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Septiembre 11     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez, en la conmemoración de los 90 años del diario Vanguardia Liberal

Bucaramanga, 11 sep (SP). “No condescendamos con la picardía ni con el proceder doble o falaz. Desde que fundamos este diario les tenemos declarada la guerra a muerte y en ese hemos sido si se quiere intransigentes, hasta el extremo de no reparar en los amigos. Pero para las ideas ajenas, mientras respondan a una convicción honrada, es todo nuestro respeto. Y la tolerancia por el ajeno sentir se arraiga profundamente en nuestro temperamento fervientemente liberal’, escribía Alejandro Galvis Galvis, el 22 de julio de 1932, en el editorial de Vanguardia. Toda la firmeza frente a la criminalidad, toda la tolerancia frente al pluralismo. ¡Qué gran ejemplo!

Había nacido en la generación de la rectificación. Descendiente de las ideas criticas que en ese momento desde esta tierra enarbolaron muchos, fue epígono de Aquileo Parra. Entendió que el espíritu liberal era esencial en el valor del disentimiento.

Fue disidente frente a las orientaciones de su partido en su propio departamento y acompañó a quien se había atrevido a increpar al propio general Vargas Santos.

Alejandro Galvis Galvis hizo parte de las huestes que dieron toda la fuerza política en favor de las ideas disidentes del general Rafael Uribe Uribe.

Asesinado el general en octubre de 1914, Alejandro Galvis Galvis mantuvo enhiestas esas banderas, con toda la firmeza y con todo el carácter.

Vanguardia, sin dobleces, es la obra que refleja la personalidad de Alejandro Galvis Galvis. ¡Qué lucha tan noble que llena de orgullo a los colombianos!, decía la tercera generación, Alejandro Galvis Blanco -y no se me equivoco si no en matemáticas, querido Alejandro-.

Cómo son 90 años conducidos por una estirpe al servicio de los superiores intereses de la Patria, por Alejandro Galvis Galvis, Alejandro Galvis Ramírez, Alejandro Galvis Blanco y sus compañeros de la nueva generación como Sebastián Hiller Galvis.

Quiero rendir un homenaje a este gran esfuerzo.

El video nos mostraba los acontecimientos de 1953 y de 1989, destructores. Si no hubiera sido por el alma de hierro en la Dirección de Vanguardia, el periódico no habría reaparecido después del atentando de 1953, y mucho menos, después del atentado de 1989.

¡Qué valor civil, acompañando la lucha contra el crimen y la defensa del pluralismo democrático!

Hace cinco años estuvimos en esta casa periodística en sus 85 años. Y la vida nos depara el inmenso honor de acompañar el alma democrática de Santander en estos 90 años de Vanguardia.

Queremos hoy rendir un homenaje a Alejandro Galvis Ramírez.

Desde su más temprana edad, recogió de su padre la antorcha de Vanguardia. Con una gran formación académica, un gran dinamismo empresarial, una profunda sensibilidad democrática. Economista de la Universidad de Los Andes, con maestría en Administración de la Universidad de Michigan, con especialización en Gerencia de Diarios de la Northwestern University.

Alejandro Galvis Ramírez se ha convertido en un gran promotor de ese valor de Colombia que es la descentralización.

Si algo hacen por el bien de la Patria los periódicos regionales es erigirse en superestructura de la descentralización, en guía de cultural de la descentralización.

Y el esfuerzo de Vanguardia no se quedó solamente en Santander. Lo vemos gracias la emprendimiento de Alejandro Galvis Ramírez en muchas regiones de la Patria, contribuyendo a la unidad de la Nación desde la visión regional, contribuyendo a la unidad de la Nación desde el respeto a la descentralización.

Mis compañeros de Gobierno, la señora Ministra de Comunicaciones (María del Rosario Guerra) me acompaña para entregarle hoy al doctor Alejandro Galvis Ramírez la Orden Nacional al Mérito, a su persona, por quien los colombianos profesamos profundo respeto y gran admiración.

Acudo a esta casa periodística a reiterar todos los compromisos con la Patria.

Protección a los periodistas

Cuando empezamos, en Colombia se venía en una serie continuada de asesinatos contra los periodistas. Años de asesinar 15 periodistas. Recuerdo mis visitas a Barrancabermeja, como a muchas ciudades de Colombia: el periodismo amordazado, condicionado, condenado a muerte por las imposiciones del terrorismo.

Nos propusimos, en nombre de los valores democráticos de la seguridad, recuperarle plenamente la libertad al periodismo.

Llevábamos dos años sin el asesinato de un solo periodista en Colombia. Este año nos han asesinado dos. Ya están en la cárcel los asesinos del periodista del sur del Cauca.

Y ningún auditorio mejor que este auditorio democrático convocado por Vanguardia, para reiterar todo nuestro compromiso en la protección de los periodistas.

A nuestra seguridad la honra la práctica de los valores democráticos. Y para ello es fundamental la defensa de los sindicalistas, de los maestros, de los alcaldes, de los concejales; la defensa de los periodistas; la defensa de la base democrática de la Patria.

Nosotros hemos creído profundamente en la necesidad de profundizar la confianza en Colombia sobre tres pilares: la seguridad con valores democráticos, la promoción de la inversión con responsabilidad social y el avance de las coberturas sociales para superar la pobreza y para construir equidad.

Hemos vivido muchos años de violencia. Cuando terminó la Guerra de los Mil Días y esta tierra la sintió entre Palonegro y Peralonzo, el país quedó bastante destruido. Al año se independizó Panamá. Y era la cabeza.

Bogotá era todavía pequeña en el debate de los jurisconsultos. Cali apenas surgía. Cartagena se mantenía entre sus murallas. En Medellín despuntaban unas pocas chimeneas. El país perdía al perder Panamá la cabeza del liderazgo del momento.

