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Marzo 26     Versión imprimible

Palabras del Presidente Álvaro Uribe en la clausura de la 56 Asamblea de Gobernadores

Armenia, 26 mar (SP). No tengo palabras, apreciados gobernadores, para agradecer la generosidad de ustedes. Al contrario, para mis compañeros de Gobierno y para mí ha sido inmensamente enriquecedor, en la comprensión de la Patria, en su conocimiento, en el afecto y en la desprevención del espíritu, haber mantenido este diálogo intenso con ustedes durante estos ocho años.

La gratitud es nuestra hacia ustedes.

Siempre que mire esa bandeja, donde está el nombre de cada uno de ustedes, su firma y su región, haré un recorrido, con el corazón agradecido, por las regiones de esta gran Patria nuestra.

Es importante que cuando a los gobiernos se les mide por los primeros 100 días, a este Gobierno también se le pueda medir por el final.

Mis compañeros de Gobierno y yo nos hemos propuesto que este final sea veloz, con toda la entrega, sin descansar un minuto.

Hay que aplazar las vacaciones, los días de fiesta, las convalecencias para después del 7 de agosto, a fin de que la Patria observe que en el sector público hay todo el compromiso con la laboriosidad.

Por eso quisiera repasar hoy con ustedes algunos de los temas pendientes que podamos impulsar en estos 132 días restantes.

Antes de que saliera el sol, el jueves 8 de agosto de 2002, al otro día de la posesión del primer Gobierno, llegamos a Valledupar –aquí está nuestro Gobernador del César (Cristian Hernando Moreno Panezo)- para emprender allí la Política de Seguridad Democrática. Emprendimos la lucha contra todas las organizaciones criminales, por la recuperación de la libertad de los colombianos, que se venía perdiendo a manos del terrorismo.

Pero aquella misma tarde, cuando acudimos con Cecilia María Vélez, Ministra de Educación, a lanzar el programa de la Revolución Educativa en Florencia, encontramos que en el Caquetá, en la capital (Florencia) y en la Brigada, estaban asilados todos los alcaldes de aquel departamento; 400 alcaldes de la Patria sentían impedidas sus posibilidades para ejercer sus cargos, por las presiones del terrorismo.

Nos propusimos recuperar la libertad para el ejercicio de las facultades de descentralización, que la Seguridad Democrática tenía que rodear de garantías a todos los alcaldes y gobernadores de Colombia, independientemente del origen político de su elección.

Por eso me duele mucho ver la portada de esta revista, de don Luis Francisco (Cuellar) nuestro Gobernador sacrificado en el Caquetá.

Rindo un homenaje a él desde el alma y a todos ustedes, gobernadores, que en estos periodos de la vida colombiana han corrido tantos riesgos para servir bien a la Patria y a sus regiones.

Atentado en Buenaventura

Con el señor Gobernador del Valle del Cauca (Juan Carlos Abadía) Presidente de la Federación (de Gobernadores), con los Altos Mandos y el Ministro de Defensa (Gabriel Silva Luján) venimos de un Consejo de Seguridad en Buenaventura.

La situación había mejorado mucho y se nos afectó ahora con estos dos graves hechos.

Al inicio del Gobierno teníamos que venir al Valle del Cauca dos o tres veces a la semana porque las carreteras, especialmente esa carretera a Buenaventura y la carretera a Popayán, estaban sitiadas por el terrorismo. Eso se fue recuperando.

Después, un alto índice de homicidios en Buenaventura. Eso se derrotó, especialmente en los últimos dos años.

Y ahora, aparece la quema de las tractomulas en la carretera y el carro bomba.

A los seis compatriotas asesinados por el terrorismo esta semana en Buenaventura, nuestro homenaje, nunca los olvidaremos.

Destaco el valor heroico de Víctor Manuel Chía, intendente de la Policía, herido, en lugar de dirigirse a una ambulancia o a un hospital, se dirigió a rescatar a los compatriotas afectados por ese atentado terrorista, y cuando ya empezó a sentir los quebrantos de su salud, era muy tarde: las esquirlas le habían afectado su cerebro y falleció.

Ese compatriota falleció haciendo que prevaleciera el cumplimiento del deber sobre los propios riesgos de su integridad física

¡Qué ejemplo nos deja!

Antes de que termine el Miércoles de Pascua, Acción Social debe haber pagado los auxilios a las comunidades de Buenaventura: un apoyo a los familiares de los fallecidos, un apoyo a los heridos, un apoyo a los dueños y arrendatarios de los locales afectados.

Bancoldex entregará unos créditos al comercio para poder recuperar su dinamismo y, con el Ministro de Justicia (Fabio Valencia Cossio) y la Fiscalía, ha quedado definido el plan para recuperar, en horas, el edificio de la Fiscalía de Buenaventura, afectado por este atentado.

Una de las cosas que más ha ayudado, apreciados gobernadores, y hay un estudio de la Universidad de los Andes que lo sustenta, es el avance de las comunicaciones en Colombia.

Hay una relación directamente proporcional entre el avance de las comunicaciones y la disminución de la violencia, y es irrefutable.

Yo recuerdo cuando llegamos aquel 8 de agosto al Cesar, era muy difícil, porque en ese largo kilometraje entre Valledupar-Santa Marta, Valledupar-Riohacha, Valledupar-Bucaramanga, no entraba señal de celular. Entonces nos tuvimos que dar a la tarea de –cuando empezamos a conformar la red de cooperantes- de instalar unas antenas en esas vías para tener una comunicación de radiocomunicación, ya bastante anacrónica. Y a trabajar con el Ministerio de Comunicaciones y las empresas de telefonía, para que instalaran allí toda la red que permitiera que esos tramos viales tuvieran señal, y a medida que aumentaba la presencia de la señal, se facilitaba el control del terrorismo, enfrentar al terrorismo.

La carretera de Buenaventura todavía tiene baches, hoy lo estuvimos mirando. Entonces uno de los compromisos de hoy es que el Ministerio de Defensa, con el Ministerio de Comunicaciones, en breve, dejen corregidos esos baches y haya señal a lo largo de todo el recorrido. Se los recomiendo muy amistosamente: miren las vías de sus departamentos, para que a lo largo de todos los trayectos haya comunicaciones.

Con gran afecto por los soldados y policías de la Patria, hice hoy una pregunta en ese Consejo de Seguridad ¿Será que nos confiamos? ¿Será que habíamos visto mejorar tanto Buenaventura que nos habíamos olvidado de la amenaza?

Esa es una reflexión que tenemos que hacernos: esta culebra está herida y está rabiosa; una culebra rabiosa es muy peligrosa, una culebra herida alcanza unos mordiscos a distancia. No nos podemos confiar.

Ustedes que representan la potestad del Presidente de la República en sus departamentos para el orden público, trabajen todos los días con los soldados y policías de la Patria para que no bajemos la guardia.

Este tema es de perseverancia.

Hemos reiterado una recompensa, inicialmente hasta 300 millones (de pesos), si hay que subirla la subimos, a los ciudadanos que con su información nos ayuden a capturar a los responsables.

Ustedes saben que este Gobierno no ha sido temerario, no ha sido ligero para hacer imputaciones.

