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Junio 11     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en el conversatorio de la Universidad Católica de Oriente

Rionegro, Antioquia, 11 jun (SP). “Quiero agradecer inmensamente la oportunidad de estar esta mañana en la Universidad, a la cual rindo todo el tributo y la admiración.

Monseñor (Iván Cadavid Ospina, Rector), muchas gracias por sus palabras y por la ‘Estrella de la Universidad’, que la comparto con mis compañeros. La llevaremos con inmensa gratitud hasta el último día de la vida y es por la generosidad de la Universidad.

Antes de hacer algunos comentarios sobre la materia que nos ocupa, desde la Universidad Católica de Oriente quiero levantar mi voz de rechazo al atentado que se cometió contra la Diócesis de Santa Rosa, donde oficia nuestro Obispo, tan vinculado como estuvo a la Universidad Católica de Oriente; gran fundador de la Universidad Católica del Norte, Monseñor Jairo Jaramillo Monsalve.

Le pido a la Policía y el Ejército que hagamos todos los esfuerzos para capturar a los criminales. Ofrezco en nombre del Gobierno Nacional una recompensa hasta de 100 millones a las personas que con su información nos ayuden a capturar a los criminales que cometieron este rechazable atentado.

Proteger proceso de paz con M-19

Permítanme una reflexión sobre un tema nacional del momento.

En medio del dolor que tenemos en las Fuerzas Armadas de Colombia por la sentencia contra el señor coronel en uso de buen retiro Alfonso Plazas Vega, inspirados nosotros en la necesidad de que todos los colombianos apoyemos la abnegada labor de nuestra Fuerza Pública, me permito hoy, desde la Universidad Católica del Oriente Antioqueño, proponer a mis compatriotas una reflexión:

El proceso de paz con el M-19, fue un paso muy importante para Colombia. Ese proceso lo tenemos que proteger.

Compatriotas, el proceso de paz con el M-19 no se puede poner en riesgo.

La Universidad y la región

Muy apreciado Rector y muy apreciados directivos: quiero felicitarlos por esta tarea universitaria. Pero al oír las muy agudas palabras de nuestro Rector, Monseñor Iván Cadavid Ospina, nada extraño, porque quienes en alguna forma hemos vivido la región, sabemos que la Universidad y la región se han fusionado. Han tenido una relación mutuamente dependiente.

Así como la Universidad se ha reflejado en la región, la región se ha reflejado en la Universidad.

La Universidad ha sido una universidad que ha trascendido sus salones de clase para estar profundamente vinculada a toda la vida de la región del oriente de Antioquia. Eso nos merece a la señora Ministra de Educación (Cecilia María Vélez) y a mi persona el mayor reconocimiento.

Es una universidad regional de verdad. Una universidad comprometida, no solamente con dictarles unas clases a sus estudiantes, no solamente con cumplir unas tareas académicas, sino una universidad vinculada profundamente con todos los temas de la región.

Felicitamos de corazón esta gran tarea de la Universidad en su vinculación a la región.

Confianza en Colombia

A pocos días del 7 de Agosto, cuando habremos de regresar al más bello oficio de todos, al oficio de simple ciudadano de Colombia, quiero hacer en la Universidad hacer algunas reflexiones sobre elementos que consideramos útiles para el bienestar de la Patria.

Nosotros estos años hemos venido trabajando lo que llamamos el ‘triángulo de la confianza’, la ‘casita de la confianza’.

En el año 2001 preguntaba yo a los universitarios si alguna vez habían pensado irse definitivamente del país. Y me preocupaba mucho, porque mayorías universitarias de jóvenes levantaban la mano diciendo que sí. Parecía roto el sentimiento de Patria.

Parecían afectadas las raíces de vinculación a la Nación, era una juventud con desconfianza, en muchos casos despavorida, que quería irse.

Eso nos llevó, nos invitó, a encontrar una palabra, la palabra ‘confianza’ para dirigir nuestra acción de Gobierno. Es lo que hemos procurado en estos años, sobre tres pilares: la seguridad con valores democráticos, la inversión con responsabilidad social y la política social. Van de la mano.

Cuando yo era joven, en el discurso político no se valoraba la seguridad. En alguna forma se silenciaban formas de seguridad, porque se consideraba que la seguridad era un camino al fachismo, a la dictadura.

Alguna evolución cultural de gran trascendencia que observo a mis compatriotas es que hoy las grandes mayorías de colombianos reclaman la seguridad y la reconocen como un valor democrático, como una fuente de recursos.

Ya no la rechazan o guardan silencio frente a ella por temor a que se convirtiera en un camino al fachismo. Hoy reclaman la seguridad, la reconocen como una fuente de recursos, como un valor democrático.

Importancia de una alta tasa de inversión

Cuando yo era joven el discurso político siempre hablaba de lo social, pero no nos hicimos una pregunta: ¿Cómo vamos a financiar lo social?

Otra evolución cultural bien importante de la Patria es que hoy la mayoría de mis compatriotas empieza a tener una gran identificación mental con el imperativo de que Colombia tenga una alta tasa de inversión, no como un fin en sí mismo, sino como un medio que haga posible lo social.

Hoy los colombianos reconocen que si no hay alta tasa de inversión no hay recursos para financiar, por ejemplo, los 162 Ceres educativos (Centros Regionales de Educación Superior), esas pequeñas universidades regionales que la Ministra ha sacado adelante.

