Medellín, 4 mar (SP). “Me complace mucho regresar hoy a este auditorio de la Universidad de Medellín, que ha sido tan generoso con el debate democrático y que tantas veces nos ha albergado.
Aquí discutimos iniciativas muy controversiales de mi paso por el Congreso de la República; los emprendimientos a acciones y debates que generaba el ejercicio que tuve el honor de desempeñar como Gobernador de Antioquia, y en estos años todos los temas relacionados con el debate público, en el ejercicio de nuestra Presidencia.
Muchas gracias, apreciado Rector (de la Universidad de Medellín, Néstor Hincapié Vargas).
Y también soy testigo de este gran crecimiento, de este gran crecimiento de la universidad y de su enriquecimiento cualitativo y científico.
Fue muy grato para mis compañeros de Gobierno, la señora Ministra de Educación (Cecilia María Vélez) y mi persona, entregar el año pasado esas distinciones tan importantes a la Universidad de Medellín, por sus certificaciones institucionales y por sus logros en varias de las pruebas que ha introducido este Gobierno para medir la calidad de los egresados universitarios.
Yo creo que esos son mediciones objetivas que posicionan muy bien a la universidad. Qué ha pasado con los certificados de excelencia de la universidad, muchos programas; con la certificación institucional; con el resultado de muchos de sus egresados.
Quiero pues, felicitar a la universidad.
Quiero invitarlos, apreciada comunidad académica, a las inquietudes que tengan, simplemente les pongo un marco muy simple.
Nosotros hemos buscado construir confianza en Colombia. Hace nueve, diez años, muchos de ustedes todavía estaban apenas llegando al uso de razón, saliendo de la primera infancia. Preguntaba yo en las aulas universitarias si los jóvenes habían pensado en algún momento irse definitivamente del país, y nos asombraba a mis compañeros y mí, ver que la inmensa mayoría levantaba la mano en señal de que sí habían pensado irse definitivamente del país.
Era una especie de expresión de desarraigo, de desprendimiento de las raíces. Eso nos llevó a escoger la palabra confianza en Colombia, para generar un proceso político de Gobierno.
Y hemos cimentado eso en tres caminos: la seguridad con valores democráticos, el tema de la confianza de inversión con responsabilidad social y el tema de la política social con resultados. Están relacionados.
Apreciados estudiantes, sin seguridad no hay prosperidad. Una economía se puede manejar muy bien, pero si a eso no se le suma la seguridad, no hay prosperidad. Por eso la importancia de llevar de la mano la seguridad y la promoción de la inversión.
Por supuesto, en un país de libertades, la seguridad y la promoción de la inversión necesitan validadores, legitimadores. Hemos buscado que la política social con resultados sea validador de la seguridad y de la promoción de inversiones.
La Patria está conmemorando este año los 200 años de vida independiente, y cuando uno mira detenidamente la obra de los historiadores, llega a la triste conclusión de que solamente hemos tenido 47 años de paz: siete años en el siglo XIX y en el siglo XX qué años de paz tuvimos. Terminó la Guerra de los Mil Días en 1902. Cuando uno lee los discursos que le pusieron punto final a aquella guerra –que fue de mil 128 días, dejó en la época 100 mil muertos- halla párrafos muy dicientes.
El General Rafael Uribe, uno de los que firmó los pactos de paz de finales de 1902 dijo: ‘Hacemos la paz no porque estemos convencidos de la paz, sino porque no tenemos nada por qué enfrentarnos ¿Por qué país nos vamos a enfrentar, si al país lo destruimos? Todo está por reconstruir’. Afirmaba en aquel discurso de 1902 en la Hacienda Neerlandia, en el departamento del Magdalena, donde se firmaba uno de los pactos de paz; su contraparte en aquella firma era el general (Florentino) Manjarrés, delegado del Gobierno de entonces.
Al año siguiente se separó Panamá. Yo diría que una separación de hermanos. Es bien importante estudiar la separación de Panamá. Era la cabeza del país en el momento; se separaron con algún hastío porque no estábamos en condiciones de asignarle toda la importancia que se merecía Panamá.
Los historiadores también vinculan entre las causas determinantes de aquella separación la política del gran garrote del Gobierno de (Franklin Delano) Roosevelt, de Estados Unidos, el interés de tener el canal. Pero yo diría que el otro elemento fue la política nuestra del gran descuido.
Una separación que en alguna forma la indujo nuestro descuido por estar aquí inmersos en esa violencia.
Y vivimos no muchos años de paz. De 1902 a principios de los años 40, cuando brotó la violencia partidista. Los fundadores de esta universidad la conocieron y la sufrieron. Esta universidad es hija de la violencia partidista.
No se habían todavía notificado debidamente los colombianos de los pactos de paz del Frente Nacional y ya irrumpía la violencia guerrillera, marxista, y después la reacción paramilitar, y unos y otros cooptados por el narcotráfico.
