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Abril 16     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la reunión del programa Empresas en Trayectoria Mega, de la Cámara de Comercio de Bogotá

Bogotá, 16 abr (SP). “En primer lugar quiero ofrecer excusas por no haber llegado puntualmente, pero tenía una reunión sobre unos asuntos delicados del país con Naciones Unidas, me tardó algo la llegada aquí a la Cámara de Comercio.

Y quiero agradecerles inmensamente esta invitación, felicitarlos por esta tarea que vienen cumpliendo, que es muy útil para el país, y agradecer de corazón sus exageradas en generosidad, palabras doctora Maria Fernanda Campo (Directora de la Cámara de Comercio de Bogotá). Al contrario, ha sido muy grato para el Gobierno Nacional durante en estos ocho años trabajar con la Cámara de Comercio de Bogotá tantos temas de inmensa utilidad para la comunidad. Sea la oportunidad de expresarle toda mi gratitud.

Nuestro primer Director de Planeación, el doctor Santiago Montenegro, adelantó una tarea fecunda de proyectar el país inicialmente al año 2019, cuando cumpliremos 200 años de la Batalla de Boyacá.

Nosotros pensamos que esas metas, que en aquel momento eran de largo plazo, hoy ya no de tan largo plazo; tienen que revisarse periódicamente a través de la discusión pública, y por supuesto, ir siendo más exigentes a medida que se van extendiendo los períodos de tiempo.

Tendencias megas

Quería también hacer esta anotación, apreciados asistentes. En el Gobierno, más que pensar en cuáles son las tendencias megas, hay que pensar en cuales son los presupuestos para que el país tenga unas buenas tendencias megas. Esto es, el conjunto de condiciones que el Gobierno y el Estado en su conjunto, deben ayudar a crear para que en el país puedan prosperar unas tendencias megas importantes.

Déjenme empezar por algo positivo y algo que considero negativo. Hay algo muy positivo para tendencias megas en Colombia, tendencias megas exitosas. Yo lo diría que es la combinación de estos elementos: muy buena gerencia.

En estos ocho años he percibido que en la comunidad internacional hay un gran reconocimiento a la buena gerencia en Colombia. Y se los digo con la menor subjetividad, con la mayor objetividad. También hay un gran reconocimiento a la capacidad de adaptación, de superación, de asimilación de tecnologías, a la rapidez de la adquisición de conocimientos de los trabajadores colombianos. Nosotros también lo hemos percibido en estos años.

Y algo muy importante. Por ejemplo, aquellos que quieren participar en el país con sus inversiones, y para ayudar a construir buenas tendencias de largo plazo, temen mucho llegar a un país cuando no tienen allí con quién asociarse.

Hemos encontrado que Colombia ofrece algo muy importante. Es un país en el cual la comunidad internacional encuentra muy buen elemento humano y muy buena organización corporativa en el sector privado con la cual asociarse.

Yo quiero destacar estos tres presupuestos y compartirlos con ustedes y pedir que ustedes los mantengan en su mente, porque el Gobierno no los ha percibido excepcionalmente, si no en múltiples ocasiones: el reconocimiento a la buena gerencia, el reconocimiento al potencial de los trabajadores colombianos y el reconocimiento a esa oferta que hace el país de tener muy buen elemento humano y muy buena organización corporativa, para el elemento extranjero asociarse.

Empleo, prosperidad y competitividad

Ha habido una discusión sobre cómo crear en el país mejores condiciones de empleo, de emprendimiento y de prosperidad. Algunos refieren a la necesidad de hacer nuevas reformas laborales, de eliminar los parafiscales. Yo creo que eso hoy no es tema de fondo y que en lugar de contribuir hace daño.

Quiero hacer algunas referencias. Hace dos días el Gobierno Nacional recibió el estudio de la firma Ernst & Young sobre competitividad laboral de Colombia. La verdad es que el país en ese estudio está bien posicionado.

Cuando uno lee juiciosamente ese estudio –nosotros recibimos la presentación hace dos días-, encuentra que confirma una percepción que hemos venido cimentando en el Gobierno. El país ha venido logrando un buen equilibrio entre lo que es la flexibilidad para los empleadores y unas garantías para los trabajadores. Yo pienso que ahí no está el tema de fondo.

Ahora, quedan unos ajustes, por ejemplo en ese estudio aparece que tenemos unas dificultades en materia de visas al personal extranjero que viene a laborar en Colombia, etcétera. Ese tema uno lo puede dividir ya cuando va entrando en el detalle en dos: la necesidad de facilitar la visa al extranjero que viene a altos cargo de dirección o que viene a una misión técnica o tecnológica muy específica, que no hay manera de que se provea ese servicio en el país. Yo creo que hay que introducir unas flexibilidades.

Otro tema muy difícil que el Gobierno no lo comparte, que es el de eliminar la actual proporción en trabajos de trabajadores de base, que corresponde en la relación entre trabajadores que podrían venir del extranjero y trabajadores colombianos, ese tema sí es un tema muy difícil.

En el estudio aparece que Colombia es un país costoso en materia de seguridad social, pero no examina el estudio la seguridad consolidadamente con toda la carga impositiva del país. Y yo creo que los costos de seguridad social no se pueden aislar del conjunto de la carga impositiva del país, frente a lo cual me voy a referir más adelante.

Yo les decía a quienes hicieron el estudio, bueno, pero ustedes examinan los costos de los parafiscales, examinan los costos de la afiliación al régimen contributivo del país, a riesgos profesionales, a pensiones. Pero ignoran lo que ha pasado en la reducción del impuesto de renta, en la introducción de los estímulos a la inversión, en la eliminación del impuesto de timbre, en la eliminación del impuesto de remesas.

Y la firma en principio acepta que hay que dar un segundo paso en el estudio para mirar las cargas de seguridad social consolidadamente con las cargas tributarias del país.

Agencias temporales y cooperativas de trabajo asociado

Cuando uno mira estos estudios tiene que referirse a dos elementos. Tiene que referirse al elemento de los parafiscales y al elemento de unas instituciones que generalmente no se consideran en este análisis. Empiezo por lo segundo.

En el análisis de los costos laborales en Colombia, yo no entiendo por qué se desconsideran algunos elementos que son muy importantes para la generación de empleo. Este país ha obtenido una gran flexibilidad a través de agencias temporales de empleo. Estabilizar política y jurídicamente esta institucionalidad es muy difícil en un país con los desequilibrios sociales de Colombia. Y sin embargo, eso ha logrado gran estabilidad.

Nosotros tenemos hoy, entre agencias temporales de empleo y cooperativas de trabajo asociado, no menos de millón 600 mil trabajadores en el país.

Cuando empezó nuestro Gobierno, un gran reclamo era que era necesario acabar las cooperativas de trabajo asociado. Nosotros promovimos un gran debate, tomamos el camino de que no se podían acabar, pero que había que eliminar unas iniquidades.

Primero lo intentamos por un decreto; ese decreto después lo derogó el Consejo de Estado y logramos tramitar una ley que obliga a las cooperativas de trabajo asociado a pagar las obligaciones de remuneración a sus afiliados, a afiliarlos a la seguridad social, a pagar los parafiscales. Pero no las eliminamos.

Yo creo que es muy importante mirar en el marco laboral colombiano la flexibilidad que deriva de esos elementos.

Sindicalismo de participación contrato sindical

Creo que hay una cosa positiva. En el país empezamos a percibir el transito del viejo sindicalismo reivindicatorio a un nuevo sindicalismo de participación.

Nosotros ya tenemos muy buenos ejemplos en el país de contratos sindicales, en los cuales es la propia organización sindical la que asume la responsabilidad de prestar servicios en la empresa.

Y la organización sindical deja de mirar simplemente el aspecto reivindicativo del trabajador y empieza a considerar la economía en su conjunto y la necesidad de garantizar el bienestar de la empresa.