Sin una alta tasa de inversión no hay recursos para financiar al Sena, a Bienestar familiar, a Familias en Acción; para financiar las obras públicas, para financiar el Régimen Subsidiado de Salud, para financiar la política social de Colombia.

Ha sido pues un triángulo de confianza con la seguridad, con la política de inversión y con la política social. Ha habido algunas discusiones en Colombia sobre cómo reducir el desempleo, superar pobreza. Yo pienso que eso requiere un camino de prosperidad.

Desempleo y crisis económica

Entre 2003 y 2007 Colombia redujo velozmente el desempleo, como contrapartida al más acelerado crecimiento de la economía. Y también empezó a haber una reducción veloz de la pobreza.

Hemos sufrido en los años recientes dos crisis: la crisis de la economía internacional y la crisis específica con Venezuela. Eso nos desaceleró la reducción del desempleo.

Inclusive, cuando habíamos llegado al 10.7, hoy lo tenemos en el 12.1. Pero hubo una buena noticia: se estancó ya el crecimiento del desempleo y ya se mostró medio punto de reducción en las 13 áreas metropolitanas.

Habíamos avanzado velozmente en la reducción de la pobreza. El año pasado pensamos que por la crisis se nos iba a aumentar velozmente la pobreza; no se aumentó.

Mientras en América Latina aumentó la pobreza en nueve millones de personas el año pasado, en Colombia disminuyó levemente y mejoró el Coeficiente Gini de distribución del ingreso.

Lo que demuestra el periodo 2003 – 2007 y lo valida el periodo 2008 – 2009 es que cuando el país entra en una senda de prosperidad económica, con políticas sociales, se puede disminuir velozmente el empleo y se puede superar la pobreza.

Yo confío que Colombia, superando esta crisis de la economía, que hemos podido resistir, yo creo que al país no le fue tan mal como habría sido de esperar en esta crisis de la economía. Y buscando todas las alternativas para poder superar los negativos impactos en la economía y en el empleo en Colombia de la crisis con Venezuela, yo creo que el país va a volver a tener un rumbo de acelerado crecimiento, de disminución del desempleo y disminución de la pobreza.

Algunos han dicho que es un tema laboral. El año pasado en el Congreso se proponía eliminar la Reforma Laboral de 2002. Los congresistas que han apoyado al Gobierno acudieron presurosos a la Presidencia a decirme: ‘Presidente, nosotros tenemos que votar eso, porque si no, no vamos a tener votos en las elecciones’.

Pero hubo un diálogo muy serio, muy responsable, y el Congreso, en una decisión que el país debe aplaudir, no desmontó la Reforma Laboral de 2002.

Algunas cosas se han criticado mucho: esa reforma no quitó las horas extras, mantuvo el mismo horario básico de ocho horas. ¿Pero que hizo? Dijo las ocho horas se pueden cumplir trabajando hasta las diez de la noche, o desde las cinco de la mañana. No extender las ocho horas.

Ahora ¿por qué eso? Porque es que el mundo ha cambiado mucho. Las mujeres hace un siglo no trabajaban; hoy la mujer participa en la búsqueda de empleo y emprendimiento igual o más que el hombre. Para ir a mercar, hay que ir a mercar en horas inhábiles de trabajo.

Nosotros hemos tenido unos sectores que se vienen desarrollando velozmente, que tienen que trabajar las 24 horas, los dominicales y los festivos.

En estos años Colombia ha construido 17 mil habitaciones hoteleras, ha remodelado 11 mil habitaciones hoteleras. En estos años Colombia ha aumentado los servicios de salud para poder atender 43 millones de colombianos afiliados, que eran 23 millones.

En estos años Colombia ha avanzado mucho en todo ese sector servicios: salud, restaurantes, hoteles, que requieren trabajar las 24 horas y requieren trabajar sábados y domingos.

El país ha pasado de 500 mil turistas a dos millones y medio. Todavía lejos de México, lejos de República Dominicana. Queda un trecho por hacer muy grande. En todo falta mucho, el país no está en un paraíso.

Cuidar tendencias de mejoramiento

Por eso yo digo que nosotros lo que hemos hecho es apenas poner unas semillitas, que por la vida de uno en el campo yo digo se han puesto unos huevitos y que hay que cuidarlos para que empollen, para que no se esterilicen, para que no se engüeren.

El país no está en un paraíso, apenas son pequeñas, pequeñas tendencias. El país muestra unas tendencias de mejoramiento, que yo creo que hay que cuidar y pulir, mejorarlas, alimentarlas todos los días, orientarlas mejor, no abandonarlas y tampoco estancarlas.

Pero miren, esa Reforma Laboral cosas tan importantes que hizo. Esa reforma le dijo a los empresarios: ustedes me tienen un aprendiz por cada 20 trabajadores y si no me tienen ese aprendiz me pagan el equivalente en plata. Y con eso se ha financiado el Fondo Emprender del Sena.

Esa reforma cambió el contrato de aprendizaje, lo que nos ha permitido pasar de 30 mil aprendices a 200 mil. Pero, desde otro lado del pensamiento político proponían quitar los parafiscales. Y nosotros dijimos tampoco. Cómo le vamos a quitar la platica del Sena, de Bienestar Familiar, de las cajas de compensación.

Yo creo que el tema de la prosperidad y del empleo no es un tema de hacer reformas que les quiten beneficios a los trabajadores o que le propongan más obstáculos al empleo.

