Mayo 15

   

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez al instalar el Consejo Comunal de Gobierno número 288: Balance de Gobierno 2002-2010 ‘Trabajo, Hechos y Corazón’

Medellín, 15 may (SP). “Empezamos hoy en Medellín la rendición final de cuentas del Gobierno. La coordinación ha estado a cargo de la señora Ministra Consejera, doctora Claudia Jiménez Jaramillo. Como ella habrá de explicarlo, son 11 consejos comunitarios para rendición de cuentas por temas específicos, y uno global.

El sábado anterior a las elecciones, el Consejo Comunitario será dedicado a información electoral. Para ese día se prepara un Consejo Comunitario con la participación del Consejo de Estado, el Consejo Nacional Electoral, la Registraduría, el Ministerio del Interior y de Justicia, para dar toda la información electoral requerida a los compatriotas.

Ese día también debemos tener unas líneas abiertas para las preguntas que quieran formular los compatriotas de diferentes regiones en materia electoral.

Hoy, la señora Ministra Consejera ha coordinado la rendición de cuentas de tres sectores: del Ministerio de Educación Nacional, de la entidad que ha estado a cargo de la Primera Dama, y de Colciencias.

Yo quiero expresarles a ustedes, apreciados compatriotas, apreciados coterráneos, tres objetivos de la parte final del Gobierno:

Primero, hacer todo el esfuerzo, con toda la dinámica, para tratar de lograr muchos temas pendientes.

Segundo objetivo: una rendición de cuentas a los compatriotas, donde digamos qué se ha hecho, reconozcamos lo que no se ha podido hacer, atendamos preguntas de compatriotas sobre errores que hayamos podido cometer.

Y el tercer punto es prepararnos para un empalme en el cual al nuevo Presidente de Colombia le informemos, con la mayor objetividad, qué ha logrado este Gobierno, en dónde tenemos dificultades, qué temas se han quedado pendientes, cuáles son los más acuciantes problemas por resolver.

Quiero apartarme unos minutos para hablar de dos temas: para hablar del tema de la campaña ‘Colombia, territorio libre de droga’, y para hacer algunos comentarios sobre el tratado con la Unión Europea.

Campaña ‘Colombia, territorio libre de droga’

La campaña ‘Colombia, territorio libre de droga’ se fundamenta en lo siguiente: ha habido la interpretación equivocada de que la posibilidad del consumo libre de droga es una expresión de libertad, es una expresión de respeto al libre desarrollo de la personalidad. Y todo ha demostrado que eso a lo único que conduce es a la esclavitud de la criminalidad, a la esclavitud que se produce en la mente del individuo, cuando el individuo pierde el control sobre sí mismo, por el estado de alineación que producen las drogas ilícitas.

Cuando empezó el narcotráfico en Colombia se oía decir que eso no importaba porque le iba a dejar unos recursos al país; que simplemente éramos un país de tráfico, que iba a capturar unos recursos, que no habría problema, que nunca llegaríamos a ser productores, que nunca llegaríamos a ser consumidores.

Años después, aparecieron 5 mil hectáreas de droga en Colombia; no se le asignó la importancia que debía asignársele.

La Policía colombiana nos informa que de haberse aplicado hace unos años las metodologías y el cubrimiento sobre todo el territorio que hoy se aplican para medir drogas, Colombia habría podido registrar 400 mil hectáreas de droga. En la última medición aparecen 68 mil. Se ha hecho un enorme esfuerzo de disminución, pero todavía tenemos 68 mil hectáreas de cultivos.

Estos cultivos de droga han destruido 2 millones de hectáreas de nuestra selva. La gran contribución nuestra a la política contra el calentamiento global, contra el cambio climático, es preservar esos recursos naturales, en un país que tiene aproximadamente 600 mil kilómetros de selva, de una extensión total de un millón 160 mil kilómetros cuadrados.

Se dijo: bueno, hay cultivos, pero el país nunca va a ser consumidor. Y se siguió en ese viejo debate de que nosotros producíamos y traficábamos porque los países industrializados del norte consumían. Y muchas veces se oyó en el discurso político que la responsabilidad única la tenían los países consumidores, que porque si había demanda necesariamente habría oferta.

Pues bien, en esa predicción también hubo una tremenda equivocación. Nos quedamos muchos años sin estudios de consumo de droga en Colombia y los últimos han mostrado que el país tiene 300 mil personas con adicción y más de un millón 600 mil colombianos declaran haber consumido drogas. El problema ha venido creciendo preocupantemente.

El problema también ha tenido otro giro: Colombia llegó a producir un millón de toneladas. Estamos produciendo más o menos 300, 340 mil toneladas, pero estamos capturando unas 200 mil toneladas.

O sea que los envíos al mercado internacional se han reducido enormemente por la disminución de la producción y por el aumento de los decomisos, lo cual se le reconoce ampliamente a Colombia.

Pero, un negocio criminal que antes se dedicaba al mercado de exportación, es un negocio que hoy afecta mucho las calles, las ciudades, los campos de Colombia.

Preocupante crecimiento del microtráfico

Diríamos que hay un gran crecimiento del microtráfico para el consumo interno y eso nos ha creado mucha criminalidad.