Las generaciones vivas desde los años 1940 no conocemos un solo día de paz.
Yo creo que eso ha perturbado mucho a la Nación, la ha privado de muy buenos resultados. Colombia, con la laboriosidad de sus ciudadanos, su alegría, su creatividad, buenos muchos gobiernos, buenas políticas públicas, debería ir más adelante.
Yo creo que la violencia ha sido un factor que nos ha privado de prosperidad.
Seguridad un camino necesario
Pienso que la seguridad es un camino absolutamente necesario, con valores democráticos. La seguridad es todo lo contrario de la dictadura. La seguridad obliga a los gobiernos a sostenerse en el afecto de los ciudadanos, no en la intimidación de la autocracia.
Quisiera, Cesar Mauricio (Velásquez, Secretario de Prensa) que eso lo pudiéramos examinar estos días: Cómo la seguridad obliga a los gobiernos a buscar sustentabilidad en el afecto de los ciudadanos, no en la intimidación a los ciudadanos, que se deriva del cercenamiento de libertades.
Nosotros encontramos un país hoy menos temeroso para ejercer sus libertades. Hemos reencontrado un monopolio que el Estado nunca debió perder: el monopolio de las Fuerzas Armadas para combatir a los violentos.
La palabra paramilitar surgió para denominar bandas privadas criminales, cuyo propósito era combatir a la guerrilla. Hoy es el Estado el único que combate a todas las organizaciones criminales.
En muchas partes del país, aquí en nuestro departamento, jueces y fiscales no podían actuar por la interferencia de los cabecillas de la guerrilla, del paramilitarismo. Esa situación se ha superado.
Las víctimas no reclamaban. Hoy tenemos más de 280 mil víctimas registradas, que reclaman. No reclamaban por temor o porque lo encontraban inútil.
El país ha empezado un proceso de reparación de víctimas, que no es tan rápido como quisiéramos. Y un proceso que tiene que tener en cuenta este elemento: nada ganamos con reparar las víctimas hasta hoy, sí el país no garantiza el derecho de no repetición. La mejor reparación es garantizarle a las nuevas generaciones el derecho de no repetición.
¿Qué ganaríamos si indemnizamos víctimas y después se sigue produciendo víctimas como las ha producido nuestra Patria?
Creo que hay algo para destacar en esta Política de Seguridad: es una política que se ha conducido ceñida rigurosamente a la legislación ordinaria, sin estado de sitio, sin Ley Marcial; es una política que se ha conducido con absoluto respeto de las libertades.
Colombia enfrentando este desafío terrorista, y no se ha cerrado a la vigilancia internacional. Todos los días tenemos que enfrentar un debate por las críticas internacionales, pero aquí ha estado rodeada de garantías toda la presencia internacional.
Yo creo que hemos recuperado el derecho de la descentralización.
Cuando llegamos, 400 alcaldes de Colombia por intimidación no podían ejercer sus funciones. Hoy todos pueden ejercer sus funciones.
Cuando llegamos, guerrilla, paramilitares, se robaban buena parte de los presupuestos de regalías y de los presupuestos de descentralización. Eso se ha enfrentado con toda la fortaleza.
Hemos procurado para la gobernabilidad del país y para la expresión democrática de nuestra Política de Seguridad, que todos lo gobernadores y todos lo alcaldes se sientan rodeados de garantías, independientemente del origen político de su elección. Aspecto que quisiera subrayar, que puede servir para el futuro del país.
Hemos procurado gobernar con todos, respetando la diversidad, y que todos se sientan rodeados de las garantías de la Seguridad Democrática, sin que importe el origen político de su elección.
Los riesgos no han desaparecido. El asesinato del Gobernador del Caquetá (Luis Francisco Cuellar) en diciembre; esta mañana se desactivó un camión cargado con explosivos en Arauca; las bandas criminales, las guerrillas; nuestra ciudad que había presentado un gran descenso de cinco mil asesinatos por año a 900, el año pasado tuvo un peligroso rebrote a mil 870, por esa acción de las bandas criminales.
O sea que la Política de Seguridad es una política que tiene que reconocer todo lo que falta, y por eso no se puede bajar la guardia.
He recorrido hoy con el señor Gobernador (de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero) con su equipo, con algunos de mis compañeros de Gobierno, algunas de las subsedes de los (Juegos) Suramericanos, que van a ser motivo de orgullo para Antioquia, para el país.
Entre ellas recorrimos la de Rionegro, ahora la de Itagüí (Antioquia) y cuando estábamos festejando esa alegría de que se ha podido hacer eso en Itagüí, veíamos todavía con preocupación el índice de homicidios de Itagüí. O sea que los temas no están superados.
Quiero repetir una reflexión ante los estudiantes de mi Patria, hoy ante mis coterráneos aquí en esta querida, respetada Universidad de Medellín: cuando se dio el grito de Independencia el 20 de julio de 1810 y se organizaron los primeros gobiernos, se creyó que la Independencia estaba ganada, que todo estaba consolidado.
