Escuche Radio Nacional de ColombiaBoletín de Noticias - SP - Correo Presidencia Video Audio Ir al inicio Noticias Fotografía Mapa de Sitio
2002 - 2003 - 2004 - 2005 - 2006 -
2007 - 2008 - 2009 - 2010

Junio 2010
  Enero
  Febrero
  Marzo
  Abril
  Mayo
  Junio
  Julio
  Agosto
  Septiembre
  Octubre
  Noviembre
  Diciembre
L M M J V S D
  1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12 13
14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24 25 26 27
28 29 30        
 

Secretaría de PrensaNoticias 5629349

     
   
   
 
Junio 23     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en el ‘World Petroleum Council Regional Meeting 2010'

Cartagena, 23 jun (SP). “Muchas gracias por realizar este evento en Colombia, en Cartagena. Les damos una afectuosa bienvenida.

Muchas gracias, señor ex presidente de Chile, doctor Ricardo Lagos, por acompañarnos. Lo admiramos mucho. Deberíamos aprenderle mucho. Usted ha ejercido un gran liderazgo democrático con sentido social, con visión de futuro, con pragmatismo. Usted es un faro y una reserva en esta América Latina. Muchas gracias por su presencia.

Este Gobierno está a pocas semanas de concluir. Ustedes encuentran un país que no está en el paraíso, pero tiene unas buenas fundaciones. Un país en el cual no corren ríos de leche y miel, pero es un país que genera hoy mucha esperanza.

Quiero agradecer inmensamente a todos los que han ayudado a construirla, a ustedes por su confianza. Ustedes no saben cuánto significa la presencia de ustedes en Colombia, su confianza cuánto significa para este país.

Muchas gracias, doctor Randy Gossen (Presidente del World Petroleum Council), este evento es resultado de confianza y es generador de confianza. Este auditorio no hay con qué pagarlo. No habría presupuesto de publicidad equivalente a tener este auditorio aquí para el bien de Colombia. Muchas gracias.

Muchas gracias al Ministro de Minas (Hernán Martínez), a todo su equipo. Un Ministerio tan serio, con mística, honorabilidad, patriotismo, visión de futuro. Muchas gracias por esta gran tarea.

Muchas gracias a Armando Zamora (Director General de la Agencia Nacional de Hidrocarburos), a la Agencia. Una revolución.

Armando, yo le voy hacer una confesión: a mí no me gusta contradecir la creatividad de los seres humanos; delibero después. En algún momento dije yo, cuando se fue a crear la Agencia Nacional de Hidrocarburos, en este proceso de reformas de este Gobierno, me pregunté si sí se necesitaba. Puse dudas y me parecía que ahí no había un problema.

Yo quiero agradecerle inmensamente lo que usted ha hecho, su profesionalismo, su honorabilidad. Una maravilla lo que ha hecho.

El salto en producción petrolera

Yo quiero contarles unas generalidades de lo que ha hecho este Gobierno, apreciados asistentes. Pero es importante ponerlos en este contexto.

Hace ocho años nosotros estábamos recibiendo el Gobierno y en ese empalme nos dijeron que Colombia en 2008 perdería la autosuficiencia.

Este país necesita más o menos 230 mil barriles al día para su consumo doméstico, aproximadamente eso, doctor Javier (Gutiérrez, Presidente de Ecopetrol. Nosotros deberíamos estar hoy por debajo y deberíamos estar importando, pero hoy se producen 785 mil diarios y no estamos lejos del millón 200, de millón y medio. Creo que es un salto importante.

Solamente teníamos explorado el 30 por ciento del territorio; con estas asignaciones queda en exploración el 40 por ciento del territorio.

Entonces, muchos compatriotas decían, bueno, pero si nosotros estamos en la misma Cordillera de los Andes, de esa riqueza minera de Chile y Perú, y por qué aquí hay tan poca minería. La violencia, fundamentalmente; no había permitido hacer exploración.

Y muchos decían, bueno, pero si estamos en las mismas franjas, estamos al sur del lago y estamos en la misma franja del Orinoco ¿por qué hay tan poquito petróleo? Nosotros apenas habíamos explorado el 13 por ciento del territorio, estaba en exploración el 13 por ciento del territorio. Muchas gracias por habernos ayudado a dar este salto.

