Bogotá, 29 oct (SP). “Acudimos hoy al Congreso Agropecuario Nacional en un momento de dificultades, en un momento de grandes debates, pero también con un país dotado con mejores instrumentos para el desarrollo del campo.
Quiero, en primer lugar, felicitar a la SAC por su presencia en la vida nacional de tanto aporte constructivo. A quienes la han dirigido a la largo de la historia, a sus actuales directivos.
Quiero destacar la labor gremial del doctor Rafael Mejía López, llena de patriotismo, ayudando en todos los momentos a los más difíciles temas, como son aquellos de la inserción de Colombia en la economía internacional, los problemas que a diario padecen productores, por precios, costos, mercados.
A sus compañeros de gremio. Quiero exaltar la calidad de la dirigencia gremial de Colombia, una institución de gran importancia para la democracia y que siempre ha sabido poner el interés nacional por encima de cualquier reclamo particular.
Quiero felicitarlos por la publicación del libro sobre la agricultura colombiana, su historia, que se convierte en un texto de obligatoria consulta.
Y quiero felicitar a ese distinguido compatriota, ejemplo de investigación, de dedicación, de labor, de pedagogía, del doctor Gabriel Cadena Gómez (director del Centro Nacional de Investigaciones de Café, Cenocafé), distinguido hoy con la Orden al Mérito Agrícola.
Permítanme, apreciados agricultores de mi Patria, insertar el tema en el esquema elemental de nuestro Gobierno, hacer algunas referencias a los problemas de coyuntura, a la visión de largo plazo y escuchar a algunos de ustedes, para mantener la costumbre del diálogo que siempre nos ha ayudado a resolver tantas dificultades.
Para nosotros la palabra fundamental sigue siendo ‘confianza’, construir confianza en Colombia, tanto de parte de la comunidad doméstica como de la comunidad internacional.
Y el caminito de la confianza lo componen tres senderos, que van en paralelo e inseparables: el de la seguridad con valores democráticos, el de la promoción de la inversión y el de la política de cohesión social.
La violencia y el agro colombiano
Hemos mejorado en seguridad, pero reconocemos que no se ha puesto fin a las amenazas. Un país que ha vivido durante tanto tiempo en medio de la violencia requiere un propósito continuado, ahí sí, una política de Estado sin dobleces y sin declives para poder recuperar totalmente la seguridad.
Ahora que estamos en la víspera del Bicentenario, es bueno recordar es bueno recordar la relación entre la seguridad y la producción a lo largo de la historia de Colombia, y también recordar todos los periodos de violencia que hemos vivido. En el Siglo XIX apenas tuvimos contadas horas de paz.
No pudo la Constitución de 1863 traerle al país, a pesar de su espíritu de libertades, de descentralización, todavía más, de desfederalización, una paz estable.
Y poco duró la paz que visionariamente se obtuvo en la administración del Presidente Núñez. Pero en ese corto periodo de paz, antes de que estallara la guerra del 95, que se anticipó a la Guerra Civil de los Mil Días, no de mil días, de 1.128 días y de cien mil muertos, en un pequeño periodo de paz floreció la agricultura y también la industria al interior del país y en el Litoral Caribe.
La historia de Colombia, escrita por personas tan importantes como el doctor Rodolfo Segovia, nos muestra cómo ha habido esa coincidencia entre los cortos periodos de paz y el avance del sector agropecuario.
La economía cafetera tiene un gran auge entre octubre de 1902, cuando se firman los pactos que le ponen punto final a la Guerra del los 1.128 Días, y principio de los años 40, cuando estalla el periodo de violencia, de diferentes orígenes, de diferentes explicaciones que todavía no hemos podido superar.
Ese periodo de paz le permite al país grandes avances. Cuando la historiadora Rosemary Thorpe, en un trabajo para el Banco Interamericano de Desarrollo, estudia el comportamiento de las economías latinoamericanas en el siglo XX, destaca para Colombia tres o cuatro decisiones:
En política cafetera, la creación del Fondo Nacional del Café, la construcción de la Federación Nacional de Cafeteros, la decisión del Gobierno y del gremio de que fuera este último el que administrara el Fondo. Eso se da en periodos de relativa paz.
Y concluye la historiadora que esas decisiones permitieron que en Colombia se consolidara una agricultura caficultora de mediana y pequeña propiedad, para bien de nuestra democracia.
La agricultura no ha vivido inmune a la violencia, ha pagado su más alto costo. Incluso hay investigaciones todavía para hacer. En los años de la apertura unilateral, en los cuales se presentó una gran contracción del área sembrada en Colombia, se dio también un avance muy dañino de la violencia.
Y habrá que estudiar cómo concurrieron los fenómenos aperturistas con el crecimiento de la violencia para producir ese resultado que fue la postración del agro colombiano.
Me parece que examinar todos estos temas es bien importante ahora que entramos en la conmemoración del Bicentenario.
Yo he venido atisbando ante mis compatriotas la tesis, no desde el punto de vista de tratar de competirles a los historiadores, pero sí desde el punto de vista de la visión pública, de que Colombia ha tenido mejores liderazgos que resultados, mejores gobiernos que resultados, mejores políticas públicas que resultados. Y ese desequilibrio lo explica la circunstancia de que apenas vivimos unos pocos días de paz en el Siglo XIX y en el Siglo XX escasos 40 años de paz.
Hemos tenido ese elemento transversal de la violencia, que nos ha hecho muchísimo daño. Y cómo ha maltratado al sector agropecuario.
Intangibles de la Seguridad Democrática
Estamos avanzando en superar esa violencia, pero no nos podemos descuidar un minuto.
