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Marzo 12     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la Universidad Eafit

Medellín, 12 mar (SP). “Es un alto honor estar hoy en la Universidad.

La señora Ministra de Educación (Cecilia María Vélez) estará aquí la semana entrante señor Rector (de la Universidad Eafit, Juan Luis Mejía). Entregará a la Universidad la resolución de renovación de la acreditación institucional.

La Universidad es un ejemplo en la acreditación de todos los programas, en el avance de la acreditación de excelencia y en la capacidad de mantener y proyectar la acreditación institucional.

Este es un foro muy interesante. Yo quiero congratular las dos exposiciones que acabamos de escuchar del profesor Hugo López (Gerente Regional del Banco de la República) y del profesor Jesús Botero (catedrático de Eafit).

Este tipo de discusiones son las discusiones que necesita la Patria para que en un ambiente, constructivo, analítico, el país vaya encontrando caminos para mejorar.

Yo quisiera referirme apreciada comunidad académica, a los siguientes temas: primero el marco general de este Gobierno. Después los cinco puntos, seis puntos que este Gobierno estima necesarios para el empleo.

Después hacer una referencias ha estos temas de mis ilustres antecesores.

Los dos tiempos de este Gobierno en empleo, antes de la crisis y los dos últimos años de crisis.

Lo que ha pasado en la crisis, el tema de la pobreza.

Un tema bien importante, una crisis en la cual logramos frenar la deserción escolar y universitaria. Por que uno no puede mirar el tema del empleo de jefes de hogar y el comportamiento general del empleo en una crisis, sin mirar que ha pasado con la deserción escolar y universitaria.

El tema de la relación costo capital-costo laboral, la legislación laboral y hacer unos comentarios sobre la muy interesante propuesta del profesor Botero.

Confianza y seguridad

Hace diez años, hace ocho años yo preguntaba a los estudiantes colombianos… ¿Quiénes tienen acá menos de 18 años? Levanten la mano. Eran unos niñitos.

¿Quiénes tienen entre 18 y 20? Eran unos niñitos.

¿Quiénes tienen más de 20? Eran unos niñitos.

Yo preguntaba a los estudiantes si habían pensado alguna vez irse definitivamente de Colombia y la gran mayoría me contestaba que sí.

Era una especie de sentimiento de desarraigo, de ruptura de las raíces con la Patria. Eso nos llevo a proponer una palabra para guiar nuestra acción pública: construir confianza en Colombia.

Y por eso hemos trabajado tres caminos que consideramos inseparables: la seguridad con valores democráticos, la inversión —a la cual se refirió ampliamente el profesor Botero— con responsabilidad social, y el mejoramiento de las coberturas sociales; son inseparables.

Y quiero hacer unas anotaciones políticas, apreciada comunidad académica.

En la historia de mi Patria, en el periodo mío como estudiante, de mi generación, en nuestra incursión en la vida pública, siempre nos presentaba el tema de la seguridad como un riesgo de los dictadores.

Y la única posibilidad que se nos daba era la de resolver los problemas sociales, pero desestimando y más que desestimando, renegando de la seguridad.

Yo creo que un intangible importante de lo últimos años es haber avanzado mucho en la renovación de esa conciencia, en la modificación de esa conciencia.

Yo creo mientras a mi generación la formaron en esa idea, que lo único que había que hacer era resolver los problemas sociales, desestimar y renegar de la seguridad, hoy el país ha venido por otro rumbo: entender que la política de seguridad es inseparable de la política del mejoramiento social.

La seguridad es una condición fundamental para que haya tasa de inversión; ésta es una condición fundamental para que haya política social y la política social en la democracia es un gran validador de la seguridad y la de la política de promoción de inversión.

Allí ha trabajado nuestro Gobierno.

Al final voy a dejar unas preocupaciones a los estudiantes invitándolos a que las investiguen con motivo del Bicentenario, sobre esta historia de violencia en nuestra Patria.

Empleo, inversión e iniciativa privada

Nosotros hemos pensado que para generar empleo y crear un ambiente de emprendimiento, el país necesita seis elementos: la seguridad, una política permanente de promoción de inversión, acceso a mercados, innovación productiva, una revolución educativa y un tema muy particular de Colombia, el tema de infraestructura.

Dejemos por ahora la seguridad.

El tema de la promoción de la inversión es un tema que necesita posturas políticas, manejo macroeconómico y detalles.

Posturas políticas. Yo creo que mientras en el continente en muchas partes han afectado la confianza de inversión, quieren destruir la iniciativa privada, acrecentar esa confianza en Colombia, hacer todo lo contrario de lo que ocurre en otros países, genera para Colombia muchos dividendos.

La verdad es que América Latina ha vivido entre extremos. En unas décadas América Latina se ha dedicado a destruir el Estado y en otras décadas a destruir la iniciativa privada.

Nosotros hemos procurado reformar 431 entidades del Estado sin destruirlo y al mismo tiempo fomentar enormemente la iniciativa privada.

No es la primera vez que hay proyectos estatizadores en América Latina: la revolución de Brasil de Getulio Vargas en el siglo pasado, a partir de los años 30, que tuvo su influencia hasta los años 60. Creó también unas tendencias estatistas que hicieron mucho daño. Ni qué decir de la revolución (Juan) Velasco Alvarado del Perú o la revolución de Víctor Paz Estenssoro en Bolivia, del año 50, del año 52.

Revoluciones estatizadoras que por anular la iniciativa privada, la creatividad, anularon también crecimiento, innovación, ciencia.

En mi concepto, en un sistema en el cual se anula la iniciativa privada, también se anula la evolución de la ciencia. La evolución de la ciencia no depende solamente de los recursos; depende de la actitud ciudadana. Y esa creatividad que permite la evolución de la ciencia se marchita, se desacelera cuando se afecta la iniciativa privada.

Para ir rápidamente en este tema y no hablar de todas las reformas hechas por nuestro Gobierno para estimular la iniciativa en Colombia, quiero simplemente hablarles de algunos resultados.

Yo vi aquí unas cifras de tasa de inversión del 16 (por ciento) antes, pero eran puntuales, porque tuvimos unos períodos muy largos de tasas de inversión del 12, 14 (por ciento), y el sector privado apenas del 8 (por ciento). Creo que algo importante que ha sucedido en nuestro país en estos años, como lo mostraban las gráficas de los ilustres profesores, hemos pasado a tasas de inversión del 26 (por ciento), ya sostenidas en cuatro años. Pero eso necesita proyección, apreciados estudiantes, proyección.

