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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la asamblea del Consejo de Empresas Americanas (CEA)

Bogotá, 15 abr (SP). “Muchísimas gracias por tanta generosidad con el Gobierno y con nosotros. La verdad es que se exceden ustedes en sus palabras y al entregarnos este reconocimiento a mis compañeros, el Ministro de Hacienda (Óscar Iván Zuluaga), el Canciller (Jaime Bermúdez), y a mí persona.

Lo compartimos con el señor Embajador (de Estados Unidos en Colombia, William) Brownfield y con el doctor Rodolfo Amaya, Director Ejecutivo del CEA.

En esta última asamblea anual a la que corresponde acudir a nuestro Gobierno, permítanme agradecer a ustedes la posibilidad de haber trabajado por el bien de Colombia durante estos años, hombro a hombro, con sus esfuerzos empresariales. Muchísimas gracias. Lo sentimos enormemente, le asignamos todo el valor.

Y permítanme hacer unas reflexiones sobre Colombia, a la luz de una pregunta: ¿Qué se necesita hacer para generar empleo de buena calidad, para que florezca más el emprendimiento?

Reformas, empleo y competitividad

Ayer recibimos un estudio sobre la competitividad de las normas laborales de Colombia, realizado por la firma consultora Ernst & Young. La verdad es que ese estudio es ilustrativo de que el tema laboral hoy no es un obstáculo de la competitividad colombiana.

Las reformas laborales que Colombia ha adelantado, como la Ley 50 del 90, la Ley 789 del año 2002 y otros ajustes, le han permitido al país avanzar muchísimo hacia ese equilibrio entre lo que es la flexibilidad para los empresarios y la estabilidad para los trabajadores.

Pro supuesto, son temas en los cuales hay que vivir haciendo revisiones, pero yo diría que lo fundamental da unas señales de tranquilidad.

Algunos estudiosos con modelos matemáticos han demostrado que la solución al problema del desempleo en el país no es eliminar los parafiscales. Se generarían 200 mil empleos pero no hay la garantía de una tendencia continuada de generación de empleo de mayor dinamismo por ese hecho. Lo que sí se crearía sería un problema enorme derivado de la necesidad de buscar alternativas de financiamiento al Sena, a las cajas de compensación y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Entonces nosotros hemos venido también examinando otros temas que no se han tenido en consideración. Quiero referirme a dos: primero, las cargas laborales hay que examinarlas en el conjunto de las cargas impositivas y estos años Colombia ha introducido muy importantes alivios impositivos, a los cuales voy a referirme más adelante.

Y segundo, el país no puede ignorar que hay instituciones laborales muy importantes, todavía no debidamente aprovechadas, para generar empleo.

Nosotros desde hace muchos años, desde 1990 resolvimos legislativamente el problema de las agencias temporales de empleo. Lograron toda la estabilidad jurídica y hoy generan alrededor de 700 mil empleos. Yo creo que eso es algo bien importante de tener en cuenta, porque no es un sistema barato y no se trata de tener mano de obra barata, pero sí es un sistema de mucha flexibilidad.

Segundo, las cooperativas de trabajo asociado, que muchos han querido eliminarlas, yo creo que en este Gobierno han ganado razones de estabilidad, porque se les obligó, primero por decreto y después por Ley, a garantizar todos los derechos de remuneración, de acceso a la seguridad social, de sus afiliados (los trabajadores) y también a pagar las obligaciones como las parafiscales. Eso les quita un capítulo de crítica muy agobiante y por supuesto, les da estabilidad.

Estamos introduciendo nuevos reglamento consensuado al contrato sindical, que tiene que ayudar muchísimo en el país a avanzar en lo que se llama una clase trabajadora más gerencial, más participativa, más comprometida por la suerte general de la economía y de las empresas y no solamente dedicada a una tarea reivindicacionista. Yo creo que eso tiene que ayudar mucho.

Contrato de aprendizaje y aprendices voluntarios

El año pasado el Consejo Privado de Competitividad, gran institución creada por el sector privado en este Gobierno, recomendó que reglamentáramos la Ley 590 del año 2000. Lo hicimos y ayer me daba el Ministro (de Comercio, Industria y Turismo) Luis Guillermo Plata la noticia de una cifra asombrosa de más de 30 mil empresas que se han sometido a esa gradualidad para el pago de los parafiscales.

Además, el año pasado el Gobierno por decreto introdujo normas para que las empresas puedan tener gran cantidad de aprendices voluntarios; Colombia tiene hoy un potencial de tres millones de aprendices voluntarios. Creo que esto ha empezado lentamente, pero llegará un momento en que tomará mucha fuerza.

Hasta hace meses nos desesperaba la circunstancia de que las empresas no se acogían a los decretos reglamentarios de la Ley 590. Eso empezó con lentitud, pero hoy nos asombra gratamente saber que hay más de 30 mil empresas que se han acogido a la Ley 590.

Anticipo que de hacer claridad y de mantenerse estabilidad en el pensamiento político frente a ese tema, el contrato de aprendizaje le va a dar una gratísima sorpresa al país.

