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Julio 27     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez durante su visita al Ministerio de Defensa

Bogotá, 27 jul (SP). “Acudo, lleno de afecto por Colombia y por los soldados y policías de mi Patria, a expresar mi infinita gratitud a todos los integrantes del Ministerio de Defensa por su compañía en estos ocho años.

Vengo a dar las gracias. Cómo me han acompañado, cómo se han sacrificado en todas las horas, cómo se han expuesto al riesgo. Vengo a dar las gracias en nombre de colombianos de Bogotá, de todas las regiones de la Patria, que sienten que va en mejoramiento su protección.

Vengo a dar las gracias en nombre de la democracia, que se siente más libre frente a las garras de un terrorismo que quiso asfixiarla.

Vengo a dar las gracias en nombre de mis cercanos colaboradores, a quienes ustedes tanto han protegido. Vengo a dar las gracias en nombre de mi familia, con quien ustedes han sido tan generosos.

Vengo a expresar que me llevo un recuerdo que tiene una palabra: gratitud. Fue muy intensa la vida con ustedes estos ocho años, una oportunidad muy grande que me dio el pueblo colombiano y la Providencia, un honor privilegiado, un cielo en la tierra.

Muchas gracias, Ministro (de Defensa, Gabriel Silva), por tanta generosidad, por su firmeza, su amistad, su sentido de equipo, su personalidad sin dobleces.

Muchas gracias, queridos ex ministros, como les dije el sábado. Muchas gracias, apreciados viceministros.

Quedan muchas cosas por hacer; por ejemplo, en materia de bienestar no se pudieron atender todos los reclamos por presupuesto, lo reconozco. Sé que hay una preocupación en los ciudadanos de civiles por la pensión. Examinando los textos, hay que hacer algún ajuste en la ley.

No tenemos espacio para el decreto. Mi sugerencia respetuosa, Ministro, es con el nuevo Gobierno, primero, hacer el censo, ojalá de inmediato, de aquellos que, por la fecha de corte, quedan perjudicados, y buscar cómo hay una solución en la ley.

Ustedes saben que en este Gobierno una de las reformas que se hizo fue la de eliminar regímenes especiales de pensiones. Eso iba a quebrar al país. Pero eso necesita una transición. Si bien todos los colombianos nos tenemos que ajustar a ello, también hay una transición que donde cometa injusticias, hay que corregirlas. Yo no soy capaz de ocultar ante ustedes que ahí queda una tarea sin hacer, y la tengo que encomendar al nuevo Gobierno. Se los digo con cariño, con franqueza, me sentiría mal si ocultara eso.

‘He procurado defender a las Fuerzas Armadas’

Quiero repetir algo que he dicho en estos días: yo he procurado, por temperamento, por responsabilidad con el país, he sido muy exigente con ustedes, pero los he querido mucho. Y he procurado también ser exigente conmigo mismo, para defender a las Fuerzas y a sus integrantes.

No me dejé llevar de aquellos que decían que había que tratar a los comandantes como fusibles. Un día que hubo una captura por allá afuera, otro día que hubo que bombardear por allá a otro bandido, decían: ‘No, ellos son fusibles, saque a los comandantes, eso le evita problemas diplomáticos y políticos’. Dije: ‘Por eso es que las Fuerzas viven desmotivadas’.

Esa teoría se cambió. Den ustedes el testimonio, (ex) Ministra Martha Lucía (Ramírez), (ex) Ministro Jorge Alberto (Uribe); Dénlo, apreciados viceministros, a quienes tanta gratitud tengo; apreciado Ministro Gabriel (Silva). Esa teoría se cambió. No son fusibles. Son nuestros compatriotas comandantes, que reciben la bella misión de la Constitución de protegernos.

Por eso, en medio de mis defectos de exigir tanto, algunas veces llamar la atención en público, que no está bien, también asumí la responsabilidad siempre, siempre, para ser justo con ustedes y para construir confianza en ustedes, para que no tuvieran temor ni desconfianza frente a operativo alguno.