Los dictadores se preocupan por aferrarse al poder por temor a perderlo; los demócratas se preocupan por el qué habrá de pasar a las nuevas generaciones.

A mi me preocupa que el país no mantenga un rumbo de promoción de una elevada tasa de inversión.

Y no lo quiero comparar con países capitalistas, lo he comparado con China. China lleva 20 años después de que Deng Xiaoping abrió esa economía, confrontándola con lo que habían sido los principales paradigmas de Mao Tse Tung, un momento de quiebre bien importante de la historia universal. Y China, de allá para acá ha tenido tasas de inversión muy altas, inversión extranjera de 55 (por ciento), 60 (por ciento), 77 mil millones de dólares.

Y hay una realidad que acredita que esto hay que mantenerlo en el largo plazo. Después de 20 años de esa altísima tasa de inversión, China solamente ha reivindicado de la pobreza a 400 millones de ciudadanos, de un total de mil 300.

Por eso estas políticas son necesarias pero no milagrosas, necesitan sostenibilidad en el largo plazo mejorándolas; no se pueden estancar, hay que mejorarlas, hay que vivir en una senda de mejoramiento continuo, pero no abandonarlas.

Yo creo que es oportuno en este momento de reflexión política en Colombia, para ilustrar lo del largo plazo, recordar una bellísima historia de Bertrand Russell, el matemático y filósofo británico.

A principio de los años 50 se encontró con un profesor asiático y tuvieron unos diálogos muy, muy profundos. Y en un diálogo de esos, le pregunta Bertrand Russell —era 1950—, le pregunta al profesor asiático: ‘Profesor ¿Usted qué piensa de la Revolución Francesa y de la Revolución Americana que la antecedió?’ Y el profesor asiático contestó: ‘Es muy prematuro para pronunciarnos sobre esas dos revoluciones’.

Un problema que hemos tenido nosotros es el cortoplacismo. Yo creo que hay que pensar, proyectar y actuar con rumbos de largo plazo. Yo no escondo que la necesidad del rumbo del largo plazo en mis preocupaciones políticas es fundamental pensando en el futuro de la Nación.

Ningún Gobierno anterior en Colombia fue adverso a la inversión. Pero yo creo que este es el Gobierno que más interés le ha puesto.

Ya les dije la evolución de la tasa de inversión. Les agregaría esto: el año pasado, cuando ustedes ponderan la privada y la pública, Colombia es el país latinoamericano con mayor tasa de inversión. A mi me sorprendía, hace pocos días, veíamos el tema con el Director de Planeación (Esteban Piedrahita), y él me decía: ‘Presidente, estoy seguro que nos ganó Brasil’. Y la fue a mirar y la de Brasil fue entre 16 (por ciento) y 17. La nuestra 25.3 (por ciento) el año pasado, en semejante crisis.

Nosotros pasamos de tener un país con una Inversión Extranjera Directa entre 400 y 2 mil millones de dólares. En los últimos años ha estado en 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 38. Año récord 2008, con 10 mil 578 millones de dólares.

El año pasado, mientras en el mundo la Inversión Extranjera Directa cayó en el 29 (por ciento), en Colombia bajó del año pico 10 mil 500 y pico, el Banco de la República hace un mes publicó la inversión extranjera bruta del año pasado sin incluir la cuenta de compensación —yo no sé doctor Hugo si ya la incluyeron¬— correspondiente al mes de diciembre.

Y aparecía esto: 9 mil 530 millones de dólares. O sea que en un año de tanta crisis y es la segunda récord en Colombia. Eso no se puede desestimar. Yo diría que hay que mantenerlo al largo plazo.

Ahora, hubo un mejor comportamiento en 2008 que en 2009, porque en 2008 no se concentró tanto en minería e hidrocarburos como en 2009. En 2008 en minería e hidrocarburos fue un 54 por ciento, un 46 por ciento en los otros sectores de la economía; en 2009 se nos concentró mucho. Ojalá haya esta recuperación de la economía mundial y mantengamos esa tasa creciente de inversión y diversificada, no concentrada como se nos concentró en el 2009 en minería, hidrocarburos y en general, en energía.

Productividad y competitividad

Y esto ha estado acompañado de crecimientos de productividad. El Foro Económico Mundial reconoció el año pasado que Colombia había avanzado 5 puntos en productividad. Y nosotros llevamos tres años continuos en ese otro escalafón de productividad, de competitividad que es el Doing Business del Banco Mundial, calificándonos como países de vanguardia.

Empezó el Gobierno, estábamos en ese escalafón en el 68 por ciento. Ahora estamos en el 37.

Uno sale al extranjero y a mí me han regañado. Una vez me decía alguien de Argentina: ‘Pero cómo así que Colombia nos ganó en eso, Presidente y echen esa mentira’. Y yo le dije hombre, hágale ese reclamo al Banco Mundial, que es el que califica para posicionarnos en ese escalafón.

Estamos en por encima de todos los países latinoamericanos. Pero lo más es que uno no se puede bañar en agua de laurel e irse a dormir. En eso hay que estar trabajando a toda hora.

En los años que el Ministro (de Comercio, Industria y Turismo), Luis Guillermo Plata -sobresaliente colombiano— me ha dicho ‘Presidente, volvimos a ganar el Doing Business , yo no lo felicito, sino que le digo ¿ya vas a empezar las reformas para que el país lo vuelva ganar el año entrante?

Y ahora se acaba de presentar algo bien importante, apreciados jóvenes, que empezamos ya a mirar el Doing Business por ciudades colombianas, y la ciudad de Manizales (Caldas) se gano el primer puesto este año, calificada por el Banco Mundial.

Entonces ya empieza a haber una gran, una muy constructiva emulación entre ciudades colombianas.

Y ahí hay un tema social vinculado bien importante. El año pasado Naciones Unidas dijo que Colombia había sido después de China, con Perú, los países que más habían avanzado en el Índice de Desarrollo Humano, certificación de Naciones Unidas. Yo creo que un gran avance.

Y el Banco Mundial ha certificado que Colombia es uno de los países que más está avanzando en ese indicador social que se llama el Índice de Oportunidades.

Porque ustedes saben que entre una oportunidad educativa y un resultado laboral pasa un tiempo muy largo. Entonces uno no puede medir una oportunidad educativa a través de un índice de empleo, tiene que estudiarla como un indicador de oportunidades que más tarde se tiene que traducir en el índice por ejemplo de empleo.