Además, en la Ley 789, Reforma Laboral del 2002 de este Gobierno, liderada por nuestro fallecido Ministro (de la Protección Social) Juan Luis Londoño y por el entonces Senador de la República, Óscar Iván Zuluaga, hoy Ministro de Hacienda y Crédito Público, en esa Ley se introdujeron magníficas flexibilidades al contrato de aprendizaje, y además se fortaleció la institución de aprendizaje que es el Sena.

Hemos pasado de un país que tenía 30 mil aprendices en promedio a un país que hoy tiene más de 120 mil aprendices. Pero más importante que eso es que derivada esa reforma del año 2002, pudimos introducir la reglamentación del año pasado, que le abre un gran camino a la generación de empleo vía aprendizaje.

Quiero llamar desde este consejo tan importante de empresas americanas, la atención de mis compatriotas sobre estos temas.

Eliminar los parafiscales no es la solución

Y entonces, si hemos logrado unos caminos laborales importantes y la solución al empleo no deriva de otras reformas laborales de fondo, tampoco deriva de eliminar los parafiscales, como algunos lo proponen. Y yo temo, yo temo a eso, porque el tema normativo laboral, el tema de impuestos, son temas que no se pueden mirar meramente dese la orbita economicista; hay que mirarla desde la orbita de su impacto social y de su impacto en la cohesión política del país.

Entonces si esa no es la solución, aquella de eliminar los parafiscales o de provocar otras reformas laborales de fondo ¿cuál es la solución para que el país pueda avanzar eficazmente en la generación de empleo de buena calidad y dar más dinámica a las posibilidades del emprendimiento?

El Gobierno próximo a concluir ha pensado que esa pregunta tiene seis respuestas: seguridad, promoción de inversiones, acceso a mercados, innovación productiva, una revolución educativa permanente que la sustente, e infraestructura.

Seguridad es un valor democrático

Creo que en materia de seguridad ha habido una buena revolución cultural en Colombia. Antes se pensaba, cuando mi generación era joven, que la seguridad era de una categoría fachista; hoy se acepta que la seguridad es un valor democrático y una fuente de recursos.

Muchos de los que todavía hace cuatro años, en una competencia por la Presidencia de la Republica, decían que la política de seguridad era una política paramilitar, hoy se presentan como probables continuadores de esa política. Yo creo que obedece a la transformación cultural que se ha venido dando en Colombia en eso.

Este es un aspecto importante. Hemos avanzado pero no estamos a salvo; hemos venido ganando esta batalla pero no la hemos ganado.

Esta mañana hablaba yo con una emisora popular de Pereira, la tierra de nuestro Presidente de la Andi (Luis Carlos Villegas) y me decían: ‘Bueno Presidente, pero es que estamos preocupados porque todavía no se ha desmontado la banda criminal de La Cordillera, a pesar de todo lo que hemos mejorado, y llevábamos tres años sin que la guerrilla saliera a asaltar vehículos en la carretera que comunica del Chocó en un sitio que se llama Guarato’.

Claro, les dije, por eso no se puede aflojar en esta política porque falta mucho. Hace ocho años, el atentado terrorista, el carro bomba, la acción de la guerrilla y de los paramilitares, abrumaron al país hasta el punto de que la conciencia nacional no protestaba por el delito urbano de todas las horas. Hoy por fortuna hay una gran protesta frente a la extorsión urbana, las lesiones personales, al hurto a residencias, al hurto a vehículos, al hurto al comercio.

Creo que eso es bueno. Indica que el país ha venido exigiendo una escala de avance en la seguridad. Denoto ahí una gran evolución cultural.

Reflexión histórica sobre la violencia

En una Patria que durante 200 años de vida independiente solamente ha tenido 47 años de paz, 7 años en el siglo XIX, alrededor del Gobierno del Presidente (Rafael) Núñez, que trajeron prosperidad, florecieron las primeras industrias en el Caribe y avanzó el café y la agricultura en la Colombia Andina.

Sucedido rápidamente por la guerra civil de 1895 y por la guerra civil finalmente declarada en aquel siglo, que terminara en 1902, la guerra de los 1128 días. El proceso de paz que empezó en el año 1902 y nuevamente la violencia entre los partidos empezó a sacudir al país en los años 1940.

Cuando terminaba, gracias a los acuerdos del Frente Nacional, a finales de los años 50, liderados por los ex presidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez, ya se oían los estallidos de los ataques de las guerrillas marxistas, que traían el odio de clases, la propuesta de la economía comunista, toda la restricción a la iniciativa privada y la propuesta de la dictadura del proletariado para sustituir al Estado de Leyes.

Y crecieron en alguna forma frente a un país que confiaba que ellos aceptarían ofertas generosas de paz que en muchos momentos les hicieron. Y produjeron como reacción la aparición, con igual crueldad, del paramilitarismo. Y ambos, guerrillas y paramilitares, cooptados por el narcotráfico, lo que todavía no hemos podido superar.