Yo recuerdo aquella noche terrible del carro bomba contra el Club El Nogal, de Bogotá (7 de febrero de 2003), que presionado yo por la ansiedad de los periodistas que me ponían micrófonos en la barbilla, les dije: ‘Mientras no haya una hipótesis con solidez, emanada de las autoridades competentes, el Presidente de la Republica no puede lanzar cargos sobre quién pudo ser el autor de este atentado’.

Eso ha sido una norma a lo largo de nuestro Gobierno: no hacer imputaciones ligeras.

Hoy quedo claro en Buenaventura, después de un estudio riguroso en el que hicieron consenso las Fuerzas Armadas, la Fiscalía y el CTI, que el autor de este atentado es el grupo narcoterrorista de las Farc, la columna Manuel Cepeda Vargas, el frente 30, liderados, dominados por el narcotráfico, al servicio del narcotráfico.

Vamos a ver cómo podemos avanzar en la derrota de estos terroristas en los 132 días de Gobierno.

Facilidades para la liberación de los secuestrados

Y surgió una pregunta allí ¿Mantiene el Gobierno las facilidades para la liberación de los secuestrados?

Primero, nunca las hemos negado.

Yo no entiendo por qué, después de que se han dado esas facilidades, la guerrilla ha venido posponiendo y posponiendo, porque la costumbre de ellos es hacer proselitismo electoral con sangre, con tortura con sufrimiento.

Creen que hacen show electoral haciendo coincidir unas liberaciones de unos colombianos torturados tantos años, con el periodo electoral.

Pero la Nación ha cambiado de mentalidad, la Nación hoy no se arredra ni se deja encantar por aquello que no debe producir encanto sino rechazo, que es el juego del terrorismo con la libertad y con la tranquilidad de las personas.

Yo les confieso lo siguiente: a mí me da mucho miedo tener gestos de debilidad, porque los gestos de debilidad crean precedentes para que en el futuro se justifique el apaciguamiento. Yo me opongo totalmente al apaciguamiento con el terrorismo.

El Presidente (de Estados Unidos, John Fitzgerald) Kennedysolía decir que aquel que quiere cabalgar en las ancas de un tigre, termina en sus fauces. Y yo creo que Colombia, por cabalgar en las ancas del terrorismo, casi termina en las fauces de estos bandidos.

El apaciguamiento es una política que finalmente contribuye al triunfo del terrorismo, por eso me da temor asumir posiciones débiles.

La lógica sería: Ah, les dimos las condiciones para liberar a los secuestrados desde el año pasado, no lo han hecho, lo quieren hacer ahora como show electoral. Y fuera de eso, la víspera es ponernos un carrobomba en Buenaventura, matar ciudadanos, herir 84 personas, afectar tantos inmuebles.

La lógica sería: el Gobierno no da las garantías.

Y eso aparecería como una postura lógica de un Gobierno contrario al apaciguamiento, de un Gobierno que hace reposar en la firmeza un factor de credibilidad para fortaleza del espíritu general de la Patria.

A pesar de esas dudas, apreciados compatriotas, distinguidos gobernadores, hemos tomado la decisión de mantener las facilidades para que liberen a los secuestrados, porque no podemos darle gusto al terrorismo, que pretende que el Gobierno le justifique la negativa a liberar los secuestrados.

¿Qué quieren ellos? Ellos quieren que la reacción del Gobierno ante el carro bomba sea quitar las facilidades para la liberación de los secuestrados y así justificarles a ellos su propósito de no liberarlos.

Pues no les vamos a dar gusto.

Y además tenemos que entender que son dos dolores: el dolor del carrobomba y el dolor del cautiverio y de la tortura de estos compatriotas, cuya liberación anuncian.

Les pido a mis compatriotas que no vaya a haber mala interpretación de esta decisión de mantener la facilidad para la liberación de los secuestrados.

A mí mismo me da mucha dificultad, lo hago como Presidente por tratar de superar un dolor, el de los secuestrados que van a liberar, y por no darle gusto al terrorismo, que aspira que la reacción del Gobierno, según la cual quitaría esas facilidades, les justificaría a ellos no liberar a los secuestrados.

Les pido a mis compatriotas tomar esta decisión de mantener las condiciones para la libertad de los secuestrados no como una decisión de apaciguamiento; no vayan a permitir que en el futuro alguien se refiera a ella como una posición de debilidad, para justificar posiciones de debilidad que ojala no se vuelvan a presentar en la Patria colombiana.

Ahora, estos bandidos han mentido mucho, pueda ser que ahora no nos estén mintiendo con los restos del mayor (Julián) Guevara.

Uno puede ponerse a hacer colecciones de mentiras de estos bandidos.

A la una de la mañana, hora de Colombia, (del 28 de junio de 2007) liberaron en Europa un comunicado según el cual los diputados vallecaucanos habrían muerto en un enfrentamiento entre la guerrilla y el Ejército.

Yo resistí todo el acoso periodístico y solamente le hablé al país pasadas las 12 del día, cuando ya las Fuerza Armadas habían hecho un barrido totalmente confiable cuya conclusión era que en esa región no se había presentado ningún enfrentamiento.

¡Cómo mintieron!

Cómo nos causaron ese problema internacional con la mentira de que el Gobierno había impedido la liberación del niño Emmanuel. Recuerdo aquel 31 de diciembre (del 2007) en Villavicencio.

Pueda ser que ahora no nos estén mintiendo con los restos del mayor Guevara, que por los menos es el último consuelo que le queda a la familia y a la Nación entera, para tener alguna certeza de la suerte final de nuestro compatriota, el mayor Guevara.

No abandonar la seguridad, la inversión y la política social

Apreciados Gobernadores, señora ex Ministra (de Trabajo, María Teresa Forero de Saade) Presidente de la Federación, Directora Ejecutiva, y apreciados compatriotas: no abandonemos la seguridad.

A mi generación la crearon en la idea de que todo homicidio famélico, de que todo delito tenía una causa social. Era la exageración de la teoría positiva del derecho, que fue el otro extremo de la teoría de (Rafaele) Garófalo,del delincuente nato.

En Colombia la violencia ha aumentado la pobreza en lugar de mejorarla, ha aumentado la inequidad en lugar de corregirla. La violencia nos ha traído más problemas sociales.

Y no abandonemos la confianza inversionista y no abandonemos la política social.

Quiero decirles esto, apreciados gobernadores, y se lo digo a todo el país: ya reexaminadas las cifras de tasa de inversión en el mundo, Colombia aparece en América Latina como el país que tuvo mayor tasa de inversión el año al ponderar el sector público y el sector privado.

La tasa final el Gobierno la había estimado más baja, el Gobierno la había estimado más baja, pero finalmente fue del 25,8 (por ciento) y Colombia fue el país que menos caída registró en tasa de inversión en el continente latinoamericano, en comparación con las grades economías.

¿De dónde venimos? Nuestras tasas de inversión estaban en el 12, 14, 10 (por ciento) algunos picos del 16 (por ciento). Llevamos ya varios años con tasas de inversión por encima del 25 (por ciento).

Solamente una tasa de inversión alta, sostenida en el largo plazo, es lo que nos garantiza una prosperidad con equidad.

