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Febrero 15     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez al instalar la Quinta Conferencia Regional Andina sobre Empleo

Cartagena, 15 feb (SP). “Damos una bienvenida a todos ustedes a esta Conferencia Regional Andina sobre Empleo, a Colombia y a la ciudad de Cartagena. Nos honra mucho contar con ustedes en nuestro país y aquí, en esta ciudad tan importante.

Quisiera hacer unos comentarios sobre el tema del empleo en Colombia, país que a principios de la década tuvo desempleos del 20 por ciento, había bajado al 10,7, 11,4, la crisis nos colocó nuevamente en el 12,2 (por ciento).

Nosotros consideramos que hay seis puntos fundamentales para la generación de empleo de alta calidad con afiliación a la seguridad social. Son ellos: la seguridad; la promoción de inversiones; el acceso a mercados; la innovación, de la mano del quinto punto que es la educación, y en el caso específico de Colombia, el desatraso en infraestructura.

Quiero hacer unos comentarios a estos puntos y, adicionalmente, unos comentarios al tema de lo que pueden ser medidas de corto plazo para la generación de empleo, y también al tema de las normas laborales en Colombia.

Temas estructurales para generar empleo

Sobre estos temas estructurales para generar empleo, permítanme referirme a cada uno en particular:
Colombia viene haciendo un enorme esfuerzo en seguridad.

Este país llegó a tener casi 30 mil asesinatos por año, en una tasa de más de 66 homicidios por cada 100 mil habitantes. Se ha venido reduciendo año tras año. El año pasado fueron 15.817, una tasa de 32, pero estamos todavía lejos de lo que estamos buscando: una tasa que no supere la de los países industrializados. La tarea por hacer es una tarea todavía muy exigente.

Estamos conmemorando los 200 años de vida independiente de Colombia, y la revisión de la historia nos indica que solamente hemos tenido escasos 47 años de paz.

Las generaciones vivas no recuerdan un día completo de paz.

En los años 40, después de una paz que había empezado en 1902, en los años 40 surgió la violencia entre los partidos políticos. Cuando a esta se le ponía fin, a finales de los años 50, principio de los años 60, surgían las guerrillas marxistas, la reacción igualmente cruel del paramilitarismo, el narcotráfico, su capacidad de cooptar a unos y a otros.

Hemos puesto especial interés en derrotar el secuestro que tanto ha ahuyentado a los empresarios, como en derrotar el asesinato de trabajadores.

Colombia llegó a tener años con cuatro mil secuestros. El año pasado fueron 124 secuestros extorsivos. Queremos que no haya uno solo.

Colombia llegó a tener años con el asesinato de 256 trabajadores. El año pasado todavía asesinaron a 28, sumando trabajadores de las organizaciones sindicales y del magisterio oficial.

Desde el inicio de nuestro Gobierno, antes con el lanzamiento de un ‘Manifiesto Democrático’, anterior al proceso electoral de 2002, propusimos, como expresión de un concepto democrático de seguridad, la protección efectiva a los trabajadores, a los periodistas, a los maestros. En esa tarea avanzamos.

Antes de nuestro Gobierno había una sentencia condenatoria de asesinato de trabajadores. Hoy hay 196. Ya tenemos más de 200 personas en la cárcel. Colombia protege individualmente a cerca de 10 mil ciudadanos; 2 mil de ellos son dirigentes de los trabajadores.

Me parece que es un marco bien importante para hacer algunas referencias a este tema.

El segundo tema estructural para generar empleo: la inversión

Nosotros creemos que la generación de empleo de alta calidad, la creación de condiciones para que florezca el emprendimiento, requieren una alta tasa de inversión sostenida en el largo plazo. No basta con años de inversión esporádica.

Nosotros teníamos, en términos generales, una baja tasa de inversión, con años excepcionales en los que se presentaba una tasa elevada. El año excepcional del hallazgo de un pozo de petróleo. El año excepcional en que entraba la telefonía móvil; entonces los concesionarios tenían que hacer una gran inversión. El año excepcional en que entraba la televisión privada; tenían que hacer una gran inversión los concesionarios.