Quisiera hoy comentar con ustedes algunos intangibles: se han recuperado dos monopolios: el monopolio para combatir a los criminales y el monopolio para administrar justicia.
El país ha desmontado el paramilitarismo, se vienen creando todos los días más sólidos lazos que vinculan a los ciudadanos con la Fuerza Pública, se viene creando esa fábrica de confianza, ese tejido de confianza entre la ciudadanía y la Fuerza Pública.
La Fuerza Pública cada día entiende más su misión de proteger ese monopolio a través de un ejercicio de la seguridad con eficacia y con transparencia. Y la ciudadanía comprende que el único camino en nuestra democracia es el camino de la seguridad institucional, el camino de la seguridad derivada del cumplimiento de la ley y de la tarea de la Fuerza Pública.
La justicia en Colombia es autónoma, independiente; pero ustedes lo saben, porque han vivido en el campo colombiano, que en muchas regiones de la Patria fiscales y jueces fueron desplazados y relegados por cabecillas del terrorismo. Hoy la justicia colombiana ha recuperado su vigencia en todo el territorio.
Las víctimas no reclamaban porque lo encontraban inútil o temían; tenemos registradas 270 mil víctimas y estamos en un proceso de reparación, proceso bastante costoso, en la seguridad de que reparación total no hay, pero todo esfuerzo de reparación anula semillas de odio, elimina reacciones de venganza.
Hemos enfrentado este desafío terrorista con toda la determinación, buscando que las nuevas generaciones puedan vivir en un país en paz. Si ustedes me preguntaran, apreciados agricultores de la Patria, cuál es la mejor reparación, no vacilaría en contestar el derecho a la no repetición.
Nada ganamos si reparamos pecuniariamente a unas familias por sus duelos, si gastamos ingente suma del presupuesto en ello y el país no recupera plenamente la seguridad. El derecho a la no repetición es la mejor reparación al dolor de las generaciones que han padecido esta violencia y la mejor seguridad al alborozo y la confianza en Colombia de las nuevas generaciones.
La descentralización en Colombia es una institución bien importante de la democracia. Esta Patria ejecuta del total del gasto público un 52 por ciento a través de las entidades locales y territoriales.
Elegimos 32 gobernadores y mil 102 alcaldes. ¿Qué ocurría? Teníamos 400 alcaldes asilados, el terrorismo no les permitía cumplir sus funciones en sus municipios; hoy todos los alcaldes de la Patria están en sus municipios, rodeados de las garantías de la Seguridad Democrática, independientemente del origen político de su elección.
Este Gobierno, en el proceso de construir unidad de Patria, ha procurado tener un gran entendimiento con todos los alcaldes y los gobernadores, sin detenernos en sus ideas políticas, en sus acuerdos o desacuerdos frente al Gobierno Nacional y frente a las ideas del Presidente de la República.
El terrorismo había infiltrado los presupuestos, había abierto los caminos para robarse cuantiosas sumas de los recursos descentralizados, de las regalías; hoy la Seguridad Democrática ha cerrado los caminos que abrió el terrorismo. Necesitamos que la transparencia no le permita abrir otros caminos a la corrupción.
Y algo bien importante para nuestros valores democráticos: esta política de seguridad se ha hecho sin legislación marcial, sin legislación de Estado de sitio, al contrario, con legislación ordinaria; sin supresión de libertades, al contrario, con plenitud de libertades.
Sin negar la vigilancia en materia de derechos humanos a la comunidad internacional; todo lo contrario, aquí llegan, ejercen plenamente sus libertades, no se les exige visa y no tienen una sola restricción en Colombia.
Esta política se ha adelantado sin censura de prensa; al contrario, con plena libertad. Está política se ha adelantado sin discriminación; al contrario, para todos los colombianos; tenemos 10 mil colombianos con protección individual directa.
La oposición radical cuenta, gracias a la seguridad en este Gobierno, con unas garantías que el terrorismo no le había permitido en períodos anteriores. Muchos de los críticos del actual Gobierno vivían en el exilio; hoy viven en Colombia rodeados de garantías y ejerciendo sin cortapisas, sin mordazas, sus libertades críticas.
Debemos persistir en la tarea de la seguridad con valores democráticos, mejorarla todos los días, pero no desistir ni aflojar.
Avances en confianza inversionista
En confianza inversionista, el país ha avanzado mucho, y ustedes lo han percibido en el campo. Este año la inversión extranjera directa en el mundo ha caído en un 44 por ciento; en Colombia en un 10 por ciento, pero ¿de dónde? Del año de mayor inversión extranjera directa, que fue el año pasado, con 10 mil 574 millones de dólares.
Fue el cuarto o el quinto de los años que llamaríamos del inicio del período de gran confianza en Colombia; un primer año de ese período con 6 mil 500, otro año con 8 mil 500, otro año con 9 mil 28; el año pasado 10 mil 574.
El informe, hasta hace pocos días, del Banco de la República, nos habla de 6 mil 700; a pesar de la caída en relación con el año pasado, vamos a estar dentro del rango elevado, que al compararlo con períodos anteriores, el país ha dado un gran salto, porque en periodos anteriores nos movíamos entre 400 millones de dólares y picos excepcionales de 2 mil.
Y la inversión en su conjunto, la tasa de inversión en su conjunto, también ha mejorado. Hemos pasado de tasas de inversión entre el 12 - 14 por ciento a tasas de inversión entre el 24 y el 28.
Este año, no obstante las dificultades de la economía, en el primer semestre la tasa de inversión fue del 25,9.
Si ustedes me preguntaran dos guías en las cuales tenga el actual Gobierno toda la confianza para el éxito de la economía colombiana, sin vacilación me referiría a dos: tasa altas sostenidas de inversión y acceso a mercados. Creo que esas dos guías pueden ayudarle enormemente a la economía colombiana.
