliminado timbre. Se eliminó el impuesto de remesas. Hay una deducción tributaria a las nuevas inversiones, que en los últimos años ha sido del 40 por ciento, hemos propuesto al Congreso reducirla al 30, porque la experiencia 2003-2006 con una deducción del 30 fue muy útil.
Tenemos 55 zonas francas aprobadas. Entonces me dirán algunos: ‘Sí, pero es que son estímulos a la inversión, no al empleo’.
Yo hago una pregunta, y se la he formulado muchas veces a los economistas y no la contestan: ¿En una economía que cada día se tiene que integrar más a la economía mundial, se puede diferenciar el conjunto de estímulos a la inversión del conjunto de estímulos al empleo? Yo creo que no.
Uno puede decirle a los empleadores: Miren, aquí se acabaron los parafiscales y si no hay garantías de inversión, si no hay factibilidad en los proyectos de inversión no invierten.
Yo diría que en una economía que está obligada a ser competitiva y que no puede competir, que no puede competir con empleos de mala calidad, porque algo bueno para hacer sostenible los acuerdos de comercio, es que los acuerdos de comercio hoy tienen un capítulo muy importante, que es el capítulo de los derechos de los trabajadores.
Entonces una economía así integrada, que está en este proceso, yo creo que tiene que pensar que el mejor camino para generar empleo es el de la promoción de la inversión. Cuando yo lo digo a los que dicen: ‘Hay un sesgo Ustedes estimulan a la inversión pero no estimulan el empleo’. Yo les contesto: ¿Pero cómo estimulamos el empleo sin estimular la inversión.
Entonces yo creo, apreciado doctor Ricardo, que ese sesgo no lo hay.
Pregunta: Presidente, el último tema, el de la infraestructura. Imagino que usted en los diferentes encuentros que tiene escucha lo de las inquietudes sobre esto, reconociendo que por ejemplo este año vamos a tener 200 kilómetros de doble calzada.
Presidente Álvaro Uribe: No, cuando empezó el Gobierno teníamos 54, este año terminamos con más de 600.
Pregunta: No me refiero a que se construyen este año. De tal manera que es el ritmo mas alto, según entiendo, en la historia del país. Pero una pregunta muy sencilla es ¿por qué es tan lento el desarrollo de la infraestructura, sobretodo la vial, en Colombia?
Presidente Álvaro Uribe: Le voy a decir porque. Todas las concesiones de primera generación estaban quebradas. El primer esfuerzo que tuvo que hacer el Gobierno nuestro fue superar los pleitos con todos.
Usted mencionó la Ruta del Sol. Recuerden el pleito de Commsa, que lo encontramos nosotros. Apenas lo pudimos arreglar el año pasado. Todas las concesiones de primera generación estaban en quiebra, en pleito. Hoy están todas operando, las hemos sacado adelante.
Todas las concesiones de última generación que ha asignado este Gobierno van bien y se han asignado honorablemente.
Y ahora hay una gran cantidad de proyectos en marcha y grandes y estructurales, como la carretera Arauca-Bogota con los túneles a Buenaventura (Valle del Cauca). Porque no teníamos proyectos, solamente ideas.
La IFC (Corporación Financiera Internacional) del Banco Mundial tomó mucho tiempo en este proyecto de la Ruta del Sol, porque la ingeniería colombiana no estaba equipada y porque al mismo Gobierno le dio miedo.
La situación fiscal de los primeros años de Gobierno frenó mucho la inversión en infraestructura. Nos sentíamos sin los recursos, creo que está despegando y bien. Y hoy hay más facilidad de conseguir recursos externos a más largo plazo, a menos tasa de interés. Y hay mucho interés también de la ingeniería internacional de participar en Colombia y de participar con capital.
Yo tengo fe que eso despegue, doctor Ricardo. Que va despegando, usted encuentra en todo el país obras bien importantes.
Ahora, la otra cosa es que de esta ciudad de Bogota –a mí me parece esta ciudad un prodigio- sí, la meseta andina más grande y más bella, pero estamos a mil kilómetros del Caribe y a 580 kilómetros de Buenaventura. La geografía colombiana ha sido muy difícil para esa infraestructura. Yo tengo fe y en buena hora llega la posibilidad de que eso se va a ver un gran avance en los últimos años con todos los proyectos asignados.
Pregunta: ¿Y usted no cree que no hay que cambiar el esquema institucional, un poco del Ministerio de Transporte, especializarlo y crear esa especie de gran gerencia de los proyectos viales que algunos recomiendan? Que allí hay un cuello de botella que impide que las obras sean con más rapidez y que incluso se presentan tristemente a veces escándalos de corrupción.
