Febrero 18

   

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la presentación de la Cátedra de Emprendimiento de la Universidad Santo Tomás, de Bucaramanga

Bucaramanga, 18 feb (SP). “Acudo en este año del Bicentenario, con mucho honor, con un gran placer, a registrar el nacimiento de un nuevo logro de la Universidad Santo Tomás: la Cátedra de Emprendimiento.

He tenido la oportunidad de visitar en varias ocasiones la Universidad en Bogotá. Tuve la oportunidad de visitarla en Tunja. Tuve la oportunidad de visitar la sede central aquí –yo la ubico más al norte de la ciudad de Bucaramanga- y hoy tenemos la oportunidad de esta visita a este gran campus de Floridablanca, donde nace la Cátedra del Emprendimiento.

Mis ilustres antecesores en el uso de la palabra, nuestro Prior Provincial, el Padre José Gabriel (Reverendo Padre José Gabriel Meza Angulo, de la Orden de Predicadores, Prior Provincial de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia y Presidente del Consejo de Fundadores de la Universidad Santo Tomás) y nuestro Rector, el Padre Orlando (Reverendo Padre Orlando Rueda Acevedo, de la Orden de Predicadores, Rector de la Universidad Santo Tomás), relevan de decir unas palabras sobre el significado de la Universidad en la historia de Colombia. Desde 1538 haciendo presencia en nuestro país.

Podríamos hacer un recorrido retrospectivo, desde las juventudes recientemente graduadas.

Mi generación, representada por ese ilustre egresado, el Procurador General de la Nación (Alejandro Ordóñez), y un recorrido hacia atrás, a llegar a los héroes de la Independencia.

Me emocionó mucho participar ahora en la inauguración de esa sala histórica. Allí, en frente, vimos dos diplomas conmovedores: el diploma que la Universidad extendió al Padre de la Patria, Padre de las Leyes, Francisco de Paula Santander, y al Héroe del Bárbula, Atanasio Girardot.

Me llevo con inmenso orgullo, lo guardaré toda la vida, esta copia del diploma a Atanasio Girardot. Y les voy a pedir que me hagan el regalito completo; que me regalen también una fotocopia del grado del General Francisco de Paula Santander. Es un elemento de la historia bien interesante.

Por esa carretera, que hoy tratamos de poner en magníficas condiciones, la vía Central del Norte, él, de apenas 6 años, hizo el recorrido entre Villa del Rosario (Norte de Santander) y Bogotá. Y allí alternó entre el San Bartolomé y la Universidad de Santo Tomás.

Creo que nos corresponde, en este Bicentenario, reivindicar a todos los héroes; hacer apuntaciones para superar las pasiones de la historia; mirar cómo el uno contribuyó a complementar la obra del otro.

Sería muy importante que los historiadores recordaran este año -aún los malquerientes del General Santander- su última frase en aquellos instantes finales de lucidez, si la memoria no me falla, abril y mayo de 1840, había nacido 48 años antes, era menor 9 años que el Libertador (Simón Bolívar), dijo: ‘El último día hábil de mi vida es el primero en que dejo de dedicarme a la causa de la libertad, el bienestar de la Nueva Granada’.

Una frase que reflejaba lo que había sido su ciclo vital: una vida entregada a servir a la Patria y a construir Patria.

La historia de Colombia es inseparable de la Universidad Santo Tomás. Qué bueno que los estudiantes de la Universidad, todas las generaciones, se detengan en esa sala, y que los estudiantes que desde otras universidades, desde otras partes del país quieran hacerlo, y también los invitemos a que lo hagan, entren a esta sala por Internet y vean la contribución de cada uno de los que están allí en el mosaico de esa pared.

Vuelvan al heroísmo de Atanasio Girardot, el Héroe del Bárbula. El Héroe en una de aquellas campañas que podríamos llamar no las fracasadas, si no los esfuerzos en los que hubo que derramar tanta sangre y que finalmente se vieron premiados por el triunfo final de la Independencia.

Vuelvan sobre algunos de los de aquella sala. Ahí está Custodio García Rovira (Militar y patriota colombiano, fue Gobernador del Socorro). ¿Cómo se llamaba el fraile dominico de los versos de la Independencia, que anticipó la lucha de los comuneros? ¿Fray Cirilo? Fray Ciriaco (Fray Ciriaco de Archila). Qué bueno, y volver sobre esos versos y todo su significado y el impacto eficiente que produjeron sobre la causa de Los Comuneros.

Enlazar la tarea de la Universidad, el pensamiento de Fray Ciriaco, la Revolución de Los Comuneros y las batallas finales de la Independencia. Qué bueno, a la luz de la tarea de la Universidad, examinar la historia de Colombia.

