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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en el recorrido por la doble calzada Niquía-El Hatillo, Antioquia

El Hatillo, Antioquia, 1° jul (SP). “Primero quiero felicitarlos a todos. Me complace mucho ver caras de felicidad por estas obras que van avanzando.

Yo los felicito de todo corazón. Empiezo por hacerle un reconocimiento que le debemos al Ministro (de Transporte, Andrés Uriel Gallego). Él fue Secretario de Obras del departamento en ese periodo 95, 96 y 97, y luchó grandemente por esta obra. Su memoria nos ha llevado, además, a recordar hoy los orígenes.

Esta obra se había propuesto muchos años antes, que ha sido una constante de Antioquia. Ahora que se discute el Metro de Bogotá y ayer que en Panamá se hablaba del Metro de Ciudad de Panamá, uno en todas partes se siente muy orgulloso de que por ejemplo en Antioquia la franja para el Metro de Medellín se reservó con 40, 50 años de antelación.

De esta obra se había hablado hace muchos años, pero el Ministro la sacó adelante, porque la Nación no tenía manera de hacerla y aquí sentíamos su necesidad. Entonces el entonces Ministro, doctor Juan Gómez, el entonces Director de Invías, después Gobernador, el doctor Guillermo Gaviria, que en paz descanse; ellos aceptaron y le entregaron esta obra al departamento.

Se hizo la concesión y después vinieron muchas dificultades por el peaje. Pero miren cómo son las cosas, comparar hoy ese peaje frente a esta obra.

Reconocimiento a Ministro, Gobernador y autoridades de la región

Y el Ministro con mucha tozudez ha luchado para sacarla adelante. Se criticaba mucho en ese momento que la obra tenía unos separadores muy anchos. La verdad es que eso se ve muy bonito. Y la verdad es que si hablamos del mundo actual, en la lucha contra el calentamiento global, hacer bosques en esos separadores es una maravilla.

Y ojalá hiciéramos el consejo que hace tantos años nos dio el doctor Jorge Molina, primero Presidente del Comité Cívico de Medellín y después Alcalde Verde muchos años. Decía: ‘Mire, hay que sembrar esto de acuerdo con los climas y con los suelos’. Él nos decía: ‘Esto se llama Guayabal —decía— porque es un área prodigiosa para las guayabas’.

Y aquí en estas vegas escurridas de Eafit (Escuela de Administración, Finanzas e Instituto Tecnológico) antes había era mangales. Por eso en una sembró mangos, en otras guayaba. Yo les decía ahora que los búcaros más bellos del mundo se ven en Girardota. Además nunca les da peste, nunca los ve uno sin hojas, los ve muchas durante largos períodos del año florecidos.

Aquí puede haber un bosque muy bello en ese separador. Eso se criticó mucho en su momento y hoy quisiera uno ver el separador así de ancho a lo largo de todo el recorrido.

Le debemos al Ministro un gran reconocimiento. Y él ha hecho un enorme esfuerzo para tener unos aportes del Gobierno Nacional, que se tienen dos orígenes, el peaje de Matasanos, que se cedió a esta concesión, y unos aportes del Instituto Nacional de Vías y unos aportes del presupuesto para seguir esto hasta Puerto Berrio.

Yo quiero agradecerle inmensamente a la Gobernación de Antioquia. Usted, doctor Luis Alfredo (Ramos Botero), ha sido un gran coequipero, un gran amigo. Yo lo aprecio mucho y le agradezco de corazón. Hemos podido trabajar muy acompasados con usted, debe usted buena voluntad para todas estas obras y busca soluciones de una y otra manera. Muchas gracias a usted y a su equipo.

Y quiero agradecer, como lo hizo el Ministro, a los anteriores gobernadores de Antioquia. Cuando nosotros llegamos estaba el doctor Eugenio Prieto, trabajamos para resolver esto; después el doctor Aníbal Gaviria. Recuerdo larguísimas reuniones en la Presidencia de la República, en el Oriente antioqueño, con las comunidades de aquí del norte del Valle de Aburrá, sobre el ‘peajito social’.

Ahora que pasé por allá, yo no me acordaba del ‘peajito social’. Le dije: Ministro éste es el peaje de la discordia, póngale al peaje de la discordia la concordia, Ministro. Porque cuando se hizo el peaje era el peaje de la discordia; con esta obra se debería llamar el peaje de la concordia.