Las generaciones vivas desde los años 1940 no han tenido un día completo de paz, han vivido esta tragedia. Yo diría esto es un año muy importante para meditar sobre Colombia, en este segundo centenario.

Un país con buenos gobernantes, buenos líderes, buenas políticas publicas, en todas las épocas ¿Por qué no ha prosperado lo suficiente?

Historiadores, sociólogos, politólogos darán su respuesta. Yo, apreciados compatriotas, no como historiador ni como pensador, sino como hombre público, creo que ese común denominador histórico de la violencia ha frustrado mucho las posibilidades del país.

Tuvimos buenos líderes en todas las épocas. La verdad es que el liderazgo intelectual de (José Celestino) Mutis antes de la Independencia fue excelente; lo frustró la violencia entre nosotros.

Esa generación de sus discípulos, que podríamos llamar la primera generación de la iluminación colombiana, no pudo dar todos los aportes al bienestar del país, porque por nuestra violencia interna se permitió la reconquista de (Juan) Sámano y (Pablo) Morillo y fueron llevados al cadalso.

Cuando uno ve aquí este hermoso escenario de la Bogotá verde en un día de lluvia, en este año del Bicentenario, piensa en el General (Francisco de Paula) Santander. Cuenta la historia en que tenia 18 años cuando el 20 de julio de 1810 y al otro día se enroló en el ejercito de Antonio Nariño, en un mañana de la Bogotá lluviosa.

Y no salió a combatir a los españoles, sino a combatir el ejército de otros criollos, de los de Camilo Torres que desde Tunja proclamaban la descentralización. Y esa violencia le abría paso a la reconquista sangrienta.

Y antes la violencia nos había causado muchas frustraciones. Nuestro ex canciller y pensador Luis López de Mesa cuenta en sus análisis de la historia que la violencia chibcha contra la cultura agustiniana nos causó la gran frustración de no poder aprovechar la gran cultura agustiniana.

La violencia de la conquista española contra las comunidades aborígenes que se encontraron en ese momento también nos trajo esta frustración.

La violencia nos frustró la posibilidad de tener a Bolívar como gobernante. Tuvimos que tenerlo en todo momento como guerrero. La violencia nos frustró que el país hubiera cosechado las consecuencias de esa gran revolución educativa de la Presidencia del General Santander a partir de 1932.

La violencia nos causó esta gran inestabilidad entre 1840 y 1863. La violencia no permitió que la Constitución del 63 excelente en mandatarios derivados de ella, como don Aquileo Parra y como (Manuel) Murillo Toro pudieran aportarle más al país. La violencia trajo otra frustración: la separación de Panamá. La violencia ha frustrado la vida colombiana.

Por eso yo he venido invitando a mis compatriotas a avanzar sólidamente en el camino de la Seguridad Democrática

Discursos oportunistas de campaña

Y esto hay que analizarlo con mucho fondo. Yo creo en la evolución de los seres humanos, pero soy incrédulo en las evoluciones de los discursos oportunistas de campaña.

A mí me da temor cuando escucho a alguien en una candidatura presidencial oponerse totalmente a la Seguridad Democrática, diciendo que es una política criminal y paramilitar, y después, cuatro años después, al darse cuenta que el país la apoya, postulándose como la gran posibilidad para continuar esa política.

Por eso, como no puedo renunciar a mi condición de combatiente de la democracia, durante todos estos días les tendré que recordar a mis compatriotas que aquí se necesita, no oportunismo electoral, sino credibilidad en la firmeza para conducir al país hacia la derrota definitiva de la violencia, apreciados compatriotas.

Inversión e iniciativa privada, y comunismos del pasado

Sé que la seguridad no es todo. Entonces para el empleo y la prosperidad y el emprendimiento se necesita una segunda respuesta: promoción de la inversión.

En América Latina asistimos a atentados contra la iniciativa privada. Puede que los precios del petróleo no dejen sentir todavía profundamente en la calidad de vida de los pueblos esos atentados, pero tarde que temprano producirán sus estragos.

La falta de iniciativa privada le trae obsolescencia y exclusión al aparato productivo. Se vio en las economías socialistas que colapsaron. La falta de iniciativa privada destruye la gerencia, la falta de iniciativa privada apereza a los pueblos.

Las sociedades comunistas del pasado aperezaron a los ciudadanos, como también se les genera pereza con las sociedades que hoy quieren parecerse a los comunismos del pasado. Y cuando hay aperezamiento del ciudadano se acaba la laboriosidad y también se asesina a la capacidad de investigar.

Los grandes proyectos de investigación han tenido éxito en las sociedades que han promovido la iniciativa privada. La iniciativa privada no es una categoría política, es un presupuesto de la condición humana para la laboriosidad, la creatividad, la investigación, el éxito de la comunidad, su calidad de vida.

Cuando la historia nos dé mejores respuestas sobre el colapso de Unión Soviética, la transformación de la China de Mao Tse Tung en la China de Deng Xiaoping, la caída del Muro de Berlín, seguramente los historiadores le tendrán que asignar una causal muy determinante de esos cambios a la falta de calidad de vida en las viejas sociedades comunistas. Y esa falta de calidad de vida derivó de la afectación de la iniciativa privada.

