Marzo 27

   

El terrorismo ‘nunca debió secuestrarlos’

Popayán, 27 mar (SP). Con esta frase, el Presidente Álvaro Uribe Vélez pidió a los colombianos no aplaudir al terrorismo por la liberación del sargento Pablo Emilio Moncayo y el soldado Josué Daniel Calvo, a quienes las Farc mantuvo en la tortura durante tantos años.

El Jefe de Estado exigió también que la familia del mayor Julián Guevara pueda sepultar los restos mortales de su ser querido.

“Esperamos entonces en las próximas horas que regresen al seno de su hogar Calvo y Moncayo, y que la familia del mayor Guevara pueda hacer la santa sepultura de los restos mortales del mayor Guevara. Que no nos engañen”, dijo.

Y agregó: “Esperamos que haya alivio en esas familias. Pero los colombianos no le podemos aplaudir estos gestos al terrorismo, ni nos vamos a dejar desorientar del terrorismo. Nunca debió secuestrarlos. Cómo nos han engañado manteniéndolos en la tortura durante tantos años”.

Declaración del Presidente Uribe

Las siguientes son las declaraciones que sobre este tema entregó el Mandatario al instalar hoy sábado el Consejo Comunal en Popayán.

Presidente Álvaro Uribe Vélez: “Por eso quiero decir, compatriotas, que tenemos una deuda con las nuevas generaciones. Una deuda para que las nuevas generaciones vivan en un país seguro, próspero y equitativo. Lo podemos lograr. Esta Patria tiene todas las virtudes, todas las posibilidades.

Hoy estamos reparando víctimas del terrorismo: 280 mil víctimas que antes no reclamaban, ahora sí, porque tienen confianza en la determinación de seguridad del Estado. Ahora sí reclaman. Y las vamos a reparar. Estamos haciendo un esfuerzo.

Pero de nada servirá ese esfuerzo si no consolidamos la seguridad. ¿Qué tal reparar hoy para que al país mañana de nuevo lo inunden en sangre? La mejor reparación, la fundamental que se exige, es aquella que se llama el ‘derecho a la no repetición’. Que las nuevas generaciones de colombianos no tengan que vivir la tragedia de inseguridad y de violencia que han vivido casi todas las generaciones de la Patria.

Estas políticas (Seguridad Democrática, confianza inversionista y política social) apenas son tres polluelitos que acaban de salir de la cáscara. Están apenas despuntando plumas. Por entre la piel de esos polluelitos se les asoman las primeras leves plumas. Hay que cuidarlos.

No se cómo llaman en el Cauca unas gallinitas pequeñas que se parecen a las de la Independencia: ‘quicas’. En el Caribe colombiano las llaman ‘quiriques’. En mi tierra antioqueña las llaman ‘cubanas’. Y aquí ‘quicas’.

Bueno, piensen esto: ustedes sacan unas gallinitas ‘quicas’. Ellas empiezan a poner. Ponen tres huevitos: uno de la Seguridad Democrática, otro de la confianza de inversión y otro de la política social.

Ustedes las echan. Ellas sacan los tres huevitos. Salen de la cáscara los tres polluelitos. ¿Qué ocurre si cuando salen de la cáscara ustedes los dejan solos, los abandonan, se salen a la manga y viene un aguacero? Los apesta y los mata.

Cuidado, compatriotas: que no vaya a venir el aguacero de la indolencia, que no vaya a venir el aguacero del apaciguamiento, que no vaya a venir el aguacero de la debilidad, porque nos dejan matar, nos dejan apestar los polluelitos que hemos empezado de la seguridad, la confianza de inversión y la política social. Cuidado con esos descuidos, apreciados compatriotas.

Tengo que confesarles a ustedes una contradicción que me jalona en el alma desde ayer en Buenaventura. Cuando ayer el CTI, la Fiscalía y las Fuerzas Armadas me dijeron en Buenaventura que ese carro bomba lo puso el frente ‘Manuel Cepeda Vargas’ de las Farc, con el frente 30 de las Farc, hoy frentes guerrilleros totalmente entregados al narcotráfico, sentí una gran tristeza por todo lo que habíamos progresado en Buenaventura. Un gran avance en Buenaventura, para tener este retroceso.

Y enseguida me pregunté: ‘Bueno, ¿pero qué voy a hacer? Como Presidente responsable del orden público, acepté unas condiciones para que liberaran a Moncayo y a Calvo, y entregaran los restos del mayor Guevara. Hay que darles unas facilidades a estos bandidos de la guerrilla para que los liberen. Y esto es un atropello, una felonía: nos pidieron esas garantías. Desde principios del año pasado, las dimos. No los liberaron. Han aplazado la liberación simplemente para hacer ahora proselitismo electoral. Y fuera de eso, en la víspera de la liberación, nos ponen este carro bomba en Buenaventura, nos asesinan a estos compatriotas, nos dejan heridos a otros compatriotas y nos hacen esta destrucción. Yo debería revocar la decisión de las facilidades’.