Nosotros, el día que vayamos a hacer el informe al país sobre la Seguridad Democrática, tendremos que reconocer que una de las batallas que el país no ha podido ganar es la batalla contra esas bandas criminales que están sustentadas en el microtráfico.

La verdad, lo que hemos visto en todos estos años es que los niñitos colombianos, los adolescentes colombianos, a través de esa interpretación de que en nombre del libre desarrollo de la personalidad, la dosis personal no es penalizable, a través de esa interpretación, niñitos y muchos jóvenes colombianos fueron inducidos a la criminalidad. Eso sirvió de camino para llevarlos a la criminalidad.

El año pasado nos golpeó mucho un informe de la televisión internacional, según el cual en Colombia estaba creciendo mucho el turismo, pero que había ciudades, y citaban a Cartagena, que eran destinos de narcoturismo, turistas que venían a buscar droga.

La respuesta nuestra fue intensificar el trabajo con la Policía. Y me decía la Policía: si, Presidente, hoy capturamos 14 distribuidores de doga en Cartagena, pero los jueces de garantías los pusieron libres. ¿Por qué? Porque ellos distribuyen droga pero a través de llevar en el bolsillo dosis personal, que no es penalizable.

Ha sido muy difícil la lucha contra la criminalidad, porque todo se ha escondido tras la dosis personal.

Muchas personas han dicho: bueno, lo que hay que hacer en el mundo para acabar este negocio criminal es legalizarlo.

Yo pienso que un consumo que ha estado legalizado durante 15 años debería ya haber tomado el mundo una decisión al evaluarlo. Lo que ha pasado aquí es que esa legalización del consumo, que duró 15 años, lo que hizo fue aumentar el negocio criminal, los estragos del negocio criminal, y disparar ese negocio criminal que es el microtráfico, lo que podríamos llamar no el mercado internacional, sino el mercado doméstico.

El Gobierno nuestro ha hecho un gran esfuerzo en la derrota de los sembrados, en los cultivos alternativos. Ha hecho un gran esfuerzo con el tema de Familias Guardabosques. Este Gobierno termina con más de 100 mil familias que estuvieron en algún momento vinculadas a la droga, familias rurales, y que han hecho un acuerdo con el Gobierno para abandonar las drogas, para proteger áreas libres de drogas, para supervisar la recuperación del bosque. El Gobierno les ha pagado cumplidamente.

Por ello, el programa ha sido monitoreado por las Naciones Unidas, y las Naciones Unidas destacan muchísimo los éxitos del programa. Yo creo que eso ha sentado el precedente de que el mundo necesita proteger la selva, que la protección de la selva hay que remunerarla, que Colombia es pionero en eso. En Colombia, protegerla contra el avance del narcotráfico; en otros países, proteger la selva contra avances incluso de la agricultura comercial.

El Gobierno nuestro ha hecho un gran esfuerzo en confiscación de bienes, de riqueza ilícita. Nosotros reformamos la Ley de confiscación. Hoy los procesos de confiscación son más ágiles, pero yo creo que va a necesitar otra reforma, va a necesitar otra reforma porque todavía a través de dilatar las notificaciones se crean muchas dificultades para que los procesos de confiscación avancen más rápidamente.

El Gobierno nuestro ha hecho el esfuerzo de incautar en los últimos tres años 13 mil bienes. Pero todavía con dificultades.

Esta mañana veíamos como en esos centros de distribución de droga que hay aquí en la ciudad de Medellín, los procesos de confiscación avanzan muy lentamente, tema que será examinado nuevamente esta semana en Medellín por el Ministro del Interior y de Justicia (Fabio Valencia Cossio), con los jueces y con los fiscales.

Hemos hecho esfuerzos integrales en sustitución de cultivos, etcétera, pero la gran preocupación es esta, la preocupación del consumo.

Hay que avanzar en el decomiso

Después de varios intentos, de cuatro, cinco intentos, logramos en diciembre del año pasado que el Congreso de la República aprobará el acto legislativo para ilegalizar la droga en toda sus etapas. Ahora estamos en el proceso de implementación.

Hay un proyecto de ley que define extensas penas a los ‘jíbaros’ que se esconden en la dosis personal -ya no es legal, desde el acto legislativo volvió a ser ilegal- para avanzar en la distribución de droga. Se duplica la pena si los distribuidores de droga involucran a menores, y se reduce a la mitad el tiempo para avanzar en los procesos de extinción de dominio sobre sitios dedicados al expendio de drogas ilícitas.

Desde diciembre, cuando se aprobó el acto legislativo, la Policía Nacional puede, en virtud de la norma constitucional, decomisar cualquier cantidad, incluso la dosis personal. Yo creo que en ese esfuerzo hay que avanzar; mientras sale la ley de implementación, avanzar muchísimo en el esfuerzo del decomiso.

Y hemos dedicado unos recursos muy importantes de estupefacientes con la ayuda de Naciones Unidas para la campaña de prevención y educación.

Había una equivocación. Se estaba diciendo: bueno, con el acto legislativo van a llevar los enfermos a la cárcel’. De ninguna manera. Los enfermos tienen que ser tratados médicamente con programas de rehabilitación, programas de prevención, etcétera.