La violencia ha frenado el progreso de Colombia

Yo he pensado, apreciados estudiantes, directivos, ilustres colombianos que nos acompañan, que esta Patria habría podido progresar mucho más, de no haber tenido la afectación del sino de la violencia.

Violencia en la Conquista. Nos cuentan nuestro Rector y el Padre José Gabriel cómo la llegada de los monjes dominicos a Santo Domingo, después la isla española, hoy 28 mil kilómetros con esa afectación tan grande en nuestro hermano Haití, la llegada de los dominicos a la isla española fue el principio que empezó a ponerle pare, a confrontar el abuso de los colonizadores, el abuso de los conquistadores sobre nuestras comunidades aborígenes.

Violencia en la Conquista. El mejor testimonio es el de los frailes dominicos. Violencia en las guerras de la Independencia. Yo creo que la Independencia hubiera sido menos difícil, si no se hubiera presentado tanta violencia entre nosotros mismos.

Violencia en la reconquista. Yo diría que la reconquista, con la violencia, nos retrasó mucho la ciencia, porque nos asesinó a aquellos que, formados con Mutis (José Celestino Mutis, botánico y matemático) y formados en la Universidad Santo Tomás, estaban habilitados con todos los conocimientos para darle un gran impulso a la prosperidad de la Patria.

Allí, en aquella sala, vemos a Francisco José de Caldas, El Sabio, uno de los discípulos de Mutis; a Camilo Torres. La violencia nos privó de que todos sus conocimientos pudieran haber ayudado a acelerar una gran época de prosperidad.

La violencia creó todos esos enfrentamientos entre los nuestros. En algún momento de la Guerra de la Independencia pareció que estábamos más interesados en enfrentarnos entre nosotros, que en conseguir la independencia frente a los españoles.

Y el camino va dejando heridas que difícilmente ha restañado el tiempo.

Deja la herida de la muerte de Piar (General Manuel Piar), del trágico final de Miranda (Francisco General); deja la herida de la muerte del Almirante Padilla (José Prudencio Padilla).

Estaba El Libertador aquí en Bucaramanga cuando se reunía en Ocaña la Convención. Lo que pudiéramos llamar una de las pocas estadías apacibles del Libertador (Simón Bolívar), y lo narra bellamente Luis Perú de Lacroix, en aquel libro ‘La estadía del Libertador en Bucaramanga’.

Y talvez de regreso a Bogotá informan al Libertador sobre la sublevación en Cartagena. El Almirante es llevado preso a Bogotá y muchos registros de la historia dicen que lo fusilaron después del atentado de septiembre de 1828, sin que hubiera participado en él. Solamente porque asociaban su sublevación de Cartagena con aquel atentado, sin que hubiera existido la manera de conectar un hecho con el otro.

Y también muere Córdoba (General José María Córdoba), que había sido, junto con Sucre (General Antonio José de Sucre), habían, él y Sucre, representado la dupleta de oro del Libertador en la campaña de Ecuador, en la campaña del Perú, en la construcción de Bolivia.

Y esas guerras nos van llevando a la tragedia final del Libertador, la separación de Venezuela. Uno de sus últimos intentos es para contener la separación acaudillada por el General Paéz (José Antonio Paéz).

El último viaje de Sucre, aquel que se frustró por su muerte en Berruecos, tenía como objetivo evitar que Pasto se plegara a Ecuador, en el intento separatista del General Juan José Flórez.

El General Santander (General Francisco de Paula Santander), expatriado después de los acontecimientos del 25 de septiembre de 1828, regresa al país. Es elegido Presidente, lanza una gran revolución educativa y dura poco.

Viene la Guerra de Los Supremos, los conflictos en el nacimiento de las dos colectividades políticas tradicionales. Guerra tras guerra.

Las guerras en las que participaron Melo y Obando. Tantas guerras acaudilladas por el General Mosquera (Tomás Cipriano de Mosquera). Las guerras de 1853, de 1857. Aquella que antecede la Constitución de 1863. Y esa gran Constitución no puede producir los efectos que esperaban los libertarios que la inspiraron, los que se habrían podido esperar de que en los gobiernos de esa Constitución estuvieran líderes de la talla de Aquileo Parra, nacido aquí, en Barichara, o de la talla de Manuel Murillo Toro, del Tolima, justamente por la inestabilidad y por la violencia.

El Gobierno de Núñez (Rafael Núñez) logra darnos siete años de paz. Justamente, correspondieron a un gran florecimiento del agro colombiano en la Colombia Andina, y surgen las primeras industrias en la Colombia Caribe. Pero el Gobierno de Núñez, que surge como una rebelión del espíritu del Caribe contra el desorden, la violencia y la inestabilidad, ve que duran poco sus esfuerzos.