Lo que hemos buscado es que nuestro país tenga una alta y sostenida tasa de inversión.

China lo demuestra. Yo creo que el ejemplo chino demuestra que la necesidad de una alta tasa de inversión es algo que tiene que trascender las discusiones ideológicas.

Desde la llegada de Deng Xiaoping, China ha tenido una elevadísima tasa de inversión, que ha sido un fundamento para poder tener esa presencia tan importante en la economía mundial. Está cerca de convertirse en la segunda economía mundial y avanza a pasos agigantados.

En un periodo de 20 años de alta tasa de inversión ha logrado reivindicar de la pobreza a 400 millones de ciudadanos. Pero en un país con casi 1.300 millones (de ciudadanos).

Cuando uno ve el ejemplo chino llega a la conclusión de que la necesidad de tasa alta de inversión para generar empleo y superar pobreza, tiene que tener un horizonte de largo plazo, una tasa de inversión sostenida en el largo plazo.

Veamos esto en Colombia:

Antes, la Inversión Extranjera Directa en Colombia se situaba entre 400 y 2.000 mil millones de dólares al año. En los últimos años, la inversión bruta en Colombia ha estado en 8.500, 6.500, 9.074 (millones de dólares al año).

En el 2008 fue un año récord, con 10.578 millones de dólares. El año pasado -me refiero a ingresos brutos de inversión extranjera, sin que el Banco de la República haya cerrado todavía, porque falta la subcuenta de compensación del mes de diciembre- la cifra es de 9.530 millones.

Mientras en el mundo la Inversión Extranjera Directa el año pasado cayó en un 29 por ciento, en Colombia escasamente cae en un siete por ciento, un ocho por ciento. Y cae del año récord que había sido el año inmediatamente anterior, el año 2008.

Lo bueno y lo preocupante:

Todavía en el 2008 tuvimos un 54 por ciento de esa Inversión Extranjera Directa en energía e hidrocarburos; un 46 por ciento que llegó a los otros sectores de la economía.

Los 9.530 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa de 2009 están muy concentrados en hidrocarburos, minería y energía. En los sectores diferentes hay unos 900 millones de dólares. Por eso necesitamos mantener un alto ritmo de inversión, pero diversificado, como se venía presentando hasta 2008.

La tasa de inversión

La tasa de inversión; esto es, el flujo de inversión con relación al producto.

Colombia tuvo años entre el 12 y el 15 por ciento, con una inversión privada que llegó a caer al siete por ciento. En los últimos años la tasa de inversión en Colombia se ha situado en el 24 por ciento. Llevamos cuatro años por encima del 25 por ciento.

Si uno pondera lo que es inversión pública y privada, encuentra que Colombia tuvo, en la región latinoamericana, una tasa superior al 25,3, el año pasado. Incluyendo la pública y la privada, la primera tasa de inversión de la región latinoamericana.

Nosotros pensamos que la tasa de inversión tiene que darse elevada y sostenida, con responsabilidad social.
¿Qué pensamos de responsabilidad social?

Primero, la responsabilidad social es transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado; transparencia en la tributación; transparencia en la contratación, en la solución de disputas; transparencia total.

Segundo, la responsabilidad social es compromiso de la inversión con las comunidades, más allá de los mínimos legales. Por ejemplo, en el tema ambiental.

Tercero, responsabilidad social es fraternidad en las relaciones laborales.

En un país que ha tenido tantas dificultades de violencia como Colombia, sí que es importante señalar la necesidad de la fraternidad en las relaciones laborales. Unas relaciones laborales fraternas, por oposición al odio de clases o al capitalismo salvaje.

La crisis de la economía, que ojalá empiece a superarse, deja otra muy preocupante lección: el capitalismo no puede utilizarse como un factor de riqueza especulativa, sino que tiene que reencontrarse con un camino de creación de riqueza social.