Entramos en eso años en una paz relativa. Los esfuerzos del General Uribe, siempre acompañados por Alejandro Galvis Galvis, por ejemplo para que la paz no se afectara en el Gobierno del General Reyes, para que la paz se consolidara en el Gobierno de Carlos E. Restrepo, para tener la osadía de hacer una coalición con el partido Conservador para votar en contra del clientelismo liberal de la época en la elecciones de 1914, condujeron a que tuviéramos unos años de paz hasta principios de los años 1940.

Irrumpió la violencia partidista. Se superó con los acuerdos del Frente Nacional de finales de los años 1950. Y cuando todavía no se habían silenciado los fusiles, surgieron las guerrillas marxistas, que querían hacer de la política colombiana una acción constante de lucha de clases.

Sustituye el Estado democrático por la dictadura del proletariado. Avanzaron. Pocos resultados dieron los esfuerzos de paz. Mientras ellos perseguían la toma violenta del poder, aquí se pensaba que se les podía disuadir, simplemente a través de la oferta del diálogo y la invitación al regreso de la institucionalidad.

Generaron el paramilitarismo, que vino a competirles en crueldad. Las guerrillas pasaron de su fundamentalismo ideológico a ser mercenarios del narcotráfico. Y el paramilitarismo evolucionó de un nacimiento en nombre de autodefensas a otra acción mercenaria del narcotráfico.

Llegamos a un estado de cosas en el cual se sumaron varias generaciones que no han vivido un día completo de paz.

Cuando venía a estas tierras y sentía un gran compromiso en el corazón al leer aquella pancarta: ‘Quien pisa tierra santandereana es santandereano’, horrorizaba saber que ya no se podía transitar de Bucaramanga a Barrancabermeja, menos a Cúcuta o a San Alberto.

Que la tierra del carácter, la tierra de la pujanza, la tierra de la pequeña empresa, la tierra de la estructura democrática de propiedad estaba totalmente frustrada por los avances del terrorismo.

Persistir en una política de seguridad con valores democráticos, mejorándola todos los días, es un gran imperativo para una Nación que durante tantos años ha tenido que sufrir la destrucción de la violencia.

Hemos avanzado pero aún falta mucho.

Por fortuna, como lo hablábamos esta tarde en un extenso y fructífero diálogo con los concejales del país reunidos en Bucaramanga, todo crimen hoy conmueve al país. Antes, el sentido de indefensión llevaba simplemente a sumarlo. Hoy hay reacción ante cualquier acción de los violentos.

Hemos logrado avances significativos en lo que podríamos llamar los bienes intangibles. Se han recuperado dos monopolios que nunca debieron perderse: el monopolio del Estado para combatir a los violentos y para administrar Justicia.

La palabra ‘paramilitar’ surgió en Colombia para denominar las bandas privadas criminales, cuyo objetivo era combatir a las guerrillas, y pretendían llenar un vacío de Estado.

Hemos superado el paramilitarismo.

Desde la hora cero de nuestro Gobierno, emprendimos sin reservas en la determinación, una lucha con toda la energía para derrotar por igual a guerrillas, paramilitares y el narcotráfico financiador.

Tenemos bandas criminales del narcotráfico y guerrillas en debilitamiento. Tienen entre sí una alianza mafiosa: en algunas regiones de Colombia se unen para repartirse los dividendos del narcotráfico, y en otras regiones de Colombia se enfrentan para disputarse esas jugosas utilidades.

Nuestra determinación –y me compromete mucho repetirla en la casa de Alejandro Galvis Galvis- es derrotar todas estas expresiones de la criminalidad.

Hemos recuperado el monopolio de la Justicia. Se habían perdido todos los esfuerzos. El país se solazaba en la teoría de tener una Justicia independiente, pero en la práctica esa Justicia había sido desplazada por los terroristas guerrilleros y paramilitares.

En muchas regiones de Colombia, la Justicia ya no era administrada por los jueces y fiscales. Habían sido relegados por cabecillas del paramilitarismo terrorista y de la guerrilla terrorista.

Pleitos de familias, querellas entre vecinos, crímenes mayores, crímenes menores eran pretendidamente conocidos por los cabecillas del terrorismo.

Hemos recuperado la vigencia de la Justicia democrática del Estado en todo el territorio. Y en estos años, en medio de inmensas dificultades, hemos aumentado en pesos nominales, en un ciento por ciento, el presupuesto de la Justicia.

Reparación a las víctimas

En Colombia las víctimas importaban en los funerales, pero no en las políticas públicas. Las víctimas no reclamaban por temor. Tampoco lo hacían porque lo encontraban inútil.

Hoy los colombianos han recuperado la libertad para denunciar y se han registrado más de 220 mil víctimas.

En los años anteriores dedicamos más de 300 millones de dólares al apoyo inicial de las víctimas, y ahora hemos empezado la otra fase de la reparación pecuniaria. Este año, en el componente pecuniario, serán reparadas 12 mil víctimas.

La reparación es integral y nunca es completa.

Pero todo esfuerzo de reparación evita semillas de odio, anula reacciones de venganza.

El país seguirá haciendo un esfuerzo enorme para la reparación pecuniaria de las víctimas.

Se han desplazado millones de colombianos, pero todos los días son menos las regiones donde se genera el desplazamiento. Y hemos multiplicado por 12 la atención a los desplazados.

No obstante que por la interpretación de las normas –que siempre respetamos- de los desplazados del año pasado, 150 mil fueron registrados y ellos mismos reconocieron que se habían desplazado entre los años 1950 y 1980.

El país hace un enorme esfuerzo por la reinserción. Eran más de 70 mil terroristas. Siguen activos unos 8 mil. Aspiramos derrotarlos a todos. Y les hemos ofrecido el camino generoso de la reinserción. Se han reinsertado más de 50 mil.

En nombre de la paz, en periodos anteriores se reinsertaron 4 mil, cuando los grupos terroristas se multiplicaron por seis.

En nuestro periodo, en nombre de la seguridad, se han reinsertado más de 50 mil, cuando los grupos terroristas todos los días están más reducidos.

Creo, apreciados compatriotas, que la seguridad con valores democráticos es el gran camino hacia la paz.

Otros países, en nombre de la seguridad, cercenaron las libertades, censuraron la prensa, afectaron el pluralismo.