Empleo y contrato de aprendizaje

Hace pocos días una oficina consultora internacional que se llama Ernst and Young nos entregó un estudio sobre la competitividad colombiana en materia laboral. Todo esto nos va llevando al gran papel de la universidad y al gran papel de la universidad en las regiones.

Y esa compañía dice: ‘nosotros hemos estudiado comparativamente la legislación laboral colombiana. Encontramos que es normal, hay unos costos altos de afiliar a la seguridad social’. Yo también los veo normales en un país con tanta inequidad en la distribución del ingreso.

Pero también hay que tener en cuenta esto, unos temas que no estudian, que no se han estudiado: este país permite que haya 900 mil trabajadores en agencias temporales.

Este país no ha eliminado las cooperativas de trabajo asociado. Inclusive el Gobierno nuestro les impuso la obligación de cumplirles a los trabajadores con la seguridad social, pero no las eliminó. Y hay 650 mil trabajadores en las cooperativas de trabajo asociado.

En el último año han nacido 33 mil pequeñas empresas, que se han sometido a un reglamento nuestro de la Ley 590 del 2000, que dice que en el primer año los trabajadores de las pequeñas empresas, solo por ellos se cotiza el 25 por ciento de los parafiscales; en el segundo año el 50, en el tercer año el 75 y solamente en el cuarto año el ciento por ciento. 33 mil empresas.

Hemos hecho otras cosas. Por ejemplo, el año pasado con el doctor Darío Montoya, Director del Sena, dictamos un decreto que dice: las empresas, además de la obligación de tener un aprendiz por cada 20 trabajadores, pueden tener el número de aprendices que puedan de ahí para arriba, del mínimo hacia arriba, siempre y cuando no sea para sustituir los trabajadores, sino para agregar nómina.

Eso apenas está empezando a aplicarse en Colombia, y eso tiene, yo creo que un gran futuro. Yo creo que el país, si se propone impulsar eso, puede pensar en tres millones de aprendices. Y eso es inmensamente útil para las empresas e inmensamente útil para los trabajadores.

O sea que yo creo que el país tiene unas posibilidades laborales buenas para todo el mundo, unos instrumentos de flexibilidad para los empleadores y también unas garantías de estabilidad para los trabajadores.

Con empresas antioqueñas y sindicatos antioqueños hemos avanzado en lo que nosotros llamamos los mecanismos fraternos de entendimiento laboral. Que las relaciones laborales en las empresas no se manejen con odio de clases ni con capitalismo salvaje, sino con fraternidad.

Yo creo en eso de la Doctrina Social Católica, yo creo que ahí está el gran equilibrio. Se los digo sin dogmatismo. Pero ahí está el gran equilibrio para que a la empresa de los trabajadores les vaya bien.

El contrato sindical y la prosperidad

Entonces, tomando ese gran ejemplo de Antioquia, el 1° de mayo en Popayán el Gobierno, empresarios y trabajadores asistimos a un acto importante: expedimos un decreto para estimular el contrato sindical. Esto es, que las empresas se puedan apoyar muchísimo en las propias organizaciones sindicales para hacer contratación con esas organizaciones.

Yo tengo fe que eso también ayude mucho a que las empresas sean más generosas, los trabajadores más participativos, que las empresas no piensen solamente en sus utilidades sino en el bienestar de sus trabajadores, como normalmente ocurre en esta tierra. Que los trabajadores piensen en ser más participativos, no solamente en sus reivindicaciones, sino también en la sostenibilidad y en el bienestar de las empresas.

Tengo fe que en los próximos años podamos ver un gran avance del contrato sindical en nuestra Patria. Han quedado los pisos sólidos para que eso opere.

Yo creo muchísimo en ese tema de la seguridad para ayudar a crear empleo y a crear prosperidad.

Hoy me estremecía al oír a Monseñor Iván Cadavid Ospina, nuestro Rector), referirse a esos últimos 10 años del oriente. Me estremecía.

Reflexión sobre nuestros 200 años de historia

Pero mire, apreciado Monseñor, son 200 años de la Patria. Solamente hemos vivido en estos 200 años de la Patria 47 años de paz, 7 en el Gobierno de Núñez, en el siglo XIX, que fueron de prosperidad. Creció la agricultura, la caficultura en la Colombia Andina; prosperó la industria en la Colombia Caribe. Y escasos 40 años de paz en el siglo XX, que empezaron con aquellos acuerdos de 1902, que le pusieron punto final a la Guerra de los Mil Días. Fue una guerra –dicen los historiadores– de mil 128 días, de cien mil muertos, que dejó destrozada la nación.

Se firmaron tres acuerdos, uno en Chinácota, una ciudad que queda al sur de Cúcuta, hacia la cordillera, entre Cúcuta y Pamplona (Norte de Santander); ese acuerdo lo firmó el general Ramón González Valencia. Otro en un barco que estaba en Panamá, lo firmó en nombre del Gobierno, lo firmó el general Alfredo Vásquez Cobo, y en nombre de las fuerzas insurgentes el general Lucas Caballero, quien fue delegado del general Benjamín Herrera.

Y un tercer acuerdo lo firmó un coterráneo nuestro, el general Rafael Uribe Uribe, en el departamento del Magdalena, y su contraparte para firmar ese acuerdo el general Florentino Manjarrés. Y aquel día nuestro paisano dijo: ‘firmamos la paz no porque estemos convencidos de la paz, sino porque ya no hay nada por qué pelearnos, acabamos con la Nación’. Y agregó en bellas palabras: ‘nuestros padres y nosotros mismos pensamos que hacíamos Patria con los fusiles destructores de la violencia. La única manera de hacer Patria es con las herramientas fecundas del trabajo’.

