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Marzo 12     Versión imprimible

Palabras del Presidente Uribe en el conversatorio con estudiantes de la Universidad Luis Amigó

Medellín, 12 mar (SP). “Me honra mucho venir a la Universidad. Vengo con afecto y con admiración. Hay una frase que yo quisiera no volver a leerla sino llevarla en el corazón, poderla tener en el vocabulario sobre el cual no hay que pensar sino que esta siempre en la expresión espontánea; aquella frase de Fray Luis Amigó: ‘Las murallas de mi establecimiento son las calles’.

¿Ustedes habían pensado en esa frase? Enorme, enorme, el significado social humanista, es enorme. ‘Las murallas de mi establecimiento son las calles’.

Quiero felicitarlos por este enorme esfuerzo. Algunos de ustedes, reverendos sacerdotes, conocen mi cercanía, por muchos aspectos, con la comunidad, por unos seres muy queridos de mi familia que han estado en la comunidad Terciaria Capuchina; porque con ustedes, cuando estábamos en la Gobernación de Antioquia –aquí me acompaña Adolfo, Jaime Jaramillo, de aquel grupo de compañeros- trabajamos La Pola, los pocos programas de rehabilitación que pudimos adelantar en aquella época, que espero que de aquí en adelante, con los nuevos recursos como los que acaban de incorporarse en la Emergencia Social a la salud, sean mayores.

Vengo con mucha admiración. Lo que ustedes han hecho por la educación en Colombia, por la juventud de hogares pobres, por las buenas costumbres, por tenderle la mano a aquellos que en su primera juventud han tenido dificultades, no hay palabras.

Y la verdad es que me inclino, me descubro al ver esta obra. Cómo la hicieron, y en tan poquito tiempo, cómo la financiaron, cómo logran darle estudio a tantas personas, de muy buena calidad y en unas condiciones asequibles.

Esto lo único que merece de los colombianos es gratitud y felicitación.

Yo quiero pedir para la comunidad de ustedes, para esta Universidad, un gran aplauso por esta gran obra.

Alicia (Arango, Secretaria Privada de la Presidencia) la Fundación como tal tiene la Orden Francisco de Paula Santander; si se pudiera entregar a la ciudad de Medellín, viendo esto como un desagregado, para que la trajera la Ministra de Educación en los próximos días estos días.

Seguridad con valores democráticos

Cuando veo esta Universidad, esa obra de ustedes es un validador de la Seguridad Democrática, se puede hacer gracias a ustedes y a que el país ha venido construyendo seguridad. Ahí, imperceptiblemente, ustedes encuentran en la seguridad un gran apoyo, y la seguridad encuentra en ustedes un gran validador.

Porque para construir confianza en Colombia nosotros hemos venido recorriendo tres senderos: El sendero de la seguridad con libertades, con valores democráticos. A estas horas miles de candidatos están en toda Colombia, buscando el favor popular ¡Qué bueno! Mientras nosotros estamos en este recinto, dichosos por estos avances de la Universidad, miles de colombianos allí afuera, ya no hay, no está un carro bomba esperándolos, sino miles de colombianos, en una emulación bella y noble, que es la emulación de la democracia. Seguridad con valores democráticos, con libertades; seguridad con instituciones democráticas; seguridad en procura de que eso lo perciban todos los colombianos. Inversión, inversión con responsabilidad social y ese gran validador que es la política social. Son inseparables.

A mi generación la formaron en las aulas universitarias con un gran desprecio por la seguridad. Nos hacían ver que la seguridad era una manera de proceder de la dictadura, del machismo. Se creía solamente en lo social, pero pasaban los años y el país no avanzaba en lo social.

Finalmente nos dimos cuenta que la seguridad es una fuente de recursos y un valor democrático, que construye posibilidades para que lo social se consolide, para que lo social se expanda.

Y entonces aquí está la seguridad y aquí está lo social. La seguridad va creando condiciones para lo social y lo social legitima, valida la seguridad, pero en el intermedio hay un tema que se llama la inversión, que lo importante es que sea con responsabilidad social.

Historia de la violencia

En la Patria nuestra, en 200 años de vida independiente, escasamente ha tenido 47 años de paz: siete años en el siglo XIX, alrededor del Gobierno del señor (Rafael) Núñez; en el siglo anterior, escasamente entre 1902 y principios de los años 40. En el último trimestre de 1902 con los pactos de Chinácota, en Norte de Santander; del Buque Wisconsin, atracado en Panamá; de la finca Neerlandia, en el departamento del Magdalena, se le puso fin a la Guerra de los Mil Días, fue de mil 128 días, cien mil muertos.

