La Loma, El Paso, Cesar, 12 may (SP). “Hace pocos años La Loma tenía tres mil habitantes. Hoy pasa de 18 mil. Un crecimiento enorme. Ese crecimiento ha desbordado todas las posibilidades.

Cuando yo asumía el papel de candidato a la Presidencia, tenía una reflexión: Colombia había hecho muchos esfuerzos para dialogar con los que no querían dialogar, los violentos, pero pocos esfuerzos para mantener un diálogo popular.

Nosotros en estos años hemos mantenido una actitud de gran firmeza frente a los violentos, pero de total apertura en el diálogo con los compatriotas. Creo que ahí se deja un precedente.

Aquí se consentía con ofertas permanentes de diálogo y de trato bondadoso a los terroristas, pero había muy poco interés en dialogar con los compatriotas.

El diálogo nuestro ha sido permanente. ¿Qué lo ha caracterizado? Ha sido un diálogo franco, respetuoso de las personas, sin promesas.

Un Gobierno que hace promesas los que hace es crear rabia, pero tampoco el Gobierno puede decir: no, no y no. El Gobierno tiene que estar esforzándose, buscando opciones, buscando caminitos de solución. Y el diálogo ha sido permanente, no ha sido flor de un día, ni por salvar la apariencia.

Y hay ejemplos: cuando problemas se presentaban en La Jagua, nos dedicamos con toda la paciencia a ese diálogo allí y después a hacerle seguimiento. Y bastantes de esos problemas se han resuelto.

Si mis compatriotas me preguntaran a qué ha contribuido este diálogo en ocho años, diría que ha hecho del Gobierno un Gobierno menos promesero, pero más comprometido.

A la ciudadanía le ha dado mejor nivel de información, más conocimiento para definir prioridades y para conocer posibilidades.

Y ha pasado de una relación que antes la caracterizaba la rabia y el desdén, a una relación de más compromiso patriótico. Diría que eso se ha logrado.

Permítanme cumplir el deber que tengo que cumplir como Presidente de la República, separar la problemática social del orden público.

No se puede permitir la violencia

Todos los problemas sociales del país hay que encararlos permanentemente, y buscarle soluciones. Lo que no se puede permitir es la violencia.

Yo me tengo que quejar, y tengo que hacerlo porque debo cumplir mi función de Presidente de la República hasta cuando en las horas de la tarde del 7 de agosto jure mi sucesor,.

Yo tengo que expresar queja, dolor y rechazo a la infiltración de violentos que aprovecharon una protesta social para disparar contra la Policía. Eso no se puede permitir.

Este departamento, como todo el país, sufrió mucho, con años de guerrilla y descuido estatal, con años de paramilitares y descuido estatal. La ciudadanía sometida a la violencia de un lado, a la violencia del otro.

A mí las necesidades sociales las comprendo y hay que buscar solución. Lo que nunca puede tener comprensión es la violencia.

Uno de los integrantes de la Policía está hoy en grave estado de salud. Uno de los diez heridos.

Por eso he pedido a la Policía que ofrezca recompensa hasta de 30 millones de pesos a las personas que con su información ayuden a tener las pruebas para la debida judicialización de quienes dispararon contra la Policía.

Y respetando la autonomía de la justicia, quiero pedirles a los fiscales toda la severidad. Porque no puede ser que en los fiscales falte severidad y en los jueces de garantías, frente aquellas personas que tienen varios policías heridos y uno de los policías al borde de la muerte.

TLC con la Unión Europea

Algunos compañeros y yo hemos suspendido toda una agenda hoy en Bogotá, ustedes también aquí, todos tiene que trabajar mucho, es miércoles. Yo he estado muy pendiente, desde muy tempranas horas de la mañana, del tema de la negociación con la Unión Europea. Eso me ha demorado. Y tuve que estar en Bogotá haciendo gestiones desde muy temprano. Me demoró la salida; en el vehículo desde el aeropuerto de La Mina hasta aquí; aquí en el parqueadero sin poder entrar por eso.

Y es un momento muy crucial, porque estamos tratando de resolver unos aspectos para que ese tratado con Europa, que se debería firmar el próximo lunes, sea totalmente conveniente para Colombia. Entonces es una responsabilidad mayor.

Vamos a hacer un diálogo ordenado, franco, amable, a buscar soluciones.

En algunos países, cuando hay compañías internacionales en minería y hay problemas, reprimen a la comunidad. En otros países expulsan a las compañías. Aquí ni lo uno ni lo otro: ni maltrato a la comunidad ni expulsión a las compañías. Hay que integrarlos.

Las compañías tienen todas las garantías en Colombia, pero deben saber que el desarrollo, la exploración, la extracción de productos básicos, en este caso como el carbón, no es un fin en sí mismo sino un medio para el bienestar de la comunidad.

Y los colombianos sabemos que necesitamos la inversión. Por eso, como lo hice en La Jagua, en aquellas sesiones que fueron difíciles, pero finalmente productivas –no produjeron resultados de la noche a la mañana, pero a medida que se le hizo seguimiento fueron apareciendo resultados y bastante ha mejorado–, como lo hice en La Jagua, también les pedí hoy a los representantes de las compañías que estuvieran aquí, al más alto nivel, para este diálogo con la comunidad, porque entre todos tenemos que buscar soluciones.

Entonces el Gobernador nos ayuda también. A ver, díganos, apreciado Gobernador, el informe de las mesas de trabajo. Creo que podríamos, Gobernador, Ministro y Alcalde, un informe inicial corto, preciso. Y enseguida detenernos un poquito en cada una de las mesas, en las más cruciales, a ver cómo vamos avanzando en las soluciones.

Querida comunidad: los saludo con cariño, con inmenso cariño. Seguramente al hacerles un balance honrado a mis compatriotas, ya en al hora final de este Gobierno, muchas cosa quedan faltando, muchos problemas sin resolver. Pero hemos procurado tener una aproximación llena de afecto con los compatriotas en estos ocho años. Comprendo las angustias y necesidades de ustedes, sé de los problemas de todo orden, y vamos a buscarles solución.