Es bien importante volver a revisar las definiciones elementales del capital. Creo que cuando los economistas hayan depurado sus estudios, encontrarán en las olas especulativas la causa eficiente de la crisis de 2008, cuya superación todavía no está totalmente despejada. Por eso se requiere cimentar el concepto de que el capital tiene que ser un factor de creación de riqueza social.

Crear confianza para la inversión es fundamental. Como es fundamental exigir responsabilidad social. A nosotros nos preocupa mucho que la región no cree confianza para la inversión.

Sustentar la inversión solamente en la capacidad del Estado de mantener una tasa de inversión con recursos provenientes de la explotación de recursos naturales, especialmente no renovables, es muy grave.

Y es muy grave porque la crisis en estos casos demora en aparecer, pero cuando una crisis de inversión aparece, ya traducida en altas tasas de desempleo, en una mayor empobrecimiento de la población, y se ha demorado para aparecer porque el Estado ha logrado, durante algunos años, compensarla con las inversiones provenientes de sus ingresos, por la venta de recursos naturales no renovables, entonces esa crisis es muy difícil de recuperar.

Si no hay confianza en los inversionistas, y esa desconfianza no se nota, porque el Estado tiene capacidad de invertir, porque tiene unos recursos provenientes de la venta de hidrocarburos, de la venta de minerales, eso se demora en expresarse como crisis. Y solamente la falta de confianza inversionista se convierte en un tema de economistas, de analistas de ese caso particular de la economía; no trasciende a la sociedad.

El Estado, con su capacidad de invertir recursos provenientes de sus explotaciones de petróleo, de minerales, etcétera, como que logra evitar que esa crisis de inversión trascienda a la sociedad. Pero llega un momento en que la inversión del Estado es insuficiente, y que los subsidios que provengan del Estado son insuficientes, y que se nota esa carencia de confianza de inversión.

Y esa carencia de confianza de inversión logra altísimas tasas de desempleo; elevadísimas tasas de pobreza, que no es capaz de superar la inversión del Estado. Se agota toda la capacidad del Estado para contrarrestar la crisis de inversión de los particulares.

Por eso, nosotros creemos que hay que hacer un gran esfuerzo en materia de confianza inversionista en toda la región; hemos procurado hacerlo en Colombia.

Ese esfuerzo aquí tiene muchos elementos, como el elemento político de defensa de la iniciativa privada con responsabilidad social; el elemento político de su promoción; el elemento económico de sanear finanzas de Estado, de ir mejorando indicadores macroeconómicos; el elemento político de exigir responsabilidad social; la capacidad de reformar el Estado, no para eliminarlo, no para permitir que sea un Estado monopólico de ineficiencias burocráticas; la orientación de estímulos tributarios, a partir del principio de que unas sociedades que requieren construcción de capital humano y construcción de capital físico no pueden darle el mismo tratamiento tributario a quien invierte y a quien no invierte. Nosotros creemos que es un momento en el cual sociedades como la sociedad colombiana requieren grandes estímulos a la inversión.

Acceso a mercados

El tercer tema estructural para la generación de empleo es el acceso a mercados.

Colombia, entre el año 1989 y el año 2003, hizo lo que se llamó aquí la apertura de su economía. Abrimos nuestro mercado, pero no hicimos un esfuerzo simultáneo para abrir mercados.

En esos años teníamos acceso solamente a la Comunidad Andina, que si bien en 1969 había nacido en esta ciudad de Cartagena (Bolívar), como lo comenta nuestro delegado de la Secretaría General de la Comunidad Andina (Adalid Contreras Baspineiro, Director General de la Secretaría General de la Comunidad Andina), ya estaba debilitada por el retiro de Chile. Y desde principios de la década empezó a anunciarse la posibilidad del retiro de Venezuela, que finalmente se hizo efectivo.

Y la Comunidad Andina ha tenido en los últimos años unos momentos muy difíciles, por la negociación que algunos países hemos hecho de tratados de libre comercio, porque hay discrepancias con eso, porque unos tienen el concepto de que la Comunidad Andina tiene que construir una especie de economía endógena dentro de los linderos comunitarios, y otros tenemos el concepto de que la Comunidad Andina debe entenderse como un bloque que sea capaz de realizar acuerdos de comercio y de protección de inversión con otros bloques.