El acto legislativo no es para llevar los enfermos a la cárcel. Esa fue una distorsión en el discurso político.

Ahora estamos en la campaña ‘Colombia, territorio libre de droga’. Lo que queremos es que cada escuela de Colombia haga un gran trabajo para que sus estudiantes, sus papás, los padres de familia, los profesores, los directivos declaren esa escuela territorio libre de droga. Todo edificio público de Colombia se declare territorio libre de droga. Y así vamos gradualmente avanzando para tener un país que sea territorio libre de droga.

Es posible lograrlo.

Anoche nos llamó el Secretario de Educación de Bogotá a decirnos que esta semana todos los colegios de Bogotá empiezan la campaña para declararse territorios libres de droga. Ojalá, y lo propongo hoy, los colegios de la ciudad de Medellín se declaren esta semana territorio libre de droga y empiece esa tarea.

Este colegio (Institución Educativa Federico Ozanam) nos ha recibido en muchas ocasiones, con mucha generosidad. Estuve hablando un momento con su Rector. Qué bueno que este colegio hoy tomara la decisión de declararse institución educativa libre de droga, e ir comprometiendo todo el vecindario para declarar toda la zona geográfica que circunda el colegio territorio libre de droga.

Tiene que ser un esfuerzo de todos. Un esfuerzo de nosotros, los papás y las mamás. Hay que decirles a los hijos: ‘Miren, si ustedes creen que se sienten libres porque pueden consumir droga, están equivocados. La droga lo que hace es conducirlos a la esclavitud; a que ustedes pierdan la libertad de controlar su mente, a que ustedes pierdan la libertad de controlar su cuerpo. La droga lo que hace es conducirlos al camino de la esclavitud, de someterlos a la criminalidad’.

Tenemos que hacer un gran trabajo los papás, las mamás, los rectores, los profesores, los muchachos.

A mí me da mucha tristeza esto, apreciados coterráneos y compatriotas: esta semana salió un informe según el cual los universitarios colombianos son los mayores consumidores de droga en la Comunidad Andina. Eso no puede ser. Esos son los resultados que a nosotros nos dejó 15 años de haber legalizado el consumo de droga, con indiferencia del liderazgo político nacional.

¡Qué preocupante! Nosotros tuvimos que prácticamente derrotar amplios sectores del liderazgo político nacional para que se aprobara el acto legislativo que vuelve a ilegalizar la droga. ¡Qué tristeza que nos dejen ese Inri!

En unas reuniones esta semana con la Universidad Gran Colombiana de Armenia, con la Universidad Católica de Pereira, con la Universidad Autónoma de la Candelaria de Bogotá, yo les decía a los estudiantes: ‘Pero además ustedes no lo merecen. La Ministra me ha dicho que el 51 por ciento, 53 por ciento de los estudiantes universitarios de Colombia son mujeres’.

Hoy hay mayor cantidad de mujeres en la comunidad universitaria que de varones. Y yo converso con muchas de las universitarias colombianas. Muchas son mamás y trabajan, pero un altísimo porcentaje, y me cuentan este horario:

Se levantan a las 4 de la mañana a despachar el marido y a dejar todo arreglado para que los hijos se vayan al colegio; a las 6 de la mañana, 8 de la mañana se van a clase; a las 9, 10 de la mañana tienen que ir a trabajar 8 horas. Vuelven a la universidad a las 6; trabajan hasta las 9 ó a las 10 y tienen unas pocas horas de reposo.

No es justo que a esa abnegada mujer colombiana, que son las mujeres universitarias de la Patria, como son en general las mujeres de Colombia, las descalifiquen ahora con ese informe de que en Colombia la población universitaria es las mayor consumidora de drogas de la Comunidad Andina. El país tiene que sacudirse a ese señalamiento.

A mí me da mucha tristeza. Rechazo eso. Lo rechazo con toda indignación.

Miren, hemos hecho muchos esfuerzos para que el pasaporte de Colombia sea respetado. Y muchos colombianos hoy en el extranjero y los viajeros me dicen: ‘Presidente, hoy nos respetan más que antes’.

Qué tal que cuando se está recuperando el respeto al pasaporte colombiano, entonces ahora se irrespete el carné de universitario de los estudiantes colombianos. Yo creo que se necesita una reacción, y una reacción positiva. No es de condenar a alguien, pero es, sí, de que todo el mundo reaccione; ojalá también todas la universidades se vayan declarando territorios libres de droga, para poder recuperar la libertad de los estudiantes.

Yo quiero hacer, desde el fondo del alma, esta invitación a todos los colombianos hoy, desde la ciudad de Medellín.

Acuerdo con Europa

Y quiero referirme, señor Gobernador (Luis Alfredo Ramos) y apreciados compatriotas, al tema del acuerdo con Europa:

Si a mí me preguntan de qué depende el empleo, yo diría: de una tasa acelerada de crecimiento de la economía con responsabilidad social.

Si me preguntan: ¿cómo sustenta eso? Yo diría, basta ver lo que pasó entre 2003 y 2007: tuvimos una tasa acelerada de crecimiento y una disminución acelerada del desempleo, como también de la pobreza.