Nosotros, que enfrentamos un desafío terrorista enorme, de criminales ricos que no dependen de donaciones internacionales, que no tienen justificaciones políticas para avanzar en sus acciones delictivas, nosotros los hemos enfrentado profundizando las libertades.

Colombia siempre ha sido libre en su normatividad, pero el terrorismo estaba afectando esas libertades.

Hoy el país es más libre en su vida real, es más eficaz la práctica de nuestras libertades.

Hemos adelantado esta política de seguridad sin restricciones a las garantías civiles, a las garantías políticas; sin legislación marcial, con la plena vigencia de la legislación ordinaria -creo que eso honra a Colombia-, con profundo respeto al pluralismo, con un afán sin límites para que todas las voces del territorio de la Patria tengan reales garantías.

Hoy hay protección individual directa a más de 10 mil colombianos. De ellos, cerca de 2 mil son dirigentes sindicales.

¡Qué bueno que esa sea otra expresión del afán democrático de esta política!

Colombia había hecho un gran esfuerzo en procura de la descentralización, pero esa descentralización estaba siendo asesinada.

Durante más de un siglo se debatió en el país sobre la necesidad de la elección popular de alcaldes. La más federal de las constituciones, la de 1873, la dejó a criterio de los Estados soberanos, que no la sacaron adelante.

El Congreso Ideológico del Liberalismo, en Ibagué, en 1923, que encuentra entre sus líderes a Alejandro Galvis Galvis, al lado del general Benjamín Herrera, promovió, en el primer renglón del Manifiesto Político, la elección popular de alcaldes, aprobada décadas después en el gobierno del Presidente (Belisario) Betancur, por la paradojal iniciativa del doctor Álvaro Gómez Hurtado.

La Constituyentedel 91 introdujo la elección popular de gobernadores, y otros mecanismos de ampliación democrática.

Cuando asistía yo a las bancas de la universidad pública, la insurgencia decía que en el momento en que en Colombia se ampliará la democracia, se permitiera la elección popular de alcaldes y de gobernadores, ellos dejarían las armas. Pero sucedió todo lo contrario: se convirtieron en verdugos de la descentralización, de los actores legítimos de la democracia local.

En la tarde del 8 de agosto de 2002, un jueves, a las 24 horas de haber iniciado nuestro Gobierno, con algunos compañeros y con los Altos Mandos acudimos a Florencia, a reunirnos con todos los alcaldes de Caquetá, que estaban exiliados en la capital. El terrorismo no les permitía ejercer sus competencias democráticas.

Así se encontraban 400 alcaldes de Colombia.

La historia va a juzgar qué pasó con la penetración del crimen en la política. Hasta qué punto se dio una omisión de Estado.

Lo cierto es que el crimen se había apoderado de los esfuerzos de fortalecimiento presupuestal de las regiones, y se había impuesto sobre las libertades políticas en muchas áreas de Colombia.

Los dirigentes políticos tienen más deber, mayor deber que los ciudadanos que no asumen estas responsabilidades, pero también la Historia dirá hasta qué punto hubo un ánimo de delinquir por parte de la dirigencia política o una coacción insuperable ante una indefensión, derivada de omisiones del Estado.

La Justiciano se atrevía a enfrentar el crimen de la penetración del terrorismo en la política.

Miren ustedes: los crímenes de la política que hoy se investigan fueron cometidos antes de nuestro Gobierno. Existían las mismas instituciones, pero no había condiciones ni para proteger a los políticos ni para que la Justicia pudiera actuar.

La Seguridad Democráticaha ayudado a construir esas condiciones, para que los políticos puedan actuar libremente en sus regiones, para que no estén determinados por los criminales y para que la Justicia pueda actuar.

Esta Seguridad Democrática ha contribuido a recuperar el ejercicio libre de la política, y ha contribuido a recuperar la eficacia en la descentralización de la Patria.

Claro que son muchos los temas pendientes. Y creo, apreciados compatriotas, que continuar la Seguridad Democrática, sin estancamiento y sin bandazos, a través de un proceso de mejoramiento continuo, es un imperativo de la Nación.

Y un proyecto para un país que hace tantas décadas de violencia, un proyecto para que el país supere esa pesadilla, tiene que ser un proyecto que les permita a las nuevas generaciones poder vivir en una Patria firmemente segura.

Sobre esto no se puede tener vacilación.

Yo, particularmente, admiro a muchos líderes colombianos, pero también me preocupa, en muchos amaneceres, la vacilación que he visto de buena parte del liderazgo político para combatir a los violentos.

Ahora que el señor ex presidente (César) Gaviria hacía esa elocuente y justa apología del ideario del doctor Luis Carlos Galán, venía a mi mente la reflexión del espíritu indomable, de hierro, para enfrentar a los criminales, del cual dio ejemplo Galán.

Infortunadamente, eso todavía es excepcional.

Por eso, cuando pensamos en los ejemplos de Galán, en el ejemplo de Galvis Galvis, en el ejemplo de Vanguardia de 1953, de 1989, tenemos que procurar que esos ejemplos sirvan para generalizar una voluntad sin dobleces en la dirigencia política de Colombia para derrotar a los criminales.

Nosotros hemos procurado acompañar la seguridad de la creación de más confianza inversionista y del avance en las coberturas sociales.

Libertad de medios de comunicación y de emprendimiento

Cuando hay países del continente en un proceso más acelerado o más lento de estatización de medios de producción, de anulación de libertad de emprendimiento, en unos casos con un discurso más agresivo, en otros casos con un discurso más taimado, Colombia se ha mantenido firme en el propósito de respetar plenamente la libertad de medios de comunicación y la libertad de emprendimiento.

Hoy en el continente se dan situaciones en las cuales los países que todavía no han afectado la libertad de emprendimiento, no se atreven en el discurso a defenderla cuando sus vecinos la pretenden anular.

Colombia en el discurso internacional, en la actitud nacional, en la práctica de todos los días, se erige como defensora de la libertad de emprendimiento y de las libertades públicas.