Nos descuidamos, empezamos unas refriegas internas, nos ocupamos más de la pequeña pelea que de la necesidad de consolidar la Independencia, y lo que fue la celebración jubilosa del 20 de Julio se convirtió en la Patria Boba, en la reconquista a sangre y fuego de (Juan) Sámano y (Pablo) Morillo. Perdimos mucho tiempo, muchas vidas, dejamos heridas que todavía no se han curado.
El proceso de Seguridad Democrática no debe tener descuidos que la asimilen a Patria Boba, el proceso de Seguridad Democrática mis compatriotas deben apoderarse de él, ser celosos vigías de que eso mejore, concientes de los retos, que son muchos, muchos todavía.
Confianza inversionista
El país apenas está empezando un proceso de confianza de inversión. La inversión no se da de la noche a la mañana, uno no puede pretender que las medidas para fomentar inversión produzcan sus resultados en el corto plazo. Esos procesos exigen un tiempo para madurar.
El inversionista criollo, el inversionista extranjero, piensa mucho su inversión. Si las condiciones están dadas, si sí habrá estabilidad.
Esta Patria nuestra tenía niveles de inversión extranjera entre 400 y dos mil millones de dólares. En los últimos años han estado entre ocho mil 500 y 10 mil 578 millones de dólares. El año pasado la inversión bruta fue de nueve mil 530 (millones de dólares) muy alta, la segunda récord, cayó un poquito frente a 2008, que estuvo en 10 mil 578 (millones de dólares), pero en un año muy difícil de la economía.
La tasa de inversión, esto es, el Banco de la República, las organizaciones dedicadas a la consolidación de este tipo de estadísticas, miden la tasa de inversión de la siguiente manera: cuantifican la inversión que se hace en un país en un año y sacan el porcentaje que esa inversión representa frente al Producto (Interno Bruto).
Nosotros teníamos tasas de inversión del 8, 12, 14 por ciento. En los últimos años sostenidamente han estado por encima del 25 (por ciento).
Cuando uno pondera ambas, hay inversión pública e inversión privada –en esta clasificación omito la diferencia entre extranjera y domestica, solamente la ponderación entre pública y privada- tuvimos la más alta (tasa de inversión) de América Latina.
Nosotros exigimos inversión con responsabilidad social ¿Qué es inversión con responsabilidad social? Inversión con responsabilidad social es inversión con transparencia en los tributos, en los contratos; es inversión con respeto al medio ambiente; es inversión con fraternidad laboral.
Voy, desde la Universidad de Medellín, a dar un informe que le ruego a los comunicadores ayudarnos en la difusión. Es un informe bien importante, que creo que acredita el esfuerzo que el país está haciendo en materia de fraternidad.
Protección a los trabajadores
Quiero, desde la Universidad de Medellín, decir a mis compatriotas y a la comunidad internacional, que Colombia no solamente se ha esmerado a lo largo de este Gobierno, desde la hora cero, para proteger la vida de los trabajadores colombianos, sino para proteger los derechos laborales.
Que se escuche bien esto en la comunidad de compatriotas y en la comunidad internacional, que aquellos que nos objetan permanentemente o que nos miran con suspicacia escuchen bien esto:
Cuando este Gobierno empezó, Colombia tenía 853 mil 944 trabajadores afiliados a las organizaciones sindicales. Hoy, de acuerdo con el reporte de los propios sindicatos, Colombia tiene un millón 503 mil 629 trabajadores afiliados a las organizaciones sindicales.
Hemos pasado de 853 mil 944 colombianos afiliados a las organizaciones de los trabajadores, a un millón 503 mil 629. Hemos hecho dos esfuerzos grandes: un esfuerzo por proteger a los trabajadores en sus vidas y un esfuerzo por proteger los derechos laborales.
Y es oportuno decirlo hoy, porque ayer la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que Colombia sigue siendo un país en progreso. Y eso lo dijo con sustento en estas realidades.
Hasta hace tres años, durante 17 años, Colombia estuvo en la lista negra de la Organización Internacional del Trabajo, y estamos ya completando el tercer año consecutivo en que nos encontramos por fuera de esta lista negra.
Por eso, si Estados Unidos lo que reclama es respeto a los derechos laborales, en estas cifras tiene una respuesta.
Si la Unión Europea lo que reclama es respeto a los derechos laborales, en estas cifras tiene una respuesta.
Le pedimos a todos aquellos que nos analizan desde la comunidad internacional objetividad con Colombia.