El General Rafael Uribe, que peleaba en nombre de los contendientes liberales, en aquella finca del Magdalena dijo: ‘Hacemos la paz no por convicción de paz sino porque hemos destruido el país. Al destruir el país quedamos sin tener por qué pelearnos’.

¡Qué cosa tan profunda, tan cruda, tan realista!

Y agregó: ‘Nuestros padres y nosotros mismos cometimos el error de que hacíamos Patria con los fusiles destructores de la guerra. Hoy sabemos que la única manera de hacer Patria es con las armas fecundas del trabajo’,

La Patria quedó destruida.

Al año siguiente se independizaba Panamá, que era la joya de la corona. Era una independencia pacífica.

Esa acta de independencia de Panamá es muy bella. Dicen: ‘Hemos llegado a la mayoría de edad, queremos ejercer nuestros derechos, nos independizamos como hermanos’.

Pero aquí tampoco había capacidad de reacción.

Cuenta la historia que cuando se firmaba el acta de independencia el General Pedro Nel Ospina fue a avisarle al Presidente de la República y lo encontró en Palacio de San Carlos leyendo una novela en francés, y siguió leyéndola.

Por estar en la violencia habíamos descuidado Panamá y perdimos la joya.

También hay que reconocer que hubo otra causa determinante de esa separación: la política del ‘Gran Garrote’ del Presidente Roosevelt, de los Estados Unidos, que querían apropiarse del Canal. Pero la historia tendrá que decir en cuánto influyó la política del ‘Gran Garrote’ de Roosevelt y en cuánto la política del gran descuido nuestro, que le dimos la espalda a la falta de seguridad, que la reclamaba Panamá, a la prosperidad de Panamá

El país vivió unos años de relativa paz, con dificultades y progresos.

En los años 40 volvió la violencia entre los partidos. Escasos 40 años de paz, le sumamos siete del siglo XIX.

Cuando los expresidentes Laureano Gómez y Alberto Lleras pactaban el Frente Nacional, aparecían las guerrillas marxistas, inicialmente doctrinarias, convencidas de que el camino era la lucha violenta de clases, de que el Estado era la dictadura del proletariado.

Pero se fueron transformando de ser unas guerrillas ideológicas, doctrinarias, a ser unas guerrillas mercenarias.

Vino la reacción igualmente cruel del paramilitarismo, y todos finalmente cooptados por el narcotráfico.

Las generaciones vivas desde los años 1940 no hemos vivido un día completo de paz. Pienso que las nuevas generaciones tienen todo el derecho a reclamar vivir de manera diferente.

Uno de los logros de esta política de seguridad democrática es que hoy los colombianos no temen reclamar, no temen denunciar

¡Qué bueno!

Hoy las víctimas no son tímidas ni temerosas para reclamar reparación. Tenemos 280 mil víctimas inscritas esperando reparación.

Hemos empezado lentamente con recursos todavía escasos. Reparación total no hay.

Una indemnización a una víctima ayuda a que no haya gérmenes de venganza, a que se eliminen las semillas del odio, pero reparación total no hay. Yo creo que la más importante de las reparaciones es garantizarle el derecho a las nuevas generaciones, el derecho a la no repetición. Que lo que hemos vivido las generaciones actuales no lo tengan que vivir las nuevas generaciones de colombianos.

El país habría podido tener mejor suerte. El país ha sido un país de iluminados, pero la violencia ha hecho muchos daños; de una ciudadanía muy trabajadora, muy activa, muy alegre, muy espontánea, de capital social, pero la violencia ha hecho muchos daños.

Ha habido gobiernos buenos, buenas políticas públicas, buenos liderazgos, pero la violencia ha hecho muchos daños.

Yo diría que el principio del atraso se dio cuando aquella generación de discípulos de (José Celestino) Mutis fue llevada al cadalso, porque nos equivocamos en la independencia. En lugar de haberla consolidado, nos dedicamos con los ejércitos de (Antonio) Nariño, desde Bogotá, en nombre del centralismo, y los de Camilo Torres desde Tunja, en nombre del federalismo a pelearnos entre nosotros mismos.

¡Qué difícil fue eso!

Esa guerra de la independencia se demoró mucho no por la capacidad de resistir de los españoles, sino porque nosotros despilfarramos nuestras energías en las guerras internas.

Basta recordar lo que sufrió el Libertador en Venezuela, por qué tuvo que venir varias veces a Cartagena, a Tunja, a buscar apoyos, a Ocaña y a Cúcuta. No tanto por la capacidad de resistir de los españoles, sino por la actitud hostil de los propios venezolanos que lo enfrentaban y le afectaban el progreso a la causa de la independencia.