Estamos dando los últimos detalles para reglamentar nuevamente el contrato sindical, porque vemos en él una gran posibilidad de avanzar hacia una mayor fraternidad entre las organizaciones de los trabajadores y las empresas.

El contrato de aprendizaje

Me parece que hay otros elementos a destacar. El año pasado el Gobierno por sugerencia del Consejo Privado de Competitividad, reglamentó la Ley 590. Ese reglamento dispone que las pequeñas empresas que se creen, el primer año solamente pagan el 25 por ciento de los parafiscales, el segundo el 50, el tercer año el 75, el cuarto año el ciento por ciento.

Eso empezó muy lento, pero me sorprendió porque antes de ayer nos informó el Ministerio de Industria (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo) que ya hay más de 30 mil empresas que se han acogido a ese reglamento. Yo estaba muy pesimista, pero cuando veo que ya se empezó a cobrar una gran velocidad, uno se llena de optimismo.

Y hay una institución muy importante en Colombia para generar empleo, para generar prosperidad, para inducir buenas tendencias, que es el contrato de aprendizaje.

Sobre esto han sucedido varios fenómenos. Primero en nuestra Ley 789, en nuestra Reforma Laboral de 2002, el contrato de aprendizaje dejo de ser un contrato laboral y pasó a ser un contrato de servicios, se flexibilizo en medio de mucha critica. Hoy es menos difícil para los empresarios contratar aprendices.

El país empieza a asimilarlo, pero yo diría que lentamente por que en estos años hemos pasado de tener 30 mil aprendices a tener más o menos 130 mil aprendices.

Pero hay algo más importante. Se entendía que el número de aprendices que podía tener una empresa era un número limitado y que por encima de ese número la empresa no podía tener aprendices voluntarios.

Nosotros hicimos un juicioso estudio el año pasado y modificamos esa percepción a través de un decreto que le quitó el techo al número de aprendices. Esto es, las empresas hoy pueden contratar un gran número de aprendices voluntarios, lo que es bueno para los trabajadores colombianos y lo que es muy bueno para las empresas.

Yo le preguntaba al Director del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje, Darío Montoya Mejía) hace dos días, pensando en esta reunión con ustedes, le preguntaba: doctor Darío ustedes estiman hoy que ¿cuántos aprendices voluntarios podría tener el país? 3 millones. Pero eso ha empezado muy lentamente.

Entonces yo creo que esta es una gran oportunidad para llamar la atención de todos ustedes, apreciados empresarios, sobre la necesidad de utilizar esa institución tan importante que es la flexibilidad del aprendizaje que se ha introducido en Colombia en este Gobierno.

No conviene eliminar parafiscales

El profesor Jesús Botero (de la Universidad Eafit, de Medellín), con modelos matemáticos ha demostrado que si Colombia eliminara los parafiscales crearía 200 mil empleos pero no más y no se crearía una tendencia dinámica de generación de empleos.

Cundo uno ve los problemas estructurales para que Colombia desarrolle megatendencias positivas, encuentra que la solución no es eliminar los para fiscales. Que sí crearía una enorme dificultad porque algunos dicen: ‘Bueno, eliminamos los parafiscales. ¿Pero financiamos el Sena con qué? ¿Bienestar Familiar, con qué?

Estas instituciones han mejorado enormemente. Yo voy a hacer unas referencias más adelante en uno de los aspectos que considero de fondo, estructurales, para el tema de megatendencias positivas.

Además, cuando uno piensa en la pequeña empresa y los parafiscales, llega a la conclusión de que cuando la pequeña empresa es cumplida con los parafiscales se reducen las presiones por incremento salariales.

Los trabajadores que se ven bien atendidos por el Sena, por Bienestar Familiar, por las cajas de compensación, afiliados además a la seguridad social, son trabajadores que perciben allí unos beneficios que morigeran sus expectativas salariales. Yo creo que ese aspecto también hay que mirarlo también muy cuidadosamente.

Entonces la pregunta sería, bueno, llevamos un aspecto positivo que son esas tres percepciones, y un aspecto que el Gobierno considera que es negativo, que es pensar que el tema depende hoy de una solución laboral.

A esto habría que agregarle lo siguiente. Esas disoluciones laborales políticamente son muy difíciles. A mí me tocó trabajar entre 1986 y 1990 por lo que fue la Ley 50. Los mayores en esta reunión sabemos que si no hubiéramos modificado el sistema de retroactividad de cesantías, seguramente estaría muy postrada la empresa privada colombiana y totalmente defraudados los trabajadores, pero sé lo difícil que es introducir esas reformas.

Después de 1990 logramos introducir, con el liderazgo de Juan Luis Londoño nuestro, fallecido Ministro, que era Ministro de Protección, y el doctor Óscar Iván Zuluaga, hoy Ministro de Hacienda, en ese momento Senador de la Republica la Ley 789. Todavía hasta el año pasado tuvieron sub judice.

Todavía en esta campaña han recogido, una manera de hacer campaña es recoger firmas para un referendo para desmontarlo. El año pasado faltaba un debate para que desmontaran esa Reforma Laboral de 2002. Y yo llamé a los congresistas que han apoyado al Gobierno y me dijeron: ‘Presidente, si no hacemos eso nos derrotan, porque es que es muy taquillero hablar de desmontar esas reformas y nosotros no nos podemos quedar atrás’. Fue muy difícil convencerlos de que se necesitaba una decisión de responsabilidad con el país y no dejar desmontar esa reforma.

Entonces esos eventos nos llevan a la necesidad de mirar esto con mucha sensibilidad política. Yo creo que lo mejor hoy en esa materia es mantener equilibrio, porque uno necesita autoridad moral para poder ganar la batalla política contra el populismo en normatividad laboral.

Una de las cosas que dijimos el año pasado fue la siguiente: así como el Gobierno se ha opuesto a que se desmonte la Reforma Laboral de 2002, el Gobierno no puede irse al otro lado a proponer que le desmonten beneficios a los trabajadores. Y por esos nos opusimos al desmonte de los parafiscales, además de otras razones.

Yo rogaria mirar estos temas también con función de la cohesión social, de la gobernabilidad social, de la fraternidad social que necesita el país. Y en el proceso histórico, no en la fotografía de hoy. Hay que ver de dónde viene la legislación laboral colombiana, hay que remontarnos a lo que era esa legislación antes de la Ley 50 de 1990, la Ley 100 de 1993, la Ley 1152 de este Gobierno, que reforma la Ley 100; y la ley 789 de 20002, de Juan Luis Londoño, que introduce otras normas laborales.

Seis elementos para la prosperidad

La pregunta es entonces cuáles son los elementos que el Gobierno considera importantes desde el punto de vista de la contribución del Estado para que Colombia pueda inducir unas tendencias muy positivas de prosperidad. Nosotros hemos pensado en seis elementos.

Primero la seguridad, segundo la promoción de la inversión, tercero el acceso a mercados, cuarto la innovación productiva, quinto una revolución educativa permanente que la sustente y sexto la Infraestructura. Están relacionados.

En el tema de la seguridad yo diría que hay una cosa positiva y una negativa. ¿Qué hay positivo? Una gran revolución cultural en el país. A mi generación la formaron en la idea en que la seguridad era una categoría fachista , que era un camino a la dictadura; la formaron en una actitud política de rechazo a la seguridad.

¿Qué es lo bueno? Yo veo que en el país se ha venido dando un gran giro para aceptar que la seguridad es una fuente de recursos, un valor democrático. Esto es muy positivo.