Estalla la Guerra Civil de 1895. Y bien no había terminado, cuando empieza aquella que declara el General Rafael Uribe Uribe, a pesar de la oposición del entonces jefe natural del liberalismo, el General Vargas Santos (Gabriel Vargas Santos). Y detenemos la Batalla de Palonegro y la Batalla de Peralonso. Y mueren 100 mil colombianos.

Esa Guerra termina en el último trimestre de 1902, con tres pactos: uno en Chinácota, allí cerca de Cúcuta; otro en la Finca Neerlandia, en el departamento del Magdalena, y otro en el Buque Wisconsin, en Panamá.

El Gobierno de entonces se hace representar en Panamá para firmar esa paz. Y en Chinácota lo representa el General González Valencia (Ramón). En la Hacienda Neerlandia lo representa el General Florentino Manjarrés. Y en el Buque Wisconsin lo representa el General Alfredo Vásquez Cobo.

De lo que pasó en aquella guerra y en aquella paz nos da testimonio elocuente el discurso del General Uribe en el acto de paz de la finca Neerlandia. Dijo:

‘Nuestros padres y nosotros mismos nos equivocamos al pensar que construíamos Patria con los fusiles destructores de la guerra. Destruimos el país, está todo por reconstruir. No se ha hecho la paz por convicción. Se ha hecho la paz porque ya no hay nada por qué pelear. La Nación está destruida. El único camino para hacer Patria es la apelación a las herramientas fecundas del trabajo. Despidámonos como soldados y saludémonos como compatriotas’.

El país quedó arruinado.

Al año siguiente, la dejadez frente a Panamá, a que nos había conducido la ruina, también estimulada por la política del gran garrote del Presidente de Estados Unidos (Franklin) Roosevelt, el afán de controlar el Canal, produce la separación de Panamá.

Aquel 3 de noviembre de 1903 se firma el acta. Al medio día está el Presidente Marroquín (Manuel Marroquín) en el Palacio de San Carlos y llega allí el General Pedro Nel Ospina y le dice que los panameños se están separando. El Presidente de la República estaba leyendo una novela en francés.

Los panameños dijeron: ‘Nos separamos como hermanos. Hemos llegado a la mayoría de edad y queremos ejercer nuestros derechos’.

La Patria estaba arruinada. Panamá, que era una gran cabeza, se nos iba. No teníamos manera de garantizarles a los panameños un camino de prosperidad. Ese camino no lo pudimos garantizar por habernos dedicado a la violencia interna.

El país vive unos años de relativa paz. Gobiernos bien importantes, para mencionar saltonamente algunos.

El Gobierno de ese gran constructor Rafael Reyes, el Gobierno del General (Pedro Nel) Ospina, que hizo la inversión de la indemnización de Panamá en unas obras bien importantes de infraestructura.

Esa gran Revolución de (Alfonso) López Pumarejo, que no es como el discurso sectario quisiera presentarlo, como una promoción del odio a los trabajadores, a los empresarios. López Pumarejo es la revolución de la fraternidad. López Pumarejo, entre todo lo que hizo hay que destacarle para el presente y para el futuro del país lo siguiente: insertó a Colombia en la modernidad, le dio todas las garantías al moderno sentido empresarial y, también, reivindicó todos los derechos de los trabajadores. Fue aquel que hizo la síntesis entre el capital y el trabajo; la promoción del capital como factor de prosperidad y la promoción de los derechos de los trabajadores como expresión de fraternidad y como condición de sostenibilidad a la prosperidad.

El Presidente Eduardo Santos. Cuando uno sobrevuela todo lo que es el viejo ferrocarril de Bucaramanga, por el río de Oro, el río Lebrija hasta el Magdalena, esa banca del ferrocarril, dice: esto no lo hizo cualquiera, lo realizaron talentos. Se realizó, si la memoria no me falla, en la administración de Eduardo Santos, no obstante que del tema se venía hablando con mucha antelación.

Pero en esos años 40 estalla la violencia entre los partidos. En esos episodios de violencia muere el doctor Jorge Eliécer Gaitán, se sella la paz entre los partidos con los pactos del Frente Nacional. Y todavía no había llegado la noticia de la paz a muchas regiones de Colombia, cuando ya llegaba la noticia de las guerrillas marxistas, del odio de clases, de la instalación de la dictadura del proletariado, de la abolición de la democracia por el fusilamiento.

Surge la reacción igualmente cruel del paramilitarismo. Ambos son cooptados por el narcotráfico, y las generaciones presentes, desde los años 40, no hemos podido vivir un día completo de paz.

