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Palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez en el conversatorio de la Universidad del Norte

Barranquilla, 5 may (SP). “Me honra mucho regresar a la Universidad del Norte. Yo diría que la Universidad del Norte ha sido uno de los hitos importantes en el proceso de la educación colombiana. Si a mí me preguntaran por experiencias exitosas de la educación colombiana en últimos lustros, en las últimas décadas, señalaría esta gran experiencia de la Universidad del Norte.

Vengo con admiración, con gratitud, a tener este conversatorio con ustedes, muy seguramente el último en mi condición de Presidente de la República en un Gobierno que termina el 7 de agosto.

Para referirme a estos dos temas y abrir el conversatorio a los demás temas que ustedes quieran tratar o a lo que quieran profundizar en estos dos temas, permítanme insertarlos en lo que este Gobierno ha trabajado como unas políticas que han provocado toda la atención del Gobierno y han buscado un objetivo. ¿Cuál objetivo? Construir confianza.

Era yo candidato a la Presidencia de la República y solía preguntarles a los estudiantes si en algún momento habían pensado dejar el país definitivamente, sin tiquete de regreso. Y me golpeaba mucho cuando la inmensa mayoría levantaba las manos. Me parecía que había algún sentimiento de desarraigo, que se había acortado el sentido de pertenencia.

Construcción de confianza

Eso nos inspiró a escoger una palabra, la palabra confianza. Y hemos buscado esa confianza a través de tres caminos inseparables: la seguridad con valores democráticos, la seguridad como una categoría democrática diferente de la represión, es bien importante. El segundo camino, la promoción de la inversión con responsabilidad social; de lo contrario es imposible superar pobreza, construir equidad. Y el tercer camino, la cohesión social, donde insertamos este tema de la salud.

El Gobierno ha trabajado con una visión que creemos que es importante de largo plazo y también es simple. Y la hemos repetido todos estos años porque nosotros creemos que tarea de los gobiernos es procurar insertar en la mentalidad colectiva, también en el corazón de los jóvenes, unos rumbos. Hacer ese inmenso esfuerzo, que tengan unos objetivos de largo plazo que se vayan alimentando con la ganancia de victorias parciales de corto plazo y que, al mismo tiempo que son de fondo para una sociedad, sean simples en el entendimiento de esa sociedad.

Sin seguridad y sin promoción de la inversión no hay un camino de prosperidad que nos permita resolver los problemas sociales, financiar sus soluciones. Y si no se avanza en las soluciones sociales es imposible en una sociedad democrática legitimar las políticas de seguridad y de promoción de inversiones.

Y hemos procurado hacer una renovación de conceptos. Cuando yo estaba de su edad, apreciados estudiantes, en las bancas de la universidad, la seguridad se despreciaba, se miraba como una actitud dictatorial, como un camino de fachismo.

Relación entre seguridad, inversión y política social

Yo creo que hubo una exageración en el entendimiento de la teoría positiva del Derecho Penal que nos hizo pensar que toda la problemática criminal tenía una sola causa: la inequidad social. No se nos dejó ver que la criminalidad afecta los problemas sociales, los agrava. Había un desprecio tremendo por el concepto de seguridad.

Creo que una revolución cultural de los últimos años en Colombia es que las grandes mayorías colombianas aceptan hoy que la seguridad es un imperativo ético, que la seguridad es una condición necesaria para el ejercicio de las libertades, es un valor democrático, una fuente de recursos.

Otra transformación cultural que he advertido en estos años, apreciados estudiantes, es en la relación entre la promoción de inversión y la política social.

Estaba yo en las bancas de la universidad y después, largos años en la vida pública, y se hablaba de lo social, pero no se hablaba de las fuentes de los recursos para poder resolver lo social, se omitía el tema de la inversión. Y uno se preguntaba: y si no hay un gran énfasis en la inversión ¿cuál es la fuente de los recursos para poder resolver lo social?

Por ejemplo, es que la inversión es la que paga el Sena, la inversión es la que paga las cajas de compensación, la inversión es la que paga Bienestar Familiar, la inversión es la que paga el Régimen Contributivo de Salud, pensiones, riesgos profesionales.

Y creo que hemos avanzado, porque muchísimos compatriotas ya hoy opinan, se expresan, se preocupan para que el país tenga algo que no tenía en el pasado: altas tasas de inversión que con responsabilidad social nos permitan ir construyendo prosperidad colectiva, superando desempleo, pobreza, construyendo equidad.

El tema de la salud

Empecemos por el tema de la salud.

Yo llegué al Senado de la República en 1986. Uno de los primeros proyectos que presenté, un proyecto que proponía que las cajas de compensación y las cooperativas pudieran afiliar a los trabajadores colombianos en los términos que lo hacía el Seguro Social.

Yo recuerdo que un gran senador de la República, fallecido, ex ministro de Salud, colombiano muy estudioso, se levantó con furia y dijo: ‘eso que está proponiendo el joven senador Uribe es un error porque va a acabar con el monopolio estatal’. Y archivaron el proyecto.

Seguimos trabajando y después se hizo un trabajo con el ex ministro (de la Protección Social) Juan Luis Londoño en la ley 50 del 90, que me tocó liderar en el Congreso, donde respondimos problemas laborales muy graves. Los mayores aquí recordamos qué era la retroactividad de las cesantías. Yo creo que era un impedimento a las empresas y finalmente una frustración a los trabajadores.