Un país muy violento, muy violento en todos los momentos, y eso nos ha afectado mucho la prosperidad.

Yo me pregunto ¿Por qué nosotros nos privamos de tener al Libertador más tiempo como gobernante? Porque tuvo que estar permanentemente en la guerra, porque cuando regresaba de la campaña del sur, la violencia que estallaba en Venezuela o la violencia que estallaba en Ecuador no le permitía dedicarse a la causa del Gobierno, tenía que salir urgentemente a Venezuela a calmar a (José Antonio) Páez o tenía que despachar misiones al Ecuador, a enfrentar el tema de Juan José Flórez, y también tenía que sufrir la separación del Perú.

Una historia de mucha violencia. No la hemos podido superar, pero yo creo que el país ha avanzado. Lo importante es no desistir, apreciados compatriotas.

En el General (José María) Córdoba, en el General Bolívar tenemos el ejemplo de no desistir.

Bolívar desistió solo en la hora de la muerte, poco reposo tuvo después de la Batalla de Boyacá. Dejó al General (Francisco de Paula) Santander como Vicepresidente y emprendió la campaña para liberar a Venezuela, en Carabobo.

¿Jaime, la de Venezuela fue Carabobo o Ayacucho? Ayacucho y Junín son en el Perú, Carabobo es la de Venezuela.

Y después de aquella batalla empieza la del sur, con dos excelentes segundos: el Mariscal (Antonio José de) Sucre y el General José María Córdova.

Lincoln, cuando la batalla de Gettysburg, que fue un gran triunfo para las fuerzas del Gobierno, las fuerzas unionistas, no quedó contento y destituyó al general que ganó esa batalla.

(Le dijeron) ‘¿Pero por qué lo destituye?’. Y dijo: ‘Porque ganó esta batalla, pero no ganó la guerra; porque cuando terminó esta batalla él se dedicó a bañarse en agua de rosas, en laureles, y mientras tanto los ejércitos derrotados se fugaron y se recompusieron y renovaron sus energías’.

Hay que poner mucho cuidado en este momento de la Patria. En lugar de dejarnos engolosinar por la Operación Jaque o por el bombardeo a (Raúl) Reyes o por el desmonte de sectores paramilitares, el debilitamiento de la guerrilla, hay que seguir el ejemplo del Libertador y de José María Córdova.

Cuando se dio la Batalla de Chorros Blancos, el General José María Córdova no quedó contento con ese gran triunfo, emprendió la persecución de los ejércitos realistas, hasta que los derrotó totalmente en Magangué.

La batalla por la seguridad apenas tiene unas primeras etapas y en esta universidad hay que dejar una reflexión: La seguridad es un valor democrático, es una fuente de recursos.

La importancia de la inversión

Nosotros hemos venido promoviendo, como segundo camino para la confianza, la inversión. La necesitamos.

La China de Mao Tse Tung estaba fracasando por falta de inversión ¿Qué dijo Deng Xiaoping? Deng Xiaoping dijo: ‘Hay que corregir los errores, el socialismo chino no lo hemos creado para que la gente viva pobre, hay que combinarlo con la economía social de mercado para que la ciudadanía disfrute prosperidad’.

Crearon condiciones para que se diera lo que en efecto ha sucedido en China: una gran tasa de inversión.

Y miren cómo se necesita tener persistencia. En todos esos años apenas han logrado reivindicar de la pobreza a 400 millones de chinos y son mil 300 (millones). Ya llevan más de 20 años de una alta tasa de inversión; aquí escasos cuatro (años).

Inversión con responsabilidad social.

¿Qué es responsabilidad social? Transparencia en la relación de los inversionistas con el Estado, transparencia en los contratos, en la solución de las disputas, transparencia en la tributación.

Responsabilidad social es responsabilidad con el medio ambiente. No puede haber extracción de carbón afectando el medio ambiente. No puede haber industrialización afectando el medio ambiente. Ahí se necesita una gran responsabilidad social.

La responsabilidad social es fraternidad en las relaciones laborales.

Hace pocos días, cuando contestaba la carta de renuncia del doctor Angelino Garzón como Embajador de Colombia en la OIT (Organización Internacional del Trabajo) durante nuestro Gobierno, le decía: Usted ha sido un luchador sindical y social con fraternidad, no con ánimo de odio de clases, con fraternidad.

Y lo destacaba en él. La inversión social tiene que ser una inversión que promueva unas relaciones laborales fraternas, y las relaciones laborales fraternas se apartan tanto del odio de clases como del capitalismo salvaje.

La última crisis de la economía nos deja una lección: El capital no puede ser un factor de especulación, el capital tiene que ser un factor de creación de riqueza social.

