Bogotá, 4 sep (SP). “Quiero saludarlos muy respetuosamente. Quiero excusar la presencia del señor Ministro (de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Carlos Costa), quien se encuentra en Copenhague justamente en una reunión mundial sobre el medio ambiente, a la cual Colombia estaba obligada a asistir. Pero veo que han tenido la compañía del diligente Viceministro de Vivienda, el doctor Luis Felipe Henao.
Como en los años anteriores, me habría gustado estar con ustedes, escucharlos, mirar cuidadosamente cada uno de sus puntos y aspiro que lo podamos hacer en breve.
Agradezco inmensamente las palabras de la señora ex ministra, la Directora de Camacol, la doctora Martha Pinto de De Hart. He tomado atenta nota y voy a hacer algunas referencias posteriormente, porque debemos concluir que requerimos unas nuevas decisiones en materia de vivienda, de corto y de largo plazo, plasmarlas en un documento de concertación y hacerles un seguimiento riguroso.
Aprovecho la oportunidad para expresar mi gratitud a la doctora Martha Pinto de De Hart y a cada uno de ustedes por sus contribuciones generosas, diariamente, al servicio de Colombia.
Los gobiernos tiene que estar repitiendo, apreciados compatriotas, aquello que piensan que es conveniente al interés superior de la Nación. Nosotros por eso todos los días repetimos esa visión de largo plazo, elemental pero profunda para Colombia. Un país que genere más confianza entre propios y extraños. Confianza soportada en la seguridad, en la inversión, en la cohesión social.
Seguridad y reparación
Hemos avanzado en seguridad, pero falta bastante. El país ha recuperado monopolios que no debió perder. Hoy las Fuerzas Armadas en todo el territorio son las únicas que combaten a las diferentes organizaciones criminales.
Hemos superado el paramilitarismo. La palabra se originó para denominar bandas privadas criminales cuyo propósito era combatir a la guerrilla. Hoy en todo el territorio es únicamente el Estado, con un monopolio ya indisputado, recuperado, el que combate a todas las organizaciones criminales.
Hemos recuperado el monopolio de la justicia. Cabecillas del terrorismo guerrillero, cabecillas del terrorismo paramilitar, habían desplazado y reemplazado a la justicia en muchas regiones de Colombia. Pues bien, eso se ha superado.
Creemos que delitos que antes la justicia no podía abocar en su conocimiento, porque las condiciones de seguridad no lo permitían, hoy la justicia conoce esos delitos. El país empieza el proceso de reparación de víctimas. En el pasado las victimas no reclamaban por temor o porque lo encontraban inútil. Estamos ya reparando victimas.
Este año el país invierte 100 millón de dólares, que se suman a los 300 de los años anteriores de nuestro Gobierno, para que en ese proceso paulatino vayamos reparando victimas a sabiendas que reparación total no hay, pero que todo esfuerzo de reparación ayuda a que no haya sentimientos de venganza, ayuda a que, en lugar de la prosperidad del odio, pueda encontrarse en algún momento la reconciliación de todos los colombianos.
El país había luchado mucho por la descentralización y la teníamos casi perdida. El día que empezó nuestro Gobierno en 2002 más de 400 alcaldes no podían asistir a sus despachos municipales. El terrorismo los había ahuyentado.
Además, había eliminado las libertades políticas en muchas regiones de Colombia, había sometido a los dirigentes políticos en muchas partes del país. El terrorismo había penetrado los recursos públicos y se interponía con corrupción en la contratación en entidades departamentales, en entidades municipales y en entidades nacionales.
Pues bien, hemos recuperado la descentralización. Hoy mil 102 alcaldes, 32 gobernadores de los mas diferentes orígenes políticos, pueden ejercer cabalmente las competencias que derivan de la Constitución y de la ley. Y el Gobierno Nacional busca el mejor entendimiento con ellos como garantía de esa minima unidad de Patria que algunos denominan gobernabilidad.
