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Junio 11     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la clausura de ‘Agrofuturo 2010’

Medellín, 11 jun (SP). “Me veo obligado a cambiar el discurso, porque esta tarde no puedo hablar de unos huevitos, sino de tres gallos jóvenes.

Yo les he dicho a mis compatriotas que el país no está en un paraíso, que no corren ríos de leche y miel, pero que hay unas pequeñas tendencias positivas, unos embrioncitos, lo que he llamado unos huevitos que hay que cuidar.

Y eso tiene alguna relación con la historia. Porque (Antonio) Nariño, en ‘La Bagatela’, se quejó mucho de que después de aquel 20 de julio de 1810, en lugar de dedicarnos a consolidar la independencia cuando habíamos puesto el primer huevito, lo que hicimos fue empezar la violencia entre nosotros, y abrimos las posibilidades de la reconquista a sangre y fuego y perdimos lo avanzado. Murieron en el cadalso todos aquellos que pudieron constituirse en esa gran primera generación de la iluminación: los discípulos de (José Celestino) Mutis.

Estos años, con la ayuda de la Fuerza Pública, con el entusiasmo de mis compatriotas, con un gran esfuerzo de todos los colaboradores de Gobierno, hemos avanzado un poquito, hemos dejado esos embriones: el de la Seguridad Democrática, el de la confianza de inversión que se expresa en eventos como este, y el de la política social.

Pero así como digo que esas tendencias apenas están para germinar, apenas están en invernaderos, en los tres huevitos, encuentro aquí tres gallos jóvenes de la mayor importancia para el país. Les rindo un homenaje, apreciados muchachos, porque ustedes son un ejemplo: en vez de estar pensando un viernes a las 7 de la noche a qué horas se van para la discoteca, están pensando cómo le siembran 300 mil hectáreas a la agricultura colombiana.

Se constituyen ustedes en un magnífico punto de referencia, de trabajo, de imaginación, de constancia para las nuevas generaciones de colombianos.

Cuando uno ve estos esfuerzos de ustedes, se llena de tranquilidad en el futuro del país. Ustedes están labrando una Patria amable, llena de oportunidades para todos aquellos que habrán de venir.

Muchas gracias y los felicitamos de corazón.

Están muy jóvenes y tienen mucho por hacer. No desfallezcan. La vida es una lucha de todas las horas. Y finalmente, lo único que da tranquilidad es mirar para atrás y saber que no se ha perdido una sola hora. Que se hayan perdido horas de sueño, pero no horas de trabajo; que se hayan perdido los domingos y los lunes festivos, pero que nos se haya perdido una sola hora de trabajo.

Ustedes dan ejemplo, muchachos. Y me gusta ver una nueva generación que elimina de su calendario el festivo, elimina de su calendario el viernes cultural, elimina de su calendario el domingo; que lo único que tiene en el calendario es trabajar inagotablemente todos los días por el bien de la Patria.

Seguridad

Hemos pensado que este triángulo de la confianza que hemos procurado construir estos años, la seguridad con valores democráticos, con libertades -señora Ministra de la hermana Chile (Marigen Hornkohl, ex ministra de Educación y Agricultura de Chile), nosotros hemos puesto mucho cuidado en que este proyecto de seguridad sea un proyecto con libertades democráticas; que no suspenda garantías; que permita que bajo el cielo de Colombia florezca el pluralismo; que sea seguridad para todos los colombianos, independientemente de su manera de pensar; que lo único que se exija sea que todos cumplan con la Constitución, que todos la cumplamos-, la inversión con fraternidad, la política social. Eso es lo que yo he llamado el ‘triángulo de la confianza’.

Cuando yo estaba de la edad de ustedes, apreciados jóvenes, a mi generación no se le autorizaba en el discurso político hablar de seguridad, porque la seguridad se asimilaba a un camino hacia el fascismo, hacia la dictadura. Un gran cambio cultural que se da en la Patria hoy es que las grandes mayorías de colombianos reclaman y reconocen la seguridad como un valor democrático, una fuente de recursos. Hemos puesto un huevito, pero hay mucho que trabajar.

Mientras estaba aquí escuchándolo a usted, apreciado Ricardo (Ricardo Jaramillo Gaviria, Director de ‘Agrofuturo’), llegaba la queja de unos integrantes de las bandas criminales hoy haciendo presencia en un municipio del departamento de Córdoba.