Si a mí me preguntan: ¿para generar empleo hay que eliminar los parafiscales? Digo: No. Los sustentan los estudiosos, los sustentan los modelos matemáticos.

Si se eliminan los parafiscales, se generan 200 mil empleos no más. Nos quedamos sin el ingreso para el Sena, las Cajas de Compensación, Bienestar Familiar; ponemos en riesgo esa institucionalidad social de Colombia; no generamos empleo y finalmente vamos a trasladar un impuesto para las soluciones sociales del país a una mayor apropiación de utilidades de las empresas, que no es conveniente ni para las propias empresas.

Si a mí me preguntan: Presidente, ¿la solución al desempleo es eliminar la reforma laboral del 2002? Digo: No, de ninguna manera. Porque si bien esa reforma introdujo unas racionalizaciones en horarios de trabajo, hace un siglo se podían cerrar los almacenes a las seis de la tarde, no pasaba nada, hoy hay que trabajar hasta las diez de la noche; la mujer trabajadora no puede ir a mercar sino en la madrugada o en la noche o el sábado o el domingo.

Entonces, había que racionalizar los horarios de trabajo; había que introducirle modificaciones que se le introdujeron muy importantes al contrato de aprendizaje. Buena parte de los empleos creados estos años en los hoteles, en las clínicas, en el sector servicios, sectores que tienen que trabajar 24 horas, sábado, domingo, lunes festivos, se deben no solo a la Seguridad Democrática, sino a ese ajuste laboral que se hizo en 2002.

Yo creo que el tema hoy no es la legislación laboral, el tema hoy no es atraer a los trabajadores ofreciéndoles más beneficios que le puedan constituirse en trabas al empleo ni tampoco amenazar a los trabajadores diciendo que se les va a quitar el derecho a las Cajas de Compensación, al Sena y a Bienestar Familiar.

Pienso, apreciados compatriotas, que el tema es más hondo. Que el tema depende de que tengamos seguridad. La seguridad es una fuente de recursos. Sin la seguridad no hay inversión. De que haya una gran política de promoción de inversiones, que se ha venido logrando en estos años, que haya acceso a mercados. Si hay inversión pero no hay acceso a mercados se frena la inversión.

Que tengamos productos nuevos, servicios nuevos para ofrecerles a los mercados de alto valor. Que al mismo tiempo tengamos una Revolución Educativa que sustente esa agregación de valor en la economía, y que resolvamos el problema de la infraestructura.

Colombia, entre el año 1989 y el año 2003, hizo una apertura económica unilateral. Nosotros abrimos nuestra economía unilateralmente; se llenó de productos extranjeros pero no accedimos a mercados.

En ese periodo entre 1989 y el 2003 solamente tuvimos el mercado andino; logramos un superficial acuerdo con México, hoy a todas luces insuficiente, y no tuvimos acceso permanente a más mercados.

¿Que ha hecho este Gobierno con el apoyo del Congreso? Hacer el tránsito de una economía de apertura unilateral a una economía de acceso a mercados.

Y a fe que ha venido cambiando bastante la mentalidad nacional. Cuando propusimos el acuerdo Comunidad Andina- Mercosur hubo mucha oposición; hoy hay gran apoyo. Cuando propusimos el TLC con los Estados Unidos hubo mucha oposición.

Recuerdo, semanas antes de la elección del Congreso 2006, que a mí me decían: ‘Esconda, Presidente, ese acuerdo; nos van a derrotar electoralmente’. Y yo dije: ‘No, nada se puede esconder en estas decisiones fundamentales de la Nación. Los procesos democráticos son para que los compatriotas se pronuncien sobre todos estos temas fundamentales’.

Ahora nos dolemos de que el Congreso de Estados Unidos haya dilatado y todavía no dé señales de querer ratificar el acuerdo con Colombia.

Hicimos el acuerdo con tres países centroamericanos, que se firmó aquí en la ciudad de Medellín. Ahora negociamos el acuerdo con Panamá.

Hicimos el acuerdo con Canadá. Está próximo a ratificarse en el Congreso canadiense. Además de acuerdos de comercio, hemos hecho acuerdos de desmonte de doble tributación, porque si al inversionista le cobran en un país, y por la misma inversión en el otro, eso desmotiva la inversión.

Hemos hecho acuerdos de promoción de inversiones con China, con India. Hicimos el acuerdo de comercio con Cuba. Estamos negociando acuerdos de comercio con Corea, Singapur, nuestro ingreso a la comunidad de países del Pacífico. Y hemos hecho este acuerdo con Europa.

El acuerdo con Europa es a todas luces conveniente

Este acuerdo con Europa nos ha gastado estos ocho años de Gobierno, porque, primero, fue muy difícil conseguir que Europa nos renovara las preferencias. Se habían extinguido las preferencias. Logramos, en la primera etapa del Gobierno, que Europa renovara esas preferencias por diez años. Y después fue muy difícil conseguir la voluntad de los europeos para negociar el acuerdo permanente. Y cuando obtuvimos la voluntad de los europeos, entonces inmediatamente algunos de países hermanos andinos, dijeron que ellos no entraban en eso. En efecto, el acuerdo se ha podido negociar apenas en la Comunidad Andina por parte de Perú y de Colombia.