Esas tasas de inversión se han logrado con reformas estructurales, todavía faltan muchas. El proceso reformista no puede estancarse, pero también hay que saber por que camino se le conduce. Pienso que los pueblos tienen que tener por allá insertado en el alma de cada ciudadano un objetivo, un camino y muy claros los límites para no salirse de ese camino.
Nosotros creemos en ese objetivo de la confianza, nosotros creemos en ese camino de la seguridad, la inversión y la política social. Tememos mucho a los bandazos, a que nos saquen de ese camino, y tememos también a que nos estanquemos. En este momento el Congreso de la República está tramitando otras reformas estructurales de gran importancia, como las reformas para agilizar la justicia.
Hemos avanzado en competitividad, a pesar del gran obstáculo que todavía el atraso de infraestructura se impone a la competitividad. Los indicadores recientemente, el Banco Mundial, en su escalafón de competitividad denominado el Doing Business, dijo que Colombia por tercer año consecutivo se ha ganado esa mención. Entre 130 países, ocupábamos el puesto 80; hoy entre 157 países de ese escalafón ocupamos el puesto 37. Somos hoy la cabeza en ese escalafón en toda America Latina, incluso por encima de Brasil, de Chile y de México. Pero ya empezamos el conjunto de reformas para que en el año 2010 Colombia vuelva a ganarse la mención del Banco Mundial.
Y el Foro Económico mundial reconoce que Colombia en el último año avanzó cinco puestos en competitividad. Reconocemos todo lo que falta, pero estas metas ayudan a estimular.
Recuerdo a uno de los profesores de liderazgo que solía decir: ‘El mejor estímulo a una ambiciosa meta de largo plazo, es ir ganando metas parciales’. Hemos hecho un gran esfuerzo, lo han hecho los compatriotas, para que la política de seguridad y la política de promoción de inversiones estén acompañas de la política social.
Y ahí tenemos también certificaciones importantes; el Banco Mundial ha expresado que Colombia, en el nivel de ingresos de países comparables, es uno de los países que más está avanzando en el índice de oportunidades para superar pobreza y construir equidad.
Y hace pocos días, Naciones Unidas reveló que la nueva calificación del Índice de Desarrollo Humano y concluyó que los país es que más avanzaron en el último periodo, después de China, son Colombia y Perú. Colombia ganó cinco posiciones. Ganar media posición en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas es dificilísimo.
Política social
Quiero referirme aquí a algunos temas de política social. Por ejemplo, en el tema de política educativa, nosotros en educación básica teníamos una cobertura del 78 por ciento, estamos llegando al ciento por ciento; en educación media la cobertura era del 57, estamos por encima del 80.
Cuando empezó este Gobierno, Colombia graduaba a 414 mil bachilleres, este año en grado 11 tenemos 737 mil estudiantes matriculados; teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, estamos por encima de millón 500 mil; con la nueva cobertura del Sena para formación titulada, llegaremos a millón 700 mil. Un gran salto en tasas de cobertura de nivel universitario: del 22 por ciento, y estaremos cerca del 38 por ciento.
En un año tan difícil para el fisco, nos faltarán 8 billones de pesos en el recaudo frente a lo inicialmente estimado, el Congreso nos ha ayudado con un enorme esfuerzo de 160 mil billones para seguir estimulando la educación universitaria.
Financiábamos a 60 mil estudiantes con el Icetex, hoy financiamos más de 250 mil.
Celebro inmensamente la creciente integración del Sena con el sector agropecuario, y agradezco la expresa referencia del doctor Mejía López en su discurso de instalación.
Esta institución ha pasado de formar un millón 100 mil colombianos y este año formará 6 millones y medio; tenía 41 mil colombianos matriculados en técnicas y tecnologías, hoy 295 mil; está adicionando otros 250 mil para oficios y actividades de emprendimiento novedosos, que le agreguen valor y le den nuevas posibilidades a nuestra economía.
En diciembre esta institución completará un millón de colombianos estudiando inglés a través de Internet, la mayoría de los profesores desde San Andrés.
Se ha hecho un gran esfuerzo en materia de investigación. La nueva Ley, y en medio de esta escasez de recursos fiscales, Colciencias en este Gobierno pasa de un presupuesto de 82 mil millones a un presupuesto para 2010 de 322 mil millones.
Pero eso no es todo. Ustedes saben que en los últimos tres años, la Ley Agro Ingreso Seguro ha dedicado a la investigación 250 mil millones de pesos, y que eso implica que los solicitantes de esos apoyos deben hacer aportes para proyectos de investigación en una suma equivalente. Quiere decir que la Ley Agro Ingreso Seguro, en los últimos tres años, en proyectos de investigación ha movilizado medio billón de pesos. Creo que es un buen salto.
Colombia, y el caso del doctor Cadena es un gran ejemplo, es un país que ha tenido mejores resultados en la investigación que cuantía de recursos. Diría que con pocos recursos uno encuentra extraordinarios resultados: que en Cenicafé (Centro Nacional de Investigaciones de Café), que en Cenicaña (Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia), que en los arroceros, que en la Corporación Colombia Internacional, que en la Corporación de Investigaciones Biológicas, para no indicar sino unas pocas instituciones.
Tenemos mucha fe en el proceso investigativo para el campo colombiano.
Hemos avanzado mucho en instituciones como Bienestar Familiar, en programas como el programa Familias en Acción; hoy tenemos en este programa 2 millones 840 mil familias, las más pobres del país. Reciben un subsidio a condición de la matrícula educativa de sus hijos. Garantizarles el ciclo estudiantil completo a los sectores más pobres, será el principio de transformación para bien de nuestra sociedad democrática.