Inversión con responsabilidad social es un camino para superar pobreza y para poder derrotar el desempleo y para construir equidad.

Colombia tenía unas tasas de inversión extranjera, unas cifras de inversión extranjera entre 400 (millones) y 2 mil millones de dólares. En los últimos años hemos tenido 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 78 (millones de dólares), récord en el año 2008, 10 mil 570 (millones de dólares).

En el mundo entero en el año 2009, por la crisis, la inversión extranjera se cayó muchísimo. En Colombia tuvimos el segundo año récord, por encima de 9 mil 530 (millones de dólares) como inversión extranjera bruta. Y confiemos que este año volvamos a tener un alto nivel de inversión extranjera. Pongamos todo el cuidado en eso.

Empleo

¿Y cómo relaciono el tema con el empleo? Entre los años 2003 y 2007, que tuvimos alto crecimiento de la economía, de acuerdo con estudios de profesores tan connotados como Jesús Botero, estudios basados en modelos matemáticos, se presentó en Colombia la mayor y más veloz reducción del desempleo de toda la región.

¿Qué pasó en el último año? La crisis de la economía nos paró el crecimiento, entonces volvimos a tener más desempleo. La verdad es que necesitamos esa alta inversión y ese alto crecimiento con responsabilidad social, para recuperar la senda de reducción acelerada de desempleo.

Me preguntarán ustedes ¿Depende el desempleo de reformas laborales? Yo no creo, el país las ha hecho.

Yo creo que no podemos insistir en desequilibrios de la legislación laboral que, por beneficiar a los trabajadores le hagan daño al empleo, o que por quitarle costos a los empleadores le hagan daño al tejido social.

Por eso nosotros no hemos estado de acuerdo ni con desmotar la reforma laboral de 2002 ni con desmontar los parafiscales.

¿Qué hubiera pasado con el sector turístico sin la reforma laboral de 2002? ¿Qué hubiera pasado con los hospitales y restaurantes, con el sector servicios que tiene que trabajar las 24 horas, los dominicales y festivos?

Esa reforma además ayudó enormemente a los ingresos del Sena. Ustedes saben la revolución que ha hecho el Sena, apreciados gobernadores.

Y me preguntan algunos: ‘¿Presidente, entonces el camino es quitar los parafiscales?’ ¿Por qué los vamos a quitar? ¿Qué hace el país sin el Sena, sin las Cajas de Compensación y sin Bienestar Familiar?

Además esos modelos matemáticos indican que si nosotros quitamos los parafiscales se generan 200 mil empleos por una vez y después no se genera más empleo. Nos quedamos con el mismo nivel de desempleo y sin los parafiscales.

Y algunos dicen: ‘Ah es que financiemos a las Cajas y a Bienestar Familiar y al Sena sin parafiscales, con recursos ordinarios de la Nación’ ¿De dónde vamos a sacar 6 y medio billones?

Yo sinceramente creo que el camino no es ese.

Si me preguntarán entonces cuál es el camino al empleo. Creo que es un camino de seis elementos: primero, seguridad; segundo, promoción de la inversión.

Les voy a hacer una comparación: cuando la economía se recupera en Estados Unidos, inmediatamente ese desempleo que tocó el 10 (por ciento) allí, empieza a bajar rápidamente y debe llegar al 6 (por ciento) ¿Por qué rápidamente? Porque ellos tienen una capacidad instalada muy alta.

¿Qué ha hecho el desempleo? El desempleo lo que ha hecho es hacer notar que buena parte de la capacidad instalada queda ociosa.

¿En cambio qué ocurre en Colombia? Nosotros tenemos un gran déficit de capacidad instalada, nosotros para generar empleo necesitamos instalar capacidad y eso no se instala si no hay una gran tasa de inversión.

¿La inversión es de élite? No, la inversión es en todos los niveles.

Anoche veíamos en Barranquilla con el Presidente de Banca de Oportunidades (Carlos Moya) que en este segundo Gobierno se han entregado 5 millones 200 mil créditos de Banca de Oportunidades y que eso ha ayudado mucho al sector de trabajadores por cuenta propia, que no es malo desde que accedan a seguridad social.

El emprendimiento es una condición en todos los estratos sociales.

Entonces esa promoción del emprendimiento se hace una pregunta: ‘Bueno yo emprendo ¿Y a quién le vendo?’ Ahí arribamos al tercer elemento.

Hay que tonificar el mercado externo y acceder a mercados en el extranjero.

Creo que la política social no ha ayudado a tonificar el mercado externo.

Crecimiento económico y reducción de la pobreza

Miren apreciados gobernadores, una crisis menos grave, la del año 99, nos hizo caer la economía en un 5 por ciento.

Esta crisis, la más grave desde 1930, le ha permitido a Colombia, sin embargo, crecer el 0,4 (por ciento), cuando México decreció más del 6 (por ciento), Brasil el 1,7 (por ciento).

Y nosotros, con el problema adicional de Venezuela, que nos costó un punto del PIB (Producto Interno Bruto) el año pasado, y sin embargo crecimos el 0,4 (por ciento).

Yo creo que ese crecimiento, que no se esperaba, está inducido en muy buena parte por todo lo que es la política de tonificación del mercado interno, Banca de Oportunidades y la política social.

Algo tiene que ayudar que Bienestar Familiar reparta 14 millones de porciones alimentarias al día.

Algo tiene que ayudar que el país esté pagando 2 millones 600 mil Familias en Acción y así sucesivamente.

Y miren otros elementos que sería muy importante difundirlos ampliamente en la Patria:

Es una crisis profunda de la economía, que aumentó en 9 millones de pobres en un año el universo de pobreza en América Latina.

Y al país le anticipo esta buena noticia: en 2009 –como se revelará en dos semanas- volvió a caer la pobreza y volvió a disminuir la miseria en nuestra Patria. O sea que vamos a contrapelo de la misma América Latina.

Cuando en América Latina se presentaron, a consecuencia directa de esta crisis, nueve millones de pobres más, Colombia en un año tan difícil disminuye la pobreza y disminuye la miseria.

Creo que la tonificación del mercado interno, vía política social, es fundamental.

Acceso a mercados

Y el externo. ¿Qué pasó entre 1989 y 2003? Nosotros abrimos la economía nuestra, pero no abrimos mercados para nosotros. Nosotros desmontamos aranceles, permitimos que el país se inundara de bienes extranjeros, pero no hicimos convenios para acceder con nuestros bienes a mercados extranjeros.

En esos años apenas tuvimos el mercado de la Comunidad Andina (CAN) y tuvimos el acuerdo que hoy es superficial con México.

Chile, un país de apenas 16 millones (de habitantes) ha tenido acuerdos que le permiten llegar con sus productos a un mercado de 4 mil 500 millones de consumidores.

Con el liderazgo del Ministro (de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo) Plata, Colombia ha venido buscando mercados. Lo necesitan nuestros compatriotas.

Ahora, esos mercados en el nuevo concepto social de globalización tienen cuatro elementos. Esos acuerdos tienen que tener un capítulo de respeto a los derechos de los trabajadores, un capítulo de respeto a los derechos humanos, un capítulo de obligaciones con las normas ambientales y el capítulo de cooperación.