El huevito está, pero tiene muchos enemigos: unas guerrillas terroristas y narcotraficantes que todavía encuentran refugios en el extranjero; unos grupos del narcotráfico no solamente dedicados a exportar droga, sino a alimentar el mercado doméstico, y a través de ese microtráfico induciendo al crimen.

Un país que reclama más. Mis compatriotas hace algunos años, no reclamaban por un hurto callejero, ni por el robo de un vehículo ni por el robo de una moto. ¿Qué lo iban a hacer?, en país asolado, anonadado, vencido por los carros bomba, por los secuestros colectivos.

Hoy mis compatriotas reclaman por cualquier delito, por el robo de un celular, y esta bien. Eso es más exigente para el Gobierno, pero está bien. Demuestra que los colombianos de verdad están asimilando lo que tiene que ser un país seguro que todavía no hemos conocido.

Porque los mayores aquí presentes podemos decir que las generaciones vivas desde los años 1940 no conocen un solo día de paz. La violencia entre los partidos; el fin con los pactos del Frente Nacional, que coincide con el inicio de la violencia de la guerra de las guerrillas; el narcotráfico, el paramilitarismo, la triste realidad que han vivido las generaciones.

Pero confiamos en que un país que está reclamando más seguridad es un país que va a encontrar un camino de seguridad para la prosperidad. Una gran tarea por hacer. Y el gran vigilante es el pueblo, que todos los días le exija más a nosotros, quienes hemos tenido la oportunidad de llegar al Gobierno.

Inversión

Además de la seguridad, está la inversión.

Cuando yo estaba de la edad de ustedes, el discurso político siempre hablaba de lo social, pero no se decía de dónde iban a salir los recursos.

Hay otra gran evolución cultural en la Patria: hoy, amplios sectores de Colombia reclaman la inversión como la causa fundamental de la cual broten los recursos para la política social. Y por supuesto, en ese triángulo se entiende la política social como el gran validador de la política de seguridad y de la política de inversión.

La inversión nos ha ayudado mucho. La crisis de la economía para nosotros ha sido doble: la crisis de la economía internacional y la crisis por el cierre del mercado de Venezuela. Nos habría ido peor si no hubiéramos tenido la alta tasa de inversión que el país ha logrado en los últimos años y que se refleja en este éxito que van teniendo ustedes.

La tasa de inversión nos ha ayudado a que, por ejemplo, en estos últimos dos años, a pesar de una gran caída de los ingresos al Gobierno Nacional en diez billones, no le hayamos disminuido las transferencias a las regiones.

La inversión nos ha ayudado a adelantar una política anticíclica más eficaz. Mientras la economía en América Latina cayó el 1,7, aquí creció modestamente el año pasado, y este año muestra una vigorosa recuperación que excede todos los pronósticos.

Nosotros no pensamos que, dados los problemas estructurales que todavía tiene nuestra economía, se pudiera recuperar con la velocidad que lo va haciendo.

En América Latina hubo un aumento de 9 millones de pobres el año pasado. Colombia que alcanzó, y que tiene todavía tan altos niveles de pobreza, el año pasado redujo levemente la pobreza.

En otras crisis la pobreza se nos habría aumentado 10 – 15 puntos. El año pasado se redujo levemente, y el Coeficiente Gini de distribución del ingreso mejoró levemente.

Yo confío que un proceso continuo de búsqueda de prosperidad colectiva, con rectitud -y ustedes son un ejemplo de trabajo para la prosperidad, con el valor de la rectitud- yo confío que eso vaya disminuyendo sustancialmente los niveles de desempleo, dando calidad y formalización al empleo, y vaya superando la pobreza y la inequidad.

Pienso que el país no puede abandonar ese camino de construcción de confianza de inversión. Apenas se ha abierto.

Sembrar un millón de hectáreas, el 25 por ciento del área que había, en ocho años, en una Patria con tantas dificultades, no es fácil. Eso demuestra que hay dos cosas: primero, un elemento humano sobresaliente, que son mis compatriotas, y lo segundo es que hay confianza en el país.

