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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez durante la celebración de los 50 años de la Universidad Eafit

Medellín, 4 may (SP). “Mis compañeros de Gobierno y yo sentimos un inmenso honor al entregar la Orden de Boyacá, creada por El Libertador para distinguir a los mejores hijos de Colombia, a Eafit, en estos 50 años.

Y una tarea fecunda, imponderable. Nace en 1960. La circunstancias daban para que fuera un nacimiento reactivo; sin embargo, como lo afirma su Rector, fue un nacimiento proactivo.

Nace en medio de la Guerra Fría. Estaba apenas poniéndose punto final a la violencia entre los partidos, gracias a los Pactos del Frente Nacional entre los ex presidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez.

Las viejas guerrillas se tornaban en guerrillas marxistas. La triunfante Revolución Cubana escogía dos países en Suramérica para su réplica, Colombia y Bolivia.

Había una especie de fundamentalismo marxista en la universidad pública; se quería eliminar el argumento, la tesis, como herramienta de lucha política, sustituirlo por la violencia, la lucha violenta de clases; se desconceptuaba el Estado de Derecho, se le quería sustituir por la dictadura.

La revolución de la posguerra en Asia todavía no se estimaba, todavía el mundo no se atrevía a reconocer lo que allí se estaba encubando en materia de prosperidad.

Nosotros estábamos regidos por las doctrinas de la sustitución de importaciones y había avances importantes: la administración del Presidente Alberto Lleras; el Ministro de Hacienda, doctor Hernando Agudelo Villa, había incorporado unas herramientas bien importantes de promoción de inversiones, que arrojaban buenos resultados en el país.

Había todos los motivos para que Eafit naciera como una reacción. Y en el examen de las universidades contemporáneas, en su nacimiento, podíamos decir que hay una constante de nacimiento reactivo; aquí fue propositivo.

Bellamente el doctor Jorge Iván Rodríguez lo recuerda, cómo se dieron conversaciones para el acto fundacional.

Dice el doctor Rodríguez Castaño (fundador y actual presidente del Consejo Superior de Eafit): “Hicimos una especie de encuesta en varios medios (…), y encontramos que los pocos administradores que había, venían de universidades de Estados Unidos, y don Hernán Echavarría me dijo: ‘pues si no los tenemos hagámoslos, formémoslos’”.

Y ese fue un gran motor fundacional, no fue una reacción contra algo, fue una gran proposición que bastante le ha servido a Colombia.

Quiero rendir un homenaje a sus fundadores: Gabriel Ángel Escobar; Luis Fernando Cano Olano; Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez, ha estado los 50 años en el Consejo; Hernán Echavarría Olózoga; Elkin Echavarría Olózaga; Luis Echavarría Villegas; José Gutiérrez Gómez; Jorge Posada Greiffenstein; Horacio Ramírez Gaviria; Juan Gonzalo Restrepo Londoño; Jorge Iván Rodríguez Castaño, 50 años en el Consejo; Peter Santamaría Álvarez; Ernesto Satizábal Azcárate; Diego Tobón Arbeláez; Alejandro Uribe Escobar; Rodrigo Uribe Echavarría; Alberto Vásquez Lalinde; Jesús María Mora Carrasquilla, y Luis Fernando Echavarría Vélez.

Queremos rendir un homenaje a aquel profesor que el 17 de agosto de 1960 dictara la primera clase en la universidad que había nacido el 4 de mayo de ese año, el profesor Bernard Hargadon, quien nos hace hoy el inmenso honor de acompañarnos.

Queremos rendir un homenaje a sus rectores: Ernesto Satizábal Azcárate; Javier Toro Martínez; Guillermo Ortega; Alberto Mesa Prieto; Hernán Gómez González; Ricardo Botero Mejía; Darío Monsalve Uribe; Héctor Ochoa; Luis Guillermo Sanín Arango; Juan Felipe Gaviria Gutiérrez; a nuestro actual Rector, uno de los valores más importantes de la cultura y del movimiento de ciencia y de humanidades en el país, Juan Luis Mejía Arango.

Queremos rendir un homenaje a los egresados que han hecho Patria, que han puesto muy en alto el nombre de Colombia. Sé que todos los aquí presentes y aquellos que siguen esta conmemoración, se sienten bien representados en la mención de un egresado de excelencia en Colombia, Juan Luis Londoño de la Cuesta, quien nos acompaña en esta conmemoración. Una lucidez excepcional en la Patria. La Providencia sabrá por qué nos lo quitó cuando más lo necesitábamos.

