Septiembre 10

   

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la celebración del sesquicentenario de la Diócesis de Pasto

Pasto, 10 sep (SP). “Mis compañeros de Gobierno y yo nos sentimos muy honrados de poder acompañar a la comunidad de Pasto en estos 150 años de su Diócesis. Ciento cincuenta años de tantos servicios.

Acabamos de leer un resumen de 150 años de acciones en favor de la ciudad, de la comunidad. Fue esta Diócesis pionera en esa construcción del capital social a través, especialmente, de la salud; representa esta Diócesis la gran tradición Católica del pueblo colombiano.

En 1994, en una universidad de Alemania, hubo un foro en el cual participaron nuestro actual Sumo Pontífice, Su Santidad Benedicto XVI, y el filósofo europeo (Jürgen) Habermas. Las conferencias de ambos generan una gran reflexión sobre la religión y la democracia.

La religión es ese conjunto de valores y creencias que logra la unidad de un pueblo en medio de la discrepancia de la democracia. La religión exige que las libertades democráticas no puedan abusar de la dignidad del ser humano.

Las libertades democráticas respetan ese presupuesto tan importante de la religión, que es justamente el respeto a la conciencia del ser humano.

Su Excelencia Reverendísima, monseñor Aldo Cavalli, Nuncio Apostólico y decano del cuerpo diplomático: nos sentimos muy conmovidos con el evangelio que hoy hemos escuchado y con la explicación que usted nos ha dado en la homilía.

Un evangelio que reta mucho al ser humano. A mí me reta mucho. Ese evangelio que dice: si te dan en un lado de la cara pon la otra. Si te odian, ama. Y que dice: no es gracia querer al que lo quiere a uno, porque los malos también lo hacen; también quieren a los que los quieren a ellos. La gracia es querer al que lo odia a uno.

Yo me sentí muy pecador cuando escuchaba la lectura del evangelio y la posterior homilía de nuestro Reverendísimo Nuncio, porque me preguntaba: ‘Yo tal vez no se capaz, yo tal vez no sea capaz’. Y ahí está la diferencia entre el evangelio y la condición de uno como ser humano.

El evangelio es un punto de referencia y uno tiene que luchar para acercarse a él. Pero sí pensé lo siguiente: ‘Bueno, pero uno puede dar pasitos. Un pasito es no odiar, comprometerse a no odiar, porque cuando uno logra no odiar, entonces va construyendo un caminito que lo lleva después a reconciliar y, finalmente, a amar.

Yo creo que el evangelio de hoy, para los humanos que pecamos, entre los cuales me declaro, es un punto de referencia muy exigente, difícil de aproximarse a él. Pero creo que hay una manera de avanzar hacia ese evangelio: erradicar el odio para construir el camino de reconciliación y, finalmente, lograr el gran objetivo del amor, que nos predica el evangelio de hoy.

Excelentísimo monseñor Julio Enrique Prado Bolaños, Obispo de San Juan de Pasto, por su conducta, la gratitud de todos los colombianos por los logros, el trabajo esforzado durante 150 años de esta gran Diócesis; el trabajo en todos los órdenes.

A quienes la han regido, la han hecho grande; a quienes hoy trabajan en esta gran Diócesis, nuestra gratitud, nuestra felicitación.

Señor Gobernador (de Nariño, Antonio Navarro), señor Alcalde (de Pasto, Eduardo Alvarado), distinguidos representantes, muy apreciada comunidad, mis compatriotas de Pasto: muchas felicitaciones”.
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