Por eso América Latina tiene que ser muy conciente de que la afectación de la iniciativa privada está construyendo un daño que no sabemos en que momento se verá, pero es un daño que va a sufrir la sociedad latinoamericana si no se reorienta el camino.

Compromiso político con la iniciativa privada es fundamental. Yo diría que en esto hay cuatro categorías de países: unos países que están en contra de la iniciativa privada; otros países que no están en contra de la iniciativa privada pero no la defienden; otros gobiernos que manejan la iniciativa privada de acuerdo con sus quereres y desafectos; es muy grave. Otros gobiernos que miran a la iniciativa privada defendiéndola y con carácter institucional.

Donde se defiende la iniciativa privada, no en virtud de que el uno sea amigo del gobierno y el otro sea crítico del gobierno, sino en virtud de que hay que fortalecer una institucionalidad para estimular la creatividad. Creo que allí se ubica el Gobierno de Colombia y es muy importante tener eso en cuenta en estos días.

El Gobierno de Colombia ha sido convencido de la iniciativa privada –la defiende- y además ha sido convencido del hecho de que hay que garantizarla impersonalmente, sin detenerse a mirar que un empresario es afecto al Gobierno y el otro puede ser desafecto al Gobierno. La defensa institucional de la iniciativa privada es fundamental apreciados compatriotas.

El país ha mejorado pese a tendencia de déficit

Y hay que crear condiciones. En estos años el país ha mejorado sus tendencias de déficit y de endeudamiento. Llegamos a tener un déficit del Gobierno Nacional Central del 6,5; lo habíamos bajado al 2,34. Estamos haciendo todo el esfuerzo con el liderazgo del Ministro de Hacienda para que este año no supere el 4,5. Yo tengo fe, con las tendencia de recaudo, que puede situarse no por encima de 4,2, 4,3.

Sí, es bajo frente al 6,5 del inicio de Gobierno, alto frente al 2,34 del año fiscal 2008. Pero tiene algo bueno. El año pasado, para enfrentar la crisis, el Gobierno no redujo el gasto público cuando se le redujeron sustancialmente los ingresos. Yo diría que eso es bueno y sus resultados están a la vista.

El año pasado, a pesar de la reducción de ingresos, el Gobierno cumplió cabalmente sus pagos. El Gobierno no redujo las transferencias a las regiones, lo que nos habría generado un factor de ingobernabilidad política. El Gobierno, a pesar de la reducción de sus ingresos, giró oportunamente las transferencias a las regiones.

Diría que haber mantenido el gasto público permitió que nuestra economía creciera, así fuera levemente.

Recordemos aquella crisis de 1999, una crisis profunda en lo local, pero además en la posibilidad de un crecimiento de exportaciones hacia fuera, y fue una crisis que generó una caída del 4,5 del producto.

Ahora hemos tenido dos crisis: la internacional y la crisis con el mercado de Venezuela. Y sin embargo nuestro producto creció, así fuera levemente.

Un déficit frente a una crisis, su bondad o su inconveniencia, hay que medirlos con muchos resultados. El comportamiento del producto en el año 2009, permite decir que ese déficit de Colombia en el 2009, es un déficit que ha sido conveniente porque ha evitado el retroceso de la economía.

Cifras relevantes en medio de la crisis

Hay algunas cosas buenas, para referirnos a esta crisis. Además de que no decreció la economía, hay otros indicadores importantes. En América Latina Colombia tuvo el año pasado la tasa de inversión más alta. Al ponderar el sector público y el sector privado, nuestra tasa de inversión fue del 25,8, la más alta de America Latina.

Colombia tuvo el año pasado el segundo año record de inversión extranjera directa. Habíamos logrado 10 mil 578 millones de dólares en 2008, en 2009 semejante crisis, sin que conozcamos todavía algunas cifras de diciembre, la inversión extranjera bruta fue de 9 mil 530 millones de dólares.

Y en lo social hay unas cifras relevantes. En América Latina la pobreza creció en nueve millones en el año 2009. En Colombia decreció la pobreza y decreció la miseria en medio de semejante crisis.

Las crisis anteriores siempre habían producido disminución de aportes a seguridad social y desafiliación de trabajadores.

En esta crisis Colombia ha seguido aumentando la afiliación de los trabajadores a la seguridad social y los aportes a sus entidades.

En crisis anteriores aumentaba la deserción escolar y la deserción universitaria. A pesar de esta crisis, Colombia ha continuado aumentando su población escolar y su población universitaria. Yo diría que cuando se examine el déficit que se nos ha vuelto a subir algo –no a los niveles de antaño, pero se ha vuelto a subir-, hay que mirar que gracias en buena parte a ese esfuerzo del gasto público, que tuvimos oportunidad de ejecutar, hemos defendido el tejido social y el dinamismo económico de la Nación en este duro periodo de crisis.