Terroristas esperan cambio de Gobierno a ver si regresan

¿Qué veo yo todavía con preocupación? Hace poco me preguntaba la señora Secretaria de Estado (de Estados Unidos), Hillary Clinton que si yo consideraba que los avances de seguridad en Colombia eran irreversibles. Y le dije no, tenemos muchas dificultades porque todavía uno no advierte en todo el liderazgo político del país un compromiso sincero, estable, de garantizar la seguridad. Tenemos dificultades con terroristas refugiados el extranjero, que están agazapados esperando el cambio de Gobierno a ver si pueden regresar a Colombia y mientras puedan esconderse en el extranjero, mantienen la esperanza de que pueden destruir el Estado de Leyes en Colombia.

Yo, ayer por ejemplo, hablaba con una emisora de Pereira y me decían ‘sí, Presidente, aquí ha habido mucho avance, pero todavía en la semana pasada salió un grupo narcoguerrillero en la carretera al Chocó. A atracar unos vehículos. Y todavía no se ha acabado de desmontar una banda criminal que hay aquí que se llama la ‘Banda de la Cordillera’.

Entonces en esto hay que poner todo el cuidado. Me parece que hay una cosa buena, que es el reclamo por más seguridad. Hace unos años los colombianos anonadados, abrumados por los carros bomba. No reclamaban por el robo callejero.

Sí, aquel 7 de agosto de 2002, cuando el Gobierno nuestro se posesionó, a mí me dijeron en la mañana que no podía llegar caminando al Capitolio, que tenía que legar en un carro blindado. Les dije ¿cómo así? Me contestaron: ‘no, es que la situación está muy grave.

Y les pregunté ¿por qué no la han enfrentado? Y no hubo respuesta. Y efectivamente, todo parecía la crónica de una muerte anunciada, porque bombardearon con explosivos terroristas el Capitolio, la Casa de Nariño, y murieron muchísimas personas.

Entonces yo me he preguntado, en una situación de esas, yo creo que el país no alcanzaba a expresar superocupación por otros delitos, por esos delitos que mortifican a la Colombia urbana en toda hora, como el robo de vehículos, carros, motos; el hurto a residencias, el hurto al comercio, el hurto a personas.

Entonces cuando a mí me dicen ‘bueno, pero es que el país está muy angustiado por eso’, a mí me parece que es bueno que haya ese reclamo. Y veo que en seguridad, la ciudadanía colombiana empieza a reflejar una actitud como la que dice (Abraham) Maslow que ocurre en el ser humano frente a las necesidades básicas: se va resolviendo una necesidad y en la ciudadanía no hay conformidad, sino que empieza a reclamar que se resuelva la otra. Y ese reclamo ciudadano es muy interesante para que los gobiernos sientan un apremio permanente en esa materia.

Repasar la historia con motivo del Bicentenario

Ahora, quisiera hacer esa anotación. Con motivo de este Bicentenario, es muy importante repasar la historia de Colombia. Yo he encontrado, apreciados compatriotas, que Colombia en todos los periodos ha tenido buenos gobernantes, ha tenido buenas políticas públicas, buenos liderazgos, un gran empresariado –muy esforzado y con unas circunstancias de competitividad muy adversas- y una clase trabajadora muy laboriosa. Y es un país alegre.

La semana pasada en el Foro Económico Mundial (en Cartagena), un médico extranjero de una muy destacada clínica internacional que quiere venir a Colombia, me dijo: ‘mire, noto una cosa muy positiva en los colombianos, sonrisa’. Yo le dije me gusta mucho que la note, apreciado médico, porque un país que ha sufrido tanto debería ser un país con mueca amarga. Y es un país con sonrisa, es un país que expresa espontaneidad, desprevención. Un gran capital social.

Por eso yo creo que es muy importante aún en el discurso político tener más espontaneidad y menos cálculo. Yo creo que el país necesita lo que ese médico advertía, una gran actitud de espontaneidad.

Y entonces yo me pregunto por qué con todos esos atributos Colombia no ha prosperado lo suficiente. Seguramente, y esperamos que lo hagan, historiadores, economistas, sociólogos van a dar muchas explicaciones.

Desde la mirada mía simplemente como ser involucrado en la vida pública, yo creo que ha habido una causa muy determinante de que Colombia, en medio de buenas posibilidades, no haya prosperado suficientemente.

La violencia ha sido causa de frustraciones nacionales. El profesor Luis López de Mesa, en una obra sobre las frustraciones nacionales, nos dice: ‘la violencia nos impidió cosechar los avances de la cultura agustiniana; después la violencia de la Conquista contra los chibchas y contra las otras comunidades aborígenes nos impidió conocer los avances’.

Y uno sigue mirando la historia de Colombia. Hace dos años conmemoramos los 200 años de la muerte de (José Celestino) Mutis. Y yo me pregunté y le pregunté a unos compañeros ¿por qué esa generación que formó Mutis –que podríamos llamar la primera generación de la iluminación colombiana- no le pudo dar al país suficientes frutos? Porque los mataron. Casi todos llegaron al cadalso, prematuramente. ¿Y por qué? Porque el día que se produjo la Independencia, el Grito de Independencia, en lugar de dedicarnos a afianzar la Independencia, lo que hicimos fue entrar en la violencia entre nosotros.

Los días después del 20 de Julio de 1810, el General Santander acababa de graduarse, tenía 18 años, y lo enrolaron en el Ejército. Pero él salió de Bogotá, no a pelear contra los españoles, sino que salió en el ejército del General Nariño, que tenía las tesis centralistas, para pelearse contra el ejército de Camilo Torres, que era el Presidente de las Provincias Unidas y que tenían en Tunja las tesis federalistas.

Y eso llevó rápidamente a frustrar la posibilidad de consolidar una Independencia en el corto plazo; eso llevó a la reconquista sangrienta de (Juan) Sámano y (Pablo) y Morillo, llevó a tanto a toda esa generación de iluminados de Mutis al cadalso. Y uno empieza a ver frustración tras frustración por la violencia.

Y nosotros nos frustramos por la violencia interna de tener que derivar las virtudes del General Bolívar como guerrero, pero no como gobernante, porque el apremio de las dificultades internas no le permitió gobernar. Y Santander regresa del exilio y lo eligen presidente en el 32 y saca adelante una formidable revolución educativa y dura muy poquito; la frustra la violencia.

Y todo ese periodo de 1848 a 1857 lo frustra la violencia; y la Constitución de 1863 produce unos líderes muy importantes: (Manuel) Murillo Toro, Aquileo Parra, pero entre esa Constitución y la Constitución de 1886, solamente en 23 años, hubo 30 guerras civiles en Colombia.

Y el Gobierno de Núñez, que surge primero en el Estado de Bolívar como un Gobierno que es la reacción contra el desorden y contra la violencia. Y de ahí mi admiración a un elemento muy importante del capital social del país y es que, detrás de la fogosidad, de la expresividad, de la alegría del Caribe colombiano, ahí subyace un gran sentimiento contra el desorden y contra la violencia, que hizo a Núñez Presidente del Estado de Bolívar y después Presidente de la Nación entera.

Y alrededor del Gobierno de Núñez se dan siete años de paz y emergen las primeras industrias del Caribe colombiano. Y prosperan la agricultura y la caficultura. Ahí va viendo uno, en los pequeños espacios de paz, la prosperidad nacional, cómo uno puede hacer una conclusión al revés, cómo la violencia ha frustrado megatendencias muy importantes para el país. Pero eso de Núñez dura muy poco, porque viene la Guerra Civil de 1895 y la última Guerra Civil del siglo XIX, la Guerra Civil de los mil 128 días y el país se queda totalmente postrado.

En los procesos de paz de 1902, en uno de los tres en la finca Neerlandia, en el departamento del Magdalena, uno de los firmantes, el General Rafael Uribe dice: ‘hemos hecho la paz no porque estemos convencidos de la paz sino porque no tenemos ya porque pelearnos. Destruimos el país, está todo por reconstruir’.