Presidente Álvaro Uribe: Como el del Inco, que lo denuncio el Gobierno. Y después de denunciarlo y tomar unas decisiones administrativas ya no podemos ir más allá, porque tenemos que esperar lo que dicen los jueces. Yo creo que el esquema institucional está hoy bien concebido. Hay un tema que se discute: Si en el Ministerio se debe mantener o si en el Ministerio se debe de excluir el tema de las regulaciones de transporte
Hay quienes proponen una comisión de regulación, pero otros dicen que dada esa distribución tan difícil de manejar de competencias entre la Nación, los departamentos y los municipios, es mejor que el Ministerio haga esa coordinación que no una comisión de regulación. Ese es un tema institucional que falta por definir.
La Ley Agro Ingreso Seguro por qué la impulsó el Gobierno. Por muchas razones. El mundo necesita duplicar la producción de alimentos para el año 2030. Cuando entramos a negociar los tratados internacionales de comercio, el primero fue Comunidad Andina-Mercosur, después empezamos otros, especialmente el de Estados Unidos, hubo muchas dificultades con el sector agropecuario.
Si nos van a poner a competir, den los caminos para ser productivos, competitivos. Hay varias discusiones.
Empiezo por aceptar lo siguiente: en el fraccionamiento de predios, para poder obtener unos recursos que excedan, acumulados, los topes de la Ley, hay trampa.
Han denunciado 10 casos. Se discutirá ahora por los abogados, porque hay quienes dicen: ‘Sí, es que se le puso tope al proyecto’. Pero eso no niega que una finca pueda tener varios proyectos.
Yo creo que ahí hay un alegato jurídico injusto, por eso el Gobierno está pretendiendo que devuelvan esos recursos.
Creo que no solamente la reglamentación tiene que ponerle tope al monto del proyecto, sino también evitar expresamente el fraccionamiento de predios.
Se dice que es una ley –aquí los sectores políticos son muy amigos de los ricos, para pedirles plata para las campañas, pero se mantiene un discurso muy demagógico a la hora de buscar normas de competitividad- que es una ley para los ricos, que está discriminando a los pobres, que los estímulos tributarios son regalos a los ricos, etcétera.
Veamos ese tema. El 99 por ciento de las 316 mil familias beneficiarias de Agro Ingreso Seguro es un porcentaje constituido entre pequeños y medianos agricultores que se han llevado el 84 por ciento de los recursos.
¿Qué piensa el Gobierno del tema en los ajustes que hay que hacerle a la reglamentación de la ley?
Yo creo, por ejemplo, que en el riego intrapredial los empresarios medianos y grandes pueden hacer los esfuerzos de instalarlo. Si en una finca pusieron en la parte exterior la boquilla de riego, si esa finca es de un mediano o de un grande, que el esfuerzo de poner el riego al interior del predio lo haga ese empresario.
Tiene los estímulos tributarios, tiene los créditos, yo creo que no necesita los aportes.
Esa decisión se ha tomado. Todo va para los pequeños y los pequeños se han beneficiado enormemente. Hay que ver lo de Nariño, lo de otros departamentos. El país poco a poco lo ha venido conociendo.
Pero si a mí me dicen: para que el país haga la revolución de los biocombustibles o para que el país haga la revolución de la reforestación, uno no puede prescindir de los grandes. Los únicos que han reforestado en este país son los grandes.
Esos grandes proyectos que hay en la altillanura, donde Colombia va a tener una revolución, ya la empieza a ver en materia agropecuaria, lo hacen grandes productores.
Hay que estimularlos, no les podemos negar esos estímulos. Además en el pasado no se les había negado el ICR, por ejemplo. Lo que pasa es que ahora es más grande, por la Ley Agro Ingreso Seguro.
Y hemos hecho una cosa bien importante, que es asociar los pequeños con los grandes.
Usted va a Maríalabaja y encuentra esa cantidad de propietarios de 5, 10, 15 hectáreas. Ninguno ha vendido la finca, el pequeño predio. Y eso pasó de ser un rastrojo de la vieja reforma agraria, a ser un predio productivo hoy de palma africana, asociados con grandes.
Entonces nosotros a esa asociación le tenemos que ayudar.
Al pequeño le ayudamos con un ICR del 40 (por ciento) al grande con un ICR del 20 (por ciento) y a la asociación le ayudamos para que pueda hacer la parte industrial. El país no puede negar eso, eso es una necesidad. Ahí tiene el país una gran posibilidad de competitividad.
Y entonces veamos otro tema: los bancos, Finagro, el tema de personas pedidas por la justicia. Se ha explicado claramente qué sucedió con esas personas, cómo esos requerimientos fueron posteriores.
