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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en el acto de agradecimiento a los funcionarios del Ministerio de Educación

Bogotá, 1º. jul (SP). “Acudo esta tarde, ya en la hora final de este Gobierno, a expresar gratitud por la inmensa labor que ustedes han hecho por la educación colombiana. Es una labor por el presente y por el futuro del país.

La verdad, es un Ministerio sobresaliente. Yo quiero decir lo siguiente:

El doctor Jorge Eduardo Melo señaló algo que ocurría en el pasado: cómo a partir de la Constitución del 91 aumentaron los recursos, pero no se resolvieron los problemas. Nada ganábamos con tener más presupuesto, y seguir en el mismo caos en materia de cobertura, de calidad y de instituciones.

Yo creo que ahí hay un gran avance.

 

“La verdad es un Ministerio sobresaliente”, manifestó este jueves el Presidente Álvaro Uribe Vélez, durante su visita a la cartera de Educación para expresar su gratitud por la labor desarrollada por el despacho en los últimos ocho años. El Mandatario subrayó que la educación es el pivote central de la política social y dijo que el Ministerio se transformó sin politiquería. Foto: Felipe Ariza - SP.


Otro problema que uno veía sumamente grave, pero muy grave, es que el país, en ocasiones anteriores de nuestra historia, había fracasado en la descentralización de la educación, y la había vuelto a recoger. Yo creo que aquí hay algo muy importante. Toda esa organización institucional que trasciende al Ministerio, recorre el país por las secretarías, garantiza una descentralización estable. Sin ese orden institucional que ustedes introdujeron, la descentralización educativa estaría permanentemente en peligro.

Algunos se equivocan al decir que se ha recentralizado. Se equivocan. Lo que iba a recentralizar al país era el avance al abismo anárquico. Eso iba a llegar a que en algún momento hubiera que decir: ‘esto no funcionó, vamos a recuperar el manejo de esto para el Gobierno central’. Aquí, con lo que han hecho ustedes, de orden institucional, es garantizar la descentralización educativa permanente.

Y a esa tarea se suma algo bien importante, que es nuestro Acto Legislativo de 2007 del Sistema General de Participaciones, que introdujo ese instrumento constitucional, que es el instrumento para poder hacer intervenciones, y se desarrolló en el Decreto constitucional 028.

Yo veo lo que ustedes están haciendo en algunos departamentos. No me gusta citar nombres en esto pero lo voy a citar para bien: el Chocó. Lo que han logrado ustedes en el Chocó por lo menos ha transformado el estado de ánimo; lo ha transformado tanto para bien que la ciudadanía chocoana está hoy contenta con la intervención.

Yo iba al Chocó y hablaba: ‘pero es que tenemos tantas Familias en Acción, hemos avanzado tanto en Bienestar Familiar, que hemos hecho tanto en el Sena, que miren este edificio, miren la reoganización del Sena’. Siempre dos, tres problemas. Se roban la plata de la salud, la plata de la educación y no avanzan en lo de las vías. Nada servía mientras no se resolviera ese problema.

Hicimos unas obras de energía enormes en el Chocó y la ciudadanía decía: ‘Sí, pero es que se están robando la plata de la educación, si pero es que los embargos de la educación, si pero es que el desorden de los profesores’.

Y hoy la ciudadanía está tranquila, gracias a esta tarea que ustedes han hecho.

Yo vengo es a felicitarlos, a agradecerles inmensamente.

Nosotros tuvimos la fortuna de contar con la doctora Cecilia María (Vélez White, Ministra de Educación), con el equipo de viceministros que la ha acompañado, con ustedes, porque veníamos con la ilusión de que el país avanzara muchísimo en educación.

Cuando propusimos ese triángulo de la confianza, un país que tiene que construir más confianza sobre tres pilares: el pilar de la seguridad con valores democráticos, la inversión, y el pilar de la política social, la educación cumplía ahí en ese triángulo dos papeles: primero, encabeza la política social y segundo, es lo que ata a la política social con la política de inversión y con la política de Seguridad Democrática.