La Universidad hace un esfuerzo inmenso a lo largo de la historia de Colombia.

Yo me pregunto: ¿por qué Colombia, con líderes tan importantes como los que ha tenido, con ciudadanos visionarios, con políticas públicas de excelencia -por donde quiera que se mire al país-, con un acompañamiento a lo largo de su historia, como el que han dado los frailes dominicos, por qué la Patria no ha progresado más?

Pienso que tendrán que darnos más certeras respuestas sociólogos, historiadores, economistas.

Desde mi punto de vista, respetuosamente, aporto a esa discusión, que un elemento determinante de que no hubiéramos prosperado más ha sido la violencia. Por eso, creo, en el fondo del alma, que hay que superarla.

Rindo mi homenaje a la Universidad por esta participación en la historia de Colombia desde 1528; por su participación en la Independencia, en todos los momentos, que también sufrió.

Cuando hablamos de los cien años del regreso de los frailes dominicos a nuestro país, tranquilamente, sin despertar odios, también tendremos que registrar que, de manera inexplicable, en un momento estuvieron ausentes de Colombia por expulsiones, en las cuales tuvo más incidencia la pasión política del momento, y no tuvo incidencia la visión sobre el futuro de la Patria.

Valores de la democracia colombiana

Es importante hoy que se inaugura esta Cátedra de Emprendimiento hablar sobre algunos valores de nuestra democracia.

Yo no creo, apreciados estudiantes y profesores, que América Latina la podamos seguir dividiendo entre izquierda y derecha. Eso ha hecho mucho daño.

Cuando todos queremos girar alrededor de la regla democrática, la división tiene que ser entre democracias que se perfeccionan y democracias que retroceden.

Los valores de la democracia moderna podría uno sintetizarlos en cinco: la seguridad, las libertades, la cohesión social, el respeto a instituciones independientes para garantizar el equilibrio del Estado no obstante deliberación, debate y divergencia, y un alto nivel de participación de la opinión ciudadana como factor de construcción de transparencia, que es lo que da confianza a un conjunto social para entenderse como Nación.

Nosotros hemos querido trabajar en la construcción de confianza en Colombia. Y esa confianza se convierte en felicidad cuando se registran estos avances de la Universidad.

Pensamos que es muy importante para el país la seguridad, la promoción de la inversión, la política social con resultados.

Cuando se propone una Cátedra de Emprendimiento, no se puede disociar el emprendimiento de la creación de empleo. Van de la mano.

Es imposible tener un alto nivel de creación de empleo, de buena calidad, con afiliación a la seguridad social, si no hay todas las condiciones para el emprendimiento.

La primera condición para el emprendimiento es lo que podríamos llamar la condición natural del ser colombiano.

Nuestros compatriotas son muchos más inclinados al emprendimiento que a la subalternidad laboral.

Nosotros vemos en el continente naciones de grandes empresas estatales en las cuales la aspiración de un ciudadano es tener un empleo en esa empresa estatal. Vemos en el continente naciones de grandes empresas privadas donde se cierran las posibilidades del pequeño emprendimiento. Y vemos en el continente países como Colombia, donde la pequeña y la mediana empresa tienen un gran escenario.

Yo le pregunto con frecuencia al Alcalde de Bucaramanga (Fernando Vargas Mendoza) por qué, a pesar de las dificultades en el mercado de Venezuela, de la crisis internacional de la economía, Bucaramanga ha logrado tener una tasa de desempleo inferior al 10 por ciento, y me contesta: por la dinámica del emprendimiento en pequeña escala, porque Bucaramanga tiene 39 mil microempresas.

Yo creo que esto también pone de manifiesto la inclinación de los colombianos al emprendimiento.

Pienso que el emprendimiento, que es el marco del empleo de buena calidad, requiere: uno, seguridad; dos, promoción permanente de la inversión; tres, acceso a mercados; cuatro, una revolución educativa permanente; cinco, innovación; sexto, infraestructura.

Sin seguridad no hay inversión; sin inversión no hay prosperidad; sin inversión no hay recursos para la política social.

Yo creo que algo debe replantearse en el corazón de muchos colombianos: la seguridad y la política social no son excluyentes. Porque con la palabra peyorativa de la guerra se ha querido afectar la seguridad.

La seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos. Es lo que posibilita los recursos para la política social. Y la política social es la que crea un factor de cohesión en el conglomerado, que valida la seguridad.

La inversión, el emprendimiento, el empleo necesitan, además de la seguridad, un segundo elemento: la promoción de la inversión.