La conquista de la confianza

Cuando era yo candidato a la Presidencia solía preguntarles a los estudiantes universitarios si ellos en algún momento habían pensado irse definitivamente de Colombia. Y me sorprendía porque la mayoría levantaba la mano. Decía sí. Toda la sensación de que habían cortado raíces, que no había un sentimiento de adhesión a la Patria.

Entonces, escogimos una palabra, la palabra confianza, construir profunda confianza en Colombia e hicimos un diseño muy simple, una casita. Arriba, en el vértice superior del techo la palabra confianza, y tres pilares: seguridad con valores democráticos, bien importante resaltarlo, con valores democráticos; inversión con responsabilidad social y cohesión social.

Y no era fácil, porque este país tenía una gran aversión al discurso de seguridad. Cuando yo era joven y se proponía en Colombia el discurso de seguridad inmediatamente se le desacreditaba señalándolo como un camino a la dictadura.

Hoy las grandes mayorías colombianas, reconocen la seguridad como un valor democrático, como una fuente de recursos. Cuando yo era joven siempre se hablaba de lo social, pero el discurso político no se detenía a preguntarse dónde están las fuentes de ingresos para financiar lo social.

Hoy, por ejemplo, cuando el Foro Económico Mundial, yo me tenía que transportar dos o tres veces al día, caminaba entre este sitio y un hotelito allí cerquita donde teníamos unas oficinas. Y paraba en la calle y me abría la ventana de su carro un taxista y me decía: ‘Presidente, Seguridad Democrática, confianza inversionista y cohesión social’. A mí me gusta mucho más eso que simples banderías partidistas o nombres propios.

Hemos procurado, todos estos años hacer una especie de catequesis. Sí, sí, necesitamos lo social, pero lo social requiere fuentes de dinero, fuentes de financiación.

Y entonces hoy mis compatriotas, al reclamar lo social, también reclaman su fuente, que es la inversión, y un presupuesto fundamental de la inversión, que es la seguridad.

Y, por supuesto, cualquier avance social es necesario y en la señora Alcaldesa (de Cartagena, Judith Pinedo) hemos tenido una gran cooperación, porque la seguridad y la inversión tienen que tener un legitimador, que es lo social.

Entonces nos hemos esmerado en llevar todo eso de la mano. Diría yo falta en seguridad, no hay duda. Pero ha habido ocho procesos electorales en este Gobierno, ocho procesos electorales donde se ha ganado mucho en seguridad. Nos falta, indudablemente. Los progresos son muchos pero hay que reconocer lo que nos falta.

Ustedes lo que sí pueden contar es con esto: en el nuevo Gobierno de Colombia, elegido el pasado domingo; en el nuevo Presidente, el doctor Juan Manuel Santos, en las Fuerzas Armadas, hay una gran determinación en materia de seguridad, total

Yo tengo que darles a ustedes esa razón de confianza en este país y tengo que decirles a ustedes lo siguiente. Lo más importante es que el pueblo colombiano, que antes no reclamaba por la seguridad, hoy todos los días reclama por seguridad.

Entonces he pensado yo que se viene creando una especie de base sólida en la población colombiana de reclamo por seguridad, que es muy importante como fuente de exigencia para que los Gobiernos avancen en el camino de la seguridad.

En resultados falta bastante pero en determinación, en el nuevo Gobierno y en el pueblo colombiano, sobra fortaleza. Ustedes pueden tener esa tranquilidad, yo creo que es bien importante.

Logros intangibles

Algunos logros intangibles. Por ejemplo, este país ha recuperado dos monopolios que nunca debió perder, el monopolio de las Fuerzas Armadas para combatir criminales. Aquí hubo unas agrupaciones criminales que se llamaban paramilitares, que habían nacido como bandas privadas criminales para combatir la guerrilla. Hoy el único que combate a todos los criminales es el Estado. Se ha recuperado ese monopolio.

La Justicia de Colombia es independiente y es autónoma, pero en muchas regiones de Colombia no podía operar por las presiones de los grupos terroristas. Hoy se ha recuperado la posibilidad de que la justicia opere en toda Colombia.

Los colombianos temían denunciar; hoy no, hoy tienen toda la confianza. Hoy cualquier crimen, cualquier violación de derechos humanos este país la denuncia; se ha ganado toda la confianza para denunciar. Además, las Fuerzas Armadas han ayudado a sancionar cualquier violación de derechos humanos. A las Fuerzas Armadas de Colombia hay que reconocerles muchas virtudes. Yo señalo hoy dos: su heroísmo y su responsabilidad para sancionar cualquier violación de derechos humanos.