Lo que hemos pedido ahora es que los bancos y Finagro, al redescontar un crédito, no solamente pidan las listas judiciales sino que hagan una publicación previa de las personas que están solicitando ICR, a ver quién tiene una glosa.
Como también le he pedido al Ministro (de Agricultura) que en esta adjudicación que se va a hacer, toda a pequeños propietarios, para riego intrapredial, antes de que queden definitivamente asignados los recursos, se haga la tercera publicación.
Hoy hacemos dos publicaciones, se haría la tercera publicación. Yo creo que todo eso ayuda.
Mire, yo le admiro al doctor Carlos Lleras, entre muchas cosas, los distritos de riego que construyó. Unas obras las hizo ese gobierno y bien hechas. Eso se había acabado en el país, pero se había acabado. No es sino ir a los del Atlántico. Este Gobierno los ha reconstruido todos.
El país tenía 40 años de espera por el distrito multipropósito del río Ranchería. Está en plena construcción y bien avanzado. Todo para pequeños propietarios. En el debate eso no se ha dicho.
El país tenía la expectativa durante 40 años del Triángulo del sur, en el Tolima. En plena construcción. Todo para microfundio.
Paicol-Tesalia, en el Huila, en plena construcción. Todo para microfundio. Son temas importantes.
En la distribución de tierras yo creo que en el país nos equivocamos. Aquí hubo mucha compra corrupta de tierras para desencartar propietarios y se compraban pedreros y se les distribuían a los campesinos. Se desencartaba al propietario y se encartaba al campesino.
Este Gobierno ha asignado más de 200 mil hectáreas con proyecto productivo. Yo creo que ese es un gran, gran paso, y eso lo vamos a aumentar ahora en las nuevas convocatorias.
Y dicen: ‘No, es que es el Gobierno de los ricos. A la tierra ociosa no se le ponen impuestos’. Como obras son amores y no buenas razones, en toda la actualización catastral hay los siguientes resultados. Me gustaría que verificaran estas cifras.
Cuando el Gobierno empezó, el avaluo catastral de la Colombia rural valía algo por encima de 30 billones, hoy vale por encima de 71 billones.
O sea que este Gobierno ha dado estímulos, pero ha gravado la tierra. Yo le pedí al Codazzi (Instituto Geográfico Agustín Codazzi) que nos diera esas cifras, porque el país no las ha discutido. Y el Gobierno sí lo vive cada ocho días, que le salen en los consejos comunitarios a reclamarle por el aumento de los avalúos catastrales.
He mantenido muy presente aquí el librito de don Hernán Echavarría, ‘El Sentido Común de la Reforma Agraria’, y si algo ha avanzado este Gobierno es en el gravamen de la tierra ociosa.
Yo creo que hay que hacerle unos mejoramientos en el reglamento a la Ley Agro Ingreso Seguro, el Gobierno está de acuerdo con eso. Para mí el ideal es que el Gobierno descubra los casos de corrupción, los denuncie y los sancione.
Faltando pocos días para las elecciones de 2006 llegó el Ministro Arias a la oficina, un viernes, a decirme: ‘Presidente, tengo estos casos de corrupción en tales entidades’. Y alguien dijo: ‘Dejémoslo para después de elecciones’. Y le dije: no, no, ya. Primero el interés nacional que un interés electoral subalterno. Despedimos a los funcionarios, se tomaron todas, todas las medidas.
Yo le he dicho a los compañeros del Gobierno: descubramos nosotros mismos, denunciemos la corrupción. No esperemos que llegue un medio de comunicación con una unidad investigativa a esclarecer, a sacar dónde está la corrupción.
En este caso la denuncia que hizo la Revista Cambio, yo creo que al Gobierno le faltó estudiar la denuncia a tiempo, no reaccionar con la presunción de que todo estaba bien hecho y reconocer a tiempo que esos casos de fraccionamiento, en concepto de muchos, constituyen una grave falta ética.
En concepto de otros, que yo comparto, constituyen una falta ética y jurídica, porque violan aquella norma que prohíbe inducir a alguien, inducir a alguien a un fraude. Un delito que tiene un nombre parecido a la inducción al fraude.
Todo eso hay que corregirlo, pero la Ley es una gran Ley. Yo me pregunto: ¿Qué sería de este país si no hubiera rebajado el desempleo del campo al 8 por ciento? Me pregunto: ¿Qué hubiera sido de este país si no hubiera aumentado en este Gobierno la producción de alimentos en 5 millones de toneladas? Cuánto incide eso en la disminución de la inflación.