Eafit es uno de los grandes hitos de la educación en Antioquia y en Colombia. En 1813, don Juan del Corral, apoyado en el Sabio Caldas, fundaron la Academia de Ingenieros. Otro paso en formación de la Universidad de Antioquia.

La violencia, que tanta frustraciones nos ha traído, impidió que esa generación que podíamos llamar de la Iluminación colombiana, de la Iluminación granadina formada por ‘Mutis’, quien murió en 1808, la violencia impidió que esa generación le hiciera mayores aportes a Colombia.

Al otro día del Grito de Independencia, en lugar de salir nuestros soldados a consolidar la Independencia, empezó la primera Guerra Civil entre nosotros; el General Santander tenía escasamente 18 años y se enroló en un ejército, pero no en el ejército de la consolidación de la Independencia sino en el ejército centralista, comandado por el General Nariño, que combatía a las fuerzas de Camilo Torres, que representaban el ejército descentralista de las provincias unidas de Tunja.

Eso permitió la reconquista violenta. La llegada al cadalso de la generación de la Iluminación, la frustración nacional de no haber derivado de esa generación todos los frutos que pudimos haber cosechado.

El General Bolívar siempre tuvo una gran propuesta educativa. También la tuvo el General Santander. En el discurso diferían porque El Libertador se orientaba más a una educación en la cual tuviera menos presencia del Estado y más presencia el sector privado, que podía entenderse en aquella época representado por las comunidades religiosas. El General Santander se orientaba en todo lo opuesto: una educación con liderazgo y prestaciónn del servicio por parte del Estado.

Ambos hicieron grandes intentos, pero intentos que se frustraron; los intentos del Libertador se frustraron porque la ocupación de la guerra, inicialmente, y después sus angustias para evitar la desintegración de la Gran Colombia, no le permitieron ocuparse de lleno en la promoción de esa tarea.

El General Santander adelantó dos épocas muy importantes de educación en Colombia: como Vicepresidente, entre 1822 y 1826. Pero ese proyecto se frustra con el exilio, después del atentado del 25 de septiembre de 1828 contra El Libertador. Regresa del exilio para asumir la Presidencia de la República en 1832.

Y viene la segunda etapa de su revolución educativa; la frustra las guerras posteriores, y una inconcebible: Obando emprendió la Guerra de los Supremos, para combatir las tesis de educación no religiosa que había sacado adelante el General Santander, justo cuando Obando había sido el gran compañero del General Santander.

Al conmemorar los 50 años de quien se considera como el gran fundador de la Universidad Nacional de Colombia, el ex presidente Alfonso López Pumarejo, y al examinar la historia de la Universidad Nacional de Colombia, aparecen antecedentes y esfuerzos frustrados por la violencia.

Uno de esos grandes esfuerzos, el de uno de los vicepresidentes de los bienios: el General Santos Acosta; pero fracasó. El país recibió con enorme satisfacción la Constitución de 1863, sin embargo la violencia, la inestabilidad la llevaron al fracaso.

Entre 1863 y 1886, el país tuvo 30 guerras civiles. Algo bien destacable de 1886: la Ley 60 crea dos escuelas de minería: una en Ibagué, que sobrevivió escasamente un año, y lo que se podría llamar el nacimiento de la Escuela de Minas de Medellín, que tanto brillo ha dado a Antioquia y a la Patria entera.

La Escuela de Minas tuvo enormes dificultades: cierres periódicos; se cerró en la Guerra de los Mil Días, se reabrió, posteriormente se volvió a cerrar; y ese gran impulsor, don Tulio Ospina, finalmente la sacó adelante.

Algo bien significativo. Uno de los historiadores de Antioquia nos dice que en las décadas finales del siglo XIX, el 80 por ciento de los obreros industriales de Medellín sabían leer y escribir; en el resto del país escasamente el 20 por ciento.

¿Qué ocurrió? Antioquia, con un enorme talento, se fue sustrayendo de las guerras. Y mientras el país se destruía en las guerras, aquí se construía el ferrocarril, se ponían bases de industrias, se avanzaba con la misión alemana, se avanzaba con proyectos educativos de gran trascendencia.

Cuando el Presidente Alfonso López Pumarejo da ese gran impulso a la Universidad Nacional, nacen en el país y en el departamento universidades por reacción, y también nacen otras por reacción a partidos de gobierno, en momentos posteriores; y nacen, justamente en nuestro departamento y en la Nación entera.

Eafit, como lo hemos dicho, es un hito bien importante en el proceso de la educación en Colombia y en Antioquia, con un propósito creativo, plenamente proactivo.

A los colombianos nos honra mucho saber que Eafit tiene el 70 por ciento de sus programas con acreditación de alta calidad y que todos son acreditables.