Y Bienestar Familiar ha logrado pasar de cinco millones de usuarios a 12 millones de usuarios. El país se aproxima a plena cobertura en nutrición para los niñitos menores de cinco años.
Preocupaciones en materia social
Por supuesto, en todo hay enormes faltantes. Si ustedes me preguntaran faltantes y grandes preocupaciones, en faltantes les diría: infraestructura educativa. Con las salvedades de Bogotá y Medellín, en el resto del país los aumentos de cobertura nos han desbordado.
A pesar de que en agosto estaremos en un 80 por ciento de conectividad en la matricula oficial con banda ancha, todavía los desequilibrios regionales son inmensos.
Y si ustedes me preguntaran por grandes preocupaciones en materia social, les diría: vivienda. Hemos pasado el presupuesto de 150 mil a más de 800 mil, pero todavía tenemos atrasos enormes.
Una segunda preocupación: de una población ocupada de 18 millones de colombianos, hay el riesgo de que 9 millones de estos trabajadores, una vez envejezcan, lleguen a la edad de pensionarse, no hayan constituido provisiones para pensionarse.
A pesar del gran aumento en las coberturas en salud, en riesgos profesionales y en pensiones, todavía tenemos este enorme desafío. Por eso hemos aprobado recientemente la norma que permitirá al Gobierno, en favor de los sectores más pobres, hacerles un aporte para un ingreso de retiro, cuando llegada la edad de pensión no hayan podido completar los requisitos para el beneficio pensional.
Impuesto al patrimonio
Es muy importante llevar de la mano la política social con la política de promoción de inversiones y la política de seguridad. Esta política social se diseñado también para acompañar la política de seguridad y la Ley Agro Ingreso Seguro para acompañar la política de seguridad. Pediría al país la reflexión de entenderlas como componentes de un todo inseparable.
Cuando empezó nuestro Gobierno, decían: ‘Uribe va a hacer guerra, paramilitar, de derecha, fascista, militarista, no va a haber política social’. Hemos procurado tener un avance tan importante en política social como en seguridad. Y eso lo ha facilitado el esfuerzo de los colombianos que han pagado el impuesto al patrimonio. Por eso nos parece de la mayor importancia proyectarlo en el tiempo.
Honra a la democracia colombiana poder decir que los sectores más pudientes han pagado el impuesto al patrimonio, que ha hecho factible financiar la seguridad, nunca a despensas de la política social.
Temas de coyuntura
Tengo mucha fe en el futuro del campo colombiano y por supuesto muchas preocupaciones por la coyuntura. Mucha fe en el futuro por el ritmo de inversión que se ve, por el regreso de los agricultores al campo, porque hay más investigación, porque tenemos más claridad de qué debemos producir, porque nos estamos insertando con arrojo a los mercados internacionales.
Cuánto agradezco que sea el Presidente de la SAC, el doctor Rafael Mejía López, quien nos insiste a hacer el acuerdo de comercio con Corea, y lo vamos a hacer, ayer se dio un gran paso; ellos reconocen las asimetrías, nos quieren, no dejan de agradecerle a Colombia su participación en la guerra, y se van a convertir en la punta de lanza para la inserción de nuestra economía en la economía asiática.
Uno pregunta hoy: ¿por qué se pueden acelerar más las recuperaciones de las economías de Brasil, de Chile del Perú? Porque tienen una muy buena oferta de productos para los mercados asiáticos. Nosotros no, nosotros tenemos que hacer ese desarrollo.
Veo con infinita ilusión la claridad que tiene la agricultura colombiana sobre la necesidad de avanzar en seguridad alimentaria interna, en exportaciones, sobre la necesidad de avanzar en energías alternativas y al mismo tiempo sobre la necesidad de ser un ejemplo en materia ambiental.
Cuando proponen el debate a los biocombustibles en Colombia, el debate se acaba cuando respondemos: los biocombustibles en Colombia no son riesgo a la seguridad alimentaria y no son riesgo a la selva, no exigen destruir selva para plantar las materias primas.
Tendríamos muchas razones para referirnos hoy a ellas, que nos llenan de ilusión en el futuro del campo colombiano, siempre y cuando no haya vacilaciones, no haya declives en aquello de la seguridad.
Hay muchas preocupaciones de lo que está pasando hoy: precios, insumos, exportaciones, tasa de cambio, algunos productos muy afectados, y esto también es muy volátil. El año pasado sufrimos una inflación alimentaria entre el 12 y el 14, un crecimiento enorme en el precio de los insumos.
Recuerdo, leyendo publicaciones internacionales, que decían: se acaba la producción de arroz en el mundo, se referían a los grandes países productores de arroz para decir que estaban en crisis. Nosotros hacíamos fuerza y llamábamos desde el Gobierno todos los días a los almacenes de cadena a preguntar cuánto arroz les queda en las bodegas, a los almacenes generales de depósito, y nos decían: ya se va a acabar, si no empieza a salir la cosecha rápidamente se nos van a acabar las existencias.
Preguntábamos por arroz en el mundo y no había. Ecuador, que todos los años nos exige que le recibamos por lo menos 150 mil toneladas, el año pasado no nos vendió una tonelada, y a la vuelta de pocos meses hemos tenido ahora sobreproducción y una muy preocupante caída de precios.
El Gobierno ha hecho un esfuerzo enorme, una cifra récord de 35 mil millones, para apoyar el incentivo al almacenamiento arrocero. Con el Ministro a la cabeza, hemos estado en un permanente y fecundo diálogo con el gremio; personalmente asistí a varias reuniones, una de ellas en Ibagué; y sin embargo, hay problemas todavía graves.