Lucha contra el terrorismo
Lo mas importante, apreciados compatriotas, es que este proceso de combatir este terrorismo rico, este aventajado terrorismo criminal, lo más importante de este proceso es que lo hemos adelantado sin desmedro de las libertades, con absoluto respeto de las libertades, sin legislación marcial, sin legislación de Estado de Sitio, con legislación ordinaria, lo cual debe llenar de orgullo la mentalidad histórica y democrática de Colombia.
Pero sabemos lo que falta. Violencia durante tantas décadas no se cura de la noche a la mañana. Tenemos todavía problemas con el narcotráfico, con el terrorismo en varias regiones de Colombia, las bandas criminales, las guerrillas y estamos en la obligación de combatirlos en todo momento
Este problema no se resuelve de la noche a la mañana. En 1902 Colombia le puso punto final a la última guerra civil. En 1903 perdimos a Panamá. Tuvimos —después de que cesó la Guerra de los Mil Días— unos años de paz, pero irrumpió la violencia partidista a inició de los años 1940.
Y cuando todo indicaba que el país entraría en una nueva paz, gracias al Frente Nacional, llegaron las guerrillas marxistas con el propósito de incoar e imponer la dictadura del proletariado a través de la lucha violenta de clases.
Crecieron, desestimaron los llamados de paz de los diferentes gobiernos, terminaron mezclándose en el narcotráfico y generando el paramilitarismo, y esto llevo a que muchas generaciones de colombianos tengamos que decir que no hemos vivido un día completo de paz.
No se puede bajar la guardia
Hemos hecho un gran esfuerzo con la política de la Seguridad Democrática. Hemos hecho un gran esfuerzo para que esa política conduzca a la política de resocialización, a la política de desmovilización y de reinserción.
Encontramos más de 60 mil terroristas. Hoy más de 50 mil han entrado en el camino de la desmovilización. El país hace un esfuerzo incomparable, que no tiene punto de referencia en el mundo entero, para que todos estos integrantes de los grupos terroristas que se han desmovilizado se reintegren a la vida constitucional.
En décadas anteriores, en nombre de la paz se desmovilizaron 4 mil integrantes de los grupos violentos. En nuestro Gobierno, en nombre de la seguridad, se han desmovilizado más de 50 mil integrantes de los grupos violentos.
En el pasado, por cada uno que se desmovilizaba, los grupos terroristas reclutaban ocho. Por fortuna ahora también el reclutamiento ha venido en descenso.
Vemos una posibilidad de lograr la paz completa a través de la seguridad ¿Por qué? Por lo que se percibe en muchas regiones de Colombia, 300 municipios en los cuales este año no se ha presentado un homicidio.
Porque a medida que ha aumentado la desmovilización, también se ha debilitado el reclutamiento y porque el país avanza en su lucha contra el narcotráfico.
Pero en esto no se puede bajar la guardia. Curarnos de los vicios de tantas décadas de violencia no se logra por generación espontánea y tampoco de un día para otro, requiere el sacrificio permanente de los soldados y policías de Colombia. Requiere el esfuerzo permanente de sus dirigentes.
Además, las grandes urbes nos reclaman unas medidas de seguridad. A medida que el acto terrorista ha venido desapareciendo de la vida colombiana, el hurto callejero, el hurto a una residencia, a un local de comercio, cobra más importancia y entendemos que es lógico, en el reclamo de nuestros compatriotas. Esa seguridad urbana exige que le demos todos los días más atención.
Confianza e inversión
Apreciados compatriotas, algo importante: la política de Seguridad no se ha hecho a expensas de la política de inversión, ni de la política social. Qué bueno poder decir que, gracias al esfuerzo de los sectores más pudientes de Colombia, ha sido posible financiar la Política de Seguridad y al mismo tiempo ampliar las coberturas sociales.
Y qué bueno poder decir que el país ha notado en estos años una gran correlación entre la seguridad, la confianza inversionista y la posibilidad de avanzar en las coberturas sociales.