Pero los inversionistas preguntan: ¿los domésticos y los internacionales? Correcto. Colombia tiene seguridad, por lo menos el país está con toda la determinación para avanzar en seguridad; hay problemas que resolver pero van por esa senda.

Colombia promueve la inversión, correcto. Pero ¿dónde vendemos? Entonces eso nos lleva al tercer punto de lo que ha pensado este Gobierno, que es el acceso a mercados. Uno tiene que potenciar la demanda interna y acceder a mercados.

Tratados y acceso a mercados

Yo veo un problema grave, un problema grave. Es que en America Latina también en esta materia ha habido extremismos. Muchos años nos tuvieron con la idea de las economías cerradas, la idea de las economías cerradas, la idea cepalina de los años 60.

Y después nos entraron también en una película de globalización, desconociendo temas fundamentales como los temas sociales.

Colombia entre el año 1989, final de la administración del Presidente (Virgilio) Barco, 2003, principio de nuestro Gobierno, hizo una apertura de su economía a productos extranjeros. Colombia hizo una desgravación arancelaria pero no abrió mercados.

Yo creo, apreciados profesores, que la academia debería hacer una reflexión sobre ese tema.

¿Qué mercados tuvimos en ese periodo? Solamente tuvimos el mercado andino, con todas sus fragilidades y riesgos; un acuerdo de comercio que habíamos hecho con México en su momento importante, a la luz de hoy sumamente superficial —todavía nuestro sector agropecuario no ha podido entrar al mercado mexicano a pesar de que México es importador de carne, importador de leche— y teníamos apenas esporádicas preferencias unilaterales de los Estados Unidos y de Europa.

A nuestro Gobierno al principio le tocó trabajar sin preferencias con Europa. Se habían vencido y no se habían renovado; las logramos renovar en nuestro Gobierno.

Y las épocas de preferencias unilaterales no estimulan inversión, porque el inversionista dice: ‘yo no se hasta cuando duran estas preferencias, no se si las van a renovar o no. Son muy precarias, no generan confianza’.

Si ustedes me preguntaran cuál es la diferencia entre una preferencia unilateral y un tratado de comercio, yo les diría la preferencia unilateral es precaria, no genera confianza de inversión, porque el inversionista no sabe hasta cuándo puede acceder a ese mercado. El tratado de comercio da reglas fijas, plazos largos, da confianza al inversionista.

¿Qué hemos hecho en este Gobierno? Buscar que el país haga el tránsito de un país que abrió su economía a otro país que abra mercados, de una apertura de la propia economía a una apertura de mercados.

Por eso en este Gobierno hemos hecho los siguientes tratados: Comunidad Andina-Mercosur (Mercado Común del Sur), que ayudó a convertir a Brasil en una de las principales fuentes de inversión en Colombia; el tratado con Chile.

En la historia de América Latina es muy importante ver que era Chile antes de (Salvador) Allende, después de Allende, todo el proceso que fue conduciendo al Gobierno de Allende, después todo el sistema a (Augusto) Pinochet; los 20 años de la Concertación (acuerdo entre partidos) que concluyeron ayer, y observar lo que va a pasar ahora.

Lo cierto es que Chile fue fundador de la Comunidad Andina. Los mayores en esta reunión recordamos cuando se reunieron en Colombia, y a esta ciudad vinieron —creo doctor Luis Alfredo (Ramos, Gobernador de Antioquia) que nosotros adolescentes fuimos a esa reunión— los fundadores de la Comunidad Andina: el Presidente Carlos Lleras Restrepo, el Presidente Fernando Belaúnde (Perú), el Presidente Raúl Leoni de Venezuela, el Presidente (Eduardo) Frei de Chile; yo no recuerdo quien vino de Bolivia, pero vamos a indagarlo. Años después Chile se retiró.

Jorge Valencia Jaramillo (economista, ex ministro y escritor), coterráneo nuestro, fue artífice de esa gran creación que hoy se llama Comunidad Andina.

Y Chile se retiró y nos quedamos muchos años de espaldas a Chile. Ahora hicimos el acuerdo con Chile. Pero un acuerdo profundo porque no es solamente de comercio; es de promoción de inversiones, es de desmonte de la doble tributación.

Porque ahí hay un tema bien importante, apreciados estudiantes. Una de las barreras de la inversión internacional es la doble tributación. Entonces el ideal es que si ISA (Interconexión Eléctrica SA) tiene unas inversiones en Colombia y otras inversiones en Brasil. En Brasil le cobren renta por las inversiones que tiene allá, en Colombia por las que tiene aquí. No puede ser que aquí le cobremos por las de aquí y por las de allá. Entonces el tema de la doble tributación hoy es muy sensible a la inversión.

Hicimos un acuerdo con Perú para profundizar inversiones más allá de la Comunidad Andina; el acuerdo con tres países centroamericanos y ahora estamos negociando el acuerdo con Panamá.

El acuerdo con Canadá. A mí no me había tocado un debate más difícil —y tocarme darlo en mi lengua extranjera que es ‘paisa-english’—, no me había tocado un debate más difícil que con unos opositores muy radicales en el parlamento de Canadá.

Hoy yo veo una cosa buena en Canadá: tanto el Gobierno como el principal partido de oposición están de acuerdo en aprobar el TLC (Tratado de Libre Comercio) con Colombia.

El TLC con Estados Unidos, que ustedes saben esta lucha; el TLC con la Unión Europea. Yo creo que eso va a ser de un gran cambio para Colombia. El acuerdo con China; el acuerdo con India; ahora la negociación con Corea.

Alguno de los profesores hablaba de la necesaria inserción en el Pacífico. En Corea nos quieren, quieren mucho a Colombia por la participación en la Guerra. Y Corea tiene que ser nuestro gran camino de ingreso al Asia Pacífico. Este Gobierno deja en plena negociación el acuerdo con Corea.

La inversión japonesa se había ido de Colombia en estampida por los secuestros. Se ha recuperado y estamos negociando el acuerdo de integración económica con Japón.

Yo creo que es bien importante que el país continúe en esa senda, que es muy difícil.

Cuando miren algunos obstáculos dentro de los tratados de comercio, o se hacen incompletos, o no hay voluntad de los ejecutivos, o se atrancan en los parlamentos.

Yo recuerdo que cuando propusimos el Tratado de Comercio con Estados Unidos la primera dificultad la encontramos al interior de nuestro gabinete. Algunos que decían que eso no se podía hacer.