La señora Ministra de Educación (Cecilia María Vélez) y mi persona hemos tenido el inmenso honor de reconocer por primera vez en 2003 la acreditación institucional a Eafit, y renovarla ahora. Lo que demuestra todavía más la solidez de la Universidad.

Elementos para la prosperidad nacional

Si pudiéramos hablar, apreciados compatriotas, de elementos para la prosperidad nacional, en todos ellos la universidad es un factor transversal.

La seguridad. Para entender la seguridad, como un valor democrático, como una fuente de recursos, no como la asunción de una postura dictatorial, la universidad es fundamental.

Es fundamental, relacionada con la seguridad, el concepto de que la universidad debe ser la caja de resonancia de los problemas de la comunidad, y, al mismo tiempo, el laboratorio que replique a esa comunidad con soluciones. Una universidad masiva, crítica, científica, pero nunca en desorden.

Bellamente el ex presidente Alberto Lleras se refiere a lo que pudo ser una revolución mal entendida del Presidente Alfonso López Pumarejo, cuando le dio ese gran impulso a la Universidad Nacional, que no era para la violencia, ni para el fundamentalismo que excluye la libertad, sino para todo lo contrario.

El ex presidente Alberto Lleras, en referencia al ex presidente Alfonso López Pumarejo, dice que aquel acto de creación de la Universidad Nacional lo presidió Alfonso López Pumarejo, quien era el más implacable contradictor del caos.

Esa frase nos ilustra muy bien lo que debemos entender por universidad: revolución para la ciencia, revolución para el mejoramiento de la sociedad, revolución para encontrar las recetas que no se han hallado, y revolución para enfrentar, para combatir el caos.

Y a fe, que la historia de Eafit es esa. Una gran historia de ciencia, una gran historia de calidad económica, una gran historia de ebullición, de agitación; nunca una historia de caos.

Es bien importante para la prosperidad nacional la inversión. Sin una alta tasa de inversión, es imposible la prosperidad colectiva.

Nuestro Gobierno ha insistido en el tema de la seguridad, de la promoción de la inversión con responsabilidad social y de la política social, como caminos inseparables los tres.

Colombia es reconocida en el mundo entero por tener una gran gerencia, es uno de los factores de atracción para invertir en Colombia, y Eafit ha hecho una enorme contribución.

La inversión doméstica, la inversión internacional, se preguntan: ¿quién está generando proyectos? De ahí la importancia de la universidad para responder a esta pregunta.

Nosotros hemos procurado que la apertura unilateral que tuvo vigencia entre 1989 y 2003 se mute hacia un acceso de Colombia a mercados. Pero eso requiere definir una gran innovación en la oferta exportable; fundamental para ello la universidad.

Creemos que el país necesita agregarle valor a lo que tradicionalmente ha producido y desarrollar los nuevos sectores; allí, universidades como Eafit son fundamentales.

Cuando vengo en un avión para aterrizar en Medellín, les digo a quienes me acompañan: ‘Asómense por esa ventana, este Valle de Aburrá no es tan grande como uno se lo imaginaba de niño; lo que es muy grande es la tenacidad de mis coterráneos’.

En esta topografía, y a esta distancia del mar, lo que han logrado; para seguir lográndolo, se necesita una revolución educativa permanente, como la que ha hecho Eafit, de la cual nos da ejemplo Eafit para sortear tantos obstáculos: tener un camino de prosperidad permanente que elimine pobreza, que construya equidad.

Avances en Revolución Educativa

Colombia en 100 años tuvo 120 ministros de educación. Nosotros en ocho años hemos tenido una Ministra de Educación con un equipo de excelencia, con una gestión absolutamente ajena a la politiquería.

Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios; hoy estamos llegando a millón 700 mil. La tasa de cobertura universitaria era del 21,6, y ahora está rayando el 36 por ciento.

La Ministra (de Educación, Cecilia María Vélez) ha puesto a consideración del Congreso una reforma a la Ley 30, nunca para afectar las instituciones fundamentales de la educación superior como es la autonomía, pero sí para incrementar los recursos, para que en pocos años la tasa de cobertura no sea del 36 por ciento sino del 50 por ciento.

Hemos avanzado enormemente en el Icetex, es una de las 465 entidades del Estado reformadas; atendía 60 mil estudiantes con crédito, hoy atiende 300 mil 15.

Su cartera ha pasado de 500 mil millones a billón y medio; antes en muchas ocasiones se necesitaba una tarjeta de recomendación política para acceder al Icetex; hoy, a través de Internet, a través de la propia universidad.

