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Julio 07     Versión imprimible

Ministerio de Hacienda presentó diseño de Regla Fiscal para Colombia

Bogotá, 7 jul (SP). El diseño de Regla Fiscal propuesto y presentado a la opinión pública este miércoles, fue elaborado por un equipo técnico interinstitucional conformado por profesionales del Banco de la República, el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Hacienda.

Dicho equipo de trabajo interactuó y recibió comentarios de un grupo de asesores externos convocado por el Ministro de Hacienda y del cual hicieron parte Juan Pablo Córdoba, Andrés Escobar, Eduardo Wiesner, Antonio Hernández Gamarra y Mauricio Olivera.

Una Regla Fiscal es un instrumento de política que afianza la disciplina fiscal y la estabilidad macroeconómica.

Al adoptar una Regla Fiscal, la autoridad fiscal se compromete con un manejo sostenible de las finanzas públicas, lo cual, entre muchos beneficios, le permite asegurar un nivel de deuda de mediano plazo, facilitar el manejo contracíclico de la política fiscal, facilitar la coordinación en el manejo de la política económica y, además, ganar la confianza de los mercados, todo lo cual en conjunto se verá reflejado en el bienestar general de la población.

De acuerdo con la literatura y la experiencia internacional, solo aquellos países que han hecho avances en la dirección a la sostenibilidad fiscal, como es el caso de Colombia, pueden dar el salto hacia la adopción de una Regla Fiscal cuantitativa y afianzar con ello el manejo responsable de las finanzas públicas.

La regla fiscal propuesta, aplica sobre el balance primario del Gobierno Nacional Central (GNC), como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

Entre las razones que explican que la cobertura institucional de la regla recaiga exclusivamente sobre las operaciones del Gobierno Nacional Central, se destaca el hecho de que su desbalance explica el desequilibrio fiscal del Sector Público No Financiero, y que la deuda del Gobierno representa actualmente alrededor del 87 por ciento de la deuda pública.

Adicionalmente, las entidades territoriales ya cuentan con una normatividad adecuada, que les ha permitido sanear y equilibrar sus finanzas y mantener bajo control el crecimiento de sus gastos.

La escogencia del balance primario como indicador sobre el que se aplica la regla cuantitativa, obedece a que constituye una medida relativamente más controlable por la autoridad fiscal, dado que excluye el pago de intereses sobre la deuda.

Esto hace que el balance primario esté menos expuesto a los choques de la tasa de interés o tasa de cambio, por lo cual es un indicador que guarda una relación más estable con las decisiones de ingresos y gastos, y con el objetivo fiscal propuesto.

Fórmula de la regla fiscal

La fórmula de la regla establece el nivel del balance fiscal primario que debe lograr la autoridad fiscal en cada momento del tiempo, una vez descontados los efectos del ciclo económico y de los ingresos petroleros sobre sus finanzas.

Así, se requerirá un mayor superávit (o menor déficit) cuando la economía se ubique por encima de su nivel potencial y/o los ingresos petroleros estén por encima de su senda de largo plazo y, por el contrario, se permitirá un menor superávit (o mayor déficit) cuando la economía se ubique por debajo de su nivel potencial y/o los ingresos petroleros estén por debajo de su senda de largo plazo.

Características

Es importante destacar dos características de la regla. La primera es que permite un espacio para la política fiscal contracíclica, lo cual significa que la autoridad fiscal podrá ahorrar en momentos de auge y desahorrar en momentos de recesión, sin que se comprometa su meta de mediano plazo.

Esta característica permitirá una mejor coordinación entre la política fiscal y monetaria del país, ya que durante las expansiones de la economía, o bonanzas de un sector específico, la regla promueve una política fiscal contraccionista, apoyando así los esfuerzos de estabilización de la autoridad monetaria a través del incremento de las tasas de interés.

Por el contrario, durante las recesiones, la regla permite una política fiscal expansionista, lo cual ayudaría a la política monetaria en su propósito de estimular la economía a través de menores tasas de interés.

