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Junio 04     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la ceremonia de ascenso de oficiales de la Armada en Cartagena

Cartagena, 4 jun (SP). “Compatriotas, ya en la hora final de este Gobierno, regreso esta noche en compañía del Ministro de Defensa (Gabriel Silva) y de los Altos Mandos a la Escuela ‘Almirante Padilla’, a asistir a una ceremonia esperanzadora para la Patria.

Alguien con una carrera proba, útil a la Patria, asciende hoy a vicealmirante. Hemos protocolizado su ascenso al vicealmirante Hugo de Jesús García de Vivero, Jefe de Operaciones Logísticas de la Armada. Muchas felicitaciones vicealmirante.

A su señora Ana María, a sus hijitos Felipe Andrés y Vanesa. Bachiller de la Escuela Naval, teniente de corbeta en 1979, jefe del Destructor ARC Boyacá, del buque ARC Tumaco, de la fragata ligera ARC Antioquia, Jefe del Departamento de Logística, Jefe de la División de Parques y Repuestos en el Estado Mayor, Jefe del Departamento de Bienestar de la Base ARC Bolívar, del Comando de la Flotilla de Submarinos.

Jefe de la Administración del Apoyo de la Base Naval ARC Bolívar, Coordinador y posteriormente Subjefe de la Oficina de Planeación del Ministerio de Defensa, Gerente del Club Naval de Oficiales de Castillogrande, Jefe de la División Financiera y Operativa del Fondo Rotatorio de la Armada, Director Regional del Fondo Rotatorio del Atlántico.

Director de la Dirección de Abastecimientos de la Armada, Director de la Dirección de Impuestos y Aduanas de Cartagena, Jefe de Operaciones Logísticas Conjuntas del Comando General, profesional en Administración Marítima de la Escuela Naval de Cartagena, Master en Dirección y Gestión de Empresas de la Universidad Alcalá, de España, y en Seguridad y Defensa de la Escuela Superior de Guerra.

También cursó sus estudios en Manejo Gerencial en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.

El ascenso a vicealmirante del hoy vicealmirante Hugo de Jesús García de Vivero, es una esperanza para la Armada, para la Patria.

Y acudimos a esta graduación tan importante, la promoción de oficiales 11-3A y la 11-4 de navales, quincuagésima novena y sexagésima Infantería de Marina de la Armada.

Gratitud con los nuevos subtenientes y sus familias

Son ustedes, apreciados subtenientes, una razón de esperanza para la Patria. Un viernes a esta hora, cuando generalmente los colombianos salen al fin de semana, ustedes están recibiendo el grado para empuñar las armas de La República, para cuidar sus mares y sus ríos, a todos los ciudadanos de Colombia.

Cuánta gratitud les debemos, apreciados subtenientes, a ustedes, a sus familias. Sus familias que han hecho el sacrificio de exponerlos a la dureza de la vida militar, ese sacrificio lo hacen y finalmente ese sacrificio se convierte en prenda de garantía para las otras familias de Colombia.

Quiero agradecer a todos ustedes, felicitarlos y mencionar para felicitarlos a todos, al subteniente de Infantería de Marina Daniel Hasúa González Vásquez, primer puesto de la promoción. Condecorado con la Medalla Militar ‘Francisco José de Caldas’.

Quiero que les demos un aplauso desde el fondo del corazón a ustedes, graduandos.

Aquí nos acompañan esta noche los familiares, nos acompañan los papás, las mamás, los tutores, los hermanos de este grupo tan importante de graduandos.

Les voy a pedir a los tutores del teniente Daniel Hasúa González Vásquez, Lupe Constanza y Marco Ramón, a su hermana Adriana y a su distinguida familia, que se pongan de pie.

Los aplaudimos con gratitud. Ustedes representan las familias de Colombia que sienten un gran orgullo porque sus hijos asumen esta responsabilidad de exposición al riesgo de todas las horas en favor de la Patria.

Al aplaudirlos a ustedes en nombre de todas las familias de sus conciudadanos, que sentimos más seguridad para nuestros hijos por la responsable tarea de los de ustedes que han empuñado las armas de la República, les expresamos infinita gratitud, y por su conducto a todos los papás, las mamás, a los hermanos y a los familiares de esta gran promoción de graduandos.

Un país más libre

Esta alteración del protocolo es la señal inequívoca de un país más libre, de un país con menos prejuicios; es la prueba inequívoca que se vislumbra el triunfo de la seguridad para que se consolide el triunfo de las libertades.

Al rendir un homenaje a las Fuerzas Armadas de Colombia, esta noche a la Armada, tengo que compartir con ustedes una reflexión.

En otros países del mundo, donde el ataque del terrorismo fue menos severo, para derrotar al terrorismo, para que ganaran las Fuerzas Armadas se sacrificaron las libertades. Allá ganaron las Fuerzas Armadas y perdieron las libertades.