Un país que tuvo tanta prevención durante tantos años con un proyecto de seguridad, porque se asociaba la seguridad con un camino a la dictadura, necesita un gran proyecto educativo y cultural, que muestre que la seguridad no es un camino a la dictadura, sino una fuente de recursos y un valor democrático. Un país que quiera salir adelante en un proceso de inversión, para crear desarrollo con responsabilidad social, fundamentalmente necesita de la educación. Y la educación es el pivote central de la política social.

Nuestro país ha sufrido unas crisis grandes en los últimos años.

No nos habíamos superado de la crisis de la economía de 1999; teníamos esa profunda crisis de violencia, de déficit, de endeudamiento; sobrevinieron dos crisis: la de la economía internacional y la crisis específica con Venezuela, pero ustedes han ayudado a trazar unos caminos bien importantes que han permitido que el país en estas crisis no se hunda, que esté saliendo adelante a pesar de estas crisis.

Yo he creído que hay un caminito de 5 elementos para crear prosperidad, para que esa prosperidad se derrame en la superación de pobreza, en construcción de equidad, que es el caminito de la seguridad, de la inversión.

Pero la inversión se pregunta: ¿y yo qué voy a hacer? Entonces se necesita el acceso a los mercados, donde se ha hecho un gran esfuerzo en estos años. Pero uno en los mercados no puede llegar a decir: bueno, para crear empleo en Colombia vamos a vender café verde o confección básica. Los mercados necesitan, para tener éxito, mucha competitividad de quienes acuden a ellos, una revolución productiva permanente, una gran innovación productiva. Y eso no se da sino con un gran sustento que es una Revolución Educativa permanente. Yo por eso le veo toda esta trascendencia a la Revolución Educativa.

Yo no tengo palabras con qué expresarles a ustedes mis agradecimientos. Cuando yo entré ahora al Ministerio me parecía entrando a una empresa organizadísima en Tokio.

¿Cómo le dice uno a un edificio que entre y lo vea despintado, con la pintura cayéndose, etcétera? En ruinas, abandonado, con dejadez. Y lo primero que veo es un edificio sobrio, limpio, con espacios abiertos y enseguida me sentaron en esa pantalla, y ahí en esas sillas donde sientan a los visitantes, que están registrando sus peticiones, y me mostraron esa conectividad con todas las secretarías del país.

Y entonces la Ministra dijo: ‘La Secretaria estrella en estos servicios’. Y llamó a la señora Secretaria del departamento del Cesar. ¡Qué bueno!

Y enseguida vimos los salones, la manera cómo están trabajando, los escritorios y también las áreas comunes para tener las reuniones.

Y después me explica la Ministra algo bien importante del organigrama, de organización institucional, que diría yo para generar mística y para involucrar a todo el mundo. No un Ministerio con la cabeza encerrada arriba y el cuerpo desconectado.

Dije yo: ‘¿Dónde es la oficina de la Viceministra Isabel (Isabel Segovia Ospina, Viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media), del doctor Gabriel (Gabriel Burgos Mantilla, Viceministro de Educación Superior)? Y me dijo: ‘No. Cada uno está en su área, con su equipo, integrado a su equipo’. Una serie de detalles de la mayor importancia.

Y ustedes han hecho esto con enorme mística.

Seguramente mis contradictores qué esperaban: no, no, como este Uribe es fascista y es paramilitar y eso. Eso no lo van dejar gobernar, eso va haber a toda hora huelga de maestros.

Yo le decía a la Ministra: ‘Mire, yo he tenido la posibilidad de un diálogo amable con los maestros en Bogotá y en toda la Patria’.

Es que hay otra cosita que no se ha dicho: ¿qué pasará, que en un país rebelde, irreverente, contestatario e iconoclasta, tenemos la menor cantidad de huelgas? ¿Qué pasará?

Eso no tiene sino una explicación: el correcto manejo de ustedes; el ejercicio de la autoridad para bien de la comunidad.

La Ministra (de Educación, Cecilia María Vélez) no estuvo aquí haciendo populismo, sino todo lo contrario: autoridad, pero para bien de la comunidad.