Un conterráneo nuestro que hay que recordar, leerlo, volverlo a estudiar, el profesor Luis López de Mesa, humanista, biólogo, filósofo, un hombre muy importante, Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Eduardo Santos, escribió un libro que se llama ‘Las Frustraciones Nacionales’. Y habla de muchas frustraciones nacionales, todas por la violencia. Y dice: una de las frustraciones de la historia de Colombia es haber perdido a Panamá.

¿Por qué se perdió a Panamá en 1903? Porque este país estaba destruido y los panameños se cansaron. Fue por puro cansancio.

Yo tengo para leer después del 7 de agosto una tesis doctoral que me acaba de llegar, de un estudiante panameño, que le asigna toda la responsabilidad al Gobierno de (Teodoro) Roosevelt, en los Estados Unidos, el Gobierno del ‘Gran Garrote’ y a los intereses norteamericanos de Wall Street. Es lo que me han anticipado de ese librito, que ahí lo tengo para leer, Dios mediante.

Pero, también, yo creo que hay otra causa que es la política del gran descuido de nuestra parte. Cómo descuidamos nosotros a Panamá. Lo descuidamos todo por vivir en esas guerras entre nosotros.

El ejemplo histórico de Antioquia

Y la prueba de que a los que no estaban en guerra les fue bien es que en la última parte del siglo XIX, Antioquia se separó de las guerras y de la violencia. Y entonces aquí prosperó la educación en el Gobierno de Pedro Justo Berrio. Y aquí prosperó el ferrocarril y llegó haber cosas tan importantes, como las que dice (el historiador James) Parsons, que a finales del siglo XIX, mientras el país vivía en guerra y Antioquia en una revolución educativa, se logró que el 80 por ciento de los obreros industriales de Medellín fueran alfabetas, cuando en el país solamente lo eran el 20 por ciento.

Cuando uno estudia esta historia de la Patria encuentra, incluso, una bellísima participación de Rionegro. Aquí una de las primeras constituciones, una de las más bellas declaraciones de independencia.

Alcalde (de Rionegro, Alcides Tobón) ¿eso fue en el 11 (1911) o en el 12 (1912)? En el 12, cuando aquel antecesor de Tomás Carrasquilla, en esa declaración de Rionegro, dijo tan bellamente –que fue un gran avance hacia el sufragio universal–, que deberían votar solamente los hombres independientes y que tuvieran ingresos, para que nadie vendiera el voto. Y agregó algo muy bello, yo vivía muy conmovido con la frase de Benito Juárez, por allá en los años 1860: ‘El derecho propio llega hasta donde comienza el derecho ajeno’.

Pero eso tiene un bellísimo antecedente en Rionegro. En esa misma Constitución hay unas frases hermosísimas y muy sentidas sobre la tolerancia y el respeto al derecho ajeno, en una literatura más profunda y más bella que la literatura que nos han publicado, sobre lo que fue la obra de ese gran mexicano, uno de los héroes de nuestra América, de nuestra Hispanoamérica, Benito Juárez.

La violencia ha hecho mucho daño a esta Patria

Pero ¿qué pasó? Nosotros después del Grito de Independencia quedamos inmersos en una violencia entre nosotros. El General (Francisco de Paula) Santander tenía 18 años el 20 de julio de 1810 y a los pocos días estaba ya enrolado en un ejército. Pero no en el ejército para consolidar la Independencia frente a los españoles; lo enrolaron en un ejército para una guerra civil.

Porque sin haber consolidado la Independencia, empezamos la guerra civil. Salió de Bogotá un ejército en nombre de las corrientes centralistas, que presidía don Antonio Nariño, para enfrentar al otro ejército que salía de Tunja, en nombre de las Provincias Unidas, que reclamaban la federalización del país, descentralistas, y que las presidía don Camilo Torres Tenorio.

(Antonio) Nariño, que fue uno de los promotores de esa guerra civil, después se quejaba y en La Bagatela escribía: ‘En lugar de dedicarnos a consolidar el huevito de la Independencia, nos dedicamos a la violencia entre nosotros mismos’.

¿Y qué pasó? (Francisco José de) Caldas, uno de los sabios discípulos de (José Celestino) Mutis, había pasado por Antioquia y aquí fundó la Escuela de Ingenieros Militares, que es un gran antecedente de la Universidad de Antioquia. Pero Caldas y todos ellos fueron al cadalso.

Grandes colombianos sacrificados en la historia

Hace dos años, cuando conmemorábamos los 200 años de la muerte de Mutis, yo me preguntaba: Pero si Mutis formó tanta gente, por qué eso que podríamos llamar los discípulos de la iluminación, no pudieron producir sobre el país un efecto más benéfico? Porque los mataron, porque la reconquista española a sangre y fuego los asesinó, los llevó al cadalso.

Caldas, en su recorrido por Popayán, por Medellín –creo que estuvo en Manizales–, dejó una obra científica inmensa, pero también llegó al cadalso.

Esta violencia nos ha hecho mucho daño en la historia.

Hace pocos días me dijeron: ‘Presidente, usted que habla tanto del tema ¿sabe que fecha es hoy?’. Yo me mantengo muy desconectado de las fechas, la única que tengo pendiente ahora es que me faltan 55 días de Gobierno para trabajar, trabajar y trabajar; es el único calendario que tengo.