Se ha ganado mucho también en el tema de las víctimas. Las víctimas antes no reclamaban.

El Caribe colombiano, ‘alegría y orden’

En un país que en 200 años, Presidente Lagos, mire, llevo un año repitiéndoles a mis compatriotas una afirmación. Que en 200 años de vida independiente solamente hemos tenido 47 años de paz, siete en el siglo XIX en un periodo que dirigió una enorme personalidad de este país, de aquí de esta ciudad, el Presidente Rafael Núñez.

Este Caribe colombiano es alegría y es orden. El escudo del Caribe colombiano no es el ‘libertad y orden’; es más bello. Si a mí me pusieran a hacer el escudo del Caribe colombiano propondría ‘alegría y orden’. Este Caribe colombiano es una ciudadanía muy expresiva, muy espontánea.

Pero a eso subyace una gran determinación de orden.

La elección de Núñez, primero como Presidente del Estado de Bolívar y después como Presidente de Colombia, fue una rebelión del Caribe colombiano contra el desorden.

A la Alcaldesa, que estudia bien la sicología, la sociología, el temperamento de sus coterráneos, yo le propongo esa reflexión. En el Caribe colombiano hay alegría y orden. Impresionante.

Y en el siglo XX escasamente tuvimos años cuarenta años de paz, porque en 1902 se firmaron los acuerdos que pusieron fu a la última guerra civil. El país estaba destruido. Uno de los firmantes de esos acuerdos dijo: ‘firmamos la paz, no porque estemos convencidos de la paz, sino porque ya no hay nada por qué pelearnos. Destruimos el país.

Pero en el año 1903 se separó Panamá. Nosotros, por vivir en la violencia, habíamos descuidado ‘la joya de la corona’: Panamá.

Y se produjo, yo diría que es una separación muy bella. El Acta de Independencia de Panamá es bellísima. Dice: ‘Hemos llegado a la mayoría de edad. Nos separamos como hermanos, porque queremos ejercer nuestros derechos’.

Yo creo que ha habido independencia de Panamá, pero nunca nos hemos separado. Y la verdad es que los historiadores han atribuido la independencia de Panamá a alguna presión norteamericana en el momento, a intereses económicos, a la política del ‘gran garrote’.

Yo creo que hubo otros elementos. Yo no vaciaría en decir que también hubo una política nuestra del gran descuido, por estar inmerso nosotros en esa violencia interna.

Años de relativa paz y de nuevo la violencia

Y mantuvimos relativos 40 años de paz. Pero ¿saben qué les pasó a las generaciones colombianas desde 1940? La violencia entre los partidos nuevamente.

Terminó con los pactos del Frente Nacional, a finales de los años 50. Y triunfó la Revolución Cubana y de inmediato escogieron a Bolivia y a Colombia como países retos. Y no se habían silenciado los fusiles de la violencia entre los partidos y apareció la violencia de las guerrillas marxistas. Y generaron la reacción igualmente cruel del paramilitarismo y ese crecimiento del narcotráfico, que los cooptó a todos.

Eso es lo que hemos bregado a superar en estos ocho años. Pueden tener ustedes la certeza de que aquí, en el Gobierno que empieza, en la ciudadanía, hay una total determinación para superar definitivamente todos estos factores de violencia.

Por supuesto, se han registrado 320 mil víctimas. Estamos haciendo un gran esfuerzo para la reparación administrativa. Pero también hemos creado conciencia en lo siguiente: la mejor reparación es el derecho a la no repetición.

Nada ganaríamos con reparar a las víctimas de estos procesos si no les garantizamos a las nuevas generaciones un país seguro, sin la pesadilla de la violencia.

Un gran capital social

Este país debería tener mucha más prosperidad. La violencia evitó que la tuviera. Este país tiene excelente gerencia, excelentes trabajadores, un gran dinamismo, excelente actitud humana.

Hace pocos días, en el Foro Económico Mundial, y ustedes lo habrán observado, quienes de ustedes por primera vez lleguen a Colombia miren a las personas con quienes se encuentran en un restaurante, a los colombianos que puedan saludar en este auditorio, al taxista.