Después se lo propusimos al Presidente (de Estados Unidos, George W.) Bush y él dijo: ‘¿Cómo vamos a hacer eso? Nosotros tenemos que hacer es el Tratado de Libre Comercio de Las Américas’. Dijimos: Presidente eso tiene un obstáculo político muy grande; es mejor ir avanzando a través de tratados bilaterales. Y después fue muy difícil la negociación, y hoy bastante atrancado todavía en el Congreso norteamericano.

O sea que la negociación de estos tratados hoy no es fácil. Por eso exige mucha, mucha insistencia y se deben complementar con los tratados de desmonte de la doble tributación y de promoción de inversiones e incluir los capítulos sociales como el capitulo laboral, el capitulo de Derechos Humanos, el capítulo ambiental.

Yo diría que la inclusión de esos tres capítulos —el laboral, respeto de los derechos laborales; el capitulo de los Derechos Humanos y el capitulo de los temas ambientales—, la inclusión de esos tres capítulos, es lo que marca la diferencia entre el viejo y el nuevo concepto de globalización, para poder hablar de globalización social me parece que hay que integrar estos tres capítulos.

Valor agregado y sectores de talla mundial

Y entonces surge otra pregunta. Bien, estamos trabajando en seguridad, estamos trabajando en promoción de inversiones, estamos trabajando en acceso a mercados, pero viene otra pregunta. Sí y ¿qué vamos a vender? Esa pregunta si que es importante.

Por ejemplo: ¿Por qué se han recuperado tan rápidamente, mucho más que la nuestra, economías comola peruana o como la economía chilena o aún la brasilera? Porque tenemos acceso a muchos mercados —nosotros todavía estamos muy restringidos— y tienen más oferta exportable.

Algunos países asiáticos necesariamente le tienen que comprar a Brasil carne, le tiene que comprar soya, le tienen que comprar otros productos básicos y le tienen que comprar minería y también le tienen que comprar manufactura de alto valor agregado, etcétera.

La canasta exportadora es fundamental entonces ¿Qué vamos a exportar? A eso se responde con el cuarto punto: se necesita innovación productiva. Por eso el Ministro Plata, en concentración con el sector privado ha venido trabajando, cómo agregarle valor a los sectores tradicionales de la economía.

Yo cito algunos ejemplos, apreciada comunidad académica. Me parece que el sector textilero y de confecciones de Medellín en eso ha mostrado una senda correcta, ha dicho nosotros no podemos dedicarnos a competir con confecciones básica pretendiendo que vamos a competir con una confección en la cual la ganancia nos la dé el bajo costo de la mano de obra. Nosotros lo que queremos es competir con valor agregado para llegarle a nicho de mercados especializados y muy exigentes.

Especializarse en eso. O los cafeteros. Nosotros no podemos simplemente no podemos tener café Caturra con exposición al sol, recoger café verde, empacarlo y venderlo al extranjero. Nosotros tenemos que tener cafés especiales, cafés ecológicos; agregarles valor e la producción y agregarles valor en la industrialización, en el empaque en el mercadeo. Para citar dos ejemplos de los muchos que podría haber en Colombia.

Ese punto se llama, en la oferta exportadora, para generar empleo, agreguemos valor a lo tradicional. Pero viene también la escogencia de los nuevos sectores, lo que se ha llamado en este Gobierno sectores de talla mundial.

Entonces en concertación con el sector privado se ha escogido lo de los biocombustibles en lo cual Colombia tiene una gran posibilidad y Antioquia la tiene en el Magdalena Medio, Antioquia la tiene en el Urabá y Antioquia la tiene en el Bajo Cauca. Ojala se pueda desarrollar.

Esta Patria nuestra tiene en los biocombustibles amén de muchas ventajas, dos que quiero compartir con ustedes y pedirles que ustedes las estudien y las procesen y las impulsen.

Nosotros tenemos casi 600 mil kilómetros de selva. Primera ventaja, no tenemos que destruir la selva para sembrar materias primas para biocombustibles. Segunda ventaja, nosotros tenemos 42 millones de hectáreas de sabanas que nos permiten crecer mucho lo que es el hectareaje hoy de agricultura, que está en 4 millones de hectáreas, y al mismo tiempo crecer la producción de biocombustibles.

Esto es, en Colombia, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en Europa, lo que puede ocurrir en Argentina, hay una frontera agrícola sin afectar la selva que permita que crezcan los biocombustibles sin limitar la seguridad alimentaria. Ahora hay dos grandes ventajas.

Sectores en los cuales veo gran importancia, gran futuro para Medellín, para Antioquia: el sector de producción de medicamentos, el sector de producción de cosmética, el sector del turismo en salud, el sector de los call centers , el sector del software y todo con desarrollos superiores.

En los estímulos a la inversión de este Gobierno no solamente hay que ver el estimulo de las deducciones que nos trajo el profesor Botero, sino también el de las zonas francas. Nosotros estábamos condenados a acabar nuestras zonas francas por una sentencia de la Organización Mundial del Comercio.

Este Gobierno saca una nueva Ley de Zonas Francas, a lo cual se suma también la Ley que garantiza pactos de estabilidad para que haya estabilidad en las reglas de juego a los inversionistas.

En Medellín se han aprobado recientemente dos zonas francas de salud. Una para una inversión de 240 mil millones que está haciendo el hospital San Vicente cerca del aeropuerto José María Córdova; y la otra creo que es de 32 millones de dólares para la clínica Soma, aquí en Sabaneta (Antioquia).

Ustedes conocen, es bastante conocida en nuestro medio la buena reputación de nuestra Medicina en la comunidad internacional los transplantes, los servicios de alta complejidad y el bajo costo comparativo. Ahí tenemos una gran posibilidad, atraer turismo de Salud.

El ejemplo de Manizales

Otra enorme posibilidad es el tema del software, otra enorme, enorme posibilidad es el desarrollo superior del call center , lo que llaman los anglicistas el business process outsourcing . La ciudad de Manizales esta dando en eso un gran ejemplo, la ciudad de Manizales ahí a la distancia del mar, con una topografía todavía más dura, más agresiva que la nuestra y viene reduciendo sustancialmente el desempleo.