Yo creo que la tonificación del mercado interno, vía política social, y el acceso a mercados externos, es un tercer factor muy importante para generar empleo.

Pero viene otra pregunta: ‘Muy bien, hay seguridad, hay promoción de la inversión, se está accediendo a mercados ¿y qué vendemos? Hay que agregar valor.

Yo le digo a mis coterráneos en Medellín: hombre, olvídense que vamos a competir con manufactura básica. Hay que agregar valor en moda, buscar sectores específicos de mercado.

Olvidémonos que vamos a competir con mano de obra barata, además es injusto. Un país que pretenda competir con mano de obra barata tiene una pretensión injusta.

Nosotros estamos obligados no a entregar empleo de cualquier calidad, sino empleo de alta calidad y con afiliación a la seguridad social.

El país necesita agregarle valor a lo que hoy produce y desarrollar los nuevos sectores. Este Gobierno ha dejado unos cimientos en eso: los biocombustibles, el turismo, el turismo de salud, la producción de medicamentos, de cosméticos, el tema del software.

Yo tengo que rendirle un culto de admiración a la ciudad de Manizales, esa manera como ha reducido el desempleo aprovechando los nuevos sectores, trayendo a Manizales los Business Process Outsourcing, los Call Center, aprovechando las facilidades de inversión, las zonas francas que este Gobierno da para esos sectores.

Todos ustedes lo pueden hacer.

La vida del Estado uno muchas veces la reduce a la angustia de esperar qué puede hacer con su propio presupuesto.

Y hay otro gran campo para actuar en el Estado, que es el de la gestión. Muchas veces uno como Gobernador obtiene más gestionando para que llegue la inversión a su territorio, que simplemente esperado los resultados de lo que puede invertir con los escasos recursos presupuestales.

Creo que la promoción de los nuevos productos en los cuales el país puede ser un jugador de talla mundial, también ayudada por ustedes apreciados gobernadores, tiene que contribuir a la generación de empleo.

Revolución Educativa

Y viene la cuarta pregunta, la quinta pregunta: ¿Bueno y cómo lo hacemos? Una Revolución Educativa permanente, sino no hay innovación.

Creo que estos años han sido de mucho avance en educación, reconociendo todo lo que falta.

El país en 100 años tuvo más de 120 ministros de educación. Ahora ha tenido una ministra de superior competencia, estable, que no ha dependido de las vicisitudes de la política sino de su propia competencia para lograr metas con ustedes.

Yo creo que hay avances notables en educación.

Uno de los últimos esfuerzos que alcanza a hacer este Gobierno es presentar una nueva reforma de la Ley 30 al Congreso, para el examen inicial de este Congreso, el examen del nuevo Congreso y del nuevo Gobierno, que le permita a Colombia en los próximos años tener en la universidad pública otros 500 mil estudiantes.

Cuando empezó nuestro Gobierno teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, un 21,6 (por ciento) de cobertura, vamos a entregar con casi millón 700 mil, más de 36 por ciento de cobertura. Pero el país se tiene que preparar para llegar a cobertura universitaria del 50 por ciento.

Una Revolución Educativa es la que nos permite tener una oferta productiva de innovación.

Nosotros no vamos a generar empleo simplemente exportando productos básicos. Tenemos que agregar valor, apreciados compatriotas.

Infraestructura

Y el tema de la infraestructura. Temas de la infraestructura que hoy se han revisado, y le pido a Miguel Peñaloza (Alto Consejero para la Competitividad y las Regiones), Ana María (Muñoz, Asesora para las Regiones) anotarlos ahí para hacerles seguimiento estos últimos días.

Invías tiene que dar un permiso para que los que están construyendo el puerto de contenedores de Buenaventura puedan hacer un retorno en la vía alterna interna de doble calzada. ¿Cómo se llama? Terminal de Contenedores de Buenaventura (TCV).

Segundo, el doctor Esteban Piedrahita, Director Nacional de Planeación, hijo muy distinguido del Valle del Cauca, no me puede dejar ir del Gobierno sin resolver el problema del último tramito para garantizar la construcción de toda la doble calzada Buga–Buenaventura en todo el recorrido, que es el tramito de Buga–Media Canoa.

A ver Esteban, cierre los ojos, plata no hay, pero se consigue. Deje eso contratado. Lo necesitamos.

Y uno llega a este pedacito de cielo tan bello, tan bello, aquí lo reciben a uno con una amabilidad, con una queridura, pero empezamos a revisar las obras. Sí, viene esa doble calzada de Bogotá para acá, va para Buenaventura, el Túnel del Segundo Centenario, el domingo se da al servicio el túnel Guillermo León Valencia, que hace parte de esa doble calzada, allá en Melgar, pero aquí hace falta un trayecto largo entre Calarcá–La Tebaida y el Alambrado.

Yo les decía al don Julio César (López) y a doña Ana María, al Gobernador y a la Alcaldesa, la interpretación jurídica que se le ha dado a la concesión la muestra agotada, sin espacio.

Se me ocurrió lo siguiente, doctor Esteban, Mateo (Restrepo, Alto Consejero par la Política Anticíclica) –el doctor Andrés Uriel (Gallego, Ministro de Transporte) está o se fue- tiene dos problemas: primero, no la podemos sumar a la concesión cafetera, porque está agotada; segundo, cuando este Gobierno llegó, Autopistas del Café estaba en un pleito. Eso de aquí a Manizales se había convertido en un berenjenal. ¿Qué hicimos nosotros? Dedicarnos a resolver esos pleitos. Recuerden todo el tiempo que nos demoramos para resolver el pleito del Autopistas del Café. Y entonces eso ha habido que asignarle mucha plata del presupuesto, porque no alcanza sola con los peajes; y ha habido que cederle dos peajes: le tuvimos que ceder el de La Manuela, abajo de Manizales y el de aquí de Corozal.

Entonces el segundo problema es que en ese trayecto de la vía al Alambrado está un peaje cedido a la actual concesión, y la pregunta es: la actual concesión tiene ese peaje, pero no alcanza a hacer ahí en ese peaje la doble calzada.

Yo estaba pensando en la siguiente solución esta tarde: que se defina con el concesionario la fecha en que ese peaje regrese a la Nación, y que basados en eso, más otros ingresos, nosotros dejemos abierta una licitación para poder contratar ese proyecto.

Es que quedan dos lunares en la doble calzada Bogotá–Buenaventura, que es este trayecto de Armenia a la carretera del Valle.

Alguien me decía: ‘No Presidente, pero es que uno puede llegar a Armenia, irse a Pereira y ya se viene por doble calzada’ ¿Pero para qué se va a ir al norte para volver al sur, cuando la lógica es hacer este recorrido aquí?

A ver si me ayudan a resolver ese par de problemas.

Ayer estuve en Barranquilla, conversé ampliamente con nuestro Gobernador del Atlántico, yo creo que ya hay unos temas ahí bastantes despejados para culminar el Gobierno en materia de infraestructura en el Caribe.

