Nueva treta de las Farc
Diario El País
Lunes 29 de diciembre de 2008
Por: General Álvaro Valencia Tovar.
“A un enemigo en derrota no se le pueden admitir exigencias sino imponerle condiciones. Razonables, eso sí. Confiemos en que esa sea la actitud de nuestro Presidente.”
La exigencia consabida de despejar los municipios de Pradera y Florida, corredor estratégico que las Farc buscan ansiosamente recuperar. Más aún: colocar al odiado gobierno del presidente Uribe ante el predicamento de negar la oferta en todo o en parte, pasando por insensible y caprichoso o aceptar condiciones desfavorables que sólo servirían los ocultos intereses de su enemigo en derrota. El jefe del Gobierno ha respondido con habilidad y acierto, negando lo inaceptable y acogiendo la liberación orquestada por Chávez y Piedad… A un enemigo en derrota no se le pueden admitir exigencias sino imponerle condiciones. Razonables, eso sí. Confiemos en que esa sea la actitud de nuestro Presidente.
Todo lo que venga de la cúpula de las Farc debe ser examinado con una lupa de realismo y desconfianza. Demasiado elocuentes han sido las añagazas con que han puesto en evidencia la felonía y perfidia de los cantos de sirena con que han deslumbrado a gobiernos anteriores ante perspectivas de paz, tan sólo para ampliar su ámbito geopolítico, fortalecer sus fuerzas de combate con equipamiento costeado por el narcotráfico y expandir su presencia territorial.
El largo silencio que siguió al relevo en el mando a raíz de la muerte de ‘Tirofijo’, dizque por un ataque al corazón en brazos de su amada -final de novela rosa poco convincente cuando el asedio del Ejército sobre el grupo de mando causaba estragos en sus filas fugitivas-, reaparece ‘Alfonso Cano’ con una oferta de liberación de seis secuestrados, que entregaría al Presidente de Venezuela con la intermediación de Piedad Córdoba bajo su gracioso turbante. ¿Cuál es el propósito oculto tras la muestra de generosidad? Demasiado obvio esta vez.
La exigencia consabida de despejar los municipios de Pradera y Florida, corredor estratégico que las Farc buscan ansiosamente recuperar. Más aún: colocar al odiado gobierno del presidente Uribe ante el predicamento de negar la oferta en todo o en parte, pasando por insensible y caprichoso o aceptar condiciones desfavorables que sólo servirían los ocultos intereses de su enemigo en derrota. El jefe del Gobierno ha respondido con habilidad y acierto, negando lo inaceptable y acogiendo la liberación orquestada por Chávez y Piedad. Es presumible que ‘Cano’ y sus obsecuentes camaradas hubiesen previsto lo primero, y confiado en que la experiencia de la liberación–espectáculo de los primeros rehenes suscitara la oposición rabiosa de quienes endilgan al Mandatario terquedad insensible ante exigencias que perdieron aliento por la progresiva debacle de las Farc.
De ninguna manera debe interpretarse la jugada de ‘Cano’ como apertura hacia un proceso de paz. Sigue válida la estrategia varias veces expuesta en documentos secretos: “La negociación de paz es tan sólo una etapa de la lucha revolucionaria prolongada”. Para ‘Cano’, el debilitamiento profundo de su fuerza es una realidad requerida de una pausa de recuperación que en forma alguna se le debe conceder. A un enemigo en derrota no se le pueden admitir exigencias sino imponerle condiciones. Razonables, eso sí. Confiemos en que esa sea la actitud de nuestro Presidente. |