¿Qué esta haciendo el Alcalde (Juan Manuel Llano)? Yéndose a la Comunidad Internacional a traer firmas de call center, de business process outsourcing y valiéndose del esquema nuestro de zonas francas para instalar esas firmas en Colombia. Y yo tengo que rendirle un homenaje a las ciudad de Manizales, la manera en como ha venido reduciendo el desempleo, un desempleo que lo ha llegado a tener del 24 (por ciento) y que creo que lo tiene alrededor ya del 15, 16.

Es un gran ejemplo el que nos esta dando la ciudad de Manizales.

Con el doctor Darío Montoya, el Director del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje), y el señor Gobernador (de Antioquia) se esta promoviendo un acuerdo para instalar en el Alto de las Palmas un parque de desarrollo tecnológico que yo creo que puede ser un gran aporte a la solución de posibilidades de emprendimiento y de empleo de buena calidad en esta tierra.

Innovación y revolución educativa

Y entonces viene la quinta pregunta. Bueno, sí, hay que innovar. ¿Y cómo vamos a innovar? ¿Cuál es la respuesta? El quinto elemento: una revolución educativa permanente.

Sin una revolución educativa permanente no hay posibilidades de innovar. Colombia antes de este Gobierno, en los últimos 100 años, había tenido más de 120 ministros de Educación. Ahora ha habido un Ministerio de Educación en manos competentes de excelencia y con estabilidad, que no ha vivido el vaivén de las circunstancias políticas.

Yo creo que ese es un buen precedente. Y hemos logrado mejorar cobertura, mejorar calidad. Estábamos en una educación básica con una tasa de cobertura del 78 por ciento; está llegando al 100 por ciento. En la educación media del 57; está llegando al 80. En la educación universitaria en el 22; vamos a terminar en el 36. Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios; estamos llegando a millón 700.

Ha sido bien importante lo del Sena. Es una de las 431 entidades del Estado reformadas. Se ha dado una lucha allí sin cuartel contra el clientelismo, contra los excesos sindicales. Esa entidad ha pasado de capacitar millón 100 mil colombianos por año, el año pasado capacitó 7 millones 800 mil.

Y tenemos una medición muy rigurosa sobre el Sena. ¿Qué va pasando con la tasa de empleabilidad? La tasa de empleabilidad de los egresados del Sena ha pasado del 42 al 92 por ciento, yo creo que es un buen indicativo de la pertinencia de la manera en que el Sena ha logrado conectarse mejor con las necesidades de la Sociedad.

El Sena se ha convertido en institución líder en enseñanza de inglés. Ya ha logrado enseñar inglés a un millón de colombianos por Internet, la mayoría de los profesores desde San Andrés, la transmisión es satelital. Ahora estamos instalando un cable submarino que le va a dar una gran posibilidad a San Andrés para un gran desarrollo en esta revolución de las comunicaciones.

El Sena tenía 41 mil matriculados en técnicas y tecnologías; ahora tiene 500 mil. Y se ha hacho la integración con la educación superior y se esta haciendo con el bachillerato.

¿Cómo con la educación superior? Antes los estudiantes colombianos y las familias miraban peyorativamente, desdeñosamente, la oferta técnica y tecnológica; decían ‘ahí nos estancamos’. Lo que se ha hecho ahora es el acuerdo de las instituciones técnicas y tecnológicas con las universidades para que el muchacho que estudie una técnica, una tecnología, pueda después entrar a una universidad, completar los créditos y acceder al grado de educación superior. Pero también algunos de los profesores dijo: ‘Para que los jóvenes aprenden a hacer algo’.

Lo que nos hemos propuesto es que Colombia cumpla con una meta. Todavía no hemos llegado a ella pero vamos por buen camino. Esto es, que cuando los muchachos terminen bachillerato estén en condición de entrar a la universidad o al emprendimiento, o a ambos.

Por eso la integración del Sena con los bachilleres. Ya tenemos integrados 350 mil estudiantes de bachillerato con el Sena. Pero todavía es poquito. Cuando el Gobierno empezó Colombia graduaba 420 mil bachilleres; este año gradúa 737 mil. Entonces lo ideal es avanzar en esa integración. Se aprobó la nueva Ley de Ciencia y Tecnología; este año Colombia tiene un récord presupuestal en materia de ciencia y tecnología.

Algunos decían ‘bueno, la masificación de este Gobierno va a crear unos problemas muy severos de calidad’. No, yo creo que venimos mejorando en le tema de calidad.

Pasamos de una sola prueba, que era la prueba del Icfes a las pruebas Saber; se crearon los Ecaes, que nos dicen sobre la calidad de nuestros egresados universitarios. Lo había tumbado la Corte Constitucional el año pasado y lo revivimos con una nueva ley y está también la referencia que hacia uno de los profesores: el Observatorio Laboral de los egresados universitarios que nos ayuda a medir pertinencia.

Apreciada comunidad académica: Colombia es el país latinoamericano que mas expone sus estudiantes a competir en pruebas de ciencias y matemáticas con los estudiantes de los países industrializados; y es el país líder en pruebas domesticas hoy en la comunidad latinoamericana.

Una revolución educativa permanente nos da la respuesta a cómo vamos a lograr sectores productivos e innovadores.

Infraestructura

Y entonces viene el otro punto que es el de la infraestructura. Yo creo que lo que han dicho mis ilustres antecesores me releva.

Tengo mucha fe en los nuevos caminos. Y tengo mucha fe que este acuerdo novedoso que hemos hecho aquí, que se llama Autopistas de la Montaña, que da los siguientes ejemplos: primero, en una gran concesión nacional y un gran aporte al departamento y al municipio, el departamento aporta 600 mil millones, el municipio 400. Es un ejemplo al resto del país, la nación un billón.

Segundo, utilizar una institución con mayoría estatal sin manejo clientelista, generadora de confianza, que tiene un gran capital de confianza que es ISA.

Tercero, la modalidad de contrato. Señores de ISA, ustedes no corren riesgos y para convalidar siempre su confianza, este es un contrato de libros abiertos. Yo tengo mucha fe en eso. No me voy a detener en los esfuerzos de infraestructura, simplemente les cuento esto anecdótico: en éstos ocho años de Gobierno, cada vez que vengo a mi tierra y empieza el avión allá por asomarse por Abejorral y eso, les digo a los compañeros que poco conocen Antioquia asómense por la ventana.

Les digo miren esta tierra mía, como la palma de la mano pero así, miradita así. Les digo miren aquí lo que era Sonsón, Abejorral, se lo había advertido, estaba en rastrojo, y hoy están en un oasis gracias a la laboriosidad de los paisanos y a la seguridad. Hoy está en un oasis.