Quiero tomar la parte final de la señora Presidente de Camacol para decir ante ustedes, apreciados compatriotas, que la confianza inversionista es un gran activo de Colombia. Y eso no se consigue porque sí. Hay confianza inversionista cuando un pueblo y un Gobierno están comprometidos con las libertades fundamentales, con la libertad del emprendimiento, con las garantías civiles, con los derechos políticos.
Colombia está hoy de moda entre los países del mundo en materia de confianza inversionista. A pesar de las dificultades de la economía este año, ya se conoce que durante el segundo trimestre la tasa de inversión estuvo alrededor del 26,5 por ciento.
En 2002 era del 14. En los últimos años hemos logrado situarnos por encima del 25, una tasa sostenida, elevada, de inversión que nos permita esa gran construcción cotidiana de capital humano y de capital físico, es lo único que nos va a llevar a superar los altos índices de desempleo y a superar los índices de pobreza que todavía nos agobian.
Esa tasa de inversión general ha estado acompañada de un crecimiento de la inversión extranjera. Este año ya nos acercamos a los 6 mil millones de dólares, no obstante el decrecimiento general de la economía.
Si bien la cifra es ligeramente inferior al año anterior, de todas maneras es muy superior a periodos previos. Nuestra patria tenía Inversión Extranjera Directa de 500, 700 millones de dólares. 1.000, 1.500, picos de 2 mil.
En los últimos años esa inversión se ha situado en 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 28, 10 mil 564 y este año aspiramos que podamos lograr una cifra superior a los modestos presupuestos a los que nos obligó la crisis general de la economía.
Reforma del Estado
Ha sido muy importante avanzar en las reformas estructurales. Que la reforma a las pensiones, que la reforma a las transferencias, que la reforma tributaria, que la reforma laboral, que la reforma administrativa. Hemos reformado 427 entidades del Estado y seguimos reformando entidades del Estado.
No hemos desmantelado el Estado, pero tampoco hemos aceptado que siga siendo manejado por la politiquería y los excesos sindicales.
Entre las entidades reformadas son descollantes el caso de Ecopetrol, el caso del sector de las comunicaciones, con Telecom como líder, que adelantó con todo rigor, con patriotismo y con vigor ejemplares la señora ex ministra (de Comunicaciones) Martha Pinto de De Hart.
Hemos avanzado en la reforma de las clínicas del Seguro Social. Ya muchas de ellas muestran eficiencia en los servicios, amabilidad con los pacientes, unos resultados financieros mejores. Y hasta el último día del Gobierno seguiremos reformando las entidades del Estado.
Esta reforma ha traído para el Estado 6,28 por ciento de ahorro en relación con el PIB. Nos ha ayudado a amortiguar las dificultades de las finanzas públicas, se puede convertir en el mejor legado de este Gobierno a las finanzas públicas de nuestra Patria.
Nuevo esfuerzo tributario
Ahora queremos y necesitamos hacer un nuevo esfuerzo en la parte tributaria. No lo llamamos reforma, lo llamamos ajuste.
Creo que el país ha logrado una tributación que estimula la inversión. Nosotros hemos creído que el camino en la Colombia actual no es la reducción general y radical de tasas de contribución, sino la orientación de la tributación a fin de estimular la inversión.
Hemos introducido una serie de estímulos tributarios. Estímulos tributarios sectoriales y estímulos tributarios generales, que apenas empiezan a dar sus frutos.
Además, hemos introducido la ley que permite los pactos de estabilidad de seguridad jurídica durante 20 años. Eso todo ha ayudado a estimular la confianza en Colombia.
Creemos que la crisis de la economía, las dificultades fiscales que de ellas se derivan, no pueden conducirnos a eliminar los estímulos tributarios. En buena hora han sido adoptados, hay muchos inversionistas que en el mundo apenas empiezan a tener interés positivo por Colombia. Los proyectos de inversión no se consiguen de la noche a la mañana, no se conquistan de la noche a la mañana. A estas reformas hay que darles tiempo para que la inversión llegue a Colombia, para que los proyectos maduren.