Y lo ha entendido todo el país. Uno tiene que mirar esto por los fenómenos que se expresan. Entonces, cuando yo veo la actitud del Magisterio colombiano digo: aquí hay un fenómeno que se expresa. Y empiezo a buscar la causa y veo que radica aquí, en lo que ustedes han hecho.

¡Qué bueno! Si fuéramos a hacer balance sería inacabable.

Uno habla más de aquello que se siente halagado. Los papás somos muy ‘cañeros’ con los hijos. Entonces, cuando un hijo de uno saca unas buenas calificaciones, uno habla y habla de él.

Yo les quiero hacer una confesión:

Yo en todo el país y en el extranjero hablo a toda hora de ustedes. Quienes andan por ahí conmigo por el país yo creo que ya saben repetir el discurso que empieza diciéndoles: ‘Cuando ubico la Revolución Educativa allá en el triangulito de la confianza -que ahora se llamó en estos días ‘los tres huevitos’- y hablo de ese caminito de cinco elementos para la prosperidad del empleo, la superación de la pobreza, y digo yo: mire, es que Colombia en cien años aproximadamente tuvo 120 ministros de Educación.

Y lo confirmé. Lo confirmé ahora que subí, y entonces le pregunté a la señora Secretaria Privada de la Ministra, a las niñas que están ahí, las señoras que atienden los escritorios del despacho de la Ministra, les dije: ‘¿Cuántos años?’. ‘Tantos’. ‘¿Cuantos ministros?’. ‘Tantos’. Y le dije a una de ellas: ‘Y la Ministra te dañó el promedio’.

Era un Ministerio sin estabilidad y con desgreño.

Se han ganado ustedes la respetabilidad del país entero, han trabajado ocho años y los colombianos muy felices con su trabajo. Lo han hacho en diálogo con todos los colombianos, sin politiquería.

Una vez, un parlamentario del norte del Valle del Cauca me dijo que propiamente yo creo que a él no le gustaba venir a los ministerios a hablar de políticas educativas, de concurso de maestros ni nada, sino a ver si le daban un puestecito o un auxilio.

Entonces, me dijo que necesitaba unas cosas en el Ministerio de Educación. Le dije a la Ministra: ‘Recíbalo’. Le dije: ‘Cuidado, que la Ministra es muy templada. Usted sabe que este Gobierno acabó auxilios y esto es por meritocracia. Y ella tiene un equipo allá que no lo dejamos tocar’.

A los 15 días me llama. Y yo dije: ¿Qué me ira a decir? ¿Cómo estará de bravo? Me dijo: ‘Feliz. Yo recorrí allá, vimos tal cosa de escuelas, me explicó el concurso, el manejo de las transferencias, etcétera’.

Esa es una pedagogía muy importante. Esa es una manera eficaz de cambiar la política, de acabar la corruptela, el clientelismo; de poner a la gente de la base colombiana, no solamente de los sectores ilustrados en el tema, sino de la base de compatriotas, a pensar en lo que se tiene que pensar en estas materias. Y eso también lo han logrado ustedes.

Y uno ve las coberturas y lo que decía el doctor Melo ahora de la calidad. Porque yo recuerdo que al principio nos amenazaban: Ah, es que van a crear tanta cobertura, se les va a caer la calidad. Era la amenaza, a toda hora, a toda hora.

Y da mucho gusto oír el testimonio del doctor Melo que empieza por reconocer la calidad en la institución para manejar esto.

Lo primero que hay que averiguar frente el paciente es por la calidad del médico que lo va a tratar. Y aquí el médico es la institucionalidad que ustedes representan.

Da mucho gusto todo esto que ustedes han hecho. Yo quiero expresarles todos los agradecimientos.

Yo sinceramente creo que ustedes dejan un motor de mucha fuerza, para que en los próximos años el país coseche beneficios de esta gran revolución que ustedes han hecho.

Y les agradezco otra cosa: ustedes han procedido con mística. No era la norma del Estado. Yo creo que se ha hecho un buen tránsito del Estado apelmazado al Estado con mística.