Confianza en Colombia

Eso ha ayudado mucho a que haya más confianza en Colombia.

No ha sido en vano. Este país es un país con científicos independientes de las estadísticas.

Cuando empezó nuestro Gobierno, la tasa de inversión de Colombia se había caído al 14 por ciento; en el sector privado estaba en el 8.

Este año, a pesar de las dificultades de la economía, en el primer trimestre la tasa de inversión fue del 25 por ciento y en el segundo trimestre, del 26,5.

A mitad de agosto sumábamos ya 5 mil 300 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa. Un 9 por ciento menos que el año pasado, pero mucho más que en periodos anteriores.

Teníamos una Inversión Extranjera Directa de 700, mil, picos de mil 500, de 2 mil millones de dólares. En los últimos años, 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 28, 10 mil 564; y ojalá este año la caída no sea superior al 10 por ciento.

Yo creo, apreciados compatriotas, en que se necesita una tasa elevada y sostenida de inversión. Y se necesitan mercados; de lo contrario el país no sale adelante.

Mi generación no tuvo la oportunidad de que nuestros maestros nos anunciaran con suficiente antelación la caída del Muro de Berlín, el colapso de Unión Soviética, la sustitución de la filosofía de Mao Tse Tung por la apertura de Deng Xiaoping.

China, con casi 30 años de apertura a la inversión, con promedios de más de 60 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa al año, de sus mil 200 millones de habitantes apenas ha reivindicado de la pobreza a 400 millones.

El esfuerzo sostenido por la inversión es finalmente un esfuerzo por la superación de la pobreza y por la construcción de equidad.

Hemos hecho una serie de reformas estructurales bien importantes para darle confianza a la inversión.

Habíamos mejorado mucho los indicadores macroeconómicos. El déficit en el Gobierno Nacional Central había subido al 6 y medio. El año pasado fue del 2,34. Infortunadamente en este año y el año entrante volverá a crecer. Esperamos que no supere el 4,7.

El endeudamiento había subido al 48 por ciento del PIB. De cada 100 pesos que producíamos debíamos 48. Una tradición de macroeconomía sólida empezaba a ser mirada con suspicacia en analistas nacionales e internacionales.

Bajamos ese endeudamiento al 22. Confiamos que ahora que tenemos que subirlo, lo hagamos prudentemente y no exceda el 28.

Reforma de entidades

Hemos adelantado reformas estructurales bien importantes. Nuestro proceso reformista no se detiene.

Si creo yo, apreciados compatriotas, que los procesos reformistas tienen que tener una visión. Que los procesos reformistas no se pueden invocar para lanzar a los pueblos a la incertidumbre.

Nosotros creemos en una Nación segura, con inversión, con responsabilidad social, superando pobreza y construyendo equidad.

Lo repetimos diariamente ante nuestros compatriotas. Queremos inocular eso en el corazón y en la conciencia de los colombianos. Y esto requiere ajustes todos los días. No podemos caer en el estancamiento, tampoco dejarnos seducir por los bandazos.

Ajustes para mejorar dentro de un sendero trazado, para que el país sea un país que genere más confianza.

Hemos reformado 427 entidades del Estado y seguimos reformándolas.

Aquí en Santander se hizo un gran esfuerzo para reformar casi toda la red hospitalaria.

Recuerdo, al inicio de Gobierno, las llamadas de mi buen amigo, el ex ministro Virgilio Galvis Ramírez, a hablarme de la situación crítica del Hospital Ramón González Valencia y de la red hospitalaria de Santander.

Se reformó. Se enfrentaron los excesos sindicales y el control de la politiquería. Y confiamos que se den los nuevos pasos, derivados del liderazgo local, para evitar que recaigan en las anteriores enfermedades.

Reformamos a Ecopetrol, fundamental para esta región de la Patria. Primero hicimos la reforma pensional y laboral, después la reforma de la capitalización, que le ha permitido a Ecopetrol pasar de una capacidad de inversión de 700 millones de dólares al año, a una capacidad de inversión de 6 mil millones de dólares al año.

Qué diferente es hoy Barrancabermeja. Y no me dejará equivocar el Alcalde (Luis AlbertoQuintero), el señor Gobernador (Darío Echeverry, Gobernador Encargado) y la dirigencia de Santander, de destacar que a ese mejoramiento que todos los días advertimos en Barranca, que dista mucho de lo que queremos, pero que se va surtiendo el camino, confluye la constancia de la Seguridad Democrática y la externalidad para bien de la comunidad, derivada de las mayores inversiones de Ecopetrol.

Reformamos Ecogas, reformamos la Electrificadora (de Santander), se permitió una fórmula mediante la cual el departamento de Santander accediera a un porcentaje mayor de la propiedad de la Electrificadora.

Propusimos que las electrificadoras, en su reforma, no deberían simplemente eliminar un clientelismo nacional para permitir un clientelismo departamental. Que la participación de los departamentos a participar en mayor proporción en su estructura propietaria, debería tener la garantía de administraciones independientes que evitaran el clientelismo.

Ese magnífico acuerdo se logró en Santander, con el señor Gobernador Horacio Serpa, con toda la dirigencia parlamentaria.

Hemos reformado 427 entidades del Estado. Reformas que parecían imposibles.

Quién iba a pensar que era posible arrebatarles a los fundamentalismos extremistas el control de clínicas del Seguro Social.

Y cuánto gusto me dio saludar en esta reunión al doctor Castillo (Víctor), Presidente de la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga, entidad que tiene a cargo la Clínica Campo Serrano, una de las reestructuradas del Instituto de los Seguros Sociales, en la ciudad de Santa Marta.

Qué difícil es el proceso reformista cuando tiene que enfrentar esos fundamentalismos ideológicos que quieren no dejarlo prosperar.

Hasta el último día de Gobierno vamos a continuar en esa reforma de la administración que le ha ahorrado 6,28 del PIB al gasto público.

Es bien importante hacer una referencia a otras reformas: a la reforma de la tributación.