Por eso lo que hemos propuesto al Congreso de la República es un ajuste, es prolongar por unos años el impuesto del patrimonio, un nuevo esfuerzo de los sectores más pudientes para que podamos continuar financiando la Seguridad Democrática sin perjudicar la necesidad del avance en las coberturas sociales.
Y al mismo tiempo, hemos propuesto algunos ajustes. Por ejemplo, la deducción a la inversión de utilidades fue introducida por este Gobierno en 2003. Allí se definió que sería una deducción del 30 por ciento en relación con el valor de los nuevos proyectos generadores de renta.
En la reforma de 2006 el Congreso de la República elevó esa deducción al 40 por ciento. Nosotros pensamos que la manera como operó del 30 por ciento, entre el 2003 y 2006, nos demostró que era un estímulo suficiente para las nuevas inversiones. Por eso proponemos regresar al 30 por ciento.
Además, en la reforma de 2006 se definió que esa deducción iba a mantenerse en firme, sin importar que el contribuyente beneficiario de esa deducción, por haber realizado la correspondiente inversión, reparta o no reparta dividendos en el futuro.
En 2003 de pronto nos equivocamos, porque se dijo que en el momento posterior en que el contribuyente repartiera dividendos, tenía que reliquidarse la deducción reconocida.
Lo que proponemos ahora es que ese 30 por ciento de deducción quede en firme, cualquiera sea la situación y las decisiones que en materia de reparto de utilidades tome el contribuyente posteriormente. Una deducción del 30 por ciento en firme, sin riesgos frente al reparto de utilidades, yo creo que da mucha tranquilidad.
También hemos expresado que, así como es necesario dar seguridad a los inversionistas, el fisco requiere garantías. Y hemos dicho que no se puede dar estabilidad en los contratos de seguridad jurídica frente a la necesidad de que en algún momento el Estado imponga, vea, el imperativo de derramar tasas transitorias de impuesto de patrimonio.
Dejar al Estado a salvo frente a esto es tan importante como darle seguridad jurídica frente al resto a los contribuyentes.
También hemos propuesto que el beneficio de la zona franca, que es uno de los avances más importantes en nuestro país, no sea acumulativo con el beneficio de la deducción del 30 por ciento. O se tiene el tratamiento de zona franca o se reclama el beneficio de la deducción del 30 por ciento, pero no deben ser acumulativos.
Confiamos que estos ajustes tributarios le permitan un mejor desempeño al fisco y, en la medida en que no altere los incentivos de fondo introducidos en estos años, también les den claras señales de seguridad a los inversionistas.
Nuevos sectores de talla mundial
La doctora Martha Pinto se refería a los sectores de talla mundial y con toda justicia reclamaba que toda la cadena de la construcción de Colombia tiene que ser convertida en un sector de talla mundial.
En muchas ferias internacionales se empieza a acreditar esa posibilidad. Además, el Ministro (de Comercio, Industria y Turismo) Luis Guillermo Plata viene trabajando para que Colombia tenga otros sectores de talla mundial.
El sector de la producción de cosméticos, de la producción de medicamentos, el sector de software, el sector de turismo de salud y también sectores como los business process outsourcing, que son la derivación del call center. Qué bueno que Colombia pueda avanzar en esto.
Nuestro país requiere inversión para construir capital humano y capital físico y nuevos mercados para tener más oportunidades.
De ahí nuestra insistencia en las garantías de inversión en Colombia y de ahí nuestra insistencia en las negociaciones de comercio, para abrirle a los compatriotas posibilidades en todos los mercados del mundo.
Avanzamos con toda la paciencia, pero con todo el sentido de urgencia para que en algún momento esté aprobado el tratado con los Estados Unidos, el tratado con Canadá.
Hemos negociado el tratado con Chile, hemos profundizado las reglas de la Comunidad Andina con Perú, hemos negociado con tres países centroamericanos, estamos avanzando en la negociación con la Unión Europea. Con Suiza y sus asociados ya cerramos la negociación.