No pudimos sacar ahí la reforma de la salud. Seguimos trabajando, la administración Gaviria la apoyó, y con el Ministro Juan Luis Londoño sacamos la Ley 100.

¿Qué noté yo en ese momento? Yo recorrí casi todos los hospitales del país. Y ¿qué advertía? Había buenas clínicas para los sectores pudientes y la mayoría de clínicas para los sectores pobres eran un desastre.

Yo recuerdo que recorrí todos los hospitales y puestos de salud del Caribe. Y recuerdo con mucha tristeza, por ejemplo en Tolú y en ciudades grandes del Caribe, el estado de las clínicas para los sectores pobres. Y recuerdo en mi ciudad de Medellín, hasta hace muy poco unas clínicas muy buenas y las clínicas del Seguro Social un desastre.

Antes de la Ley 100, Colombia tenía no más de tres millones de ciudadanos con un seguro de salud: Los sectores pudientes pagaban la salud con su propio bolsillo. Los sectores pobres se tenían que exponer a una salud de caridad que excepcionalmente era buena; generalmente era muy mala.

¿Qué pasó cuando adoptamos la Ley 100? A mi me tocó después, logré ganar en las elecciones de 1994 la Gobernación de Antioquia, y aplicamos allí. Ahora que he visto al alcalde Alex Char con ese gran entusiasmo por la salud, he recordado con mucha alegría, cuando yo llegué a la Gobernación de Antioquia. Empezamos de cero y un día dijimos: ya tenemos millón 27 mil pobres en el Régimen Subsidiado. Y haciendo todas esas reformas.

De 23 millones a 43 millones de asegurados

El país pasó rápidamente de tres millones de asegurados. ¿Cuántos encontré yo como Presidente? 23 millones de asegurados. Yo aquí, miren que más que defender esta obra de Gobierno, quiero defender es un proceso de reformas que se ha dado en el país.

Porque de pronto cuando se dice hay que cambiar el sistema, se ignoran todos los ajustes que se han venido haciendo. Y entre mi llegada al Gobierno y hoy el país ha pasado de tener 23 millones de asegurados; nosotros vamos a dejar 43 millones de asegurados.

Y en este Gobierno ¿qué hemos hecho? En este Gobierno hemos reformado 240 hospitales públicos pero no hemos cerrado uno solo. He tenido la fortuna de trabajar con su Alcalde, con su Gobernador (Eduardo Verano), con el anterior Gobernador (Carlos Rodado) y ha sido para mi una experiencia muy grata de la vida por el entusiasmo de ellos, su mística, su condición de ciudadanos de bien. Y con el anterior Gobernador, con el doctor Carlos Rodado, hicimos una gran transformación de hospitales en el Atlántico, como el Hospital Universitario de Barranquilla.

Nosotros hemos reformado esta cantidad de hospitales en el país sin cerrar un solo hospital público. Esa ha sido una tarea muy difícil, porque este es un país descentralizado. El Gobierno Nacional no puede hacer eso si no hay el consentimiento, la iniciativa de la autoridad territorial.

Nosotros hemos reformado el Seguro Social. La vieja EPS del Seguro Social gastaba en funcionamiento el 28 por ciento, era un derroche administrativo. La Nueva EPS gasta el nueve por ciento. En la vieja EPS se imponían excesos sindicales y politiquería; la Nueva EPS es una sociedad de las cajas de compensación y el Gobierno, manejada sin politiquería por las cajas de compensación. Es bien importante.

Nosotros hemos reformado 465 entidades del Estado y en todas esas entidades se ha eliminado politiquería y clientelismo. Pienso que eso es bien importante y en la salud sí que es importante. Reformamos también ese sistema de pensiones, la institucionalidad. La primera reforma que nosotros hicimos fue Cajanal, un desastre. Y muy difícil, porque para eliminar Cajanal Salud, primero tuvimos que trasladar 300 mil afiliados de Cajanal en todo el país, uno a uno, a las diferentes EPS y que quedaran cómodos.

Todo esto les digo porque la Emergencia (Social) algunos han dicho ‘ah, fue que el Gobierno perdió el tiempo y a última hora se le ocurrió la Emergencia’. No. Nosotros hemos trabajado todos estos años intensamente en el tema de salud. Me da pena decirles, exigió mucha labor esa reforma de Cajanal, y después eliminar Cajanal Pensiones, y eliminar el Seguro Pensiones y crear una entidad que se maneja sin politiquería, sin clientelismo, que es Colpensiones. Esa es la gran reforma de la institucionalidad de pensiones de este Gobierno, Y la reforma de Caprecom que hoy se siente en Barranquilla y me voy a referir a ella enseguida.

Y yo recuerdo en mi ciudad. Me gusta hablar de los problemas de mi ciudad porque me siento más cómodo que poniendo por ejemplo problemas de otras ciudades. Yo me mantenía con mucho dolor porque entraba a unas clínicas de Medellín y las veía de excelencia, y entraba a las clínicas del Seguro Social, un desastre.

Primero el desgreño. La primera impresión visual, entraba uno y unos escritorios de atención a los pacientes destruidos, unas paredes raídas, unos techos con los cielorrasos caídos, y después los pacientes arrumados en los pasillos.

