Bogotá, 5 mar (SP). “En esta lluviosa tarde de Bogotá, siento un honor inmenso de poder entregar la presea que el Libertador creara para distinguir a los mejores hijos de la Patria, al ponerla en el pecho de la Maestra Sonia Osorio.

Parecida a esta tarde han sido estos lustros y estas décadas de Colombia: una lluvia permanente de dificultades, de violencia, pero también parecida a esta tarde ha sido el discurrir de la Maestra Sonia Osorio. Mientras en el país ha habido desunión, ella ha unido. Mientras en el país ha habido violencia, ella ha traído regocijo y paz. Mientras en el país ha habido tantas dificultades, ella ha traído para los colombianos talento, promoción del talento artístico.

Usted, muy apreciada Maestra, ha sido constructora de paz, ha sido una gran expresión del arte y una gran promotora del arte, y ha sido integradora de nuestras regiones y una exponente superior, que llamaríamos de excelencia, de Colombia ante el mundo.

Estos 200 años de vida independiente que estamos conmemorando, han tenido mucha tragedia. Seguramente habríamos podido estar mejor de no haber sido sufrido la violencia, que solo se ha exceptuado en 47 años de los 200 de vida independiente.

Pero, sin embargo, tenemos en el pueblo colombiano grandes cualidades. Hace poco un médico que nos visitó con motivo del Foro Económico Mundial, alto directivo del Hospital Johns Hopkins de los Estados Unidos, me decía que él admiraba la sonrisa que se expresaba en cada colombiano. Yo le dije: ‘Médico, siquiera lo anota, porque aquí el sufrimiento no ha creado resentimiento. En lugar de haber producido la mueca amarga del odio, aquí hay una sonrisa de afecto’.

Usted, apreciada Maestra, con este impulso del arte, esto de mezclar lo autóctono con las herramientas más modernas para que tenga la mejor expresión, ha sido una gran promotora de ese elemento de capital social que se expresa en la mirada, que se expresa en los labios de cada colombiano: un elemento de alegría, un elemento de tranquilidad, un elemento de optimismo.

Si algo ha enriquecido a esta Patria es su diversidad. Y usted cómo la ha integrado, trabajando por todas las regiones de Colombia, mirando allí dónde hay la expresión autóctona y cómo le da, como en efecto le ha dado, la oportunidad a esa expresión autóctona de que se le conozca y de habilitarla con los instrumentos más modernos.

Déjeme decirle que los colombianos nos sentimos bienaventurados de tenerla a usted. Y que es para mí un privilegio que nunca olvidaré, entregar la Cruz de Boyacá a una figura emblemática de la Patria, a Sonia Osorio, una trabajadora de la cultura, de esa cultura que cuando a una Nación se le quiere desintegrar, esa cultura que la defiende. Esa cultura que es el lazo que ata a un ciudadano con el otro, a los dos con los de más allá, y que va formando ese cuerpo colectivo que es la Nación.

De pronto la violencia no habría permitido que existiera la Nación, pero tenemos Nación a pesar de tantas dificultades, porque hemos tenido cultura y porque hemos tenido artesanos de la cultura como la Maestra Sonia Osorio.

El Libertador está feliz desde las colinas de la historia, al verificar hoy que la presea que él creó se le entrega a una mujer que ha hecho grande el nombre de Colombia.