Y ahora le damos prioridad también a los acuerdos de desmonte de la doble tributación y de la promoción reciproca de inversiones, que son hoy fundamentales para quitarle ese escollo que es la doble tributación a los inversionistas que están en varios países. Cerramos acuerdos de esta naturaleza con China, los suscribimos, y también los hemos cerrados con la India.
Necesitamos mantener un curso claro y todos los días avanzar en las reformas que nos conduzcan a los grandes objetivos de la Nación.
En este momento penden en el Congreso de la República —y confiamos que se aprueben—, otras reformas estructurales de gran trascendencia, como son aquellas reformas que agilizan la justicia.
Importancia del sector educativo
Quiero referirme a un tema líder de la cohesión social y entrar a responder algunas de las inquietudes de la doctora Martha Pinto de De Hart, Presidente de Camacol.
Si ustedes me preguntaran por un sector que sea líder en nuestro programa de cohesión social y que al mismo tiempo tenga una gran incidencia en la seguridad y una gran incidencia en la confianza inversionista, no vacilaría en decirles el sector educativo.
La barbarie de la violencia la supera un país culto. La competitividad la genera un país culto. En estos años hemos pasado de una cobertura en educación básica del 78 ciento a coberturas que van llegando al ciento por ciento.
Nosotros graduábamos 420 mil bachilleres; estamos graduando más de 660 mil bachilleres. Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios y gracias a nuevos esfuerzos y gracias también a lo que hace el Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje), titulando técnicos y tecnólogos, y a los nuevos cupos que ha abierto para poder enfrentar esta crisis de la economía, ahora nos acercamos a un millón 700 mil estudiantes universitarios.
Otorgábamos 60 mil créditos educativos en el Icetex (Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior); ya superamos la cifra de 250 mil créditos en el Icetex.
Avanzamos hacia la calidad de la educación. Después de México, Colombia es el país que más expone sus estudiantes y profesores a pruebas domesticas y que más expone a sus estudiantes a pruebas internacionales con participación de estudiantes desarrollados.
Ya no tenemos solamente la prueba del Icfes (Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior); ahora tenemos las pruebas Saber. Además, los egresados de los programas universitarios deben someterse a la evaluación de resultados que se llama Ecaes (Examen de Calidad para Educación Superior).
Se escoge a los profesores ya no por recomendación politiquera, sino por concurso. Además, hay un nuevo estatuto profesoral, más justo en la remuneración y más exigente en los requisitos.
La nueva Ley de Ciencia y Tecnología le abre un nuevo horizonte promisorio a un país como Colombia, que si bien no ha podido invertir en ciencia y tecnología las cifras que se habrían requerido, sí muestra que todo peso invertido en ciencia y tecnología ha producido un gran resultado.
Nosotros reconocemos que hay todavía muchas dificultades. Los crecimientos de las coberturas han desbordado la infraestructura. Por eso estamos aumentando los recursos para las regiones, a fin de que puedan atender la infraestructura escolar —los recursos de Ley 21 del Gobierno Nacional— y haciendo esfuerzos extras muy grandes como la construcción de cincuenta colegios de excelencia que están siendo ubicados en las zonas más pobres de Colombia. Cincuenta colegios de lujo para que estudien los estudiantes más pobres de Colombia.
Alimentación y bienestar social
Estamos logrando plena cobertura en la alimentación infantil. Antes teníamos 7 millones de usuarios. Cuando empezó nuestro gobierno 5 millones de usuarios; ahora 12 millones de usuarios.
Hay 14 millones y medio de raciones escolares que se reparten con el liderazgo de Bienestar Familiar diariamente. Pero tenemos todavía un gran retraso en la cobertura educativa para los niñitos menores de 5 años.
Estamos haciendo un gran esfuerzo con Familias en Acción. Ya hay 2 millones 740 mil familias —los más pobres de Colombia— inscritas en el programa, en Cartagena estamos llegando a 60 mil Familias en Acción.
