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Febrero 03     Versión imprimible

Declaración del Presidente Álvaro Uribe Vélez sobre el tema de la Emergencia Social, en la inauguración del edificio de Novartis

Bogotá, 3 feb (SP). “Me quiero referir a un tema fundamental que es el tema de la salud y esta noche, en este escenario de inauguración de esta gran sede, de la visita del Presidente mundial de Novartis (Daniel Vasella) a nuestro país, dado que ustedes son muy importantes actores.

Este país con mucha pobreza, mucha inequidad aún, con un producto per cápita de 4 mil dólares ha logrado que de sus 46 millones de ciudadanos 41 millones tengan seguro de salud. Es un gran avance, se ha ahecho un enorme esfuerzo.

Recientemente, por la figura constitucional de Emergencia Social, dictamos unos ajustes al tema de la salud, a los cuales quiero referirme. Esos ajustes tienen unos propósitos, tienen un capítulo de ingresos y un capítulo normativo.

¿Cuáles propósitos? Evitar una crisis financiera en la salud, garantizar la sostenibilidad de la afiliación de 41 millones de colombianos, seguir poniendo las bases para llegar a la afiliación de todos los ciudadanos de nuestra Patria y garantizar que, en un periodo de transición no muy largo, podamos unificar el Régimen Subsidiado en su plan de beneficios con el Régimen Contributivo.

¿Cuáles son las bases del capítulo de ingresos, que es el que menos críticas ha tenido y que confiamos tenga un gran apoyo? Hemos liberado unos recursos de saldos de contratos de Régimen Subsidiado para que los departamentos puedan pagar deudas de lo que se llama el extra POS. Hemos liberado unos recursos, que no se gastaron, de transferencias nacionales para pago de aportes de empleadores a la seguridad social a fin de que se puedan reorientar a pagar también las deudas con los servicios de extra POS.

Hemos entregado a los departamentos la competencia para operar juegos novedosos a fin de mejorar los ingresos a la salud y hemos derramado impuestos a la cerveza, los licores, los cigarrillos y los juegos. A esos sectores tenemos que pedirles un gran esfuerzo.

Y esto tiene tres características: nos obliga a intensificar la lucha contra la ilegalidad en esas actividades, contra el contrabando. El Gobierno es conciente de ello y uno de nuestros principales propósitos es intensificar esa lucha.

Una segunda característica: no afectamos la canasta básica de los colombianos. Hay una canasta básica de los colombianos que no paga IVA —no paga Impuesto al Valor Agregado—, la mantenemos intacta, con cero IVA. Me refiero a que casi todos los servicios públicos no pagan IVA, el tema de la salud pública no paga IVA, el tema de la educación no paga IVA, el tema de arrendamiento de vivienda no paga IVA. Todo eso se mantiene en esta reforma.

Y también hemos tenido el buen cuidado de que esta reforma no afecte las normas de promoción de inversiones. Las normas de promoción de inversiones, todos los días las hemos venido salvaguardando más. Creemos que el ajuste tributario de diciembre, que prolonga el Impuesto al Patrimonio, reduce el incentivo por reinversión de utilidades del 40 por ciento deducción al 30 por ciento; y aclara que no se puede sumar ese incentivo con el incentivo de zona franca, que quien esté en zona franca tiene el beneficio de zona franca, pero no puede hacer fluxiones de sus inversiones.

Creemos que eso ayuda a consolidar mucho lo que ha sido esta política tributaria bastante orientada a promover inversiones, en la convicción de que finalmente la inversión es uno de los presupuestos necesarios para el empleo y el emprendimiento de buena calidad.

Ha sido muy importante el pago del Impuesto al Patrimonio, ha permitido unir a este país en una idea: que cuando los ciudadanos más pudientes hacen el esfuerzo de pagar un Impuesto al Patrimonio para la seguridad, eso facilita que la seguridad se financie, nunca en demérito de la política social, sino que se financie en paralelo con el avance de la política social, que no son finalmente inseparables.

En el capítulo normativo han surgido críticas. Yo creo que el Gobierno muy pacientemente, con toda la receptividad, tiene que buscar acuerdos, superar diferencias, dar explicaciones, ser receptivo, pedagógico y mantener ese espíritu de construcción de consensos con la comunidad, que ha sido el espíritu de estos años.

Me refiero a algunas críticas. Por ejemplo, el tema de que los médicos pierden autonomía. Ningún escenario mejor que Novartis para expresar nuestro respeto a la profesión médica, nuestro total respeto de convicción, de sentimiento.

El decreto respectivo habla de estándares, de guías, habla de casos en los cuales son meras referencias, tienen un alcance indicativo; habla en la parte de principios del respeto a la independencia intelectual de la medicina y también en alguna parte de estándares obligatorios.