Para ser concreto, creo en una proposición que está haciendo el Ministro: hay que estudiar cómo queda el sector arrocero y buscar un plan arrocero de alivio de deuda. Los invito a examinar esta iniciativa del Ministro con el mismo Ministro, hoy aquí con ustedes y en las diferentes regiones productoras. Nos toca hacerlo contra recursos del presupuesto de 2010; las dificultades fiscales de 2009 son severas y tampoco serán mejores las condiciones fiscales de 2010.
Hubo una elevación tremenda en el valor de los insumos. Y también por iniciativa de nuestros Ministros de Agricultura, se apartaron unos recursos muy importantes para financiarle tasa de interés al crédito para adquisición de fertilizantes en el sector cafetero; se eliminaron aranceles, para ayudar a contener esa tendencia alcista en insumos. Confiamos en que los esfuerzos que vienen haciendo productores de insumos, importadores, distribuidores y los gremios del sector agropecuario, produzcan un alivio.
En recientes reuniones en la Presidencia de la República con unos y otros, se ha hablado de la necesidad de masificar la comercialización virtual de insumos, y también de buscar que los buenos ejemplos gremiales en distribución de insumos puedan expandirse a otros subsectores del agro.
Para ello, para masificar el mercadeo virtual de insumos, que ayuda mucho a poner precios de referencia, que se constituye en un gran mecanismo para racionalizar precios en el mercado de insumos y para ayudar a la expansión por parte de las entidades asociativas, de las organizaciones gremiales en el tema de mercadeo de insumos, el Gobierno Nacional tiene toda la disposición de ayudar. Pediría que lo tengan en cuenta en lo que podría ser la agenda de trabajo para estos meses finales del Gobierno.
Exportaciones
En cuanto a las exportaciones, hemos tenido dificultades con los países hermanos del vecindario y hemos tenido dificultades en los países desarrollados por la crisis de la economía. Hay que insistir en todos estos mercados, pero hay que crear nuevos mercados.
El mercado centroamericano tiene 30 millones de consumidores, sería como agregarle a la Comunidad Andina otro país, solamente en número de habitantes menor que Colombia. El mercado del Caribe tiene otros 30 millones de consumidores, para hablar de los mercados cercanos.
El Gobierno, a través de Proexport, del Ministerio de Agricultura, está dispuesto a dar todos los apoyos para la búsqueda de estos mercados. Nosotros no podemos renegar de mercado alguno, pero no podemos confiarnos en un mercado y dejar de buscar mercados. Creo que lo que nos ha pasado en los últimos años es que venían a comprarnos, y entonces eso nos dio una posición facilista, no tuvimos que hacer todos los esfuerzos que se requieren para salir a vender.
Las reuniones recientes en Brasil y en Guatemala han sido muy exitosas; da gusto ver en Brasil a más de 100 pequeños empresarios colombianos que le tenían miedo a esa economía, insertándose allá y vendiendo. Y los veía en una reunión del lunes de la semana pasada, los empresarios brasileros elegantes, vestidos muy formalmente, los empresarios nuestros en mangas de camisa, pero qué tigres los nuestros, y qué avispados y qué entradores. Yo les decía: y le tenían miedo a Brasil, una economía de 200 millones de habitantes, con la cual tenemos 1.670 kilómetros de línea de frontera, hay que integrarnos con esas economías, sin temor, sin temor, con todo el entusiasmo.
Me informa la señora Directora de Proexport y el señor Vicepresidente de la República que la reunión de Guatemala de este lunes concitó a más de 300 empresarios colombianos, reunidos con empresarios de toda la región centroamericana.
Quiero invitarlos a eso, vamos a ver cómo se van superando las dificultades de los mercados tradicionales, pero busquemos estos mercados cercanos y lleguemos a los más lejanos. Hay que trabajar tanto en la Comunidad Andina, como en la perspectiva de Corea.
Tasa de cambio
El tema de tasa de cambio. Nos ha hecho sufrir mucho, con esta diferencia: hasta el año pasado el Gobierno pudo ayudarles con algún dinero. En el primer semestre del año pasado nos gastamos 615 mil millones de pesos en apoyo a los exportadores para preservar los empleos y compensarles tasa de cambio. Este año hemos estado mucho más restringidos de recursos fiscales.
Tenemos fe en que las medidas tomadas por el Banco Central y el Ministerio de Hacienda el viernes de la semana pasada, ayuden, y la medida que adicionalmente tomó el Banco Central ayer, que eliminó las subastas de volatilidad. La buena noticia que nos dio el Banco Central es que Colombia tiene una inflación de coyuntura baja y una inflación de largo plazo baja.
Creo, a fuerza de la experiencia, apreciados agricultores, que lo único que nos garantiza una tasa de interés baja en el largo plazo y unos créditos de largo plazo, es un horizonte de inflación baja en el largo plazo. Luchar contra lo contrario es dar una pelea quijotesca.
Confiamos en que las inyecciones que el Banco de la República ha anunciado, a través de intervenciones de divisas y a través de compra de títulos del Gobierno, también van a ayudarle a la economía a tonificarse, sin que se pierda de vista que el seguro para poder tener esas ventajas de política económica es poder ofrecer una perspectiva de inflación de largo plazo a tasa baja.
El Gobierno seguirá atento; comprendemos las dificultades de los exportadores, comprendemos las dificultades de muchos productos que no tienen transacciones internacionales pero cuyo precio interno depende bastante de la tasa de cambio, y no ahorraremos esfuerzos en lo fiscal, en pedir medidas al Banco de la República y tomar las nuestras, deseando lo que Colombia requiere: una tasa de cambio competitiva y estable en el largo plazo.