Entonces, esto ha tomado mucho tiempo.

La conveniencia del acuerdo. El acuerdo es a todas luces conveniente. Todos los sectores de la economía, con excepción del sector lácteo, han manifestado su visto bueno al acuerdo.

Cuando uno mira al sector agropecuario, el acuerdo es bueno para el banano, tan importante en zonas que han sido tan afectadas por la violencia, como Urabá, el departamento del Magdalena. El acuerdo es bueno para las flores, el acuerdo es bueno para el café, el acuerdo es bueno para las frutas, para las hortalizas. El acuerdo es bueno para los biocombustibles, una gran revolución que esta emergiendo, apareciendo en Colombia: la revolución de la producción de biocombustibles.

Europa va a ser un buen mercado para nuestros biocombustibles porque, además, nosotros podemos decir: Colombia puede producir biocombustibles sin tener que tumbar la selva, sin afectar la seguridad alimentaria.

Cuando hablo con los productores de cerdo me dicen: ‘Presidente, estamos tranquilos, porque el acuerdo permite el ingreso a Colombia de los jamones procesados, que han entrado, son unos comestibles caros, pero el acuerdo para nada involucra la carne fresca de cerdo. Tan importante el cerdo en la integración lechera, por ejemplo, en el norte del departamento de Antioquia.

El acuerdo es bueno para los servicios, para la pequeña empresa, para la industria. Yo creo que el acuerdo con Europa es muy bueno. Y es muy bueno desde el punto de vista político y desde el punto de vista social.

Déjenme hacer unas referencias:

Desde que se constituyó la unión Europea, ¿políticamente qué ha pasado en Europa? Se han venido acabando los extremos de la derecha o de la izquierda. Todo el mundo se ha venido aglutinando alrededor de la regla democrática.

¡Qué bueno ese camino para nuestros países! Europa ha venido consolidando una gran clase media democrática, que es lo que necesitan países como nuestro país.

En Europa, los conflictos se han venido resolviendo. Yo le pregunté hace pocos días al Presidente de España (José Luis Rodríguez Zapatero, Jefe del Gobierno español) si él consideraba que el entendimiento con Francia, para que Francia ayudara -después de tantos años de haberse negado- a combatir los delincuentes de la Eta, en alguna forma tenía que ver con la Unión Europea. Y él me dijo: ‘Nuestra participación en la unión Europea ha sido muy importante para que todos nos ayuden en la lucha contra el terrorismo’.

El acuerdo desde el punto de vista político es muy importante. El acuerdo tiene tres capítulos fundamentales en lo político y en lo social:

El primer capitulo es el capítulo que exige la observancia a los derechos humanos. Para prolongar una política de Seguridad Democrática con respeto a los derechos humanos, tener acuerdos como el acuerdo que se firma el próximo miércoles con la Unión Europea es definitivo.

El acuerdo tiene otro capítulo, el capítulo del respeto a los derechos de los trabajadores. Yo diría que esa es una característica de los acuerdos de comercio modernos, de última generación.

Participar en el comercio internacional no puede ser para maltratar a los trabajadores, tiene que ser para todo lo contrario: para poder mejorar la situación de los trabajadores.

Los trabajadores colombianos son protegidos por la Constitución, por las leyes, por los jueces, por el Ministerio de Protección Social. Y estos acuerdos se convierten en fuentes de protección de los derechos de los trabajadores.

Y el acuerdo impone unas obligaciones muy serías para respetar el medio ambiente.

El acuerdo hay que mirarlo no solamente en el tema del comercio, hay que mirarlo también a la luz del prisma social, a la luz del prisma político.

El sector de lácteos en el acuerdo con Europa

El tema de la leche.

Primero, hago unos reconocimientos: los mayores en esta reunión, también el señor Gobernador (de Antioquia, Luis Alfredo Ramos), mi persona, recordamos que, por ejemplo, el norte de Antioquia producía dos cosechas al año: una cosecha de una maleza muy difícil de erradicar que se llama mortiño, y una cosecha de leche. Un suelo sumamente pobre, ácido, sin capacidad filtrante.

Vino una Gobernación realizadora muy importante de Antioquia, la de Diego Calle, en 1970. Una de las cumbres de la inteligencia antioqueña, Diego Calle.

Nombró Secretario -era el Gobierno del Presidente (Misael) Pastrana Borrero- nombró Secretario al doctor Genaro Pérez y empezaron un gran proceso de estímulo al sector lechero, especialmente en el norte de Antioquia.

El doctor Genaro Pérez, terminada esa gobernación, empezó a dirigir una pequeña cooperativa que hoy es una de las cooperativas más importantes del mundo: Colanta.

Y hay que reconocerles que allá donde había un suelo de acidez, de cosechas de maleza, un suelo sin productividad, donde había un campesinado que estaba emigrando a venir a ubicarse en los cordones de miseria de la gran ciudad, se hizo una gran revolución.

Esa gran revolución convirtió el desierto de tierra fría en un oasis de producción. Esa gran revolución aferró a la tierra a ese campesinado, que encontró una gran reivindicación.