Revolución en clínicas reformadas

¿Qué hicimos nosotros? Reformamos todas las clínicas del Seguro Social. Si ustedes van hoy a la ‘Campo Serrano’ de Santa Marta o a la ‘Henrique de la Vega’ de Cartagena, la una manejada por la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga, y la otra por los Hermanos de San Juan de Dios, y clínicas de excelencia. Las de Bogotá.

Y esas reformas son muy difíciles, apreciada comunidad académica, porque ha habido mucho fundamentalismo ideológico. Decían ‘Uribe neoliberal, va a acabar con el Seguro, va a acabar con el Estado’. Un fundamentalismo ideológico opuesto a esa reforma es difícil de vencer, como en todas las reformas del Estado que nosotros hemos hecho.

Yo creo que hoy hay tranquilidad en el país con las clínicas del Seguro Social, porque las ven operando de manera diferente. Todo este sistema ha traído una gran revolución. Hoy ricos y pobres de Colombia van a las mismas clínicas.

Yo soy el mayor en mi casa, y recuerdo cuando era pequeño y nacían mis hermanos. Mi mamá los tenía en la Clínica Soma o en la Clínica el Rosal. Y entonces había las clínicas de las personas que podían pagar el servicio, y clínicas de los pobres en términos generales muy malas.

Esa discriminación se acabó en Colombia, gracias a este sistema de aseguramiento. Gracias a este sistema de aseguramiento, hoy todos los colombianos pueden ir a las mismas clínicas. Yo creo que es un gran logro, hemos avanzado mucho en eso.

Ahora, el sistema de salud es un sistema que se discute en el mundo entero. Por épocas, la gran discusión de los ingleses, de los alemanes, ha sido el seguro de salud.

Yo recuerdo cuando tuve la oportunidad —ya viejo—, de estar en la Universidad de Oxford, diariamente la discusión era cuántos pacientes ingleses están en la lista de espera, esperando que el sistema nacional de salud de Inglaterra les diera un turno para una cirugía. Entonces se decía ayer eran 500 mil, hoy hay 510 mil, hoy hay 490 mil. Y en ese año ya lista de espera no bajó de 450 mil personas. Este es un tema que se discute mucho.

Colombia tiene ahora un buen sistema

Yo creo que el sistema que ha encontrado es bueno, hay que estarlo mejorándolo permanentemente.

¿Qué ha hecho este Gobierno en materia legislativa? Nosotros en materia legislativa hemos sacado leyes muy buenas. La Ley 1152; esa Ley, por ejemplo, controla la integración vertical. Un error que tuvimos en la Ley 100, porque no sabíamos —y yo digo que no fue un error del Gobierno de la época solamente, sino mío, porque fui el senador ponente y trabajé muchos años— es que nosotros dejamos abierta la integración vertical, nosotros dejamos abierto que la entidad aseguradora, la EPS, pudiera prestar el servicio ciento por ciento a través de contratos con clínicas que hoy se llaman IPS —Instituciones Prestadoras de Servicios, independientes- o el ciento por ciento a través de sus propias clínicas.

Estos temas se controvierten mucho. En todos estos años, cuando yo me reúno con los hospitales colombianos, me dicen: ‘Presidente, hay que acabar la integración vertical, porque las EPS con sus propias clínicas abusan’.

Y cuando voy a las reuniones de las EPS me dicen: ‘Presidente, permitan que nosotros tengamos integración, que es la manera de prestar un servicio con economías de escalas. Se lo prestamos con nuestras propias clínicas’.

Ustedes no se imaginan qué difícil esa discusión ¿Cómo la salvamos? Buscamos un acuerdo para introducir una convención en el Congreso que está en Ley.

Dijimos: la integración vertical no puede exceder el 30 por ciento ¿Qué quiere decir eso? Cualquier EPS no puede prestar servicios con sus propias clínicas en un porcentaje que represente más del 30 por ciento de los servicios que presta.

También sacamos una gran ley de promoción del talento humano en salud. Yo tengo fe en ella. Y hemos aumentado los recursos enormemente. Es que si no hubiéramos aumentado los recursos ¿cómo pudiéramos decir que este país en estos años de Gobierno ha pasado de 23 millones de asegurados a 43 millones?

De 10 millones 700 mil en Régimen Subsidiado a 23 millones. Hemos hecho un esfuerzo en aumentar los recursos. Y entonces se ha venido una critica, al Gobierno y a mí. Dicen: ‘ah, no, es que Uribe se puso a subsidiar a todo el mundo al Régimen Subsidiado. Y la gente no se afilió al Contributivo, entonces los del Subsidiado no pagan y eso va a quebrar al Estado’.

Cuando se creó la Ley 100 —dicen mis críticos— la idea era que hoy tuviéramos un 70 por ciento de los afiliados en Régimen Contributivo, pagando; solamente un 30 por ciento en Subsidiado”.

Sí. Pero es que ocurrió una cosa: se aceleró esa violencia y la pobreza llegó al 60 por ciento y el desempleo al 20 por ciento.

Para mí el ideal hubiera sido poder acelerar en estos años la afiliación al Régimen Contributivo y no tener que ponerle tanto énfasis a la afiliación al Régimen Subsidiado.

Pero qué hago, si encontré esa realidad social; y estoy seguro que también hubiera sucedido lo siguiente.