Y al año siguiente, otra frustración por la violencia: la separación de Panamá, que era la cabeza, en ese momento era la cabeza. Y, entonces uno estudia los antecedentes.

Había habido un amago de separación porque se quejaban de que en Colombia, por la violencia interna, no se preocupaban por darle seguridad allá. Casi se separan cuando hubo un incendio en la ciudad de Colón, devastador, y se sintió que no había autoridad.

Esa separación la evitó un hombre de autoridad, que todavía no era Presidente, pero que lo enviaron allá, que fue el General (Rafael) Reyes. Pero ya en 1903 se separa Panamá, hasta con un acta muy bella. Dicen ‘hemos llegado a la mayoría de edad y nos separamos como hermanos’. Y no había allá ni intención de violencia ni aquí capacidad de resistencia.

El General Pedro Nel Ospina llegó al Palacio de Nariño al medio día de ese 3 de noviembre a decirle al Presidente (José Manuel) Marroquín que se estaba separando Panamá. Y el Presidente Marroquín estaba leyendo una novela en francés. Y uno dice ¿y que más tenía para hacer?’.

Ahora con motivo del 20 de Julio yo me he propuesto a mirar por qué se separó Panamá y en un libro que se llama ‘Great Endeavors’, megatendencias de los Estados Unidos de largo plazo, que es bien importante, hay un capítulo muy largo dedicado a eso.

Ahora estoy leyendo el de un doctor joven, doctorado de Panamá, que dice que fue un tema de Wall Street. Realmente la política del ‘gran garrote’ del Presidente Teddy Roosevelt, el interés norteamericano en el Canal fue muy influyente, pero le falta a la historia un capítulo: ¿En cuánto influyó el descuido nuestro por vivir nosotros en la violencia y en el desorden internos?

Y hubo un periodo de paz entre 1902 y principios de los años 40 y yo por eso en esa suma, apreciados compatriotas, digo que tuvimos en el siglo XIX apenas siete años de paz y en el siglo XX apenas 40, y que en total son 47 en 200 años de vida independiente.

Y a principios de los años 40 empieza nuevamente la violencia entre los partidos y termina con los pactos del Frente Nacional de los ex presidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez. Pero inmediatamente aparecen las guerrillas marxistas, del odio de clases, de la propuesta de sustituir el Estado de Derecho por la dictadura del proletariado. Y la reacción paramilitar y cooptados ambos por el narcotráfico.

Las generaciones vivas desde los años 1940 no han vivido un solo día de paz en Colombia.

Yo diría, apreciados compatriotas, que un presupuesto absolutamente necesario para poder garantizar megatendencias positivas en Colombia es no aflojar en materia de seguridad. Y no es fácil estabilizar la seguridad en un país que apenas ha tenido 47 años de paz en 200 años de vida independiente.

Inversión e iniciativa privada

Y por supuesto, el segundo elemento es la promoción de la inversión. A mí me preocupa mucho que el capitalismo latinoamericano pensó que en América Latina no había ninguna dificultad frente a la inversión privada y yo creo que el capitalismo latinoamericano ha sido tomado por sorpresa por unos gobiernos restrictivos de la iniciativa privada.

Yo admiro lo que ha pasado en Colombia. En Colombia el empresariado ha asumido con gran dignidad los retos y ha preferido sacrificar ganancias de corto plazo para reivindicar los principios democráticos y de libertad de empresa. Pero eso no ha ocurrido en muchos países de América Latina ni en Europa. Se alían con dictadores para evitar expropiaciones de empresas y van a terminar con las empresas expropiadas, con las rodillas llenas de llagas y con los principios maltratados. O sea que la defensa política del principio de libertad de empresa es necesaria para poder tener megatendencias positivas.

Ahora, yo digo esto sin fundamentalismos psicológicos. Simplemente ¿por qué creo en la iniciativa privada? Porque sin iniciativa privada no hay calidad de vida ¿Y por qué no hay calidad de vida sin iniciativa privada? Porque sin iniciativa privada se adormece la creatividad, sin iniciativa privada no hay proyectos exitosos de ciencia y tecnología. Ejemplo, los viejos países comunistas perdieron la laboriosidad, perdieron la creatividad; avanzaron en armamentismo, pero la investigación no les produjo modelos gerenciales exitosos y no les produjo modernidad en su aparato productivo. Llegaron a una gran obsolescencia productiva que desencantó hasta sublevar a sus ciudadanos.

Todavía la historia nos debe una respuesta. ¿Por qué el colapso de la Unión Soviética? ¿Por qué el colapso del Muro de Berlín? ¿Por qué el colapso de la China de Mao Tse Tung? Yo diría que por el colapso de calidad de vida.

Entonces yo veo la siguiente relación causal: iniciativa privada, laboriosidad, creatividad, avances en ciencia y tecnología, calidad de vida. En ausencia de iniciativa privada no se da la secuencia, ni se da el resultado, que es la calidad de vida. Por eso, para promover la inversión es muy importante tener claridad sobre el significado político sobre la inversión.

Y en eso veo que hay cuatro modelos de gobiernos: unos gobiernos abiertamente opuestos a la iniciativa privada; otros gobiernos que no se oponen a la iniciativa privada, pero no la defienden. Una tercera categoría, gobiernos que se relacionan con la iniciativa privada a título personal no institucional, para extremar; al empresario amigo le dan beneficios al empresario adversario lo amenazan con expropiar.

Yo creo que es bien importante una cuarta categoría, que es la que hemos buscado en Colombia: defender la iniciativa privada, atraerla y tener un relacionamiento gubernamental con la iniciativa privada institucional, impersonal, no por casos personales y mucho menos por consideraciones políticas individuales. Creo que eso es bien importante para inducir megatendencias positivas en el largo plazo.

El tema fiscal y las reformas para la inversión

Y entonces ahí entran temas como el tema fiscal, el tema de endeudamiento, el tema de las reformas, todo lo que se necesita para promover la inversión.

Sobre el tema fiscal: nosotros habíamos bajado el déficit fiscal del 6 y medio al 2,34 (por ciento). Yo creo que va a quedar entre el 4,3 y el 4,5 (por ciento). El consolidado menos, pero yo me refiero es al del sector público central, porque este es el que paga pensiones. Porque el sector público central es el que paga la deuda, es el que tiene que hacer las transferencias a las regiones. Entonces finalmente es el déficit de caja más sensible. El consolidado muestra mejores resultados. Y por esta crisis de la economía lo tuvimos que crecer algo.
Entonces, yo creo que convino.

¿Qué pasó el año pasado? Se nos cayeron mucho los ingresos del Estado y mantuvimos el gasto público. A pesar de que se le cayeron los ingresos al Gobierno le mantuvimos las transferencias a las regiones. De haberlas reducido, habríamos creado un factor de perturbación grave a la gobernabilidad.

Y logramos que la economía, mientras en tantos países decreció, aquí se defendiera y creciera y creciera levemente. Y eso tuvo un costo, que fue aumentar el déficit fiscal del Gobierno Nacional Central del 2,34 al 4,1, que puede estar este año entre el 4,3 y el 4,5.

Pero ahora reaparece una mejor tendencia de recuperación de los recaudos del fisco. Yo creo que esa situación es manejable.

Y sobre la situación fiscal y la crisis hay otros aspectos a destacar: Colombia el año pasado tuvo, en medio de esta crisis, la más alta tasa de inversión en América Latina: 25,8; la de Brasil fue entre 16, 17. La más alta tasa de inversión en América Latina, yo creo que eso es bien importante. Y el segundo año record en inversión extranjera.

Si bien habíamos dado ese salto, al que se refirió generosamente la doctora María Fernanda (Campo, Presidenta Cámara de Comercio de Bogotá), la del año pasado no fue baja, fue el segundo año record con 9 mil 500 30 millones de dólares en bruto. Y confiamos que las tendencias de este año van a producir un muy buen resultado de tasa de inversión y de inversión extranjera en nuestro país.