Esto garantiza un apoyo económico del Gobierno a las familias más pobres para que sus hijos puedan agotar todo el ciclo educativo básico.
En la medida que los sectores mas pobres de la Nación puedan garantizar la educación de sus hijos, en esa misma medida la Nación mejorará —como ya lo estamos mejorando— un gran indicador social: el índice de otorgamiento de oportunidades.
Pero es muy importante tener presente que Colombia no puede desvincular la seguridad de la inversión, ni puede desvincular estas dos de la política de cohesión social. En el pasado, en el discurso político se hablaba de reformas sociales pero se omitían los temas de seguridad y de inversión.
Hoy, por fortuna, el pueblo colombiano en las grandes ciudades y en las más remotas áreas rurales reclama por igual la presencia de la Fuerza Pública, la presencia de la inversión y la presencia de las políticas sociales.
Macroproyectos y créditos aprobados y desembolsados
Quiero agradecer que Colombia tiene una pléyade de profesionales en la cadena de la construcción que son motivo de orgullo para nuestro país y que serían motivo de orgullo de la más desarrollada de todas las naciones.
Quiero felicitarlos por todos los esfuerzos. Gracias a ustedes vemos hoy luces para poder superar este difícil momento derivado de la crisis de la economía internacional.
Quiero referirme a algunos puntos.
El tema de los macroproyectos. Esa es una medida para el presente, para lo que ustedes llaman la política de vivienda de largo plazo. Con ustedes, con muchos alcaldes de Colombia, vamos a acudir a la honorable Corte Constitucional a defender la exequibilidad de la institución legal de los macroproyectos.
Esta institución no les arrebata competencias a las autoridades territoriales, pero le da posibilidad a los particulares y al Gobierno Nacional de liderar proyectos de viviendas.
Y así como la Constitución consagra la institución de la descentralización, también consagra el derecho social de la vivienda.
Ese equilibrio que se logra con los macroproyectos es fundamental, porque en aras de la descentralización, no se puede permitir que la ineficiencia prive a los colombianos de poder atender el derecho social de la vivienda.
Lo que estábamos viendo en muchas partes de Colombia es que tras la descentralización se escondía la abulia, la pereza, la falta de iniciativa. Y lo que vemos hoy, es que los macroproyectos ayudan a combatir esos vicios que, en lugar de hacerle bien, le hacen mal a la descentralización.
Desarrollaremos la tesis de cómo los macroproyectos permiten —sin afectar la descentralización— responderles a los colombianos frente a ese derecho Constitucional tan importante que es el derecho a la vivienda.
La reducción de la inflación ha llevado al Banco de la República a una reducción importante de las tasas de interés. Así como a mitad de 2007 vimos que empezaba a desacelerarse la construcción a medida que se aumentaban las tasas de interés, vemos que ahora, a medida que bajan las tasas de interés, empieza a recuperarse el ritmo de la construcción.
Celebro que el Gobierno Nacional esté utilizando ese ahorro, que no había tocado en 7 años. Que el Fondo de Reserva para Estabilización de la Cartera Hipotecaria (Frech) lo esté utilizando para subsidiar tasa de interés a los créditos de vivienda para sectores populares y de la clase media de la Patria.
Son 80 mil créditos. De ellos ya hay 21 mil 316 aprobados y 14 mil 963 desembolsados.
Confiamos —y puse mucha atención a lo nos hacía ver la doctora Martha Pinto de De Hart— que siempre hay un intervalo entre estas medidas y la aparición de los indicadores de recuperación.
Que esta medida no se refleja de inmediato en las licencias, que la disminución de las licencias corresponde a la disminución de las ventas del año anterior. Y también que aún están aumentando las ventas y que esta medida tiene una incidencia importante en esas ventas.
Ojala esta medida pudiera fondearla al país para que una vez se agoten los 600 mil millones, los 80 mil créditos que se pueden subsidiar con esta decisión, hacia el largo plazo Colombia pueda seguir con este tipo de oportunidades.