Allá han construido un suelo muy importante, donde no lo había, con la integración de la lechería, con la industria porcina y con el modelo cooperativo.

Todo eso lo reconocemos.

Quiero hacer otro reconocimiento:

En el trópico bajo es muy difícil producir leche. El ganado de doble propósito no se ha alcanzado a inventar todavía. Está bien producir leche donde hay climas comparables con los europeos, pero en el trópico bajo, en nuestro río Magdalena, en nuestro río Cauca, en las sabanas del Caribe, en la Orinoquía es muy difícil producir leche por las inclemencias del tiempo.

Entendemos eso.

Entendemos, también, que gracias a los soldados de Colombia, a los policías, la Seguridad Democrática ha aumentado enormemente la producción de leche y, también, algunas decisiones del Gobierno.

Compatriotas, cuando empezó el Gobierno, Colombia producía 12 millones de litros al día. En este momento está produciendo entre 17 y 18 millones de litros.

Esta mañana recordaba yo a la Ministra de Educación (Cecilia María Vélez), quien estuvo en ese primer Consejo Comunitario el sábado siguiente a nuestra toma de posesión, en agosto de 2002. Fuimos a Nariño. Los nariñenses nos dijeron ese día: aquí producíamos cebada y trigo. Con la apertura se acabó la cebada y el trigo. Nos dijeron que pusiéramos vacas, todos tenemos vacas, pero hoy no hay a quién venderle la leche, nos la pagan a 250 pesos el litro y los compradores no van a muchas de las subregiones nariñenses.

Ese año encontramos el país deprimido, porque se había disminuido mucho la producción de leche, no les pagaban la leche a los productores a un precio razonable. La primera medida que tomó el Gobierno fue someter la leche a licencia previa. Ese año se habían autorizado importaciones por 27 mil toneladas y nosotros empezamos a frenar eso, pasando la leche de libre importación a licencia previa.

Después vino la Ley Agro Ingreso Seguro, la Seguridad Democrática y el país ha dado ese salto de producir 12 millones de litros a producir 18 millones de litros.

Yo creo que un acuerdo que es bueno para Colombia entera, el acuerdo con la Unión Europea, también tiene que darles unas respuestas a las preocupaciones del sector lechero. Y quiero repetirlas hoy desde Medellín, al oído de todo el sector agropecuario de Colombia, de las federaciones como Fedegan, de la Sociedad de Agricultores de Colombia, de Colanta, de todas las cooperativas, de sus dirigentes.

Nosotros hemos tomado las siguientes decisiones:

Primero, unas decisiones internas: hace dos días se firmó un decreto de salud pública, para que la leche que llegue a Colombia proveniente de cualquier origen, tenga que tener por lo menos un año más de vigencia, para que no nos inunden el país con leche vieja, barata, próxima a vencerse.

Entonces, el decreto vigente, de hace dos días, dice: ‘Quien vaya a entrar del mercado externo un litro de leche a Colombia, tiene que acreditar que por lo menos a ese litro le falta un año más para que venza la posibilidad de su consumo’.

Segundo: ayer, en el Ministerio de Protección Social se dictó una resolución para extenderle el mismo plazo a los lactosueros, o sea que los lactosueros que entren al país necesitan acreditar que por lo menos les falta un año para que expire su vigencia.

Tercero: la Unión Europea y España se han comprometido a orientar recursos muy importantes para apoyar al sector lácteo colombiano. Dos fuentes de apoyo, una de la Unión Europea y otra de España.

Cuarto: estamos negociando con la Unión Europea una declaración conjunta para ser firmada por el Presidente de la Unión Europea, el Presidente (José Manuel) Barroso y por mi persona, como Presidente de Colombia. Esa declaración conjunta es obligatoria. La resumo en tres puntos:

Primero, la Unión Europea y Colombia se comprometen a hacerle un seguimiento exhaustivo al mercado de la leche, a raíz de que entre en vigencia el tratado con la Unión Europea.

Segundo punto de esa declaración: la Unión Europea ratifica su disposición de contribuir con recursos económicos y financieros para que Colombia apoye el sector lácteo, especialmente el sector de los pequeños productores.

Tercero, específicamente se dice que de presentarse dificultades en el mercado interno de leche en Colombia, se aplicará el artículo 13 del acuerdo.

¿Qué dice el artículo 13? Crea un comité técnico que tiene la facultad de introducir ajustes de manera ágil para evitar esas alteraciones del mercado.

Yo he estado varias horas de esta semana en la negociación de ese texto. Ayer llamé a sectores lácteos a consultárselos. Me han dicho que les parece que el texto es bueno. Y el texto es obligatorio.

O sea que nosotros no solamente firmaríamos el acuerdo con la Unión Europea, sino que también firmaríamos esta carta anexa.

Y aquí están el señor Ministro de Hacienda (Oscar Iván Zuluaga) y el Director de Planeación (Esteban Piedrahíta). El día 24 de mayo el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), va a aprobar un documento de política económica y social, obligatorio para el Estado colombiano, para la protección del sector lácteo colombiano.

Nosotros le cumplimos al agro con Agro Ingreso Seguro, y le vamos a cumplir al sector lácteo con ese documento del Conpes, que debe ser aprobado el próximo 24 de mayo.