La idea nuestra no ha sido rebajar las tarifas para todo el mundo, pero sí crearle incentivos a la inversión.

En un país con una carencia tan honda de capital humano debidamente preparado y de capital físico, los estímulos a la inversión son fundamentales.

Incentivos a la inversión

Algunos reclaman una reforma tributaria estructural. Y cuando indago por su acepción, me dicen que es una reforma que baje las tarifas significativamente, que establezca una tarifa plana y universal.

Creo que ese no es el camino, porque elimina la progresividad, que es fundamental en una sociedad con pobreza y con inequidad, y porque elimina lo que recientemente hemos incluido: un tratamiento más favorable al contribuyente que reinvierte, que el tratamiento que se le da al contribuyente que no reinvierte.

Algunos dicen: ‘Pero es que los incentivos tributarios el año pasado costaron 5 billones’. Un costo muy relativo de inversiones con las cuales no contábamos. Fue una deducción a inversiones que por ese concepto ascendieron a 30 billones de pesos. Lo mínimo que ha pasado en estos años, gracias a los incentivos, es que se han acelerado muchísimo los planes de inversión en Colombia.

Una cosa es incurrir en el error neoliberal de rebajar las tarifas para todo el mundo, y otra cosa es orientar la tributación hacia el estímulo a la inversión.

Por ejemplo, las zonas francas. Y cuánto gusto nos da que ya Santander esté en el suya y aspiramos a que dentro pocos días esté aprobada. Las zonas francas exigen una gran inversión y una modalidad laboral bien particular.

Todos los trabajadores de zonas francas tienen que ser contratados directamente por las empresas, sin intermediarios laborales, con contratos a término indefinido y con afiliación a la seguridad social. Cuánto ayuda eso para mejorar el empleo en Colombia.

Hace pocos días un empresario que tiene la fábrica de confites más grande de China, me decía: ‘Yo hasta hace algunos años no pensaba en Colombia. De Colombia solo conocía referencias negativas de los periódicos por las circunstancias de violencia. Y ahora estoy empeñado en instalar la sucursal en el continente americano a esta empresa China en Colombia’.

Cuando apenas estamos empezando a ser un país de moda frente a los inversionistas domésticos e internacionales, creo que no es bueno anular los estímulos tributarios que hemos introducido. Hay que dejar que maduren. Los proyectos de inversión toman tiempo. Convertir una idea de inversión en una necesidad de inversión, en una decisión de inversión, en un proyecto de inversión, hacer el cierre financiero e instalarlo, es un proceso complejo que toma mucho tiempo.

Invito a mis compatriotas a que mantengamos estos estímulos tributarios, ahora que apenas empiezan a rendir sus frutos.

Claro que hay que hacer ajustes. Ese ajuste que hemos presentado a consideración del Congreso de la República, propone que la deducción no sea del 40 por ciento sino del 30 por ciento a la reinversión de utilidades. Pero también propone que esa deducción quede en firme, no obstante que en un momento posterior el contribuyente reparta utilidades.

Entre el año 2003 y el año 2006, aplicamos la deducción del 30 por ciento. Y operó. El Congreso la elevó al 40 por ciento. La práctica de 2006 a 2009 nos ha indicado que esos diez puntos no son requeridos. Y que entonces debemos volver a la deducción del 30 por ciento. Pero eso sí dejarla en firme. Que si una empresa santandereana hace una reinversión de utilidades, tiene una deducción del 30 por ciento y a los dos años hace un reparto de utilidades, no le echen para atrás esa deducción.

Esa es la propuesta que le estamos haciendo al Congreso de la República. Y la propuesta también de que quede claro de que los acuerdos de estabilidad no pueden darles a los contribuyentes garantía para comparecer, ayudarle a la Nación en momento de dificultades, por ejemplo, con un impuesto al patrimonio.

Además proponemos que no se sumen sino que se excluya el incentivo de la zona franca con el incentivo de la deducción del 30 por ciento.

Impuesto al patrimonio

Y estimulamos un nuevo esfuerzo al patrimonio. Creemos que ha sido bien importante para el país que nuestra política de Seguridad Democrática haya sido acompañada del avance de las coberturas sociales.

Cuando empezamos, decían mis contradictores: ‘Uribe es guerra, Uribe es paramilitar, Uribe es derecha, Uribe es fachista, aquí no va a haber política social’.

Y gracias al impuesto al patrimonio, pudimos lograr que avanzara la Seguridad Democrática y que también avanzaran las coberturas sociales.

A la democracia colombiana la honra la circunstancia de que los patrimonios más cuantiosos del país hayan sido los contribuyentes para financiar la Seguridad Democrática.

Por eso les estamos pidiendo a los más pudientes de Colombia que se apoye esta iniciativa, hoy a consideración del Congreso, para prolongar el impuesto al patrimonio y garantizar que avance la Seguridad Democrática, siempre acompañada por el mejoramiento social del país.

El tema de la pobreza

Por supuesto, el tema de la pobreza es un tema que se discute todos los días.

Tenemos hoy tres millones de pobres menos que los pobres que había en Colombia en 2002. Quisiéramos una reducción mucho más acelerada, pero es que el país se había aproximado a una pobreza del 60 por ciento. No es fácil superar esa velocidad que tenía el crecimiento de la pobreza, detener el crecimiento de la pobreza y empezar a revertirla.

Anoto esto: la Misión de Pobreza en nuestro país, totalmente independiente, integrada por muchas voces críticas, afirma que la medición de pobreza más exigente del continente es la de Colombia. Mientras en otros países del continente la línea de pobreza se marca en un ingreso de 3,5 a 4 dólares, en Colombia la línea la marca un ingreso superior a 6 dólares. Somos mucho más exigentes para medir la pobreza que en el promedio del continente.

Índice de oportunidades

¿Pero en qué estamos avanzando? Estamos avanzando en el índice de oportunidades. Los mismos analistas internacionales que han sido críticos del coeficiente Gini de distribución del ingreso en Colombia, consideran que Colombia, en el tamaño de su economía, en el ingreso per cápita, es el país del continente que más está avanzando en el índice de oportunidades.