Una segunda característica de la regla es que posibilita un manejo macroeconómico adecuado de los posibles excedentes que genere el sector minero-energético, ya que deberán ser ahorrados cuando existan choques positivos, bien sea a través de fondo un ahorro o por medio de una menor deuda, y podrán ser desahorrados cuando las circunstancias lo requieran.

Esta es una propiedad crucial, por los efectos macroeconómicos no deseados que podría producir una eventual apreciación de la tasa de cambio, ante la  expansión prevista de las actividades minero-energéticas.

La Regla solo contempla en su diseño el ahorro de los ingresos petroleros y por tanto no tiene en cuenta (por ahora), aumentos esperados en producción en el resto de la minería, dada su bajo participación actual y esperada en los ingresos de la Nación.

Se propone que si estas actividades crecen de manera notoria en los próximos años, los ingresos que se generen por este concepto también deberán entrar a hacer parte del diseño de la regla, por lo cual ésta sería objeto de modificación.

De acuerdo con un supuesto de precio internacional promedio para los próximos 10 años, de 87 dólares el barril de crudo de referencia WTI y de cantidades producidas de crudo que alcanzan los 1,5 millones de barriles por día (mbd) a partir de 2016, los ingresos de la Nación podrían pasar de 1,4 por ciento del PIB en 2011 a 1,8 por ciento del PIB en 2011.

La propuesta de la Regla consiste en ahorrar a partir de 2012, todos los excedentes de recursos que ingresen a la Nación por concepto de rentas petroleras superiores a lo que reciba en 2011.

El diseño de la Regla sugiere que los recursos excedentarios por cuenta del petróleo, se destinen a pagar la deuda pública y, se recomienda que una vez el Gobierno de turno alcance un nivel de deuda del 28 por ciento del PIB, los nuevos recursos sean orientados a la conformación de un Fondo de Estabilización al estilo de Chile o Noruega.

Acciones para garantizar aplicabilidad de la regla fiscal

Para garantizar la aplicabilidad y viabilidad de la regla fiscal, es indispensable llevar a cabo algunas acciones de política:

1. La Regla Fiscal deberá adoptarse mediante una Ley Orgánica para garantizar una especial jerarquía frente a otras leyes en materia fiscal y presupuestal.

2. Es fundamental promover una reforma a la Constitución para que haga explícito el derecho fundamental de la sociedad a la estabilidad macroeconómica.

3. La Regla Fiscal deberá condicionar la elaboración de los diversos instrumentos de manejo fiscal existentes como el Plan financiero, el Marco Fiscal de Mediano Plazo y el Marco de Gasto de Mediano Plazo. Las metas cuantitativas que se deriven de la regla deberán estar incorporadas en cada uno de estos instrumentos.

4. Se recomienda la creación de un Comité Externo de Evaluación de la Regla Fiscal (Ceerf), con carácter independiente. Sus principales funciones entre otras: i) determinación de los supuestos de la brecha del producto, ii) verificación del cumplimiento de la Regla Fiscal al cierre de cada la vigencia, iii) determinar las implicaciones de lo definido en las cláusulas de escape. El Ceerf podrá revisar parámetros o incorporar productos distintos al petróleo.

5. Es indispensable que el Gobierno mejore y estabilice sus fuentes de ingresos, que simplifique el sistema tributario y revise el esquema de beneficios, de forma que reduzca su dependencia de los ingresos de la minería.

6. Se recomienda crear un Fondo de Estabilización con los excedentes esperados del sector minero-energético, una vez se alcance el nivel de deuda requerido por la Regla.

7. Promover estrategias de desarrollo con el fin de disminuir el efecto negativo que podría generar el auge minero energético.

8. Se requiere que el Gobierno entrante adelante una reforma a la ley actual de regalías. Si bien el país avanzó de manera considerable hacia la disciplina fiscal en las regiones, la bonanza minero-energética que se espera demandará una eficiente administración de los recursos con el fin de evitar efectos negativos sobre el crecimiento económico.

El esquema actual de distribución de las regalías es inequitativo, evidencia una alta concentración de recursos y ha demostrado que tiene bajo impacto en términos del crecimiento y desarrollo del país y de las regiones.

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