Creo que es importante seguir insistiéndoles a los colombianos en apoyar a la Fuerza Pública, con tres armas: confianza a la Fuerza Pública, cariño a la Fuerza Pública, y un celular. Tenemos que superar definitivamente estos 153 años de violencia que hemos vivido en estos dos siglos de vida independiente. Lo superan ustedes, con el apoyo del pueblo colombiano.

He tratado todos los días de infundir cariño de los colombianos a ustedes, confianza de los colombianos a ustedes. Les repito a mis compatriotas: a la Fuerza Pública no se le puede buscar en la emergencia; hay que apoyarla todos los días, hay que manifestarles cariño cuando estamos en las buenas, y apoyo cuando estamos en las malas.

No aflojarle la horqueta en el pescuezo a la culebra del terrorismo

Quiero recordar el futuro. Hay retos muy grandes. Esas bandas criminales; de sus socios, las narcoguerrillas, disminuidas, pero no acabadas; de algunos que quieren hoy es hablar de paz e ignorar la seguridad, cuando lo que necesitamos es que todos se comprometan a evitar que estos bandidos estén en algún sitio.

¡Cuidado, cuidado, cuidado con aflojarle la nuca a la culebra, porque ella está ahí medio dormida, porque la hemos debilitado, pero si le aflojamos el pescuezo vuelve a tomar oxígeno!

Algunos lo que quieren es hacer equivocar a Colombia de nuevo, para aflojarle el pescuezo a la culebra, a fin de que la culebra vuelva a tomar oxígeno y nos vuelva a envenenar. ¡Cuidado con eso! Ahí la llevamos acosadita, no la vayan a aflojar, no la vayan a aflojar.

Es que hay que darle mucha conciencia al país de que no nos van a engañar. Nosotros sabemos cómo conducir los procesos de paz y cómo ser generosos con 53 mil desmovilizados. Pero también sabemos que la culebra del terrorismo, cuando siente que está asfixiada y le tenemos una horqueta en el pescuezo, ahí mismo pide procesos de paz, para poder que le aflojemos la horqueta, tomar oxígeno y volver a envenenar.

¡Cuidado, hay que mantenerle esa horqueta en el pescuezo, y esa horqueta en la mitad del tronco y esa horqueta en la cola! ¡No le aflojen la horqueta a la culebra, no se la vayan a aflojar, de ninguna manera!

Y muy hábiles, muy hábiles; muy hábiles cómo quieren internacionalizar la solicitud de oxígeno; ahora quieren internacionalizar la solicitud de que les levantemos la horqueta, para seguir envenenando a los colombianos. En esa trampita no vamos a caer.

Nosotros solamente demandamos de la comunidad internacional cumplir las normas internacionales, que nosotros cumplimos; luchar contra el terrorismo y no albergarlo en parte alguna.

Y tenemos la autoridad moral, porque aquí hemos luchado contra todos: narcoguerrilla, narcoparamilitarismo, bandas criminales del narcotráfico.

Aquí no hemos caído en esa actitud tan peligrosa de considerar que los unos son héroes y los otros son malvados, cuando todos son terroristas.

Nos entendemos, creo que nos entendemos frente a lo que está pasando y frente a los riesgos que hay que evitar.

Los colombianos también están hoy muy exigentes en seguridad. Hace ocho años no había queja porque se robaran un celular en la calle, hoy sí; hace ocho, años el atraco a un apartamento no trascendía del círculo familiar, hoy sí.

Hoy todos los colombianos reclaman por más seguridad. El reclamo por seguridad es como el reclamo por las necesidades básicas; se resuelve una y la ciudadanía en lugar de decir: bueno, ya la resolvimos, lo que pide es que se resuelva la otra.

La seguridad, decía yo en el discurso del 20 de Julio, es como una escalera que no le permite a uno retroceder; siempre hay que ir en ascenso. Sigan eso, ustedes son la esperanza.

Reivindiquen lo siguiente: en estos años lee hemos pedido a los colombianos cooperar con las Fuerzas Armadas, pero también hemos trabajado el desarme; hay que seguir el desarme ciudadano. La cooperación tiene que ser con cariño, con confianza y con un celular.