Una lucha dura, pero qué bueno tener esta obra. Yo quiero agradecerles a los alcaldes de Medellín. El que nos acompañó, el doctor Luis Pérez, el doctor (Sergio) Fajardo, el actual Alcalde, el doctor Alonso Salazar.

Muchas gracias al Área Metropolitana. Esto se concibió como una sociedad del departamento y el Área, doctor (Mauricio) Faciolince (Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá). Vino a entrar la Nación en estos años a hacer esos aportes cuando nosotros llegamos a la Presidencia, pero la concepción inicial, por allá en el año 96, un contrato que se vino a firmar ya en noviembre del 97, era tener dos socios principales: el departamento y el Área Metropolitana. Muchas gracias al Área Metropolitana, a todos sus funcionarios, a ustedes.

Muchas gracias a los concesionarios, aquí encabezados por el doctor Luis Fernando Jaramillo (Presidente de Odinsa). Inmensa gratitud a todos los ingenieros, a los interventores, a todos los trabajadores de esta obra, a los funcionarios del sector público y a las personas que están en las empresas de ingeniería encargadas de sacar adelante esta obra.

Una buena herencia, el tema de precios de gasolina

Muchas gracias a la lucha de la Asamblea de Antioquia. Muchas gracias a la comprensión de los alcaldes del Aburrá Norte, de los concejos, de las comunidades. Uno sabe que estas obras traen incomodidades durante la construcción. Todavía no se ha hecho el paso allí el intercambio en Girardota; hoy están supliendo ahí con un retorno, pero se los harán y estas obras traen incomodidades en el proceso de construcción y traen esos peajes. Y un país que en estos años ha soportado un encarecimiento muy grande del precio de la gasolina.

Pero yo creo que es una buena herencia que le dejamos al nuevo Gobierno. Es diferente enfrentar el déficit fiscal con, que sin subsidio a la gasolina. Si los colombianos no hubieran hecho ese esfuerzo enorme de asimilar estos precios de la gasolina, nosotros le dejaríamos al nuevo Gobierno, además del déficit que va a tener por lo menos en los dos primeros años, le dejaríamos un déficit adicional de 3 mil millones de dólares, inmanejable.

Entonces haber desmontado ese subsidio a la gasolina, estos peajes, eso incomoda a la comunidad, pero es necesario para tener estas obras de progreso. Y desde que esas pláticas se manejen honorablemente, la comunidad finalmente acepta. Casi nadie se le ríe a un peaje. Yo soy de los poquitos que me les he reído a los peajes, porque en mi carrera política siempre me bajaba del carro a buscar los votos de las niñas que cobraban en los peajes.

Y les decía yo: Vea, como ustedes le cobran a todo el mundo, todo el mundo les hace mala cara. Yo les vengo a hacer buena cara pero les voy a dejar esta ‘tarjetica’ a ver si se atreven a votar por mí. Les decía yo: Aprendan, jóvenes diputados.

Entonces esto siempre trae incomodidades para la comunidad, pero qué gran obra. Mi gratitud a todos.

Extender obra hasta Puerto Berrío

Yo le decía al señor Gobernador, al Ministro, al doctor Luis Fernando Jaramillo, al doctor (Hernán) Moreno, Gerente de la Obra de Desarrollo Vial del Aburrá del Norte), a quienes veníamos en la buseta, que este es un cañón muy promisorio, pero no se puede ver en el corto trayecto Bello-Hatillo-Barbosa; hay que pensarlo a Puerto Berrio, hay que pensarlo a la conexión allá con la Ruta del Sol que este Gobierno deja totalmente contratada, que es la Autopista Bogotá-Santa Marta.

La verdad es que esto se va con una topografía montañosa, como la nuestra, pero amena, y cada vez más suave, o menos empinada, hasta Puerto Berrio. Yo creo que aquí puede haber un enorme corredor de desarrollo. Yo que tantos periodos de mi vida he pasado por esta tierra del norte del Valle de Aburrá, yo mismo estoy hoy bastante asombrado de lo que se ha hecho.

La verdad es que esto se va con una topografía montañosa, como la nuestra, pero amena, y cada vez más suave, o menos empinada hasta Puerto Berrio. Yo creo que aquí puede haber un enorme corredor de desarrollo. Yo que tantos periodos de mi vida he pasado por esta tierra del norte del Valle de Aburrá, yo mismo estoy hoy bastante asombrado de lo que se ha hecho, no solo de la belleza de la obra sino de la cantidad de fábricas, de urbanización, y ustedes han hecho un milagro; yo no sabía cómo iban a acomodarse en Solla o en Haceb (industrias situadas en Bello) y veo que no solamente se acomodaron en Haceb, sino que la empresa está haciendo un gran ensanche para poder competir en los acuerdos de comercio con el Asia. Una maravilla.