Lo que ocurre es que hay que aceptar un intervalo entre el mejoramiento del índice de oportunidades y la reducción acelerada de la pobreza y el mejoramiento del coeficiente Gini de distribución del ingreso.

Me explico. Si hoy empieza a estudiar un colombiano de los sectores pobres, y gracias a los diferentes programas del Estado puede cerrar su ciclo educativo, y hoy un niño tiene 6 años, se puede demorar otros 20 años, otros 18 años, para poder entrar a la economía laboral activa. Entonces el ingreso de ese niño solo se va a ver en la posibilidad real a los 17, 18 ó 20 años después de que ese niño empiece a recibir un mejoramiento del índice de oportunidades.

Lo que estamos haciendo es mejorar el índice de oportunidades. Y así lo reconocen los más exigentes críticos.

Revolución Educativa

Veamos la política educativa, que es la base del índice de oportunidades: Colombia tenía un 78 por ciento de cobertura en educación básica, y está llegando al ciento por ciento. Colombia graduaba a 420 mil bachilleres, y está graduando a más de 660 mil bachilleres. Colombia tenía menos de un millón de estudiantes universitarios, y hoy se acerca a un millón 700 mil estudiantes universitarios. Colombia financiaba a través del Icetex a 60 mil estudiantes universitarios, y hoy financia a más de 250 mil estudiantes universitarios.

El Sena es la institución líder de formación vocacional en América Latina, solo comparable con la del Brasil, y mayor la dimensión social de la nuestra. ¿Por qué? Porque en el Brasil solamente el sistema de capacitación les sirve a los trabajadores de las empresas cotizantes. En nuestro país el Sena le sirve a la población en general, va mucho más allá de la órbita de los trabajadores de las empresas cotizantes.

Cuando empezamos, el Sena capacitaba a un millón 100 mil colombianos por año, y este año capacita a más de 6 millones. Tenía 41 mil colombianos matriculados en técnicas y en tecnologías, y este año tiene 295 mil. Y dentro de la política de avizorar los nuevos empleos, de conducir a los colombianos hacia las nuevas oportunidades de emprendimiento que ofrece el mundo de la pos-crisis, el Sena está vinculando a otros 250 mil colombianos a formarlos en dirección a los nuevos empleos.

El Sena, en diciembre de este año, nos acompaña su Director, deberá certificar ante los colombianos que tiene un millón de estudiantes aprendiendo inglés a través de Internet. La mayoría de los profesores, desde San Andrés y Providencia. Y para que no haya la restricción de la transmisión satelital, se está instalando un cable submarino que convierta al Archipiélago en un gran desarrollo de informática para nuestra Patria.

Esta gran tierra santandereana tenía 54 mil personas atendidas por el Sena al año, y este año se acerca a 400 mil. Y de manera semejante se avanza en todo el país en este frente.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, obra de muchos gobiernos, de la administración Lleras Restrepo, de la administración Barco, un esfuerzo continuado, ha tenido también otro gran avance en nuestra administración: hemos pasado de 5 millones de beneficiarios de beneficiarios de Bienestar Familiar, a 12 millones de beneficiarios. Hoy entregamos 14 millones y medio de raciones alimentarias al día, fundamentalmente vinculadas a la posibilidad de que no haya deserción escolar.

Colombia está llegando a 2 millones 840 mil Familias en Acción, y Santander a 150 mil. Un apoyo a las familias más pobres, que se suma a los nuevos recursos de gratuidad de educación, para que estas familias garanticen el ciclo educativo de sus hijos.

Es fundamental para la democracia garantizar la movilidad, abrir los caminos del ascenso través del esfuerzo. Sin ello, la democracia se desnaturaliza.

Nosotros confiamos que en la medida en que los hijos de las familias más pobrespuedan completar su ciclo básico educativo, en la misma medida la movilidad democrática permitirá que no condenen a los hijos de los pobres a ser pobres.

Pues bien, reconocemos que estos esfuerzos todavía necesitan mucho más, que hay que mejorarlos todos los días, pero creemos que van en la dirección correcta. Si ustedes me preguntaran en faltantes, muchos. Por ejemplo, así como estamos llegando a una plena cobertura en nutrición infantil, apenas estamos empezando la cobertura escolar para los niñitos menores de cinco años. Las coberturas educativas por fuera de Bogotá y de Medellín han desbordado la infraestructura.

Y estamos haciendo grandes esfuerzos en la calidad de la educación, que se demoran en producir resultados. Por ejemplo, ya los profesores no se nombran por recomendación de la tarjeta política sino por concurso. Ya no tenemos solamente la prueba Icfes; se dan las pruebas Saber. Tenemos un nuevo escalafón para los profesores, que es más exigente con ellos en sus calidades académicas y pedagógicas, y también menos avaro con ellos en la remuneración.

Hay el examen a los egresados universitarios, el Observatorio Laboral de los egresados universitarios, para dar señales inequívocas de calidad y de concordancia entre la educación y las demandas de la comunidad.

Colombia, y qué bueno repetirlo en Vanguardia Liberal, apreciados compatriotas, es el país de la región, después de México, que más expone hoy sus estudiantes a las pruebas internacionales de calidad educativa; y después de México, el país más exigente en las pruebas domésticas de calidad educativa. Tenemos confianza en que esto va a tener que mostrar unos resultados muy superiores en materia de calidad de la enseñanza.

Aseguramiento en salud

Y hemos avanzado en salud. A mí me correspondió, como senador de la República, trabajar durante largos años con el Presidente Gaviria, primero cuando él era Ministro de la administración del Presidente Barco, y después cuando él fue Presidente de la República, hasta que sacamos esa reforma a la seguridad social: la Ley 100.

Y volvimos a introducirle ajustes en nuestro Gobierno, no a dejarnos tentar de la reforma de los bandazos para desmontarla, pero sí a hacerle el análisis crítico para introducir juiciosas enmiendas.

En estos años, hemos pasado de 10 millones 700 mil colombianos afiliados al Régimen Subsidiado de Salud, a 23 millones de colombianos.