Hace unos meses un analista ingles, quien habló conmigo cuando yo era candidato a la Presidencia, y le dije que nuestro proyecto de seguridad sería democrático, vino a decirme que él no creyó, que era imposible ganar con un proyecto de seguridad dentro de las garantías democráticas, dada la situación de Colombia, pero que hoy lo reconocía. Eso es lo que reconocemos los colombianos.

Rodear a las Fuerzas Armadas hoy y mañana

Por eso queremos y apoyamos a nuestras Fuerzas Armadas y las tenemos que rodear hoy, mañana y después, porque aquí van ganando las Fuerzas Armadas y va triunfando la libertad, como se acredita en la expresión tranquila y descomplicada de las nuevas generaciones de colombianos.

Muchas gracias a la Armada. Han hecho mucho por nosotros.

La política estuvo capturada por la narcoguerrilla, por el narcotráfico, por el narcoparamilitarismo. Hoy es más libre gracias a la tarea heroica de las Fuerzas Armadas.

Muchos alcaldes de Colombia no podían desempeñarse por el terrorismo, hoy todos cumplen sus tareas rodeados de las garantías de la seguridad, sin que importe el origen político de su elección.

Hemos empezado a recuperar la legalidad. Los criminales habían desquiciado el ordenamiento jurídico, asaltando los recursos de la salud, robándolos, robando los recursos de las transferencias, robando los recursos de las regalías.

Gracias a las Fuerzas Armadas hoy el país ha construido el concepto de que la ley hay que respetarla, de que los recursos públicos hay que manejarlos con transparencia.

Los colombianos no reclamaban; hoy reclaman, gracias a la confianza de la seguridad, derivada del heroísmo de las Fuerzas Armadas.

Las víctimas hoy nos piden reparación y lo estamos haciendo. Pero la reparación más importante es el derecho a la no repetición.

Por eso, al entregar hoy la espada de la República, la espada que honraron los padres de la Patria, a esta promoción de graduandos, les estamos entregando el bello deber de garantizar el derecho a las nuevas generaciones de la no repetición. El derecho a la no repetición de la violencia, el derecho a la no repetición del narcotráfico, el derecho de la no repetición de la criminalidad, para que las nuevas generaciones puedan vivir tranquilas y prosperar en el segundo suelo de la Patria.

Cuánto les debemos a las Fuerzas Armadas, que además han tenido el valor de asumir las tareas de asepsia y de depuración cuando ha tocado hacerlo.

Que no vengan con el cuento de maltratar a las Fuerzas Armadas de Colombia, por violación de Derechos Humanos, porque estas fuerzas han tenido el decoro de sancionar en tiempo oportuno, sin vacilación y con toda la determinación y con toda severidad, cualquier violación de Derechos Humanos.

Eso las honra, las enaltece; eso las asciende en el pedestal de admiración de los colombianos por los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas.

Avances para el bienestar

Hemos avanzado algo en su bienestar pero aceptamos lo que falta. Hemos avanzado en la asignación de retiros, para los soldados profesionales, para los infantes de Marina.

En la pensión de invalidez y en la pensión de sobrevivientes, en la reducción de descuentos, en la bonificación de orden público, en el aumento de la prima de actividad, en los esquemas para el subsidio de vivienda; avances en sanidad, nuevos beneficios en vivienda, convenios para descuentos, pero reconocemos lo que falta.

El personal civil de las Fuerzas Armadas, está hoy reclamando hoy con justa razón lo que sería un periodo de transición para pasar del viejo esquema de jubilación al nuevo; sobre todo para aquellos que cuando entró a regir el nuevo, tenían una expectativa próxima de jubilarse bajo la vigencia de las viejas normas. Ojala logremos esa transición antes del siete de agosto.

Cuarenta y seis mil 372 patrulleros de la Policía han venido reclamando sus asensos, que están retrasados por la situación presupuestal.

Los ministros de Defensa y de Hacienda están buscando un esquema para poder tener un cronograma prudente de desatraso en estos ascensos en la Policía Nacional.

Hay muchos aspectos que no hemos podido atender porque la situación presupuestal o las normas jurídicas no lo permiten. Pero los colombianos hemos aprendido a enaltecer las Fuerzas Armadas, a quererlas.

Defensa técnica de integrantes de las Fuerzas Armadas

Yo esta noche, al despedirme de la Armada, en esta última ceremonia que corresponde a estos ocho años de Gobierno, también les quiero decir con afecto a cada uno de los integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia que si bien no hemos podido atender todas sus peticiones, si hemos podido lograr que los colombianos entreguemos nuestro corazón de afecto a los integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia.

Hoy están, más que ayer, rodeados de la gratitud, del respeto y del reconocimiento de las Fuerzas Armadas.

