Bogotá, 24 jun (SP). Antes de viajar a Canadá para participar en la cumbre del Grupo de los Ocho (G8), el Presidente Álvaro Uribe Vélez ofreció este jueves una rueda de prensa en la Casa de Nariño, durante la cual entregó la siguiente declaración sobre la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el asesinato del senador Manuel Cepeda.
Pregunta: Frente a todos esos hechos positivos que usted ha presentado, que usted le muestra al país con tanto orgullo, seguramente ahora vendrán los que acostumbran a ir al exterior a denigrar de Colombia, a mirar con lupa ampliada la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos frente al caso del senador Manuel Cepeda. ¿Qué se tiene previsto para tratar de controlar ese alud que se viene ahora de los que sabemos, para tratar de enlodar la imagen de Colombia?
Presidente Álvaro Uribe Vélez: “Dios premia la buena fe. Aprovecho este conjunto de emisoras para lo siguiente: el senador Cepeda fue asesinado hace años, en el 94, hace 16 años, mucho antes que este Gobierno. Yo no conozco todavía la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Pero por lo que han dicho los medios de comunicación, diría lo siguiente:
Colombia tiene que pedir a toda la ciudadanía afectada por la violencia, perdón. Ofrecer perdón, pedir perdón. Corresponde al Presidente de la República hacerlo, independientemente de la época de los crímenes. Yo lo hago con toda humildad, porque lo que hemos querido en estos años es recuperar la seguridad para los colombianos.
Yo no puedo decir que el Estado asesinó al senador Cepeda o al uno o al otro. Lo que sí puedo decir es que lo asesinaron. Y que eso es muy grave y que eso no se puede repetir. Y yo pido perdón. Yo hago parte de ese 50 por ciento de las familias colombianas que ha sufrido en carne propia esta violencia. Sé qué es ese dolor. Y por eso desprevenidamente pido perdón.
Pero hay que tener en cuenta una cosa: no se puede implorar, exigir a la justicia internacional que obligue al Estado colombiano a pedir perdón y al mismo tiempo adelantar falsas acusaciones, proceder con odio a maltratar injustamente a compatriotas, a maltratar injustamente la honra de los gobiernos. Eso es muy grave. Porque es tan grave el crimen físico como el crimen moral. Entonces en eso hay que tener mucho cuidado.
Yo no entiendo que se pueda exigir pedir perdón en nombre del odio. Algunos llenos de odio dicen: exigimos que nos pidan perdón. No. Es que el perdón es algo del alma, algo humanitario, algo de los mejores sentimientos.
Ahora: yo pienso es en las nuevas generaciones. Ellas tienen el derecho a la no repetición, a que esta violencia no se repita en Colombia. Pero también quiero decir esto: nada ganamos con pedir perdón hoy, nada ganamos con reparar víctimas hoy, si no garantizamos a las nuevas generaciones el derecho de la no repetición. Por eso esta política de seguridad no se puede abandonar.
Y quisiera anotar esto: ¿sabe qué nos defiende a nosotros? Los hechos. Nosotros hemos tenido sectores de oposición radical. Algunos de ellos con odio, odio contra este Gobierno, contra mí. Y sin embargo, les hemos dado todas las garantías, como corresponde a nuestro talante democrático.
¿Cuándo había tenido la oposición radical las garantías que ha tenido en estos años? Y nosotros somos deliberantes, firmes, pero jamás procedemos con odio. Nos acusan falsamente con odios. Nosotros nos defendemos con nuestra buena fe, con nuestras acciones, firmemente, pero sin odio. En Colombia hay que acabar el crimen y el odio, que es la fuente del crimen. Un país lleno de libertades para deliberar, ¿por qué los falsos acusadores tienen que vivir con ese odio?
Yo le decía ayer a mi buen amigo, a mi ex compañero de universidad, Francisco Sánchez, Subsecretario de Comercio de Estados Unidos, le dije: ‘Mire, cosas de la vida’. Le dije: ‘Esto ha servido hasta para que aquí haya nuevos amigos de Estados Unidos’. Me dijo: ‘¿Sí? ¿Quiénes?’. Y le dije: ‘Yo conocí a unas personas aquí en el pasado que quemaban la bandera de Estados Unidos. Y ahora, por odio a este Gobierno, dicen: me voy para Estados Unidos a que le frenen a Uribe el TLC’.
Le dije: ‘Mire, esto ha sido hasta bueno para Estados Unidos, porque aquí, por odio de algunos a este Gobierno, Estados Unidos, por cuenta del odio de algunos a este Gobierno, Estados Unidos se conquistó aquí un poco de amigos. Esos que quemaban la bandera norteamericana en las calles de Colombia, ahora son amigos de Estados Unidos, a ver si Estados Unidos les ayuda en el odio contra este Gobierno’.
Pero eso nos tiene sin cuidado. Nosotros somos combatientes por amor a la Patria. Y por eso a mí me decían anoche por allá en Villavicencio: ‘¿Usted va a pedir perdón?’. Le dije: ‘Cien veces, porque nuestra política de Seguridad Democrática ha sido para no tenerle que pedir perdón a las nuevas generaciones, para que las nuevas generaciones puedan vivir en un país seguro y próspero y no haya que pedirles perdón, para que las nuevas generaciones no vivan esta tragedia’.
Les ruego reproduzcan esto. Que la Cancillería me ayude a mandar estas palabras a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Dicen que una palabras mías de 2006. Pues palabras mías de deliberación hay todos los días, pero sería muy bueno que vinieran aquí y que vieran cómo se ha preocupado el Presidente por darles garantías a todos los colombianos. Yo invitó también a la Corte Interamericana a que venga a Colombia, a que pregunte por nuestras garantías democráticas a lo largo de estos ocho años.
Ocho elecciones con plenitud de libertades, plenitud de garantías democráticas. Dos elecciones en 2003, dos elecciones en 2006. Ahí van cuatro. Las elecciones de 2007 y van cinco. Y las tres que acaban de ocurrir ahora. ¡Ocho elecciones con plenitud de garantías democráticas!
Entonces este es un Gobierno deliberante que conoce la firmeza, pero desconoce el odio; que trabaja es con afecto por todos los colombianos y que les ha dado garantía a todos los colombianos.
Yo, respetuosamente, con estas palabras respondo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. |