El endeudamiento, que llegó a estar en el 48, había bajado al 22; confiamos de que no quede por encima del 26, 27. Y algo muy importante, es un país hoy protegido frente a los choques externos en materia de endeudamiento, porque invertimos totalmente la proporción entre deuda pública en moneda extrajera y deuda pública en moneda nacional.

Antes, el 70 por ciento de nuestra deuda pública estaba en moneda extranjera, hoy el 30; y el 70 está en moneda nacional, lo que nos disminuye vulnerabilidades frente a los choques de la economía internacional.

Reforma del Estado, seguridad y lucha contra la corrupción

Para promover la inversión este Gobierno, a fin de crear una macroeconomía más estable, ha reformado 431 entidades del Estado. Que la reforma de Ecopetrol, que ha permitido que Ecopetrol pasara de invertir 600 millones de dólares a invertir 7 mil el año pasado y 7 mil este año; que la reforma de Telecom, que las reformas de las clínicas del Seguro Social, que la reforma de tantas entidades.

Eso nos ha ahorrado 6,3 del PIB y también ha dado una gran señal de sostenibilidad del Estado. Ha racionalizado deudas pensiónales en alguna forma. ¿Qué pasaría si el Presupuesto Central estuviera pagando la deuda pensional de Telecom? Y en todas esas entidades hemos eliminado politiquería, clientelismos y excesos sindicales.

Ahora que algunos tratan de presentarse como los candidatos honestos que están contra la politiquería, es importante recordar que este Gobierno ha eliminado la politiquería en 431 entidades del Estado reformadas.

Ahora que algunos tratan de convocar a las mayorías nacionales, presentándose como los candidatos que están contra la politiquería, es importante recordar que este Gobierno ha eliminado los auxilios parlamentarios, ha introducido la meritocracia.

Antes los estudiantes necesitaban hacer fila en los directorios políticos para obtener una tarjeta, a fin de poder acceder a un crédito del Icetex; hoy lo obtienen por Internet.

Nuestra reforma administrativa ha contribuido enormemente al saneamiento de las finanzas del Estado. Yo diría que es un legado importante hacía el largo plazo y ha contribuido a sanear las costumbres de la política.

Es que de los gobiernos no se puede predicar que son buenos en materia de seguridad, pero que son corruptos; la seguridad y la corrupción son inseparables. Un Gobierno para trabajar eficazmente contra la inseguridad tiene que ser un gobierno incorruptible. Por eso el Gobierno no puede admitir que se le califique bien por parte de algunos candidatos en materia de lucha contra la violencia, pero esos mismos candidatos entren a descalificar al Gobierno en materia de lucha contra la corrupción.

La violencia ha abierto los caminos de la corrupción en Colombia y la lucha contra la violencia, de este Gobierno, ha cerrado caminos contra la corrupción.

Y permítanme compatriotas, en esta hora de definiciones democráticas, hablar con claridad ante país de lo que ha hecho este Gobierno próximo a expirar en sus ocho años.

Mantener el rumbo sin estancarse

Pero también es importante hablar de otras reformas. De las reformas institucionales en el nivel constitucional y en el nivel legal, la reforma de pensiones, la reforma de transferencias, la reforma tributaria. Antes de referirme a ésta, quiero decir que quedan reformas pendientes de gran importancia, porque cuando nosotros hablamos de mantener el rumbo, no estamos hablando de estancarnos.

Recuerdo a mi profesor Michael Porter que nos decía: ´hay que trazar un rumbo, proponerse unos objetivos; hay que señalar un camino y hay que dinamizarlo en un mejoramiento continuo. Ni estancarse, ni retirarse de ese camino´.

Quedan muchas reformas pendientes. La revolución es un proceso de ajuste de todos los días. A mí preocupa la falta de las reformas en la justicia. Colombia he mejorado en unos escalafones de productividad, como el Doing Business del Banco Mundial y en el escalafón del Foro Económico Mundial. Pero la falta de las reformas a la justicia nos puede estancar el necesario mejoramiento en esos escalafones.

Ojalá algunas de las reformas a la justicia propuestas por este Gobierno avancen en los dos meses que le quedan al actual Parlamento. Y ojalá el próximo Gobierno pueda completar todas las reformas que Colombia requiere en materia de justicia.

En materia tributaria. Este Gobierno ve con preocupación que algunos superficialmente le dicen al país que va a eliminar las exenciones tributarias, que son beneficio a los ricos. Pues veamos.

La mayor exención tributaria es al Banco de la República y eso es inocuo, porque cuando el Banco de la República da utilidades las traslada al Gobierno.

No se puede renunciar a estímulos tributarios

Otra exención tributaria bien grande es a los dividendos. Pero es que esta país lucho muchos años contra la doble tributación. Fue en la administración del Presidente (Virgilio) Barco; era entonces Ministro de Hacienda el hoy ex presidente Cesar Gaviria cuando se produjo el desmonte de la doble tributación. ¿Por qué vamos a echar para atrás en algo que ha sido conveniente al país?