Y vamos a aterrizar en el Valle de Aburrá y les digo es increíble que en esta topografía, a estas distancias del mar, se haya creado esta gran civilización. Indica que hay una cultura de laboriosidad bien importante que es lo que más ayuda. A esa distancia del Pacífico, a esa distancia del Caribe. Yo creo que este tema de infraestructura tiene que ayudar mucho.

Salarios y empleo

Profesores, algunos comentarios sobre lo de ustedes.

El salario mínimo. Doctor Hugo (López Castaño), este país con pobreza, desigualdades, tiene que crear gobernabilidad social para que se vaya entendiendo el aspecto fraterno que tiene que tener la inversión.

Por eso hay dos maneras de mirar el salario mínimo, una manera es una manera econométrica; otra manera es una manera de economía política. Yo también lo miro desde el punto de vista de la economía política. Me parece fundamental dar buenas señales en su manejo como factor de construcción de cohesión social.

El mínimo no sirve para los pobres, es jalonador, es punto de referencia. Yo creo que sí. Mire lo que nos pasó a nosotros. Nosotros traíamos una gran reducción de la pobreza en este Gobierno y se nos estancó el año pasado. Vamos a ver qué dan las nuevas cifras, porque la inflación de alimentos en el 2008 fue del 12,14 (por ciento). Y nosotros por primera vez solamente pudimos ajustar el mínimo de acuerdo con la inflación general, que fue del 7,6 (por ciento).

Y ese año se nos reversó el tema que veníamos de reducción general de la pobreza y de la pobreza absoluta.

Este Gobierno yo creo que ha tenido dos tiempos de empleo: 2002-2007. El tiempo 2008-2009 tiene tres características. Primero el crecimiento de la tasa de participación; segundo, nos creció algo el desempleo; tercero, lo más importante, no se destruyó empleo, se creó empleo.

En este Gobierno, si comparamos población ocupada al principio del Gobierno con población ocupada de hoy, el país ha creado dos millones 700 mil empleos.

Entonces se dice en el discurso político ‘informales, cuidado’. Porque hemos tenido exactamente 2 millones 700 mil nuevos cotizantes en el sistema de salud, 2 millones 700 mil nuevos cotizantes en el sistema de riesgos profesionales, 2 millones 350 mil nuevos cotizantes en cajas de compensación.

Dos rezagos. En pensiones, fundamental. De 2 millones 700 mil empleos nosotros apenas hemos tenido 1 millón 700 mil nuevos cotizantes en el sistema de pensiones. Ahí hay un problema.

Si ustedes me preguntaran retos de futuro, yo miro con preocupación esto. Y hay que estar mirando siempre el futuro de la Patria. Nosotros tenemos 9 millones de trabajadores colombianos hoy sin expectativa de pensión.

En el momento en que una pirámide empieza a mostrar ya una tendencia de envejecimiento de la población laboral. Hicimos una reforma constitucional, una reforma legal, aquí la citaron. Los próximos gobiernos tienen que hacer un esfuerzo para cumplirla a fin de ayudarle a los sectores laborales más pobres que no van a tener pensión, ya con los instrumentos constitucionales y legales creados, tener un beneficio de retiro. Eso es una necesidad del país en lo inmediato. Este Gobierno deja una base pero habrá que hacer un gran esfuerzo en materia de recursos.

Yo diría que es bueno que en esta crisis nosotros no hayamos destruido empleo. El país no destruyó empleo el año pasado.

Ahora, el profesor Botero ha trabajado mucho, siempre en sus publicaciones esta la tasa de desempleo de jefes de hogar. Llegó a estar en el 10 por ciento, el país en unos años la subió del 4 al 10 (por ciento); nosotros la habíamos logrado bajar al 5 (por ciento). Decía él que las últimas mediciones dan el 6 (por ciento). Y siempre que aumenta la tasa de desempleo de jefes de hogar aumenta la tasa de participación.

Pero miren, yo veo lo siguiente. En las crisis anteriores aumentaba la tasa de desempleo de jefes de hogar, la tasa de participación y la deserción escolar y universitaria. La característica de la última crisis muestra lo siguiente: ha seguido reduciéndose la tasa de deserción escolar y universitaria. Eso habla bien del mejoramiento del ingreso de los colombianos y de las políticas educativas del Gobierno. Y creo que es una excepción frente a lo que pasaba anteriormente.

Legislación laboral estable

La tesis de que hemos encarecido el trabajo y abaratado el capital. Primero, yo miro con mucho respeto la propuesta del profesor Botero, me parece novedosa y además se sale de lo que han sido los lugares comunes.

Me gusta mucho ver que si elimináramos los parafiscales, nada hacemos. De pronto en el largo plazo lo que hacemos es trasladar un beneficio de los trabajadores a más utilidad de las empresas sin beneficio para el empleo. Me gusta mucho ver eso.

Esta propuesta del profesor Botero hay que verla muy bien. Pero yo simplemente le haría estos comentarios, ayudando de la manera más positiva a construirla. De todas maneras hoy los pagos laborales son deducibles, porque hace poco le leí una propuesta al señor ex ministro (de Hacienda) Rodrigo Botero y al señor ex ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo diciendo que Colombia debería hacer dos cosas: primero convertir en deducibles esos pagos laborales —y lo son—; y segundo, que al programa de incentivos como el de zona franca darle más peso a la creación de mano de obra. Las zonas francas en la nueva legislación colombiana tienen unos requerimientos muy importantes de mano de obra.

¿Qué me preocupa a mi? Lo siguiente. Si uno dice doy incentivo pero si me crea empleo, de pronto no le hacen inversión. Porque es distinto una economía cerrada a una economía abierta. En una economía que se esta integrando a todos los mercados el empresario piensa es en poder ser competitivo. Entonces si no puede adquirir toda la maquinaria y toda la tecnología para ser competitivo, de pronto renuncia a hacer la inversión.

Yo creo que si nosotros pudiéramos mantener ese periodo 2002-2007 que se nos interrumpió por la crisis y por nuestra dependencia de pocos mercados, que muestra por qué Perú, Brasil y Chile se están recuperando más rápidamente que nosotros, yo creo que estos incentivos y los que se han creado, tendrían que tener un impacto muy importante en el empleo.

A mi me parece difícil en una economía abierta que se está integrando a los mercados del mundo, encontrar incentivos para el empleo diferentes a los incentivos para la inversión.