Sobre lo primero: hace pocos días me reunía yo con un médico norteamericano del Hospital John Hopkins. Vino a Cartagena al Foro Económico Mundial. Primera visita a Colombia. Y me decía: ‘Mire, Presidente, con las noticias y la historia de violencia en Colombia, yo creí que iba a encontrar aquí un pueblo con una faz de odio, con una expresión de ceño fruncido, de rabia; con una mueca de amargura. Y encuentro una ciudadanía amable, cálida, desprevenida, con una gran expresión de alegría’.

Le dije: ‘Esos son mis compatriotas. Han soportado tantas dificultades, pero no se les ha arrugado el alma. Y por eso la muestran desprevenidamente en esa expresión espontánea de su mirada, de sus ojos’.

El elemento humano colombiano es de lujo. No de otra manera habríamos soportado tantas dificultades.

Podemos hacer todo el reconocimiento a Agro Ingreso Seguro, a la política de seguridad, de confianza de inversión, pero aumentar un millón de hectáreas, un 25 por ciento, en ocho años, con todos los obstáculos que habido en la Patria, yo creo que demuestra algo que yo quiero reconocer esta tarde en Medellín: la superioridad del elemento humano de Colombia, y que ustedes tres jóvenes representan muy bien esas superiores condiciones de nuestros compatriotas.

Y hemos buscado acceso a mercados. Seguridad, confianza de inversión, pero la inversión se pregunta: ¿y mercados?

Chile es un ejemplo. Yo he dicho, apreciada Ministra, con gran admiración por el pueblo de Chile: ustedes en Chile visionariamente han accedido a mercados que suman casi cinco mil millones de consumidores.

Digo, yo: ‘Hombre, en Chile, con ese terremoto de este año. A mí me tocó allá una réplica, en la posesión del Presidente (Sebastián) Piñera. ¡Qué susto! Dije yo: ‘Pero vea cómo se va volviendo uno cobarde de viejo. No me han asustado allá, esos terremotos de allá’.

Los chilenos, con un mercado de 4 mil 500 millones de consumidores, no les da susto porque se les pierda un mercado. Aquí ahora no estamos durmiendo con temor a temblores de tierra, pero oímos un ronquido de un mercado y se nos perturba el sueño.

Por eso hay que tener muchos mercados. Hay que tener muchos mercados.

Este país tuvo una apertura unilateral, pero no tuvo acceso a mercados. Entre el año 1989 y el año 2003 nosotros abrimos nuestra economía. Permitimos que se llenara nuestro mercado de productos extranjeros, pero no abrimos mercados.

Solamente teníamos la Comunidad Andina, un acuerdo a todas luces finalmente insuficiente con México y preferencias unilaterales que no generan confianza.

Estos años han sido años de búsqueda de mercados: que el acuerdo con Mercosur, que el acuerdo con Chile.

Le agradecí mucho a la Presidente (Michelle) Bachelet, que estuvo en estos días en Bogotá, cómo, señora Ministra, hicimos ese acuerdo en horas. Porque lo inexplicable es que Chile, que había sido socio fundador de la Comunidad Andina cuando la fundaron el Presidente Lleras Restrepo, de Colombia; Leoni (Raúl), de Venezuela; (Fernando) Belaúnde Terry, del Perú -no recuerdo quién era el Presidente de Bolivia en ese momento-, y el Presidente (Eduardo) Frei en Chile, Chile que había sido socio fundador de la Comunidad Andina, se había retirado de la Comunidad Andina. Y nosotros, con tantas afinidades con el gran pueblo chileno, no teníamos el acuerdo que se hizo en este Gobierno, por fortuna.

Acuerdo de comercio, de promoción de inversión, de desmonte de la doble tributación para que no le cobren impuestos allá y acá a la misma inversión, y el acuerdo de garantías recíprocas de inversión.

Hicimos el acuerdo con Perú, para ir más allá de las reglas de la Comunidad Andina.

El acuerdo con Mercosur ha ayudado mucho a que venga tecnología brasilera, a que venga inversión brasilera; el acuerdo con tres países centroamericanos; ahora, la negociación con Panamá. El acuerdo con los Estados Unidos, que sigue congelado en el Congreso norteamericano. Yo creo que en algún momento lo aprueban. En eso hay que seguir con urgencia y con paciencia. Hay que seguir. Si uno no le pone paciencia se estrella, y si no le pone urgencia no lo saca adelante. Entonces hay que tener una combinación entre esos dos difíciles elementos que son la urgencia y la paciencia.