Me preocupa muchísimo el tema de la vía Tumaco–Mocoa–Río Putumayo. Esa vía tiene ya unos trayectos muy adelantados, pero necesitamos adjudicar la licitación para recuperar Tumaco–Pasto, completar lo que falta hasta el Valle del Sibundoy y poder empezar la construcción de la variante de Mocoa a San Francisco, una vía fundamental para la comunicación por Colombia, del Atlántico, Brasil, Putumayo, Nariño, Pacífico; y una vía fundamental para la comunicación desde el sur del país a Bogotá, por un lado, o por todo el plan del río Magdalena, para ir del sur del país, sin lomas, hasta los puertos del Caribe.

Y como eso tiene los recursos, tiene el Conpes, lo que le falta es el proceso de licitación a ver si lo podemos sacar adelante.

Infraestructura.

Yo creo que esos son los seis elementos para generar empleo: seguridad, promoción de la inversión, mercados –que los desdoblamos en dos- tonificar la capacidad adquisitiva de los colombianos pobres, acceso a mercados externos, innovar en la canasta exportadora, una Revolución Educativa que soporte esa innovación, y finalmente el elemento de infraestructura.

Quería compartir con ustedes estos temas sociales, recordar que el año pasado Naciones Unidas dijo que Colombia y Perú son los países, después de China, que más han avanzado en el Índice de Desarrollo Humano.

Dos, anticipar que cuando el año pasado América Latina aumentó en 9 millones el universo de pobres, Colombia disminuyó pobreza. Y hoy hay una metodología mucho más rigurosa.

Y eso está estudiado por una comisión independiente.

Ustedes saben que Colombia tiene la cultura de no dejar manipular cifras. Inclusive, doctor Esteban, lo que sí pido es que esas cifras le muestren al país el impacto de la política social del Gobierno, porque esta mañana tuve otro informe: en este Gobierno se ha doblado el apoyo a los pobres, que era de 200 dólares, se ha pasado a más de 400.

Este Gobierno ha doblado el apoyo per cápita a los pobres. Y yo sí ruego que eso se comunique en el tema cuando se vaya a ver en las próximas dos semanas el tema de reducción de pobreza, que todavía es muy alta.

Yo soy un inconforme con las cifras que tenemos, ¿pero es que a dónde llegamos, a dónde estábamos?

Y el año que se nos atravesó tan difícil. Es que llevamos 2008 y 2009 muy difíciles, y todavía nos demoramos.

Ahora, yo sí creo que un país que fue capaz de crecer el año pasado, en medio de esa crisis, el 0,4 (por ciento) puede pensar en dos años en estar creciendo nuevamente al 6 por ciento.

Yo los invito a que ustedes lideren en sus regiones que el país vuelva a crecer lo que ya habíamos logrado por encima del 6 por ciento.

Y quiero compartir con ustedes otros temas sociales.

Miren, en las anteriores crisis de la economía disminuía la afiliación a la seguridad social, el año pasado seguía aumentando.

Llego a las Cajas de Compensación y pregunto: ¿Cuántos afiliados perdieron el año pasado por la crisis? Y la respuesta es: seguimos ganando.

Lo mismo en Bienestar Familiar, lo mismo en el Sena, por aquí estaba el Director (Darío Montoya).

Y otra cosa que ocurría: una crisis de la economía y ahí mismo aumentaba la deserción escolar y universitaria.

El año pasado ocurrió todo lo contrario: en lugar de aumentar la deserción, siguió reduciéndose, y continuó en aumento la población escolar y universitaria.

Son indicadores de que el país ha sido capaz de manejar bien la crisis desde el punto de vista económico y desde el punto de vista social.

Tenemos que difundirlo mucho en estos días.

Reflexión histórica sobre el tema de la seguridad

Y permítanme hacerles una reflexión, apreciados gobernadores, sobre el tema de la seguridad.

Con motivo del Bicentenario, uno se da a la tarea de pensar en la Patria. Hoy sacaba, para el Jueves y Viernes Santo, un librito sobre el General Obando, para mirar también ese episodio de la historia de la Patria. Y uno ve lo siguiente: Colombia ha tenido siempre buenos gobiernos, buenas políticas públicas, buenos liderazgos, una ciudadanía con unos valores muy importantes. Colombia debería ser el pueblo más amargado del mundo, con tanto sufrimiento, y es un pueblo alegre, desprevenido, espontáneo. Eso es un capital social inigualable.

¿Y Colombia por qué, con esas condiciones, no ha progresado lo suficiente? Los historiadores, los sociólogos, los economistas darán muchas razones. Yo creo que una de ellas es la violencia. La violencia ha sido frustrante en nuestra historia.

El profesor López de Mesa tiene una obra muy importante que se llama ‘Las frustraciones colombianas’. Dice que la primera frustración nos la produjo la destrucción violenta de la cultura agustiniana, por parte de la cultura chibcha.

La segunda frustración nos la produjo la violencia de la Conquista, que destruyó la cultura chibcha. La tercera frustración nos la produjo la violencia interna, que nos llevó del Grito de Independencia del 20 de julio a la Patria Boba. Eso sí que es triste.

Al otro día del 20 de julio, ya estábamos en la primera guerra civil. El General Santander, de 18 años, acababa de graduarse en el colegio San Bartolomé, y se vinculó al Ejército, en la idea de que iba a luchar contra los españoles. Mentiras. Lo vincularon al ejército del General Nariño, que presidía el gobierno centralista en Bogotá, para combatir al ejército de don Camilo Torres, que presidía las provincias federalistas reunidas en Tunja. Esa guerra no nos permitió consolidar la Independencia. Nos llevó a la Patria Boba.

Hace dos años conmemorábamos en Mariquita (Tolima) el segundo centenario de la muerte de Mutis (José Celestino), que nos obligó a volver a estudiar a Mutis, y a escuchar a quienes lo estuvieron viendo.

La violencia nos frustró tener un gran desarrollo a partir de los conocimientos de aquella generación de iluminación que había estado conformada por los discípulos de Mutis. La Patria Boba los llevó al cadalso. Otra gran frustración que nos dejó la violencia.

Hay un discurso del General Nariño que a mí me ha causado mucho asombro, porque él impulsa esa primera guerra civil que nos lleva a que se frustre la Independencia, pero después se duele de que frustramos la Independencia. Y dice que apenas habíamos puesto el primer huevito por la Independencia, nos olvidamos del tema y en lugar de afianzar la Independencia, creamos las condiciones para la Patria Boba.

Recordando eso les he dicho a mis compatriotas: apenas hemos puesto el primer huevito de la Seguridad Democrática. No lo vamos a feriar. No lo feriemos. No vamos a dejar que regresemos a la Patria Boba.

Y mientras eso sucedía aquí, ¿qué pasaba en Venezuela? En 1812 se habían conocido Bolívar y Miranda en Londres, y emprendieron juntos el viaje de regreso a Venezuela, en una gran alianza. La violencia interna los terminó de enemigos, e inspiró a la historia para que muchos le asignaran a Bolívar una traición a Miranda.

La violencia entre nosotros mismos nos empañó la inmolación heroica de Atanasio Girardot y de Ricaute, porque nosotros mismos asesinamos a Piar. Qué tristeza. El Libertador no se situó en Angostura por capricho. Era porque sus propios coterráneos en Caracas no lo dejaban avanzar, lo tenían como su enemigo.