Hoy me dicen que me gasté mucha plata afiliando a los pobres al Régimen Subsidiado, que por qué no lo hice al Contributivo. Si no lo hubiera hecho, estuvieran diciendo: ‘claro. Ahí vieron. Uribe no aumentó la afiliación, Uribe es neoliberal, es paramilitar, se gastó toda la plata en la guerra y no se hizo nada en lo social’.

Yo sí prefiero la crítica que hoy me hacen, que gastamos mucha plata afiliando a los colombianos al Régimen Subsidiado, que la otra critica, esa que me tenían por allá al asecho. Dijeron: ‘este tipo no va avanzar en el Régimen Subsidiado y por ahí lo cogemos. Vamos a decir se la gastó toda en la guerra. Ignoró totalmente las necesidades de salud de los pobres’.

Ahora ¿qué creo yo? A medida que el país vaya avanzando, disminuyendo desempleo, hay que ir haciendo esa mutación, más personas del Subsidiado al Contributivo. Y todavía hay trampas, especialmente en el sector rural; hay muchas personas que tienen un trabajo formal y que no están afiliadas al Contributivo.

Yo creo que ahí el país tiene que hacer un gran trabajo. Yo reconozco que ahí no ha podido mi Gobierno avanzar lo suficiente. Nosotros hemos corregido muchas trampas, hemos corregido por ejemplo 800 mil casos de doble afiliación, pero todavía falta un gran trabajo.

Yo quiero en estos tres meses que me quedan de balance ante mis compatriotas, procurar tener la menor subjetividad, contar en qué hemos avanzado y la dificultades que quedan. Yo creo que allí hay un tema pendiente Cómo eliminamos ese factor de evasión.

Muchas empresas formales, especialmente en la ruralidad, los trabajadores están en el Régimen Subsidiado cuando deberían estar en el Contributivo.

Razones de la Emergencia Social

¿Por qué esta Emergencia? Primero, yo respeto profundamente la sentencia de la Corte Constitucional y reconozco, ayuda.

¿Por qué? Porque ellos habrían podido decir esto se declara inexequible y punto. Utilizaron una figura de modulación que dice es inexequible pero hay una inexequibilidad diferida hasta el 16 de diciembre, que le permite al Gobierno Nacional y al Congreso mantener estos impuesto hasta el 16 de diciembre, pero de aquí a allá tienen que resolver el problema apelando a una Ley de la Republica.

Dicho eso, con todo respeto y reconocimiento a la Corte Constitucional, tengo que decir que para la Emergencia el gobierno si apreció que hubiera hecho sobreviniente.

¿Cuál es la causa y cuál hubiera podido ser el hecho? Las causas son dos a mí juicio, dos sentencias. La una que dice: hay que nivelar el plan de servicios del Régimen Subsidiado con el contributivo. Eso cuesta.

Y la otra que dice: cuando un ciudadano corra riesgos por una enfermedad que no esta incluida en el Plan Obligatorio, hay que pagarla.

Entonces todo el año 2009, fue de muchas dificultades porque yo creo que me he reunido muchísimo con alcaldes y gobernadores en estos 8 años, eso ha sido parte de nuestra visón de Gobierno comunitario; los consejos comunitarios, los consejos comunitarios de seguridad, reuniones con alcaldes, gobernadores, los consejos de empleo, de microcrédito, que los consejos con tenderos, con el sector agropecuario, etcétera.

Los gobernadores todo el año pasado: ‘Presidente no temeos recursos para pagar esto’. Y busque y busque recursos. En noviembre tuvimos que anunciar una Emergencia Social.

¿Cuál sería el hecho sobreviniente? Esas son las dos causas. Y el hecho que nosotros apreciamos, podría sobrevenir: llegaría un momento muy rápido sin recursos para pagar eso.

Entonces alguien dijo: ‘es que eso se venía incubando de tiempo atrás. ‘Yo difiero. Eso lo incuban esas dos sentencias, respetables, que no discutimos.

Dejar resuelto tema de ingresos

Bueno, estamos ante esos hechos. Yo le he pedido al Congreso que le dejemos resuelto al nuevo Gobierno este tema de ingresos con el proyecto de ley que está en curso.

Ese proyecto de ley ¿a qué impuesto se refiere? Ese proyecto de ley aumenta el IVA a la cerveza al 16 por ciento, a los juegos al 16 por ciento; aumenta impuestos a los licores, a los cigarrillos.

Algunos han dicho que eso viola la norma constitucional de la progresividad impositiva. Yo creo que no; es un tema de salud pública. Y las personas que más necesitan la atención, con recursos del Estado, son los sectores pobres.

Es bueno anotar lo siguiente. Nosotros no hemos pretendido afectar con impuestos la canasta básica de Colombia. Cuando mi gobierno empezó, aumentamos el IVA, no aumentamos la tarifa, sino la cobertura. El IVA en Colombia cubría el 37 por ciento de los bienes y servicios; hoy cubre el 53, 54 por ciento.

La propuesta era una y que se le pusiera IVA a todo. Nosotros dijimos hasta el 53 por ciento de los bienes y servicios. ¿Qué hemos dejado por fuera? Y es bueno que ustedes lo sepan. Colombia no le cobra IVA a los alimentos básicos, Colombia no le cobra IVA a la salud, Colombia no le cobra IVA a la educación.