Colombia, en esos años de apertura, además del acceso al mercado de la Comunidad Andina tuvo otro tratado de comercio con México, pero un tratado bastante superficial que apenas se revisa ahora.

Y, como los países andinos, hemos tenido preferencias unilaterales, temporales, de los Estados Unidos y de Europa, que no crean confianza de inversión. Los inversionistas señalan que esas preferencias unilaterales no son una garantía de acceso a mercado; que son precarias, con periodos muy cortos y con incertidumbre sobre su renovación.

Esto ha llevado al actual Gobierno a concluir que entre 1989 y 2003, Colombia tuvo una economía de apertura que abrió su mercado, pero no tuvo una economía agresiva para abrir mercados. Y creemos que eso hay que corregirlo porque hizo bastante daño.

Celebramos que en estos años hayamos podido celebrar el Acuerdo de la Comunidad Andina-Mercosur (Mercado Común del Sur). Yo creo que ese ha sido un paso bien importante hacia la integración.
También que dos de los países andinos hayamos hecho el acuerdo con Chile. Es bien importante.

Colombia, por su lado, ha hecho el acuerdo con tres países centroamericanos. Ahora empezamos negociaciones con Panamá. Ojalá pudiéramos tener la integración de la Comunidad Andina con todo Centroamérica, con el Caribe.

Hemos hecho el acuerdo con los Estado Unidos, que ha tenido bastante controversia. Está pendiente de aprobación, de ratificación en el Congreso de los Estados Unidos.

El acuerdo con Canadá, que conlleva también el acuerdo de promoción de inversiones y el acuerdo de desmonte de la doble tributación. Hoy está siendo considerada la ratificación por el Congreso canadiense.
Confío en que, en breve, dos países andinos, Perú y Colombia, podamos concluir las negociaciones con la Unión Europea, y que rápidamente nuestros hermanos andinos, en lo que se llama el fuero respetable de sus decisiones, puedan también llegar a este acuerdo con la Unión Europea, que es un acuerdo bien importante, porque además del comercio y de la inversión, fundamentales para el empleo, es una acuerdo de diálogo político, es un acuerdo de respeto a los derechos humanos, a los derecho de los trabajadores.

Yo diría que los acuerdos de comercio de nueva generación se empiezan a distinguir porque han empezado a reivindicar lo que tiene que ser el capítulo social de lo que se llama la globalización.

Hoy es imposible entender un acuerdo de comercio de inversión que no incluya el capítulo de protección de derechos de los trabajadores, y que no incluya el capítulo de protección de los derechos humanos.

Pienso que el énfasis en protección de derechos de los trabajadores y de derechos humanos es lo que marca la diferencia entre los viejos acuerdos de comercio y los nuevos acuerdos de comercio.

Colombia también ha venido promoviendo acuerdos de promoción de inversiones, suscrito con China, con India. Estamos pidiendo que una vez se levante la moratoria de la Asociación de Países del Pacífico seamos admitidos en la Cuenca del Pacífico.

Estamos trabajando con todos los países hermanos del Pacífico latinoamericano, en una gran asociación de países del Pacífico, que nos incluya a todos los que estamos en la Cuenca del Pacífico latinoamericano.

Hemos iniciado ya las negociaciones con Corea. Colombia participó en la Guerra con Corea y hay afecto por Colombia.

Creemos que hemos estado aislados del Asia. Otros países hermanos de la región han estado bien integrados al Asia. Pensamos que el acuerdo con Corea es un gran paso en el proceso de integración de Colombia al Asia.

Nosotros creemos que los acuerdos de comercio obligan a las economías nacionales a ser más competitivas. También les dan más oportunidades de captar inversión y de acceder a mercados. Son buenos para los consumidores, buenos para el empleo, buenos para la inversión.

Buenos para los consumidores, porque los acuerdos de comercio evitan maltratos provenientes de monopolios internos. Buenos para la inversión, porque agregan tamaños de mercado que estimulan la inversión. Buenos para el empleo y el emprendimiento, justamente porque obligan a que los trabajadores estén afiliados a la seguridad social y en la medida, también, que se protejan las pequeñas empresas, favorecen el emprendimiento.