Después de que regresa de la Campaña del Sur, nosotros tuvimos otra frustración: no pudimos tener al Libertador durante un tiempo suficiente con sus dotes de buen gobierno, porque la violencia interna no le daba descanso. Un día tenía que emprender un viaje a Venezuela a apaciguar a Páez, que amenazaba con desintegrar la Gran Colombia, y al otro día al sur, porque el Perú se separaba.

Pero lo que sí estaba sucediendo era que el general Juan José Flores sonsacaba al general Obando, para que Nariño y Ecuador desintegraran la Gran Colombia, uno de los últimos esfuerzos frustrados del Libertador.

Y qué decir de los magnicidios. A mi generación, antes de que naciera mi generación, el magnicidio de Gaitán, y mi generación ha asistido a los magnicidios de Luis Carlos Galán y de Álvaro Gómez Hurtado.

Eso tiene antecedentes. El del general Uribe en 1914, por esa violencia interna. El de Arboleda en los años 1860 en Berruecos. Y aquel del 4 de junio de 1830 en Berruecos, del Mariscal Sucre, que afectó bastante mal la salud del Libertador.

El Libertador iba en pleno viaje a su destino final, cuando conoce la noticia de la muerte de Sucre. Dos años antes, estando en Bucaramanga, cuando no lo dejaron asistir a la Convención de Ocaña, que dedicó esa estadía en Bucaramanga a escribir a Ocaña, y a atender tertulias en la noche, que las relata bellamente Luis Perú de la Croix, en aquel pequeño libro que se llama ‘La estadía del Libertador en Bucaramanga’, sus contertulios le habían preguntado al Libertador cómo juzgaba él a los generales.

Y dijo: los mejores son los que son buenos en el campo de batalla y en la oficina; los segundos, los que son buenos en el campo de batalla y malos en la oficina; los peores, los que son buenos en la oficina y malos en el campo de batalla.

Le preguntaron quién es el mejor. Dijo: Sucre. Y él le entregó a Sucre toda la confianza en Pichincha, y en el sur, y en la fundación de Bolivia.

Detrás de la inspiración de Sucre en la Constitución de Bolivia, estaba el Libertador, pero finalmente en esa Constitución estaba el talento de Sucre.

¿Cuál sería el dolor del Libertador cuando conoce de la muerte de Sucre? Lo matamos nosotros, lo engañamos nosotros. Fue uno de los nuestros, Don Domingo Caicedo, Vicepresidente, el que le dijo: no se vaya por Buenaventura a embarcarse a Guayaquil para subir a Quito. Porque él iba a encontrarse con su señora y su hija en Quito, y además a cumplir la última misión del Libertador: a detener la desintegración de la Gran Colombia.

Y le dijeron: váyase por Popayán – Pasto. Y el primer atentado lo logra sortear al cruzar el río Magdalena, pero finalmente lo asesinan en Berruecos. Imputaciones a los nuestros, a los destacados de la época. Solamente un autor material confeso, se llamaba Apolinar Morillo.

Entre 1828 y principios de 1830, Colombia tiene tres viajes frustrantes: la salida del General Santander al exilio; le conmutaron la pena de muerte a la cual lo habían condenado por la participación en el atentado del 25 de septiembre, por el exilio; la salida del Libertador de Bogotá a buscar su destino final en Santa Marta, y el viaje de Sucre al sur a buscar su cadalso en Berruecos. Tres viajes bien tristes, derivados de la frustrante violencia.

Y en 1832, el General Santander regresa elegido Presidente de la República, y emprende una gran revolución educativa. Sus más enconados enemigos la registran bien. Pero esa revolución también se frustró por la violencia que sobrevino. Con José Ignacio de Márquez, su Vicepresidente, con su antiguo aliado, don Vicente Asuero.

La Guerrade los Supremos. Su gran socio, el general Obando, lanza una guerra, porque quiere defender a la Iglesia en favor de las tesis del Libertador y en contra de las tesis de Santander.

Y ese periodo después de la muerte de Santander hasta la Constitución del 63: José Ignacio de Márquez, Melo, Obando, Mariano Ospina Rodríguez, es un periodo de tremenda violencia.

Un elemento importante para registrar allí: la liberación de los esclavos de 1853, de José Hilario López.

Y esta semana un contertulio me decía que entre la Constitución de 1863, de Rionegro, y la Constitución de 1886, hubo 30 guerras civiles en la Patria.

La Constituciónde 1863 de pronto fue el avance constitucional más importante del nuevo mundo. Inspiró a Víctor Hugo a decir: ‘Una Constitución para un país de ángeles’. Era una Constitución de libertades, de verdadero federalismo.

Y esos bienios tuvieron gobernantes muy destacados. Figuras cimeras de la Patria, como don Aquileo Parra, como Murillo Toro. Pero en un periodo de 23 años, 30 guerras civiles.

Y la elección de Núñez no se da por casualidades de la política. Primero lo eligieron Presidente del Estado de Bolívar y después Presidente de la Nación, como una reacción del Caribe contra la violencia y el desorden.

En el conocimiento del temperamento colombiano, creo que es importante anotar que en la alegría, en la expresividad caribe, subyace una actitud muy radical contra el desorden y la violencia, que llevó a Núñez a sendas presidencias.

Y hubo un periodo de relativa paz: siete años. Los únicos siete años de paz del siglo XIX, con prosperidad en Colombia. En esta Colombia Andina, prosperidad en la agricultura y en el café. En la Colombia Caribe, prosperidad en la industria.

Pero eso duró muy poco. Vino la Guerra Civil de 1895. Y estaba terminando y estalló la última guerra civil del siglo XIX, la Guerra de los Mil Días, de los 1.128 días.

Y termina en medio de tristezas. Termina en aquel trimestre final del año 1902. Se firman tres pactos: uno en Panamá. Yo tenía la idea de que el General Benjamín Herrera había asistido a Panamá, pero no. Revisando la historia recientemente, él envío sus delegados. Por el Gobierno firmó el General Alfredo Vásquez Cobo.

El otro en Chinacota, ahí cerca de Cúcuta. Yo no sé quién estuvo por las fuerzas insurgentes. Por el Gobierno estuvo el General Ramón González Valencia.

Y el otro pacto se firmó en una finca del departamento del Magdalena, Neerlandia. Lo firmó el General del Gobierno, Florentino Manjarrés, con el General de las fuerzas insurgentes, Rafael Uribe Uribe.

Y Uribe Uribe dijo: ‘Hemos hecho la paz no porque estemos convencidos de la paz, sino porque ya no tenemos por qué pelearnos. Destruimos el país. Ya no hay nada para pelearnos. Nuestros padres y nosotros mismos nos equivocamos al pensar que hacíamos Patria con los fusiles destructores de la violencia. La única manera de reconstruir la Patria es con las herramientas fecundas del trabajo’.

Empezó un periodo de paz en medio de una gran postración de la Nación entera.

Y en 1913 se dan dos hechos: uno frustrante y otro estimulante. Frustrante, la separación de Panamá. El General Pedro Nel Ospina llegó a las 12:00 del día a decirle al Presidente Marroquín, en el Palacio de San Carlos, que se estaba separando Panamá. Él estaba leyendo una novela en francés. No había manera de resistir ni de mantener a Panamá. Y además Panamá se había separado creo que por cansancio.