Porque una recomendación es cóbrenle IVA a todo. Entonces al pagar ustedes su matrícula en la Universidad del Norte, habría que sumarle un 16 por ciento de IVA, si eso se hubiera aceptado. Al ir a una cita médica tendrían que sumarle un 16 por ciento de IVA, si eso se hubiera aceptado. Nosotros no lo aceptamos.

No se le cobra IVA a los servicios públicos, excepción de los que lo han pagado que son los telefónicos y no se le cobra IVA a arrendamiento y vivienda.

Nosotros vamos a hacer todo el esfuerzo para que esta Ley salga adelante y algunos me dicen: ‘Presidente ¿alcanzará con eso?’ Seguramente no alcanza con eso. Es que el presupuesto nacional todos los años, tiene que incorporar partida para agregarle a la salud.

¿Cuáles son las fuentes de la salud? Unas transferencias de ingresos ordinarios de la Nación a las regiones, una. Unas rentas cedidas, unas contribuciones del Régimen Contributivo al régimen solidario y también aportes anuales del Gobierno”.

Siempre se necesitarán aportes adicionales

Este año, el Presupuesto Nacional tiene 300 mil millones para ayudar a las gobernaciones, a pagar las cuentas de extra POS (Plan Obligatorio de Salud).

Yo les quiero confesar a ustedes y al país, desde la Universidad del Norte, el Presupuesto Nacional tendrá que seguir haciendo esfuerzos para la financiación de la salud.

Creo que los esfuerzos que vienen son unos esfuerzos mejor focalizados, porque antes había que hacer esfuerzos para sostener la politiquería de las clínicas del Seguro Social, o esfuerzos para pagar la ineficiencia del Seguro Social, o esfuerzos sostener la politiquería de un poco de hospitales que los dejaron quebrar por mal manejo.

Ahora, con toda esa reforma, los esfuerzos serán mejor orientados, para poder pagar la totalidad de la cobertura, para poder pagar la totalidad del Régimen Subsidiado, para poder pagar el extra POS, etcétera.

Si a mí me preguntan ¿Con la reforma de tributos en marcha es suficiente? Yo diría, siempre se necesitarán aportes adicionales del Presupuesto.

El ejemplo de Barranquilla

¿Qué destaco de Barranquilla? El ejemplo de Barranquilla nos dice que el problema no es del sistema, como algunas personas lo dicen, sin detenerse a examinar los cambios en el sistema.

El ejemplo de Barranquilla nos dice que el problema no es de recursos; el ejemplo de Barranquilla nos está diciendo que ha habido un gran problema de administración y que gracias a la buena administración de Barranquilla, concertada con el Gobierno Nacional, aquí se está obteniendo una revolución, que es un motivo de orgullo para Colombia.

Primero. Hablemos de fuentes de recursos. El señor Alcalde (Alejandro Char) aceptó que en lugar de él estar mandándoles recursos a entidades de salud, los dedicaría a pagar toda la afiliación de los barranquilleros al Régimen Subsidiado. Esto es lo que llaman los técnicos trasladar recursos de oferta a recursos de demanda.

Segundo. El señor Alcalde está haciendo una inversión muy importante en unidades de salud descentralizadas a lo largo y ancho de la ciudad. Yo he visto algunas de esas unidades. Me ha sorprendido la calidad de esas unidades y el costo. Cuando las cosas se hacen con honradez, la plata rinde.

Tercero. Para que no haya una administración politiquera, clientelista, el señor Alcalde ha contratado un operador de esas entidades que es Caprecom.

Cuarto. Han asumido con toda mística todas las responsabilidades de vigilar que la salud funcione bien.

Hay aspectos muy importantes de la reforma. Por ejemplo, el giro directo. En Colombia se ha criticado mucho, y con razón, todos los trámites de una cuenta, y no ha sido fácil. Porque uno dice, hombre, que la plata le llegue directamente a los hospitales. Entonces le dice el alcalde de muchos municipios: ‘No, me la tiene que girar primero a mí’.

Por ejemplo, Barraquilla acepta el giro directo; eso es bien importante. Y eso evita trámites; y cuando se evita trámites y las cuentas discurren más rápidamente, se evitan costos financieros. Yo creo que allí ha habido algo muy importante de Barranquilla.

Resultados en salud

Resultados. Cuando empezó nuestro Gobierno, nosotros teníamos en Barranquilla 182 mil personas afiliadas al Régimen Subsidiado de Salud; hoy hay 554 mil, 95 por ciento de cobertura.

Resultados. Desde el primero de febrero, estos 554 mil barranquilleros de Régimen Subsidiado están recibiendo los mismos beneficios del Régimen Contributivo.

Resultados. Hay satisfacción relativa. Lo dicen las encuestas y lo percibe uno en el diálogo con los ciudadanos.

Resultados. Se han caído enormemente las tutelas. En Barranquilla, como en todo el país, los ciudadanos decían: ‘No, yo tengo que poner una tutela para que me atiendan’. Así como ha habido una atención con más solícita, más presta, con más mística, gracias a todo este buen manejo, la ciudadanía ha sentido menos necesidad de la tutela.

Yo diría que esto es un gran ejemplo. Y siempre no dejo de repetir ante mis compatriotas que Barranquilla está dando un gran ejemplo.

El miércoles de Semana Santa, el Miércoles Santo, nosotros lanzamos el mismo programa en la ciudad de Cartagena. Vamos a ver cómo opera.

