El Jefe de Estado aseguró que en Colombia “la violencia ha sido un factor que nos ha privado de prosperidad”. Recalcó que la política de seguridad en el país ha estado conducida y ceñida rigurosamente a la legislación ordinaria, “sin Estado de Sitio, sin Ley Marcial”, y siempre dentro del respeto a las libertades.
Medellín, 4 mar (SP). El Presidente Álvaro Uribe Vélez recalcó que “la seguridad es todo lo contrario de la dictadura; la seguridad obliga a los gobiernos a sostenerse en el afecto de los ciudadanos, no en la intimidación de la autocracia”.
Así lo manifestó este jueves durante un conversatorio con estudiantes de la Universidad de Medellín, en la capital antioqueña.
El Mandatario dijo que la sostenibilidad de la seguridad debe estar basada en el afecto de los ciudadanos y “no en la intimidación a los ciudadanos, que se deriva del cercenamiento de libertades”.
En ese sentido, el Mandatario aseguró que la violencia ha sido un factor que privó al país de prosperidad durante décadas. Consideró que “la seguridad es un camino absolutamente necesario”, pero siempre con valores democráticos.
Agregó que para garantizar la gobernabilidad del país y la expresión democrática en la Nación este Gobierno rodeó de garantías a gobernadores y alcaldes, independientemente de su origen político.
“Nosotros encontramos un país hoy menos temeroso para ejercer sus libertades. Hemos reencontrado un monopolio que el Estado nunca debió perder: el monopolio de las Fuerzas Armadas para combatir a los violentos”, destacó el Jefe de Estado.
Reparación
Durante su intervención, el Presidente Uribe destacó el proceso de reparación de víctimas de la violencia, adelantado por este Gobierno, y señaló que unos 280 mil afectados reclaman por hechos de violencia.
Sobre este proceso, el Mandatario afirmó que “nada ganamos con reparar las víctimas hasta hoy, si el país no garantiza el derecho a la no repetición. La mejor reparación es garantizarles a las nuevas generaciones el derecho de no repetición”.
Puntualizó que la política de seguridad en el país ha estado conducida y ceñida rigurosamente a la legislación ordinaria, “sin Estado de Sitio, sin Ley Marcial”, y siempre dentro del respeto a las libertades. |