Anoche, en una muy provechosa reunión con la Academia Nacional de Medicina y con muchos de los actores de los diferentes cuerpos médicos y odontológicos, avanzamos en un nivel de consenso para que el decreto reglamentario reitere todo el respeto a la autonomía de los médicos, para que sea absolutamente claro en decir lo siguiente: los estándares, las guías, los protocolos, son referencias, tienen alcance indicativo y solamente por excepción pueden ser obligatorios. Esa obligatoriedad, solamente en casos excepcionales, la tiene que definir una entidad competente de los mismos médicos, sus asociaciones científicas. Es bien importante.

La regla general, los estándares, las guías, los protocolos, que son meramente indicativos, el médico se puede apartar y es de la naturaleza de su profesión científica decir ‘yo no estoy de acuerdo con este procedimiento. Creo que por esta enfermedad, por este paciente, por mis conocimientos me tengo que apartar sin consecuencias’.

En el caso excepcional de estándar obligatorio, también se puede apartar. Pero como en esos casos los mismos médicos son muy celosos, a través de sus organizaciones científicas, se le pide al médico que al apartarse de un estándar que por excepción ha sido considerado obligatorio, lo justifique. ¿Ante quién? Ante sus pares, ante sus mismas organizaciones para respetar su autonomía. Y en el caso de una sanción, esa sanción no la pueden imponer sino los tribunales científicos de los propios médicos.

Espero que este tema, que se ha discutido ampliamente en la Presidencia en los últimos días, pueda dar tranquilidad al cuerpo médico de la Nación y le reitero todo nuestro propósito de lograr la más elevada concertación.

Viene después el tema del alcance del Plan Obligatorio de Salud. En ningún momento se acepta por este Gobierno que lo desmejoremos. Ahí hay una profunda convicción política. El Plan Obligatorio de Salud mínimo tiene que ser el plan que los colombianos teníamos a 31 de diciembre del año 2009. Eso lo debe reiterar claramente el decreto reglamentario. El plan es un piso, es un mínimo de beneficios.

¿Para qué las revisiones futuras? Para actualizarlo, para mejorarlo, nunca para disminuirlo. Quiero que ustedes me ayuden a aclarar esto ante mis compatriotas. Y así lo debe expresar claramente el decreto reglamentario que tiene todo el espacio para dar esas orientaciones derivado del decreto ley.

Viene otro tema bien importante, la unificación. Nosotros queremos hacer una unificación rápida. El primero de febrero empezó la unificación de planes en Barranquilla. Desde el primero de febrero a 554 mil colombianos de Barranquilla, que están en el Régimen Subsidiado, se les ha empezado a llevar los beneficios del Régimen Contributivo. Ojalá esa transición Colombia la pueda hacer rápidamente. Es una transición costosa donde todos nos van a tener que ayudar en materia de costo.

Yo sí quiero hacer un llamado a todos los actores de la salud en Colombia para que hagamos un esfuerzo en materia de costos.

Viene el tema de enfermedades catastróficas, de enfermedades de alto costo. Ustedes saben que los planes obligatorios incluyen unas y otras no. Así como nosotros reiteramos que el plan es un mínimo, que es un piso que no se puede revisar para desmejorarlo, que cualquier revisión es solamente para mejorarlo, también reconocemos que el plan no ha sido completo y que hay enfermedades que están por fuera del plan.

Entonces aquellas enfermedades de alto costo que están dentro del plan, siguen dentro del plan, el plan no se puede desmejorar; y se tienen que pagar con las cotizaciones.

Aquello que se llama extra POS, para los sectores populares, medios, en esos casos de extra POS, cuando se pone en riesgo a la persona por la enfermedad, el Estado tiene que seguir atendiéndola. Pedimos sí un esfuerzo de recursos de copago de los sectores más pudientes de la Nación en estos casos de extra POS ¿Por qué? Una sociedad pobre, con desequilibrios y es justo que en esos casos los sectores más pudientes nos ayuden con copagos.

Yo creo que al dar la garantía de que no se desmejora el plan en ningún aspecto y que al contrario, la visión de reformarlo es para mejorarlo, yo creo que debe dar tranquilidad en los pacientes crónicos que estaban bastante preocupados.

Hay unas normas allí bien importantes, que yo creo que han sido bien recibidas. Por ejemplo, agilizar pagos. ¿Cómo? Cuando se presenten las cuentas de recobro, que pueda haber anticipos contra pólizas. Y así se resuelvan problemas de liquidez, mientras esas cuentas se homologan. Segundo, facilitar conciliaciones, porque son muchos los factores del sistema, entonces se crean muchas dificultades. La norma autoriza un procedimiento que facilita conciliaciones.