El señor Gobernador (del Atlántico) está muy interesado en que el primer departamento que logre la plena cobertura y la unificación, la elevación del sistema de beneficios del Régimen Subsidiado al Contributivo, sea el Atlántico. Ojalá que se pueda lograr antes del 7 de agosto. Me dice que ya están en el 92 por ciento.

Estados Unidos tiene más de 40 mil dólares de ingreso per cápita. Miren los problemas en que están en salud, no obstante que aprobaron esa reforma. Nosotros con algo más de 4 mil dólares de ingreso per cápita, un país todavía con tanta pobreza, con tantos desequilibrios sociales, y estamos logrando estos niveles de cobertura.

Esta bien que digan hay que mejorar, pero yo creo que se ha mejorado mucho. Y que todos los ajusten que se le han venido haciendo al sistema muestran que es un sistema viable, sostenible.

Seguridad Democrática y ciudadana

El tema de la seguridad. Me plantea la Universidad qué ha pasado, que ha habido seguridad rural, pero no urbana.

Y algunos dicen: ‘es que tenemos que pasar de la Seguridad Democrática a la seguridad ciudadana’. Son indivisibles. La Seguridad Democrática es una seguridad para todos los ciudadanos.

Ustedes se preguntarán por qué este Gobierno dijo Seguridad Democrática, Porque antes de este Gobierno en la mente de los colombianos cualquier proyecto de seguridad se asimilaba a una propuesta de dictadura, de fachismo.

Propusimos Seguridad Democrática, para que fuera una seguridad para todos los colombianos, amigos o críticos del Gobierno. Nunca la oposición radical había tenido en Colombia tanta seguridad como ahora.

Yo recuerdo todos los candidatos que asesinaron en el pasado. El asesinato de la Unión Patriótica, donde convergieron dos elementos: unos siguieron mezclándose con la guerrilla, y también hubo descuido del Estado.

Nunca había habido tanta seguridad para los grupos de oposición radical como ahora. Con libertades; pueden decir lo que quieran, ir donde quieran. Y las Fuerzas Armadas, que las dirige el Presidente de la República, les han prestado toda la seguridad, a pesar de todas las críticas contra el Presidente.

Yo, lo que he querido es dejar un buen precedente. Siempre les he dicho a las Fuerzas Armadas, miren, su deber profesional es prestarle seguridad por igual a todos. Que le digan al Presidente de la República lo que quieran, pero que ellos tengan el disfrute pleno de la seguridad.

Este proyecto de seguridad ha sido sin legislación de Estado de Sitio, sin represión, con absoluto respeto a las garantías de los ciudadanos, a los derechos políticos. Yo creo es bien importante.
Un país abierto a la vigilancia internacional

Ayer se quejaba un personero en el Chocó —yo fui a atender la emergencia del incendio en Riosucio—, decía: ‘Aquí hay unas ONG de Estados Unidos y de Europa desorientando a los ciudadanos’. Una queja del personero.

Dije yo, reunámonos con ellos, con el Ministerio del Interior. Dijo: ‘Es que están abusando. Desorientan a los ciudadanos. Confunden aquí y entraban las soluciones a la comunidad afro colombiana, etcétera’.

Dije yo, es bien importante. Pero es bien importante resaltar esto. Han podido venir a Colombia sin ninguna restricción a decir lo que quieran. El único peligro que han tenido es discutir con el Presidente, porque eso sí, yo callado no me les he quedado.

Pero en muchos países con menos problemas de seguridad, y los echaban. Nosotros hemos estado abiertos totalmente a la vigilancia internacional, como un país miembro de la comunidad internacional.

Antes las víctimas no reclamaban, les daba miedo. Decían: ‘yo no reclamo, porque me matan’. O lo encontraban inútil. Hoy tenemos 280 mil víctimas registradas, y hemos empezado el proceso de reparación administrativa. Que reparación total no hay, pero yo creo que todo esfuerzo de reparación, anula venganza, crea caminos de reconciliación.

Descentralización

Colombia por la inseguridad iba a acabar con la descentralización. No fue fácil llegar en este país a la elección popular de alcaldes, larga historia, ni a la de gobernadores.

Yo recuerdo del siglo pasado algunos esfuerzos para fortalecer las finanzas de las entidades territoriales. El del Presidente Carlos Lleras, en la Reforma Constitucional de 1968, el situado fiscal. Después en la Presidencia del doctor Belisario Betancur, la elección popular de alcaldes, las leyes 11 y 12. Después la Constitución del 91.

Cuando yo llegué había 400 alcaldes que no podían ejercer. Dije ¿cuál descentralización? Y los grupos terroristas se robaban las regalías de las regiones. Al principio en Arauca y Casanare las Farc y el Eln se robaban las regalías a sangre y fuego. Y después empezaron los paramilitares a competir con ellos.

Yo creo que hemos logrado con la seguridad Democrática restablecer la descentralización. Todos los alcaldes y gobernadores de Colombia han estado protegidos por la Seguridad Democrática, independientemente el origen político de su elección. Un respeto al pluralismo.

¡Qué bueno! Poder decir, un Gobierno de salida, todos los alcaldes y gobernadores de Colombia han estado rodeados de esa protección, sin que el Gobierno se detenga a mirar el origen político de su elección.