En la ciudad de Pereira, donde hay un altísimo índice de desempleo, estamos empeñados en que funcione, para un ejemplo demostrativo nacional el programa de subsidio a la tasa de interés para mejoramiento de vivienda.
En el mejoramiento de vivienda, la construcción en Colombia y el empleo tienen una gran posibilidad.
Estamos prestando a la Caja de Compensación de Pereira más de 20 mil millones y entregándole un crédito tributario, un crédito presupuestal, para financiarle 4 puntos de tasa de interés a los créditos de mejoramiento que otorgue a los ciudadanos de Pereira y Risaralda.
El compromiso es que esos créditos lleguen, no solamente a los trabajadores afiliados a la caja, sino también a los trabajadores que no están afiliados a la caja.
Nos parece de la mayor importancia el conjunto de comentarios traídos esta tarde por la doctora Martha Pinto de De Hart. Quiero referirme, además de los macroproyectos, a otros de estos puntos.
Vivienda y servicios
El Gobierno comparte con ustedes que hay que seguir en la vía de agilizar trámites. Creo que un punto que debemos incorporar en las conclusiones de hoy es la necesidad de mirar nuevamente los trámites de los planes parciales, de examinar qué puede hacerse, por la vía del decreto, para garantizar la agilidad en los planes parciales.
He tomado nota de sus preocupaciones sobre la renovación urbana.
El Gobierno introdujo con mucho entusiasmo los estímulos tributarios. Ustedes han hecho hoy la sugerencia, bastante innovativa, de que se pueda dar un tratamiento de concesión por iniciativa privada.
Le pido al Viceministro (de Vivienda) Luis Felipe Henao que esta institución, creada en nuestra legislación contractual para concesiones de vías, y para otro tipo de concesiones, la estudiemos a ver si por vía de decreto reglamentario podemos interpretar que la Ley también la permite para los planes de renovación urbana.
Juzgo la iniciativa como una iniciativa novedosa de gran importancia porque, así como los macroproyectos, han llevado a que muchos alcaldes se integren a sacarlos adelante, estoy seguro que en la medida en que haya solicitudes de eventuales concesionarios por iniciativa privada, para poder adelantar proyectos de renovación urbana, eso va superar la falta de interés en la renovación urbana que se observa como línea transversal en las grandes ciudades de Colombia.
Le pido al doctor Luis Felipe (Henao) que miremos también cuidadosamente este tema.
Y también el tema de los servicios públicos. Me preocupa —ustedes han denunciado— que hay mucho descuido en empresas de servicios públicos para extensión de coberturas, para llevar la infraestructura a las zonas nuevas.
El Gobierno comparte ese diagnóstico. Hay que buscar el mecanismo para que estas empresas de servicios públicos ayuden más en la extensión de estas coberturas.
Confiamos que el Plan Departamental de Agua, que es de gran importancia, ayude a resolver muchas de estas dificultades.
Deuda y financiación
Nosotros hemos venido trabajando el déficit del endeudamiento de la Nación. El déficit del Gobierno Nacional Central bajó del 6 y medio al 2,34 (por ciento). Este año puede situarse alrededor del 4.
La situación de la crisis de la economía nos ha obligado a desistir temporalmente la reducción del déficit y permitir que tenga un nuevo incremento, no hasta las cifras que tuvo en el pasado, no hasta las cifras que tuvo en el pasado.
El endeudamiento, que llegó a estar en el 48, se ha reducido al 22 y este año y en el 2010 puede tener un ligero repunte.
Pero hemos sido cuidadosos en armonizar las necesidades de corto plazo con las necesidades de largo plazo. Hasta el punto de que no ha copado el Gobierno, a pesar de su déficit fiscal, la disponibilidad de recursos ofrecidos en el mercado financiero doméstico de Colombia.
Para prueba de ello basta mirar la exitosa colocación de bonos, que no solamente en moneda extranjera sino en moneda nacional, han hecho muchas empresas de Colombia este año.