Y se critican los estímulos de este Gobierno. Está bien que se hagan ajustes, como hay que hacerlos en todas las materias de la vida –mejoramiento continuo-, pero yo sí creo que es necesario, apreciados compatriotas, preservar un elemento especial de nuestra normatividad tributaria introducido en este Gobierno: el estímulo a las inversiones. Es fundamental.

No se puede dar el mismo tratamiento a los contribuyentes que invierten, que aquel que se les da a los contribuyentes que no invierten.

Algunos dicen ´es que la deducción del 30 por ciento costó cuatro billones en tal año fiscal´, pero ignoran que eso fue la causa de 30 billones de inversión. Me parece que un país tan faltante de capital físico y de capital humano, y de formación y mejoramiento del capital humano, no puede renunciar a estímulos tributarios que han mostrado sus bondades para fortalecer la inversión.

Finalmente sobre este tema en una economía que está integrándose cada vez más a la economía mundial, es difícil encontrar estímulos de generación de empleo diferentes a los estímulos a la inversión.

Hace pocos días sobre esa materia estudie un documento de los ex ministros (Domingo) Cavallo de Argentina y Rodrigo Botero de Colombia, donde proponen que estas deducciones se den solamente en función de la generación inmediata de empleo. Lo consulté con científicos del tema que me dieron esta repuesta: ´inicialmente podría servir, pero rápidamente se estanca´, porque si a un empresario se le dice ‘usted tiene estímulos para emplear trabajadores’ pero se le niegan los estímulos para comprar el paquete tecnológico que requiere para lograr mayor productividad y mayor competitividad, ese empresario no expande sus actividades.

Nosotros creemos que el camino avizorado de estimular la inversión, si en él se persiste, va a ser un camino muy importante para la generación de empleo.

Y hay algo que lo corrobora. El país vio descender velozmente el desempleo entre los años 2003 y 2007. Vimos descender el desempleo en la misma proporción en que estaba creciendo la economía.

En el último año y medio no hemos destruido empleo, pero no pudimos mantener la dinámica de empleo que traíamos, entre 2003 y 2007.

El antecedente de esos cuatro años indica que si el país puede recuperar la tendencia de alto crecimiento a la economía con responsabilidad social, va a recuperar la tendencia de generación más dinámica de empleo.

Fundamental el acceso a mercados

Cuando uno dice para el empleo seguridad, para el empleo promoción de la inversión, surge otra pregunta, que la hacen los inversionistas: ‘bueno, me dan seguridad, invierto en Colombia. ¿A quién le vendo, si tengo accesos a mercados?

Por eso es fundamental el acceso a mercados. Colombia entre 1989 y 2003 abrió unilateralmente su economía, pero no accedió a mercados. En esos años mantuvimos el mercado andino, el acceso bastante limitado al mercado mexicano y preferencias unilaterales, que no daban garantías de inversión.

Por eso en estos años hemos venido haciendo el tránsito de una economía sin acceso a mercados, con apertura unilateral, a una economía con acceso a mercados.

Confío que en poco tiempo esté ratificado el acuerdo con Canadá, que antes de que termine este Gobierno haya avanzado sustancialmente el acuerdo con Corea (del Sur); y para no referirme a todos estos acuerdos, quiero dar recientes noticias sobre los Estados Unidos.

TLC con Estados Unidos

Además del mensaje que nos lleno de optimismo del Presidente (de Estados Unidos, Barack) Obama, al Congreso Norteamericano en el día del Informe a la Nación, se han presentado otras señales.

La más reciente la ha expresado hoy el Representante Comercial de los Estados Unidos, el Embajador Ron Kirk. Esta mañana oí unas declaraciones que nos devuelven el optimismo sobre la posibilidad de avanzar rápidamente en la ratificación del Tratado (de Libre Comercio) con los Estados Unidos en el Congreso norteamericano.

Ustedes, apreciados integrantes del CEA han hecho una gran tarea, ojala rápidamente podamos ver esa ratificación.

Y hay un movimiento muy interesante en el Congreso norteamericano. Grupos de representantes de uno y otro partido están reactivando toda la dinámica para buscar, bipartidistamente, la ratificación lo más pronto posible del Tratado con Colombia. Ojala se diera.

Y entonces, cuando hemos hablado de la seguridad, la promoción de la inversión, el acceso a mercados, la otra pregunta es bien ¿y qué vamos a vender en esos mercados?

No alcanzamos a ser competitivos con manufactura básica; no tenemos la riqueza de producción de soya o de carne para alimentar al Asia, como lo hacen Brasil y Argentina.

Agregar valor, mirar nuevos sectores y revolución educativa

Todavía no tenemos la oferta mineral de Chile y Perú. El país necesita aquello que ha venido liderando el Ministro (de Industria, Comercio y Turismo) Luis Guillermo Plata, agregarle valor a la producción tradicional y desarrollar nuevos actores de talla mundial. Creemos que ahí nos ha trazado un camino bien importante el Ministro Plata.