Hace dos días, cuando asistíamos a la nueva presentación del Presidente Obama ante el Congreso de los Estados Unidos, en procura de sacar adelante la reforma a la salud que permita proveer de seguro a 50 millones de trabajadores norteamericanos que aún no lo tienen, venía a nuestra mente esta comparación: Colombia, un país de cuatro mil dólares de ingreso per cápita, con estos problemas tan grandes de distribución, tiene 41 millones de ciudadanos con seguro de salud. Estados Unidos, un país de 43 mil dólares de ingreso per cápita, tiene todavía 50 millones de trabajadores sin seguro de salud.

Hemos reformado el Seguro Social, las Clínicas, la EPS, hemos hecho los ajustes a la ley, hemos avanzado en frentes de financiación, y reconocemos problemas que tenemos que enfrentar.

Por ejemplo, las jurisprudencias de la Corte Constitucional que, además de que acatamos compartimos, porque hay que llegar a la universalización y a un régimen igual en lo subsidiado y en lo contributivo, nos exigen que a todos los ciudadanos les demos en el régimen subsidiado y contributivo el mismo tratamiento. Ahí tiene el país un gran reto. Estamos estudiando cómo avanzar. Porque hacerlo de la noche a la mañana nos costaría seis billones, imposible de sufragar hoy.

Sabemos que los esfuerzos que están haciendo los departamentos para pagar lo que no está incluido en el Plan Obligatorio de Salud (POS), son esfuerzos que rebasan sus posibilidades fiscales. Estamos trabajando con los gobernadores, con el Congreso de la República, para encontrar maneras de solventar este problema de falta de financiación para el No-POS en la salud de los departamentos.

No hay derecho a enfermarse

Compatriotas, nosotros somos muy optimistas porque trabajamos con todo afecto en toda hora por Colombia, pero no dejamos de reconocer las dificultades.

La vida pública es ese proceso en el cual se hacen mil esfuerzos y se logra un pequeño resultado, pero hay que amanecer apuestos al otro día, con todas las energías, a empezar otros nuevos mil esfuerzos, así se logre un pequeño resultado.

Nuestra actitud es totalmente democrática, nuestra apertura al debate es plena, nuestro entusiasmo por Colombia no tiene límites, y lo que nos gusta a nosotros es la vitalidad de su base democrática.

Ahora uno de mis ilustres críticos, el ex presidente César Gaviria, me decía: ‘Lo veo muy aliviado’. Y le dije: ‘Ustedes no me dejan enfermar, Presidente’.

Tenemos que estar en el combate democrático de todas las horas, y por eso pedimos al Creador que nos reconozca el derecho de enfermarnos.

Compromisos con Santander

Y hablemos de esta tierra, por la cual yo siento un enorme afecto. Yo quisiera morirme con la tranquilidad de haber podido transmitir ese afecto a los santandereanos.

Para mí no era fácil enfrentar al doctor Horacio Serpa Uribe, por quien he profesado admiración y estima, y que había compartido muchas batallas políticas con él.

Por eso, por el noble apoyo del pueblo santandereano, por lo que significa Santander en el presente, ha significado la historia y representa para el futuro de Colombia, mis compañeros y yo sentimos un profundo compromiso con esta tierra.

Hemos querido trabajar aquí en la seguridad, en la producción de la inversión, en las coberturas sociales.

Santander tenía 500 mil personas en el régimen subsidiado de salud, y hoy tiene millón 100 mil personas en el régimen subsidiado de salud.

Sabemos de sus falencias en infraestructura. En nuestros primeros años de Gobierno, con muchas limitaciones, avanzamos en el Plan 2500. Que hubo éxitos en unas carreteras, que dificultades en otras, pero que han hecho en el país 2.400 kilómetros del Plan 2500. Y en Santander hemos avanzado bastante. Lo que pasa es que la geografía y la extensión vial del departamento nos imponen muchas limitaciones.

Acabamos de aprobar un crédito subsidiado a la Gobernación por 200 mil millones, con subsidios del presupuesto nacional en la tasa de interés: en una primera etapa, 100 mil millones, y ya la Gobernación abrió las licitaciones para poder avanzar en esas obras.

Hemos puesto a marchar grandes aspiraciones de Santander. Aquí discutimos durante mucho tiempo, y lo mismo en Cúcuta, qué era más conveniente, si avanzar en la vía del Escorial o en la doble calzada por la carretera de Bucaramanga a Cúcuta. Y se llegó a la conclusión de que el esfuerzo ahora debe ser en la doble calzada.

Apreciado doctor Alejandro Galvis Blanco, fueron 350 mil. Sabemos que apenas es la cuota inicial, pero yo me mantengo pendiente a toda hora de poder tener autoridad moral para venir a esta tierra a hablar con mis grandes compatriotas santandereanos.

Tengan la certeza de que no ahorraremos el más mínimo esfuerzo para que haya una carretera de talla mundial entre Cúcuta y Bucaramanga.

Y ya empieza la obra para esa Carretera Central del Norte, por donde viajó, de seis años, el General Santander, para trasladarse de Villa del Rosario al Colegio San Bartolomé de Bogotá. El nuevo contrato que empieza a ejecutarse, garantizará que tengamos esa carretera en su totalidad, de muy buenas especificaciones.

Y empieza la obra complementaria para entregarle a Santander, a Boyacá, a la Meseta Cundiboyacense, la carretera de Landázuri, la carretera del Carare. Primero hicimos el trayecto de Cimitarra a Puente Araújo. Y ahora hemos contratado todo lo que hace falta en el trayecto de Landázuri a Cimitarra.

Y con mucha dificultad hemos sacado adelante la Concesión del Área Metropolitana.

Sé la preocupación de ustedes, la comparto, por el Puente de Flandes. Esta semana le dije al Ministerio de Hacienda: ‘Por favor, ayúdenme, yo necesito un pasaporte para poder regresar a Santander, no me dejen sin visa para saludar al Alcalde de Bucaramanga’.