Nosotros, en estos años, hemos querido promover la inversión mejorando los indicadores macroeconómicos del país, con la definición política de que somos respetuosos de la iniciativa privada con responsabilidad social.

¿Por qué iniciativa privada? Porque aquellos países donde se ha afectado la iniciativa privada han fracasado en el avance de la prosperidad.

Yo diría que el Muro de Berlín no se cayó por falta de libertades, sino por falta de calidad de vida en la Alemania del Este.

Que el imperio soviético no colapsó por falta de libertades, sino porque la ciudadanía estaba cansada de ver que el imperio soviético avanzaba en armamentismo y la ciudadanía no avanzaba en calidad de vida.

Que la China de Mao Tse Tung debió aceptar el viraje de Deng Xiaoping porque muy bien lo dijo este: la economía socialista no era para tener a los ciudadanos postrados en una mala calidad de vida.

La historia de la humanidad ha demostrado que donde se anula la libertad de emprendimiento, se anula la posibilidad de la calidad de vida.

Tendría que cambiarse totalmente el rumbo de la historia para que un Estado dueño de todos los medios de producción sea capaz de garantizar calidad de vida. ¿Por qué la afecta? Porque anula la creatividad.

Al anular la iniciativa privada se anula la creatividad y se anula el avance de la ciencia. Solamente la libertad de iniciativa privada permite que haya un avance relativo de la ciencia, que es al único que podemos contribuir los humanos.

Cuando se anula esa libertad de iniciativa privada, la mente se afecta, la mente se duerme, y cesa la contribución al avance de la ciencia, que es el presupuesto fundamental para la prosperidad.

Nosotros hemos dicho: promover la iniciativa privada con responsabilidad social.

¿Qué es responsabilidad social? Transparencia. Transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Gobierno, en la tributación, en los contratos, en la solución de las disputas.

Responsabilidad social es que la inversión se comprometa con las comunidades más allá de los mínimos legales.

Por ejemplo, uno no puede pretender que haya prosperidad, a pesar de que pueda haber mucha inversión, si en una zona minera la calidad de vida, por falta de esfuerzos en materia ambiental, se afecta; si a los ciudadanos se les afecta el entorno, se les afecta el medio ambiente.

Responsabilidad social es fraternidad en las relaciones laborales. Fraternidad en las relaciones laborales por oposición al odio de clases, por oposición al capitalismo salvaje.

Hay que agregar un cuarto elemento a la responsabilidad social: la noción del capital, apreciados estudiantes y profesores. El capital no puede ser un factor de creación de riqueza especulativa. Ese camino especulativo tendrá que ser reconocido como el elemento que incubó la crisis de la economía de la cual todavía no podemos superarnos.

El capital tiene que redefinirse, reorientarse nuevamente. El capital es un factor de creación de riqueza social. Promoción de la inversión con responsabilidad social. Y en un continente donde hay países que crean todo ese temor a la inversión, lo primero que necesita un país es definición política de seguridad a la inversión, que Colombia la da y con creces.

Y entonces la inversión pregunta: ¿cómo es el avance macroeconómico del país? Hay que mejorarlo en los indicadores de déficit, de endeudamiento.

¿Cómo opera el Estado? Nosotros no creemos ni en lo que ha hecho América Latina en unas décadas, la eliminación del Estado en nombre del neoliberalismo, ni lo que hacen otras décadas: la imposición del Estado en nombre del neoburocratismo.

Nosotros creemos que tiene que haber un Estado eficiente, garante de la cláusula social, pero nunca obstructor de la iniciativa privada. Hay que reformarlo sin desmontarlo; perfeccionarlo todos los días para que sea más eficiente y asegurar que le dé todo el espacio a la iniciativa privada.

Por eso hemos hecho el esfuerzo de reformar tantas entidades del Estado y hay que seguir reformándolas.

Pienso que la tributación es muy importante en esto.

Nuestra idea ha sido crear incentivos a los que invierten. Nosotros pensamos que en un país con tanta falta de capital humano y de capital físico, no se puede dar el mismo tratamiento al contribuyente que no invierte, del tratamiento de incentivos que se le ofrece al contribuyente que invierte.

Por eso nuestros incentivos a la inversión, al turismo, a los cultivos de tardío rendimiento, a los biocombustibles, los incentivos de zona franca.

Me contaba el señor Alcalde de Bucaramanga que aquí muy cerca están los terrenos para una zona franca que empezará a instalarse en breve en Bucaramanga.

Todo esto es bien importante para promover la inversión, seguridad.

¿Qué ha pasado en promoción de la inversión?

En medio de las dificultades, Colombia, el año pasado, cuando se pondera el sector privado y al público, fue el país latinoamericano con mayor tasa de inversión, superior al 25,3 por ciento.