Entonces, apreciados compatriotas, tenemos toda la voluntad.

Déjenme hacer unas reflexiones:

Es mejor tener acuerdos que no tener acuerdos. Cuando uno no tiene acuerdos se expone a que un Gobierno haga apertura unilateral y uno vaya al otro país a decir: mire, como en Colombia estamos recibiendo la leche europea, recíbanos la leche nuestra, y ellos digan: no, nosotros no estamos obligados. Eso fue porque Colombia lo decidió en una decisión unilateral.

Es mucho mejor esta política de acuerdos entre las partes, que la vieja política de que nosotros abríamos y no nos escuchaban cuando íbamos a pedir que nos abrieran recíprocamente los mercados.

Yo pienso que los europeos no tienen el interés de venir a maltratar la industria láctea colombiana. No es fácil para ellos exportar aquí. Este es un país aftoso, que tiene unos requerimientos de grados de calor para la pasteurización de la leche, muy superiores a los grados de calor de Europa, donde la pasteurización de la leche no tiene que someterse a las preocupaciones de la aftosa.

Pienso que este es un acuerdo no mercantilista, sino un acuerdo integral, político, social, productivo de gran trascendencia. Y eso nos hace pensar que así como nosotros tenemos interés de beneficiarnos sin maltratar a nadie en Europa, ellos tienen interés de beneficiarse, que su industria automotriz, que su industria de bienes de capital, que su industria química, etcétera, sin venir a maltratar a alguien en Colombia.

Pienso que es mucho mejor tener socios con los cuales discutir a través de estos acuerdos, que no tener socios con los cuales discutir.

Pienso que cuando estamos próximos a que Mercosur también tenga un acuerdo con Europa, a que Centroamérica también tenga un acuerdo con Europa, nosotros haríamos mal quedándonos como unos pocos países aislados en esta tendencia. Hemos puesto todo el cuidado.

Yo confiaría, apreciados compatriotas, que estos acuerdos de comercio que este Gobierno ha hecho, dentro de unos años le estén demostrando al país que los colombianos hemos aumentado nuestras posibilidades de llegar a los mercados externos.

No podemos depender de un solo mercado. Uno no se puede quedar aquí, sentado en la empresa o en la finca, esperando que al país vecino le venga a comprar leche o carne o le vengan a comprar confección. Nosotros tenemos que tener abiertos todos los mercados del mundo, para poder llegar a vender a todos los mercados del mundo.

Hay algunas experiencias, los chilenos. Los chilenos duermen intranquilos por los temblores de tierra, pero no duermen intranquilos por la economía, porque si a ellos se les daña un mercado tienen muchos mercados. Los chilenos tienen tantos mercados que los países con los cuales ellos negocian suman 4.500 millones de habitantes. Eso da tranquilidad. Cuando uno depende solamente de un mercado, uno no duerme tranquilo. Entonces tener todos esos mercados nos ayuda a nosotros enormemente.

Yo preguntaba: ¿cómo manejaron los chilenos el acuerdo con Nueva Zelandia en materia de leche? Porque Nueva Zelandia es un oasis. Allá llueve todo el año y de a poquito. Esas praderas se mantienen verdes, producen muchísimo pasto, no hay que abonar. Esos son unos suelos prodigiosos. Y se le ha tenido mucho temor a hacer acuerdos de comercio con Nueva Zelandia por la producción de leche. Los chilenos inteligentemente dijeron: ‘nos trajimos a los neozelandeses a Chile, hicimos alianzas con ellos y estamos saliendo adelante’.

A mí me parece que en Colombia nosotros tenemos que vigorizar la industrialización de la leche. Se nos ha quedado atrás. En estos años de Gobierno hemos pasado de 12 millones de litros producidos por día a 18 millones, pero ha habido pocos ensanches en la industrialización.

Colombia tiene capacidad para industrializar escasamente 8 millones de litros. Produce 17, 18; industrializa 8 millones. Yo creo que si todas nuestras empresas, que las cooperativas, que las sociedades anónimas, que las limitadas, toda la industria láctea se intensifica la atracción del capital, crece nuestro país, para lo cual hoy hay muchas garantías; incorpora socios extranjeros y se potencializa la industrialización de la leche en Colombia, y se cierra esa brecha entre la producción y la industrialización, y hacen sociedades con socios internacionales para facilitar acceso a los mercados, yo creo que no habrá que tener estos temores.

Y, además, hay que tener en cuenta unas circunstancias:

Yo les pregunto a los lecheros: bueno, pero si hicimos el acuerdo con Estados Unidos, ¿por qué tanto temor a los europeos? Si hicimos el acuerdo con Chile, Argentina, el acuerdo con Mercosur, y me dicen: porque los europeos dan más subsidios.

Pues bien, Europa, por su situación económica, está desmontando esos subsidios.

Y hay que mirar el mundo también positivamente. Nosotros no nos podemos quedar por aquí aislados, cuidando una industria que apenas produce, industrializa 8 millones de litros y que debería industrializar 18 millones. No. Nosotros tenemos que crecer mucho más. Darle a esa industria todas las oportunidades para que se integre con la industria internacional.