Yo no sé de sábados ni domingos. No lo tome a mal Monseñor, yo rezo. Yo rezo por la mañana y por la noche y rezo como pecador y pido perdón y confieso que soy muy intrigante, le vivo intrigando a Nuestro Señor y a la Virgen María, que me ayuden. Yo le confieso que soy el más intrigante de todos ante Nuestro Señor y la Virgen María.

Pero yo, la verdad es que uno en el Gobierno, si quiere servirle a la Patria uno no puede tener noción de las seis de la tarde, ni puede tener noción del dominical o el festivo. Aquí hay que es que darle y con todo cariño y sin pereza y sin quejumbre.

Yo dije, yo le dije a ese interlocutor aquel día, le dije: ‘Mire, saqué por ahí, saqué esa agenda. Porque la verdad es que yo no tengo atuendos, fui a buscar un reloj y yo creo que no me pongo un reloj desde que estaba chiquito. Y me dijo es que es 4 de junio.

Y le dije: Tiene razón.

Y me dijo: ‘¿Sabe por qué le pregunté eso, Presidente?´

Y le dije: Ya se por qué. Porque el 4 de junio de 1830 siguió la historia de los magnicidios en Colombia. Ese día asesinaron al Mariscal (Antonio José de) Sucre, el discípulo amado del General Bolívar; lo asesinaron en Berruecos.

El año pasado, cuando conmemoramos los 20 años del asesinato de Luis Carlos Galán –quien tantas veces vino a Rionegro, a la Casa de la Convención– yo presenté la tesis de los magnicidios en Colombia. Yo creo que lo de (Francisco de) Miranda fue un magnicidio, una pelea entre él y el Libertado, que lo puso en manos de los españoles y lo llevaron a morir preso en Cádiz (España).

Lo de (Manuel) Piar. Lo fusila nuestro propio Ejército Libertador. A aquellos que llevaron al cadalso –al cadalso no, al fusilamiento– en 1828, después del atentado contra el Libertador, uno de ellos el Almirante (José Prudencio) Padilla, el héroe de la única batalla naval. Mientras la Independencia de Chile y del Perú, tuvieron muchas batallas navales, apreciados niños —el Almirante de las batallas navales de Chile y del Perú era (Thomas) Cochrane, un almirante que había venido de Inglaterra y se hizo muy amigo de O’Higgins y de San Martín y peleó al lado de ellos— en la Independencia nuestra no hubo batallas navales, tal vez una allá en Maracaibo. Y el triunfador de esa batalla, el héroe de esa batalla fue el Almirante Padilla.

Pero se lo trajeron, en 1828 preso de Cartagena, que porque estaba sublevando a Cartagena. Y lo fusilaron injustamente. No había pruebas contra él, era una presunción política, y lo llevaron al fusilamiento después del atentando del 25 de septiembre de 1828 contra el Libertador.

El 25 de septiembre de 1828 en Bogotá, niños, díganle a sus profesores que algún los lleven allá; casi matan al Libertador. Él se escapó por una ventana, Manuelita Sáenz le ayudó a salir. y venía enfermo y se le agravó la enfermedad, porque en ese frío bogotano Y durmió por allá en la orilla de una quebrada, muy fría y con mucha humedad y eso le aceleró su enfermedad de los pulmones, que lo llevó al sepulcro.

Y el Libertador quería mucho a Sucre. Inicialmente a (José María) Córdoba. Yo no se finalmente por qué se dio ese enfrentamiento con Córdoba, yo creo que ahí hay un tema todavía donde hay misterios, y porque él reveló muchas veces ese afecto por Sucre. Tal vez en una de las últimas ocasiones que lo reveló fue estando en Bucaramanga, en ese año 1828. Se reunía la Convención de Ocaña y el Libertador no pudo llegar hasta Ocaña. Yo creo que no llegó porque se prohibía a quienes estaban ejerciendo la Presidencia, asistir a la Convención y él era el Presidente. Lo que yo no se es si el General Santander asistió o simplemente fueron los delegados santanderistas, porque hubo mucha rivalidad entre ellos.

Y el Libertador tuvo allá en Bucaramanga unos días de reposo y lo acompañaban (Daniel Florencio) O’Leary, sus amigos, uno de ellos Luis Perú de Lacroix, un coronel francés que murió después en los años 1840. Y aprovecharon y conversaron mucho con el Libertador esas noches. Todas las noches hubo una tertulia. Cuentan que el Libertador les habló de todo y también desvirtuó mitos, porque decían que el Libertador se había atravesado el río Orinoco nadando con las manos amarradas.

Y él dijo: ‘No, ese es un cuento. Simplemente yo llegué al río Orinoco y había una patrullera allá a 100 metros y un capitán moreno, fornido del Ejército, me retó, y yo me amarré una mano y logré llegar a la patrullera, ahí nadando con la otra’.

Pero también cuentan, en un libro bellísimo de Luis Perú de Lacroix que se llama ‘El Diario del Libertador en Bucaramanga’, que el Libertador ponía el caballo aquí adelante y él empezaba a mirar hacia el anca, hacia la cola del caballo, se impulsaba, daba un salto, ponía las manos en el anca del caballo y caía, no en el lomo ni en la nuca del caballo, sino adelante del caballo. Era muy fornido, ágil el Libertador.