Obligan a las economías a especializarse en aquello en que pueden ser más competitivas. Obligan a las economías a agregar valor.

Llevamos, pues, tres elementos estructurales de lo que llamamos la política de empleo: la seguridad, la inversión, el acceso a mercados.

Los otros son el tema de la educación, el tema de la innovación y, en el caso particular de Colombia, el tema de la infraestructura.

Revolución educativa

Es imposible agregar valor en una economía, que mejore la productividad, la competitividad, el ingreso de los trabajadores, su afiliación a la seguridad, que supere pobreza y que construya equidad, sin una revolución educativa permanente.

Nuestro país ha hecho un gran esfuerzo. Colombia, en 80 años, había tenido más de cien ministros de Educación.

Por primera vez el país tiene una gran estabilidad en el Ministerio de Educación, ajena a las vicisitudes de la política, con el único compromiso de jalonar una revolución educativa permanente.

Teníamos tasas de cobertura en educación básica del 78 por ciento; estamos llegando al ciento por ciento. En educación media, del 57 por ciento; estamos por encima del 80.

Graduábamos 424 mil bachilleres; este año debemos graduar más de 750 mil. Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios; estamos llegando a un millón 700 mil. La tasa de cobertura universitaria era del 22 por ciento; está superando el 36.

Colombia es el país hoy que más expone a sus estudiantes a competir en pruebas de calidad con los estudiantes de los países desarrollados. Y es uno de los países más exigentes en las pruebas internas de calidad.

Como todos nuestros países hermanos, estamos haciendo un gran esfuerzo en conectividad.

A pesar de que la geografía del país es extensa, hay comunidades altamente numerosas en zonas remotas, confiamos que en agosto de este año más del 80 por ciento de la educación pública tenga acceso a Internet, con una banda ancha de buena capacidad. En esa tarea venimos trabajando.

En el país los avances en la cobertura educativa han superado la capacidad de la infraestructura. Si ustedes me preguntaran exigencias, hay una exigencia de poder superar ese atraso de infraestructura que hoy es notorio dado los avances en cobertura.

En menores de 6 años el país ha avanzado mucho en nutrición. El país está haciendo un enorme esfuerzo en nutrición infantil.

Pero todavía en los sectores pobres la cobertura escolar de primera infancia es baja. Apenas vamos a lograr este año, para mitad de año tener 400 mil niñitos de los sectores pobres, menores de 5 años, en cobertura escolar. Un gran avance allí en nutrición, todavía un gran atraso en materia de cobertura.

Y los procesos de revolución educativa tienen que empezar en la primera infancia. Ahí también empiezan los procesos de fomento de la investigación.

El país está haciendo una tarea muy importante en formación vocacional y en formación técnica y tecnológica.
Aquí tenemos tres entidades estatales, dos estatales, una que maneja unos recursos públicos pero que tiene administración privada. Esas entidades son sustentadas, financiadas por aportes de los empleadores.

Las Cajas de Compensación Familiar manejadas por empleadores y trabajadores, que reciben cuatro puntos de la nómina; el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), que recibe un impuesto de tres puntos de nómina, y el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), que recibe dos puntos de nómina.

Este último instituto, cuando empezó nuestro Gobierno capacitaba millón 100 mil personas por año. El año pasado capacitó siete millones 800 mil personas.

Colombia tenía una gran aversión de los estudiantes a entrar en carreras técnicas y tecnológicas. Se consideraba como de tercer nivel de importancia.

Nuestra revolución educativa ha integrado la educación técnica y tecnológica con la educación superior y también con la media y con la básica.

Hoy, un muchacho que se gradúa de técnico en el Sena, en el Servicio Nacional de Aprendizaje, puede, en cualquier momento posterior de la vida, entrar a una universidad, completar los créditos y acceder al grado de educación superior.