El derecho de los colombianos a que se nos respete, a que no se nos trate discriminadamente en materia de tratados internacionales de comercio, en relación con otros países de la región, es un derecho que lo sustentamos en estos esfuerzos: en el esfuerzo de la seguridad con valores democráticos, en el esfuerzo de la protección de los trabajadores y en el esfuerzo del respeto a los derechos laborales
Yo rogaría, Cesar Mauricio (Velásquez, Secretario de Prensa de la Presidencia de la República) que esto se difunda ampliamente, y que la Cancillería haga conocer esto en todas las embajadas, en todas las embajadas nuestras ante la comunidad internacional, y en las embajadas de los diferentes países acreditadas en Bogotá.
Algunos colombianos me preguntan: ‘Bueno Presidente ¿Pero por qué si llevamos cuatro, cinco años de una alta tasa de inversión, todavía tenemos una tasa de desempleo tan alta?’. Por varias razones: Porque nosotros hemos tenido la experiencia de muchos países del mundo que solo han salido adelante después de muchos años de prosperidad. China lleva más de 20 años con una tasa de inversión altísima, y solamente ha reivindicado de la pobreza a 400 millones de chinos, de una población de mil 300 millones de chinos.
El desempleo no se genera por decreto, las inversiones no se realizan de la noche a la mañana.
Acceso a mercados
He pensado, apreciada comunidad académica, que el país necesita para poder generar posibilidades de empleo de buena calidad y posibilidades de emprendimiento, seis elementos: continuar mejorando la seguridad; continuar promoviendo la inversión con fraternidad, y la inversión le dice a uno ‘bueno, hay seguridad y hay zonas francas y hay estímulos a la inversión y hay reglas de estabilidad, ¿pero sí hay acceso a mercados?’. Ese es el tercer elemento: acceso a mercados.
Este país entre 1989 y 2003 tuvo una apertura unilateral, abrió su economía, abrió su mercado para que llegaran productos del extranjero, pero no abrimos mercados en el extranjero.
Solamente teníamos el mercado andino, un acuerdo de comercio que resulta totalmente corto con México, y preferencias unilaterales de los Estados Unidos y de Europa, que por su unilateralidad son precarias.
En estos años de Gobierno nos hemos dedicado, y es muy difícil lograrlo, a abrir mercados.
Hoy no nos hemos separado de un teléfono celular tratando de cerrar un aspecto, el aspecto lácteo en ese acuerdo con la Unión Europea.
En estos años de Gobierno hemos hecho el acuerdo Comunidad Andina–Mercosur, el acuerdo con Chile, el acuerdo con Perú para ir más allá de los mínimos de la comunidad andina, el acuerdo con tres países centroamericanos que se firmó aquí en Medellín, ahora la negociación con Panamá, el acuerdo con Estados Unidos pendiente en el Congreso.
Espero que este mensaje que he dado hoy desde la Universidad de Medellín, sea atentamente leído en el Congreso de Estados Unidos.
El acuerdo con la Unión Europea pendiente del tema lácteo. Nos demoramos cuatro años y cerramos un acuerdo de promoción de inversiones con China, también lo hemos firmado con India.
Y aspiramos en estos meses finales de Gobierno poder hacer el acuerdo con Panamá y el acuerdo con Corea, los coreanos, nuestros hermanos asiáticos, el camino para nuestro ingreso al Asia.
Cuando saludo a algunos estudiantes me decían algunos que están estudiando negocios internacionales, especialmente al oído de ellos: en estos acuerdos necesitamos acuerdos de comercio, no apertura unilateral; en estos acuerdos necesitamos acuerdos de comercio y también acuerdos de promoción de inversiones; en estos acuerdos necesitamos acuerdos de comercio y también acuerdos que desmonten la doble tributación.
Quiero dejar esa reflexión a los estudiantes de negocios internacionales.
Entonces para el empleo y para el emprendimiento hemos hablado hasta el momento de tres elementos: el rumbo de la seguridad, la promoción de inversiones, el acceso a mercados. Y viene otro.
Entonces si hay acceso a mercados se preguntan: ‘Bueno, ustedes abrieron el mercado del Asia ¿Tienen qué exportar al Asia?’. Y la respuesta es no. Producimos muy poquito níquel, muy poquito cobre, nosotros no tenemos la producción de soya de Brasil y Argentina, lo que producimos en manufactura todavía es muy básico.
Innovación para exportar
Hay un tema que se llama idoneidad de la oferta exportadora. Colombia tiene que seguir avanzando en eso. Todavía no tenemos el suficiente valor agregado para mejorar nuestra canasta exportadora.
Eso obliga a una respuesta en el tema de generación de empleo, que es la innovación. El país tiene que innovar para agregarle valor a lo que tradicionalmente producimos, y para definir sectores en los cuales podamos ser un jugador de talla mundial.
Aspectos de innovación. Yo veo el esfuerzo de los textileros y de los confeccionistas de Medellín, bien importante, ejemplar, ilustrativo; en lugar de competir con manufactura básica, con confección básica, ellos están buscando competir con confección que sea demandada en nichos de mercado de alto poder adquisitivo.