Y una noche le preguntaron –yo esto se lo repito siempre a los generales de la República- le preguntaron: ‘Libertador, usted cómo clasifica a los generales’, y yo creo que esto hay que aplicarlo también en la gerencia, en las universidades, en todas partes, y el dijo: ‘Los mejores generales son los que son buenos en el campo de batalla y buenos en la oficina’. Hay que ser bueno en la realidad; el campo de batalla es la realidad, la oficina es la teoría.

‘¿Y los segundos?’ Dijo: ‘Los que son buenos en el campo de batalla así sean malos en la oficina’. Prefería la realidad sobre la simple teoría.

‘¿Y los terceros, los pésimos? Dijo: ‘Los que son buenos en la oficina y malos en el campo de batalla’.

Y le preguntaron: ‘¿Quién es el mejor?’ Y dijo: ‘Sucre’.

Esa vez volvió a confesar cómo era su discípulo amado, Sucre, e hizo una referencia muy descomedida frente al General Santander. Ya había salido el Libertador en 1830 de Bogotá, cuando murió Sucre. A Sucre lo asesinan en Berruecos, y el Libertador recibe esa noticia.

En dos fuentes distintas de la historia yo he tenido dos informaciones distintas, En un libro dicen que el Libertador estaba entre Honda y nuestro Puerto Nare, cuando le llegó la nota de que había muerto Sucre. Y en otro libro dicen que ya estaba en Cartagena, en su viaje póstumo.

Lo cierto es que él somatizó esa noticia, le dio muy duro, le agravó la enfermedad que lo condujo al sepulcro y después de ese asesinato de Sucre mataron a (Julio) Arboleda, Presidente electo de Colombia, no lo dejaron posesionar; lo asesinaron también en Berruecos. Y después en 1914, al General Rafael Uribe Uribe y después a Gaitán en 1948 y a Luis Carlos Galán y a Álvaro Gómez Hurtado. Un país muy violento.

Hemos perdido muchas oportunidades por la violencia.

Rionegro

Rionegro se ufana y con razón de que aquí se celebró la Convención más importante. Sí, fue Uribe Uribe, ya lo dije 7, 9 de octubre de 1914. Un hombre muy juicioso, en la agonía le ofrecieron cognac y dijo: ‘No, agua pura’.

Para los bebedores de aguardiente, Ministro (de Transporte, Andrés Uriel Gallego).

Y esta Convención de Rionegro, a ella se llegó por las guerras, siempre habíamos vivido en violencia.

Y aquí llegaron personalidades tan importantes como (Tomás Cipriano de) Mosquera, José Hilario López, Manuel Murillo Toro, don Aquileo Parra, el General Santos Acosta. Esa pléyade de convencionistas de Rionegro. Era una revolución que había derrotado violentamente al Gobierno de don Mariano Ospina Rodríguez, que a su vez había derrotado violentamente a los gobiernos de Obando, de José Hilario López, del General (José María) Melo. Una corta dictadura de Melo, no?

Y de aquí salieron todos con mucho entusiasmo. Colombia se organizaba como país federal.

Yo pregunto ¿Y eso porque no prosperó después que tuvo esos lideres tan importantes? Santos Acosta, se le considera uno de los promotores de la Universidad Nacional; Murillo Toro, uno de lo pioneros de la revolución de las comunicaciones; Aquileo Parra, un gran defensor de las libertades.

Puede haber muchas explicaciones de porque no operó bien esa gran Constitución. Yo creo que por la violencia. Porque entre esa Constitución en 1863 y la Constitución del 86 hubo 30 guerras civiles. En 23 años más de 30 guerras civiles, más de guerra por año. ¿Qué iba a operar? Nada.

Después vino Núñez, un pequeño periodo de paz al cual ya nos referimos y las guerras civiles. Y yo vi por allá a mi buen amigo, al doctor Jairo Tobón, doctor Tobón Arbelaez ¿Dónde está? Por allá está.

Los mayores aquí podemos decir que las generaciones… Jairo, ¿tú eres modelo qué? ¿Qué modelo? 27. Pero estas muy conservado, impresionante. Vas a vivir dos siglos. Yo soy modelo 52.

Y las generaciones vivas desde los años 1940 no han conocido un día de paz, que es lo que no queremos que les ocurra a estos niños.

La violencia entre los partidos termina con los pactos del Frente Nacional y ahí mismo aparecen las guerrillas marxistas. Y se genera la reacción del paramilitarismo y todos cooptados por el narcotráfico. No se ha vivido un día de paz.

Yo creo que eso le ha privado ha Colombia de tener mucho bienestar.

El gran capital social de los colombianos

Hace pocos días un medico norteamericano llegó a Cartagena al Foro Económico Mundial, primera vez, interesado en trabajar en la salud en Colombia, en hacer alianzas, del Hospital Johns Hopkins, de los Estados Unidos. Y me dijo: ‘Vea Presidente, en las conversaciones previas con usted, usted me había contado la violencia de Colombia pero lo que está mejorando Colombia. Yo estoy muy contento de venir. Pero estoy muy contento porque veo en los colombianos alegría; es una expresión alegre, desprevenida, calida.

Con tanto sufrimiento, yo pensaba –me dijo el médico– que los colombianos tenían una faz arrugada, un ceño fruncido, una expresión de rabia, y veo todo lo contrario’.

Eso es algo muy bonito que ha tenido muy bonito el pueblo colombiano, un gran capital social en medio de tantas dificultades. Y uno se pregunta: ¿Y porque este pueblo con tantas virtudes y no ha habido prosperidad suficiente? Yo creo que la violencia nos ha hecho mucho daño, que la violencia nos ha arrebatado las posibilidades de prosperidad.