Ese médico de un hospital de los Estados Unidos (Charles Cummings, del Johns Hopkins Hospital) me decía que él veía prevenido; que al conocer una historia de tantos años de violencia, é esperaba encontrar un pueblo colombiano amargado, con el ceño fruncido, con unos ojos inyectados de odio. Pero él ha encontrado un pueblo colombiano desprevenido, alegre, cálido. Este país a pesar del martirio y la violencia, a este país no se la ha arrugado el alma.

Aquí hay un gran capital social que lo encuentran todos los que quieran invertir en Colombia.

Nosotros hemos adelantado este proceso de seguridad con valores democráticos. Las libertades se han profundizado, no porque los gobiernos anteriores las hubieran maltratado —los gobiernos de Colombia todos han sido profundamente democráticos—, pero el terrorismo sí había mancillado nuestras libertades.

Yo creo que era bien difícil pensar y me lo han ratificado así, por ejemplo analistas ingleses hace ocho años, cuando llegó nuestro Gobierno, que avanzaríamos en seguridad, profundizando las libertades. Los analistas ingleses decían que eso era imposible en Colombia. Ellos se anticipaban —porque no nos conocían—, que el nuevo Gobierno seria un camino a la dictadura.

Ahora ese mismo grupo ha venido a decir que reconoce que ha sido un esfuerzo en seguridad con la plenitud de los valores democráticos. No ha habido legislación marcial, todo ha sido con la legislación ordinaria; con profundo respeto a las garantías civiles, a los derechos políticos.

Descentralización

Hemos recuperado bastante la descentralización. Este país es muy descentralizado, pero los alcaldes y los gobernadores estaban muy presionados por el terrorismo. De los mil 102 alcaldes había 400 que no podían ejercer por las presiones del terrorismo.

Este proceso de seguridad es un proceso de recuperación del respeto ciudadano a la Ley. El terrorismo se había enseñoreado en las finazas públicas en las regiones, había abierto los caminos de la corrupción, robándose los recursos de las regalías mineras, petroleras; robándose los recursos de la salud.

Se ha recuperado bastante la descentralización, con absoluto respeto al pluralismo. Yo creo que los alcaldes y gobernadores de Colombia no me rectifican esta afirmación: hemos procurado que todos se sientan rodeados de las garantías de este Gobierno, sin detenernos en el origen político de su elección. Creemos que es la manera de construir esa gobernabilidad que es el mínimo de Patria, que nos une a todos dentro de la misma Patria.

Avances en confianza de inversión

Hemos avanzado también en confianza de inversión. La tasa de inversión en estos años pasó del 12,16 al 25,28 (por ciento). Todo apunta que este año estará en el 28, el año pasado.

Hemos tenido dos crisis muy severas: la crisis internacional y la crisis particular con Venezuela. Sin embargo, el año pasado la tasa de inversión nuestra fue la más alta de América Latina, con el 25,8 por ciento.

En este país teníamos una Inversión Extranjera Directa oscilante, de negocios de ocasión. Más importante que destacar cuantías es que ha sido una inversión ya regular.

Yo les he dicho a mis compañeros de Gobierno que el más importante logro del Gobierno tiene que ser la regularidad, como tiene que ser también la más importante condición de la sicología del ser humano.

Nosotros nada ganábamos con una inversión extranjera que llegaba por ocasión a Colombia, de negocios de ocasión; ahora empieza a llegar más regularmente.

En los últimos años no ha estado por debajo de 8 mil 500 millones de dólares; antes oscilaba entre 400 y 2 mil 100.

El año pasado la bruta fue de 9 mil 530 mil millones de dólares, en semejante crisis. Para tener alguna certeza en las predicciones ante ustedes, pregunté ayer a la Asociación de Industriales de Colombia (Andi) qué estimaban. Y estiman que este año va a estar entre 10 mil 500 y 11 mil millones de dólares.

Hasta el año 2008 la tuvimos muy diversificada. El sector minas, energía, petróleo, carbón, tenía el 54 por ciento; el resto de los sectores el 44. El año pasado estuvo muy concentrada.

Yo ya veo que a pesar de que este sector crece mucho, los otros vuelven a crecer este año. Ya empezamos a ver unas indicaciones bien importantes en esta materia.

Responsabilidad social y transparencia

Hemos hablado mucho de la inversión con responsabilidad social. Dice uno ¿responsabilidad social cómo? Honorabilidad, transparencia en las relaciones entre la inversión y el sector público, transparencia en los contratos, en la solución de disputas.

La falta de transparencia de países de América Latina les ha dado discurso a las dictaduras. Para la democracia y para la legitimidad de la confianza de inversión, la transparencia es fundamental.