Colombia creció en medio de la crisis

Y otro elemento bien importante, ya en lo social: el año pasado América Latina tuvo 9 millones de pobres más; en Colombia disminuyó levemente la pobreza y en un porcentaje algo mayor la pobreza absoluta. Yo creo que ese es un buen logro.

En las crisis anteriores de la economía siempre había un gran aumento de la pobreza. Logramos que en este momento se presentara una pequeña reducción. Y hubo algo bien importante: en las crisis anteriores de la economía se disminuía mucho la afiliación a la seguridad social. Siguió aumentando en esta crisis la afiliación de trabajadores colombianos a la seguridad social.

En las crisis anteriores aumentaba la deserción escolar y universitaria. En esta crisis las políticas sociales y el dinamismo de Colombia ha logrado que continuara aumentando la población universitaria y la población escolar.
Yo veo allí que hay que eso nos indica que hay capacidad de resistir dificultades y ese es un presupuesto necesario para poder avanzar en megatendencias positivas.

En cuanto al endeudamiento destacaría lo siguiente: lo habíamos bajado del 48 al 22, va a quedar 26, 27. Pero algo muy importante para soportar megatendencias positivas: ese endeudamiento colombiano hoy es menos vulnerables a los choques internacionales de la economía.

¿Por qué? Porque antes ese endeudamiento, en un 70 por ciento estaba en moneda extranjera; hoy está en moneda extranjera en un 30 por ciento. Entonces ha habido un desarrollo del mercado financiero local que nos da a nosotros una especie de inmunidad frente a los choques de la economía internacional.

Y cuando los países van logrando esa independencia financiera, eso opera como un gran soporte para la inducción de megatendencias bien positivas.

Extremos dañinos en América Latina

Es bien importante también el rol del Estado para inducir megatendencias positivas. Nosotros creeremos que en América Latina ha habido extremos muy dañinos: aquel extremo que quiso eliminar al Estado en nombre del Consenso de Washington y el otro extremo, el de ahora, que quiere que el Estado prevalezca sobretodo anulando la iniciativa privada.

Nosotros, sin eliminar el Estado, hemos reformado 431 entidades del Estado, quitándoles politiquería, quitándoles clientelismo, y eso va produciendo buenos resultados.

Por ejemplo, si no hubiéramos hecho la reforma en Telecom, hoy estaríamos pagando 500 mil millones al año por pensiones de Telecom. La reforma de Ecopetrol ha permitido que el país pasara de tener una capacidad de inversión de Ecopetrol de 500 millones de dólares al año, el año pasado invirtió 7 mil millones de dólares. Este año invierte 7 mil millones de dólares.

La reforma de las clínicas del Seguro Social. Ustedes van o les preguntan a los trabajadores de sus empresas por las clínicas del Seguro Social en Bogotá, eran un desastre, como en todo el país por la politiquería, por el clientelismo. Hoy son un modelo a mostrar.

Se han reformado 431 entidades del Estado. Eso ha traído un ahorro de 6,28 del PIB. Las últimas dos reformadas son Etesa y Estupefacientes, para eliminar corrupción, amiguismo, politiquería, en el control de los juegos y también en el tema de la administración de los bienes confiscados.

Hay que continuar esas reformas. No es fácil, eso tiene mucha oposición política, mucha oposición ideológica. Y reformas estructurales en nivel constitucional y legal. Se han hecho muchas: pensiones, en transferencias, etcétera. Bien importante la tributaria, me voy a referir a ella.

Nosotros hemos ganado en las calificaciones de productividad del Doing Business del Banco Mundial. Somos hoy el primer país latinoamericano, inclusive por encima de Chile, y en el ranking del Foro Económico Mundial.

Pero para seguir ganando tenemos que avanzar en otras reformas que siguen estancadas, como la reforma a la justicia. Yo creo, si me preguntaran: reformas pendientes, yo diría que esa es una necesidad.

El tema tributario y estímulos a inversiones

Sobre el tema tributario quiero expresarles lo siguiente, apreciados empresarios. A mí me parece que, sí, hay que hacer ajustes permanentes, pero yo sí llamaría la atención sobre la necesidad de defender los estímulos a las inversiones.

Cuando este Gobierno propuso los estímulos a las inversiones, algunos economistas saltaron a decir que eso no se necesitaba. Los resultados han demostrado que sí se necesita.

Yo creo que por encima de la discusión académica hay realidades. A uno le es muy difícil competir en el turismo, por ejemplo con Cuba, cuando allá le dan a los nuevos hoteles les dan una exención tributaria mientras recuperan sus inversiones, y después, por todo concepto lo que tienen que pagar es un 30 por ciento.

Esto es, el mundo lanzado a atraer inversión, es lo que hay que considerar en esto, sin descuidar la parte académica pero mirando cómo el país puede ser competitivo.

Para nosotros los estímulos a las inversiones han sido muy importantes, y yo creo que –sin perjuicio de estarlo revisando- es muy importante que el país los mantenga. Me parecería muy grave desmontarlos, cuando apenas el mundo empieza a percibir a Colombia como un gran destino de inversión.

Los ejemplos muchas veces le ayudan a uno a profundizar reflexiones. Con el Ministro (de Comercio, Industria y Comercio, Luis Guillermo) Plata, hace pocos días nos encontramos en una reunión internacional con un empresario americano que tiene la fábrica de confites más grande de China y decía: ‘quiero montar una en América. Nunca había pensado en Colombia, estoy pensando en Colombia’.

Entonces uno se pregunta, un país como Colombia que no estuvo en el radar de la inversión, que empieza a estar en esa pantalla de inversión, que apenas empiezan a tomar esas decisiones de inversión, no puede quitar aspectos fundamentales para atraer inversiones, como es este tema de los incentivos a la inversión.

Yo pienso que en un país como Colombia, que no ha sido atractivo a la inversión, en un país como Colombia que apenas empieza a ser atractivo, es muy importante darle un tratamiento diferente al contribuyente que invierte, que el tratamiento que se le da al contribuyente que no invierte.

Y peyorativamente se dice ‘es que hay que quitar las exenciones, los regalos a los ricos’. Hombre, esos son los incentivos de inversión. Yo lo relaciono con el tema laboral. En una economía que se está insertando en la economía mundial, finalmente, apreciados empresarios, el mejor estímulo a la generación de empleo es el estímulo a la inversión.

Y le dicen a uno: ‘quiten, quiten las inversiones’. Entonces uno revisa cuáles son. La del Banco de la República, y no puedo quitarlas, porque las utilidades del Banco de la República pasan en un ciento por ciento al Gobierno.

En seguida la de los dividendos. Ustedes recuerdan ese obstáculo que había en la inversión en Colombia por la doble tributación, que se eliminó en la administración (Virgilio) Barco, cuando era Ministro de Hacienda el hoy ex presidente, doctor César Gaviria.

A mí me parece que en una visión de largo plazo esa reforma fue una reforma muy buena y es todavía reciente. ¿Cómo la vamos a quitar? Lo otro es estos incentivos. Es que no nos podemos olvidar, el país tenía 11 zonas francas y no avanzaba. Este Gobierno deja en construcción casi 80 zonas francas.

Y esa tasa de inversión que ha pasado del 12, 14, picos del 16, en los últimos años casi toca el 28. El año pasado, en medio de esa crisis, en el 25.8, esa tasa de inversión ha tenido bastante que ver con estos incentivos, con la Ley de Estabilidad en las reglas de juego.

Yo quiero llamar la atención del país sobre ese tema. Me parecería que crearíamos un daño eliminando los incentivos.