Cuando nos declaramos nación independiente teníamos el mismo ingreso por habitante a los norteamericanos. Y hoy el ingreso colombiano es de 4 mil dólares y el norteamericano de 45 mil.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial nosotros estábamos mejores que muchos países asiáticos y hoy nos llevan una ventaja enorme. Creo que la violencia ha hecho mucho daño, uno por eso quiere que estos niños puedan vivir en un país en paz que les permita prosperidad. Y sin duda hay que promover la inversión y el sentido común antioqueño sí que lo entiende.

Grandes inversiones en Oriente antioqueño

Nosotros, Monseñor, teníamos una inversión de 12 pesos por cada 100 pesos del producto; ahora es superior a 25. Yo no sé si Alcides (Tobón), recuérdalos alcaldes, una fábrica que yo vine a poner la piedra hace poquitos días a Guarne. Avon.

Sí, yo me reuní con la Presidenta de esa compañía por allá en Davos, en Suiza. A mí me choca mucho salir del país y eso es muy costoso para el país, mandar al Presidente al extranjero.

Entonces, uno tiene que bregar a que eso le retribuya la país. Entonces, empresario que se encuentra conmigo se lo traga la tierra, porque invierte o invierte en Colombia. Y yo me encontré con esa señora y al año la volví a ver y la comprometi a que tenía que invertir en Colombia. Y me escribió una cartica y me dijo: ‘Ahí le voy a cumplir, ahí empieza esta inversión en Guarne, bien importante’.

Y hace poco, los de Procter and Gamble estaban buscando que otro sitio y tal cosa. Hombre, a mí me dio mucha pena ese día, hubo un problema aquí por una lluvia, no pude llegar hasta el sitio. Otra inversión de 20 millones de dólares.

Yo veo una inversión muy importante en todo ese corredor industrial del Oriente. Eso, con fraternidad, es lo único que nos saca de pobres, es lo único que construye equidad, una gran inversión. Confianza de inversión. El país la tiene que tener y las universidades son claves en eso.

Una cosa por la cual pregunta los inversionistas es: ¿Y como va la universidad allá? ¿Como va la formación de ciudadanos?

El acceso a mercados. Yo celebro mucho que cuando había tanta oposición aquí a los tratados de comercio, hoy se les apoya. Nosotros, entre el año 1989 y el 2003 hicimos una apertura pero de nuestro mercado. Nosotros abrimos nuestro mercado y se llenó de bienes extranjeros pero no abrimos mercados para nuestros productos. Lo que ha hecho este Gobierno en todos estos años es abrir mercados, abrir mercados. Y a eso hay que porfiarle.

Yo tengo fe que 47 millones de colombianos con todos esos mercados, en la medida que se consoliden, porque eso toma tiempo. Apenas nos están ratificando el de Canadá, el de Estados Unidos todavía no lo han ratificado. Apenas a acabamos de firmar el de Europa y pueden estar tranquilos los lecheros.

Yo no vuelvo, mientras no me preguntan del tema para no fatigar pero vine a explicar el tema hace dos semanas. El señor Gobernador (de Antioquia, Luis Alfredo Ramos) me acompañó, en Santa Rosa y en Entrerríos, donde asistimos a una gran inversión. Una inversión de 50 millones de dólares de Alpina, instalando en Entrerríos la fabrica de yogurt más moderna del continente.

Yo creo entonces, vamos viendo jóvenes, para la prosperidad, el empleo, la equidad, la seguridad, promover la inversión con fraternidad, con principios cristianos, a acceder a mercados.

Los chilenos duermen asustados por los temblores de tierra, pero no porque se les pierda un mercado porque ellos tienen muchos. Nosotros hemos tenido muy poquitos mercados. Entonces a nosotros nos tosen por ahí desde el vecindario –para no decir otra cosa– y ya nos empanicamos; que no nos van a comprar nada. Si uno está lleno de mercados puedo dormir tranquilo. Ya una tos no lo perturba tanto. ¿Nos entendemos, cierto? Coterráneos.

Hay que tener muchos mercados para no afectar el sueño, para no perturbar el sueño por un ronquido. Esa es una de las razones. Abrir mercados, quedan unas negociaciones pendientes, unas ratificaciones pendientes. Yo creo que el próximo Presidente va a tener éxito en que ratifiquen ese acuerdo en los Estados Unidos.

Pero nosotros hemos hecho acuerdos con todo el mundo. Con China, hay un acuerdo que se hizo con Cuba. Hemos hecho acuerdos con India, ahora estamos con Correa, con Japón. Los japoneses se habían ido por miedo a que los secuestrarán. Hemos hecho acuerdos con Chile, con Mercosur.

El de Mercosur ha servido mucho par que los brasileros vengan a invertir aquí, que lo necesitamos.

Innovación y educación

Pero aquí viene otro tema, la importancia de la universidad. Si el país va avanzando en seguridad –no corren ríos de leche miel, vamos mejorando poco a poco–, si el país va avanzando en confianza de inversión, si el país va accediendo a mercados, viene una pregunta: ¿y que vamos a vender?

Nosotros no salimos adelante vendiendo café verde o confección básica, ¿Vamos a competir nosotros con los pueblos pobres de Australia en confección básica? Perdemos la competencia. Hay que agregarle valor a lo que producimos. Si uno tiene que vender confección tiene que tener confección de última moda, con un gran diseño. Si uno quiere vender más café, tiene que ofrecer café orgánico, una agregación de valor.

