Bogotá, 22 jun (SP). “Muchas gracias a ustedes, infinitamente agradecidos. Y yo quiero —porque es bien importante escucharlos—, yo quiero decirles esto:

Seguramente en la mañana del 7 de agosto, el señor Vicepresidente (Francisco Santos Calderón), doña María Victoria (García de Santos), mis compañeros allá en la Casa de la Nariño, Lina (Moreno de Uribe), los hijos del señor Vicepresidente, mis hijos, todos les podríamos decir adiós y gracias. Es la despedida de forma.

Pero yo he querido venir a darles una despedida de corazón. Ha sido muy grato trabajar con todos ustedes estos ocho años.

¿Para qué les decimos el 7 de agosto, así a la carrera, saliendo de aquí, adiós, gracias? No. Queremos venir hoy en la compañía del señor Vicepresidente, María Victoria, Lina, mis compañeros de la Casa de Nariño, a decirles muchas, muchas gracias.

Qué experiencia tan bella haber trabajado con ustedes estos años. Cumplidores del deber, ejemplares en los horarios, trabajan por la Patria, con amor a Colombia. En las caras de ustedes lo que se ve es una inmensa alegría siempre, un gran afecto a Colombia, un gran entusiasmo.

Cuando los miro a ustedes, recuerdo ese médico norteamericano (Charles Cummings, del Hospital Johns Hopkins) que vino hace poco al Foro Económico Mundial en Cartagena. Me dijo: ‘Mire Presidente, yo no había venido a Colombia y por la historia de violencia en Colombia, de tantas dificultades, pensé que me iba a encontrar unos colombianos de ceño fruncido, de expresión amarga, de cara arrugada, de ojos inyectados de odio. Y encuentro unos colombianos amables, con la mirada desprevenida, placidos, optimistas contentos’.

Le dije: ‘esos son mis compatriotas. Ahí reposa, ahí se expresa el gran capital social de este país, ahí está la notificación de que este país va a ser una gran potencia en economía, en tejido social, en rectitud.

Y ustedes son eso. Quiero aplaudir su consagración al deber, su lealtad a la Patria, su amabilidad.

La verdad es que en la tarde del 7 de agosto, cuando nos vayamos de aquí y regresemos al oficio, a ese bello oficio de simples ciudadanos de Colombia, en el corazón tenemos que llevar el agradecimiento por cada uno de ustedes, por sus familias que los han apoyado para este trabajo.

Y la verdad es que yo siento que ustedes quedan muy bien retratados en esa canción tan bella. ¿Cómo dice? ‘Me gusta la gente que cuando saluda te mira a los ojos, te mira de frente, te dice a la cara aquello que siente, no tiene dobleces. Esa es la gente que me gusta’.

Ese es un retrato de ustedes. Ustedes que son una gran muestra de nuestros compatriotas. Yo no vengo hoy a hacerles un Consejo Comunitario ni a mortificarlos, sino a darles infinita, infinita gratitud.