Y entonces uno ve la posibilidad de prolongar esto hasta Puerto Berrio. Hay que hacerlo; vamos a ver si para estos 38 días una de las ‘tareítas’ es con la ayuda del Ministro de Minas (Hernán Martínez). Andrés Uriel, usted se le tiene que poner al corte a eso y dejar resuelto ese problema con Transmetano. Porque recuerden que allá en el Consejo Comunitario de San Roque firmamos la apropiación presupuestal para seguir esto hasta Cisneros. Y Autopistas de la Montaña lo debe seguir hasta Puerto Berrio.

Y una carretera de éstas hasta Puerto Berrio y esto acompañado de buena energía, esto acompañado de buenos acueductos, buenos alcantarillados, aquí se hace una región de desarrollo sumamente importante, para poder generar empleo de la mejor calidad para nuestros compatriotas.

Y eso ya queda con la recuperación de navegabilidad del río Magdalena, con los acuerdos de comercio y con esa carretera a Santa Marta y el ferrocarril de carga, ya queda un cañón para ser competitivo en la economía mundial.

Tema de empleo

El tema del empleo no se resuelve fácilmente, apreciados coterráneos; eso no se resuelve por decreto. El empleo es inseparable del desarrollo. Entre los años 2003 y 2007, antes de estas dos crisis que nos han afectado, nosotros vimos un gran crecimiento de la economía y una gran reducción del desempleo.

Se nos frenó en el último año y medio, porque además de la crisis internacional, a nosotros nos ha pegado muy duro la crisis particular con Venezuela.

Nosotros estábamos exportando 6 mil millones de dólares a Venezuela; este año serán mil. Unas exportaciones intensivas en mano de obra. Yo creo que de no ser por esas dos crisis deberíamos tener el desempleo en el 9. Y no lo pudimos bajar hasta allá.

Pero lo que sí demuestra el periodo 2003-2007 es que una buena visión del desarrollo, con un buen crecimiento en la economía, produce una correlativa reducción del desempleo y de la pobreza.

El triángulo de la confianza

Yo he pensado, apreciados coterráneos y compatriotas, que es bueno para el país meditar sobre lo que hemos llamado el triángulo de la confianza, que es la seguridad con valores democráticos, con libertades; la confianza de inversión y la política social. Van de la manito.

Cuando yo estaba joven, en el discurso político colombiano no se hablaba de seguridad. Había mucho temor a proponer la seguridad, se le entendía como un camino al fachismo, a la dictadura.

Alguna evolución cultural bien importante ha sucedido en Colombia. Hoy amplias mayorías del país reconocen que la seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos.

Cuando yo estaba joven, en el discurso político prevalecía el tema de inversión social, pero pocas veces nos preguntábamos de dónde salen los recursos.

Yo creo que otra revolución cultural que se ha dado importante en el país en estos años es entender que se necesita una gran confianza de inversión, como fuente para que surjan los recursos para todas esas obras de progreso, para la política social.

Esa integración entre seguridad, inversión y cohesión social es muy importante, porque además el progreso social finalmente es el único validador de la política de seguridad y de la política de confianza de inversión.

Colombia está de moda en inversión

Nosotros hemos pensado que debajo de ese marco, de ese triangulo de confianza, para generar empleo, prosperidad, reducción de pobreza, es bueno pensar en cinco elementos: la seguridad, como una de las concesiones de la inversión; la confianza de inversión.

Colombia ha venido ganando, es hoy el país de América Latina con más tasa de inversión. La gente quiere invertir en Colombia, está de moda.

Inclusive me decían esta mañana el señor Gobernador (de Antioquia) y el Alcalde de Medellín (Alonso Salazar), cuando estábamos inaugurando otro gran evento para Medellín, impensable hace algunos años, el congreso Iberoamericano de Cultura —quisiera no acordarme de este tema por que yo no soy bueno para guardar secretos y estoy que me reviento, pero lo voy a tener que guardar—: el 14 de julio hay una gran noticia para Medellín, una cosa que hemos venido tejiendo laboriosamente, que obedece a confianza de inversión en Colombia.