En su acta de independencia los panameños dicen que han llegado a la mayoría de edad, que se separan como hermanos y que quieren ejercer sus derechos. No hubo violencia, ni aquí había capacidad de resistir.

No fue el primer ensayo o intento de independencia de Panamá. Hubo otros antes. Ellos estaban cansados porque Colombia no ejercía autoridad, porque en Colombia se imponían los violentos, porque descuidamos a Panamá.

Cuando uno lee la historia la influencia de la política del Gran Garrote del Presidente Roosevelt en la separación de Panamá, por los intereses norteamericanos por el Canal, se pregunta: ¿y no incidió también la política nuestra del gran descuido?

Años antes intentaron separarse cuando los violentos quemaron la ciudad de Colón. Un incendio devastador, que quebró a las compañías de seguro de la época. Ellos dijeron: aquí no hay Gobierno de Colombia que nos proteja. En Colombia no les interesa la seguridad. Viven es en unas peleas internas.

¿Saben quién salvó esa separación en este momento? Un colombiano ejemplar, de autoridad y de capacidad de trabajo y de realización: Rafael Reyes, quien años después fue Presidente de la República. Lo mandaron los gobiernos y él se fue a imponer autoridad allá. Sus malquerientes dicen que fusiló a los incendiarios y que alguien le dijo: ‘No los puede fusilar porque la Constitución colombiana no permite’. Y dijo: ‘Fusílenlos, mientras cambian la Constitución’.

Lo que ocurrió sí, es que el ejercicio de autoridad de Rafael Reyes en aquel momento evitó la separación de Panamá, que no se evitó después. Era la joya de la corona. Si uno compara a la Panamá de aquel momento con Medellín, con Cartagena, con Bogotá, Panamá era la joya de la corona.

¿Y cuál fue el elemento positivo, interesante, de 1913? Un viejo luchador de las guerras, el General Heriberto Vengoechea, lanza en Barraquilla la Batalla de Flores, que es un acto importantísimo de ese Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que es el Carnaval de Barranquilla.

Dijo: ‘En adelante las únicas batallas que se admiten en Colombia son las batallas de flores’.

Y vino ese Gobierno realizador de Rafael Reyes, un año de González Valencia, un Gobierno de la decencia de Carlos E. Restrepo, muchos gobiernos. Un Gobierno realizador de Pedro Nel Ospina, quien invirtió la indemnización por Panamá.

Y ese Gobierno superior de Alfonso López Pumarejo. Todavía aquellos que agitan banderas partidistas, se equivocan al presentar a López Pumarejo como un hombre que estaba en contra de los intereses empresariales.

López Pumarejo sería la inspiración de mejor equilibrio para entender que se requiere la prosperidad de la empresa y la reivindicación de los trabajadores. Fue lo que hizo: en lugar de fomentar el odio de clases, lo que fomentó fue la prosperidad colectiva.

López Pumarejo permite, con las reformas de su Gobierno, que el país haga el tránsito de aquella Colombia pastoril y bucólica, a una Colombia de industrialización.

Y al mismo tiempo es el que inicia la reivindicación de los derechos de los trabajadores, que tenían un antecedente en las leyes de 1913 a 1914 de Rafael Uribe.

Y viene un Gobierno sumamente importante de Eduardo Santos. En esta tierra cafetera hay que recordar que entre los logros económicos de la Colombia del siglo XX, está haber creado la Federación Nacional de Cafeteros y después el Fondo del Café. Y haber asignado la administración del Fondo del Café a la Federación, no al Gobierno. Y esa administración la definió un Gobierno sumamente serio e importante, el del doctor Eduardo Santos.

Y estalló nuevamente la violencia entre los partidos, en los años 40. De allá para acá las generaciones vivas no hemos tenido un solo día de paz.

No había terminado la violencia entre los partidos, a pesar de los pactos del Frente Nacional, y ya se oían los estallidos, los disparos de los fusiles de las guerrillas marxistas, que vinieron a implantar el odio, la lucha de clases como medio de acción política, la dictadura del proletariado como propuesta de organización estatal para sustituir el Estado de Derecho.

Y generan la reacción igualmente cruel del paramilitarismo. Y ambos son cooptados por el narcotráfico.

Creo que escasamente en el siglo XX hubo 40 años de paz en la Patria. Escasamente en el siglo XIX siete años de paz. Y una cadena de frustraciones en una Colombia que debería tener mayor prosperidad y mayor justicia.

Senda de mejoramiento continuo

Nosotros tenemos una deuda para que las nuevas generaciones puedan vivir en un país seguro y próspero. Faltan muchas cosas, creo que hay unas buenas tendencias para el país, pero están apenas salidas del huevo, apenas empezando a brotar plumitas.

Ustedes saben lo que le pasa a una gallinita kirike con unos polluelos, si uno no lo tiene bajo la sombra y la protección y los deja salir: una leve llovizna los apesta y los mata.

Por eso creo, apreciados gobernadores, que hay que mantener el país en una senda de mejoramiento continuo, pero sin abandonar esa senda. Mantener un rumbo. Ese rumbo no se puede estancar y no se puede abandonar. Es tan grave el estancamiento como los bandazos.

Y la verdad es que uno tiene derecho a dudar del futuro cuando le negaron el pasado. Por eso, para disipar las dudas del futuro, lo que habré de decirles a mis compatriotas en estos días es: ‘Cuidemos el rumbo, mejoremos el rumbo, pero no lo abandonemos’.

Porque a uno le dicen: ‘Ya todo el mundo está convencido de la Seguridad Democrática’. A mí no me van a echar ese cuento. Con todo lo que ha ocurrido en el pasado, lo que le ha tocado ver a mi generación, para que nos vengan a decir que todo el mundo está convencido de la Seguridad Democrática.

Todo el mundo está convencido de la promoción de inversiones. Ese cuento que tampoco nos lo echen.

Ese cuento que tampoco nos lo echen.

Aquí había una gran resignación con tasas de inversión mínimas. Todo el mundo ha hablado de política social, pero muy pocos compromisos con las metas sociales exigentes.

Una cosa es hablar de política social y otra cosa es decir: hemos pasado de 23 millones de asegurados en salud a 43 millones, hemos pasado de 424 mil bachilleres graduados al año a 737 mil, hemos pasado de 220 mil a 2 millones 840 mil Familias en Acción.

En microcrédito en Colombia tenía una cartera de 732 mil millones, termina con una cartera de 8 billones, faltando mucho.

La política social tiene que ser de más resultados y de menos discurso.

El diálogo con los colombianos

Yo quiero expresarles toda la gratitud. El dialogo con los compatriotas y con ustedes ha sido muy importante.

Cuando empezó este Gobierno el dialogo era mucho más difícil. Mis compañeros y yo sentíamos rabia en muchas regiones, percibíamos que había rabia en el reclamo. Hoy hay un dialogo más sereno a pesar de la dificultades.