Pero surge otra pregunta, la quinta: ¿y qué es lo que sustenta, una innovación permanente en la oferta exportable? Una revolución educativa permanente es la respuesta.

El país el país en cien años tuvo 120 ministros de Educación. En este Gobierno ha tenido una Ministra (Cecilia María Vélez) con un equipo; ella y su equipo de excelente calidad, con estabilidad, que no han dependido de la politiquería, sino de su eficiencia.

A aquellos que se erigen hoy en los candidatos contra la politiquería, es bueno que se les recuerde que este Gobierno ha eliminado la politiquería en el Ministerio de Educación para poder hacer una gran revolución educativa.

Si no lo digo yo no lo dice la oposición, apreciados compatriotas.

Y eso no ha sido en vano. Miren: en educación básica hemos pasado de una cobertura del 80 por ciento a una cobertura del ciento por ciento. En educación media del 57 (por ciento) a casi el 80 (por ciento).

La cobertura universitaria era de menos de un millón de estudiantes universitarios, del 21.6 (por ciento); hoy estamos pasando el 35 y medio (por ciento) de cobertura, acercándonos a millón 700 mil.

Financiábamos a 60 mil estudiantes en el Icetex, ahora estamos financiando 300 mil 15 estudiantes en el Icetex.

Aquellos que se erigen en los candidatos contra la politiquería, porque creen que ellos son los llamados a introducir la transparencia al país, deben recordar que este Gobierno eliminó la politiquería del Sena y que gracias a eso el Sena ha pasado, de tener un millón cien mil estudiantes por año, a tener siete millones 857 mil estudiantes el año pasado.

Yo pienso que allí ha habido unos avances bien importantes y hay carencias. Si ustedes me preguntaran: Presidente, dos o tres carencias en esa materia. Por ejemplo la cobertura en conectividad es muy desequilibrada regionalmente; en el promedio empieza ase buena, pero con gran desequilibrio regional.

Si ustedes me preguntaran: Presidente, otra carencia. Nosotros hemos avanzado muchísimo en nutrición infantil. Este Gobierno ha eliminado la politiquería en Bienestar Familiar. Es bueno que lo recuerden aquellos candidatos que posan como los dueños de la honestidad.

Este Gobierno, gracias a la eliminación de la politiquería, puede decir que en Bienestar Familiar ha pasado de una cobertura de cinco millones 900 mil compatriotas a una cobertura de casi trece millones de compatriotas.

Hemos avanzado mucho en nutrición infantil, pero ¿en qué tenemos un atraso? Todavía en cobertura educativa para la primera infancia de los sectores pobres, apreciados compatriotas.

Y otra carencia. En Bogotá y en Medellín se ha avanzado mucho en infraestructura; en el resto del país las coberturas educativas han superado la infraestructura. Ahí requiere el país un desatraso.

Recursos para investigación e infraestructura

Y otra carencia. Hicimos la reforma de Colciencias, bien importante. Este año es el año record en asignación de recursos presupuestales a Colciencias, pero este país todavía esta invirtiendo muy poco en investigación, que es un país que ha tenido muy bien productividad en investigación, este país con muy poco dinero ha hecho grandes logros.

Entonces un país que tiene tan buena productividad en investigación, es una lastima que todavía siga invirtiendo tan poco en investigación, ojala las circunstancias de la economía permitan ir avanzando allí.

Y por supuesto, reconocemos todo lo que falta en infraestructura. Empezamos sin recursos, con mucho miedo. No se podía mencionar una obra de infraestructura en el Consejo de Ministros porque no había con qué financiarla.

Todas las concesiones estaban en pleito, la ingeniería nacional quebrada, los extranjeros no querían venir, no había quien hiciera una obra en la mayoría de las regiones de Colombia por miedo a los secuestros. Y tampoco teníamos los proyectos.

Con honestidad, hemos adjudicado los contratos más importantes de la historia de la infraestructura de Colombia.

Aquellos que se erigen en los candidatos poseedores de la moral, de la lucha contra la corrupción y la lucha contra la corrupción y la politiquería, deben saber que este Gobierno ha adjudicado los contratos más valiosos en materia de infraestructura en Colombia con total apego a las normas jurídicas y a los preceptos morales y éticos, apreciados compatriotas.

Y lo digo aquí, mirando por encima de ustedes a las capciosas cámaras de televisión que tanto les gusta alimentar la campaña política que se desarrolla en nuestra patria.

Y para que hablemos de Bogotá, cuando este Gobierno empezó, Bogotá tenía 34 kilómetros de Transmilenio; rápidamente le entregamos al alcalde de entonces, vigencias presupuestales por más de 900 millones de dólares, que han permitido que en estos años Bogotá haya pasado de 34 kilómetros de Transmilenio a 84, esté construyendo otros 20 y esté financiada la nueva etapa.

Pero le sumamos, nueve transmilenios en otras ciudades de Colombia, unos empezados y concluidos por este Gobierno, otros en plena construcción, y otras ciudades próximas a empezar estos proyectos.