Concebir el capital como factor de creación de riqueza social es responsabilidad social.

Este Gobierno con los incentivos tributarios, con las normas de estabilidad en las reglas del juego, con el avance de la macroeconomía, con la disposición política de estimular la iniciativa, ha aumentado la inversión en Colombia.

La tasa de inversión pasó del 12 (por ciento), 14 (por ciento), 16 por ciento a más del 25 (por ciento). El año pasado tuvimos la tasa de inversión más alta de América Latina, y además hemos tenido unos flujos de inversión extranjera que nunca habíamos tenido.

Lo importante es que eso mantenga un camino creciente y de responsabilidad social, para poder lograr que eso financie la superación de pobreza y la construcción de equidad.

Avance de los programas sociales

Y nosotros hemos venido trabajando el tercer camino, el camino social, donde está la educación, la salud, el Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje), Bienestar Familiar, Familias en Acción, gravámenes a la tierra, a la propiedad inmobiliaria.

La educación ha avanzado bastante. Teníamos una tasa de cobertura en educación media del 78 por ciento, estamos llegando al ciento por ciento. En básica, en media teníamos una tasa del 57 por ciento, estamos llegando al 80 (por ciento); graduábamos 424 mil bachilleres, este año debemos graduar 737 mil.

Colombia en los últimos cien años había tenido más de 120 ministros de educación. Ahora ha habido una Ministra competente, de calidades superiores, durante ocho años, sin que su tarea sea afectada por las vicisitudes de la política. Eso, creo yo, que es un precedente importante, apreciados coterráneos.

Nosotros teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, nos estamos aproximando a millón 700 mil.

Cuánto me complace este crecimiento. Yo veía ahora ese edificio que hicieron ustedes, y dije: ¿Pero cómo lo hace esta universidad? Una universidad dedicada a servirle a los estratos uno, dos y tres ¡Qué maravilla de obra! Me provocaba ser joven y decirles que nos quedáramos un rato jugando en ese coliseo.

Han hecho una universidad de excelencia, como tiene que ser, para los sectores populares, como tiene que ser, porque es lo que verdaderamente transforma.

El Icetex ¿Tienen trabajo con el Icetex, padre Wilmer (Sánchez, Rector de la Universidad Luis Amigó)?

Cuando empezó el Gobierno el Icetex le llegaba a 60 mil estudiantes universitarios, ahora le llega a 300 mil. Antes había que dar una tarjeta política para un crédito del Icetex, ahora se consigue por Internet. Ojala el Gobierno que venga pueda multiplicar ese instrumento tan útil.

El Sena. Teníamos un Sena que le llegaba a un millón 100 mil colombianos, el año pasado le llegó a 7 millones 800 mil. Tenía en técnicas y tecnologías 41 mil colombianos, ahora tienen 500 mil.

Y a los colombianos no les gustaban las técnicas, las tecnologías, veían eso como algo de mala categoría, de familia inferior. La Ministra introdujo el sistema de educación por ciclos. Hoy un muchacho que termina una técnica, una tecnología en el Sena, puede matricularse en una universidad, le reconocen los créditos, completa aquellos que le hagan falta y accede al título de educación superior. Es la integración de la técnica y la tecnología con la superior, pero también con la media y con la básica.

Nosotros creemos que Colombia tiene que cumplir un objetivo: que todos los bachilleres de Colombia estén listos para entrar en la universidad o en el emprendimiento.

Por eso le hemos pedido al Sena integrarse con la media, con la básica.

Ya el Sena está integrado con 350 mil bachilleres, pero apenas se va por mitad de camino. El Sena tiene que integrarse con todos los que se vayan a graduar, para que al momento de graduarse como bachilleres salgan estimulados también en la vocación del emprendimiento; que entren a la universidad, pero ya con una muy sólida noción de emprendimiento, de actividades productivas.

Ese Sena le enseña hoy inglés a 500 mil colombianos, gratuito, a través de Internet, la mayoría de los profesores desde San Andrés, por intermedio de transmisión satelital. Ahora se está instalando un cable submarino.

Cuando yo veía allí, me presentaba el Padre Wilmer a los jóvenes que están en el tema de gastronomía, decía: Qué bueno que este país siga creciendo en turismo, para que ellos tengan todas las oportunidades y vi que hacen ustedes un labor ahí muy bella, que también está haciendo el Sena.

El Sena con un nivel más elemental, ustedes con un nivel superior universitario.

Se aprobó la última Ley de Ciencia y Tecnología y este año el país tiene un presupuesto en medio de la crisis bastante superior, es el presupuesto récord en materia de ciencia y tecnología.