El acuerdo con Canadá, ya aprobado en el Comité más difícil del Parlamento canadiense; acuerdos con China, con India, con Suiza, y el conjunto de países que se llama Efta.

Ahora estamos negociando con Corea y Japón. Los japoneses se habían ido de Colombia por el secuestro, han regresado. Y el acuerdo con la Unión Europea.

Sector lácteo en acuerdo con la Unión Europea

Sobre el acuerdo con la Unión Europea hay una gran preocupación del sector lácteo. Yo quiero hacer algunos comentarios:

Primero, hice todo lo posible. Segundo, llegó un momento en que tenía dos opciones: o hacerlo con unas precauciones y con unos compromisos frente al sector lácteo o no hacerlo y privar a mi Patria de esa posibilidad.

Lo hicimos, y comprendiendo las preocupaciones del sector lácteo, tomamos estas decisiones:

Primero, se firmó un acuerdo con la Unión Europea. Destaco dos puntos: la Unión Europea dice, y aceptó: después del tercer año de aplicación, en cualquier momento posterior, las partes pueden revisar el acuerdo en lo referente al tema lácteo.

Segundo, la Unión Europea se comprometió a aportar 30 millones de euros para apoyar el tema lácteo. Tercero, España se comprometió a hacer otro aporte, que se está definiendo, significativo.

¿En cuánto tiempo va a ocurrir esa desgravación? Yo diría que en no menos de 19 años. Porque el acuerdo trae un periodo de desgravación de 17 años, y yo creo que el acuerdo no entra en vigencia antes de que hayan transcurrido dos años.

Hemos hecho otras cosas internamente. Por ejemplo, evitar que a Colombia la inunden de leches y de lactosueros envejecidos. Por eso se tomaron unas decisiones para que las leches y los lactosueros que entren a Colombia les falte por lo menos un año de vigencia, para que no nos inunden aquí con esos productos viejos, los vendan a menor precio, haya un atentado contra la salud pública y una competencia desleal a los productores colombianos.

Estamos también terminando las consultas para un Conpes, que en alguna forma ese documento de política social debe agregarse a la Ley Agro Ingreso Seguro. Es un agregado a la Ley Agro Ingreso Seguro, pero en esta oportunidad es un capítulo exclusivamente para el sector de leche. Tengo fe en eso.

También quiero recordar a mis compatriotas que este Gobierno no ha sido insolidario con el sector lácteo.

En el primer Consejo Comunitario en Nariño, mis compatriotas de Nariño estaban enfurecidos. Decían: ‘Aquí nos quebraron con la apertura, se acabaron los cultivos, nos pusieron a ordeñar y la leche está a 250 pesos y no hay quién la compre’.

En ese momento el Gobierno que acababa de llegar, me refiero a agosto de 2002, prohibió la importación de leche, la puso en licencia previa. Ese año se habían importado 27 mil toneladas. ¡Qué daño!

Después la Ley Agro Ingreso Seguro algo ha ayudado. Yo veo en un proceso de reequipamiento importante al sector agropecuario, al sector agrícola y al sector pecuario del país.

Y hay resultados, señora Ministra: hace ocho años, Colombia producía 12 millones de litros al día, hoy produce 18 millones de litros. Crecimientos enormes.

El Caquetá producía 360 mil litros al día y hoy está produciendo 900 mil. Era el departamento que la guerrilla había tenido la osadía de controlar.

Pero tenemos también nosotros unos retos internos. La industrialización ha ido muy lenta. De los 18 millones de litros que nosotros producimos, escasamente industrializamos siete, ocho millones.

Yo quiero repetir la invitación a mis compatriotas para trabajar más en la industrialización de la leche. Todas las compañías pasteurizadoras, industrializadotas, pueden crecer hoy en Colombia. Tienen capital doméstico y capital internacional para ayudarlas a crecer. Hay que buscar eso.

Ustedes, muchachos, la gente que sirve, más que agradecerle hay que echarle nuevas cargas.