Ese es un ejemplo de innovación en lo que producimos, de mejoramiento en lo que producimos.
El café: en lugar de mandar café verde en sacos de fique hay que producir café en condiciones que merezca el sello ambiental, café ambiental en condiciones que merezca el sello de las organizaciones internacionales de ornitólogos; hay que producir café especial, hay que agregarle mucho valor en el empaque, en la presentación.
Sectores de talla mundial
Y sectores nuevos. Voy a dejar para lo último dos que pueden ser de gran utilidad en esta tierra.
El sector de biocombustibles, sector nuevo en el cual Colombia puede ser un jugador de talla mundial. Hoy somos el segundo –y eso empezó en este Gobierno- productor de etanol en América Latina después de Brasil. Pero tenemos una barrera de expansión, porque además del Valle del Cauca no tenemos todavía bien estudiadas otras tierras del país donde podamos ampliar la producción de caña en condiciones de competitividad, para producir etanol, alcohol carburante.
En biodiesel a partir de palma africana tenemos una gran posibilidad, y Antioquia la tiene, Antioquia la tiene en el nordeste, en toda la ribera del Magdalena, en el Bajo Cauca, en Urabá.
El país hoy es el primer productor latinoamericano de biodiesel a partir de palma africana.
Y miren cómo se exige investigar: veníamos creciendo aceleradamente, en este Gobierno pasamos de 175 mil hectáreas de palma africana a casi 400 mil, y habríamos podido llegar a 600 mil, pero ha padecido una enfermedad que se llama la pudrición del cogollo, y nos ha frenado mucho esa fuente de empleo.
Allí hay un sector bien importante en el cual el país puede ser un jugador de talla mundial.
Estudiantes, apreciada comunidad académica, este tema: Colombia puede producir biocombustibles con dos condiciones, sin tumbar la selva –este país todavía tiene casi 600 mil kilómetros de selva- y sin afectar, sin limitar la seguridad alimentaria. Eso es bien, bien interesante.
Otro sector de talla mundial, la producción de medicamentos; otro, la producción de cosméticos; otro, la producción de software.
Y me voy a referir a dos bien importantes para Antioquia: lo que se llama el Business Process Outsourcing (BPO) que es el centro de servicios telefónicos, el Call Center pero con valor agregado. No solamente para recibir una llamada y separar un tiquete aéreo, sino para poder recibir una llamada y a distancia producir unos planos de arquitectura del mayor nivel, dirigir una obra de ingeniería, tener telemedicina, etcétera.
La ciudad de Manizales ha venido reduciendo sensiblemente el desempleo, promoviendo en la ciudad de Manizales el Call Center y el Business Process Outsourcing. Yo veo aquí una enorme posibilidad, pero una enorme posibilidad.
Y otro sector, el turismo médico. Aquí hay unos antecedentes, el good will. Somos mundialmente reconocidos por los transplantes.
El Gobierno entre la política de zona franca ha estimulado la política de zonas francas al sector de la salud. Aquí ya hay dos, una en plena construcción. Esta mañana pasábamos en frente de ella con el señor Gobernador, el hospital de San Vicente en Rionegro, con zona franca, inversión 240 mil millones.
Y se aprobó recientemente la de la Clínica Soma, inversión de 32 millones de dólares, en Sabaneta (Antioquia). Allí hay un Potosí, un potosí porque nuestros servicios de salud, que tienen good will internacional, pueden ser muy competitivos por la alta calidad y el bajo costo.
Son muchos esos sectores en los cuales podemos ser de talla mundial.
Entonces todo eso necesita innovación, seguridad, promoción de la inversión, acceso a mercados, innovación.
Revolución Educativa
Y viene la otra pregunta ¿Cómo innovamos? Con una Revolución Educativa permanente.
Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo en este Gobierno, en el Ministerio y en el Sena. Yo me siento orgulloso de la tarea del Ministerio de Educación y la tarea del Sena.
Cuando empezó nuestro Gobierno teníamos una cobertura en educación media del 78 por ciento, está llegando al ciento por ciento; en educación básica era del 57 por ciento, está llegando al 80 (por ciento); graduábamos 424 mil bachilleres, este año se van a graduar más de 700 mil; teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, estamos llegando a millón 700 (mil); el Icetex financiaba 60 mil (estudiantes) ahora está financiando 300 mil.
Creo que hemos mejorado en calidad. Los profesores ya se seleccionan es con concurso, no solamente tenemos las pruebas Icfes sino las pruebas Saber. Estamos examinando los egresados de las universidades con las pruebas Ecaes. Y el país tiene hoy una gran emulación con lo que se llama el certificado de calidad institucional, certificado de excelencia en programas universitarios.
¿Cómo es que se llama el certificado básico? Porque hay una acreditación básica y otra de excelencia.
El primero es etapa superada en la vida colombiana. Lo que se requiere es el certificado institucional y ese certificado que yo llamo de excelencia de programas por encima de los mínimos. El país ha avanzado bastante en eso.