Y nos quedan tareas para estos días, para estos 62 días de Gobierno: impulsar el esquema de la defensa técnica, impulsar ese proyecto en el Congreso de la República. Buscar que salga el protocolo, el acuerdo de la Defensoría del Pueblo para que se contrate el conjunto necesario de abogados que asuman la defensa de los integrantes de las Fuerzas Armadas ante las falsas acusaciones a fin de que no tengan que sacrificar el bienestar de sus familias, su salario, su pensión pagando abogados para defenderse de la acusación temeraria.

Y estamos también impulsando las redes de abogados voluntarios que concurran en fundaciones, prestos a defender a los integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia.

Quiero felicitar a la Armada. Hace ocho años patrullaban 3 mil kilómetros de nuestros ríos navegables, hoy entre 14 y 15 mil. Es un gran avance.

Hoy hay un gran reconocimiento a su tarea en el Caribe, en el Pacífico, en la lucha contra el narcotráfico.

No es extraña la presencia esta noche del Director de Colciencias (Juan Francisco Miranda) entre nosotros. La Armada tiene un gran futuro en la ciencia; en la ciencia para la exploración y protección de los mares, en la ciencia para la explotación de la plataforma submarina, en la ciencia para el cuidado de todas las especies que rodean nuestros mares y nuestros ríos, de la selva contigua, de también los terrenos de la Patria continental que están allí en la cercanía de los mares y en los playones de los ríos.

Con ciencia la Armada va a ayudar a transformar a Colombia para lograr el bienestar de las nuevas generaciones.

Cotecmar es una esperanza, es una ilusión, lo que han venido aquí, fabricando embarcaciones, prestando servicios, adelantando en investigación, muestra que Colombia, que Colombia está recorriendo un sendero muy, muy importante.

Apreciadas familias, el éxito de estos jóvenes subtenientes en la seguridad de los colombianos es un camino de empleo, es un camino de inversión, es un camino para que lleguen los turistas, es un camino para que los colombianos superen la pobreza, superen la inequidad. Ustedes están aportando los hijos, los parientes a la bella y a la más noble de todas las causas, la independencia, el bienestar, la gloria de Colombia, la esperanza de las nuevas generaciones.

La Patria ha tenido escasos años de paz

En este campo de la Escuela Naval recordamos esta noche que la Patria, en 200 años de vida independiente, escasamente ha tenido 47 años de paz. Pero para que las nuevas generaciones no vivan esa tragedia, para que las nuevas generaciones no vivan lo que han vivido las actuales generaciones, para eso hemos entregado las espadas de la República a esta población de graduandos.

Los mayores aquí recordamos que las generaciones vivas desde los años 1940 no hemos tenido un día completo de paz. La violencia entre los partidos superada por los pactos del Frente Nacional a finales de los años 50, vino la violencia guerrillera, después la violencia paramilitar, ambos cooptados por el narcotráfico. Y antes habíamos vivido un largo periodo de violencia.

En el siglo XIX apenas tuvimos siete años de paz que nos dio el Gobierno valeroso del ilustre cartagenero Rafael Núñez. Primero elegido Presidente del Estado de Bolívar como una reacción del gran pueblo del Caribe al desorden y a la violencia. Y eso contagió al país entero.

Y por eso, después de que la Constitución de 1863 fue sucedida por 30 guerras civiles en un lapso de tiempo de apenas 23 años, fue elegida la figura de Rafael Núñez, contagiando el Caribe al resto del país por el afán de orden y de paz del pueblo colombiano. Esa decisión nos trajo siete años de paz.

En aquel momento prosperó la industria en el Caribe, la agricultura y la caficultura en la Colombia andina, pero poco duró. Vinieron nuevas guerras civiles y nuevas violencias.

Lo que queremos es —para que haya empleo, inversión, innovación, educación, infraestructura, prosperidad para los colombianos— que estas armas en las manos pulcras, incontaminadas y firmes de estos jóvenes, que esta espada que ellos heredan del Libertador, garantice que las nuevas generaciones puedan vivir en una Colombia tranquila.

Jóvenes: ustedes hoy continúan la tarea de servir a la Patria hasta el último día de la vida.

Tengan presente un episodio bellísimo en la hora agónica de uno de los padres de la Patria. En aquellos primeros meses de 1840, cuando ya sentía que su vida estaba embarcándose en el navío de la eternidad, el General Santander dijo: ‘el último día hábil de mi vida, es el primero en que dejo de dedicarme a la causa del bienestar, de la Independencia, de la libertad de la Nueva Granada’.

Su vida dedicada a la Independencia, al bienestar, a la seguridad y a la prosperidad de los colombianos, es garantía para la Constitución y es un camino de esperanza para las nuevas generaciones.

Muchas gracias a la Armada de Colombia. Toda nuestra fe en el futuro de la Patria y uno de los fundamentos de esa fe reposa en la valentía, en el heroísmo, en la disciplina, en el espíritu de estudio, en el rigor científico de la Armada de Colombia, que esta noche saludamos con inmenso patriotismo.

Muchas gracias a todos”.

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