¿Por qué? Porque el empresario crea empleo en la medida que pueda ser competitivo. Y para ser competitivo necesita ten acceder a toda la tecnología.

Pero ¿qué me gusta mucho de la propuesta del profesor Botero? Que nos sacó de los lugares comunes, porque entonces, yo hago la llamada por allá a Radio Rumbo de Soacha y me pasan un dirigente político que aspira al Congreso el domingo y dice ‘Presidente, es que aquí estamos recogiendo firmas para un referendo para desmontar la Reforma Laboral de 2002’.

Y hombre ¿Pero por qué la van a desmontar? ¿Qué le van a crear más obstáculos al empleo? Qué error. O yo voy a un foro y me dicen ‘Presidente, es que usted no ha sido capaz de desmontar los parafiscales’. El extremo opuesto.

Yo creo que Colombia ha logrado una legislación laboral relativamente estable, relativamente equilibrada.

El doctor Hugo López ha seguido muy de cerca el trabajo público mío en la Reforma Laboral del 90, la Reforma de Seguridad Social, y la Reforma Laboral que al principio de éste Gobierno nos lideró ese descollante colombiano que no dejamos de lamentar su temprana desaparición: Juan Luis Londoño (ex ministro de la Protección Social).

Esas reformas laborales son muy difíciles y atajar contrarreformas sí que es difícil. El año pasado yo les pedí a los congresistas amigos ‘hombre, no dejen desmontar la Reforma Laboral del 2002’. ¡Oh problema! ‘Presidente ya vamos para elecciones, nos van a decir enemigos de los trabajadores, nos van a macartizar, nos van a desacreditar’. Les dije ‘desmontamos eso y acabamos con el Fondo Emprender del Sena, acabamos con unos esfuerzos muy grandes que se están haciendo en las cuotas de aprendizaje.

Acabamos con un gran avance que fue deslaboralizar el contrato de aprendizaje. Allí hay una gran posibilidad. Además a eso se le suma un decreto del año pasado que permite aumentar sustancialmente el número de aprendices que puede tener una empresa, por encima del mínimo legal.

Es bueno para el aprendiz y bueno para el trabajador. Qué difícil fue atajar esa contrarreforma laboral.

Entonces, voy y hablo con los empresarios y me dicen “no, Presidente, es que despedir un trabajador en Colombia es muy costoso’. Y hablo con los trabajadores y me dicen Presidente es que esta inestabilidad’.

Yo creo que la legislación laboral colombiana muestra un equilibrio que se traduce en que uno podría predicar de ella lo que dijera Santa Teresa, la equitativa distribución de la inconformidad, que va mostrando que se está en un lugar de equilibrio muy importante.

Yo creo que en la medida en que demos estabilidad a esa reforma, los mayores a qui recordamos lo difícil que era crear empleo en este país con la retroactividad de las cesantías. Lo difícil de cambiar eso en el año 1990, lo difícil de crear empleo con aquella norma que era la acción reintegro para trabajadores con más de diez años.

Entonces a mi me gusta mucho lo del profesor Botero, porque no se queda en el simplismo laboral.

En esas recetas en un lado, desmonten los parafiscales, eso no serviría sino para crear un problema social; y en el otro lado, desmonten la reforma laboral del 2002 que puede dar unos votos obreros en las elecciones de ahora pero le haría un daño enorme al país.

La reforma que propone el profesor Botero es bien importante. Yo lo presento a él, para estimular que todos ustedes la piensen, esa inquietud: en una economía que esta abriendo mercados, el empresario tiene que tener el incentivo de poder acceder a lo que llaman ahora los muchachos el ‘paquete tecnológico’ para ser competitivo.

La violencia histórica

Jóvenes, estamos en el Bicentenario. Economistas, sociólogos políticos pondrán dar muchas apreciaciones. Yo quiero dar una, Colombia ha tenido buenos gobiernos liderazgos políticas públicas. Creo que no ha prosperado más por que en 200 años de vida independiente, solamente ha tenido 47 años de relativa paz: siete años alrededor del Gobierno de (Rafael) Núñez en el siglo XIX y cuarenta años el siglo pasado.

Entre los pactos de 1902, que le pusieron fin a la Guerra de los Mil Días y principio de los años 40, cuando empezó la Violencia nuevamente entre los partidos. Que terminó con los pactos del Frente Nacional de los ex presidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez y de inmediato aparecieron las guerrillas marxistas, del odio de clases de la destrucción de las instituciones democráticas.

La reacción igualmente cruel del paramilitarismo, la cooptación de todos por el narcotráfico, fenómenos que todavía no se han superado en Colombia.

El país no puede abrirle paso al apaciguamiento

Mi generación no ha vivido un solo día de paz. Las generaciones vivas desde los años 40 no han podido. Por eso yo creo que el país no puede abrirle paso a las políticas de apaciguamiento.

La historia no ha dicho si (John F.) Kennedy fue mejor filósofo o mejor gobernante. A mí me ha producido mucho más su filosofía. Decía ‘cuidado con los apaciguadores’ cuando el tema de Bahía Cochinos. Los apaciguadores creen que van a dominar a los violentos, que los van a encantar, a tranquilizar. Y les ocurre lo que le ocurre a alguien que pretende cabalgar en un tigre, se puede montar en el tigre un momentito, pero termina en el vientre del tigre.

Yo creo que hemos tenido ocho años por lo menos de firmeza inclaudicable para derrotar el terrorismo; no se puede aflojar.

Les voy a proponer a ustedes que estudien por qué tan violenta la conquista en Colombia, por qué pasamos del Grito de Independencia a la Patria Boba. Porque ahí mismo empezó una violencia interna, creímos que todo estaba ganado. Estudien ese fenómeno.

Estudien cuando el General (Francisco de Paula) Santander, de 18 años, se enrola después del 20 de julio en el ejército centralista del general (Antonio) Nariño para enfrentar al ejercito federalista de Camilo Torres. Los unos estaban en Bogotá y los otros en Tunja y nos olvidamos de los españoles.

Y entonces no consolidamos la Independencia, sino que permitimos llegar a la Patria Boba a la reconquista y nos mataron todo. Los discípulos de (José Celestino) Mutis no pudieron dar esa contribución a la iluminación científica de Colombia, sino que fueron llevados al cadalso.

Yo creo que no pudimos. ¿Por qué no pudimos tener en (Simón) Bolívar, más Gobierno? Porque las luchas intestinas no se lo permitieron, Cuando llegaba del sur se tenia que ir a apaciguar a (José Antonio) Páez a Venezuela; y muriéndose, enviar a (Antonio José de) Sucre a que tranquilizara al General Juan José Flores en Ecuador o al General (José María) Obando en Pasto, que querían desintegrar la Gran Colombia.