Tuvimos muchos años de unas tasas de inversión del 12 por ciento. En los últimos años por encima del 25 (por ciento). Pero eso tiene que prolongarse en el tiempo.

Unos pocos años de alta tasa de inversión no superan pobreza ni reducen desempleo. China lleva más de 20 años con una altísima tasa de inversión y ha revindicado la pobreza a 400 millones de ciudadanos, pero tiene mil 300 millones.

Se necesita una tasa de inversión alta y sostenida en el largo plazo.

Colombia, antes, en inversión extranjera se movía en un rango entre 400 millones de dólares, dos mil millones de dólares. En los últimos años, ocho mil 500, seis mil 500, nueve mil 28.

Récord, año 2008: diez mil 578 millones de dólares. Y el año pasado, mientras la inversión extranjera en el mundo cayó un 29 por ciento, aquí cayó muy poco y de un gran pico, del año récord 2008.

El año pasado, sin que el Banco de la República haya sumado todavía lo que es la cuenta de compensación de diciembre, la inversión extranjera bruta en Colombia fue de 9.530 millones de dólares.

Hay que seguir fomentando la inversión con responsabilidad social. Santander sí que es atractivo. Y me parece que con el nivel de calificación intelectual, de preparación técnica, tecnológica, con estos esfuerzos universitarios, Santander puede ser el gran centro de atracción de inversión en el país.

Pienso que las ciudades del Área Metropolitana pueden hacer un esfuerzo para que el año entrante estén en el primer nivel de ese escalafón de atracción de inversión que es el Doing Business del Banco Mundial.

Y aquello que me gusta es que se ha logrado despertar un gran entusiasmo en Colombia, en todas las ciudades, para avanzar en ese escalafón de competitividad.

Acceso a mercados

Seguridad, promoción de la inversión, acceso a mercados. Porque los inversionistas se preguntan a quién le voy a vender. Los trabajadores dicen: necesitamos que lo que nosotros producimos se pueda vender en todo el mundo.

Entre 1989 y el año 2003, Colombia tuvo una economía que abrió su mercado, una economía de apertura, pero no abrió mercados para si. Apenas teníamos un acceso a la Comunidad Andina (CAN); un acceso superficial a México; unas preferencias unilaterales, como todo lo unilateral inciertas, de los Estados Unidos y de Europa.

Hemos hecho el esfuerzo para que pasemos de una economía de apertura unilateral a una economía que tenga acceso a todos los mercados del mundo. Por eso el Acuerdo de Comercio Comunidad Andina-Mercosur (Mercado Común del Sur); nuestro acuerdo de comercio con Chile; nuestro acuerdo con Perú, para ir más allá de las reglas de la Comunidad Andina; el acuerdo con tres países centroamericanos; las negociaciones que esta mañana se lanzaron para firmar rápidamente el acuerdo con Panamá; el acuerdo con Canadá; el acuerdo con los Estados Unidos, que hoy se discute en su Congreso; el acuerdo con la Unión Europea (UE), próximo a concluir negociaciones; los acuerdos de promoción de inversiones de desmonte de la doble tributación tan importantes; el de promoción de inversiones con China; el de promoción de inversiones con India. Ahora el acuerdo con nuestros hermanos asiáticos de Corea.

Quiero llamar la atención de esta Cátedra de Emprendimiento sobre la necesidad de que todos esos acuerdos internacionales, además de eliminar restricciones al comercio, fomenten la inversión, con los acuerdos de promoción de inversiones y de desmonte de la doble tributación, porque por el mismo concepto no se puede cobrar impuestos en dos países. Esa es una talanquera a la inversión.

Ahora, desde el punto de vista social, ideológico, político, hay que perderles temor a los acuerdos, porque estos acuerdos, en lo que podríamos llamar la nueva era, incluyen el capítulo de la protección al medio ambiente, el capítulo de la protección de los derechos humanos y el capítulo de la protección a los derechos de los trabajadores.

Pero entonces ahí viene un tema: tenemos seguridad de inversión, acceso a mercados. ¿Y qué les ofrecemos a los mercados? ¿Si tenemos que venderles?

Una de las restricciones que ha tenido Colombia en su sector exportador es que todavía no tenemos una canasta exportadora bien desarrollada.

Para definir qué vender, hay que mantenernos en una revolución educativa permanente, y hay que innovar en los sectores productivos y de servicios.

Colombia, en estos años, ha avanzado en cobertura educativa, en calidad, en formación técnica, tecnológica. La Universidad es prueba de un gran avance.

