Ahora faltan los demás
Por Jaime Bermúdez
Embajador de Colombia en Argentina
Diario La Nación de Argentina
Viernes, enero 11 de 2008
La liberación de Clara Rojas y Consuelo González, las dos secuestradas por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) durante más de cinco años, constituye una buena noticia para sus familias, para Colombia y el mundo.
El operativo que finalmente condujo a su liberación comprueba que si las Farc tienen la voluntad de liberar a todos los secuestrados en su poder, lo pueden hacer de forma inmediata e incondicional.
Conviene anotar que, junto con los otros 45 secuestrados políticos aún en su poder, las Farc tienen más de 700 personas por las cuales exigen un rescate económico. En el caso de estos secuestros extorsivos, históricamente ha sucedido que, cuando los familiares de estas personas logran pagar el rescate de manera secreta, las Farc las dejan en libertad sin ninguna condición.
De manera reiterada, ese grupo terrorista ha exigido el despeje militar de una parte del territorio colombiano como condición para liberar a los secuestrados que ellos llaman "canjeables", entre los que se encuentra Ingrid Betancourt. Y lo hacen porque con ello fortalecerían su capacidad militar.
Tanto la liberación de los secuestrados a cambio de dinero como la liberación de Clara Rojas y Consuelo González ponen en evidencia la irrelevancia de la solicitud recurrente de la guerrilla. Sólo se requiere buena voluntad y establecer un mecanismo como el previsto, con la coordinación de la Cruz Roja Internacional, en el cual el gobierno colombiano ofreció un corredor de seguridad y la suspensión de los operativos militares en la zona donde se llevó a cabo la entrega de las dos mujeres.
Es urgente la liberación de todos los demás secuestrados. El gobierno de Colombia ha aceptado 11 fórmulas y solicitudes de facilitación para lograr su libertad. Hoy, más que nunca, mantiene su determinación por procurar el retorno a sus hogares de estas personas. Y para ello seguirá explorando opciones. En el caso de una facilitación internacional, sólo pide que se lleve a cabo de manera coordinada con las autoridades y de forma discreta.
El mundo debe tener en claro que Colombia libra una dura lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Las Farc reciben el 70% de sus ingresos del negocio de la droga, que se estima entre 1.500 y 3.000 millones de dólares al año. Lejos están del ideal libertario latinoamericano de los años setenta. Son un grupo terrorista que se financia con el narcotráfico, cuyo principal interés es el dominio territorial y militar, y buscar legitimación internacional para su causa.
Con gran sacrificio humano y económico, nuestro país está recuperando la seguridad. El homicidio, el secuestro y la inseguridad han disminuido de manera significativa. Pero es una tarea de largo aliento, para la cual se requiere también el concurso de la comunidad internacional. Sólo así nos libraremos definitivamente del flagelo del terror y las drogas ilícitas.
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