Esta reforma que ha propuesto la señora Ministra al Congreso no solamente incrementa los presupuestos para poder lograr esa cobertura del 50 por ciento, sino también los presupuestos para que el Icetex vaya haciendo una agregación más masiva al crédito, que es el subsidio de manutención a estudiantes de los estratos más populares de la Nación.

Hemos avanzado muchísimo con lo que la señora Ministra llama la educación por ciclos propedéuticos. Yo recuerdo la gran aversión de mis compatriotas a las técnicas y a las tecnologías; había dos elementos críticos: son ajenas a las humanidades y estancan; la educación por ciclos ha venido a superar esos elementos. Hoy el joven que se gradúe en una técnica en una tecnología debidamente acreditada, como las del Sena, puede ingresar en un momento posterior a la universidad, completar los créditos que haga falta y acceder al grado en educación superior.

En algún momento las cifras de Colombia indicaban que mientras en los países industrializados teníamos un profesional por cada 10 técnicos, aquí era todo lo contrario: un técnico por cada 10 profesionales. Hemos venido, bajo el liderazgo de la Ministra, superando esa aversión, y estamos próximos a poder decir que ya la relación no es 10 a 1 sino de 2 a 1. Ya en todo aquel que entra a una técnica a una tecnología, hay una gran ilusión de que no es un camino corto de estancamiento sino un camino largo de progreso.

Recientemente reformamos la Ley de Ciencia y Tecnología. El país avanza bastante en esa materia; en medio de enormes dificultades presupuestales, este año es el año del presupuesto récord en Colciencias, algo bien interesante.

Hemos buscado la integración no solamente entre la técnica, la tecnológica y la universidad, sino entre la técnica, la tecnológica y el bachillerato, en la idea de que todos los bachilleres de Colombia salgan con un gran estímulo a su vocación académica y a su vocación de emprendimiento.

La señora Ministra entregará el 7 de agosto 500 mil colombianos, estudiantes de bachillerato, en integración con el nivel superior; pero también el gran esfuerzo en materia de integración científica, se ha hecho con los niños, con los grupos infantiles de promoción de la ciencia, para despertar en esa primera edad una gran vocación científica. Yo tengo mucha fe en que eso le producirá al país unos resultados notablemente positivos.

También debo anotar lo siguiente: nosotros aún estamos lejos de invertir siquiera los mismos porcentajes del PIB de los países desarrollados en ciencia y tecnología, pero hemos tenido una alta productividad.

Cuando se analizan los proyectos de investigación de Colombia, hay que concluir que han obtenido excelentes logros con una inversión muy baja; creo que los exámenes que se hacen en la comparación de los presupuestos de ciencia y tecnología, omiten ese punto que es fundamental: la productividad en esa inversión, que aquí ha sido bastante alta.

Algunos han expresado la preocupación de que introducirle un acelerador para masificar la educación media, tecnológica y universitaria, va en detrimento de la calidad. El Gobierno habría podido decir que al aumentar la cobertura se presentó inicialmente un descenso de la calidad, pero que después empezó a recuperarse. Por fortuna, las evaluaciones demuestran que no se ha presentado ese descenso de calidad, que al contrario hay un gran avance.

Hoy no tenemos solamente las pruebas Icfes sino las pruebas Saber; hoy además tenemos las pruebas Ecaes, para que el país conozca quiénes son los mejores egresados en todos los campos. Y el Ministerio ha puesto en marcha, desde hace seis años, el observatorio de egresados universitarios, para conocer cómo ha sido el resultado de su vinculación efectiva con la sociedad.

Colombia es el país latinoamericano que más expone sus estudiantes a las pruebas en ciencias y en matemáticas con los estudiantes de los países desarrollados, y el país latinoamericano más, más exigente en materia de pruebas domésticas.

Eafit ha respondido con excelencia. Qué bueno poder decir hoy que la institución a la cual se le entrega la Orden del Libertador, la Cruz de Boyacá, en sus 50 años, tiene un 70 por ciento de sus programas con acreditación de alta calidad, que todos son acreditables y que es la primera institución universitaria en Colombia en renovar la acreditación institucional que se le había reconocido en el año 2003.

Muchas, muchas felicitaciones. Eafit es un hito en la historia de la Patria, una gran contribución de la evolución educativa de Antioquia a la historia de Colombia.

Y que sigan en este gran camino que han trazado sus directivos, sus rectores, sus actuales consejeros, su actual Rector (Juan Luis Mejía Arango), en esta gran mística de toda la comunidad, por el bien de la Patria. Muchas felicitaciones, Eafit”.

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