Santa Rosa de Osos, Antioquia, 26 may (SP). “Respetado señor Presidente, quiero presentarle un cálido saludo en nombre de mi Diócesis, sus sacerdotes, sus religiosos, sus instituciones diocesanas y los fieles todos en general.

Es un gran honor para nosotros contar con su presencia hoy aquí, en medio de sus múltiples tareas al frente del Gobierno de nuestra querida Nación.

Al recibir su amable visita, la Universidad Católica del Norte y la Diócesis toda, dejamos en su corazón nuestro agradecimiento muy sincero por su incansable labor en bien de todo el país.

Reconocemos el gran esfuerzo hecho en la recuperación de la tranquilidad en el territorio nacional. Se ha superado el desorden en que estaban postradas grandes regiones de nuestra geografía nacional.

Reconocemos, asimismo, los programas adelantados y fortalecidos en su Gobierno, como Acción Social, Familias en Acción, Familias Guardabosques, instituciones y programas de acompañamiento y asistencia alimentaria, entre otros, como un gran aporte a la cohesión social del país.

Reconocemos el positivo comportamiento económico del país fruto de la confianza internacional, que nos llevará en tres años, según el comentario de expertos, a pertenecer a la nueva clase media que tendrá acceso a todo el portafolio financiero global, y esto como resultado de las señales de sostenibilidad ante la crisis internacional de los años ocho y nueve (2008 y 2009).

Nos encontramos en el campus de nuestra Universidad Católica en Santa Rosa de Osos, destacamos aquí, señor Presidente y queridos invitados, el tema de la educación. Creemos en los importantes logros que se han dado en Colombia gracias a la incansable e inteligente gestión de la señora Ministra de Educación, doctora Cecilia María Vélez.

Es claro el acertado desempeño y la ampliación del servicio para la educación por parte del Icetex (Instituto Colombia de Crédito y Estudios Técnicos en el Exterior) y por la acertada dirección de la doctora Martha Lucía Villegas.

Es amplia la conciencia nacional sobre la recuperación y puesta al día de manera igualmente inteligente y tenaz del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) por parte del doctor Darío Montoya, para la formación y capacitación de tantos colombianos par el trabajo.

Ha sido realmente una verdadera revolución educativa.

Son ellos tres, sus inmediatos colaboradores en este trascendental campo de la vida nacional.

No puedo pasar por alto mi agradecimiento en nombre de toda la Diócesis y de la Universidad, con su cibercolegio, por su apoyo incondicional como Presidente de la República, y el de ellos, tres importantes y queridos amigos.

Dios ha estado siempre grande con nosotros y estamos alegres. Él con su luz y su fortaleza, ustedes con el apoyo de todos los días, y nosotros en unión con el grande equipo de personas que hoy se desempeñan en la Universidad, más de mil empleados, hemos hecho entre todos, grande esta institución, de la que hoy directamente se benefician un poco más de 80 mil personas.

Pertenecen ellos a los municipios de la Diócesis de Santa Rosa, a casi 100 municipios del departamento de Antioquia, a 29 departamentos de Colombia, lo mismo que a muchos colombianos que viven en diferentes partes del mundo, traspasando las fronteras patrias gracias al uso de la prodigiosa herramienta de la Internet al servicio de la educación, pilar fundamental para el desarrollo de cualquier comunidad.

Gracias a esta herramienta, nuestro encuentro en este momento está siendo seguido por muchos de nuestros estudiantes y facilitadores en cualquier parte del mundo.

Qué bueno haber sido los primeros en Colombia en aprovechar estos fabulosos medios, y que contaron siempre con su apoyo desde el principio, cuando dirigía usted como Gobernador los destinos del departamento de Antioquia.

Permítame destacar, señor Presidente, otros aspectos relevantes de nuestra Diócesis:

La Hidroeléctrica Ituango, que de paso, según su querer, debe llevar el nombre del General José María Córdova, mi paisano, obra gigante de la ingeniería colombiana y que al lado de Riogrande y Porce en sus diferentes etapas, nos convierten en potencia energética del país para el mundo. Aquí  nos acompaña el doctor Luis Guillermo (Plata, Ministro de Comercio, Industria y Turismo).

Es apenas natural que megaobras como estas necesiten liderazgos tan definidos y fuertes como el suyo.

Esperamos además que el buen entendimiento entre el departamento y las Empresas Públicas de Medellín, permita que estas adelanten la construcción de esta importante obra.

Aquí, señor Gobernador (de Antioquia, Luis Alfredo Ramos) su liderazgo también es absolutamente definitivo.

