Ciudad de Guatemala, 13 oct (SP). “Muchas, gracias señor Alcalde (de Ciudad de Guatemala Álvaro Arzú). Aprecio inmensamente poder reunirme con usted y llevaré siempre esa llaves, como una señal que habrá de recordar, por lo días de los días, el afecto por esta tierra, por nuestro compatriotas, nuestros hermanos de Guatemala, y el reconocimiento a usted.
Unas llaves que los colombianos nunca han necesitado, porque ustedes generosamente han mantenido abiertas las puertas de Guatemala para nosotros los colombianos.
Me honra mucho recibirlas de usted, señor Presidente (de Guatemala, Álvaro Colom), un servidor público de misión de vida, no coleccionista de honores. Un servidor público de todas las horas. Lo mismo en la Presidencia haciendo la paz, que en la Alcaldía construyendo bienestar. Eso es admirable. Una carrera pública convertida en una misión de vida, en una misión de servicio.
El Alcalde, la autoridad más cercana, aquella a la acude la queja popular cuando se le siente. Aquella que se vincula con lo bueno y con lo malo. Aquella que se siente con la posibilidad de que el ciudadano la puede asir. Una responsabilidad muy grande, porque el Presidente puede mantener distancia. El alcalde no puede alejarse ni un minuto. El Alcalde tiene que estar en permanente contacto con el ciudadano.
Estamos haciendo un esfuerzo enorme en Colombia por trabajar para el rescate de la seguridad. Usted rescató la paz de Guatemala. Estamos haciendo un esfuerzo en Colombia grande para construir confianza de inversión. Ustedes, con sus tesis, con sus programas, la dan en Guatemala, en esta ciudad capital. Estamos haciendo un gran esfuerzo en Colombia para avanzar en salud, en educación, en nutrición, en todo lo que es cohesión social.
Veía ahora su sistema de transporte masivo. Un esfuerzo enorme, porque aquí lo han hecho con los recursos de la municipalidad. Allá en los sistemas de Bogotá y de otras ocho ciudades, concurren el Gobierno central con el 70 por ciento y hay una inversión muy importante de los particulares, como concesionarios de los equipos, operadores de los mismos y manejadores del recaudo y del control.
Quiero felicitarlo, señor Alcalde, por esos esfuerzos tan grandes. Quiero decirle que me honra mucho, en Colombia, en nombre de la Seguridad Democrática, en estos siete largos años, haber podido construir gobernabilidad en el buen entendimiento con 1.102 alcaldes que elige Colombia.
El Gobierno central que presido ha procurado construir con ellos un gran entendimiento, una gran gobernabilidad, otorgando y pidiendo, con un diálogo contractivo de todas las horas, y además con los 32 gobernadores también de elección popular, sin detenernos en el origen político de su elección. Trabajamos con todos ellos, independientemente del origen político de su elección.
Las alcaldías para mí son un símbolo de ampliación democrática, un símbolo de posibilidades de gobernabilidad, y un símbolo de reconstrucción de paz. Colombia demoró muchos años, más de un siglo, en el debate de la elección popular de alcaldes. Casi no se introduce en nuestro país la elección popular de alcaldes. El partido que se había opuesto históricamente a la elección popular de alcaldes, paradójicamente fue el partido que la introdujo en 1988. Los que la habían debatido durante 100 años la introdujeron en 1988.
Las guerrillas colombianos, que pasaron de ser ideólogas del marxismo, a ser mercenarias de narcotráfico, nos enviaban a los universitarios de los año 70 el mensaje de que harían paz el día que Colombia adoptara la elección popular de alcaldes y la elección popular de gobernadores. Ellos consideraban esos pasos como pasos fundamentales de ampliación democrática.
El país lo logró. Y al otro día de aprobados esos pasos de ampliación democrática, quienes en la víspera los reclamaban, se convirtieron en los sicarios que asesinaban a los alcaldes y buscaban asaltar los presupuestos.