Yo siempre miro a ver a qué colombiano le pido un favor. Miro los auditorios. Vea muchachos, los estoy enfocando a ustedes, propónganse una cosa: propónganse fomentar una alianzas estratégicas entre las compañías nacionales de leche y el capital internacional para industrializar y comercializar leche. Ahí hay un espacio muy grande: 18 millones de litros que se producen y apenas siete millones que se industrializan. Y ustedes son los gallos para hacer eso, muchachos.

Por ejemplo, me decía una cooperativa: ‘Es que si hacemos eso perdemos la naturaleza cooperativa’. No, la cooperativa simplemente puede ser socia, puede tener una vinculada económica, puede hacer un aporte de capital y asociarse con una empresa nacional o internacional y crecer.

Yo leí un caso chileno muy importante, que la señora Ministra me ratificara: cuando los chilenos entraron al T4 como país Pacífico, se les creó un problema de mucha preocupación del sector lácteo con los neozelandeses. Porque Nueva Zelandia es un país, yo no lo conozco, yo he sido mal turista, pero por lo que he leído y lo que he visto, Nueva Zelandia es un país con una ondulación suave, todo ‘tractorable’ pero sin inundaciones, un país sin estaciones acentuadas aquí entre sequía e inundación, un país con una lluviecita suave todo el año, como un invernadero, parece que eso tuviera una válvula automática, todos los días llueve un poquito, parecido ha algunas áreas del departamento del Quindío.

Y los chilenos dijeron: nos van a arruinar los neozelandeses ¿Qué hicieron? Una alianza estratégica. Y han hecho una alianza estratégica en genética, en manejo de praderas, en industrialización. Y están haciendo una revolución. Yo creo que Colombia puede hacer eso.

Qué bueno que un grupo de jóvenes como el de ustedes en Agrofuturo pudiera orientar el país hacia allá. Porque yo sí creo que es mucho más importante la tarea de los ciudadanos que la de los gobiernos. Los gobiernos pueden ayudar creando un marco de condiciones, pero fundamentalmente las cosas salen adelante cuando haya una ciudadanía. Y eso que ustedes representan y han hecho es una gran esperanza.

Yo tengo fe que -y usted lo decía, Ricardo, con un prematuro talento, una prematura madurez- hay que buscar opciones para poder vadear obstáculos, buscar opciones. Seguridad, confianza de inversión, acceso a mercados, innovación productiva. Ustedes lo están haciendo.

Uno no puede pensar que vamos a ganar el mercado europeo compitiendo con confección básica. No. En esta ciudad que es un gran centro de confección se sabe que la única manera que tenemos para competir en confección es con un gran agregado en moda, en diseño, etcétera.

Uno no puede pensar que va a competir en los mercados del mundo con café verde. Hay que agregar valor. Presentar café orgánico, alimentos orgánicos, etcétera.

Por eso el Gobierno ha venido trabajando en materia de innovación productiva en dos áreas: agregarle valor a la producción tradicional y desarrollar los nuevos sectores.

Yo veo con mucho entusiasmo el sector de los biocombustibles. No producíamos. Hoy somos el segundo en etanol después de Brasil en América Latina, y el primero en biodiesel de palma africana. Y no producíamos.

Tenemos dos condiciones: podemos ser una gran potencia en biocombustibles sin destruir la selva. Este país tiene 600 mil kilómetros de selva, de un total de mil 160 mil kilómetros cuadrados.

Podemos ser una gran potencia en biocombustibles sin afectar la seguridad alimentaria. Solamente los 180 mil kilómetros de sabana de la Orinoquía, le permiten al país un gran crecimiento agrícola para estimular por igual la seguridad alimentaria y la producción de biocombustibles, sin tumbar la selva.

Yo tengo mucha fe en los nuevos sectores.

Ayer recibí a uno de los inversionistas mundiales más importante en cacao. Nos decía la falta de cacao en el mundo. Nosotros vamos a tener que cuidar todo el bosque primario del mundo, todas las cuencas hidrográficas. Aquí va a ver que producir mucha madera comercial, para no tocar el bosque primario ni el bosque protector.

Chile es un ejemplo. Chile mantiene dos y medio o tres millones de hectáreas de reforestación comercial. Nosotros íbamos muy bien hasta el año 1974, pero quitaron los incentivos tributarios y se aceleró la violencia y nos congelamos. Y apenas ahora se viene recuperando el ritmo de siembra de bosque comercial en Colombia.