Se decía: ‘mire, con la masificación que va a hacer el Gobierno de Uribe se va a deteriorar la calidad’. No se nos ha deteriorado, ha mejorado. Y es el país que más exige hoy en materia de pruebas domésticas de educación en América Latina y que más expone sus estudiantes a pruebas internacionales de calidad, competiendo contra estudiantes de los países desarrollados.
Ahora, hay grandes retos.
Nosotros vamos a ver cómo dejamos el 85 por ciento de la matrícula pública con conectividad de muy buena calidad de banda. Ya hay gobernaciones ayudando ejemplarmente, como la Gobernación de Antioquia. El país tiene ahí un enorme reto, un enorme reto, porque todavía hay regiones muy abandonadas.
El Sena, aquí nos acompaña el doctor Darío Montoya, su director. Hoy es fácil hablar de lo que ha hecho el Sena, pero él sabe lo difícil por la oposición que había al interior de la institución y por los vicios de la politiquería que lo que querían era acabar con el Sena.
En la administración del doctor Darío Montoya el Sena ha pasado de capacitar un millón 100 mil colombianos por año, el año pasado siete millones 800 mil. El Sena tenía 41 mil estudiantes matriculados en programas de grado, en programas titulados, hoy tiene 500 mil.
Se ha hecho una gran revolución: los acuerdos del Sena con universidades, para que muchos técnicos y tecnólogos graduados en el Sena puedan después acceder a una universidad, completar los estudios y llegar al grado superior.
Los estudiantes decían: ‘No Presidente, no nos ofrezcan técnicas y tecnologías, eso es de segundo nivel de importancia, lo que necesitamos es poder hacer la carrera profesional’.
Para evitar esa aversión del estudiante a la técnica y a la tecnología, se ha hecho esto que los científicos de la materia llaman la educación por ciclos.
El Sena se ha convertido en la gran institución de enseñanza del inglés en el país. Un millón de estudiante por Internet aprendiendo inglés. Buena parte de los profesores desde el archipiélago de San Andrés.
Como eso se ha dictado por transmisión satelital, ahora se está instalando un cable submarino a San Andrés para hacer del archipiélago un gran centro, un centro con toda la fortaleza para la revolución de las comunicaciones.
El año pasado con un gran esfuerzo del honorable Representante antioqueño (a la Cámara) Jaime Restrepo Cuartas, se aprobó la nueva ley de ciencia y tecnología, que ayuda muchísimo.
Yo tengo mucha fe en eso que ha hecho el Sena.
Entonces algunos dicen: ‘No Presidente, es que para generar empleo hay que quitar la contribución al Sena, a Bienestar Familiar y las cajas de compensación’.
Yo he querido mirar el tema sin ideologismos, si sesgo, y me he preguntado: Quitamos esa contribución ¿Con qué sostenemos estas entidades? No hay otras alternativas del presupuesto.
Me he preguntado: ¿Por qué vamos a quitar eso, si eso también le sirve enormemente a la pequeña empresa?
Me he preguntado: ¿Será que eso genera mucho empleo? Al principio.
Pero mire, por mas que quitemos nosotros esas contribuciones no se va a generar empleo. La generación de empleo depende de temas más profundos, como este del cual estamos hablando; depende de la seguridad, la promoción de inversiones, el acceso a mercados, innovar para tener una oferta productiva, competitiva en el mundo, una Revolución Educativa permanente que nos dé productividad, competitividad e infraestructura.
Yo le comentaba al señor Gobernador hoy que en el tema de infraestructura de pronto nosotros nos habíamos esmerado mucho en infraestructura al interior de nuestras ciudades, pero habíamos olvidado la infraestructura de competitividad.
Cada vez que voy a aterrizar en Medellín miro por la ventanilla del avión y a algún compañero de Gobierno que no esté bien familiarizado con Medellín le digo: Mire, todos los días yo admiro más a mis coterráneos. En este estrecho Valle de Aburrá, a tanta distancia del mar y vea lo que han hecho.
Aquí se ha trabajado a mucha distancia y con muchas dificultades.
Ojala podamos ese contrato, que ya está firmado, de Autopistas de la Montaña, convertirlo en realidad.
Y veo con mucho aliento el acuerdo entre el Sena y la Gobernación, para desarrollar en el Alto de Las Palmas un gran parque tecnológico.
La verdad es que nosotros no podemos pensar que vamos a generar empleo a esta distancia al mar, con industria básica de valor agregado.
Por eso en buena hora ese esfuerzo del parque tecnológico y estos esfuerzos de las universidades. Allí está el futuro del empleo de buena calidad y de las posibilidades de emprendimiento.
Avance de los programas sociales
En el tema social, además de esto de la educación, el país ha avanzado mucho en la salud. Ha habido mucha crítica en estos días. Todo eso yo creo que va a resultar para bien lo que se está haciendo.