Impuesto al Patrimonio

Ahora, pienso que en el país se han hecho esfuerzos grandes: el esfuerzo con el Impuesto al Patrimonio, que muchos critican y que dicen que es antitécnico, pero crea un buen ambiente político. Y el ambiente político es necesario como presupuesto para las megatendencias positivas.

El Impuesto al Patrimonio permite hoy decir lo siguiente: Colombia ha adelantado la política de seguridad no a expensas de la política social. Hemos podido acompañar la política de seguridad con avances en la política social.

¿Qué tal que hubiéramos llegado solamente a los campos colombianos con soldados? Hemos podido llegar con los soldados de la Patria y con política social.

Entonces la política de seguridad no se ha hecho a expensas de la política social, entre otras cosas, porque hemos tenido el Impuesto al Patrimonio. Y eso ayuda mucho a crear condiciones de estabilidad política, condiciones de gobernabilidad social, condiciones de entendimiento fraterno entre los colombianos.

Yo diría que al próximo Gobierno yo creo que le quedan unos caminos bien importantes: primero, la reforma del Estado le ahorra mucho camino….

Si ustedes me preguntaran un legado importante del actual Gobierno, la reforma del Estado. Segundo, este Gobierno desmontó el subsidio al combustible y eso ha sido muy difícil. Esa elevación escandalosa, grandísima del precio interno del combustible el pueblo colombiano generosamente lo ha soportado, pero eso muy difícil políticamente.

Recuerden el Gobierno de Carlos Andrés Pérez en Venezuela. Yo nunca pensé que nosotros tuviéramos la capacidad política de desmontar el subsidio al combustible. Ahí queda, yo creo que un muy buen legado fiscal que le da margen de maniobra al próximo Gobierno. Yo veo que el próximo Gobierno puede, dado el tamaño que ha tomado Ecopetrol, su valor como patrimonio mixto, yo creo que el próximo Gobierno puede vender un poquito de Ecopetrol e inyectarle más recursos a la infraestructura. Yo creo que todo esto ha ayudado a la inversión y es importante mirarlo.

Cuando yo hablo de mantener el rumbo, recuerdo mucho a mí profesor Michael Porter, que él decía, ´hay que fijar unos objetivos, trazar unos caminos, no estancar esos caminos, pero no salirse de esos caminos. Ni estancamiento ni abandono del camino´, y él lo definió sabiamente en dos palabras: mejoramiento continuo. Yo diría mantener el rumbo con mejoramiento continuo.

Ese tema de los incentivos a la inversión en este momento de vida colombiana es muy importante. Algunos dicen reformas tributarias estructurales. Y uno pregunta ¿qué es eso? Y le dicen ´es una reforma sin exenciones, léase sin incentivos, con una tarifa plana y universal´.

Yo creo que eso tiene dos elementos perturbadores. Primero elimina los incentivos, le da un tratamiento igual al que invierte, que al que no invierte, que es injusto en el momento que vive en el país. Y segundo, elimina la progresividad tributaria, que es muy importante en una sociedad con desequilibrios. Puede que cuando el país más adelante ya haya construido un suficiente nivel de capacidad productiva y haya capacitado suficientemente su recurso humano, puede que pueda pensar en ese tipo de reformas.

En este momento, cuando necesitamos crecer con esas tasas de inversión, eliminar los incentivos a uno le parece preocupante. Y entonces la seguridad, la promoción de la inversión.

Acceso a mercados

Y viene otra pregunta. Muy bien, se invierte en Colombia. ¿Y mercados?, Entonces el inversionista dice ´para qué voy a invertir si no tengo acceso a mercados´.

El país entre 1989 y 2003 hizo la apertura unilateral de su economía, pero no accedió a mercados. En ese periodo mantuvimos el mercado andino y tuvimos un acuerdo con México, que a la luz de las necesidades de hoy nos quedó corto. Y unas preferencias unilaterales que nunca dan confianza de invertir por su precariedad.

Yo diría que hubo un desbalance, abrimos nuestra economía y no logramos que nos abrieran otras economías. De ahí el esfuerzo para avanzar en los acuerdos comerciales, en tres tipos de acuerdos: acceso a mercados, desmonte de la doble tributación y promoción de inversiones.

Estamos trabajando en estos últimos meses a ver si logramos el acuerdo con Panamá, si se logra que el Congreso de Canadá, que el Parlamento canadiense ratifique el tratado con Colombia. Vamos a trabajar hasta el último día en el tratado con los Estados Unidos; ayer hubo una declaración muy positiva del Representante Comercial de los Estados Unidos, el señor Ron Kirk, y confiamos que se vaya abriendo ese camino en el Congreso norteamericano.

Hemos cerrado la negociación con Europa. Viene una etapa muy, muy difícil que es la ratificación en el Parlamento Europeo. Y diría que hay algo muy promisorio, que es el avance de las negociaciones con Japón y con Corea.

El acceso de Colombia al Pacífico, yo creo que hoy es más fácil verlo, no aspirando a que se levante por Colombia la moratoria de ingreso de nuevos social a la comunidad del Pacífico, sino a través de negociaciones, por ejemplo con Japón, con Corea. Con Corea, donde nos quieren, donde nos reconocen la participación en la guerra. Por lo tiempos con que se trabaja en el Asia, nosotros no alcanzamos a tener cerrados estos acuerdos, pero sí aspiramos que la nueva administración presidencial los encuentro bastante avanzados.

Y el acceso a mercados no puede desconocer la necesidad de tonificar el mercado interno. Yo creo que la política social ayudó a evitar que hubiera un colapso en el mercado interno en esta crisis de la economía, que habría sido mucho más perturbador.

Agregar valor a los productos y buscar nuevos sectores

Entonces, acceso a mercados y una política social que le vaya dando mejor capacidad adquisitiva al mercado interno. Pero viene otra pregunta. Muy bien, seguridad inversión y acceso a mercados. ¿Y qué vamos a producir, qué le vamos a vender a esos mercados?

Pienso que hay el país ha venido trabajando en concertación con el sector privado, cómo agregarle valor a producción tradicional, cómo desarrollar los nuevos sectores de talla mundial.

Yo creo que el país puede ser un país con una economía minera, de hidrocarburos, de energía, de industria, de servicios de turismo; el país puede tener una economía muy balanceada. Yo creo que hay todas las posibilidades para inducir una megatendencia con una economía diversificada, balanceada y prospera en todos los actores.

Producción de hidrocarburos

Y hay una respuesta del Ministro de Hacienda. Para evitar que los desarrollos mineros y energéticos produzcan un impacto en la tasa de cambio que le haga daño a los otros sectores de la economía, nosotros confiamos que este Gobierno pueda dejar aprobada la regla fiscal, para que estas perspectivas de crecimiento en producción de hidrocarburos, puedan tener unos mecanismos de ahorro que eviten presiones sobre tasa de cambio.

Yo creo que la violencia nos estaba privando de esas megatendencias. El país apenas tenía un 13 por ciento el territorio explorado y entonces a uno le decían, ´bueno, pero si en la misma Cordillera de los Andes tiene tanta producción minera en Perú y en Chile ¿por qué no en Colombia?´ Solamente teníamos un 13 por ciento en exploración.

Si Venezuela tiene un producción tanta alta de petróleo en la franja del Orinoco ¿Por qué no en Colombia? No habíamos explorado la franja del Orinoco. Este Gobierno va a dejar un 40 por ciento del territorio en exploración. Uno empieza a ver unas perspectivas de minería, de energía, y de hidrocarburos de gran importancia en nuestro país.

Recordemos esto. Se dijo ´Colombia en 2008 pierde la autosuficiencia petrolera´. ¿Qué sería perder la autosuficiencia? Estar produciendo menos de los que se requiere. ¿Cuánto es el consumo nacional? Es de 220, 234 mil barriles al día.