Por eso, como este año le ha ido mal al sector agropecuario por el tema de exportaciones, precios, revaluación, hemos tomado una medida. La medida que para el año entrante, el Gobierno Nacional a través de Finagro, por un año, le condona la totalidad de los intereses a los pequeños productores del campo, y a los medianos productores les condona el 40 por ciento de esos intereses, para créditos vinculados al campo que no excedan 300 millones.
Eso para qué, para garantizar que sigamos en este avance de producción de alimentos, para garantizarle a este país una inflación baja en el largo plazo, que es lo que finalmente nos puede dar la posibilidad de tener créditos de largo plazo a baja tasa de interés y es lo que nos reencuentra con el sendero de la eliminación de la miseria.
Y todos esos casos se han dado a la Ley Agro Ingreso Seguro.
Seguridad Democrática
Un último tema, el tema de la Política de Seguridad Democrática, que ha avanzado mucho y que todos los días hay que estarla corrigiendo. Los voy a invitar a ustedes a que hagan una reflexión.
Estamos en la víspera del Bicentenario. Este país ha tenido… yo me he dado a la tarea en estos días de mirar los aspectos buenos de cada Gobierno, si quiere pregúnteme por cualquier Gobierno y brego objetivamente a contestarle los aspectos buenos. He bregado a hacer el retrovisor de lo positivo. ¿Qué Gobierno se le ocurre a usted? De los vivos y de los muertos
Pregunta: Le voy a preguntar por el de (César) Gaviria.
Presidente Uribe: Si, yo le reconozco al Gobierno de Gaviria la Ley 142, la determinación que tuvo para apoyarnos la Reforma Laboral del 90. Reconozco aspectos de la Constitución del 91, de otros discrepo muy respetuosamente.
Hay que ver el retrovisor positivo.
Entonces me he puesto a mirar cuidadosamente lo que dicen nuestros historiadores de estos dos siglos y digo: un país con buenos gobernantes, buenas políticas públicas, buenos líderes ¿Por qué no ha tenido tan buenos resultados?
Historiadores, sociólogos, economistas entrarán a dar muchas explicaciones, yo creo en una de ellas: este país no ha tenido sino 47 años de paz en dos siglos de vida independiente.
El Libertador no pudo dedicar su talento al buen Gobierno. Cuando regresaba del sur tenía que ocuparse de apaciguar la desintegración de la Gran Colombia por Páez en Venezuela, o por el General Juan José Flores en el Ecuador.
Ustedes saben cómo fueron las guerras entre los mismos sectores de la Independencia y lo que pasó con el General Piar, y con el Almirante Padilla y con José María Córdova y con esa generación de la Iluminación de Torres y Caldas. Y lo que pasó, lo poquito que duró la revolución educativa del General Santander.
En esos siete años de paz alrededor del Gobierno de Núñez hubo un gran florecimiento de la caficultura en la Colombia Andina y de florecimiento industrial en el Caribe. Pero eso se sucedió rápidamente con la Guerra Civil del 95. Y no había terminado y vino la Guerra Civil de los Mil Días, mil 128 días de guerra, 100 mil muertos y la separación de Panamá.
Y el país no había recogido los frutos de tres buenos gobiernos: Reyes, Pedro Nel Ospina, el Gobierno prodigioso de Alfonso López Pumarejo –que no era un Gobierno para enfrentar trabajadores y empresarios, ricos y pobres, no, fue un Gobierno del gran consenso- el Gobierno promotor de la modernidad empresarial y al mismo tiempo de los derechos de los trabajadores.
Porque yo que pertenezco a la base de ese partido –de la única que no me podrán echar- también tengo derecho a reivindicar cuál ha sido la orientación filosófica de esos Gobiernos.
Y no habíamos cosechado los frutos y vino la violencia partidista. Habíamos hecho la paz de la guerra entre septiembre y noviembre de 1902, en esos tres tratados y ya en los años 40 estábamos en la violencia partidista. Y el Frente Nacional no había acabado de producir sus frutos y ya en los 60 (años 60) estábamos con las guerrillas marxistas y el paramilitarismo, y el narcotráfico, y el narcoterrorismo.
Las generaciones vivas desde 1940 no han vivido un día completo de paz. Diría yo que este país no tuvo en los dos siglos anteriores la prosperidad que pudo tener, entre otras cosas, por la violencia.
Por eso, para que este sea un siglo de desquite, tiene que ser un siglo de muchas cosas buenas, empezando por la seguridad, que es el único camino a la paz. A mí me da miedo de la debilidad de la autoridad y eso me crea encrucijadas del alma, apreciado doctor Ricardo.
Los felicito a todos, muchas gracias.
|