En Bogotá quedan todas las vías que comunican la capital con los mayores destinos en construcción de sus dobles calzadas. De los 240 kilómetros de Bogotá a Sogamoso, faltan por terminar la doble calzada en 40 kilómetros, y está en plena ejecución el contrato para darle condiciones de competitividad a la carretera que baja de Sogamoso a Yopal y salvo un trecho que está en pavimentación en el Puente de San Salvador sobre el Río Casanare, el resto de la carretera queda pavimentada hasta Arauca. Qué importante eso para la competitividad.

El sábado en el Consejo Comunitario de Villavicencio vamos a registrar este hecho: hoy hay 120 frentes de obra pública construyendo la doble calzada entre Bogotá y Villavicencio. Y queremos contratada y en ejecución toda la doble calzada de Bogotá a Buenaventura, con dos túneles, el Túnel Guillermo León Valencia, de Melgar, dado parcialmente en servicio, que está en proceso de instalación de equipos electromecánicos, y el Túnel de Segundo Centenario en La Línea. Este Gobierno empezó y concluyó la construcción del túnel básico y está construyendo ya el túnel definitivo del tránsito.

En mi primera visita a Cali, a resolver el problema de Emcali, que se la habían robado el terrorismo, la politiquería, los excesos sindicales, aquel viernes 9 de agosto de 2002, no había manera de hablar con los vallecaucanos la posibilidad de construir la doble calzada Buga-Buenaventura. Hoy está en plena construcción y hace parte de esa comunicación de doble calzada Arauca-Bogotá-Buga-Buenaventura.

Y hemos adjudicado los contratos más importantes para la construcción de la doble calzada de Bogotá al Caribe; mil 070 kilómetros de longitud.

En plena ejecución la obra entre Bogotá y Villeta, adjudicados y perfeccionados y entregados los trayectos entre Villeta y Puerto Salgar, y Puerto Salgar y San Roque.

En plena licitación el trayecto entre San Roque y Santa Marta, con derivaciones a la ciudad de Valledupar y a Cartagena por el corredor de los contenedores.

Falta mucho en infraestructura, pero dejamos un gran camino y creo lo siguiente: el próximo Gobierno puede continuar con estas obras en la tranquilidad que las adjudicó, no la politiquería, sino la transparencia

Yo confiaría que si llegare a ganar el candidato que critica, porque el cree que es el dueño de la moral, yo confiaría que pueda continuar estas carreteras cuando se dé cuenta que este Gobierno no las adjudicó con corrupción sino con honorabilidad.

Que no vaya a pasar lo que pasó en la época de (Rafael) Reyes: paralizaron la construcción de la carretera de Bogotá a Girardot en La Vega y solamente la reiniciaron 14 años después cuando se dieron cuenta que Reyes no había sido corrupto.

Nosotros hemos empezado estas obras con toda la honorabilidad y quien quiera nos suceda en la Presidencia de la República, podrá continuarlas con toda honorabilidad.

Eso si, a mí no me da pena que quiero los votos, porque hay muchos que todos los días denuestan de la política y de los votos, pero que viven llenos de ambiciones presidenciales.

Entonces, como a mí no me da pena decir que quiero los votos, deseo hacer este recorderis: los ciudadanos, los votantes, no recuerdan los gobiernos que empezaron las obras, sino los gobiernos que inauguran las obras. Muy importante para que el próximo Gobierno le dé marcha adelante a la continuación de estas obras y acelere el desatraso de infraestructura de la Patria.

Y un punto final sobre ese tema: el valor de Ecopetrol ha crecido muchísimo, sus posibilidades de inversión también. Yo creo que el próximo Gobierno tiene una gran posibilidad de adicionar infraestructura en Colombia par la competitividad. Vender una pequeña porción de Ecopetrol, para hacer una gran obra de infraestructura.

Y déjenme decir lo siguiente: un legado muy importante de este Gobierno a la estabilidad macroeconómica ha sido el desmonte de los subsidios a los combustibles, y qué difícil. Qué que peso han tenido que soportar mis compatriotas con esa elevación desmesurada del peso doméstico de la gasolina y del acpm en estos años. Hay que pensar qué nos habría pasado de no hacerlo, apreciados compatriotas. En qué estarían las finanzas del país si el Gobierno, por politiquería, no hubiera desmontado el subsidio al combustible.

A aquellos que dicen que son los antipolíticos, les quiero recordar que este Gobierno, en lugar de hacer politiquería manteniendo los subsidios a los combustibles, para salud fiscal de Colombia ha desmontado el subsidio a los combustibles.

Muchas gracias, apreciados amigos, del Consejo de Empresas Americanas. Ha sido muy grato trabajar con ustedes en estos años. Mantengan su fe en Colombia, crezcan sus inversiones en Colombia, trasladen sus sedes centrales a Colombia, tengan fe en este país. Ustedes trabajen y generen empleo, que hemos algunos que desde la arena, estaremos hasta el último día de la vida defendiendo las libertades de esta Patria.

Muchas gracias”.


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