Hoy se presenta el menor nivel de quejas en derechos humanos

Reivindiquen esto: las Fuerzas Armadas han hecho una inmensa depuración, dan un ejemplo. Vean, les voy a contar cosas como estas: uno de los secuestrados, cuando lo liberamos, decía que cuando empezó este Gobierno, cada vez que iba a haber un operativo para rescatarlo, se anunciaba a los captores del terrorismo: ‘Vea, para allá va la Fuerza Aérea, para allá va el Ejército, muévanse’.

Esa penetración se acabó. Dimos toda la batalla, con el entusiasmo decisivo de los Altos Mandos, para evitar las penetraciones del narcotráfico. Hoy quedan unas Fuerzas Armadas diría que blindadas para que no las penetre ninguna expresión del narcoterrorismo.

No en vano, no es gratis que hoy estén diciendo que en los últimos 24 meses se ha presentado el menor nivel histórico de quejas en derechos humanos, o que ahora tenemos el menor nivel en 15 años.

Eso sí, hay que fortalecer ese blindaje: que no haya una sola rendija por la cual penetre el narcoterrorismo a las Fuerzas Armadas de Colombia. Se los pido de corazón.

Ni una sola rendija por donde penetre el narcoterrorismo a las Fuerzas Armadas de Colombia. Construyan un futuro maravilloso, consoliden la seguridad para este país. Es democrática, porque es de libertades, es de derechos humanos, es para todos los combinaos. Es para el pluralismo, es para que Colombia sea un jardín de flores de diversidad; por eso es Seguridad Democrática.

El futuro promisorio de las Fuerzas Armadas

Piensen en el futuro. La Armada, lo repito: cinco mil 500 millones de dólares se invierten hoy en la ampliación del Canal de Panamá; eso va a producir una externalidad sobre Colombia magnífica.

Qué bueno, nuestra Armada, con esa capacidad que ha desarrollado, prestando servicios a toda la navegación militar, civil y comercial. No solo en Cartagena, donde se tienen que ampliar, sino en el Pacífico, con ese gran avance científico y tecnológico.

Nuestra Fuerza Aérea. En el mundo los países ricos tienen aviones superiores a los integrantes de su Fuerza Aérea; Colombia tiene unos integrantes de la Fuerza Aérea superiores a sus aviones. Tengan en cuenta eso.

Ustedes saben que unos operativos por allá no se hicieron por el éxito a través de unos aviones pomposos, sino en unos avioncitos viejos, y en otros modestos, pero con unos pilotos fuera de serie.

Unos países del mundo se sacan los ojos para ponerles puntería a los aviones; aquí el talento de ustedes les ha puesto puntería a los pilotos.

Con todo ese avance tecnológico, científico, ustedes le pueden prestar un gran servicio a la aviación civil y comercial del mundo. Todo esto en la idea de mantener unas Fuerzas estimulando la ciencia.

Nuestros ingenieros militares, qué esperanza son hoy, con esas carreteras que han construido y las están construyendo.

Tienen un reto, mi general González, mi general Navas: definir cuál es el sistema químico para poder arreglar todas las carreteras veredales de Colombia sin los costos del asfalto y sin los costos del cemento.

La Armada, la Fuerza Aérea, el Ejército. Nuestra Policía: un motivo de orgullo; en todas partes la reclaman. Creo que un gran reto es acabar con esas bandas criminales del narcotráfico, y que el ciudadano urbano se sienta todos los días más protegido.

Y un reto de todos: no solamente hay que pedirle al ciudadano que se aproxime a ayudar a la Fuerza Pública, sino hay que mostrarle actitud muy diligente: que una llamada a un comando, inmediatamente se reciba; un informante, inmediatamente se reciba; que la ciudadanía se sienta estimulada por nuestra diligencia.

Gratitud a todos los Comandantes

El Presidente Juan Manuel Santos, por conducto del señor Ministro, nos informó la nómina de cúpula que ha seleccionado y nos ha pedido, pedido que nos enaltece, que este Gobierno saliente la posesione, para que esa cúpula empiece con él, el 7 de agosto.

Doy mi infinita gratitud a todos los que han sido comandantes en estos años: a nuestros Comandantes Generales.

El primer Comandante General fue nuestro general Mora (Jorge Enrique Mora Rangel); nuestro segundo Comandante General, nuestro General Ospina (Carlos Alberto Ospina Ovalle).