Y ya tenemos 700 mil muchachos del bachillerato que están recibiendo, a través de una integración entre su colegio y el Sena, promoción de las competencias laborales. Un objetivo es que la totalidad de los bachilleres que se gradúan en Colombia hayan tenido la oportunidad de una integración con el Sena para la promoción de sus competencias laborales.

El Sena formaba 41 mil técnicos y tecnólogos. Ahora tiene 500 mil matriculados.

Se ha convertido en la primera institución de enseñanza del inglés en Colombia como segunda lengua. Le enseña inglés a un millón de colombianos a través de Internet. La mayoría de los profesores son de nuestro Archipiélago de San Andrés, donde nuestros compatriotas nacen con dos lenguas maternas, nuestra lengua castellana y el inglés; la transmisión de esa enseñanza del inglés se hace vía satélite, pero ahora se está instalando un cable submarino que debe mejorar enormemente estas posibilidades.

La innovación

Nosotros tenemos como quinto elemento la innovación.

Con el liderazgo de nuestro Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el país está trabajando la agregación de valor a los sectores tradicionales de la economía, y definiendo los nuevos sectores en los que Colombia puede tener un comportamiento de talla mundial.

En sectores tradicionales de la economía, como el sector agropecuario, agregación de valor especialmente en producciones de productos agropecuarios con todos los estándares ambientales, en lo que llamamos alimentos ecológicos.

Los nuevos sectores, quiero referirme apenas enunciativamente a los siguientes: biocombustibles; el tema de call center, pero con su más elevada expresión que es el Business Process Outsourcing; la producción de medicamentos; la producción de industria cosmética; un sector muy importante, que es la venta de servicios de salud.

Colombia tiene muy buen nivel de clínicas de profesionales médicos, con unos precios comparativamente bajos con la comunidad internacional.

Entonces, estamos fomentando las zonas francas de salud, para competir en lo que es la atracción de pacientes de toda la comunidad internacional.

Estos son algunos de los sectores de talla mundial que estamos fomentando.

El país no producía biocombustibles. Está produciendo ahora un millón 50 mil litros al día de etanol a partir de caña de azúcar. Se ha convertido el país en el segundo en la región, lejos de Brasil, que abrió camino en esto y nos sentó un ejemplo tan importante desde hace muchos años, pero Colombia ha logrado hoy posicionarse como el primer productor latinoamericano de biodiesel a partir de palma africana.

En la producción de biocombustibles, tenemos dos precauciones: no afectar la selva, en un país que todavía tiene un 53 por ciento de territorio en selva, y no afectar la seguridad alimentaria.

Muchas veces yo suelo presentar conjuntamente tema educativo con el tema de innovación, porque finalmente son inseparables.

El país tiene una seria dificultad y es el sexto punto en lo que llamaríamos una política estructural de empleo, en el tema de infraestructura.

Infraestructura

De esta ciudad (Cartagena) a Bogotá, debe haber mil 250 kilómetros. Bogotá está del Pacífico a 580 kilómetros; creo que La Paz está a menos de 540.

Colombia tiene unas dificultades y unas exigencias muy grandes en materia de infraestructura. El país ha venido trabajando en el desatraso en facilidades portuarias, aeroportuarias. Todavía en una incipiente recuperación del ferrocarril. Y está empezando el país un desatraso en carreteras, que ojalá pueda tener una mayor velocidad.

Ahí tenemos nosotros un escollo para ser más competitivos y ofrecer mejores condiciones de empleo.
En el último año, nosotros trabajamos una política anticíclica con las siguientes características:

Primero, muchos de esos programas se habían concebido desde el 2002. Porque nosotros tenemos que decir la verdad: nosotros nos hemos sentido en crisis desde hace muchos años. La crisis internacional de la economía fue un nuevo factor para Colombia, pero no un inicio de crisis.

Entonces, muchos de los elementos que veníamos preparando para superar la crisis estructural, han servido como elementos de política anticíclica para enfrentar la crisis coyuntural de la economía.

Yo creo que esa es una particularidad de Colombia. Colombia venía preparando un esquema para enfrentar una crisis estructural, que finalmente le es útil para enfrentar una crisis coyuntural de la economía.