Y hoy les puedo decir que ya logramos financiar los 40 mil millones de pesos para el Acueducto de Bucaramanga. El señor Alcalde conoció las decisiones del Confis esta semana. Eso es adicional al Plan Departamental de Agua.

Y en cuanto al Puente de Flandes, vale 54 mil millones de pesos. No lo hemos podido financiar en su totalidad, pero ya hemos garantizado que empiece la obra.

Hemos separado unos dineros bien importantes del presupuesto nacional. Y además tengo que hablar con toda la verdad, para que después no haya lugar a suspicacia: le hemos pedido al Inco que le dé prioridad al Puente de Flandes, sobre la intersección donde se desvía la carretera que va hacia Lebrija, de la cual se desvía la carretera que va al Aeropuerto. Creemos que es prioritario el Puente de Flandes. Hay que hacer ambas obras, pero le debemos dar prioridad al Puente de Flandes.

Quiero responder de esta manera la petición que esta noche ha reiterado el doctor Alejandro Galvis Blanco: el 22 de diciembre, con la ayuda de Dios, vendremos a Bucaramanga, a compartir con ustedes la alegría de darle a esta ciudad más calidad de vida, estrenando los buses articulados de Metrolínea.

El Alcalde me dijo hoy: ‘Presidente, comprométase sin vacilación’. Y creemos, Alcalde, que no le hemos fallado en los aportes presupuestales, que vamos a venir a Bucaramanga, el 22 de diciembre, a poder abordar, con usted y con los ciudadanos de la capital santandereana, esta comodidad que es Metrolínea.

Esto en un país que está construyendo nuevos sistemas de transporte masivo. A mí me dicen: ‘Chile, sí, va muy adelante, muy bien’. Pero tienen un solo problema de transporte masivo en Santiago de Chile. Nosotros estamos trabajando nueve sistemas de transporte masivo.

Logros en competitividad

Y a propósito, la lucha continuada por la competitividad, nos permitió esta semana cosechar dos buenos resultados: por tercer año, el Banco Mundial nos declara campeones en el escalafón de competitividad, que ellos llaman el Doing Bussines. Mejoramos 13 puntos. Y el Consejo Mundial de Competitividad nos reconoció un mejoramiento de cinco puntos.

Pero no nos quedamos quietos. La felicitación que le dimos al Ministro de Comercio es: ya que llevamos tres, ahora vamos por el siguiente campeonato, para que Colombia mejore en competitividad.

Nuevo decreto para impulsar el comercio

Y sabía que aquí me iba a encontrar al doctor Eustorgio Colmenares. Y entonces quería decirle que, en la mañana de hoy, fue firmado el decreto que permite al comercio de Cúcuta ser más atractivo a los compradores venezolanos, y al comercio de Ipiales ser más atractivo a los compradores ecuatorianos.

De acuerdo con este decreto, se devolverá a estos hijos de los países hermanos el IVA que se les cobre por las compras con tarjeta de crédito o con efectivo, en nuestras ciudades de frontera, como Cúcuta, como Ipiales.

Hidrosogamoso

Doctor Alejandro Galvis Blanco: la Represa de Pescadero, la Represa de Sogamoso, las Centrales Hidroeléctrica del Tolima, las Centrales Térmicas del Caribe, la Central de Puerto Libertador, la Central Hidroeléctrica nueva del Huila: el Quimbo, hacen parte de una nueva concepción reformista para vincular inversión independiente a la generación de energía.

Saludé al doctor Remolina. Cuando empezaba nuestro Gobierno, veíamos imposible comprometernos con Hidrosogamoso. Hoy es una realidad. Puede tener certeza el pueblo santandereano que, de ninguna manera, habrá marcha atrás en el propósito que ya está en ejecución de obra, de sacar adelante esa histórica aspiración de ustedes, que es Hidrosogamoso.

Estímulo al libro y la prensa

Y quiero asumir la responsabilidad ante los representantes de la prensa colombiana reunidos hoy para conmemorar estos 90 años de Vanguardia, de presentar en los próximos días el proyecto de ley que extienda, por una vigencia larga, la Ley de Estímulos al Libro en Colombia.

Cuantas veces se presenta una reforma tributaria, no sé que les pasaba a los ministros de Hacienda, que lo primero que querían era gravar los periódicos e imponerle IVA al papel periódico.

Yo les dije: ‘Eso ni me lo vuelvan a proponer’. Hay que dejar que los periódicos prosperen, que no tengan afugias, que salgan adelante, que discutan, que controviertan, que critiquen, pero que estén sólidos en sus estados financieros, para que el ejercicio de sus libertades no tenga perturbaciones de esa naturaleza.

Miraremos bien la evolución de la prensa en estos periodos de crisis. Y así como durante siete años de Gobierno hemos sido fieles a la promesa de no crearle un solo obstáculo fiscal a la prensa colombiana, estamos dispuestos a revisar lo que haya que revisar para que esta crisis de la economía no le afecte.

Evocación de Luis Carlos Galán

Quiero terminar evocando a Luis Carlos Galán. Yo no tuve la oportunidad de compartir con él en el Nuevo Liberalismo. Todavía no tenía los suficientes arrestos para ser el disidente que finalmente llegué a ser. Pero como las mayorías de colombianos, hemos tenido toda, toda la admiración por Luis Carlos Galán.

Le quiero rendir aquí en su tierra un pequeño homenaje. Aspiro, apreciados compatriotas santandereanos, cuando termine el ejercicio de la Presidencia, poder mirar a mis compatriotas a los ojos por un motivo de tranquilidad de conciencia: haber enfrentado a todos los criminales, con toda la determinación, en todos los momentos, con toda la fortaleza de nuestras instituciones, para que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices en el terruño de la Patria.

Me entusiasma mucho cuando los puedo acompañar a ustedes en esa estrofa de su Himno, que nos inspira, que nos tonifica el alma: ‘Santandereano, siempre adelante, ni un paso atrás’.

Felicitaciones, doctor Galvis Ramírez. Felicitaciones, Vanguardia Liberal’.


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