Ya no tenemos solamente la prueba del Icfes, tenemos las pruebas Saber, están los Ecaes para medir cómo salen los graduandos de las universidades.

Espero ver en los ranking de los Ecaes a los egresados de la Luis Amigó.

Esa lucha hay que darla, apreciados directivos, la lucha para que sus egresados se posicionen en el ranking de excelencia en las pruebas Ecaes.

Y está también el observatorio laboral, para conocer cómo es la suerte de los egresados. Yo tengo mucha fe que eso ayude a dar unas señales claras que integren los programas universitarios con las reales necesidades de la comunidad.

Hemos venido trabajando en la salud.

Ahora una discusión muy grande. Toda reforma suscita profundas discusiones.

Cuando el Gobierno empezó, Colombia tenía 23 millones de asegurados (en salud), hoy tiene más de 41 millones.

A mí me dijeron: ¿Usted va a crecer el Régimen Subsidiado? Claro, lo crecimos para los más pobres de 10 millones 700 mil cupos a 23 millones de cupos, y hoy me dicen que quebré el sistema porque lo llené de pobres del Régimen Subsidiado, que había que llenarlo era del Régimen Contributivo. A medida que puedan que se trasladen al Contributivo.

Pero miren, si el Gobierno no hubiera hecho eso saben qué dirían: ‘Claro, claro Uribe se gastó la plata en la guerra y no afilió a los pobres, ahí los dejó sin salud en las calles, todo en la guerra; y como los pobres no tenían manera de afiliarse al Contributivo, ahí se quedaron sin salud’.

Siquiera, siquiera dimos ese saltico ¿Que cuesta? Claro que cuesta, pero qué importante que 23 millones de pobres de Colombia tengan atención, aseguramiento en el Régimen Subsidiado.

Y esta reforma la hemos hecho para buscar unos recursos adicionales, unos ahorros en medicamentos, un sistema de controlar abusos, a fin de que los colombianos puedan tener además del Régimen Contributivo, del Régimen Subsidiado, atención extra POS, cuando sufran una enfermedad no incluida en el POS, que les genere un riesgo.

Entonces estas reformas hay que irlas ajustando, mejorarlas, entrarlas al debate público, afrontar ese debate, pero mantenerse en una profunda, en una total dinámica para seguir adelante. Lo peor es el estancamiento.

Un país todavía pobre y con inequidades poder decir que rápidamente va a llegar a una cobertura total en salud, es un gran salto, apreciados compatriotas, no obstante dificultades, críticas del momento, que el Gobierno de buena voluntad tiene que ir recibiendo y mirando a ver cómo va haciendo ajustes, siempre en una tarea de mejoramiento continúo.

Yo veo que me criticaban mucho porque nos propusimos llegar a tres millones de Familias en Acción. No pude llegar sino a dos millones 840 mil. Ahí le quedamos debiendo 160 mil al país. Yo reconozco las deudas.

Apreciados coterráneos, eso tiene una razón de ser. Hay que crear todas las condiciones para que las familias pobres garanticen la educación de sus hijos.

Familias en Acción, Bienestar Familiar, la gratuidad educativa, todos esos programas que hemos introducido en este Gobierno tienen que ayudar a que las familias pobres garanticen el ciclo total de educación de sus hijos.

Es lo que finalmente van a transformar la sociedad.

Decía en (la Universidad) Eafit ahora, en un foro sobre empleo, con el profesor Hugo López y con el profesor Jesús Botero, académicos muy sólidos en el tema del empleo, les decía mire lo que ha pasado en el último año, en esta crisis de la economía, y no ha habido deserción escolar ni universitaria.

Toda crisis de la economía que había antes, los muchachos se retiraban de la universidad.

¿Usted ha tenido disminución aquí Padre Wilmer? Hombre no le estoy diciendo mentiras.

¿Ustedes Adolfo y Ligia han tenido disminución allá? Aumentaron, aumentaron, es distinto.

¡Ay que esta situación económica, esta crisis nos hubiera tomado en otra curva del camino! ¡Cómo hubiera sido la deserción universitaria y la deserción escolar!

Dígalo César Mauricio (Velásquez) gracias a todo el manejo social del Estado, en esta crisis de la economía no se ha dado deserción universitaria y escolar. Al contrario, como lo atestigua aquí el padre Wilmer, de la Universidad Luis Amigó, lo que ha hecho la universidad popular de Colombia es crecer, aumentar. Eso es un indicativo bastante importante.

Bienestar Familiar ha pasado de atender cinco millones de colombianos, hoy atiende doce millones de colombianos.

Hay que llevar de la mano seguridad, promoción de la inversión y política social, apreciados compatriotas, eso es inseparable.