Nos propusimos el año pasado, entre inversión pública y privada, invertir 55 billones. El país invirtió 47 (billones).

Hemos hecho un gran esfuerzo para vincular otros 250 mil colombianos, en los programas de capacitación técnica y tecnológica, hacia los nuevos oficios, porque pensamos que después de esta crisis de la economía hay muchos retos. El reto de que no resurja una inflación galopante; el reto de que no lleguemos a una nueva crisis de deuda; el reto de que no vamos a tener una crisis por falta de energéticos y, por supuesto, el reto del empleo.

Todos los analistas anticipan que lo último que se recuperará en esta crisis es el empleo. Pero lo más grave es que muchos vaticinan que a pesar de que haya una robusta recuperación, muchos de los empleos del pasado van a quedar marchitados. Entonces, tenemos que hacer un gran esfuerzo para auscultar cuáles son los empleos del futuro.

Nosotros estamos vinculando 250 mil jóvenes al estudio en el nivel técnico y tecnológico, especialmente en carreras orientadas a los empleos del futuro.

Hay una serie de temas de construcción de vivienda, de fomento de subsidio a la tasa de interés, en los cuales el país ha hecho un gran esfuerzo.

Otro tema bien importante como es aumentar sustancialmente, en medio de nuestras restricciones fiscales que han sido muy severas, muy severas, los recursos para atender a la población desplazada.

Este año, solamente, para ayudar con vivienda a la población desplazada, el presupuesto nacional apropia 200 millones de dólares.

No quiero entrar en todo lo que son estos detalles que ayudan en la política anticíclica.

Legislación laboral

Ha habido una discusión en Colombia grande por la legislación laboral.

Sectores de los trabajadores dicen que Colombia ha flexibilizado demasiado. Y sectores empleadores dicen que Colombia tiene unas inflexibilidades y unos costos que no permiten avanzar en la generación de empleo.
Nosotros hemos hecho en los últimos años dos reformas laborales: una en 1990 y otra en el 2002, y hemos evitado muchas otras. Y un proceso bastante importante de seguridad social, en el cual pueden participar aseguradores privados, públicos, solidarios, y es un proceso integral, de trabajar en el tema de pensiones, de riesgos profesionales, de salud y de otros beneficios.

Por ejemplo, los sectores empleadores han dicho que los costos del empleo formal en Colombia son muy altos. Yo diría que sí. Pero lo que pasa es que nosotros no podemos pensar en una solución al empleo con más precariedad. De ninguna manera.

Y yo, por ejemplo, creo que si nosotros quitamos alguno de estos costos, como lo dicen sectores empleadores y analistas, podemos crear 150, 200 mil empleos en el corto plazo, pero nos estancamos y finalmente nos quedamos con altos niveles de desempleo y con la afectación de beneficios bien importantes para los trabajadores.

Por eso este Gobierno ha defendido el tema de las contribuciones de los empleadores a las Cajas de Compensación, al Sena, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Hicimos una flexibilización en horarios de trabajo al principio del Gobierno, pero, también, una mayor exigencia en la contribución a la formación laboral.

Esa reforma laboral, por un lado, redefinió el contrato de aprendizaje, porque era un contrato inicuo en Colombia, pero al mismo tiempo les dice a los empleadores que por cada 20 trabajadores tienen que tener un aprendiz o pagar el equivalente monetario, con lo cual nuestra institución, el Servicio Nacional de Aprendizaje, ha venido fomentando el emprendimiento en pequeñas empresas.

Creemos que para la productividad, la competitividad, es necesario mantener una gran dinámica en el aprendizaje.

Nuestro país mantenía 30 mil aprendices, hoy tenemos cerca de 130 mil. En las discusiones laborales del año pasado, no aceptamos volver a inflexibilidades del pasado, pero tampoco aceptamos desmontar beneficios de los trabajadores, como el beneficio de las Cajas de Compensación; la entidad de protección a la familia, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), y el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena).
En esta última institución dictamos un decreto para que los empleadores puedan tener un número de aprendices superior a los mínimos legales.