Viene otro tema, el tema de conflictos de interés. Anoche quedó claro ante el cuerpo médico que lo único que se exige, a tono con la Ley general, es que lo declaren. Pero tengo que hacer esta advertencia: este Gobierno es un convencido que al país le conviene muchísimo que el cuerpo médico sea promotor, copropietario, de instituciones de salud.

Entonces, aquello de lo cual se habla de conflictos de interés, es simplemente para cumplir con la regla general y hacer una declaración ante el paciente. No para frenar las iniciativas del cuerpo médico a fin de ayudar a que el país todos los días tenga una mejor infraestructura de salud.

Estaríamos nosotros en una contradicción porque llevamos estos años de Gobierno invitando a todos los actores de la salud y al cuerpo médico a que Colombia, en los destinos de talla mundial, se convierta en un país de talla mundial en materia de turismo de salud. Nosotros queremos serlo, señor Vasella, queremos que Colombia sea un país de talla mundial en materia de turismo de salud. Y por eso es que nos gustan mucho inversiones como las de ustedes.

Estamos promoviendo las zonas francas para poder recibir personas que vengan de todo el mundo en materia de servicios de salud. Los servicios de salud de Colombia son de primerísima calidad y son de costos asequibles.

Entonces a nosotros nos interesa profundamente todo este desarrollo. Porque alguien dijo ‘le van a prohibir a los médicos emprender proyectos de clínicas. No, de ninguna manera, antes el Gobierno quiere estimularlos.

El tema del conflicto de intereses es simplemente para que lo declaren al paciente, como lo dice la Ley general.

Y hay un tema que es el tema del costo de medicamentos. Colombia ha sido muy consciente de que el costo de las investigaciones de los nuevos medicamentos es un costo muy elevado.

Usted nos acaba de decir que el costo de desarrollar un nuevo medicamento puede ser de 2 mil millones de dólares, habló de 2 billones. Es enorme, somos muy conscientes. Por eso, el país ha sido respetuoso de esas normas de propiedad intelectual que son datos de prueba y patentes.

Claro que tenemos que introducir excepciones, como en el caso de la salud pública. Un país pobre que no puede quedar expuesto a no poder atender una situación de salud pública.

Sí quiero manifestar con toda sinceridad una preocupación. Mire una contradicción que ocurre en Colombia y hay una parte de la negativa que no nos conviene: En los últimos años, gracias a que ha crecido el aseguramiento, se ha disminuido el gasto de bolsillo de los colombianos en medicinas. Si yo tengo más aseguramiento, tengo que sacar menos dinero de mi bolsillo para comprar medicamentos. Pero hay la queja de que los medicamentos en Colombia tienen un costo excepcionalmente alto en la relación con todo el continente. Eso no es bueno.

Un país que tiene que conciliar la responsabilidad social con la política de promoción de inversiones, tiene que hacer esfuerzos para corregir eso. Una empresa de la ética y la solidez de Novartis nos puede ayudar para crear una gran conciencia, no solamente en los productores, sino en los distribuidores y en toda la cadena, de que Colombia con este elevado costo de medicamentos puede tener un fracaso en salud.

No es bueno para la fraternidad entre los colombianos y son unos costos que en algunos casos se convierten en inalcanzables, por nuestros recursos. Yo los quiero invitar muy respetuosamente a repensar el tema de los precios de medicamentos de Colombia.

Lo que hemos introducido en la Emergencia Social no es para imponerle camisas de fuerza al sector. Iríamos en contra de la política de promoción de inversiones. Pero sÍ para tener unas herramientas que en el caso de abusos, el Gobierno pueda aplicar.

El año pasado nos pasó lo siguiente: Nos estaban haciendo unos reclamos por recobros, que no había pagado el Fosyga a tiempo. Y resulta que en esos recobros habían facturado una medicina contra una enfermedad de alto costo, con 3 mil dólares la unidad y en el Ecuador a mil dólares. Nos dijeron ‘es que en Colombia se la estamos vendiendo a aseguradoras privadas; en el Ecuador, a aseguradoras públicas’.

Ese es un argumento muy deleznable, porque en nuestro sistema de afiliación nosotros tenemos actores públicos y privados, pero finalmente es un sistema público, un servicio público esencial. Entonces —excepcionalmente lo cito—, ese es un caso que se debería corregir.

Yo sé que todos ustedes nos ayudan. Hay laboratorios nacionales, laboratorios extranjeros; nosotros queremos la prosperidad de todos en Colombia, la confianza de todos en Colombia. Pero ayúdennos en eso, que no es bueno para el país y que nos puede crear un problema de insostenibilidad en las finanzas de la salud”.

 


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