Los floricultores son un ejemplo, todas esas variedades de flores que han desarrollado.

Hay que ser muy creativos y hay que tener nuevos sectores. Yo no creo por ejemplo, que esa tierra nuestra, salvo Urabá, pueda ser competitiva con industria pesada. La industria pesada, en todo el mundo se está instalando en el mar, pero entonces hay que buscar servicios. Por eso uno celebra esa construcción que esta haciendo ahí el Hospital de San Vicente, 270 mil millones, o la zona franca de salud en Sabaneta (Antioquia). Esos son los temas. O que vengan las empresas de call center.

Apreciados alcaldes: el Alcalde de Manizales (Juan Manuel Llano Uribe), aprovechando los incentivos de inversión de este Gobierno, se ha traído una gran cantidad de empresas de call center a Manizales. Manizales era una ciudad que tenía un desempleo del 24 por ciento lo llevan en el 14, y a finales de este año lo van a tener en el 9, porque les vana a entrar otros 8 mil puestos de trabajo en los call center .

¿Cuantos puestos le puso? Busque, busque eso Alcalde querido, que si no quieren venir a eso, y yo veo mucha posibilidad en eso. Veo mucha posibilidad en los servicios de salud, posicionar esta tierra como un centro internacional para la salud.

La Medicina nuestra es muy bien acreditada. No es tan costosa y la localización geográfica de Colombia. Es que desde este aeropuerto a la isla más lejana del Caribe, yo creo que se demora uno tres horas, a la más lejana del Caribe. Póngale cuatro a esas que hay allá. ¿Cuánto se demora un avión de aquí a Nassau, en las Bahamas? Se debería lo mismo que a Miami, tres horas. Nosotros tenemos grandes posibilidades en eso.

Grandes posibilidades en la producción de medicamentos a partir de productos naturales. Grandes posibilidades en alimentos orgánicos, en medicinas a partir de productos naturales. Yo veo todo este Oriente de aquí al Magdalena con esa riqueza en agua, en biodiversidad, difícil por la topografía.

Muchas partes son como la palma de la mano, muchachos, pero mirada así. Pero toda esa agregación de valor puede ayudar muchísimo. Uno cree, por ejemplo, la caña de azúcar, no solamente producir panela sino todos los biocombustibles. Además, todo ese desarrollo de la higuerilla, la utilización de los guarapos para la alimentación animal, todo eso.

El desarrollo de nuevos productos, la agregación de valor. Y eso no lo hace sino un país educado. Una universidad comprometida con su región, una universidad que sea el jalonador de la investigación. Que esté diciendo ’de aquí a Puerto Triunfo qué es lo que podemos producir. Y qué podemos producir en San Luis y qué podemos producir en Sonsón. Y como Sonsón tiene de todo, desde el páramo donde nace esos ríos tan bellos, hasta el Magdalena.

Entonces una universidad jalonando todo ese proceso, solamente una revolución educativa logra ese proceso de encontrar qué se va a vender, qué se va a ofrecer.

Y esa revolución educativa necesita actores, necesita gente. En una región como ésta, una universidad regional como ésta es el gran agente de una revolución educativa que le derrame un gran beneficio a la sociedad, mostrándole a la sociedad qué es lo que se debe producir.

Yo creo mucho en la integración aquí entre el Sena, las universidades, incluso los bachilleres.

La Ministra (de Educación, Cecilia María Vélez White) ha dirigido en estos años una revolución educativa formidable.

Yo diría que tiene no muchos antecedentes. Los generales Bolívar y Santander hicieron unas revoluciones educativas. La gran diferencia es que Bolívar creía más en una educación dirigida por la Iglesia y Santander no; en una educación dirigida por el Estado.

Yo diría que el General Santos Acosta en esos bienios que siguieron a la Constitución del 63 avanzó mucho en educación. Pero ese avance también se murió por las guerras.

Antioquia avanzó mucho en educación en la época de Pedro Justo Berrio, no hay duda.

El país tuvo otro hito educativo cuando en la época del Presidente (Alfonso) López Pumarejo, se crea la Universidad Nacional y el país se bulle con aquella idea tan bella de que la universidad tenía que ser masiva. Inclusive la universidad le abre las puertas a la mujer. Eso fue ayer. Hasta ese momento yo no sé por qué existía esa discriminación.

Y se ha dado un paso bien importante hasta el punto de que las mujeres sean hoy la mayoría en los estudiantes universitarios de Colombia.

Yo creo que lo que ha hecho la Ministra es bien importante, una revolución educativa para poder que la economía prospere, donde hay que estar investigando permanentemente.

Y tenemos un gran atraso de infraestructura. Yo tengo fe que lo empecemos a superar. Tengo mucha fe, Gobernador y Ministro, con eso a lo que el Ministro le trabajo todos estos años, que es Autopistas de la Montaña.

Un contrato bien concebido, la Nación aporta un billón (de pesos) más unos peajes; el departamento aporta 600 mil millones, primera vez, un ejemplo para Colombia. El municipio de Medellín aporta 400 mil millones, primera vez, un ejemplo para Colombia.

¿A quién se le entrega esa platica? A ISA (Interconexión Eléctrica S.A.) una gran empresa que suscita toda la confianza. Para manejar qué contrato, un contrato de confianza, de libro abierto, con la garantía de que ISA no pierda.

Ministro ¿quiere hacer un resumen de esos tramos?


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