Qué honor haber trabajado con todos ellos.

Muchas gracias, apreciado General Freddy Padilla de León (Comandante de las Fuerzas Militares). Muchas gracias, le agradecemos de corazón.

Pero hay un ratico. Un ratico, mi General, a ver. Quedan once noches. Once noches.

Nuestros Jefes de Estado Mayor Conjunto han sido mi General Padilla y el Almirante David René Moreno Moreno. Almirante, muchas gracias. Inmensamente agradecido.

Nuestros Comandantes del Ejército: mi General Ospina, mi General Carreño (que en paz descanse), mi General Reinaldo Castellanos, mi General Mario Montoya Uribe, mi General Óscar González. Mi General, muchas gracias. Un honor haber sido testigos de los esfuerzos por la Patria de todos ustedes. Muchas gracias.

En la Armada, mi Almirante Soto y mi Almirante Barrera. Mi Almirante, muchas gracias. Haga llegar a mi Almirante Soto la expresión de nuestra gratitud enorme, enorme.

Fuerza Aérea: en la Fuerza Aérea empezamos con el General Velasco, vino mi viejo compañero, el General Lesmes; ahora está mi General Ballesteros.

Desde que esté mejorando la puntería todavía más, le perdonamos la ausencia. ¿Está mejorando la puntería? Entonces le perdonamos la ausencia. Muchas gracias a él.

General González, muchas gracias, todos los éxitos, todos los éxitos en esta batalla.

Almirante Cely: el Presidente Santos lo ha designado a usted Comandante General, por todos sus méritos; lo aplaudimos de corazón, le deseamos lo mejor.

¿El General Matamoros no está? Está regresando de China. A mi General Gustavo Matamoros, todas mis felicitaciones, todo el éxito.

En el Ejército, mi General Alejandro Navas Ramos (Comandante del Conjunto de Operaciones Especiales Conjuntas). Mi General, todo el éxito, los colombianos esperamos su éxito, todo su éxito.

Mi General González, todo, todo el éxito, todo el éxito, lo necesitamos los colombianos.

Mi Almirante Echandía, mi Almirante, todos los éxitos, todos los éxitos, mi Almirante.

Mi General Naranjo, mi General, muchas gracias. Nuestra gratitud al General Teodoro Campo, al General Castro Castro; a usted, mi General. Y usted llegó demasiado joven, tiene que gastarse unos añotes más sirviéndole a Colombia desde la Dirección de la Policía.

A todos ustedes, apreciados Comandantes.

Ahora, diría lo siguiente, siguiendo un ejemplo del Profesor Sander: si a mí me piden hoy que los califique, a los que salen y a los que entran, les diría: cinco admirado.

Y si me preguntan: ¿y qué va a pasar con los que entran? Empiezan con cinco admirado. Y sé que sus acciones llevarán al Presidente Santos a mantenerles la calificación de cinco con admiración.

Altos comandantes, oficiales, suboficiales, soldados, integrantes de la Policía, de la Fuerza Aérea, de la Armada, ciudadanos que le prestan este servicio civil a las Fuerzas: muchas, muchas gracias.

Carta a San Pedro

Monseñor Fabio (Suscún, Obispo Castrense), muchas gracias. Le voy a pedir uno de los últimos favores:

Le voy a mandar con usted una carta a San Pedro. Hágame el favor, llévele esa carta a San Pedro, más o menos se la voy a resumir, para que usted, si él le pregunta, dígale: ‘Vea, no la abrí, pero el hombre me anticipó algo de lo que viene ahí por dentro’.

En esa carta el voy a decir: ‘Apreciado, San pedro, sé que he sido muy pedigüeño, y de pronto sin merecimientos. Pero le voy a hacer el último pedido: por favor, tenga ya mi identificación, para que cuando yo me muera y pida que usted estudie aceptarme en el cielo, no tenga que demorarse buscándome en una base de datos. Tenga desde ya mi identificación, que es muy sencilla: Álvaro Uribe Vélez, con alma de soldado y policía de Colombia y cuerpo vestido de civil’.

Muchas gracias”.


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