Cobertura educativa

Cuando empezó nuestro Gobierno teníamos un 78 por ciento de cobertura en educación básica. Estamos llegando al ciento por ciento. ¿Qué problema tenemos ahí? Tenemos un grave problema de falta de infraestructura. Las coberturas han rebasado lejos la infraestructura.

Nosotros graduábamos 424 mil bachilleres. Este año puede ser un año que Colombia gradúe 750 mil bachilleres; un gran avance. Esa cobertura ha pasado del 57 por ciento a más del 80.

Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios. Estamos llegando a un millón 700.

Me gusta mucho saber el buen entendimiento de la Universidad Santo Tomás con el Icetex (Instituto Colombiano de Crédito y Estudios Técnicos en el Exterior). Es una de las 430 instituciones del Estado reformadas. Le quitamos el burocratismo, el clientelismo.

Antes se necesitaba para un crédito del Icetex una tarjeta política. Hoy se puede acceder al Icetex a través de la universidad, a través de Internet.

El Icetex tenía 60 mil estudiantes. En noviembre tenía 284 mil estudiantes.

Ahora hay más presión, porque antes se había apagado el ánimo frente al Icetex porque respondía poquito. Hoy hay más presión porque se ha acreditado. Vamos a tener que buscar más recursos para poder atender la nueva demanda.

El país está avanzando en calidad. Ya los maestros no se nombran por recomendación política sino por concurso. Ya no tenemos solamente las pruebas del Icfes (Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior), sino las pruebas Saber. Hoy evaluamos los egresados de todas las carreras universitarias con las pruebas Ecaes (Examen de Estado de Calidad de la Educación Superior).

Colombia es el país del continente que más expone sus estudiantes a las pruebas internacionales de ciencias, de matemáticas, con los países industrializados, y el país del continente más exigente en pruebas domésticas.

Yo celebro mucho el avance del Sena. ¡Qué gran revolución! ¡Y qué formidable integración con las universidades!

El Sena capacitaba un millón cien mil colombianos por año. El año pasado, 7 millones 800 mil.

Se ha convertido en la institución líder en la formación en inglés. Le está enseñando por Internet inglés a un millón de colombianos.

Y creo que la Revolución Educativa necesita avanzar en dos aspectos:

La integración Sena-universidad: cualquier muchacho que se gradúe en una técnica, en una tecnología, pueda después decir: llego a la Universidad Santo Tomás, completo los créditos y me graduó en educación superior. Lo que hemos llamado la educación por ciclos propedéuticos.

Pero otra meta: que todos los bachilleres de Colombia, todos, salgan con sus competencias estimuladas para entrar a la universidad o para emprender. ¡Qué bueno!

Yo creo que ya en esa integración del Sena con la media hay unos 500 mil estudiantes. Pero tenemos que llegar a que cuando se entregue un diploma de bachillerato, ese bachiller pueda decir: yo salgo preparado para la universidad y salgo preparado para el emprendimiento.

Esto es algo que yo veo con mucha ilusión en la Revolución Educativa, porque la Cátedra del Emprendimiento tiene que empezar en el hogar, en la primera infancia. La Cátedra del Emprendimiento se tiene que dar a todo lo largo del bachillerato, en todas las carreras. Es bien importante. Por eso, ese gran ejemplo que hoy nos da la Universidad Santo Tomás.

Innovación

Nosotros creemos que el país necesita, en los sectores tradicionales de la economía, agregar valor. Uno no puede vender café en grano verde, en el bulto tradicional. Hay que venderlo con valor agregado desde la producción. Producirlo en condiciones ecológicas para venderlo como un café natural, como un café que reúna todos los requerimientos ambiéntales. Empacarlo con agregado de valor, saber llegar con él directamente a los consumidores.

Uno no puede pretender que Colombia va a mejorar las condiciones de empleo simplemente produciendo tela o confecciones tradicionales. Tiene que agregarle valor a la tela, a la confección tradicional; buscar nichos de mercado.

Y tenemos que encontrar los nuevos sectores. Uno ve una gran posibilidad en biocombustibles. Esta Patria nuestra puede tener una gran posibilidad. Primero, porque tiene condiciones para producir etanol y biodiesel; segundo, porque ya está produciendo. Hoy somos el segundo en el continente en etanol a partir de caña de azúcar y el primero en biodiesel, a partir de aceite de palma africana.

Apreciados estudiantes, hay dos condiciones excepcionales para Colombia: una, no tenemos que tumbar la selva para producir biocombustibles; otra, no tenemos que afectar la seguridad alimentaria.