Haber hecho el tránsito en este proceso de diálogo de Estado Comunitario con los compatriotas, de un diálogo donde había un reclamo rabioso, a un diálogo más sereno, es algo muy importante para gobernabilidad democrática de la Patria.

Yo recuerdo aquel primer Consejo Comunitario en Nariño: rabia, rabia porque no había quién les comprara la leche; rabia, rabia por la apertura económica.

Aquel primer Consejo Comunitario en La Guajira: rabia, rabia porque no había entendimiento entre los proveedores del servicio de energía y los usuarios.

Y así sucesivamente.

No hemos derramado ríos de leche y miel, hemos tenido dificultades, pero por lo menos este diálogo con afecto a la Patria ha contribuido a serenar tormentas.

Por eso yo creo que hay que mantener un dialogo infatigable entre todos los colombianos.

Antes había ‘dialoguitis’ entreguista con el terrorismo y espaldas a la necesidad del diálogo con los colombianos de bien.

Yo creo que en estos años ha ocurrido todo lo contrario: ha ocurrido diálogo sincero con los colombianos de bien y mano firme contra los violentos.

Yo creo que esa es una buena tendencia.

¿Para el Gobierno qué ha significado este diálogo? Ser más responsable.

Nosotros no podemos despachar una reunión de gobernadores, de alcaldes, un Consejo Comunitario, una reunión de microempresarios, con promesas. Porque como es un Gobierno que ha tenido que estar en rendición de cuentas permanente, cualquier promesa que haga hoy se la cobran pasado mañana, en la siguiente rendición de cuentas.

Esa es una de las bondades del diálogo permanente: que el Gobierno tiene que hacerle seguimiento a todos esos compromisos.

Ha sido un dialogo que nos ha obligado a ser menos prometeros, pero más comprometidos, a buscar más opciones y menos promesas.

Y yo creo que a los compatriotas que nos han honrado con su interlocución también este diálogo les ha dado argumentos para tener mejor orden de prioridades.

Yo analizo los consejos comunitarios de hoy y los comparo con los de hace ocho años, además que los de hoy son más serenos, los colombianos que en ellos se expresan han organizado mejor sus ideas, sus prioridades y han accedido a mejor información para saber cómo priorizar esas necesidades y cómo cuantificar las posibilidades y los recursos.

Yo quiero desear a todos ustedes los mayores éxitos, apreciados gobernadores.

En estos 132 días mis compañeros y yo estaremos atentos a los temas que faltan.

Reelección de gobernadores y alcaldes

Yo creo que se necesita la reelección de los gobernadores y alcaldes.

Nosotros debemos presentar nuevamente el proyecto, MinistroFabio (Valencia Cossio) el 20 de julio, y ya sin suspicacias de ambiciones personales, impulsarlo desde el 7 de agosto.

Es que son unos periodos muy cortos. El primer año preparando el Plan de Desarrollo, el segundo y tercer año bregando a ejecutar y el cuarto año en política para el sucesor. Son unos periodos muy cortos.

Uno no entiende este país cómo le dio apenas dos años a los presidentes de los bienios.

A mí me tocó una Gobernación de tres años, al otro día de haber salido de ella estaba montado en una bicicleta, de tenis, yendo a la Universidad de Oxford, y dije: a qué horas se acabó esto. Y se trabajó intensamente y no hubo manera de lograr. Si en ocho años quedan tantas, tantas cosas sin poder consolidar, cuánto peor en cuatro años.

Nosotros, muy sinceramente, queremos apoyar eso. Hay que pedirle al nuevo Gobierno, a los parlamentarios amigos, que no tengan vacilaciones, que les den a las autoridades territoriales la posibilidad de que el pueblo diga si le renueva o no el periodo. Son periodos muy cortos.

Otras cifras

Vamos a dar esta lucha final por la salud. Con ustedes hemos estado mirando todas las opciones.

Para no entrar ahora en el examen del tema de la salud y en las conjeturas sobre decisiones de la Corte Constitucional, simplemente esto:

Para el Gobierno que termina y para el nuevo Gobierno es menos difícil adelantar un proyecto normativo en el Congreso con esta Emergencia vigente, que con esta emergencia caída.

Con esta emergencia caída se complica mucho el final de este Gobierno en salud y el inicio del nuevo Gobierno en salud.

Yo les pido que le hagan llegar ustedes a la Corte Constitucional sus opiniones, apreciados gobernadores.

Y hay que seguir mirando los ingresos de ustedes.

Pero yo también quería compartir estas cifras con ustedes.

Cuando empezó nuestro Gobierno el Sistema General de Participaciones giró 17 billones. Este año gira 23 (billones) en pesos constantes.

En pesos corrientes eran como 11 o 12 (billones) este año son 23 (billones). Cuando ponemos los pesos del año 2002 en valores del 2010, son 17 (billones). El Sistema General de Participaciones en este Gobierno, nominalmente, ha crecido un 91.7 (por ciento). Realmente ha crecido un 30,1(por ciento).

Las regalías en este Gobierno a las regiones han crecido en términos reales un 122 por ciento, en términos nominales un 218 por ciento.

El recaudo propio ha pasado de 8,1 billones en el 2008, todavía no tenemos consolidado lo del 2009, fueron 13 billones; un crecimiento real del 60 y medio (por ciento).

Yo creo que a todos nos falta dinero en todos los niveles del Estado, pero yo creo que aquí hay unos crecimientos bien importantes.

Hace pocos días en un debate me decía algún interlocutor bravo por allá en una universidad: ‘Gobierno de terratenientes, de rentistas de la tierra, que no la gravan‘.

Afortunadamente cuando se procede de buena fe hay argumentos.

¿Ustedes saben cuánto valía el catastro rural en Colombia cuando llegó este Gobierno, y no sumo ahí los catastros independientes que son Cali, Antioquia, Medellín y Bogotá? La tierra, en su avalúo catastral en Colombia, valía 30 billones, hoy vale más de 72 (billones) gracias a los reavaluos de este Gobierno, lo que ha incidido en los ingresos de las regiones.

O sea que hay que seguir trabajando eso con lo cual empezó el señor Gobernador del Quindío, pero yo creo que también hay unos avances bien importantes que se deben tener en cuenta para lo que vienen.

Finalmente, Bernardo (Moreno, Secretario General de la Presidencia) y doctor Esteben, dejemos el documento que garantice que los recursos de la venta de la Electrificadora del Quindío se apliquen al acueducto regional del Quindío.

Yo creo que es uno de los compromisos con este departamento para finalizar el Gobierno.

Y otra preocupación: no vamos a alcanzar a hacer la concesión de los cuatro aeropuertos del Eje Cafetero.

Concesionar solo el de Armenia es imposible, por el tamaño. Yo no se qué camino buscar, porque el ideal era haber concesionado los cuatro.

Nosotros debemos proceder de la siguiente manera: lo que alcancemos a completar ahora, bien, sino hacer con ustedes y con los alcaldes un documento muy puntual, para entregárselo muy respetuosamente al nuevo Gobierno, y que el nuevo Gobierno en su criterio lo considere.

Apreciados gobernadores, muchas, muchas gracias, y empujemos en estos 132 días.

Les agradezco en el alma toda su generosidad con mis compañeros de Gobierno y conmigo.

Muchas gracias”.


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