El nacimiento de los partidos políticos por esa violencia, la revolución educativa de Santander, frustrada por esa violencia, la Guerra de los Supremos.

Esa revolución que fue la Constitución de Rionegro en 1863 frustrada por la violencia, a pesar de que esos bienios tuvieron tan buenos gobernantes como (Manuel) Murillo Toro, Aquileo Parra para citar algunos.

Un gran ejemplo de Antioquia. En estos días en la Casa Fiscal de Antioquia en Bogotá, que nos reunía el señor Gobernador para reflexionar nuevamente sobre lo que fue la Batalla de Chorros Blancos en febrero de 1820 —habíamos ganado la Batalla de Boyacá el 7 de agosto pero los realistas seguían aquí y eso se gana con la Batalla de Chorros Blancos en febrero de 1820—, destacábamos algunas cosas de Antioquia bien importantes.

Después del Grito de Independencia del 20 de julio de 1810 hubo un acta de Independencia en Rionegro muy bella que se considera que es uno de los primeros avances para dar libertad de sufragio para garantizarles a los ciudadanos que tuvieran independencia para el sufragio.

Y creo yo que esa acta antecedió en 60 años, 60 años del grito de Benito Juárez de México: ’mi derecho llega hasta donde empieza el derecho del vecino’.

Y después el grito de Independencia de don Juan del Corral. Mientras muchos decían ‘aceptamos a los españoles pero si Fernando VII viene aquí, don Juan del Corral dijo ‘nosotros no aceptamos gobierno distinto al que se origina en el pueblo’.

Una contribución muy importante y no obstante la participación de los nuestros en muchas de las guerras, yo creo que a finales del siglo XIX hay un gran ejemplo en Antioquia. Antioquia dice en el período del doctor Berrío, de Pedro Justo: ‘nos sustraemos de este periodo de guerra y nos dedicamos a la educación’.

Y lo hicieron sumamente bien pero un ratico, porque la violencia seguía. Entonces para hacer eso hay que derrotar la violencia. Si uno renuncia a derrotar la violencia para hacer la revolución educativa, la revolución educativa le dura muy poquito, porque la violencia se la derrota.

Antioquia lo hizo formidable pero se olvidaron que había que derrotar la violencia. Entonces perdimos en pocos años esos logros.

En ese Gobierno de Núñez los primeros que lo desacreditaron fueron mis correligionarios los liberales. Yo creo que la historia de Colombia todos los días lo ha venido reivindicando más. Hubo siete años de paz, un gran desarrollo aquí en agricultura, en caficultura y fueron las primeras creaciones industriales del Caribe colombiano.

Pero después vino la guerra civil del 95, la Guerra de los Mil Días y perdimos la ‘corona’ que fue Panamá, bien importante. ¿Por qué perdimos a Panamá? ¿La perdimos por el ‘gran garrote’ del Presidente Roosevelt y el interés de los Estados Unidos en el Canal de Panamá? Pudo ser. Pero también hay una concausa: el gran descuido nuestro. Nos faltó ejercer autoridad para proteger a Panamá.

La historia muestra todo lo que esta Patria nuestra ha perdido por falta de autoridad frente a la violencia, por la política de apaciguamiento.

Miren esta historia muy cuidadosamente: todo eso que pasa entre 1902 y los años 40 y lo que ha ocurrido de los años 40 para acá. Cuando se dio la Batalla de Gettysburg, que la ganó el Ejército unionista en el Gobierno del Presidente (Abraham) Lincoln, él destituyó al general que había comandado las fuerzas de la Unión en esta batalla.

Él dijo ‘¿Por qué? Y le dijo: Porque ganó la batalla pero perdió la guerra’.

—‘Cómo así, Presidente Lincoln?’

‘Sí. Él ganó Gettysburg y enseguida se embriagaron en el triunfo, dejaron de perseguir a los adversarios, pasaron el río Potomac, se protegieron al otro lado y se nos prolongó la guerra mucho tiempo más’.

Por eso lo echó.

Yo diría que Chorros Blancos es lo contrario y nos da un gran ejemplo. El General Córdova no se quedó contento con Chorros Blancos, su ejército siguió persiguiendo a los realistas hasta que los derrotó en Magangue.

No se puede cantar victoria ni cambiar el rumbo

Por eso yo les he dicho a mis colombianos en estos días: cuidado con el rumbo.

No podemos cantar victoria ni podemos dejar que nos cambien el rumbo. Que no nos vaya a pasar lo de Gettysburg. Nosotros no nos podemos quedar en que qué bueno lo de la ‘Operación jaque’ o el bombardeo a ‘Reyes’. Ni dejar que nos saquen de la lucha contra el terrorismo y la violencia; hay que mejorar el camino, pero no abandonarlo.

Falta mucho rato para que esta Patria recupere plenamente la seguridad. Todo lo que han dicho los profesores es muy importante. Pero ellos mismos han reconocido que eso necesita un gran ejemplo en materia de seguridad.

Una vez fui a hablar yo con Felipe González (ex presidente del Gobierno español) y dije: ¿Qué le habrán dicho a él, el Presidente del Partido Socialista (Obrero) Español (Psoe)? Le habrán dicho ‘este tipo, el de las Convivir de Antioquia; allá dicen que es paramilitar, que es de derecha. ¿Qué le habrán dicho de mí? ¿Cuánto me habrá desacreditado?

Yo iba a hablar 10 minutos con él. Llevábamos 2 horas y él seguía hablando. Y me dijo ‘no renuncie a lo que está pensando, porque la seguridad es una fuente de recursos y un valor democrático’.

A mí siempre me gusta para esta Patria, que a menos de 48 horas de elecciones, en lugar de estar esperando un carro bomba allí afuera, estemos aquí en esta discusión tan importante con estos profesores. Y que al mismo tiempo, miles de candidatos de todas las tendencias estén recorriendo el país, rodeados de garantías.

El ejemplo es José María Córdova. No se dejó, no dejó retroceder después de Chorros Blancos, no dejó que lo sacaran del caminito. Se fue hasta Magangué a derrotar a los invasores.

Nosotros nos tenemos que ir, todos los años que requiramos, hasta derrotar totalmente la inseguridad en nuestra Patria.

Muchas gracias”.


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