Hace poco le oía a un científico de la materia que la tasa estable es muy peligrosa, que porque entonces la gente se entusiasma a endeudarse en dólares.
Creo que hay que crear una pedagogía, advirtiéndoles a los colombianos los riesgos del endeudamiento en moneda extranjera, pero la herramienta no puede ser afectarles a los colombianos la certidumbre en el camino económico. Para un empresario, por eficiente que sea, esas volatilidades en tasa de cambio le restan toda la competitividad.
Ahora, también hay que reconocer, mire: el sector privado colombiano debe hoy una suma alrededor de 17 mil millones, la misma que debía hace doce años, y en estos doce años ha doblado su tamaño. Cómo se explica que con un tamaño doblado, tenga la misma deuda nominal en valores absolutos en moneda extranjera de hace doce años. Creo que eso demuestra también que ha habido mucha responsabilidad en el sector privado en materia de endeudamiento en moneda extranjera.
Agro Ingreso Seguro
La Ley Agro Ingreso Seguro. Creo que es el instrumento de política de fomento agropecuario de largo plazo más importante del legado de este Gobierno. El instrumento más importante para acompañar la política de Seguridad Democrática, para la recuperación del campo.
Podrá decir un libro futuro de la SAC que en este periodo se pusieron dos semillas para la recuperación permanente del campo: el esfuerzo de los soldados y policías de la Patria, e instrumentos como la Ley Agro Ingreso Seguro.
Le voy a hacer algunas anotaciones: no es el único instrumento. Quiero recordar que hay otros bien importantes. La tasa de renta se bajó del 38 y medio al 33, se han introducido las zonas francas, el Gobierno ha tenido una política arancelaria mucho más flexible, y una gran preocupación por la tasa de interés.
La Ley Agro Ingreso Seguro tiene motivaciones en la comunidad internacional, y razón de ser para la necesidad del país. Uno ve los cuantiosísimos subsidios de las economías industrializadas del campo. La semana pasada leía un reporte de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), donde conmina a los países a doblar en los próximos años la producción de alimentos, porque de lo contrario puede haber una gran hambruna alrededor del año 2030.
El país necesita responder a todo esto. Mientras en Europa la población ocupada en el campo representa apenas menos del 2 por ciento de la población ocupada total, aquí todavía tenemos 12 millones de ciudadanos viviendo en el campo, de una población en el campo muy significativa, en la comparación internacional, frente al total de la población ocupada del país.
La Ley Agro Ingreso Seguro responde a necesidades internas y a comparaciones internacionales. Cuando estábamos en el acuerdo con los Estados Unidos, empezaba la negociación con Canadá, recuerdo al Ministro Arias hablando con el doctor Rafael Mejía y con los voceros de los gremios agropecuarios, sobre la necesidad de apoyar al sector agropecuario con el diseño de una herramienta de esta naturaleza para poder competir.
Ahí también hay una fecha que origina, un momento que origina la Ley Agro Ingreso Seguro. Todo lo que se ha buscado es que sea transparente. ¿Por qué lo digo? ¿Porque cómo se asignan los recursos? Con convocatorias públicas. ¿Quién califica los proyectos? Una institución independiente del Gobierno, de legitimidad internacional, el IICA, adscrito a la OEA, el Instituto Interamericano de Acompañamiento a la Agricultura. Y enseguida se publica la calificación de los proyectos, proyecto por proyecto, puntaje por puntaje.
Creo que eso aclara plenamente la transparencia de la Ley Agro Ingreso Seguro.
Recoge instrumentos que venían de atrás y otros nuevos. Ella engloba el Certificado de Incentivo Forestal. Esta patria nuestra hasta 1974 traía un gran ritmo en reforestación, y la violencia y los desincentivos tributarios mataron ese ritmo. En los últimos años, la Ley que introdujo la exención, otro alivio a la reforestación, ha ayudado mucho, y está creciendo vertiginosamente.
Esperamos que el Congreso, las próximas semanas, culmine la aprobación del estatuto para la reforestación comercial. Se le ha dado, en atención a ello, mayor fuerza al CIF. También el Incentivo de Capitalización Rural, que venía de atrás. Por fuera de la Ley de Agro Ingreso Seguro se está haciendo una gran inversión en grandes distritos de riego. Pero también la Ley los incorpora para otros.
Por fuera tenemos una inversión –entre el Distrito de Ranchería y el Distrito de Triángulo del Tolima- que se aproxima, sumando los dos, a 800 mil millones. Y ahora empieza la construcción del Distrito de Tesalia – Paicol, en el Huila.
La Ley Agro Ingreso Seguro ha privilegiado pequeños distritos campesinos, que mirando los resultados, creo que allí hay unas cifras extraordinariamente positivas. Y también ha ofrecido unos recursos, para apoyar instalación de sistemas de riego al interior de los diferentes predios agropecuarios, lo que llaman la partida intrapredial.
La Ley Agro Ingreso Seguro tiene el componente de investigación al cual ya me referí: 250 mil millones aportados en los últimos tres años. Tiene también otro elemento bien importante, que es el crédito a DTF -2. Ha beneficiado a 316 mil familias. Solamente en el sector cafetero ha beneficiado a 80 mil familias de pequeños caficultores.
Nosotros tenemos ahora una caída en la producción de café, pero un futuro bien importante. Tenemos una caída porque llovió mucho, se afectaron mucho las plantaciones, se dejó de abonar por el encarecimiento de los fertilizantes, y porque hoy tenemos fuera de producción 150 mil hectáreas que están en el proceso de renovación.