La fraternidad laboral. Hace mucho daño el tema de las relaciones laborales de capitalismo salvaje o de odio de clases. Nosotros insistimos mucho en la fraternidad laboral en esas relaciones laborales.

Un entendimiento grande con las comunidades. Quiero referirles un hecho reciente y muchos de esa naturaleza ocurrieron en estos años de Gobierno.

Colombia está cercano a exportar 80 millones de toneladas de carbón. Cuando nosotros llegamos exportaba 34.

Los gobiernos anteriores nos dejaron unas bases muy importantes en materia de carbón, no hay duda, y nosotros hemos crecido eso. Pero ustedes saben que un salto de esos en unas áreas mineras muy concentradas, genera muchas presiones sobre la comunidad. Que hay que trasladar cascos urbanos, que hay que abrir vías, que hay que combinar la explotación del carbón con la protección de las fuentes de agua, que hay que cuidar el aire. Y no ha sido fácil, se lo reconozco.

Entonces hemos tenido protestas de la comunidad. ¿Qué hemos hecho? Hemos descartado extremos que se han dado en América Latina: ni reprimir a la comunidad, ni expropiar las empresas. Lo que hemos hecho es buscar un gran entendimiento en reuniones públicas entre las empresas mineras, las comunidades, sectores de trabajadores, lo que nos ha ayudado también a vencer el radicalismo sindical.

Un diálogo, pero no un diálogo de un día; de tantos días comos sea necesario para llegar a acuerdos. Me lo han dicho empresas mineras internacionales que nunca habían tenido la experiencia de tener que sentarse en frente de una comunidad días y horas a resolver problemas. Pero no es solamente a decirles todo que sí a las comunidades, sino a buscar opciones, de una manera muy creativa.

Y eso ha sido útil para todos. Ha sido útil para las comunidades por su bienestar, para las empresas para su tranquilidad. Nosotros creemos mucho en esos caminos, muy apreciados asistentes.

Reformas en el Estado

Hemos hecho muchas reformas y faltan muchas, reformas muy difíciles. El pueblo colombiano nos ha respaldado generosamente, pero reformas muy difíciles.

Es un Gobierno que ha tenido contradicción por muchas reformas. Nosotros hemos reformado 465 entidades del Estado.

Por ejemplo, yo no creí hace ocho años que este Gobierno fuera capaz de hacer las reformas de Ecopetrol, porque yo conocía el radicalismo ideológico contra esas reformas.

En una América latina en la cual hace ocho, hace seis años, todavía, el principio político más sonoro es que esa actividad tiene que ser totalmente estatal, y conociendo todos los antecedentes como los conocí como estudiante, senador, etcétera, a mí me parecía imposible hacer esa reforma. Pero Ecopetrol hizo tres reformas, una laboral, una pensional y una de capitalización. Esa empresa pasó de invertir 600, 700 millones de dólares al año, ahora tiene presupuestos de inversión de 7 mil millones de dólares al año.

Vale mucho más para el Estado colombiano la propiedad sobre el 89 y medio de la empresa, que lo que tenía antes sobre el ciento por ciento de la empresa. Pero era una reforma en su momento muy difícil.

Yo recuerdo los trabajadores de Ecopetrol en la Presidencia con unas tesis totalmente opuestas. Y yo veo hoy también una gran evolución en las relaciones laborales. Yo el año pasado los tuve que aplaudir porque ¿cómo les parece? Hicieron un acuerdo laboral a cinco años. Eso era impensable.

Hemos reformado 465 entidades del Estado. ¿Qué nos ha ayudado esa reforma? Descartar los extremos.

Nosotros creemos que las décadas del neoliberalismo, en nombre de las cuales se ha destruido el Estado, han hecho mucho daño. Como ha hecho mucho daño también la idea de acabar con la iniciativa privada en muchos países.

Nosotros hemos dicho: le damos toda la confianza al sector privado con responsabilidad social, el Estado tiene que ser eficiente, transparente, pero ahí tiene que estar, porque tiene que ser el garante de la cláusula social. Entonces, sin destruir el Estado, hemos reformado 465 entidades.

Nosotros vemos que en América Latina, uno frente a la inversión privada pudiera hablar de cuatro clases de gobierno: unos gobiernos abiertamente opuestos a la inversión privada.