Pensemos en China, India: Los consumos. Una China de 1.400 millones de habitantes, una India de casi 900 millones de habitantes, tienen un crecimiento vertiginoso del consumo per cápita de leche.

El mundo va a necesitar aumentar la producción de leche, para poder entregar reproducción de leche a los nuevos mercados. ¿Por qué nosotros nos vamos a quedar estancados?

Entonces, quiero decirles a los productores lácteos de Colombia, a esas 400 mil familias, desde Medellín, que nos acompañen, nos acompañen en esta firma del tratado de comercio entre Colombia y la Unión Europea.

Yo no quisiera una ciudad como Medellín con el 14 por ciento de desempleo y un Gobierno sin buscar mercados. Eso es una tristeza. Yo no quisiera que Colombia se quedara por fuera de estos mercados. Y asegurarle al sector lácteo que este Gobierno que les cumplió llevando la leche a licencia previa, que este Gobierno que les ha cumplido con esa restricción de importaciones, que este Gobierno que les ha cumplido modificando los decretos para la vigencia de la posibilidad de consumo de la leche, del lactosuero, que este Gobierno que les ha cumplido con la Ley Agro Ingreso Seguro, este Gobierno les va a cumplir con el documento Conpes el 24 de mayo. Este Gobierno les va a cumplir, con mucho cuidado, en esa declaración conjunta que se está firmando con la Unión Europea.

Le pedí al Ministro de Agricultura, esta mañana, que se quedará en Bogotá. Porque yo mandé un texto anoche a la Unión Europea, me mandaron una respuesta a las cinco de la mañana de hoy, y le dije: ‘Váyanse con el sector lechero a mirar este documento final. A mí me parece bien, a mí me parece bien, a la Embajada de la Unión Europea en Bogotá, y nos avisan’.

Ojalá, pues, le podamos dar la buena noticia al país, el próximo martes, de este acuerdo con la Unión Europea.

Yo les pregunto a mis compatriotas qué prefieren: ¿que la Unión Europea se comprometa bilateralmente con Colombia a abrirnos su mercado, nosotros también, o que sigamos en este estado de minusvalía, que nosotros abrimos nuestra economía y dependemos de que ellos tengan un acto de caridad con nosotros, de darnos una preferencia unilateral?

No hay que tenerles miedo a los mercados. Hay que tenerles miedo a las aperturas unilaterales. Pero no hay que tenerle miedo a la posibilidad de llegar a los mercados.

¿Por qué le tenemos miedo a nuestro talento, a nuestra gente?

Era uno de los grandes honores de mi vida ser Gobernador de Antioquia. Y estábamos terminado el Metro de Medellín y me dijeron los alemanes: ‘Necesitamos 8 meses para entrenar los operadores’.

Y a los 2 meses vinieron y me dijeron: ‘No, ya no se necesita más. Esos operadores paisas, esta gente colombiana, en 2 meses aprendió de sobra lo que nosotros creímos necesitaba 8 meses de enseñanza’.

El pueblo colombiano tiene inmenso talento.

Miren, las exportaciones a Venezuela, con tantas dificultades. Las exportaciones que se han restringido están en un alto porcentaje sustituidas con envíos de mercancía colombiana a otros mercados. ¿Por qué nos vamos a arrugar? ¿Por qué nos vamos a llenar de temor?

Aquí vino hace pocos días un médico, del hospital Jhon Hopkins de los Estados Unidos, al Foro Económico Mundial en Cartagena, a hacer una sociedad con clínicas colombianas, para fomentar esto de que Colombia traiga turistas de salud, que vengan a buscar servicios de salud, como vienen a Medellín a los trasplantes. Por eso, hemos aprobado esas zonas francas de salud. Y me dijo: ‘Observo en los colombianos optimismo. Mi primera vez en Colombia. Creí que los colombianos eran pesimistas, amargados. Les veo una expresión de sonrisa’.

Y le dije: ‘Médico, qué bueno que usted lo anote, porque mis compatriotas han sufrido tanto y sin embargo no se les pierde el optimismo, no se les diminuye la energía, mantienen la sonrisa cuando deberían tener de pronto la mueca de la amargura’.

Un pueblo con capacidad, con dinamismo. Un pueblo que se ha enfrentado, como dijera el poeta, con tesón de arrecife a las adversidades, no le puede temer a una negociación con Europa. Al contrario, la tiene que recibir como una gran oportunidad.

Que cada uno de ustedes le transmita a su vecino esto, apreciados compatriotas.

A mí no me gustan los viajes internacionales. Cuando los pilotos dicen que ya estamos en el mar internacional, a mí ahí mismo me dan ganas de devolverme a ver qué pasa en Titiribí o a ver qué pasa en el Caquetá. A mí me da pena un Presidente como un turista internacional. Yo no quisiera, en este último viaje a Europa, ir simplemente allá a decir discursos. Eso es penoso con Colombia. Esos viajes cuestan mucho. Lo único que me anima a mí es ir a firmar ese tratado, la carta adjunta, para que Colombia esté abriendo el camino de otra oportunidad.

Gracias, apreciados compatriotas”.

Imprimir