Los ministerios de Agricultura y de Hacienda hicieron un convenio con la Federación (Nacional de Cafeteros) para renovar 300 mil hectáreas en este Gobierno. Ustedes sabes que una caficultura envejecida es ruina del campesino. Pero nosotros confiamos que todo este proceso va a llevar a que Colombia pueda nuevamente pensar en una producción anual de 17 millones de sacos.
Son 316 mil familias beneficiadas por la Ley Agro Ingreso Seguro; 376 mil empleos creados; un millón 130 mil hectáreas mejoradas.
El país no tenía tractores sino un cementerio de maquinaria agrícola. Creo que la Ley Agro Ingreso Seguro se ha convertido en un gran instrumento de actualización de la maquinaria agrícola del país.
La Ley Agro Ingreso Seguro, en familias beneficiadas, a medianos y pequeños le ha llegado al 99 por ciento, a grandes al 1 por ciento. En cuantía de recursos asignados, los medianos y pequeños han tenido el 84 por ciento.
Y me detengo para decir lo siguiente: la necesidad de alimentos en el mundo, la seguridad alimentaria en Colombia, el requerimiento de empleo en el campo, necesita que prospere la pequeña, la mediana y la gran empresa del campo.
Yo no comparto que ahora, en aras del proceso electoral, se revivan los discurso de sociólogos de izquierda de los sesenta, que finalmente acabaron con el campo colombiano y trasladaron la propiedad del campo de los agricultores al imperio de los terroristas. Y eso tocará enfrentarlo políticamente. Esa tarea nos toca hacerla a algunos.
Con este problema que tenemos de una perspectiva mundial de alimentos bien difícil, con un país todavía muy dependiente del campo, por fortuna y con todas las posibilidades, aquí no nos podemos poner a incentivar un discurso que maltrate a la sociedad colombiana entre pobre y ricos.
Además este país hoy tiene más debate político, pero menos conflicto social. Este Gobierno, por lo que dicen del Presidente, que es dictador, que es fachista, una cosa y la otra, debería ser el Gobierno con más huelgas de maestros. Ha sido el Gobierno con menos huelgas de maestros, un gran entendimiento con ellos.
Nosotros tenemos todas las cifras para demostrar cómo aquí se ha venido creando una gran cohesión social. Hicimos esa reforma de Ecopetrol contra una oposición tan agresiva, que tenía el fundamentalismo de que en recursos como Ecopetrol, como el recurso petrolero, no puede estar sino el capital estatal.
Y sin embargo, ¿qué ha pasado? Hoy vale mucho más la porción que tiene el Estado en Ecopetrol, que el ciento por ciento que tenía antes. Y a pesar de los fundamentalismos de oposición, acabamos de firmar una convención colectiva de trabajo con el sindicato de Ecopetrol, a cinco años.
Esto demuestra que el país ha venido avanzando en cohesión social. Entonces para qué vamos a crear ahora un incendio entre ricos y pobres, por oportunismo político. Eso haría inmenso daño.
Y uno los necesita a todos. La gran empresa agropecuaria es fundamental en la vanguardia de investigación, es un actor muy importante para investigar, es un actor muy importante para experimentar y es un actor muy importante para jalonar.
Yo veo lo esfuerzos que se le han apoyado al Padre De Roux en el Magdalena medio; lo que se ha hecho en María la Baja, cerca de Cartagena; lo que hay del otro lado del Río Magdalena, allá en la Serranía de San Lucas o los prodigios que empiezan a verse en la altillanura. Y todo eso se ha logrado con una gran integración entre la gran empresa agropecuaria y el pequeño campesino.
Los pequeños propietarios de María la Baja tenían esas tierras condenadas a hacer unos rastrojos, como en rastrojos quedaron muchas de las viejas divisiones de tierra de la reforma agraria. Yo las conozco. Quedaron convertidas en microfundios. Con ranchos de pobreza para los diferentes miembros de la familia; dos cerdos, cuatro gallinas, cinco matas de yuca y unas matas de plátano.
Cuánto mejor es ver la prosperidad de los pequeños empresarios de María la Baja. ¿Pero qué lo ha desatado? ¿Qué la ha logrado? Su integración con grandes empresas palmeras. Esos propietarios no han tenido que ir a vender la tierra. Conservan la propiedad de la tierra. ¿Qué les ha pasado? Era una tierra que los estaba empobreciendo y ahora es una tierra que les está garantizando nivel de vida. Pero se ha dado esa integración.
Allá en San Lucas, cuando nosotros empezamos el Gobierno, allá no había sino coca, guerrilla y paramilitares. Hoy hay 18 mil hectáreas de palma africana, todavía sin infraestructura. Gracias a todos estos apoyos. Una gran integración de gran empresa, mediano y pequeño propietario.
No veo quejas de desplazamiento de los medianos propietarios del Llano, con esos proyectos prodigiosos que se están haciendo en la altillanura. Al contrario, lo que veo es integración. Grandes empresas que ha llegado allí con la tecnología de Embrapa del Brasil, con los aportes nuestros, han venido asociando a los vecinos y logrando unos resultados prodigiosos, que es lo que necesita el país es masificarlos.
Ahora hay que tenerle mucho cuidado a la inflación. Temo que con la circunstancias que tiene el campo hoy, si se diera ese verano que nos anuncian y si nosotros no respondemos bien con todas los instrumentos de política agropecuaria, puede presentarse de nuevo una inflación alimentaria que nos hago mucho daño.
Creo que hay todas las razones para insistir en esto. No creo que en una época de inflación uno pueda decir: no le compren arroz sino a los pequeños, no vayan a conseguir arroz de los grandes que eso hace daño. Eso sí que hace daño, ese incendio.
Ahora, esto necesita, además del cumplimiento de los requisitos legales, ética. En un Gobierno expuesto a la crítica, un Gobierno garante de las libertades democráticas, estos casos de fraccionamiento de predios para presentar diferentes proyectos en un predio, se constituyen en trampas que hacen mucho daño.