Una segunda categoría, no se oponen a la inversión privada, pero no la defienden. Una tercera categoría, no manejan la inversión privada con una aproximación institucional, sino personal y de conveniencia: ‘este es amigo del gobernante, no le pasa nada; este no es amigo, lo expropio’

Y una cuarta categoría, donde está Colombia: nosotros creemos en la inversión, la defendemos y tenemos una aproximación institucional a la inversión; no casuista ni personal. Para que eso sea transparente tiene que ser una aproximación institucional. Y eso da garantía de confianza.

Hemos sacado adelante otras reformas muy importantes en lo tributario: no se le puede dar el mismo tratamiento a quien invierte que a quien no invierte.

Claro que ya, por ejemplo, este es un sector que tiene mucha fuerza de inversión en Colombia; hay otros sectores rezagados. Yo creo que a los otros sectores va a haber que ayudarles más en lo tributario, porque este es un sector que ya —lo ve uno— ha cogido mucha fuerza en Colombia y nosotros estamos muy contentos por eso.

Hemos también adoptado una Ley para dar garantías de estabilidad durante 20 años y se han firmado bastantes pactos de estabilidad.

Y hay otras reformas en curso. La semana pasada, a tres días de la elección presidencial —y lo destaco, porque eso nunca había ocurrido en Colombia—, aquí se aprobó una reforma para cobrarle más impuestos a la cerveza, a tres días de la elección presidencial. A la cerveza, a los juegos, al cigarrillo y a los licores, para financiar la salud.

Ascenso en los escalafones sociales

Y se aprobaron dos reformas: una para cobrar un arancel judicial para financiar la justicia y otra para agilizar la justicia. Nosotros creemos que esta última va a tener un impacto en el Doing Business del Banco Mundial, no de este año, sino del otro año. Porque lo de este año se cerró el 30 de mayo y el 30 de mayo todavía no había sido aprobada esa reforma.

Colombia ha venido avanzando en el escalafón mundial de competitividad, en el Doing Business , en los escalafones sociales. El Banco mundial ha dicho que Colombia es uno de los países que más está avanzando en índice de oportunidades para superar pobreza.

El año pasado Naciones Unidas dijo que después de China, Colombia y Perú son unos de los países que más están avanzando en el Índice de Desarrollo Humano.

Se ha tratado de llevar de la mano todas estas políticas. Bajo este triangulito de la inversión, la seguridad, la política social, nosotros hemos buscado tener como un derrotero para generar empleo y superar pobreza, y hemos hablado de seis elementos: la seguridad, la inversión, el acceso a mercados.

Acceso a mercados

Ayer amaneció el país contento porque Canadá en su Parlamento ratificó el acuerdo de comercio con Colombia.

Hemos pasado de un país que tenía una apertura unilateral pero no acceso a mercados, a un país que ya ha venido negociando muchos tratados de comercio, de desmonte de la doble tributación, tratados de protección recíproca de inversión.

Yo he citado muchas veces al Presidente Lagos porque él, desde una visión socialista, cómo entendió con gran pragmatismo, y nos ha enseñado a los latinoamericanos a ingresar a mercados. Chile ha sido un ejemplo.

Y he dicho en muchos foros, citando al Presidente Lagos, la gran experiencia de Chile. He dicho: ‘hombre, con lo que ha ocurrido en Chile seguramente allá por la noche se asustan por los temblores de tierra, pero no porque pierdan un mercado.

Nosotros vivíamos encerrados, Presidente Lagos, nos estornudaba un vecino y nos perturbaba la noche. Ahora lo que hemos hecho es procurar abrirnos, llegarles a todos los mercados. Hace tres semanas firmamos el acuerdo con la Unión Europea.

Creemos muchísimo en eso. Pero si hay inversión, seguridad, acceso a mercados, hay que saber qué se les vende a esos mercados, la innovación productiva.

Potencial energético

Se ha venido trabajando en cómo se le agrega valor a la economía tradicional y cómo se desarrollan sectores de talla mundial en los cuales Colombia pueda ser un gran competidor.

Tenemos mucho entusiasmo en el tema de energías alternativas. Nosotros tenemos aquí en el norte, en la Península de La Guajira —la parte más septentrional de América del Sur—, un gran potencial de energía eólica. Hay todos los estímulos tributarios y hay unos pequeños molinos allí instalados.