Y muchas persona me preguntan: bueno, Presidente, pero si ya tenemos una alta tasa de inversión ¿por qué todavía tantos niveles de pobreza? Porque es que apenas llevamos cuatro años con una alta tasa de inversión. Y se nos atravesaron estas dos crisis de la economía.

Pero yo tengo fe que una tasa de inversión domestica e internacional. Muchas veces el ciudadano confunde la inversión, la tasa de inversión, con la inversión internacional, con la foránea. No, es la inversión domestica internacional, la inversión privada y la inversión pública.

Con la permanencia de una alta tasa de inversión, el país va a ver en los años que vienen una más veloz reducción del desempleo y una más veloz reducción de la pobreza.

Ahora, por supuesto cuando hay confianza de inversión, los ciudadanos preguntan ¿y hay acceso a mercados?

La gente no invierte sino ven las perspectivas de acceso a mercados. Yo les he dicho a los norteamericanos en estos días, miren, la ratificación del tratado con los Estados Unidos para Colombia en este momento es más importante, no porque creamos que vamos a aumentar mucho las exportaciones a Estados Unidos. Sabemos las crisis, las dificultades, la competencia que hay allá.

Pero sí es una señal para que venga inversión a Colombia. Como la gran señal que nos han dado recientemente con la firma de ese tratado con Europa o con ese tratado que ayer terminó su ciclo definitivo, su aprobación definitiva, que es el tratado de Canadá. Después de la aprobación en el Parlamento canadiense, ayer lo ratificó, lo sancionó, la representante de su Majestad, la Reina de Inglaterra, en Canadá, que es la señora Gobernadora de Canadá (Michaëlle Jean).

Importancia del acceso a todos los mercados

Entonces el acceso a los mercados es muy importante. Los chilenos generan mucha confianza de inversión, entre otras cosas porque tienen gran acceso a los mercados.

Los mercados a los cuales tiene acceso la economía chilena son mercados que suman 4 mil 500 millones de consumidores.

Nosotros nos pasamos muchos años solamente con la Comunidad Andina. Por eso este Gobierno ha hecho los esfuerzos en este periodo para poder tener acceso a mercados. Colombia en mi concepto debe tener accesos a todos los mercados del mundo.

Yo veo la laboriosidad de mis paisanos y digo: hombre, ellos tienen derecho a vender en todo el mundo. ‘Ah ¿que tenemos que comprar de todo el mundo?’ Nos sabemos defender finalmente.

Pero 47 millones de compatriotas, en un país que tiene dificultades en su geografía; es que nosotros aquí no vivimos tan cómodos como se piensa, porque del millón 160 mil kilómetros, hay 600 mil kilómetros de selva. Que tenemos que proteger, como nuestra principal contribución a la política contar el calentamiento global.

Y tenemos estas montañas andinas. Los colombianos no vivimos tan anchos como se cree; aquí hay que buscar los mercados internacionales.

Innovación productiva

Y enseguida hay que buscar la innovación productiva, porque uno no puede llegar a los mercados internacionales hoy a vender confección básica; nos derrotan los asiáticos. Ni puede llegar a vender café verde, hay que vender producción, servicios con valor agregado. Hay que vender café orgánico, alimentos orgánicos, hay que vender moda, hay que vender diseño de última generación, hay que agregar valor y hay que desarrollar los nuevos sectores.

Que los biocombustibles, que el sector de los servicios, que ojala se desarrollará en este Valle de Aburrá intensamente.

Y me mostró el Gobernador un edificio que está haciendo el Banco de Colombia donde va a tener todos sus servicios lo que llaman la oficina de atrás, el back office. Allí hay una gran posibilidad de empleo.

Para nosotros competir con la industria pesada es difícil, porque esas zonas francas de Cartagena y de Barranquilla están jalonando mucha industria pesada, por el mar.

Colombia es el único país de esta región latinoamericana con Bolivia que tiene unas ciudades tan lejos del mar.

Yo veía, Santiago de Chile está a 140 kilómetros del mar y por unas autopistas formidables, prácticamente sin loma. Todas esas capitales centroamericanas, las que no están en el mar están ahí cerquitica. La situación nuestra es muy difícil; antes ha sido por la laboriosidad de nuestras gentes que hemos tenido una civilizaciones prosperas a estas distancias del mar.

Entonces aquí hay que buscar una gran economía de servicios, de servicios tecnológicos. Da gusto uno ver en la ciudad de Manizales hoy 8 mil personas trabajando en los centros de contacto, prestándole servicios vía teléfono, vía Internet a la comunidad internacional.