Yo le preguntaba al IICA: ¿Ustedes advirtieron esos fraccionamientos? Y lo dijeron públicamente en el Consejo Comunitario contra la corrupción: ‘No, Presidente, nosotros lo que chequeamos es que cada proyecto no pasara el limite, el tope, pero como no había regulación específica sobre el fraccionamiento, no nos detuvimos en eso’.
Estos procesos hay que estarlos mejorando. Se pusieron unos topes en el reglamento, pero no se hizo un reglamento que expresamente enfrentara el riesgo del fraccionamiento. No se anticipó que al tope le pudiera venir la trampa del fraccionamiento. La gente tiene que ayudar.
En un país donde hay que crear armonía social, una trampa de esas la aprovechan es para crear odios. Y entonces dicen: ‘Gobierno corrupto, ricos aprovechados’. Todo el mundo tiene que ayudar.
Por ejemplo, le pido al Congreso de la República que examine estos temas oyendo a todo el mundo, como tiene que ser, en detalle, sin pasión. Y que distinga entre la trampa de un usuario y la conducta del Gobierno.
La trampa de un usuario no es corrupción del Gobierno, a no ser que alguien del Gobierno hubiera ayudado a que esa trampa se diera. Pero el Gobierno tiene toda la disposición de entrar a ayudar a mejorar los reglamentos.
Y aquí ha habido otro cambio bien importante en el balance de la política social agropecuaria. En este Gobierno se ha entregado a los campesinos 250 mil hectáreas. Son unas 48 mil hectáreas de Estupefacientes, más de 70 mil hectáreas que han adquirido las Familias Guardabosques, los cumplimientos a las comunidades indígenas del Cauca, y algo bien importante: las nuevas convocatorias.
Creo que la Ley Agro Ingreso Seguro introdujo un gran modelo: se compra tierra pero con proyecto productivo. Que se han hecho unas adquisiciones de tierra en los últimos dos años, pero siempre y cuando esa tierra esté con proyecto productivo, porque no se trata de fomentar la división que empobrece del pasado, pero sí de estimular el nuevo emprendimiento, proyectos productivos.
A ver, entonces el tema de acceso de los grandes empresarios. Han tenido acceso al CIF. La reforestación no la hace el pequeño, le da mucho lidia. Ustedes saben el periodo improductivo de la reforestación. Creo que eso no se puede eliminar. Han tenido acceso al ICR. Y ya eso se ha ejecutado. Lo importante es que eso se haga con toda la transparencia.
Este año los grandes empresarios no tuvieron acceso, porque se agotó, a la DTF –2. Y creo en que las circunstancias de tasas de interés que se han dado este año, muy diferentes a las del año pasado, tampoco es tan necesario. El año pasado lo era muy necesario.
El tema este de los fraccionamientos en los apoyos intraprediales: hombre, le tienen que ayudar al país con un gesto de buena voluntad, devolviendo esa plata, en esos diez casos. Y al Gobierno le toca perseguir ese dinero.
Hemos presentado además un proyecto de ley que lo debe enriquecer el Congreso, para seguir avanzando en la política contra corrupción, que tipifica el delito de fraude a las subvenciones. Y ojalá eso sea ley de la República rápidamente.
Hay unos empresarios grandes, tradicionales, una trayectoria de total honestidad, en cuya pulcritud, en cuya ética, el país no tiene sino confianza, a los cuales se les había hecho una asignación inicial este año, por puntaje.
Porque confío que todas las investigaciones lleguen a la conclusión de que aquí no ha habido manipulaciones.
De mí sé decirles que a lo largo de mi carrera política, primero, los recursos que me han dado para las campañas han sido públicos, y no he necesitado mucha plata para las campañas. Es bueno que lo sepan los críticos.
Segundo, los he publicado desde antes de que la ley lo exigiera.
Tercero: en una larga carrera política, jamás he dicho que le hagan un favor a alguien para pagarle un aporte de campaña. O que levante la mano algún colombiano. Y son muchas campañas, de concejal, de senador, de Gobernador, de Presidente de la República.
Esa práctica es ajena a mi carrera política. Y yo nombré a Arias y a Fernández por confianza en sus capacidades profesionales y en su honradez. O sea que eso lo esculquen todo. El Gobierno tiene solidez en esas materias.
Hay empresas serias que se habían ganado ese derecho para unos aportes, empresas grandes, para riego intrapredial este año.
Diría lo siguiente: hay otros estímulos y hay un buen año de tasa de interés. Creo que esas empresas nos pueden ayudar, en un gesto en favor de la armonía social del país, aceptando que aquello que se les había asignado no se les haga efectivo.
Y busquemos hacia adelante que las grandes empresas tienen que seguir participando en el CIF, si no nadie reforesta. En el ICR es necesario que en lo posible nos ayude Ministro para que en la nueva reglamentación se acepte que las grandes empresas no participen en el riego intrapredial, para que la totalidad de esos recursos vaya de preferencia a los pequeños y a medianos.
¿Ante quién debo decirlo? Ante ustedes, apreciados agricultores. Sé que eso genera controversia, pero también hay cositas que hay que hacer por ayudar a la armonía social del país. Gesticos. Y que le lucen mucho a empresas que han tenido un trayectoria de honorabilidad y ética que todos los colombianos reconocemos.
Pulamos la aplicación de la Ley Agro Ingreso Seguro para que el esfuerzo de la policía y los soldados de la Patria, la Ley de Agro Ingreso Seguro y la capacidad de trabajo de ustedes, le cambien el horizonte al agro colombiano”. |