Si ha habido financiación para el sector privado, amplia e importante, es el indicativo de que el Estado ha sido prudente con su política de déficit fiscal y con su política de endeudamiento.
Nosotros queremos trabajar todos estos puntos que ustedes han traído hoy. Les sugeriría muy respetuosamente incorporarlos con el Ministro y el Viceministro en un nuevo plan de acción. Estamos dispuestos a avanzar con estos puntos.
Compartimos la apreciación de ustedes sobre el leasing, figura a la cual también hay que darle tiempo. Que madure, que se inocule en la conciencia de los colombianos, que muchos dejen de verla como un fantasma, que muchos se familiaricen con ella, que no crean que es un factor adicional de costo. Ojalá podamos tener un leasing masificado.
Y trabajaremos con todo empeño para convertir en ley de la República el nuevo proyecto de antitrámites.
Creo que en aras de mejorar la posibilidad de que los colombianos accedan a la vivienda, hay que sacar una ventaja de esta fase negativa del ciclo de la economía.
Precios de la canasta básica
Vamos a convocar a unas reuniones desde el lunes en la Presidencia para buscar que por acuerdos de precios y de costos, el gran comercio le traslade a los consumidores colombianos, en menores precios, el descenso en costos que se le ha presentado por el descenso en muchos productos de la canasta básica.
Si hay descenso en productos de la canasta básica, ese descenso se le debe trasladar a los consumidores colombianos. Y también hay que hacer un gran esfuerzo para que los productores vean un alivio en sus costos de insumos y de materias primas.
Un gran acuerdo para lograr la reducción de insumos y materias primas, un gran acuerdo para lograr que la reducción de los precios de los productos básicos de la canasta se traduzca en menores precios, en mejores oportunidades para los sectores más pobres, lo buscaremos en las semanas que vienen.
Y si el país logra proyectar una inflación de largo plazo bastante reducida, eso va a serle gran componente para poder tener en el largo plazo una tasa de interés bastante asequible a las grandes mayorías de colombianos para poder superar el déficit de la vivienda.
Veo algo bueno, de toda esta reducción de precios ahora nos ayuda a mejorar la capacidad adquisitiva de los colombianos. Hay que sacarle una ventaja a la crisis, recuperarle capacidad adquisitiva a los sectores pobres de Colombia. Por eso se necesita este pacto para trasladarles en menores precios la disminución de los precios de los productos básicos a los sectores consumidores más pobres de la Nación.
En medio de las dificultades hay noticias buenas. Ustedes empiezan a ver una gran recuperación de ventas y al mismo tiempo, el Dane ayer expresó que en el segundo trimestre todo el sector de obras civiles creció en un 42 por ciento frente al mismo período del año anterior.
Eso indica que la Política Anticíclica está operando y el Gobierno hace todos los esfuerzos para que esta política le llegue de manera más veloz, para colmar las expectativas de los colombianos.
Además no la tuvimos que improvisar. Nos hemos sentido en crisis desde que empezó el Gobierno. Con la tasa de desempleo, los niveles de pobreza, el déficit y el endeudamiento no era para menos. Y entonces, desde el primer día estamos trabajando con el ánimo de que Colombia supere esta crisis histórica.
Hago llegar a ustedes, apreciados integrantes de la cadena de la construcción, apreciados compatriotas vinculados a Camacol, un saludo fraternal. El deseo de trabajar con ustedes en la elaboración de un nuevo plan de acción.
Quiero agradecerles sus expresiones llenas de patriotismo en favor de la salvaguardia de los superiores intereses de la Patria. Deseo éxitos en los meses que vienen —que los esperamos con luces de optimismo—, que la construcción nos pueda decir que hay un gran proceso de recuperación, porque eso también traerá alivio a muchos colombianos que van a volver a encontrar en la construcción la posibilidad de empleo que requieren.
A todos ustedes, muchísimas gracias”. |