Cuando nosotros llegamos, 400 alcaldes de Colombia no podía desempeñar sus labores: 400 de 1.102. Porque estaban todos desalojados de sus municipios por el terrorismo. Hoy los 1.102 alcaldes de Colombia se desempeñan en sus municipios rodeados de nuestra política democrática de seguridad.
Por eso me honra mucho recibir estas llaves del Alcalde de la Ciudad de Guatemala, del Presidente de la Paz de Guatemala, de un servidor público, no por momentos, no por estaciones, no por años sabáticos, sino por misión de vida, como es usted señor Presidente y señor Alcalde Arzú.
Sabemos de sus preocupaciones por la familia. Hace pocos días, reunidos en la ciudad de Medellín, examinando caminos para derrotar la criminalidad, varios ciudadanos levantaron la mano y hablaron, y dijeron: ‘Presidente, muy bien la Fuerza Pública, muy bien su tesis ilegalizar el consumo de droga, pero por encima de todo eso necesitamos responsabilidad de los padres de familia’.
Comprendo qué es lo que usted viene reclamando con sus tesis: responsabilidad de los padres de familia. La violencia juvenil. El rescate de la responsabilidad desde la primera edad, la decisión de que los jóvenes se mantengan independientes, se mantengan aparte de las drogas y de los caminos de la criminalidad, es obra de todos, y tiene que empezar por los padres de familia. De ahí que nosotros miramos con mucho respeto su convocatoria a los padres de familia.
Hoy en el Parlamento de Guatemala hablábamos de la hermana Honduras, con prudencia. Nosotros hemos apoyado el proceso de la OEA, la mediación del Presidente Arias. Apoyamos el diálogo directo del pueblo hondureño.
Creemos en dos principios: en el principio de la autonomía de los pueblos, en el principio de la no intervención. Pero creemos en un valor que condiciona el ejercicio de ambos principios: el respeto a la democracia. Deseamos que se supere rápidamente esta enorme dificultad en Honduras.
Y ojalá se den todos los supuestos de hecho y los validadores para que, surtido el proceso electoral de Honduras, nadie en el mundo pueda levantar la mano para proponerle objeciones. Ese es nuestro deseo, señor Presidente y señor Alcalde Álvaro Arzú.
Todo lo que podamos hacer para aumentar esta integración con Guatemala, con Centroamérica, nosotros estamos dispuestos. En estos años fue muy grato poder Colombia ingresar al Plan Panamá-Puebla. Ya estamos en el proceso de iniciar la construcción de la vía de interconexión de Colombia a Panamá, que habrá de complementar la línea de interconexión de México a Guatemala y a los demás países centroamericanos. Ojalá entre en los próximos años en servicio.
Y todo lo que podamos hacer para que esa integración llegue al nivel de las alcaldías, como ustedes lo están proponiendo en Centroamérica, cuenten con nosotros. Sería muy grato albergarlos en esas reuniones en Colombia, en el momento en que ustedes lo digan y en la ciudad colombiana a la cual quieran asistir.
Expreso a todos ustedes, muy apreciados integrantes de la Alcaldía del doctor Álvaro Arzú, muy apreciados integrantes del Concejo de Ciudad de Guatemala, nuestra gratitud. Estas llaves nos las llevamos en el corazón como llaves de la hermandad.
Hago votos por el éxito de esta gran Nación, por el éxito de esta democracia. Necesitamos el éxito de Guatemala, porque es un punto de referencia muy importante para la democracia de libertades.
Hoy tienen que ganar las democracias de libertades en el continente, para que las opciones que restringen libertades vean el espejo constructivo de los triunfos de aquellos que amplían plenamente las libertades: la libertad de emprendimiento, las libertades políticas, las garantías individuales y el conjunto de las libertades.
A todos, muchas gracias. Muchas gracias, Presidente y Alcalde Álvaro Arzú”.
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