Si uno se dedica a la política social pero no promueva la inversión ¿de dónde salen los recursos? Hay que tener fuente de recursos.

Y si uno promueve la inversión pero no hay seguridad, le dicen en el extranjero y los que de aquí se van: ‘No, ese Gobierno de Colombia tiene buenas intenciones, sabe de economía, tiene nociones de promover la inversión, pero qué Gobierno tan débil con la seguridad; no, no, no, con ese Gobierno apaciguador y tan débil, por bien manejada que sea la economía allá no invertimos’.

Esto está relacionado.

Hace 15 días yo escuché la posesión del nuevo Presidente de Uruguay, del doctor José Mujica, y me decían: ‘¿Hombre y usted se entiende con él? Ese hombre no, ni va a querer hablar con usted, como de usted dicen que es la extrema derecha, una cosa y la otra’.

Y les dije no, no me conocen. Pregúntenle a amigos míos de izquierda como Jaime Jaramillo Panesso en Medellín.

Y me fui y me reuní con el Presidente Mujica. Me sorprendió su sentido común.


Le dije: Vea, dígalo públicamente que el discurso suyo yo lo firmo, porque este no es un tema de izquierda o derecha, este es un tema de trabajar con afecto por la democracia para tener más seguridad, más libertades, mejor estructura social, más equitativa, de respetar el estado de instituciones independientes, permitir una alta participación ciudadana, que es lo que finalmente elimina la corrupción y construye confianza.

Sobre ese tema del empleo decíamos ahora en Eafit: Yo no creo que el tema del empleo se resuelva, como quieren unos sectores de Colombia, quitando el aporte al Sena, a Bienestar Familiar, a las Cajas de Compensación.

El profesor Jesús Botero nos dio la razón y dijo: Eso crearía 200 mil empleos y después qué hacemos. Nos quedamos sin el Sena, sin las cajas, sin Bienestar Familiar y 200 mil empleos es nada, y después no crean más empleo, simplemente lo que se ahorran los empleadores lo van trasladando a su utilidad, no a la generación de empleo.

Tampoco creo que la solución sea el otro lado. Ustedes saben que yo procuro comunicarme diariamente, a las 7:00 de la mañana, con una emisora popular de Colombia.

Esta mañana logré hablar con Fernando Vera, mi buen amigo de Clarín. El lunes de esta semana empezamos con Radio Rumbo de Soacha. Le vamos a pasar aquí un militante de tal partido opositor suyo.

Le dije: ¿Qué estás haciendo hombre? Y me dijo: ‘No, aquí recogiendo firmas para tumbar la reforma laboral del 2002’.

Y le dije: ¿Pero cómo vas hacer eso?

Ah es que las horas extras.

Y dije: Hombre, se desmontaron unos recargos pero no se desmontaron las horas extras, eso es cuento.

Pero le dijimos a los empresarios: Ustedes por cada trabajador me pagan un aprendiz y por cada 20 trabajadores un aprendiz, y si no lo vinculan, ustedes lo que tiene que hacer es pagar el equivalente para el Fondo Emprender.

Yo creo que el empleo no lo resuelve ni aquellos que desde un lado quieren quitarles beneficios a los trabajadores ni aquellos que desde el otro quieren hacerle demagogia por razones electorales.

Yo he pensado que el empleo depende de seis electos: seguridad, promoción de inversiones.

Acceso a mercados

Entonces los inversionistas le dicen a uno: ‘Bueno sí, ustedes nos dicen que entremos a Colombia ¿Y a quién le vendemos lo que produzcamos en Colombia?’ Entonces viene el tercer elemento, que responde a esa pregunta, acceso a mercados.

Pienso que esta Patria nuestra, entre 1989 y 2003 hizo una apertura de su economía. Abrimos la economía para que llegaran productos extranjeros, pero no abrimos mercados para que llegaran los nuestros.

Solamente teníamos la Comunidad Andina, un pequeño acceso a México y lo que se llaman las preferencias unilaterales que ocasionalmente nos dan Estados Unidos y Europa.

Este Gobierno se ha dedicada a abrir mercados. Que el acuerdo con Mercosur, el acuerdo con Chile, con Perú, con tres países centroamericanos, con Panamá que ahora se esta negociando, con Estados Unidos que seguimos en vigilia, con Canadá, donde hay buenas noticias porque el Gobierno y el partido principal de oposición están apoyando ese tratado.

Allá me hicieron sudar mucho, porque el debate más difícil de mi vida lo tuve que dar en el Congreso de Canadá, en ‘paisaenglish', defendiendo nuestra democracia, defendiendo los valores democráticos de nuestra Patria.

Yo confío que vamos a lograr el ingreso a ese mercado tan importante.