Yo quisiera que todos los esfuerzos que se están haciendo en el Área Metropolitana nos muestren en los próximos años —y aquí hay con quien jalonar, que es EPM— una gran economía de esos servicios. Y basados en la informática, que nos ayuden a reducir el desempleo. Innovación productiva.

Revolución educativa e infraestructura

Eso requiere otra respuesta que es el quinto elemento, lo que llamaríamos la ruta de la prosperidad, el empleo; que es el tema de la Revolución Educativa.

Una paisana nuestra (Cecilia María Vélez) ha sido Ministra de Educación estos años con resultados de excelencia. Colombia en cien años tuvo 120 ministros de Educación. Esta Ministra ha estado acompañada de un gran equipo, con todas las garantías de estabilidad, sin que esté sometida a las vicisitudes de la política. Yo creo que deja unas bases muy sólidas.

Solamente una Revolución Educativa permanente logra una gran innovación productiva.

Y esos cinco elementos necesitan otro, que es infraestructura. Por eso uno celebra estos pequeños avances, celebra esa gran perspectiva que les deja el Ministro (de Transporte), el señor Gobernador, el Alcalde, la Asamblea y el Concejo; que es Autopistas de la Montaña. A todos muchas gracias, porque es un ejemplo para el país.

Es un ejemplo porque inicialmente se aportan 2 billones. Pero eso no es todo de la Nación, es la mitad; el departamento puso 600 mil y Medellín puso 400 mil. Eso es un gran ejemplo, eso le pone un punto de referencia al país.

¿Y cómo se contrata? Con una entidad de toda confianza, lo que llamamos un ‘contrato a libro abierto’, que no hay riesgos para la entidad ni para la comunidad, que es ISA. Y que debe continuar esta gran tarea de Autopistas de la Montaña.

Esto de la infraestructura es muy importante, y acelerarla, acelerarla. No crean, esto se ve muy bueno, pero esto se demoró mucho.

Yo voy a cumplir 58 años y desde que tengo uso de razón empecé a oír hablar de esta doble calzada. Y la contratamos en el año 97. Y entonces las nuevas generaciones necesitan velocidad en estas obras de infraestructura.

Ojalá antes de que nos acabemos de envejecer, Ministro, vayamos de aquí a Puerto Berrío por un corredor de éstos. Eso es bien importante.

Ahora, quedan unos principios. Se discute mucho por dónde salir al Bajo Cauca: por la vieja carretera de Santa Rosa a Yarumal, por aquí por este Cañón del Porce para abajo; por lo que se está haciendo de Segovia, que hoy está contratado el último tramo, la Nación está empezando el último tramo, contratado, con el dinero asegurado, para bajar de allá de Otú-Remedios-Segovia-Zaragoza. O por la orilla del río Cauca, esos 136, 144 kilómetros —yo no recuerdo exactamente—, de ahí de Santa Fe abajo a Puerto Valdivia.

Todo se necesita. Yo creo que no es un problema de pelea por alternativas, sino de cronograma. La verdad es que Antioquia hizo un esfuerzo enorme bregando a sacar adelante la Troncal del Nordeste. Y en estos años la Nación ha hecho unos aportes bien significativos. Hay que concluirla y la necesita el país.

Porque si nos situamos en Bogotá, la vía Bogotá-Panamá pasa necesariamente por nuestro nordeste. Al bajar al río Magdalena, pasar en Puerto Berrío, tiene apenas unas pequeñas colinas, para llegar a Caucasia por esa carretera que hoy se está construyendo: Caucasia-Montelíbano-Tierralta- Valencia-El Tigre.

Y esa carretera la necesita Antioquia, la necesita el país, la necesita Bogotá en la comunicación con el Chocó, en la comunicación con Panamá.

Esta carretera del Cañón del Porce abajo, siempre se nos dijo que ahí hay un bosque de 400 kilómetros que no se puede tocar; hay un tema ambiental, que son temas hoy sagrados.

Pero ahí está Empresas Públicas haciendo las represas. Uno no sabe qué va a pasar. Llega un momento que esas represas van a imponer la carretera. O sea que tampoco se puede descartar.

A mi me dicen: ‘hombre, que imposible arreglar eso de Matasanos, y para acá, para estos municipios’. Hay que arreglarlo.

El que se me arrima a mí me dice: ‘hombre, que la doble calzada no debe ser por Matasanos, sino por ahí más abajito’. Hombre, por donde la van a hacer, pero hay que hacerla.