En fin, la innovación, las posibilidades que tiene el país son infinitas, en piscicultura, etcétera.

A uno le dicen: ¿pero por qué tanto miedo en la leche?, si Colombia puede ser un gran productor de leche orgánica, y ese mercado de China y ese mercado de India crecen enormemente, y Europa, por más subsidios que les da a los productores, no va a hacer capaz de alimentarlo.

Innovación productiva. Y eso solamente se logra con una gran Revolución Educativa. Y el país va despegando en eso. Yo tengo mucha fe.

Yo estaba hoy en la Universidad Católica con la señora Ministra (de Educación, Cecilia María Vélez), Colombia en cien años tuvo 120 ministros de Educación. Ahora ha tenido una Ministra de condiciones de excelencia, que no ha tenido que depender de la politiquería, que ha ayudado muchísimo a que el país vaya despegando en una gran Revolución Educativa, que es lo único que hace un sostenible un proceso de innovación productiva.

Y, por supuesto, infraestructura. Que nos hace mucha falta pero ahí va despegando el país.

Yo creo que eso ayuda mucho a que salgamos adelante. Pero lo fundamental es tener líderes como ustedes, como el ejemplo que nos dan estos tres jóvenes.

Y le agradezco tanto a personas como el doctor Gabriel Harry Hinostroza (Presidente de la Junta Directiva de Augura y Presidente de la Cámara de Comercio de Medellín), como el doctor Alejandro Ceballos, como el doctor Roberto, que los acompañen en su Junta Directiva.

Y a todos ustedes que han concurrido a estos eventos, qué importante esto.

Estos detalles generan mucho crecimiento. Cuando el Gobierno nuestro empezó Colombia exportaba 11 mil 700 millones de dólares. Este año va a exportar 40 mil (millones de dólares), a pesar de la caída del mercado de Venezuela. Y el Ministro Plata (Ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo Plata) empezó a promover las macrorruedas, estaba en Proexport.
Y todos los días se encontraba en esas macrorruedas compradores para los productos colombianos.

Yo veo una analogía entre ese proceso. Uno lo veía tan sencillo y ha tenido un efecto de gran dinamización de las exportaciones. Hago una analogía con lo que ustedes están haciendo.

Estos eventos, su recurrencia, la integración de productores, comercializadores en el país de toda la cadena, y con la comunidad internacional, puede crear unas velocidades de crecimiento que no esperamos, muy superiores a cualquier expectativa.

Ustedes me decían que tienen 300 mil hectáreas consignadas por los propietarios, que no las quieren vender, sino que quieren socios industriales, socios estratégicos para desarrollar proyectos. Eso es muy bueno, porque el país no debe cambiar propietarios en la tierra.

Para hacer las grandes empresas no hay que quitarles la propiedad a los pequeños campesinos. Hay es que integrarlos. O sea que esa idea es magnifica.

Este país venía disminuyendo la concentración en la propiedad agropecuaria. Y los narcoterroristas revirtieron esa tendencia. De ahí la importancia de la Ley de Extinción de Dominio a la propiedad ilegal.

Creo que en estos años ha vuelto a subir mucho el precio de la tierra en Colombia. Pero ya no por el narcotráfico. Lo que me dicen a mí en todas las regiones es que gracias a la severidad con que este Gobierno impulsa la Ley de Extinción de Dominio el narcotráfico se ha abstenido de seguir en ese proceso de apropiación de la tierra.

¿Por qué ha aumentado el precio? Porque los colombianos, gracias a los soldados y policías, se reencontraron la posibilidad de trabajar la tierra.

Entonces, lo que hay es que aprovechar ese afecto de los colombianos por la tierra y crear esas sociedades que ustedes están estimulando.

A todos ustedes, apreciados compatriotas, muchas gracias. Echen para adelante. En el entusiasmo de ustedes la Patria tiene una gran esperanza.

Ustedes, apreciado doctor Ricardo (Jaramillo Gaviria, Director de Agrofuturo), apreciado doctor Juan Sebastian (Correa, Director Ejecutivo de Agrofuturo) y apreciado doctor Camilo (Pérez Villegas, Director de proyectos de Agrofuturo) y su Junta Directiva: para adelante muchachos. La Patria necesita que ese ejemplo de ustedes se replique muchas, muchas veces. Los felicito y muchas gracias”.


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