Estamos cerrando con la Unión Europea. Nosotros hicimos un tratado de comercio con Cuba, con China, con India.

Yo he creído, y lo quiero decir desde la Universidad Luis Amigó de Medellín, que las relaciones internacionales de Colombia deben apuntar a que Colombia no dependa de uno o dos países, sino a que Colombia se integre a toda la comunidad internacional.

Yo creo que es lo que merecen nuestros compatriotas.

Y eso tiene de sentido común, tiene de razón filosófica, tiene de ciencia política y tiene de posibilidades para todos los compatriotas.

Y conseguir estos tratados no es fácil.

Y aspiro que la Patria, desde el 7 de agosto, con mejoras que tengan que hacerle a todo esto, por voluntad de los colombianos se pueda mantener el rumbo. No abandonar el rumbo, mejorarlo sí, pero mantenerlo en lo esencial y que los colombianos tengamos posibilidad de producir y de trabajar para acceder a todos los mercados del mundo.

¿Qué hace un hombre que produce panela en una loma antioqueña y tiene tres ‘jotos’ de panela el viernes para vender y los tiene que llevar al pueblo el domingo? Lo primero que hace es preguntar quién me los va a comprar.

Para tener la inversión que les dé a los colombianos posibilidades de emprendimiento, bienestar, hay que responder quién me va a comprar.

Y por eso además de resolver problemas de ingreso interno, hay que acceder a los mercados internacionales.

Ya se resolvió la primera pregunta, la seguridad; la segunda, la promoción de la inversión; tercero, acceso a mercados.

Y viene la cuarta: ¿Y qué le vendemos a ese mercado?

Entonces por eso hay que tener un gran proceso innovativo. Que a lo que tradicionalmente vendemos le agreguemos valor y que definamos nuevos sectores de talla mundial de nuestra economía.

Yo admiro que mis coterráneos en lugar de dedicarse a la industria internacional de confección básica, que es muy competida y que no se puede tener éxito sino con salarios bajos –yo no creo que el problema del empleo lo podamos resolver con salarios bajos, yo no creo en eso, eso puede disminuir un momentito el problema del desempleo pero se acaba la dinámica de generar empleo, yo creo que hay que agregar valor- entonces yo veo que están haciendo unas cosas buenas.

Están diciendo: ‘Vea, nosotros tenemos que producir confección de última moda de tal calidad, para llegar a unos nichos muy exigentes de mercado’.

O los cafeteros. Esto no puede ser de vender café verde en sacos de cabuya, esto tiene que ser de vender café cultivado en condiciones ambientales, en condiciones especiales, industrializado en condiciones especiales, bien empacado, con agregación de valor y nuevos sectores de la economía.

Esta Patria nuestra puede desarrollar los biocombustibles. Hemos avanzado en eso.

Si Antioquia logra un gran desarrollo de biocombustibles en el Magdalena Medio, lo logra en Tarazá, Caucasia, lo logra en Urabá, Antioquia puede generar muchísimo empleo.

Este país tiene dos condiciones para generar biocombustible: se puede hacer sin tumbar la selva y sin afectar la seguridad alimentaria.

Nosotros tenemos casi 600 mil kilómetros de selva. Nuestra gran contribución a la lucha contra el calentamiento global tiene que ser proteger esa selva, protegerla.

Pero también tenemos 42 millones de hectáreas de sabanas y solamente cuatro millones de hectáreas en agricultura.

Ahí podemos crecer mucho la agricultura para la seguridad alimentaria, sin que sea limitada por un crecimiento de la agricultura que de caña de azúcar, que de jatropa, que de higuerilla, que de palma africana para los biocombustibles.

Yo pienso mucho en Medellín. Cuando vengo en un avión le digo a los compañeros de Gobierno: Vea, asómense por la ventanilla, vean esta tierrita mía como la palma de la mano pero mirada así, y lejos del mar. Esto ha progresado por la laboriosidad de los paisas, son muy laboriosos.

Y les muestro esas lomas de Sonsón y de Abejorral, que se ven desde el avión. Esto no tiene dotación de la naturaleza, aquí lo que hay es una ciudadanía muy laboriosa y honrada, una ciudadanía respetable en su disciplina.

Para esta ciudad uno ve un futuro muy importante en unos desarrollos. Por ejemplo, en el turismo de salud. Ustedes saben el prestigio en los transplantes; la posibilidad de prestar servicios de salud muy afamados universalmente y a menor costos.

Hemos aprobado recientemente dos zonas francas de salud. Una del hospital de San Vicente, en Rionegro, en plena construcción, una inversión de 240 mil millones, y otra de la Clínica Soma, en Sabaneta, una inversión de 32 millones de dólares.