Entonces ¿qué hacemos? Esa es una de las zonas más prósperas del mundo, esos municipios que hay allí: Don Matías, Santa Rosa, Yarumal, Entrerríos, Siberia.

Hace poco que vinimos a inaugurar la fábrica de Alpina, allá en Entrerrios, una persona importante que no conocía, dijo: ‘hombre, yo conozco mucho el mundo. Esto es lo más bello del mundo’.

Le dije: Pero esto se le debe a dos manos. ¿Cómo así? Le dije: el Creador hizo aquí una topografía muy bella y mis paisanos, porque esto aquí no producía sino dos cosechas: una de mortiño y otra de helecho, y a base de laboriosidad transformaron eso.

Entonces, yo creo que eso no se puede discutir. Hombre, vea: las obras hay que hacerlas, lo peor es no hacerlas. Que nos digan los científicos, los que sepan, por donde hay que tirar esta doble calzada allí al alto de Matasanos, pero que la hagan.

Y que la otra de allá para bajar de Santa Fe de Antioquia a Puerto Valdivia hay que hacerla. Esa represa de Pescadero, de Ituango, esa la va a posibilitar, porque por ahora hay que hacer una trocha para subir de Puerto Valdivia a la presa. Por esa trocha se hará la carretera.

Aquí tienen un proyecto muy bello, que es embarcar los vehículos donde termina el embalse, hasta donde empieza la carretera que sale a Puerto Valdivia. Eso puede funcionar unos años así. Y se hará la carretera, se hará la carretera. Todo eso hay que hacerlo.

Yo creo que esto no es un tema para pelear por opciones, sino para meterlas a todas en el tubo y hacerlas a todas. ¿Las prioridades cómo se van fijando? Las posibilidades van dando las prioridades.

Yo creo que hay que hacerlas todas. Y lo importante es que hoy todas tienen caminitos, hoy todas tienen posibilidades.

Porque con esta doble calzada aquí, los de allá arriba, del Alto de Matasanos para allá no se van a resignar a no tenerla. Y con esa carretera hasta Zaragoza, eso hay que hacerlo. Y los de Bogotá van a decir: ‘me rectifican y me pavimentan el camino de Puerto Berrío a Bodegas, para subir allá a Remedios, para empatar con esa carretera en nordeste.

Y hecha la represa en construcción y la trocha de Puerto Valdivia a la presa, la gente no se va a quedar quieta; van a exigir que se haga toda la carretera.

O sea que yo veo que están ¿cuántas carreteras son estas? Digamos: la que baja por el nordeste, una; la de las represas, dos; esta, adicional, tres; y la de Santa Fe de Antioquia a Puerto Valdivia, cuatro. No son tres huevitos, son cuatro huevitos que quedan ahí, y que lo importante es empollarlos, empollarlos, apreciados coterráneos, para sacarlos adelante. Aceleremos esto.

Yo deseo, le pido a Dios, que los años que vienen sean de mucha prosperidad para Colombia, de mucha prosperidad para que las nuevas generaciones vivan felices en este país; que se pueda avanzar en eso que es una urgencia, la derrota de toda la criminalidad.

Miren, a uno le da siempre mucha tristeza. En estas alegrías, y lo que pasó con el Presidente del Concejo de Medellín (John Jaime Moncada Ospina); y que nos asesinen gente, como las siguen asesinando esas bandas del narcotráfico.

Eso hay que consolidarlo. Sin eso de la seguridad no hay camino. Y que todas estas obras se aceleren y que las nuevas generaciones —que tienen mejores posibilidades de estudio, de manejar mejor la lengua castellana, de estudiar muchos idiomas, de estar comunicadas desde cualquier sitio con todo el mundo, a través de esa gran revolución, con la cual mi generación no alcanzó a pensar ni en la juventud, que esa es la revolución de las comunicaciones—, que todo esto nos acelere la prosperidad para que las nuevas generaciones tengan mejores posibilidades, vivan felices en este suelo.

Uno cierra los ojos y dice ‘qué cañón tan bello, esto de Medellín a Puerto Berrío puede ser un corredor de desarrollo.

Yo los saludo, pues con gratitud, por todos los esfuerzos de ustedes en el Gobierno, en los gobiernos, en los gobiernos, en las comunidades, en el sector privado. Los saludo con gratitud, con afecto y ojalá en los próximos años todo esto tenga mayor celeridad.

Muchas gracias, queridos amigos. Allá a ustedes, muchas gracias a todos.

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