Este país tiene un gran potencial en biocombustibles. Hemos seguido el ejemplo de Brasil. Nosotros no producíamos, hoy producimos un millón, un millón 100 mil litros de etanol al día y estamos produciendo un millón 800 mil litros de biodiesel, a partir de aceite de palma.

Y tenemos lo siguiente: entre la Cordillera de los Andes y el río Orinoco, Colombia tiene 180 mil kilómetros de sabana, que está bastante inutilizada. Nosotros podemos crecer enormemente la producción de biocombustibles sin derribar la selva y sin limitar la seguridad alimentaria.

Y eso nos da una carta de presentación bien importante ante el mundo: este país tiene el 55, 60 por ciento de su territorio todavía en selva; que no la podemos destruir. Por eso nuestro afán de derrotar al destructor de la selva, que es el narcotráfico.

Entonces, sin tocar esa selva —que su preservación tiene que ser nuestra gran contribución a la política contra el calentamiento global—, sin afectar la seguridad alimentaria, tenemos una enorme posibilidad en crecer la producción de biocombustibles.

Este país tiene una capacidad instalada para depender de la energía hidroeléctrica en un 80, 86 por ciento. Las políticas de este Gobierno —y eso tengo que reconocerlo públicamente ante los colombianos y ante la comunidad económica internacional, también representada aquí— dirigida por dos excelentes ministros: Luis Ernesto Mejía Castro y el Ministro Hernán Martínez, logró algo bien importante. En este país se temía instalar proyectos de generación, porque había sido necesario sustentarlo en endeudamiento público.

El sector energético en su endeudamiento llegó a representar el 78 por ciento de la deuda del país; hoy representa el tres por ciento. Colombia tenía una capacidad instalada para 13 millones de kilovatios, hoy está instalando otros 4 millones. Sin haber comprometido el presupuesto, el fisco, ni el sistema financiero del Estado. Todo por confianza de inversión. Empresas independientes, nacionales e internacionales.

Se les ha dado tratamiento de zona franca para que no paguen IVA ni arancel por sus equipos, por sus materias primas. No pagan impuesto de renta del 33, sino del 15. Colombia no cubra impuesto a los dividendos, tienen un acuerdo de estabilidad a 20 años y además tienen algo que creó el Ministro, que se llama ‘el cargo por confiabilidad’. Es una remuneración a la capacidad que se instale, independientemente que esa energía se despache o no.

Integración energética continental

Tenemos enormes posibilidades de exportar. Hemos construido otras líneas con Ecuador. En toda esta crisis algo le pudimos exportar a Ecuador.

También, cuando ellos lo han sugerido, se le ha exportado a Venezuela. Yo creo que ya en breve se empieza la construcción de la línea a Panamá. Nosotros creemos mucho en la integración energética.

En gas se le venden a Venezuela 80, 100, hasta 150, hasta 200 millones de pies cúbicos al día.

Me parece que un gran reto es poder definir los cables submarinos. Puerto Rico y República Dominicana están interesados en alimentarse desde acá a través de un cable submarino. Allí hay un gran reto para el sector de energía.

Nosotros ya hacemos parte del Plan Panamá-Puebla. Nosotros creemos en la integración energética de Alaska hasta la Patagonia. Vamos a quedar bien integrados con Panamá-Puebla, estamos bien integrados con Ecuador, bien integrados con Venezuela.

Con Venezuela los cables de transmisión de energía están bien integrados. Yo confío que ahora se reintegren los otros cables.

Es que esa guerrilla es la que ha tumbado esos cables. Vamos a ver si se pueden recuperar. Y confío que el fortalecimiento de la integración Ecuador-Perú, Perú-Chile, nos permita tener toda esa integración.

Y es muy importante pensar en todo el circuito del Caribe con los (cables) submarinos. Entonces vemos muchas posibilidades. Yo quiero hablarles con optimismo a ustedes sobre estas posibilidades, pero sin afectar la realidad; trato de ser optimista pero no desviarme de la realidad.

Innovación productiva y revolución educativa

Hay muchas cosas interesantes que mirar en este país para todos esos temas.

Innovación productiva, ahora se está trabajando mucho en otros sectores. Por ejemplo la producción de medicamentos y de cosméticos a partir de productos naturales, se está trabajando mucho en el tema del turismo ambiental, en el software, en los contact center , en el Business Process Outsourcing. Ciudades andinas colombianas muy lejos del mar con altas tasas de desempleo la están reduciendo a través del desarrollo de este sector servicios.