Yo admiro las microempresas de Bucaramanga. Admiro su sector avícola. Creo que todo ese entorno que se da alrededor de la meseta del sector avícola ha ayudado mucho a generar empleo. Admiro su sector de salud. Colombia puede ser un país de talla mundial en la salud. Nosotros ofrecemos muy buenos servicios y con costos comparativamente bajos.

Yo celebro la zona franca de salud que va a instalarse aquí en el Área Metropolitana, porque el país puede tener mucho éxito atrayendo pacientes de todo el mundo a que vengan a buscar sus tratamientos en Colombia.

Creo muchísimo en el sector de las telecomunicaciones. Creo que el Alcalde de Bucaramanga, el Alcalde de Floridablanca (Eulises Balcázar Navarro) tienen ahí una gran posibilidad; traerse para acá empresas de call center a que nos ayuden a generar empleo de buena calidad. El mundo entero hoy está mirando a Colombia para crear este tipo de empresas.

La ciudad de Manizales, una ciudad con bastantes dificultades topográficas, una ciudad bien lejos de todos los destinos internacionales, con el call center ha disminuido muchísimo el desempleo. Y en se camino va Ibagué.

Ahora, el call center no es solamente recibir una llamada para un tiquete telefónico. Puede ser que uno esté comprando un tiquete telefónico en China y lo atiendan desde una cabina telefónica en Colombia. Pero eso tiene unos desarrollos impresionantes. Que un ingeniero desde aquí pueda dirigir una obra que se está haciendo en la Patagonia. Que un arquitecto desde aquí pueda hacer los planos para una obra que se necesita en un país lejano.

Que no haya que remitir un paciente, sino que a través de la telemedicina puedan despachar el examen que se le hace a ese paciente y un médico que está lejos pueda hacer el diagnóstico y a distancia lo puedan operar, gracias a esta revolución de las comunicaciones.

Creo que ahí tienen ustedes, en el Área Metropolitana de Bucaramanga, una formidable posibilidad. Y la tiene esta Cátedra de Emprendimiento.

Los colombianos son muy talentosos. La industria se software tiene aquí grandes condiciones, grandes posibilidades. La tiene la industria de medicamentos y la tienen la industria de cosméticos.

En todo eso nosotros vemos mucho, mucho futuro. Por eso nos entusiasman estas cátedras.

Veo un problema: infraestructura. Nos tenemos que desatrasar, no hay duda.

Yo hablo con mis compatriotas santandereanos y les digo: bueno, pero ahí vamos ya con la hidroeléctrica de Sogamoso, ya por fin se le va viendo cuerpecito a la concesión del Área Metropolitana. Estamos trabajando allá en la Vía Central del Norte; ya me llegan las fotos de en qué van los trabajos. Estamos trabajando en esa vía del Carare; ya contratamos desde Bogotá a Villeta hasta San Roque, esa vía que se llama la Ruta del Sol, y ya sale la licitación para el tramo San Roque-Santa Marta-Valledupar-Calamar.

Y me dicen los compatriotas santandereanos: ‘Presidente, ¿por qué no ha empezado la doble calzada de Cúcuta?’. Entonces me contesta el Ministerio (de Transporte): ‘Porque hace 10 días nos dieron la licencia ambiental’. Entonces me dicen: ‘Bueno, está bien. ¿Y qué pasa que se está haciendo la Vía Central del Norte y todavía no se hace la vía del Oscuros a Málaga?’.

El país tiene todavía un retraso muy grande en infraestructura, que hay que enfrentarlo para que el emprendimiento pueda tener más éxito en nuestra Patria.

Y tenemos un obstáculo: la falta de capital de riesgo.

Quiero ofrecerles, como contribución del Gobierno a esta Cátedra, lo siguiente:

Primero, el apoyo del Sena. Yo creo que la integración de ustedes con el Sena es formidable. Segundo, el fondo Emprender. Tercero, invitarlos a que desde la Universidad, con las alcaldías, la Gobernación, las cámaras de Comercio, creen los fondos de capital de riesgo de Santander.

¿Cuál es la oferta del Gobierno?

Si crean esos fondos de capital de riesgo, Bancoldex aporta esos fondos. Y esos fondos de capital de riesgo se pueden constituir en los factores de financiación de las empresas que surjan de esta Cátedra. Porque lo importante es que el estudiante formado en emprendimiento salga a asociarse con otros y a emprender y a generar empleo y a ayudar a crear prosperidad. Es muy ilusionante pues este esfuerzo.

Nosotros, ante las dificultades de la economía, del empleo, podemos adoptar uno de dos caminos: o que nos acabe la moridera y que vivamos en la quejumbre. O que hagan lo que ustedes están haciendo, que es creando cátedras de emprendimiento y empujando, como dice el himno de Santander".

 

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