Hemos avanzado mucho en Familias en Acción, hemos avanzado mucho en microcréditos.
Los estudiosos del empleo, porque nosotros veníamos reduciendo velozmente el desempleo y ahora se nos ha vuelto a subir, no porque hayamos destruido empleo, es de los poquitos países que no ha destruido empleo en la crisis.
En este Gobierno se han creado aproximadamente dos millones 700 mil empleos. El año pasado se creó empleo, lo que pasa es que se creó en menor proporción al incremento de la tasa de participación.
Antes de la población económicamente activa participaba el 55 por ciento, en el empleo, hoy participa el 63, 64 (por ciento) un enorme crecimiento de la tasa de participación.
Yo veo con mucho entusiasmo que se puedan desarrollar en el país todos estos elementos.
Transformación de la salud
Yo quisiera hacer un recuento de la salud, anterior a mi Gobierno.
Dividamos el país en tres etapas: la anterior a 1993, la comprendida entre el 93 y el 2002, y lo que ha pasado del 2002 a la fecha.
Anterior a la Ley 100 del 93, Colombia tenía los siguientes servicios de salud:
En el Seguro Social no había una atención a más de tres millones de personas. Yo creo que sumando cotizantes más algunos beneficiarios de familia, porque en el Seguro Social en esa época era mínima la cobertura de familia, no llegaban a tres millones de beneficiarios.
Millón y medio de colombiano tenían póliza de medicina prepagada ¿Y el resto cómo se atendía la salud? Los pobres a los servicios de caridad –eran mejores en unas partes que en otras- y los pudientes los pagaban de su bolsillo.
¿Qué pasó cuando aprobamos al Ley 100 entre el 93 y el 2002? Aseguramos 23 millones de colombianos.
¿Y que ha pasado del 2002 a la fecha? Hemos pasado de un aseguramiento de 23 millones a 41 millones.
Estamos hoy en condiciones de llegar a la plena cobertura.
Mire, al Gobernador yo lo voy a invitar a esto: que hagan un recorrido ustedes en Antioquia, en estos cinco meses que le faltan a este Gobierno Nacional, hagan el censo de los ciudadanos que falten por aseguramiento, yo creo que los podemos asegurar a todos, porque todavía tenemos dos millones y medio de cupos de Régimen Subsidiado para el país, sin utilizar.
A Barranquilla le habíamos dado 50 mil y hace tres días nos dijo el Alcalde de Barranquilla ‘los estamos buscando y no los hemos encontrado’. Y creo que lo mismo se repite en el país.
Ahora, en el esfuerzo de aseguramiento total hay que inducir muchísimo al aseguramiento en Régimen Contributivo.
El Ministerio (de la Protección Social) y las gobernaciones ojala puedan realizar en estos cinco meses esa tarea para llegar al aseguramiento total. Ya no nos falta mucho.
De preferencia induciendo el aseguramiento al Régimen Contributivo. No hemos cerrado un hospital público en este Gobierno, pero sí hemos reestructurado 220. A Antioquia solamente se le entregaron en el Gobierno del doctor Aníbal Gaviria (ex Gobernador de Antioquia) aproximadamente 34 mil millones para ayudar a restructuración hospitalaria.
Yo lo tengo por aquí.
A mí me tocó empezar la aplicación de la Ley 100 en Antioquia, cuando empezó nuestra gobernación, y al término de ella dejamos millón 27 mil antioqueños afiliados al Régimen Subsidiado.
Cuando empezó nuestra administración presidencial había un millón 198 mil, habíamos pasado de millón 27 a un millón 198 mil, hoy hay 2 millones 694 mil. Es un gran crecimiento, pero tenemos que buscar cómo lo que falta lo inducimos al Régimen Contributivo.
¿Cómo hacemos la nivelación? Porque uno de los objetivos y de las normas de la reforma reciente por Emergencia Social, es poder hacer la nivelación: que los servicios del Régimen Subsidiado estén en el mismo nivel de los servicios del Régimen Contributivo.
Ya eso se da para 11 millones de jóvenes menores de 18 años. Ahora hay que universalizarlo como se está universalizando en la ciudad de Barranquilla. Allá ha habido discusiones.
Yo creo que en el Gobierno nos equivocamos, y por las equivocaciones tiene que responder el Presidente. Yo no sé porqué dejé que pusiéramos ahí lo de las cesantías. Era un tema marginal y es el que causó tanto revuelo y tanta dificultad. O desafiar la estima ética de los médicos con unas sanciones económicas.
Temas marginales que no eran del fondo de la reforma y que hacen tanto daño.
Bueno, ha dado la oportunidad de hacer algo que tienen que hacer los gobiernos democráticos, que es aprender a reconocer, rectificar.
(Enrico) Ferri, el maestro de (Jorge Eliécer) Gaitán decía que la autoridad hay que cimentarla en la capacidad de conceder la razón cuando no se tenga o de reclamarla con base en argumentos.