Ahora, una innovación productiva no se sustenta si no en una revolución educativa permanente. Colombia ha tenido un gran avance en educación en estos años. Hemos pasado en cobertura de ecuación básica del 80 al ciento por ciento. Hay un atraso en infraestructura, no ha desbordado la cobertura.

En educación media hemos pasado del 57 por ciento al 80 por ciento; graduábamos 424 mil bachilleres, este año vamos a graduar 737 mil.

Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, estamos llegando a millón 700. La tasa era del 21.6, hoy es del 36. Creo que se puede llegar en el curso de los próximos años a tasa de educación universitaria del 50.

El país empieza a avanzar en ciencia y tecnología mucho. El nuevo Gobierno se ha comprometido en una cosa que nosotros resaltamos, que el 10 por ciento de la regalías se lleve a proyectos de ciencia y tecnología. Lo aplaudimos.

Este país es un país hoy con un gran liderazgo en formación vocacional. Aquí capacitábamos 1 millón 100 mil ciudadanos al año, el años pasado capacitamos ocho millones. Eso está liderado por una institución del Estado muy, muy bien aprestigiada, que se llama Servicio Nacional de Aprendizaje, (Sena). Se alimenta con una parafiscalidad que pagan los empleadores del orden del 2 por ciento de las nóminas. Y yo creo que ha ayudado mucho, nosotros vemos con mucho entusiasmo eso.

Se ha insistido también mucho en la calidad educativa. Este país le está enseñando ingles a 1 millón de ciudadanos a través de Internet. Tenemos a un archipiélago en el Caribe donde los ciudadanos hablan español e ingles, hoy ellos son la mayoría de los profesores de este programa, y estamos instalando con un costo de 54 mil millones de pesos, 27 millones de dólares, estamos instalando un cable submarino. Tenemos fe en todo ese proceso educativo.

Infraestructura

Ahora, todavía tenemos muchos problemas de infraestructura, que ese es el sexto elemento.

Es que de aquí por carretera a Bogotá, de Cartagena a Bogotá debe haber mil 200 kilómetros. Y tenemos todavía unas carreteras muy angostas. Este país ha salido adelante a pesar de la estrechez de su infraestructura, pero empieza a ver un desastraso. Y todo adjudicado con total transparencia.

Esta mañana le dije al Ministro de Hacienda (Óscar Iván Zuluaga) que venía a esta reunión y lo dejé muy preocupado por la apreciación del peso colombiano. Lo que es buena noticia para el Ministro de Minas, para el Presidente de Ecopetrol, es mala noticia para el Ministro de Hacienda.

Ahorro de regalías

Nosotros hemos hecho un esfuerzo estos años para ahorrar regalías. Yo creo que llegó la hora. Yo tengo que pedirles a las regiones colombianas que le ayuden al nuevo Gobierno con la fórmula de ahorro de regalías. Es bien importante para ahorrar, para las nuevas generaciones y para no afectar los otros sectores de la economía.

El equipo económico saliente y el equipo económico entrante están discutiendo eso. El equipo económico entrante entra con unas tesis. Nosotros en esa materia hemos fracasado en estos años porque las regiones no se han dejado quitar un peso de regalías.

Pero un país que pasó de que las regiones recibieran 900 millones de dólares para que este año reciban 2 mil 800 millones, 3 mil millones de dólares, y que va para 6 mil millones de dólares de regalías regionales en los próximos años, ya no puede discutir más la necesidad de ese ahorro.

Entonces confiamos el 20 de julio, la última comparecencia de este Gobierno al nuevo Congreso, antes de la transmisión del mando el 7 de agosto, poder radicar ese proyecto, y vamos a estar muy atentos a las deliberaciones de ustedes sobre cómo no incurrir en la ‘enfermedad holandesa’.

Para Colombia es muy grato tenerlos a ustedes en esta ciudad de Cartagena. Si uno le preguntara a un doctor en economía y le hiciera la misma pregunta a un hombre sin ilustración pero con un gran sentido común, si les preguntara: ¿es posible superar la pobreza sin inversión, es posible crear empleo sin inversión? Yo creo que ahí se ponen de acuerdo el doctor en economía con el hombre sin ilustración pero con un gran sentido común: se necesita la inversión.

Este país es consciente de ello, la defiende, le da estímulos y tiene frente a la inversión una aproximación institucional, impersonal.

A todos, muchas gracias”.


  Compartir