No hay dicotomía entre Seguridad Democrática y legalidad

Y pienso, que la Seguridad Democrática es el principio de la derrota del desprecio por la Ley. Es el principio de la recuperación del imperio de la Ley ¿Por qué? Cuando la criminalidad avanza entonces se crea un clima en el cual no se respeta la Ley. Cuando se somete a la criminalidad se crea un clima de respeto a la Ley. Y por supuesto, la Seguridad Democrática se ha ejercido dentro de la Ley. Y los que se han salido de la Ley están en la cárcel.

Yo creo que no se puede hacer esa dicotomía entre Seguridad Democrática y legalidad. La Seguridad Democrática es una causa para eliminar el desprecio a la ley y tiene que ejercerse totalmente dentro de la ley.

Yo pienso que hay unas derivaciones muy importantes de esta política de Seguridad Democrática. ¿Por qué no comparan las elecciones presididas por mi Gobierno.

A ver, aquí las elecciones tuvieron mucha ingerencia paramilitar y guerrillera. Lo que pasa es que lo de la guerrilla ha quedado en la impunidad. Pero Colombia durante muchos años, los políticos de las regiones desprotegidos por el Estado tenían que ir a pedirle permiso al jefe guerrillero. Y eso si no se juzgó.

Y después los paramilitares aprendieron el mismo caminito: tenían que ir a pedirle permiso los políticos al jefe paramilitar. Yo creo que en Colombia eso se ha acabado.

Si ustedes miran las elecciones de 2003 bajo este Gobierno, las de 2006, las de 2007 y las de ahora, yo creo que todos los políticos, amigos o adversarios del Gobierno, han sentido más libertad. Las únicas presiones todavía las hace las Farc en algunos sitios del país contra seguidores de esta persona.

Yo creo que ese es un gran logro para la democracia colombiana. Y que el Presidente pueda decir en un foro respetable como este, que gracias a la Seguridad Democrática se ha recuperado la libertad para el accionar de la política en favor de todas las vertientes, amigas del Gobierno o de oposición radical al Gobierno, yo creo que es un gran logro para la democracia colombiana.

Y eso no se puede dividir entre lo urbano y lo rural. Yo siempre pensé que esta era una ciudad muy pacífica, y el terrorismo se había apoderado bastante de esta ciudad.

Y a mí me decían: ‘no, lo que pasa es que la guerrilla tiene a Barranquilla como zona de descanso’, y aquí le encontramos clínicas a la guerrilla; y una participación paramilitar enorme. Y Barranquilla ya no solamente venía la guerrilla aquí a las clínicas sino que venía a poner carros-bomba.

Mi lucha es hoy por poder enfrentar aquí el hurto callejero, el homicidio. Mi lucha al principio era contra los carros-bomba de la guerrilla; periódicamente un carro bomba de la guerrilla.

Entonces ¿qué ha pasado? Nosotros hemos disminuido muchísimo en homicidio, el secuestro, las masacres, la destrucción de municipios. Es que en tres años Colombia asistió a la destrucción de 200 municipios.

Levanten la mano muchachos quiénes de ustedes tiene 18 años, los de arriba. ¿Quiénes tienen 18 años? ¿Quiénes tienen menos de 18 años? Miren, tenían 8 o 10 añitos cuando este Gobierno empezó. No tienen la culpa.

Es bueno, pero es bueno hacer memoria. Porque está bien que la juventud pida que el país progrese más, pero no se puede perder la memoria. Cuando no se conoce la historia de la Patria se puede perder el presente y se pierde el futuro. Hay que hacer memoria de dónde venimos.

Esto no puede ser una fotografía, esto tiene que ser una película; una fotografía dinámica que nos muestre de dónde venimos.

Cuando al país todos los días le llegaba la noticia de un carro bomba, de un secuestro colectivo, de una masacre, el país estaba abrumado. Aquí no había mentalidad colectiva para reclamar contra el hurto, para reclamar contra el robo del carro, para reclamar contra el robo de la moto.

Ahora, yo veo una cosa buena: mis compatriotas hoy reclaman más y en esa pregunta de la Universidad del Norte advierto que hay un reclamo: hay que mejorar en seguridad urbana. Y está bien.

Mejora también ha sido en seguridad urbana

Hemos mejorado mucho en seguridad urbana. Es que la Seguridad Democrática no se puede asociar solamente con el hecho de haber recuperado bastante la libertad de desplazamiento, de locomoción de los colombianos por las carreteras. La seguridad Democrática hay que asociarla con la política eficaz contra el carro bomba en las ciudades, contra el secuestro en las ciudades, contra las masacres en las ciudades.

La disminución del crimen ha sido fundamentalmente una disminución urbana. Un país que asesinaba 30 mil personas al año; el año pasado 15 mil 870. Este año llevamos 325 asesinatos menos que el año pasado.

Pero los colombianos en materia de seguridad han cumplido con la regla de Maslow (Abraham, psicólogo humanista estadounidense), en materia de satisfacción de necesidades básicas. Se resuelve un problema y hay que resolver el otro. Y eso está bien.

Así como yo creo que hay que ver toda la película y saber de dónde venimos y hacer memoria, también hay que reconocer todo lo que falta. Yo he dicho que no estamos en un paraíso, que el país no tiene, no está inundado de ríos de leche y miel.

Pero me dijo un compatriota: ‘Presidente, pero se han acabado mucho los ríos de sangre’. Yo creo que es importante eso, ver la ecuación en todos sus componentes.