Ustedes representan una comunidad de colombianos preparados, disciplinados, con patriotismo, entregados con toda la honestidad a servir y dan un gran ejemplo, un gran ejemplo.

Yo los quiero felicitar. Quiero decirles que me han ayudado mucho. Se los digo y se los confieso: lo que ustedes han hecho me ha permitido a mí un buen discurso. Como les voy a negar eso. Un gran logro cómo no lo voy a decir yo.

Uno cuenta lo de ustedes y eso genera respeto en la China y en la Conchinchina. Lo que ustedes han hecho genera mucho respeto.

Yo quiero hacer llegar por intermedio de cada uno de ustedes gratitud infinita a sus familias, por el apoyo que les han dado para poder prestar esta tarea.

La Ministra me ha acompañado. Yo creo que tiene el récord, ella y el Ministro de Transporte, de los que más me han acompañado en los Consejos Comunitarios.

Isabel también tenía un récord hasta que se tuvo que poner a amarrar la criaturita.

Porque ese ha sido un ejercicio muy importante. Ha sido un ejercicio de educación y de cultura haber enfrentado todos esos problemas de educación en reuniones masivas; un ejercicio muy importante para el país. Y sin claudicar ante presiones.

Yo creo que eso ayuda mucho, porque el país estaba muy acostumbrado a que se les pidiera diálogo a los violentos, pero a que no se promoviera diálogo con la comunidad. Cuando fuimos a empezar el diálogo, decían: ‘¿pero y quién va, si a toda hora la gente va a estar pidiendo plata? ¿Qué chequera va a alcanzar? ¿Y que cómo vamos a cambiar tales normas y tales otras?

No. No se dio eso.

Y eso logró un Gobierno menos promesero, pero más comprometido. Un Gobierno que todos los días está expuesto al diálogo con la comunidad, no puede hacer una promesa hoy porque mañana se la cobran.

Pero tampoco puede ser un Gobierno que niegue compromisos, que niegue opciones para buscar soluciones. Tiene que ser un Gobierno buscador de opciones. Y encontramos hoy una comunidad mejor informada.

Yo diría, Ministra, que si nosotros comparamos la calidad del diálogo de hoy en los Consejo Comunitarios, con el diálogo de hace ochos años, encontramos un país que ha pasado de un camino de odio, a un camino de dialéctica cálida.

Recuerdo aquel primer Consejo Comunitario en Pasto, la siguiente semana en La Guajira, entre usuarios de servicios públicos y las compañías que se iban.

O recuerde usted el primer Consejo Comunitario sobre educación en Santa Marta. Y además, la gente enojada, porque los profesores les debían en ese momento 600 mil, 800 mil millones de cesantías atrasadas, y no había interlocución. La solución no era simplemente llegue con el cheque, sino: vamos a revisar esto, a revisar estas cuentas, a homologarlas, a buscar el dinero. Y uno siente hoy un país, yo diría, no que haga menos reclamos, pero si un país con un mejor tono, una mejor actitud en el diálogo. Ustedes han contribuido enormemente a eso.

Yo valoro enormemente ese proceso democrático deliberante de ustedes, que fue la revisión y la reformulación del Plan Decenal de Educación.

Esos procesos democráticos derrotan todo. Eso es un buldózer inatacable. Todo el que se le quiera atravesar a un proceso de esos, el proceso lo muele.

Ustedes, con ese proceso tan hermoso, se volvieron campeones. ¿Quién ataja un proceso de esos, quién lo cuestiona?

Entonces, sería inacabable, inagotable si les dijera todas las razones para sentirnos llenos de orgullo de lo que ustedes han hecho.

Muchas gracias, muchas gracias.

En la tarde del 7 de agosto, cuando regrese al bello oficio de simple ciudadano de Colombia, me llevaré una palabra grabada en el alma por siempre, hasta el último día de mí vida, que es gratitud a ustedes.

Sigan en este trabajo, que ustedes van a transformar a Colombia.

Muchas gracias”.

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