Y sin embargo, pensamos lo siguiente: por encima de todo está el dolor de la madre del mayor Guevara, que por lo menos quiere estar segura del destino final de los restos mortales de su hijo. Y por encima de todo está el dolor de la familia de Calvo y de la familia de Moncayo.

La verdad es que nosotros, por esas circunstancias, no vamos a poder revocar las condiciones otorgadas para que los liberen. Y por otra: me dijo la inteligencia policiva y militar: ‘Presidente, esos bandidos están esperando que, como reacción al carro bomba, usted salga enfurecido y le diga al país que no permite dar facilidades para la liberación. Y entonces así ellos se lavan la mano, pretenden quedar como unos príncipes y van a decir: los íbamos a liberar y el Presidente no dejó’.

Al oír ese consejo de las Fuerzas Armadas, dije: ‘Esa disculpa no se la vamos a dar a esos bandidos’.

Pero espero lo siguiente: así como el Gobierno mantiene la decisión de entregar facilidades para que devuelvan a los secuestrados, no quiero que esto sea una señal de debilidad. No quiero que sea un precedente de debilidad. Que los compatriotas no vayan a pensar: ‘Uribe, de salida, se aflojó: cuando le faltaban 129 días, el hombre se arrugó, le pusieron un carro bomba en Buenaventura y se arrugó frente a esos bandidos y les permitió el show de la liberación’.

No vayan a pensar así, compatriotas. Aquí nos arrugaremos el día que el Creador nos llame al juicio final. Antes, no. Por eso, este tiene que ser un año de reflexión para fortalecer, para acerar el espíritu de los colombianos. Ninguna debilidad. Simplemente no darles argumentos a estos bandidos para que llegaren a justificar la no entrega de los secuestrados.

Porque ofrecieron entregar los restos del mayor Guevara, y ahora ya andan buscando echarse para atrás. ¿Será que nos van a mentir otra vez? ¿Será que nos van a mentir como en tantas ocasiones?

Recuerdo un amanecer a la 1:00 de la mañana. Me llaman por teléfono y me dicen: ‘Presidente, en Europa está de día, las Farc acaban de entregar un comunicado en el cual advierten, comunican, que los diputados vallecaucanos murieron en un enfrentamiento entre las Farc y el Ejército’.

Oh dolor. Empezamos a trabajar el Ministro de Defensa de entonces, doctor Juan Manuel Santos, los Altos Mandos y mi persona. Yo les dije: ‘No vamos a salir con declaraciones inoportunas, prematuras, esperemos’.

Y los periodistas angustiados me acosaban: ‘Presidente, su reacción’.

Nos dedicamos desde las 2:00 de la mañana hasta las 12:00 del día, con las Fuerzas Militares, a recorrer todos esos sitios. Y cuando tuvimos comprobado que allí no se había presentado ningún operativo militar frente a la guerrilla, pudimos decirle al mundo: ‘La narcoguerrilla de Colombia ha mentido’. Lo dijimos entre las 12:00 del día y la 1:00 de la tarde. ‘Es falso que allí se haya presentado un enfrentamiento del Ejército con la columna narcotraficante guerrillera que tenía secuestrados a los diputados. Los mató las Farc’.

Dios premia la buena fe. Cómo quedó rápidamente revelada ante el mundo la mentira de las Farc y la buena fe de nuestro Gobierno, nuestro apego a la verdad.

Cómo sufrimos aquel 31 de diciembre de 2007 – 2008, en Villavicencio: una delegación internacional, insultos internacionales, que porque nosotros no permitíamos que esos bandoleros de las Farc devolvieran al niño Emmanuel. Le habían mentido al país, ya no lo tenían, habían negociado con el niño. Y quedó nuevamente al descubierto su mentira. Y quedó de presente nuevamente la buena fe del Gobierno.

Espero que ahora no hayan mentido de nuevo. Hemos dado garantías para que liberen a Calvo y Moncayo, a pesar de que pusieron el carro bomba de Buenaventura. Hemos dado garantías para que entreguen los restos mortales del mayor Guevara, a pesar de que estallaron el carro bomba de Buenaventura.

Esperamos entonces en las próximas horas que regresen al seno de su hogar Calvo y Moncayo, y que la familia del mayor Guevara pueda hacer la santa sepultura de los restos mortales del mayor Guevara. Que no nos engañen.

Esperamos que haya alivio en esas familias. Pero los colombianos no le podemos aplaudir estos gestos al terrorismo, ni nos vamos a dejar desorientar del terrorismo. Nunca debió secuestrarlos. Cómo nos han engañado manteniéndolos en la tortura durante tantos años.

Además de que quieren hacer este ‘show’ electoral, y en la entrada de la Semana Mayor, el pueblo colombiano en su gran mayoría se mantendrá firme al lado de una bandera: la necesidad de derrotar el terrorismo, de recuperar la seguridad, como un camino sólido para la prosperidad colectiva de la Patria”.
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