Hoy el país reclama más por todos los delitos. Sin embargo, déjenme decirles lo siguiente: en estos años el país ha duplicado el parque de carros y de motos. Entonces uno podría decir: hay más robos de carros, porque hay más carros; hay más robos de motos, porque hay más motos.

Sin embargo, mientras los carros y las motos han aumentado, el hurto pasó de 30 mil 277 en el 2002, a 21 mil 396 el año pasado. Más carros, más motos, menos robos. ¿Estamos contentos? No. Todos los días enfrentamos eso para reducirlo más y lo hemos intentado con medidas legales, etcétera, con la acción de la Policía.

Veamos otros delitos de los cuales antes no se hablaba. Qué se iba a hablar del hurto callejero, cuando el país estaba anonadado por el secuestro y las masacres.

Este año, en Barranquilla el hurto a residencias ha caído un cinco por ciento; al comercio, un 42 por ciento; el hurto a personas, un 27 por ciento. Estos delitos han caído un 27 por ciento; en el país, un 12 por ciento.

Mejorar la Seguridad Democrática pero no abandonarla

Nosotros los chequeamos diariamente con todo el juicio. Hay una disminución de estos delitos, no suficiente. Y hay un mayor clamor ciudadano para enfrentarlo. Por eso creo yo que es muy importante, es muy importante mejorar la Seguridad Democrática, pero no abandonarla.

Y la Seguridad Democrática necesita mucha mística, mucha operatividad, mucho compromiso.

Yo he procedido estos años como un policía amante de las libertades, ejerciendo diariamente la tarea de dirigir la Seguridad Democrática, pero de respetar la plenitud de libertades a mis compatriotas.

La Seguridad Democrática no solamente hay que aceptarla, sino que hay que dirigirla, implementarla, corregirla y es una labor de todas las horas.

Es que es muy difícil erradicar la inseguridad en un país que en 200 años de vida independiente escasamente ha tenido 47 años de paz: siete años, en el Gobierno del señor (Rafael) Núñez; en el siglo XIX y en el siglo XX escasamente 40 años, entre 1902, cuando se dieron los pactos de paz que le pusieron punto final a la última guerra civil, y los años 1940.

En los años 1940 reaparece la violencia en los partidos; termina a finales de los años 1950 con los pactos del Frente Nacional. Aparecen las guerrillas marxistas, quieren replicar en Colombia y en Bolivia el modelo cubano. Esas guerrillas proponen que la política no es un tema argumental, sino de odio de clases, que la política no es de votos, sino de fusiles, que el Estado no es un Estado de leyes, de instituciones, sino una dictadura.

Y avanzan y generan el paramilitarismo, y ambos son cooptados por el narcotráfico. Eso es lo que ha habido en el país entre los años 40 y la fecha. Mi generación, como muchas generaciones, no ha vivido un solo día de paz. Y eso nos ha afectado mucho la prosperidad.

Yo me he atrevido en el examen riguroso, mirando a los historiadores, leyéndolos, hacer esta afirmación: Colombia hubiera podido prosperar mucho más, dadas sus políticas públicas, sus gobiernos, sus gobernantes, sus empresarios, sus trabajadores, su ciudadanía, de no haber tenido este elemento transversal de violencia durante dos siglos.

Ahora, en este Gobierno hemos tenido también unos temas de adaptación difíciles, que es bueno que lo vean en las facultades de Ciencias Políticas y de Política Criminal. Uno de ellos: la introducción del Sistema Penal Acusatorio.
Antes el fiscal era el que dictaba la orden de captura; hoy tiene que ir donde un juez de garantías. Y todavía antes, con el Estado de Sitio, eran las Fuerzas Armadas las que capturaban; hoy no, ni el fiscal. Se necesita la apreciación de un juez de garantías.

En la Ley 1142 que nos aprobó el Congreso, nosotros endurecimos los requisitos para la excarcelación, pero no ha sido suficiente. Yo todavía tengo la lucha con la justicia pidiendo —dentro de la autonomía de ellos, en muchas ciudades— que no excarcelen personas que llevan porte ilegal de armas. Porque todavía dicen jueces en Cali: ‘no, esa persona no tiene antecedentes’. La encontraron con un arma ilegal, pero como no tiene antecedentes la ponen en libertad.

Una lucha muy dura. Y yo creo que en una ciudad que tenga un nivel de asesinatos bien alto, que una persona esté infringiendo la ley que prohíbe el porte de armas o el porte ilegal, esa persona no pueden excarcelarla aduciendo que es una persona que no tiene antecedentes y que no ofrece peligrosidad.

Ha habido también un tema de adaptación del Régimen Penal Acusatorio, un tema de autonomía de la Justicia, un tema que el Gobierno dirige la Fuerza Pública pero no la Justicia, un tema que la Fuerza Pública no puede capturar sin la orden del juez de garantías.

Y cuando se presenta una aprehensión, es el juez de garantías quien tiene que confirmarlo o poner a la persona en libertad.

Yo quisiera, para abrir esto a las preguntas, a las inquietudes de ustedes, terminar aquí. Sin prejuicio que además de estos temas planteemos otros que ustedes quieran plantear, como el tema de la descentralización, que es bien importante en este momento de la vida nacional.

Agradezco inmensamente a la Universidad, Rector (Jesús Ferro Bayona), a usted, a todo el cuerpo directivo y a la comunidad académica y usted ofrece la palabra para las personas que quieran intervenir”.

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