¿Qué tal que se hubiera cumplido ese pronóstico? Estaríamos produciendo 200 mil. El país hoy esta produciendo 785 mil barriles por día y esta próximo a llegar en un millón. Y confiamos que en poco tiempo esté produciendo millón y medio.

Esa tendencia no sólo tiene que ver con la política de creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, racionalizaciones de regalías, etcétera, sino con la política de seguridad.

Y lo promisorio en minería, también tiene que ver con la política de seguridad; y lo promisorio en generadores independientes de energía, también tiene que ver con la política de seguridad. Recuerden ustedes que el país llegó a tener lo siguiente. La deuda por el sector energético, llegó a representar el 28, 30 por ciento de la deuda pública total del país; hoy represente menos del 3 por ciento.

Y estamos instalando 4 cuatro millones de kilovatios, es bien importante. Sin riesgos para el fisco y sin riesgos para el sector financiero del país. ¿Qué lo ha logrado? La política de seguridad y la política de incentivos y de garantías a la inversión.

Por ejemplo, todos esos proyectos de generación tienen beneficio de zona franca. ¿Cuánto represente no tener que pagar aranceles e IVA para traer esos equipos? ¿Cuánto representa poder recuperar esa inversión en más corto tiempo, cuando la tarifa de renta no es del 33, sino del 15? ¿Cuánto representa en seguridad de inversionistas tener una acuerdo de estabilidad de reglas de juego a 20 años o tener esa garantían que ha dado este gobierno que se llama el cargo por confiabilidad?

Entonces disponer de recursos mineros, de recursos energéticos, de hidrocarburos, es un presupuesto necesario para megatendencias positivas.

Y aparecen otras posibilidades en esos nuevos productos. Uno ve una gran mega tendencia como país de diversificación energética.

Colombia, potencia en biocombustibles

Entonces esta el tema de los biocombustibles. Dos cualidades tiene Colombia para ser una potencia en biocombustibles. Primero no tenemos que tumbar selva para producir biocombustibles, segundo no tenemos que afectar la seguridad alimentaria. Solamente en la Orinoquía tiene Colombia 180 mil kilómetros de sabanas donde puede tener un gran crecimiento para la seguridad alimentaria, para la exportación y para la producción de biocombustibles.

Y esa megatendencia se soporta también en la primera meta parcial. Y yo recuerdo uno de mis profesores que decía mire: ‘las megatendencias dependen del cumplimiento de metas parciales. Si usted no tiene victorias parciales no va a lograr megatendencias’.

 

Yo diría que aquí hay una victoria parcial muy importante. En pocos años Colombia ha logrado ser el segundo país latinoamericano en producción de etanol, hoy esta produciendo millón 50, millón 100 mil litros al día; y el primer país latinoamericano en producción de biodiesel, esta llegando a millón 800 mil litros.

Y Colombia tiene unas grandes posibilidades en energía solar y unas grandes posibilidades en energía eólica. Todo eso tiene estímulos tributarios.

Call center y turismo de salud

Otro sector bien importante, el del call center , el del Business Process Outsourcing .

Ejemplos victorias parciales. La ciudad de Manizales, a esa distancia del mar, con muchas dificultades de sus industrias, ha logrado reducir el desempleo del 24 al 16 (por ciento).

¿Pero que está haciendo su Alcalde (Juan Manuel Llano Uribe)? Está trabajando con el Ministerio de Comunicaciones y con la inversión internacional trayendo a Manizales call center . En los próximos meses Manizales puede agregar otros cinco mil empleos de call center. ¿Cuánto significa eso en el tamaño y en la población de Manizales?

En eso, pero con todo el valor agregado, con el Business Process Outsourcing y lo que sigue, el país puede ser un jugador de talla mundial, ahí se puede inducir una gran megatendencia.

En el otro tema, en el de turismo de salud, la localización geográfica, el prestigio de la Medicina colombiana, los antecedentes, las victorias parciales obtenidas, el país pude ser un jugador mundial muy importante en turismo de salud, porque nuestros servicios son de muy buena calidad y de muy bajo costo en la comparación internacional.

Por eso las zonas francas de salud y por eso los planes ‘vallejos’ en materia de promisión de hospitales para el turismo internacional de salud.

Otro sector bien importante, producción de medicamentos, con una gran fuente de materia prima, que es la investigación sobre una selva que todavía conserva en Colombia 600 mil kilómetros.

Producción de cosméticos; yo diría que en todo eso el país tiene una megatendencias bien importantes.

Y tengo mucha fe en la paulatina y más acelerada recuperación de la agricultura, que de verdad nos permita consolidar aquello con lo cual hemos soñado, que Colombia sea un país exportador de alimentos.

En medio de esta crisis, el año pasado la agricultura logró crecer 1,4 (por ciento) a pesar de una caída del 25 por ciento en la caficultura por los inviernos anteriores y porque se está renovando.

Revolución educativa

Hay ve uno unas megatendencias que se pueden inducir con ese tema de la innovación productiva ¿Qué sustenta una innovación productiva? Y viene la quinta pregunta, una revolución educativa permanente.

Sin eso no hay innovación productiva, no hay qué ofrecerle a los mercados mundiales. Para nosotros es el principio fundamental para la competitividad del país y la cabeza de las políticas sociales.

¿Qué hemos hecho? Primero una decisión elemental: estabilidad y eficiencia en el Ministerio (de Educación Nacional). Colombia en cien años tuvo 120 ministros de educación; en estos ocho años ha tenido una Ministra (de Educación Cecilia María Vélez) de excelencia con un equipo de excelencia.

Y yo creo que hay logros importantes. Metas parciales bien importantes. Una: cobertura en educación básica, hemos pasado del 80 (por ciento) al ciento por ciento.

Muchos compatriotas todavía no tienen información de lo que ha logrado el Ministerio de Educación. En educación media hemos pasado del 57 (por ciento) al 80 por ciento; en cobertura universitaria del 21.6 (por ciento) al 36 (por ciento).

De menos de un millón de estudiantes universitarios a cerca de millón 700 mil; en numero de bachilleres, graduábamos 424 mil, este año se gradúan 737 mil.

El Icetex, una de las instituciones del Estado reformada, se le quitó la politiquería. Antes un muchacho para obtener un crédito del Icetex tenía que irse hacer una fila a un directorio político para que le dieran una tarjeta.

En este Gobierno gracias a la reforma puede obtener el crédito a través de Internet.

Salió la nueva Ley de Ciencia y Tecnología, excelente. Este año es un año record en el presupuesto de Colciencias, pero todavía baja.

El país todavía, lo reconozco, hace una inversión muy baja en investigación. Las megatendencias necesitan aumentarla, pero yo sí quiero reconocerles a mis compatriotas algo que no se le reconoce en los análisis comparativos sobre los presupuestos de investigación: es la productividad de los recursos de investigación.

Colombia con muy poquita plata ha obtenido grandes logros. Lo ve una en la medicina de transplantes, lo ve uno en el control de las plagas de cacao, lo ve uno en el tema de la manera como se está hoy logrando alta productividad en los Llanos Orientales, en soya, en maíz, en otros productos. Lo ve uno en los logros de Cenicaña, de Cenicafé, etcétera.

Entonces yo rogaría que no todo es desaliento en materia de investigación. Hay avances importantes y hay un capital, que el país ha logrado con muy poquita plata, obtener muy buenos resultados y eso indica que en la medida de que se mantenga ese esfuerzo de productividad y puede haber más recursos, pueda haber avances extraordinarios.

Yo diría que el avance del Sena es muy importante, no solamente el cuantitativo sino el cualitativo. Porque la empleabilidad del Sena en estos años de Gobierno ha pasado del 42 (por ciento) a un rango entre el 70 (por ciento) y 92 (por ciento). Institución donde también hemos eliminado la politiquería. El Sena capacitaba a un millón cien mil de colombianos por año; el año pasado capacitó siete millones 857 mil colombianos.