El Gobierno ha dicho que retira lo de las cesantías, y para hacerlo eficaz, primero, para que no se aplique no lo reglamenta, y segundo, para que quede definitivamente derogado, impulsa el proyecto de ley desde el 16 de marzo, que regrese el Congreso, y vamos a tratar que antes del 20 de julio, cuando finaliza el ultimo periodo legislativo que corresponde a este Gobierno, eso esté derogado. Lo mismo lo de las sanciones económicas a los médicos.
Ayer me preguntaba un comunicador: ‘¿Bueno Presidente, pero si eso lo derogan ahora?’. A mí me preocupa mucho.
Yo he venido dando las razones que el Gobierno estima desde el punto de vista jurídico, para sustentar que se ha cumplido con los requisitos constitucionales del Estado de Emergencia.
Y también voy a dar razones políticas. El Alcalde de Cali (Jorge Iván Ospina) en algo bien importante decía: “Mire yo me críe viendo que en este país se decretaba el estado de sitio por orden público, ahora estoy muy contento que haya Emergencia para enfrentar temas sociales”.
Y voy a proponer un tema práctico. El lunes oí en la posesión del nuevo Presidente de Uruguay (José Mujica) y le oí ese discurso con deleite, me pareció un discurso de un nivel pragmático excelente, ojala lo leyeran por Internet. Decía un viejo luchador que es él: “Las demandas sociales son infinitas, los recursos son finitos”.
Entre las conclusiones prácticas decía: “Más importante que tolerarnos es que cooperemos entre nosotros”.
La primera instancia que reclaman los valores de la democracia es la de la tolerancia, pero hay que reclamar otra, que es la de la cooperación.
Todas las ramas del poder público tenemos que cooperar para contribuir a los grandes temas nacionales.
Y desde el punto de vista práctico pregunto ¿Qué es mejor para el final de este Gobierno y para el nuevo Gobierno, que haya estas normas excepcionales sobre la salud, con la posibilidad de que con voluntad de este Gobierno, del nuevo Gobierno y del Congreso, el Congreso las mejore, y que mientras se dan esas nuevas leyes tengamos estas normas excepcionales, o que una derogatoria nos deje a nosotros sin estas normas excepcionales y sin estos recursos, y que tengamos que enfrentar una crisis de la salud sin recursos para atenderla, mientras el nuevo Gobierno logra que se le aprueben las nuevas leyes?
Es una reflexión práctica que yo quiero hacer a este debate constitucional y político que se da en la Patria, en este momento, sobre el tema de al salud.
Si ustedes me preguntaran: ‘¿Presidente y en el tema de las preocupaciones por el futuro del país en materia social qué hay?’.
La política obliga a que se esté pensando más que en el ayer. El ayer hay que repasarlo como hay que repasar la historia, y sobre todo en este Bicentenario (de la Independencia) para aprender.
Decía el pensador: ‘Quien no conoce la historia no es capaz de vivir el presente y puede perder el futuro’.
Pero hay que estar pensando a toda hora en el futuro.
Nosotros en Bienestar Familiar hemos avanzado mucho –en Antioquia nos ayuda Maná- hemos pasado de cinco millones de usuarios a 12 millones de usuarios.
Pero apenas vamos a completar este año 500 mil niños de primera infancia en cobertura escolar. Allí el país tiene un gran reto.
Nosotros hemos avanzado mucho en el sistema de salud, pero tenemos que lograr que hayan muchos más colombianos en Régimen Contributivo.
Tenemos todavía muy poquita afiliación a las pensiones. Tenemos nueve millones de trabajadores colombianos que no tienen expectativa de pensionarse. Eso es muy grave.
¿Qué puede pasar con ellos envejecidos y sin pensión? Este Gobierno apenas ha logrado atender un millón de ancianos en Colombia. Es poco, pero venimos de 60 mil. Eso atendía el país.
Nosotros aprobamos unas leyes que le dan instrumentos al siguiente Gobierno, frescas, que le permite al Gobierno hacer aportes fiscales para pagar un beneficio de retiro a trabajadores pobres que no hubieran tenido pensión.
El país tiene que hacer ese esfuerzo en los próximos años. Un esfuerzo doble: por un lado el apoyo a trabajadores pobres para tener un beneficio de retiro y por el otro lado el esfuerzo de vincularlos a todos al sistema pensional.
Ahí tenemos preocupaciones enormes a futuro, que en el balance que yo le tengo que hacer a los colombianos no puedo dejar de omitirlas, porque son temas que todavía nos superan, nos superan de largo y que necesitarán continuados esfuerzos del país.
Yo quiero llegar hasta aquí, apreciada comunidad académica, y mejor responder unas inquietudes, unas preocupaciones que ustedes tengan. Y le pido a nuestro Rector que les dé la palabra”. |