Veo muchas posibilidades en fabricación de medicamentos, fabricación de cosmética, en la industria del Call Center, el servicio de llamadas y su valor agregado, que es el business outsourcing, que llamen desde cualquier lugar del mundo aquí, y que desde aquí les hagan un servicio de arquitectura, un servicio de ingeniería.

El Alcalde de Manizales se ha dedicado a aprovechar las ventajas tributarias del Gobierno, las zonas francas, y a traer a Manizales inversionistas de zonas francas de Call Center. Y era la ciudad con mayor desempleo y han bajado ese desempleo en Manizales, creo que del 24 al 14 (por ciento).

Son sectores que hay que buscar.

Yo veo una ciudad que puede tener crecimiento en todos esos sectores, puede tener un gran crecimiento en el turismo, por eso me parece muy bien orientada la universidad.

Mire, yo vine un momentico a ver el alumbrado en diciembre. Yo no había visto una romería del mundo y de otras partes del país tan grande, para venir a hacer turismo aquí. Y los eventos de los últimos años han ayudado mucho y ahora tienen que ayudar los (Juegos) Suramericanos.

Esto queda con la Villa Deportiva, yo no se, yo no la conozco más bella. Con algo muy bueno: que se pudieron hacer esas sedes, esas subsedes en algunos municipios, todo esto no se concentra aquí.

Los (Juegos) Suramericanos son una carta de presentación muy importante de Antioquia y de Colombia ante la comunidad internacional.

Y si Colombia logra bien hacer el (Mundial de Fútbol) Sub 20 el año entrante, el segundo o tercer evento más importante, yo creo que después del Campeonato Mundial de Fútbol, los Olímpicos, la Sub 20 es la tercera competencia más importante del Mundo. Por eso estamos trabajando ya en el mejoramiento de ocho estadios.

Este Gobierno deja en plena construcción el mejoramiento de esos ocho estadios, y financiado, porque eso le puede dar a Colombia un gran prestigio internacional, para que nos ayude a salir adelante.

Yo veo eso, apreciados coterráneos, con entusiasmo.

Pero hay que trabajar todos los días, y creo que todo esto es una combinación de la seguridad, la política de promoción de inversiones, la política social, que hay que estarla mejorando.

Yo asistí viejo a una universidad en el extranjero. Me iba a ir joven pero mataron a mi padre, me fui ya cuando era padre, con dos muchachos crecidos, y eso me hizo estudiar con mucho juicio.

Tuve la oportunidad de sentarme con Michael Porter, el profesor de la teoría de la competitividad, y yo recuerdo lo que decía todos los días Michael Porter: ‘Mejoramiento continúo. Tracen un camino, pongan un objetivo, avancen hacia ese objetivo, si ese objetivo se los alejan, siguen avanzando, no desmayen, tengan visión de largo plazo, mejoren ese camino, estén ajustándolo, no se estanquen en ese camino, no se detengan, pero no se salgan del camino’.

Recuerdo como que fuera ayer el final de la clase de competitividad con mi buen amigo, el profesor Michael Porter, hablando del objetivo, la necesidad de trabajar con toda intensidad para acercarse al objetivo concebido como un punto ideal lo más próximamente posible, sin detenerse en el camino y sin abandonar el camino. Es el rumbo que uno quisiera para la Patria.

Cuando yo veo esta comunidad de capuchinos terciarios, este equipo de profesores, de profesionales, esta capacidad de hacer este edifico para sectores 1, 2 y 3, de entregar estos buenos servicios, me ilusiono mucho en Colombia.

Alicia (Arango) yo quisiera hacerles un homenaje, que antes de salir yo el 7 de agosto, sea en la Casa de Nariño, en una teleconferencia a todas las sedes de San Luis Amigó, donde les entregáramos la Orden Francisco de Paula Santander, antes del 7 de agosto

Padre Wilmer, querida comunidad, muchas gracias por lo que hacen por Colombia.

Cuando uno ve las obras buenas, uno generalmente suele preguntarse por lo que falta, pero uno también debería hacer otra pregunta ¿Qué sería sin esta obra buena? Habría de preguntarse qué sería de Medellín sin lo que ustedes han hecho.

Los felicito de todo corazón, y antes de que venza mi periodo en la Casa de Nariño quiero, en una teleconferencia para todas las sedes, imponerles ahí la Orden de uno de los padres de la Patria, que es la máxima condecoración educativa.

Aún sus más enconados críticos le reconocen al General Santander un gran esfuerzo por la educación colombiana. Y esa medalla llegará a quien la merece, a ustedes.

Muchas Gracias”.

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