Tenía matriculados en programas técnicos y tecnológicos 41 mil colombianos; este año matricula 5900 mil.

Y algo bien interesante, que recalco, parte de la revolución educativa liderada por la Ministra y por el doctor Darío Montoya (Director del Sena). Antes los colombianos vivían muy desmotivados a graduarse como técnicos o tecnólogos, porque decían ‘me estanco’.

Ahora se ha introducido la modalidad de educación por ciclos. El muchacho que se gradúa como técnico, como tecnólogo, en cualquier momento, más adelante puede ir a la universidad a completar los créditos y acceder al grado de educación superior.

Y esto tiene un principio, que se llama la primera infancia. Hemos avanzado enormemente en cobertura nutricional sobre la primera infancia, pero todavía hay un atraso sobre cobertura educativa.

Yo creo que hubo grandes avances en las administraciones (Carlos) Lleras Restrepo y Virgilio Barco en materia de nutrición de primera infancia. La nuestra ha tratado de dar un gran aporte. Hemos pasado de cinco millones 900 mil usuarios de Bienestar Familiar a casi 13 millones.

Eso en nutrición esta muy bien, pero en cobertura educativa en primera infancia, donde empieza todo. el científico hay que formarlo antes de que tenga cinco años, se lo dicen a uno los expertos. Allí todavía estamos retrasados.

Yéndole muy bien, este Gobierno podrá dejar una cobertura educativa de primera infancia de 500 mil niños en los sectores pobres.

Conectividad

Y muchos han dicho, bueno Presidente, si pero hay otros faltantes. Claro, hemos avanzado mucho en conectividad pero con desequilibrios regionales, unos sitios con un gran avance en conectividad, unas regiones remotas todavía con mucho atraso.

Las coberturas han rebasado la infraestructura salvo Bogotá y Medellín, ahí el país tiene un reto enorme. En la enseñanza de segunda lengua el gran líder es el Sena, le está enseñando ingles a un millón de colombianos a través de Internet; la mayoría de los profesores desde San Andrés, con un subproducto social magnifico.

San Andrés está recibiendo hoy por salarios del Sena para profesores de ingles, 12 mil millones de pesos al año.

Yo digo eso tiene que ayudar mucho en el tejido social y en lo que es amacizar la Colombia del Archipiélago con la Colombia continental y evitar tendencias que en algunos momentos han sido preocupantes.

Y otros compatriotas dicen: ‘bueno, han masificado mucho educación ¿pero calidad? Se temía que se iba a reducir la calidad por la masificación de la cobertura y viene mejorando la calidad.

Nosotros hemos introducido muchas pruebas, además de las pruebas Icfes, las pruebas Saber; las pruebas para los egresados de los programas universitarios, que se llaman las pruebas Ecaes (Examen de calidad de la Educación Superior); los concursos de los profesores, el observatorio laboral de los egresados universitarios.

Colombia hoy es el país latinoamericano más exigente en pruebas domésticas, y el país latinoamericano que más expone a sus estudiantes en pruebas para competir en matemáticas y en ciencias con los estudiantes de los países desarrollados.

Yo creo que allí hay un buen esfuerzo educativo, pone una semillita, que es muy importante continuar con él, como el presupuesto necesario para la tendencia de innovación productiva.

Y por supuesto el tema de infraestructura.

Infraestructura

Uno admira, uno, yo los veo a ustedes y digo: ustedes están trabajando a 580 kilómetros del Pacífico y a mil 70, mil 100 kilómetros del Caribe. A mi me sorprende el vigor de la empresa colombiana, la prosperidad de algunas ciudades, como esta ciudad, con una distancia tan grande sobre los dos océanos.

Reconozco las necesidades de infraestructura y les hago estas confesiones: el Gobierno empezó con miedo.

Yo presentaba un programa de infraestructura en el Consejo de Ministros y me decían: ’Presidente, no hay con qué pagar soldados. ¿Cómo vamos a hacer es? Estamos al borde del colapso’.

Encontramos todas las concesiones en pleito, hoy están todos esos pleitos resueltos. No había proyecto, la ingeniería colombiana quebrada, los ingenieros no querían ir a muchas zonas por temas de orden público y los internacionales por temas de orden público no querían venir al país.

Yo creo que queda un plan de obras públicas de gran importancia. La semana pasada dejamos ya inaugurado en la fase de ambientación con la ciudadanía el Transmilenio de Barranquilla, que se llama Transmetro.

Este Gobierno ha empezado y ha concluido la primera etapa en Cali, en Pereira, en Bucaramanga y en Barranquilla. Están otros en construcción en nueve ciudades y quedan otras diez ciudades haciendo fila en eso.

Yo creo que se ha presentado una gran reforma en puertos. En los puertos de Cartagena movían 400 mil contenedores; este año mueven dos puertos de Cartagena un millón 600 mil contenedores y hay una gran inversión en Buenaventura.

Hablemos solamente de Bogotá. En Bogotá este Gobierno hemos pasado de 34 kilómetros de Transmilenio a 84 y se están construyendo otros 20, y queda financiada otra etapa.

Este Gobierno deja en proceso de construcción todas las dobles calzadas que comunican a Bogotá con sus más importantes destinos económicos. De los 240 kilómetros de Bogotá a Sogamoso, ya hay 200 en doble calzada; nos faltan 40.

Muy difícil negociar predios. Quitarle un microfundio para una faja de una carretera a un boyacense, es más fácil quitarle una tabla a un náufrago. Eso ha sido bastante difícil.

Y ahí estamos trabajando en la carretera que baja de Sogamoso a Yopal, que queda de excelentes especificaciones. Y cuando uno piensa hasta Arauca, pensando en Caracas, que ahí de Yopal a Arauca queda todo pavimentado, menos una franjita sobre el río Casanare, donde se está instalando un puente, allí hay que hacer unos accesos largos, que se llama el puente San Salvador.

Bogotá-Buenaventura, toda en construcción. Concluida toda la etapa básica del túnel de Melgar ‘Guillermo León Valencia’, ya tiene un paso restringido, en instalación los equipos electromecánicos. Concluida la etapa básica del túnel de La Línea; en construcción ya el túnel de Paso.

Todos los trayectos en construcción: Buga-Buenaventura, Girardot-Ibagué, Bogotá-Girardot. Nosotros tenemos fe que eso le va a ayudar mucho a la competitividad de Bogotá.

Mañana me dará mucha alegría en el Consejo Comunitario de Villavicencio decir que hoy tenemos 120 frentes de obra para la construcción de la doble calzada Bogotá-Villavicencio.

Estamos en la construcción de la doble calzada Bogotá-Villeta y adjudicados y ya entregados, perfeccionados los contratos y entregados los tramos de Villeta a Puerto Salgar y de Puerto Salgar a San Roque. En licitación el tramo San Roque-Santa Marta, con dos derivaciones, una a Valledupar y otra a Cartagena por el corredor de los contenedores.

Qué bueno que pueda Bogotá tener todas esas obras en marcha, todos esos contratos adjudicados con las nuevas normas contractuales de este Gobierno: difusión del prepliego, audiencia pública, con total honorabilidad. Le hemos puesto todo el cuidado a la transparencia en esta materia. El país tiene un gran atraso en infraestructura.

Me preguntaran ustedes no es suficiente, nos demoramos mucho para empezarlo, pero creo que al Gobierno siguiente le quedan dos herencias: estos planes adjudicados honorablemente, con toda seriedad, en proceso de construcción y una posibilidad, que es apelar a unos recursos de Ecopetrol para que pueda el país acelerar la construcción de infraestructura.

Yo creo que esos seis elementos le ayudan a Colombia a inducir megatendencias positivas.

Les agradezco inmensamente”.


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