La infraestructura vial en nuestra Diócesis se ha transformado en estos últimos años, es un hecho evidente. La enorme inversión que ha significado la recuperación total de la vía a la Costa Atlántica, atravesando nuestra zona norte con todos sus municipios.

La troncal del nordeste, que al conectarla con Zaragoza crea un anillo vial que significará un inmenso avance en la recuperación económica y social de tantos municipios de la Diócesis en la región del nordeste.

Las otras vías secundarias que interconectan nuestros 29 municipios, aquí también señor Gobernador su liderazgo y su gerencia al frente del departamento, también aquí debo agradecer al doctor Andrés Uriel Gallego. Señor Ministro (de Transporte), esta es la tercera vez que en tres meses usted esta aquí en Santa Rosa, animando estos conversatorios con toda la zona de la Diócesis y alrededor de obras muy importantes.

Él es su ministro de obras públicas, señor Presidente, y él con los tres amigos antes mencionados, lo han acompañado a usted en todo el tiempo de su Gobierno.

Doctor Álvaro (Uribe Vélez): imposible pensar que el desencuadernamiento del país durante más de medio siglo fuera posible rescatarlo en escasos ocho años, a pesar del inmenso esfuerzo hecho por usted.

Y por esto permítame dejarle a su consideración algunas de las tantas inquietudes que aún tenemos  todos los colombianos.

Es un hecho que todavía el flagelo de la corrupción en la administración pública, y que también ha llegado a contagiar la actividad privada, lo padecemos como uno de los graves problemas de nuestra sociedad.

La actividad del narcotráfico sigue atormentando al país, y por la lucha tenaz contra él, ciertamente ha habido logros, pero tenemos ahora otras fuentes de financiación de las fuerzas irregulares, y quizá todavía de algunos miembros de las fuerzas regulares.

Le estoy hablando de la actividad de la minería, que en nuestro medio cada día toma más fuerza y que se torna en un verdadero recurso de financiación para estos grupos, y sin tampoco dejar de percibir el grave deterioro que se ocasiona al medio ambiente.

Esto nos hace pensar en la urgente necesidad de poner en marcha los nuevos códigos de ley que hagan disciplina en este campo.

Pero también permítame, señor Presidente, comentarle un poco y a todos los amables invitados aquí presentes, lo que estamos haciendo en la Diócesis de Santa Rosa.

Llevamos 13 años implementando un proyecto pastoral en el cual estaremos ocupados los próximos 30.

En este proyecto se destaca fundamentalmente la necesidad de comprometer a todo los cristianos católicos en la corresponsabilidad de su iglesia. El cristiano bautizado debe ser apóstol de su fe.

Esta participación de todo el pueblo de Dios esta siempre animada por el Espíritu Santo, que anima nuestra espiritualidad de comunión. No se trata, pues, de una participación anárquica de los fieles en la vida de sus comunidades. Es una participación en plena comunión y unidad con la mente del Santo Padre, el Papa (Benedicto XVI), con la mente del Obispo Diocesano y siempre en comunión con mis sacerdotes.

En este plan de pastoral está concebida, como es toda la tarea pastoral de la Iglesia, la promoción y la formación integral de cada persona y de cada comunidad, siempre teniendo como carta de navegación el evangelio de nuestro Señor y la misma doctrina social de la Iglesia.

Como Obispo entiendo que es mi deber servir al hombre concreto, con sus necesidades concretas y atendiéndolo en todas sus dimensiones, comenzando, claro está, por sus necesidades de orden espiritual y moral, pero sin perder de vista sus necesidades y sus urgencias temporales.

También aquí, en este punto, permítame hacerle, señor Presidente, un reconocimiento público a su testimonio claro como gobernante, cristiano y católico, amante del Señor y de la Santísima Virgen María, en su advocación especialmente de María Auxiliadora, y quienes no dudo, lo han llevado siempre de su mano y lo han protegido.

Por último, señor Presidente, quedamos a la espera de su palabra alrededor de estos dos puntos: la Autopista de la Montaña Medellín-Caucasia, que esperamos, como también ha sido su querer, atraviese todo nuestro norte desde Don Matías hasta Caucasia, favoreciendo de esta manera a todas nuestras comunidades municipales de la bella meseta del norte y del bajo Cauca.

Y finalmente, sabe usted bien que estamos en una zona lechera y todos los hermanos productores y procesadores de la leche están muy preocupados por el Tratado de Libre Comercio que usted acaba de suscribir con la comunidad económica europea.

Tengo muy en claro que en lo último que voy a decir me acompañan la inmensa mayoría de los aquí presentes, y muchísimos, muchísimos hermanos colombianos:

A usted, doctor Álvaro, lo sigue necesitando el país

Muchas gracias”.