Ese decreto apenas está empezando a producir resultados. Confiaríamos que este año Colombia avance sustancialmente en materia de aprendices. Allí hay una gran posibilidad para empleadores y para trabajadores.

Se alega que estas cargas de Colombia son muy altas para la pequeña empresa.

Uno tiene que mirar el balance completo. También la pequeña empresa se beneficia. Porque la pequeña empresa, en la medida en que sus trabajadores estén en el Sena, en el Bienestar Familiar, en las Cajas de Compensación, esos trabajadores se benefician, obtienen mayor bienestar, eso ayuda a garantizar estabilidad, incremento de productividad y, también, siendo muy realistas, en la pequeña empresa, cuando los trabajadores están bien afiliados a estos beneficios, se disminuyen las presiones por incrementos salariales. Yo creo que lo uno por lo otro.

Ustedes me preguntarán un reto de Colombia: cómo lograr bajar este nivel de desempleo, sin precarizar más los beneficios laborales; manteniendo los beneficios de los trabajadores. Por eso, los seis elementos de política estructural.

Y me preguntarán: bueno, ¿y cuáles son los resultados?

Aquí tenemos algunos resultados que quería compartir con ustedes:

Colombia, en el año 2002, tenía 16 millones 400 mil personas en la población ocupada. En el año 2008, 17 millones 400 mil.

¿Qué paso en la crisis del año 2008 al 2009?

Se nos aumentó el desempleo, no obstante que aumentó la población ocupada. Se nos aumentó el desempleo en 0,7 (por ciento), 0,8 (por ciento).

El país venía reduciendo el desempleo aceleradamente y se nos vuelve a aumentar en 0,7 (por ciento), entre el 2008 y el 2009.

¿Y por qué a pesar de ese crecimiento de la población ocupada? Porque creció mucho más la tasa de participación.

Nosotros, en el 2008, teníamos una población ocupada de 17 millones 400 mil personas. En el 2009, de 19 millones 100 mil personas. Entre el 2002, que empezó este Gobierno, y el 2009, Colombia ha creado dos millones 700 mil empleos.

Y entonces, miremos también la calidad:

En pensiones, Colombia, en el mismo período ha agregado un millón 779 mil 244 personas más como cotizantes al sistema de pensiones. Por supuesto, es un millón menos que los nuevos empleos creados. Ahí reconozco que el país tiene un gran reto.

Si ustedes me preguntarán una preocupación sobre ese tema, se las confieso: el alto porcentaje de población ocupada que no tiene expectativa de pensión es una dificultad social para el futuro del país.

¿Cómo lo vamos a enfrentar?

Ya tenemos la norma constitucional y la norma legal que nos autoriza a ampliar el Fondo de Solidaridad con recursos del Estado, para poder garantizar un beneficio económico permanente a este sector de los trabajadores que no logra una pensión. Ojalá eso sea para un período de transición.

En riesgos profesionales, prácticamente, el aumento de cotizantes ha sido igual a la creación de empleo. Yo creo que eso es bueno para Colombia.

De 2002 a 2009, Colombia ha creado dos millones 700 mil empleos y dos millones 700 mil colombianos adicionales han entrado al sistema de riesgos profesionales.

(En) Régimen Contributivo de salud ha ocurrido lo mismo. Colombia ha creado dos millones 700 mil empleos y dos millones 700 mil trabajadores se han agregado a la población cotizante del Régimen Contributivo de salud.

En las Cajas de Compensación Familiar, Colombia ha creado dos millones 700 mil empleos y en el mismo período hemos tenido dos millones 358 mil personas que han ingresado a las Cajas de Compensación Familiar. Ahí tememos 350 mil personas que habiendo encontrado empleo no han ingresado.

He querido traerles estas cifras con la mayor objetividad, para mostrar dónde hay avances y dónde hay dificultades.

Quiero agradecer inmensamente la presencia de todos ustedes en nuestro país y deseo el mayor éxito a estas deliberaciones.

Muchas gracias”.


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